Jairo Ortiz. El joven recibió un disparo el 6 de
abril durante una manifestación de Carrizal, en Miranda. El gobernador de la
entidad, Henrique Capriles, se apresuró a responzabilizar a al ministro de
Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol, por ordenar a “reprimir sin
importar vidas”. Los medios de derecha también hicieron su parte: acusaron a
la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). Las investigaciones avanzaron y se
conoció que Jairo Ortiz no participaba en la manifestación. Además, se
determinó que un oficial del servicio de tránsito de la Policía Nacional
Bolivariana (PNB) le disparó aunque no formaba parte de los cuerpos que
contenían el vandalismo en el sector: actuó por cuenta propia. El efectivo
Rohenluis Leonel Rojas Mara ya se encuentra detenido por este caso.
Ricarda González. Tenía 87 años y el 10 de abril
sufrió un accidente cerebro vascular. Falleció por no poder ser trasladada a
un centro asistencial debido a los bloqueos que impusieron fascistas de la
derecha a través de barricadas en Colinas de Bello Monte. Su deceso no figura
en la lista del Ministerio Público.
Daniel Queliz. Recibió un disparo el 10 de abril
en el conjunto Residencias El Parque, en el estado Carabobo. Las
investigaciones determinaron que la bala que cegó su vida coincidía con el
arma de un efectivo de la policía de la entidad. Las instituciones imputaron
al supervisor Marcos Ojeda y al oficial Edwin Romero por uso indebido de arma
de fuego. Hoy se encuentran recluidos en la Base Miguel Peña del Eje de
Homicidios del CICPC de la entidad. ¿Qué dijo la derecha? Señaló a la GNB se
asesinar al joven.
Yey Amaro. Fue víctima del fascismo de la
oposición al ser arrollado cuando de dirigía a su residencia el 11 de abril
en Lara. El gobernador de la entidad, Henry Falcón, declaró que su muerte fue
accidental y no vinculado a la violencia política como en un principio se
quiso asegurar.
Oliver Villa. Recibió un disparo tras resistirse
al robo por parte de una pareja de motorizados luego de que evadiera una
barricada instalada en El Paraíso, el 11 de abril. La derecha guardó silencio
y buscó invisibilizar el hecho al verse imposibilitada de manipular este caso
con fines políticos.
Miguel Colmenares. Murió tras recibir múltiples
heridas por dos artefactos explosivos conocidos como aturdidoras y un disparo
de escopeta por parte de un grupo de hombres que lo interceptaron para
despojarlos de sus pertenencias el 11 de abril en Barquisimeto. Medios de la
derecha mantienen su tesis inicial de acusar a “colectivos chavistas” de esta
muerte. El caso es investigado por la Fiscalía 6° del estado Lara.
Gruseny Canelón. El 11 de abril falleció en Lara
como consecuencia de un disparo de proyectil múltiple. Capriles acusó a la
“narco corrupta cúpula madurista” y los ciegos comentarios de María Corina
Machado señalaron al “régimen criminal”. La tesis inicial que manejó la
derecha fue señalar a los colectivos. Las autoridades confirmaron la
detención de 14 efectivos de la GNB que realizaban labores de orden público
en las violentas manifestaciones de ese día. El caso se mantiene en
investigación.
Bryan Principal. El adolescente fue impactado por
uno de los disparos que realizaron desde un vehículo en movimiento contra la
GMVV Alí Primera en Barquisimeto el 11 de abril. María Corina Machado se
apresuró en pronunciarse sobre esta muerte sin medir las tintas políticas que
la rodeaban: “Un régimen criminal que arremete contra jóvenes que han crecido
en dictadura y claman por libertad. Héroes”, escribió en un descarado mensaje
de su Twitter. La derecha silenció su muerte al conocerse que el joven era
uno de los beneficiados de la Revolución Bolivariana. El Ministerio Público
investiga este caso.
