miércoles, 5 de abril de 2017

OPINIONES 05/04/2017



A 25 años del 5 de abril - Augusto Álvarez Rodrich
¿25 años para celebrar? - Germán Alarco Tosoni
Estás peor que PPK, Keiko - Fernando Vivas
Me gustan los estudiantes - Antonio Zapata
Piura y Perú: desafíos de la reconstrucción - Manuel Dammert Ego Aguirre
Primero acusar - Mirko Lauer

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A 25 años del 5 de abril

Augusto Álvarez Rodrich


Un cuarto de siglo después de su golpe fundacional encuentra al fujimorismo como la principal fuerza política del país y reiterando las taras autocráticas de su origen que explican sus derrotas en los años 2011 y 2016 y, quizá, en 2021.

El fujimorismo se fundó hace 27 años, pero su ADN se constituyó el 5 de abril de 1992 con el golpe perpetrado por Alberto Fujimori y su compinche Vladimiro Montesinos. Ambos cumplen condena por ladrones y asesinos luego de juicios impecables.

El 5 de abril Fujimori renunció a ser un presidente democrático y adoptó el plan de Montesinos para crear una autocracia que tuvo méritos innegables en la derrota del terrorismo y en el arreglo del desmadre económico que dejó Alan García, mediante un proceso de estabilización y modernización que han mantenido todos los gobiernos posteriores.

Como fue obvio luego, eso fue el biombo para establecer uno de los gobiernos más corruptos de la historia peruana, lo que no es poca cosa por la sólida tradición de asalto al erario.

Tras el colapso del fujimontesinismo en 2000, por la revelación del video Kouri-Montesinos que permitió conocer con detalle la podredumbre del régimen, pero, principalmente, por un mal manejo de la crisis económica de 1997-98, el fujimorismo avanzó en una reinserción política que debió ser valiosa para el país.

Luego de perder en 2011, Keiko Fujimori planteó un liderazgo autocrítico con los delitos y errores del pasado. Y su mensaje caminó en esa vía hasta que, en la segunda vuelta, su candidatura fue amenazada por PPK.

Entonces, en vez de persistir en las ideas expuestas por Keiko Fujimori en Harvard, el fujimorismo reaccionó, frente a los apremios de la campaña, apelando a lo peor del repertorio del gobierno de su padre.

El momento crítico ocurrió cuando en el tramo final se desnudó la maniobra para usar al periodismo como enjuague de la putrefacción en un programa de TV que involucró al candidato a vicepresidente. Por eso Keiko Fujimori perdió la elección en la puerta del horno: porque a un sector de la ciudadanía le preocupó el retorno del estilo mafioso del padre.

Ahora, con la amplia mayoría parlamentaria que tiene, el fujimorismo se ha dedicado a perseguir a quienes cree que fueron responsables de su fracaso, incluyendo periodistas para los cuales prepara leyes mordaza y campañas en las redes del tipo de la prensa chicha del fujimontesinismo.

25 años después del 5 de abril, el fujimorismo se esfuerza por demostrar en el Congreso que, aunque la mona se vista de seda, mona se queda.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/862227-25-anosdel-5-de-abril


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¿25 años para celebrar?

Germán Alarco Tosoni


Hoy día se cumplen 25 años del autogolpe del 5 de abril de 1992. En términos políticos, tanto en ese momento como desde una mirada a la distancia, esa acción no solo fue reprobable, sino innecesaria e inútil y consolidó un régimen autoritario, represivo (con muertos a cuestas) y corrupto que limitó el ejercicio de nuestras libertades individuales.

Ni la captura de Abimael Guzmán, ni la victoria frente al terrorismo fueron resultado de ese atropello al estado de derecho, ya que estas ocurrieron por actividades de inteligencia, la acción conjunta de las Fuerzas Armadas y la Sociedad organizada. Sin embargo, a la par de la contundencia de la evaluación sociopolítica, el balance en términos económicos permanece abierto.

Hay quienes sostienen que todo fue maravilloso y que debe ser profundizado; unos pocos que plantean que todo estuvo mal y otros que pensamos que hubo algunas mejoras o pocas dependiendo de si el vaso se mira medio lleno o medio vacío. La pregunta pertinente es qué corregir y mejorar hacia adelante.

Son innegables las mejoras en términos de las condiciones de vida de nuestra población, especialmente si tomamos como línea de base finales de la década de los ochenta en que el país fue asolado por el terrorismo, un negativo contexto externo y malas políticas económicas.

