El capitalismo posliberal - Jorge Majfud
Espionaje, democracia y poder mediático - Alberto Adrianzén
Los derechos humanos son para todos - Augusto Álvarez Rodrich
Mal Menor III - Luis Davelouis
Modernicemos las normas de familia - Violeta Bermúdez Valdivia
Ni fácil ni difícil, todo lo contra - José Luis Guasch
Publicidad gratis - Mirko Lauer
Sangre nueva en la política - Sinesio López
Trump y sus amigos - Agustín Haya de la Torre
Venezuela, guerra o terrorismo económico - Hedelberto López Blanch
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El capitalismo posliberal
Jorge Majfud
La historia está
llena individuos que un día se convierten en sus propios antagónicos: amantes
que se odian, ángeles que caen del cielo a los abismos más oscuros, moderados
que se vuelven fanáticos y fanáticos que se pasan al bando opuesto.
La historia de las
civilizaciones registra casos similares pero rara vez alguien puede observar
la dirección desde la breve experiencia de la vida propia. Con frecuencia,
cuando los vientos soplan hacia el Este, el huracán se dirige hacia el Oeste.
Durante gran parte de la Edad Media, la civilización islámica fue el centro
de la racionalidad sobre la autoridad intelectual mientras la Europa
cristiana se entretenía en las explicaciones religiosas de los fenómenos
naturales y se basaba en el arbitrio de la autoridad para liquidar cualquier
discusión. La tolerancia hacia las otras grandes religiones era más común en
el mundo musulmán que en el mundo cristiano.
Pero en cierto
momento de lo que luego se llamaría Renacimiento los roles comenzaron a
cruzarse hasta alcanzar, en muchos casos, una situación inversa a la
existente en la Edad Media.
Lo mismo ocurrió a
una escala menor con los partidos políticos: En Estados Unidos, los
republicanos eran los liberales y los demócratas los conservadores el sur
esclavista hasta que cambiaron de roles y hoy se odian por sus valores
supuestamente contrarios. En América latina no son raros casos similares
donde la izquierda liberal del siglo XIX pasó a representar los intereses y
narrativas de la derecha liberal del siglo XX.
En todos los casos
vemos un factor común: una sostenida lucha antagónica desde lo militar hasta
lo dialectico, lo que recuerda una observación de Jorge Luis Borges: “hay que
tener cuidado al elegir a los enemigos porque uno termina pareciéndose a
ellos”.
Es probable que en
nuestro presente estemos (1) inmersos en un punto de cruce semejante, donde
Oriente y Occidente se intercambian roles o (2) como anotamos más arriba,
solo se trate de un ciclo menor (una reacción) con dirección contraria al
súper ciclo.
En casi todo el
mundo, las democracias liberales están teniendo problemas económicos. No se
trata tanto de que estén sumidas en la pobreza sino de que sus crecimientos
son inferiores a los registrados por los países con sistemas menos
democráticos y, en casos, el crecimiento de sus economías no es suficiente
para sostener sus actuales niveles de vida.
Lo contrario ha
estado ocurriendo con países comunistas como China o Vietnam. Singapur, una
sociedad diversa, multi religiosa, con los mayores índices de desarrollo social
y económico del mundo, no califica para democracia plena. Al menos según el
estándar occidental. Incluso la China liberal, Hong Kong, empieza a perder
terreno competitivo con Shenzhen, su vecino comunista. Estos países
comunistas han adoptado un capitalismo de mercado más globalizado mientras
las democracias liberales se mueven en el sentido contrario hacia la
antiglobalización, los nacionalismos y nuevas propuestas proteccionistas. En
el medio, las “democracias iliberales” de Putin en Rusia, Erdogan en Turquía
y Orban en Hungría.
Estados Unidos,
Europa y Japón ya perciben el declive de sus hegemonías y reaccionan negando
la realidad con sus nacionalismos más autoritarios, menos liberales, en
nombre de la seguridad y la restauración de un pasado que no puede volver sin
causar más declive aun.
Un aspecto crítico
de este cambio de roles, en cuanto a su manifestación económica, consiste en
el factor “predictibilidad”. Irónicamente (aunque no es una contradicción),
los capitalistas están hoy más seguros con gobiernos comunistas, como el
chino, y menos con gobiernos capitalistas. No el resto de la tradición
liberal, si consideramos que quienes no poseen grandes capitales todavía
consideran que hay ciertos valores, como la libertad de expresión y otras
libertades que no se dan en China y su éxito económico no justifica
perderlas.
Este grupo suele
ser identificado en Estados Unidos y en Europa con las izquierdas (antes
acusadas de lo contrario) mientras que las derechas, fortalecidas por el
sentimiento de frustración, se refugian en un nacionalismo dispuesto a
cambiar ciertas libertades y ciertos valores (como la diversidad y el
cosmopolitismo) por un supuesto renacimiento o una supuesta “recuperación de
sus países”. Nada de esto preocupaba tanto cuando las economías iban mejor y,
sobre todo, cuando no se percibía el declive, la pérdida del poder hegemónico
o imperial, cuando los pobres eran los comunistas o los países del tercer
mundo (que también eran capitalistas pero dependientes servidores del
centro).