Carlos Moreno. Fue impactado por un disparo en
San Bernardino cuando pasaba por una manifestación. La fatal casualidad fue
usada por dirigentes de la derecha quienes le atribuyeron un carácter
político asegurando que era un manifestante de la oposición que participaba
en una actividad convocada en el lugar. Uno de ellos fue el diputado opositor
Jorge Millán quien informó en su Twitter: “El manifestante herido de bala fue
trasladado de emergencia a un centro asistencial #UnidosContraElGolpe”. Su
familia desmintió esta campaña: el joven salió de su casa a jugar fútbol con
unos amigos en Chuao. El Ministerio Público imputó a dos efectivos de la
Policía de Sucre por esta muerte.
Niumar Sanclemente. Funcionario de la GNB que
resultó herido en el tórax cuando un sujeto desconocido efectuó múltiples
disparos contra los efectivos que realizaban labores de orden público en San
Antonio de los Altos, el 19 de abril. La derecha recurrió a invisibilizar
esta víctima mientras medios de la derecha buscaron tergiversar los hechos.
La Patilla reseñó esta noticia con la expresión: “Muere guardia nacional que
estaba reprimiendo a manifestantes”.
Paola Ramírez. Fue alcanzada por un disparo en la
Plaza Las Palomas de Táchira durante una manifestación el 19 de abril. Los
colectivos de la entidad andina fueron foco de las denuncias en torno a esta
muerte. El Ministerio Público desmontó la matriz al imputar al asesino, Iván
Alexis Pernía, quien resultó ser militante de la organización política Vente
Venezuela cuya coordinadora nacional es María Corina Machado.
Doce fallecidos en El Valle. La parroquia fue
escenario de enfrentamientos y saqueos durante el 20 de abril y la madrugada
del 21 de abril. Dirigentes y medios de la derecha recrearon en la situación
una supuesta masacre contra el pueblo. La línea comunicacional del sector se
cayó cuando el Ministerio Público determinó las causas y circunstancias de
estas muertes.
Ocho personas murieron electrocutadas al intentar
entrar en una panadería: Elio Manuel Pacheco, Jairo Ramírez, Robert Centeno
Briceño, William Marrero , Jonathan Meneses, Stivenson Zamora, Kenyer
Aranguren y Yorgeiber Barrera. Tres personas por arma de fuego: Kevin Steveen
León y Francisco González Ñúñez fueron impactados en el marco de los actos
violentos. Mientras que a Ramón Ernesto Martínez Cegarra le dispararon luego
de un intercambio de palabras con personas que participaron en las jornadas
de saqueos. Albert Alejandro Rodríguez Aponte murió por asfixia producto del
gas lacrimógeno que se usó para controlar la jornada violenta.
Mervins Guitian. Recibió un disparo en el abdomen
durante una actividad de calle en el sector 5 de Julio de Petare el 20 de
abril. Los medios señalaron, por igual, a la GNB y los colectivos como
responsables. La derecha también hizo uso político de esta muerte por
tratarse de un trabajador de la Alcaldía de Sucre. Las Fiscalías 80 Nacional
y 125 del Área Metropolitana fueron comisionadas para investigar este caso.
Almelina Carrillo. Falleció tras ser impactada
por una botella de agua congelada en La Candelaria. El atentado era dirigido
contra un grupo de marchantes bolivarianos. Ella no participaba en la
actividad: se dirigía a su trabajo cuando se cruzó con la marcha. Las redes
sociales de dirigentes de la derecha se silenciaron ante esta muerte y sus
circunstancias pero esas mismas redes tienen parte de su sustrato. Días antes
el columnista de El Nacional, Tulio Hernández, escribió en su Twitter: “Si
cada venezolano demócrata neutraliza a un miembro del Plan Zamora están
militarmente derrotados. Se vale hasta materos”. Un claro llamado al odio y
violencia.
Jesús Sulbarán. Recibió varios disparos el 24 de
abril cuando se encontraba en una concentración en defensa de la Constitución
Bolivariana. Trabajaba en la Dirección Estadal del Poder Popular de Política
Integral de la Gobernación del estado Mérida. El aparato de campaña de la
derecha también apagó sus radares ante esta víctima por tratarse de seguidor
de la Revolución Bolivariana.