Sin embargo, según los indicadores de desarrollo humano, casi todos los países en el mundo mejoraron sus índices de salud y educación a la par que nosotros. Tampoco hay que olvidar que las estadísticas oficiales sobre pobreza monetaria y desigualdad personal reflejadas en el Gini son solo un engaña muchachos. La catástrofe reciente nos ha hecho recordar cómo vive precariamente nuestra población fuera de la Lima consolidada y de los centros de las principales ciudades del país.

Revisando las estadísticas del BCRP tenemos algunas sorpresas. Entre 1990 y 2016 el PBI creció a una tasa promedio del 4.7% anual, mientras que entre 1950-1969 fue del 5.5% anual.

El modelo fordista preocupado por el balance entre los diferentes actores sociales fue superior al neoliberal orientado exclusivamente a favor de los empresarios. También es indiscutible que la década de los noventa tuvo un crecimiento promedio del 4% superior al -0.6% anual de la década de los ochenta.

Hay mucho por ajustar del modelo económico instaurado a partir de la Constitución de 1993 heredera del autogolpe. Se destruyó el planeamiento estratégico y se arrinconó al Estado en un modelo de capitalismo rapaz concentrado y poco competitivo.

Se redujo el poder de compra de los asalariados a la par que crecía el empleo principalmente precario y se mercantilizaba la educación, salud y la seguridad social; se acosó a las empresas públicas sobrevivientes y a todas las otras formas de propiedad. Se abandonó al sector industrial con importaciones baratas mientras que se fortalecía a los sectores extractivos.

Hay que reconocer también algunos elementos positivos como la expansión de las exportaciones no tradicionales, una inflación más baja y unas finanzas públicas más equilibradas. Sin embargo, también con estas últimas hay que realizar mejoras.


http://diariouno.pe/columna/25-anos-para-celebrar/




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Estás peor que PPK, Keiko

Fernando Vivas



La indefinición no es exclusiva del presidente. Pero, mientras que en él es un proceso de pensar en voz alta (a veces ante los micrófonos, ¡qué roche!), en Keiko es una parálisis silenciosa. Enmudece ante los medios, da venias para que sus congresistas digan una cosa, y luego nuevas venias para que se desdigan. Quien mejor ha aprovechado esta indefinición no son los ppkausas, sino Kenji, que ya se estableció definitivamente como la principal figura alternativa a su hermana dentro de Fuerza Popular.

Lo de Keiko no es un problema de duelo prolongado por su segunda derrota. Eso ya se le pasó hace rato cuando cayó en cuenta de que tenía el dominio completo del Congreso. Es un problema de identidad. Tras abortar un proceso de liberalización que no fue suficiente para conjurar su antivoto, fue cooptada por un conservadurismo que no va ni con su afán por ampliar la base electoral de Fuerza Popular con miras al 2021, ni con su generación. Esto último lo entiende bien Kenji, que a pesar de su cariño al padre autócrata, es más ‘open mind’.

Apostar a una derecha populista, confesional y conservadora, de nostalgia autoritaria, es nadar contra la corriente. Es deplorable que Keiko, teniendo la mayoría absoluta para establecer una agenda legislativa de reconstrucción tras el desastre (por no hablar de temas de reforma del Estado en los que el Gobierno está paralizado o anda con pies de plomo), se enrede en un proyecto inútil de injerencia en el contenido de los medios, se pliegue a la cantaleta contra la ideología de género y aliente vetos discriminadores en la Comisión de Constitución. 

El problema de identidad política en Keiko es tal que le ha impedido dar forma a  su proyecto anunciado el 28 de julio del 2016: convertir su Plan Perú en agenda legislativa. Es cierto que ya hay  iniciativas fujimoristas convertidas en leyes, como el IGV justo, y que en los últimos meses han tenido que revisar el paquete de facultades delegadas al Ejecutivo, pero no han comunicado a la ciudadanía si ese proyecto tenía plazos, estructura, prioridades. No han siquiera intentado armar un ‘gabinete en la sombra’ que les permita mostrar la solvencia técnica que algunos pensarán que es exclusiva del ppkausismo.