La relación del
capitalismo con las democracias siempre fue una relación de interés, no de
amor, pero hoy podemos ver un capitalismo postdemocrático sin prejuicios. Hay
algo que todavía tiene en común con el capitalismo moderno y posmoderno:
aunque todavía elogia el espíritu de riesgo de sus individuos, detesta la
imprevisibilidad, eso mismo que las todavía democracias liberales han
demostrado sufrir en un alto grado. s
De hecho, es un
valor que el presidente Trump se ha encargado de destacar en su persona,
mucho antes de ser elegido presidente. Es un valor del hombre de negocios que
regatea y presiona, pero un arma peligrosa, tal vez suicida, para un
presidente. En sus primeros cien días de gobierno, Trump se ha dedicado a
revertir todas las políticas y logros del presidente anterior, desde las
reformas al sistema de salud hasta los acuerdos comerciales internacionales.
Lo mismo puede ocurrir en cualquier país de Europa.
Dese un punto de
vista democrático no parece mal: las sociedades deben tener la opción de
cambiar aunque, por lo general, sea solo una ilusión necesaria. Sin embargo,
para bien o para mal, toda esa imprevisibilidad de hacer y deshacer significa
más de lo mismo: las actuales democracias liberales son tan imprevisibles que
no se puede confiar ni en sus propios acuerdos. Los países que negocian con
ellas negocian con hombres y mujeres que están en el poder cuatro u ocho años
y luego son reemplazados sistemáticamente por un antagónico, ya que la
insatisfacción de la población es cada vez más frecuente.
Según un estudio
reciente de los profesores Stephen Broadberry y John Wallis (“Growing,
Shrinking and Long Run Economic Performance”) el factor que explica el
aumento del crecimiento económico en los últimos siete siglos no se ha debido
a la mayor producción sino a las menores recesiones y, según los datos
extraídos de un estudio posterior, este fenómeno no se explica por factores
demográficos o por las grandes invenciones sino por la capacidad de las
cortes de resolver disputas basadas en reglas previamente establecidas. Es
decir, predecibles.
Más allá de muchos
otros factores (como la justicia de reglas establecidas por los vencedores a
escala social e internacional), parece aún menos discutible el hecho de que
la previsibilidad es lo que atrae a los dueños del dinero, también en nuestro
mundo posliberal. Es ahí donde los países no democráticos de Asia se
benefician de una mayor apertura y liberalización económica mientras que las
democracias liberales corren la suerte contraria.
Una posible consecuencia
a largo plazo puede ser un corrimiento aún mayor de Oriente hacia sociedades
más democráticas y abiertas al tiempo que Occidente decide moverse en sentido
opuesto, lo que confirmaría lo anunciado en “El lento suicidio de Occidente”
(2003)
La otra
posibilidad es nuestra mayor esperanza: que Occidente reaccione y no se deje
seducir por lo peor de sí mismo. Ejemplos tiene de sobra en su propia
historia.
Ambas
posibilidades están ahí, vivas, latentes. Tal vez todo dependa de una de las
mayores virtudes humanas, que es también su mayor peligro: la libertad de
tomar sus propias decisiones.
http://rebelion.org/noticia.php?id=226191
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Espionaje, democracia y poder mediático
Alberto Adrianzén
En estos últimos
días un nuevo escándalo político llena las páginas y pantallas de los medios.
Se trata del “chuponeo” a Ollanta Humala, Nadine Heredia y a su entorno más
cercano que probaría dos temas centrales: a) el manejo del financiamiento de
la campaña electoral; y b) el tema de Madre Mía donde se confirmaría la
compra de un testigo que cambió su versión para exculpar a Humala de la
desaparición y asesinato de dos personas en 1992 cuando era miembro de las
FF.AA.
Como sabemos no es
la primera vez que escándalos como estos se presentan. Todavía guardamos en
la memoria el caso de los Petroaudios, la interceptación a Lourdes Flores
cuando fue candidata a la alcaldía por Lima, el seguimiento a la
exvicepresidenta Marisol Espinoza por miembros de inteligencia. Sin embargo,
el caso de Ollanta Humala es particular. No solo porque se trata de un
expresidente que fue “chuponeado” en plena campaña electoral, sino también
porque ese mismo “chuponeo” data de hace seis años y ahora, extrañamente,
sale a la luz.
Por otro lado, es
un error pensar que este “chuponeo” recién se conoce. El periodista Miguel
Ramírez del diario Trome ha publicado un artículo (02/05/17) en el que cuenta
que a fines de mayo de 2011, a pocos días de la segunda vuelta, Edmundo Cruz,
periodista de La República, le dijo que una fuente policial le informó que
por una “orden de arriba” se había ordenado “chuponear” al candidato Ollanta
Humala y que eso era “ilegal”. Incluso añade Ramírez que el mismo policía le
hizo escuchar a Edmundo Cruz varios audios “donde Humala conversaba con sus
principales dirigentes”. Parte de esos audios fueron publicados por el propio
Cruz en La República en ese tiempo. Hoy sabemos además que no solo existen
grabaciones sino también fotos y videos que comprobarían la compra del
testigo en el caso de Madre Mía. Era, por lo tanto, un típico operativo de
inteligencia.