Renzo Rodríguez. Fue alcanzado por un disparo el
24 de abril cuando estaba en una farmacia y pasó una manifestación de la
oposición en Barinitas. Personeros de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD)
definieron como línea comunicacional acusar a los colectivos. El caso se
mantiene en investigación.
Orlando Medina. Recibió un disparo el 24 de abril
cuando se encontraba en una avenida de El Tocuyo (Lara) cuando, en las
adyacencias, se desarrollaba una protesta. El uso político de su muerte se
vio imposibilitado por ser hijo de una militante del Partido Socialista Unido
de Venezuela (PSUV) en la entidad. La Fiscalía 6 del estado define las
circunstancias en las que ocurrieron los hechos.
Luis Márquez. Recibió un disparo cuando apoyaba
una actividad pro gubernamental en Mérida el 24 de abril. La foto de su
Carnet de la Patria se difundió en redes sociales pero no fue replicado por
dirigentes o medios de la derecha por razones obvias: no tenía lugar la
manipulación.
Efraín Sierra Quintero. Murió el 25 de abril por
un disparo cuando se desplazaba desde su casa a su trabajo. Intentaron
robarle su moto en una de las barricadas terroristas en Táchira. Su muerte
tampoco figuró en la campaña de la derecha: era miembro activo del PSUV.
Christian Ochoa. Se encontraba en un callejón
adyacente al lugar donde se realizaba una protesta en Valencia cuando recibió
varios disparos. Falleció el 25 de abril. El Ministerio Público presentó al
policía estadal Gerson Alberto Quintero por su presunta responsabilidad en
esta muerte. La derecha armó el escenario: lo calificó como víctima de la
represión en la entidad.
Juan Pernalete. El informe preliminar determinó
que murió tras la herida es similar a la que deja una pistola de perno
cautiva. Dirigentes y medios de la derecha lamentaron la muerte del joven,
ocurrida el 26 de abril durante una jornada violenta en Altamira y acusaron a
las fuerzas de seguridad de haber impactado la humanidad del joven con una
bomba lacrimógena en el pecho. La tesis se cayó nuevamente cuando material
audiovisual difundido en redes sociales muestra que en el lugar no había
presencia de humo.
Eyker Rojas. Herido durante una manifestación
registrada de Barquisimeto el 26 de abril. Fue protagonista de una fatal
casualidad: pasaba por el lugar donde se realizaban actos de violencia
opositora y recibió un disparo en la cabeza. El caso es investigado por el
Ministerio Público.
Yonathan Quintero. Un asiático propietario de un
abasto accionó un arma de fuego contra un grupo de vándalos que trató de
saquear el negocio lo que presuntamente ocasionó su muerte. Los detalles poco
le importaron a la derecha: previamente había acusado a las fuerzas de
seguridad del Estado como responsables de este deceso.
Ángel Moreira. El 2 de mayo se encontraba a bordo
de una moto en las cercanías de una manifestación en la autopista Prados del
Este cuando un vehículo lo atropelló cuando intentaba evadir una barricada.
El trágico incidente se perfila como un efecto colateral de las guarimbas de
la derecha pero las acusaciones fueron dirigidas al Gobierno Nacional.
Dos fallecidas en la autopista Valencia – Puerto
Cabello. Ana Colmenarez y María Guanipa viajaban en un autobús que chocó y se
volcó el 2 de mayo por la instalación de una barricada en la vía. La Fiscalía
3° del estado Carabobo lleva a cabo las investigaciones. La derecha también
hizo caso omiso a este acto terrorista y sus circunstancias.
Armando Cañizalez. El 3 de mayo los medios y
dirigentes de la derecha buscaron posicionar nuevamente la matriz de que fue
impactado por una bomba lacrimógena. En realidad fue impactado por un
proyectil en circunstancias que son investigadas por el Ministerio Público.