Según Ramírez, la
fuente de Cruz era un policía antidrogas, “del equipo electrónico
Constelación”, que la Embajada norteamericana “donó para hacer interceptaciones
telefónicas legales y combatir el narcotráfico y el terrorismo” y que hoy (se
refiere al año 2011) se estaba utilizando para “acciones políticas”.
El equipo
electrónico Constelación llegó a nuestro país el año 2007 y debido a una
serie de problemas, entre ellos la oposición de las compañías privadas de
telefonía, comenzó a operar en 2009. Sin embargo, el dato más importante es
que este equipo es supervisado por la DEA. Una nota de Óscar Castillo (El
Comercio: 30/11/11) cuenta la historia de la llegada de este equipo y cómo la
propia DEA fue la que no solo lo instaló sino también la que seleccionó al
personal, previo paso por el detector de mentiras. Incluso se dice en predios
de inteligencia que la utilización del equipo Constelación requiere, en cada
caso, de la previa aprobación de la DEA.
En este contexto
habría que hacer algunas puntualizaciones: a) ¿sabía la DEA, es decir la
Embajada norteamericana, que Constelación se estaba utilizando para fines
políticos? Menciono a esta Embajada porque según el “Acuerdo Operativo entre
el Gobierno de la República del Perú y el Gobierno de los Estados Unidos de
América para el proyecto de control de drogas”, firmado en julio de 1996, los
miembros de la DEA están adscritos a dicha Embajada; b) si bien se puede especular
que el gobierno de EE.UU. ha podido estar interesado en saber los puntos
débiles de Humala (algunos piensan que esta es la razón de su posterior
derechización), también se puede decir que es poco probable que la DEA, es
decir la Embajada norteamericana, haya aceptado que se utilice este equipo
para fines políticos por temor a un escándalo diplomático; c) si ello es así
existe la posibilidad de que no haya sido el equipo Constelación el que
realizó el “chuponeo” sino más bien los aparatos de inteligencia. Edmundo
Cruz en una reciente entrevista al programa radial “No Hay Derecho” ha dicho
que un micro fue implantado en el local del Partido Nacionalista, hecho que
ratificaría que fue un operativo de inteligencia y no de la DIRANDRO, que es
el que tiene el equipo Constelación. Todo ello abona para decir, como lo
afirma el propio Cruz, que Alan García y el ministro del Interior sabían del
operativo.
Con esta
explicación no pretendo defender a Ollanta Humala y menos avalar lo de Madre
Mía. Si como todo indica hubo una compra de un testigo para ocultar un delito
grave, Humala tendrá que enfrentar la justicia una vez más y asumir las
consecuencias. Me interesa más bien decir que el espionaje no solo afecta y
degrada la política y la democracia sino también incrementa el poder de
algunos medios de comunicación que se convierten en los “árbitros de la
verdad”, al informar unos hechos y omitir otros. Por eso no nos debe extrañar
que hoy muchos medios no se pregunten algo que es obvio: por qué y con qué
finalidad estos audios aparecen seis años después y en medio del escándalo
Odebrecht. Y por qué no se preguntan quién ordenó este chuponeo.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/872034-espionaje-democracia-y-poder-mediatico
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Los derechos humanos son para todos
Augusto Álvarez Rodrich
La promoción de
los derechos humanos no puede atravesar por mejor momento en el Perú, porque
si hasta la congresista Lourdes Alcorta los defiende ahora, ya es una señal
de la amplitud tan valiosa que ha alcanzado la toma de consciencia de este
concepto fundamental en una sociedad que pretenda ser democrática, lo cual
requiere que proteja los derechos de todas las personas y castigue a los que
los violen.
Es cierto que este
espíritu inusitado de la defensa de los derechos humanos en gente como la
parlamentaria Alcorta no parece obedecer –como debería– a un asunto de
principios sino de interés político puro derivado de la reaparición del caso
Madre Mía que involucra al ex presidente Ollanta Humala.
Las conversaciones
en la interceptación judicial hecha al ex presidente Humala, más allá de si
fueron debidas o indebidas, contienen información muy relevante porque aluden
a la presunta compra de un testigo en el caso Madre Mía en el que se le acusó
de cometer actos de violación de los derechos humanos cuando, en 1992, era
capitán del ejército y dirigía una base militar en San Martín.
Más allá de la
implicancia judicial que llegue a tener esta información –y que ojalá la
tenga por la importancia de los derechos humanos–, la misma es importante
porque vuelve a generar dudas sobre la participación de Humala en una
desaparición forzada así como en la obstrucción de la justicia al comprar a
un testigo.
Este hecho ha
generado un interés inusitado de gente como Alcorta, entre varios otros, por
los derechos humanos, a pesar de que antes el tema le interesaba muy poco, y
menos aún las violaciones cometidas por personas vinculadas al fujimorismo en
el que ella milita, con su reconocido entusiasmo, en este lustro político.
Pero no importa el
motivo. Lo relevante es que, por la razón que sea, se empiece a entender que
la defensa y la promoción de los derechos humanos no es, en modo alguno,
propiedad de un solo sector político, sino que es un asunto fundamental en
una sociedad democrática que debe ser defendido absolutamente por todos,
desde la izquierda a la que usualmente se lo asocia, hasta la derecha,
pasando por el centro político y por todos sin excepción.
Cuando se
entienda, realmente, que los derechos humanos de todos los ciudadanos deben
ser defendidos por todas las personas, sin distingo de su orientación
política, el Perú estará avanzando hacia la conformación de una sociedad más
democrática y digna.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/872033-los-derechos-humanos-son-para-todos
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Mal Menor III
Luis Davelouis
La izquierda
peruana se subió a la carreta de Toledo y de Humala, pero estos no ganaron
gracias a la izquierda (PPK sí, por ejemplo). Y seamos absolutamente claros:
la derecha no fue la que votó por el “Capitán Carlos” a sabiendas de que muy
probablemente lo fuera y sin soltar por un minuto –ni siquiera por vergüenza–
las banderas de los derechos humanos que dicen defender sobre todas las
cosas. Y allí siguen muchos de ellos, sordos y ciegos en los laberínticos
sótanos cretenses que ellos mismos construyeron entusiastas mientras cantaban
“A desalambrar” de Víctor Jara.
Por otro lado, han
pasado 17 años desde que Alberto Fujimori se fugara del Perú con la excusa
del ALCUE para renunciar desde lejitos y, si bien el antifujimorismo está
reduciéndose (de 41% en 2014 a 30% en 2017, según GfK) sigue siendo uno de
los dos movimientos políticos que más gente aglutina.
Y adjudicarle esto
a los caviares, los rojos o las ONG es hacerles un favor, es
sobredimensionarlos. Esta gente no ha sido envenenada, como repiten algunas
cotorras. No. El antifujimorismo –con las limitaciones de lo que no existe
sino solo por oposición a otro– es memoria, pudor y consecuencia. Este
antifujimorismo que derrotó dos veces a Keiko es hechura de su padre,
Alberto, del tío Vladi y de sus amigos y fans (¡Agarren a la tía Lucha!).
Como decíamos
ayer, la razón por la que se vota en contra o a favor de algo o alguien varía
de persona a persona. Pero pienso que es correcto afirmar que por lo menos
para un 30% de los electores peruanos, el fujimorismo no es una opción no
porque lo odien, sino principalmente porque se rehúsa a reconocer todo el mal
que hizo y ofrecer disculpas.
http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-mal-menor-iii-2280226
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Modernicemos las normas de familia
Violeta Bermúdez Valdivia
Una reciente
sentencia del Quinto Juzgado Constitucional (Exp. 6374-2016) ha puesto
nuevamente en evidencia lo obsoleto de las normas del derecho familiar
peruano. Una pareja de casados, que intentó frustradamente durante años
procrear y lograr su aspiración de convertirse en una familia con hijos, optó
por recurrir a las técnicas de reproducción asistida. Luego de varios
intentos, nacieron mellizos procreados con esperma del cónyuge, óvulos de una
donante anónima y el apoyo de una madre subrogada o portadora; es decir, una
persona que ofreció su útero para la implantación y desarrollo del óvulo
fecundado, con el que no tenía relación genética alguna. La madre subrogada,
quien estaba casada, accedió a apoyar a los esposos que deseaban ser padres.
Su cónyuge participó del acuerdo.
Según nuestro
Código Civil, vigente desde 1984, la maternidad se determina por el parto y
el hijo de una mujer casada tiene por padre al marido (presunción de
paternidad). Asimismo, el hijo de una mujer casada no puede ser reconocido
por una persona que no es su cónyuge, sino después de que el marido lo
hubiese negado y obtenido sentencia favorable. No dice nada en relación al
establecimiento de la filiación en casos de reproducción asistida.
En aplicación de
las normas vigentes, entonces, en el caso narrado la maternidad correspondía
a la madre por subrogación y no a la mujer que decidió recurrir a la
reproducción asistida con el afán de ser madre, por lo que así fueron
registrados los niños. No obstante, a pesar de la presunción de paternidad,
el establecimiento de salud (y en base a ello el Reniec) registró a los niños
como hijos del padre biológico, quien no era marido de la madre portadora.
Gran parte de las normas del derecho de familia quedaron al margen de esta
realidad.
Tras lo ocurrido,
se buscó efectuar las ‘correcciones’ que permitieran clarificar la identidad
de los menores ante el Reniec sin éxito, lo que motivó que las dos parejas y
los propios niños, representados por quienes aparecían como sus padres
legales, iniciaran un proceso de amparo. La sentencia dictada recientemente,
y que reconoció la paternidad de la pareja que recurrió a la reproducción
asistida, es interesante y creativa pues analiza diversos puntos importantes
sobre los derechos constitucionales en el contexto de las familias (los derechos
a la identidad de los niños, al libre desarrollo de la personalidad, a la
vida íntima y familiar y los derechos sexuales y reproductivos). Pero más
allá de estos puntos, el fallo plantea también una importante interrogante:
¿el Código Civil actual responde efectivamente a los problemas y situaciones
de las familias del siglo XXI?