Juan Bautista. Es una víctima de la violencia
fascista desplegada en otros espacios. El 4 de mayo, finalizando una Asamblea
de estudiantes en la Universidad Politécnica Territorial José Antonio
Anzoátegui (UPTJAA), uno de los asistentes se le acercó y le propinó varios
disparos. La víctima no figura en la lista de las víctimas de las
manifestaciones de abril y mayo aunque su caso es investigado por el
Ministerio Público.
Gerardo Barrera. Era oficial agregado de la
Policía de Carabobo y resultó herido por arma de fuego en las protestas
violentas de la derecha en la entidad. Los medios y la derecha no le dieron
protagonismo a su historia: cumplía labores de orden público en una jornada
violenta.
Miguel Medina. Falleció durante la madrugada del
5 de mayo tras haber recibido un disparo en su abdomen el 3 de mayo cuando
estaba en una protesta convocada por la derecha en Pomona, al sur de
Maracaibo.
Hecder Lugo. Su muerte fue registrada el 4 de
mayo por un disparo en el medio de actos violentos de la derecha en Carabobo.
La víctima mortal tampoco se posicionó en portadas o declaraciones de la
derecha: meses antes había presentado exámenes para ingresar a la Academia
Militar de la Armada.
César Guzmán. Es una de las víctimas de la
violencia fascista en otros espacios y circunstancias. El 4 de mayo,
finalizando una Asamblea de estudiantes en la UPTJAA, uno de los asistentes
se le acercó y le propinó varios disparos. La víctima no figura en la lista
de las víctimas de las manifestaciones de abril y mayo aunque su caso es
investigado por el Ministerio Público.
Anderson Dugarte. Era mototaxista y se encontraba
trabajando cuando la fatalidad lo alcanzó: recibió un disparo al pasar por
una manifestación violenta en Mérida el 10 de mayo. La derecha no utilizó su
nombre para la campaña tras conocerse, por declaraciones de Néstor Reverol,
que comulgaba con los ideales de la Revolución Bolivariana.
Miguel Castillo. El 10 de mayo participaba en una
manifestación en Las Mercedes cuando resultó herido. Nuevamente la GNB fue
foco de acusaciones, pero los más recientes informes establecen que fue
impactado por un objeto metálico esférico de dos centímetros aproximadamente
a escasos metros.
Carlos Hernández. Murió luego de que la moto que
manejaba impactó contra una barricada que no pudo ver colocada el 12 de mayo
por fascistas en la avenida Intercomunal Barquisimeto-Acarigua. La causa de
su muerte bastó para que la derecha y los medios omitieran esta víctima
fatal.
José Alcoholado. Era conocido como Chico Alejo.
Fue asesinado de múltiples disparos en un restaurante mientras participaba en
una actividad en apoyo al presidente Nicolás Maduro. El chileno se convirtió
en una nueva víctima del fascismo de la oposición en hechos aislados a las
actividades de calle. La derecha silenció su muerte por tratarse de un
miembro activo de los grupos revolucionarios del Gobierno Bolivariano.
Luis Alviarez. Resultó herido el 15 de mayo en
una manifestación en el estado Táchira. Fue impactado por un disparo. La
tesis de “violenta represión” se posicionó como la causa de su muerte en
portales y declaraciones de la derecha. El caso es investigado por el
Ministerio Público.
Diego Mora. El 16 de mayo resultó herido en
Barinas. Se encontraba en las adyacencias de un sector donde se realizaba el
denominado plantón convocado por la oposición. Un grupo de personas efectuó
varios disparos hiriendo al joven. Los mensajes en redes sociales se
inundaron acusando al Gobierno Nacional de lo calificaron de “asesinato”. El
caso se mantiene en investigación.
Diego Hernández. La derecha y sus medios
aprovecharon las circunstancias que rodearon esta muerte para sus fines
políticos. Un efectivo de la Policía de Táchira resultó ser el ejecutor de
los disparos del 16 de mayo, sin embargo, la víctima fue invisibilizada una
vez que se conoció que era jefe de calle de los Comités Locales de
Abastecimiento y Producción (CLAP) y mototaxista.