La respuesta es
negativa por una razón fundamental: la familia y las relaciones familiares
han cambiado sustancialmente y las normas sobre filiación que, en casos como
el comentado, reproducen el anterior Código Civil de 1936, requieren
actualizarse a la luz de los avances médicos y, fundamentalmente, de los
principios constitucionales que orientan hoy las relaciones familiares (el
interés superior del niño, el interés superior de las familias y la primacía
de la voluntad y responsabilidad en el ejercicio de los derechos sexuales y
reproductivos).
Así, este caso ha
dejado claro que resulta indispensable actualizar nuestras normas de familia
para que puedan otorgar soluciones que garanticen los derechos de todas las
personas en casos similares a los de estos dos niños, quienes en breve
cumplirán año y medio, sin que se haya definido con certeza su identidad
legal. El grupo de trabajo del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, que
viene revisando el Código Civil, debería estar a la altura de estos desafíos.
http://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/modernicemos-normas-familia-violeta-bermudez-noticia-1989059
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Ni fácil ni difícil, todo lo contra
José Luis Guasch
La frase que
titula esta columna la decía mi padre cuando le proponía una tarea inusual o
complicada, o le mencionaba algunos de mis sueños locos, típicos de la dorada
juventud. Y me tomó tiempo entender la sabiduría detrás de ese
pronunciamiento. La coyuntura de la reconstrucción me ha hecho recordar ese
dicho, que depende de cómo se tome al toro por las astas.
Aplaudo la
reacción y el comportamiento del gobierno ante la tragedia. El análisis, la
estrategia, las intervenciones de urgencia y los pronunciamientos para
proseguir me parecen excelentes. Sin duda quedan algunos temas por definir,
pero son entendibles.
Un hueco que aún
está en el aire y en el que hay menos claridad es cómo aterrizar los
proyectos con rapidez y eficiencia. A razón, comparto algunas sugerencias
puntuales basadas en mi experiencia de cuando lideraba el grupo de expertos
globales en APP del Banco Mundial en situaciones similares, que podrían
complementar las diversas iniciativas del gobierno.
Primero. Uso de
contratos complementarios con concesionarios existentes, vía ‘cuasiadendas’.
Sí, sí, ya escucho reacciones a tal propuesta del tipo “¡sacrilegio!”,
“¡anatema!”. Y encima viniendo de mí, que he sido y soy un acérrimo crítico
de las adendas oportunistas. Pero algo que me ha enseñado esta vida es que
hay que ser pragmático, sobre todo al enfrentar crisis excepcionales como
esta. Albert Einstein ya decía que, en situaciones críticas de humanidad y de
dignidad de vida, dejemos la elegancia para el sastre. De ahí mi
justificación a esta sugerencia: en contextos parecidos se ha desarrollado
con éxito.
¿Cómo se hace? Se
define un área de influencia geográfica del concesionario existente –más o
menos colindante con sus operaciones y jurisdicción–, y por temas vinculados.
Por ejemplo, si es una carretera, el área de influencia podría ser caminos
rurales, vías de enlace secundarias, puentes, etc. que se hallen próximos al
trayecto de la carretera concesionada. Luego se analizan las necesidades y se
negocia un contrato complementario (vía adenda) con precios/costos
referenciales y una tasa de retorno a la par del contrato original ajustada
por riesgos.
En ocasiones, para
aumentar la transparencia, se ha usado un panel de expertos para bendecir el
contrato complementario –cuya preparación no debería tomar más de tres meses–
o se usó la opción de que terceros mejoren la oferta. Los beneficios son una
mayor rapidez para solucionar el problema, la captura de ciertas economías de
escala que deben reducir costos, y la internalización del mantenimiento y la
rehabilitación para reducir la ocurrencia de problemas similares a futuro.
También es aplicable en el tema de viviendas y agua y saneamiento, aunque ahí
hay que ser más creativo ya que el Perú no tiene concesionarios en viviendas,
y prácticamente tampoco en agua y saneamiento.
Segundo. Lograr
coherencia y complementariedad entre las diversas modalidades de intervención
(obra pública, APP y obras por impuestos). Una vez identificado el problema
con focalización geográfica, se debe considerar la intervención integrada de
estas tres modalidades (las que tengan sentido) en dicha localidad e
implementarlas simultáneamente para capturar las complementariedades y evitar
solapamientos. Añadido a ello se debe empoderar a gerentes locales para
liderar el proceso –que debe ser bendecido por un comité especializado– a
esos niveles.
Tercero. El manejo
de cuencas, ríos y defensas ribereñas es más complicado y necesita atención
especial. Generalmente se ha hecho a través de obra pública por varias
razones, pero la mejor solución huele a un híbrido APP dadas las expectativas
sobre la incidencia de huaicos en el futuro. ¿Cómo? Se otorga el proyecto a
la APP (con mecanismo de pago acelerado y residual diferido) a empresas con
esa especialización (que las hay), pero el concesionario es responsable de
monitorear su efectividad e intervenir apropiadamente, siendo compensado con
incentivos de pagos vinculados a la efectividad del proyecto.
Cuarto. Establecer
bonificaciones en función del tiempo para completar el proyecto, tanto para
APP como obra pública.
Quinto. Priorizar
las intervenciones en base al impacto y en las zonas donde existe mayor
cooperación, transparencia y capacidad institucional.
Sexto. Como estos
eventos no suelen tener piernas desaparecen de los medios relativamente
rápido (caso del terremoto de Pisco). Por ello, es necesario mantener la
presión al gobierno para que los esfuerzos no decaigan y los recursos no se
malgasten. Se requiere establecer metas de adelantos referenciales y un
proceso de comunicación mensual mostrando los avances.
Todo esto
contribuirá a que esta tarea gigantesca no sea ni fácil ni difícil, sino todo
lo contrario.
http://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/ni-facil-ni-dificil-todo-lo-contrario-jose-luis-guasch-noticia-1989046
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Publicidad gratis
Mirko Lauer
Más publicidad ha
obtenido el Movadef con la campaña sobre apología del terrorismo que con su
rangalida marcha de cartelitos por el centro de la ciudad. Es muy discutible
si esta excursión para pedir la libertad de dirigentes presos de Sendero
Luminoso es ese tipo de apología. La marcha puede ser antipática, incluso
odiosa, pero no configura el delito que se atribuye.
Refiriéndose a un
caso diferente, del 2015, el penalista Carlos Caro Coria precisó que para
serlo un acto de apología del terrorismo “debe presentar una incitación
pública y el autor del delito alabar un hecho concreto del terrorismo”. Lo de
días pasados en el centro es más bien un reclamo judicial con argumentos
truchos.
Pero el ministerio
del Interior ha decidido curarse en salud y proceder a una denuncia por
apología del terrorismo de todas maneras. No va a prosperar. Una lista de
actividades pasadas del Movadef con similares carteles podría sugerir que
esta vez la culpa radica más bien en haberse exhibido por las calles del
centro, en lugar de, por ejemplo, algunas universidades donde suele hacerlo.
Más bien si hay
algo que reclamarle legalmente al Movadef eso sería haberse colado a una
autorización emitida para la CGTP en ocasión del Primero de mayo. Como ha
dado a entender el director de la PNP, sus efectivos estaban allí para cuidar
el orden, como en cualquier marcha. Si el Congreso quiere investigar, que
comience por la lectura del Código Penal.
Nada de esto
significa que el Movadef no esté de acuerdo con el terrorismo de SL, aunque
es un tipo de táctica que esa agrupación no practica desde que sus
principales líderes están presos. Más aun, parte de su estrategia es no
aparecer defendiendo el terrorismo, sino unos “derechos fundamentales”, que
SL nunca defendió, y que ahora incluyen la amnistía a los dirigentes de SL.
La posibilidad del
Movadef de hacer una marcha como la del lunes pasado, sin realizar apología
del terrorismo, es una buena demostración de que está disfrutando del derecho
fundamental de decir lo que piensan por calles y plazas. Esa debe ser una de
las actividades más inocuas que realiza el Movadef, sumamente activo en
variadas iniciativas radicales. ¿Por qué en esos casos el Congreso no invita
e investiga?
http://larepublica.pe/impresa/opinion/872031-publicidad-gratis
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Sangre nueva en la política
Sinesio López
La reforma del
sistema electoral, si está bien diseñada, puede traer grandes cambios en la
política, pero, pese a esa virtud, puede ser una medida limitada si no forma
parte de un paquete de medidas que incluya al sistema de partidos y a la
forma de gobierno. El Perú requiere una reforma política amplia y radical
para dejar atrás la anquilosada política que lo paraliza y para reencontrarse
con los profundos cambios que están viviendo AL y el mundo.
Ahora solo quiero
discutir los puntos más importantes de la reforma electoral. En primer lugar,
la renovación de la política exige facilitar la entrada de sangre nueva a su
escenario. Eso se logra disminuyendo la exigencia de inscripción electoral de
4% a 1% o menos del padrón electoral. La propuesta del 4% busca secuestrar a
la política, elitizarla al máximo, convertirla en coto cerrado de partidos agotados
e impedir el ingreso de las nuevas generaciones a la cancha.
Algunos
representantes de los partidos moribundos han hecho propuestas absurdas que
incluyen determinados años de experiencia para entrar a la competencia
electoral. Esas propuestas pretenden bloquear la representación de una
sociedad que está en cambio permanente y que ha convertido a los pretenciosos
secuestradores de la política en excrecencias morbosas de la colectividad
nacional. Hay que mantener, sin embargo, la valla del 5% para llegar al
Congreso y para mantener la inscripción del partido con el fin de darle
gobernabilidad al país.