Diego Arellano. Fue herido por impacto de bala
cuando participaba en una manifestación que bloqueaba el paso por la
carretera Panamericana el 16 de mayo. La GNB fue centro nuevamente de las
denuncias. El Ministerio Público comisionó a la fiscal 1 de Miranda para
investigar el caso.
José Francisco Guerrero. El Ministerio Público
investiga la muerte de este joven, de 15 años, ocurrida el 16 de mayo en San
Cristóbal (Táchira) a pocos metros de donde se desarrollaba una
manifestación. Recibió un disparo cuando realizaba compras en un abasto. La
derecha, sin embargo, lo calificó de manifestante.
Manuel Castellanos Molina. El 17 de mayo
realizaba compras en un establecimiento de Guásimos (Táchira) donde se
realizaba una manifestación cuando se presentó una situación irregular
durante la cual recibió un disparo en el cuello. Tres sargentos de la GNB
serán presentados en las próximas horas por este caso.
De las 53 víctimas solo seis de ellas se
encuentran relacionadas con integrantes de los cuerpos de seguridad del
Estado. Por estos casos dos funcionarios de la Policía de Carabobo, 17
efectivos de la GNB, dos efectivos de la Policía de Sucre y un efectivo de la
Policía de Táchira están señalados por uso indebido de arma de fuego y han
sido presentados o imputados por las autoridades. Es conveniente aclarar que
las autoridades determinaron que en uno de los casos un PNB no estaba en
funciones de orden público aunque disparó.
35 personas murieron por disparo de armas de
fuego. De esta cifra se cuentan dos casos que tuvieron como escenario las
barricadas.
Otras dos víctimas resultaron muertas por otros
impactos: uno por pistola de perno cautiva y otra víctima al ser alcanzada
por un objeto metálico. Otras tres perecieron en accidentes de tránsito y dos
personas arrolladas por daños colaterales de las guarimbas de la derecha.
Dentro de esta narrativa también se incluye a una víctima cuya causa de
muerte fue un ACV que no pudo ser atendida a tiempo por el bloqueo de una
vía.
Ocho fallecieron electrocutados al intentar
entrar a una panadería en El Valle. Tres personas murieron en el marco de
hechos puntuales: la residencia de Bryan Principal fue atacada. Uno de los
fallecidos en El Valle murió por asfixia. Almelina Carrillo por objeto
contundente. De estos casos precisos también es necesario mencionar los
funcionarios fallecidos: uno de la Policía de Lara, un GNB y un efectivo de
la Policía de Carabobo, Todos en cumplimiento de sus funciones.
48 hombres figuran como víctimas y cinco mujeres.
También se precisan ocho menores de edad (tres jóvenes de 17 años, un
adolescente de 16, dos de 15 y otro de 14 años). Dos de estas víctimas
resultaron muertas en las jornadas violentas de El Valle.
Aunque la derecha ha buscado vender la imagen de
un país convulsionado, la violencia no se ha extendido en todo el territorio.
Distrito Capital registra 18 de las víctimas. Seguido por Miranda (7),
Carabobo (7) y Lara (7). Táchira contabiliza seis y Mérida tres. Cierran el
balance Anzoátegui (2), Barinas (2) y Zulia (1).
Los dirigentes de la derecha y los medios de
comunicación aliados buscan siempre ofrecer la exclusiva aunque desconozcan
las causas que rodean los hechos. Queda al descubierto cuando se compulsa la
información preliminar de estas fuentes con la que dan a conocer las
autoridades competentes lo que deja muy claro que, entre sus banderas, no
cuenta la razón.
BETZABETH MÁRQUEZ / CIUDAD CCS
http://ciudadccs.info/2017/05/18/mentiras-virales-la-verdad-detras-las-46-muertes/
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jueves, 18 de mayo de 2017
Origen de las muertes durante las acciones emprendidas por la oposición en Venezuela
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