En segundo lugar,
el reconocimiento de sectores discriminados a lo largo de la historia
requiere un especial sistema de representación. El establecimiento de una
cuota de género no menor del 50% con alternancia en la lista de candidatos va
en esa dirección. El mismo sentido tiene la fijación de una cuota a los
pueblos originarios (como en Colombia) y a las comunidades campesinas tanto
para el Congreso como para los gobiernos regionales. Las injusticias
históricas no se resuelven solo con medidas de justicia presentista tales
como “todos somos iguales ante la ley” sino que son necesarias políticas de
compensación positiva.
En tercer lugar,
la democratización de los partidos mediante el establecimiento de elecciones
primarias obligatorias bajo la dirección de la ONPE para elegir a los
candidatos a la presidencia y al Congreso es una buena propuesta más o menos
consensual. Es la mejor forma de sustituir el voto preferencial que causa
muchos problemas a los “partidos”, al Congreso y a la democracia.
En cuarto lugar,
es necesario establecer la equidad en la competencia electoral y defender la
autonomía de la política, de los partidos y de los gobiernos frente a los
intereses de las grandes empresas, eliminando el financiamiento privado de
las campañas electorales y estableciendo el financiamiento público (como en
Méjico) y el autofinanciamiento limitado de los militantes del partido. Hay
que defender la ética en la política evitando que el dinero sucio entre a la
política y a la competencia electoral. Hay un problema de agencia en la
realización de estas reformas que debemos superar con la movilización de
todos.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/872035-sangre-nueva-en-la-politica
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Trump y sus amigos
Agustín Haya de la Torre
Donald Trump
cumplió cien días en la Casa Blanca, dejando intacta la capacidad de
desconcertar a sus compatriotas y al mundo entero con sus atropelladas
iniciativas.
Fracasados sus
intentos de avanzar en la construcción del muro fronterizo a costo de los
mexicanos, o de evitar la migración de siete naciones islámicas, vio también
naufragar, en la Cámara de Representantes, su proyecto de anular el sistema
de salud y seguridad social creado por el gobierno de Barack Obama.
Como ningún otro
presidente de los Estados Unidos, desde tiempos de Dwigth Eisenhower, alcanzó
el más bajo nivel de aprobación en un lapso semejante. Además, desde el
inicio de su mandato hasta el primero de mayo, logró movilizar en su contra,
en decenas de ciudades de la Unión, a millones de personas reclamando
derechos o reivindicando las políticas públicas del cambio climático.
Donde más temores
causa es en la escena internacional. De andar metido en un enredo por su
romance con Rusia, lo quebró tras el respaldo de Moscú al bombardeo con gases
tóxicos lanzados por el gobierno de Al Assad en la guerra siria.
Ahora se le ocurre
la gran idea de invitar al déspota de Pyonyang y al cruel presidente de
Filipinas, a visitar Washington.
El “líder supremo”
de la autarquía totalitaria de Corea, vive prácticamente de la amenaza
constante de lanzar bombas atómicas sobre los EE. UU. Aunque muchos dudan de
que tenga tal capacidad, sí pueden alcanzar Seúl y Tokio, causando una
catástrofe que probablemente acabe con ellos mismos.
El juego no
resulta fácil. Felizmente una apresurada orden a la flota nuclear acabó,
gracias a un sensato almirante, con los barcos en Australia.
Encima con su
chirriante diplomacia, decide invitar al sanguinario gobernante de Filipinas,
responsable del asesinato de 3,700 presuntos traficantes, que mantiene
desnudos a miles de presos mientras ordena “rehabilitar” a la fuerza a los drogadictos.
El tacto de Trump
para escoger a sus amigos es de ida y vuelta. También se los gana a pulso.
Así lo demostró Nicolás Maduro, obsequiándole medio millón de dólares para su
toma de mando.
http://diariouno.pe/columna/trump-y-sus-amigos/
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Venezuela, guerra o terrorismo económico
Hedelberto López Blanch
La guerra
económica desatada contra la República Bolivariana, diseñada y dirigida desde
Estados Unidos y llevada a la práctica por las fuerzas opositoras venezolanas
con el apoyo de los grandes medios de comunicación de la derecha criolla e
internacional, ha tomado nuevos tintes para convertirse en una ola de
terrorismo económico.
Las pérdidas por
la violencia desatada se han evaluado en más de 100.000 millones de bolivares
y entre las instalaciones atacadas aparece hasta el Hospital Materno Infantil
Hugo Chávez Frías, ubicado en El Valle, Caracas, cuyos trabajadores y
pacientes fueron asediados por cerca de tres horas.
Entre los hechos
vandálicos destacan los destrozos ocasionados a la Dirección Ejecutiva de la
Magistratura (DEM) en el municipio Chacao del estado Miranda, el 8 del mes en
curso. Durante el 20 y 21 de abril, grupos violentos ocasionaron daños a
bienes privados y públicos en los sectores Cajigal y San Andrés de la
parroquia El Valle.
Los violentos
hechos han dejado 29 personas muertas (cuatro adolescentes y 25 adultos) y
alrededor de 450 lesionados.
Los concejales del
Bloque de la Patria en el Cabildo Metropolitano de Caracas denunciaron ante
el Ministerio Público (MP) el financiamiento a grupos extremistas que reciben
recursos provenientes de la Alcaldía Metropolitana, a cargo de Helen
Fernández, y de las alcaldías de los municipios Chacao, Baruta, El Hatillo y
Sucre, estado Miranda.
Para el ministro
de Comercio Exterior e Inversión Internacional venezolano, Jesús Farías, la
guerra económica es una estrategia diseñada para desequilibrar a un Gobierno:
la desestabilización parte de una turbulencia económica que genera trastornos
sociales, vinculados a malestar y conflictividad que pueden surgir de esa
situación. Su expresión concreta es el repunte inflacionario, derivado de una
especulación inclemente con los precios.
Agrega el ministro
que otras manifestaciones son el acaparamiento y la escasez crónica de
productos de primera necesidad, así como el ataque a la moneda nacional; el
sabotaje a sectores claves productivos y el contrabando exagerado de
alimentos, con amplio apoyo de poderosos medios de comunicación para generar
angustia y zozobra. Es una estrategia que tiene implícito un propósito
político: derrocar a un presidente legítimo y no existe ningún gobierno de
izquierda en el mundo que no haya sido sometido a un ataque de esa
naturaleza.
Recordemos que
2016 resultó uno de los años más duros desde el inicio de la Revolución
Bolivariana debido a los enormes ataques que sufrió con la intención de
derrocar al Gobierno de Nicolás Maduro.
Entre esas
acciones aparece el bloqueo de las cuentas de la República por parte del
Banco City Bank que intentó descalificar la credibilidad financiera del país.
Las calificadoras
occidentales de riesgos como JP Morgan, presagiaban una inminente cesantía de
pagos de deudas venezolanas, que propiciaron un cerco para acceder a créditos
internacionales.
La empresa PDVSA
como principal generadora de divisas del país, fue víctima de ataques y
sabotajes que pretendían evitar un canje de deuda para el desarrollo de la
industria.
Simultáneamente
hubo un complot para sacar de circulación y llevarse fuera del país todos los
billetes de 100 bolívares. Ese golpe se montó sobre una estrategia para
bloquear financieramente las operaciones y transacciones realizadas por la
República para evitar que cumpliera con los proveedores de bienes, materias
primas e insumos esenciales para abastecer de medicamentos, alimentos y de
servicios a la nación, así como evitar la cancelación de la deuda.
Productos
alimenticios y de higiene desaparecieron de los mercados, acaparados por
compañías distribuidoras o sacados clandestinamente hacia Colombia por la
extensa frontera.
Tras esa guerra
económica, con el fin de culpar al gobierno por su “deficiente” gestión,
aparecieron después los representantes de la derecha opositora y de los
medios de propaganda que llaman a realizar cargas violentas e incendiar al
país.
Es decir, se ha
pasado al terrorismo como instrumento político-económico que supone la
ejecución de actos violentos para propiciar una atmósfera de pánico colectivo
y destruir el orden. Es intimidación organizada que puede lesionar o poner en
peligro derechos individuales como la vida, integridad corporal, salud,
libertad o patrimonio, o poner en emergencia a la seguridad pública lo que
pasa por destruir o interrumpir servicios públicos; atentados o crímenes que
tienden a crear una situación de terror por su carácter reiterado.
El presidente
Nicolás Maduro puntualizó recientemente que la derecha quiere impedir que se
consolide la agenda económica bolivariana, porque ya se había ido superando
con mucho esfuerzo los efectos de la guerra económica.
La oposición de
derecha esta obsesionada porque no ha logrado derrocar al Gobierno y en
contraposición crecen los programas sociales en beneficio de la mayoría de la
población.
Los Comités
Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) están llevando alimentos de
primera necesidad a 6 millones de hogares priorizados que han aminorado las
escaseces provocadas. La Gran Misión Vivienda ha entregado 1.600.000 casas en
seis años; a modo de diversificar la economía, en el primer trimestre de 2017
la nación ha recibido 100.000 millones de dólares por exportaciones de
camarón; ya se entregaron este año 28.000 becas a estudiantes de educación
media y diversificada para garantizarles la culminación de sus estudios; se
aprobaron 1.000 créditos al programa Soy Joven dirigido a la juventud
productiva.
Asimismo, el
Gobierno compró 238 kilogramos de oro del Arco minero del Orinoco que pasaron
a engrosar sus reservas internacionales; está en marcha el plan de la
agricultura 2017 y se prevé la producción de 90 millones de kilogramos de
alimentos; Venezuela ha cumplido en tiempo sus compromisos financieros al
pagar recientemente 2.819 millones sin que mermaran las reservas del país.
La guerra
económica de la derecha se ha convertido en terrorismo, una forma muy
peligrosa para una región latinoamericana que apuesta por la paz.
http://rebelion.org/noticia.php?id=226177
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