Fuerza Popular se ha identificado en demasía con el Congreso. No tiene un solo vocero que no sea congresista y hable de doctrina, de la construcción del partido en las regiones, de los grandes debates nacionales. Y, contradictoriamente, ese reduccionismo a lo congresal no brilla en el nivel de sus propuestas y discurso parlamentarios, a juzgar por los dislates de Letona y Aramayo. Un retiro –no confesional– para debatir su futuro, un congreso propio alejado del Congreso, le vendría bien a FP y a su democracia interna.


http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/estas-peor-que-ppk-keiko-fernando-vivas-noticia-1981430


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Me gustan los estudiantes

Antonio Zapata


Con ese título, una famosa canción de Violeta Parra se ubica en el polo opuesto de la intolerancia mostrada por algunos líderes de opinión a propósito de la toma de San Marcos. Decía Violeta Parra “que le gustan los estudiantes porque son la levadura del pan que saldrá del horno, con toda su sabrosura, para la boca del pobre que come con amargura, y que viva la literatura”.

Esa canción se fundamenta en una sabiduría popular que bien podría acompañar a los periodistas consagrados. El universitario es la levadura del mañana y mejor cuando se compromete con el pobre, porque hará patria y su ciencia estará al servicio de los demás. Esa actitud es necesaria para que el país se levante y nuestros periodistas lejos de apreciarla la llaman terrorismo.

En la universidad se aprende a hacer política y se abren dos grandes opciones: el clientelismo o la orientación por principios. Lamentablemente, en las universidades abundan las autoridades que prostituyen a los representantes ante los órganos de poder. Pero, a la vez, muchos estudiantes buscan denodadamente explicaciones integrales que brinden coherencia ética y política a su accionar. Es una época maravillosa porque se aspira a la consistencia interior creyendo que el mundo se salvará gracias a ella.

En los reclamos de los sanmarquinos se aprecia un punto de vista coherente sobre la política institucional de su universidad. Es cierto que el Estado cada día aporta un porcentaje menor del presupuesto de las universidades públicas.

Según el gobierno, deben procurarse recursos propios. En parte se traduce en contratar estudios con el sector privado e incluso con el público. Pero, en una forma creciente esta presión se dirige a cobrar por servicios a los estudiantes, cuando se supone que la educación pública es gratuita.

En el Perú de hoy, la educación universitaria privada es bastante cara y aunque existen escalas de pago en algunos centros académicos, el acceso y continuidad del estudiante en una universidad competente y particular es complicado y depende de la solvencia de la familia, que muchas veces se mantiene al borde. En ese contexto, los sanmarquinos se han movilizado por la gratuidad de la enseñanza en las universidades públicas, que es una mínima opción de inclusión en este país tan discriminador.

Por otro lado, los estudiantes protestaban contra el clientelismo del rector que ha favorecido con viajes a Harvard a los alumnos de su séquito. Este es uno de los grandes males de nuestro sistema universitario y condenarlo es una buena cosa. Como enseñaba González Prada, saben poner el dedo donde salta la pus.

A los periodistas les ha molestado el método de tomar la universidad y lo han equiparado con el terrorismo, pero no han averiguado los motivos de los estudiantes ni se han preguntado qué se hace cuando las autoridades son sordas y siguen abusando.

Ese malestar estudiantil se expresa en otra dimensión en la PUCP, donde la celebración de sus 100 años ha estado acompañada por protestas contra “cien años de elitización”. La crítica estudiantil se centra en el elevado costo de la educación y sus consecuencias al forjar una entidad que renueva la elite sin terminar con la exclusión.

Como profesor, pienso que los dirigentes de la FEPUCP exageran, pero tienen derecho y se respeta, incluso se alienta. Tan es así que el mismo día de los 100 años, en la puerta principal de la PUCP los estudiantes protestaban ruidosa y alegremente delante de todos los invitados, a diferencia del rector de San Marcos que envió tanquetas contra sus alumnos.

Es una lástima que nuestros líderes de opinión no hayan visto lo primero, se hayan quedado con lo segundo y encima posicionados del lado represivo. Si por lo menos repasaran el cancionero de los sesenta. Urgente un karaoke.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/862228-me-gustan-los-estudiantes



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Piura y Perú: desafíos de la reconstrucción

Manuel Dammert Ego Aguirre


Son días previos al fin de las lluvias inclementes, y en Piura el hormiguero humano no cesa. Miguel Godos, en escrito que modula en diálogo sentido con Octavio, en cortejo camino al Metropolitano, ilustra, enseña, advierte. Resumo sus palabras y reitero sus imágenes, que plantean el diagnóstico y bases para reconstruir Piura. Con la tenacidad y fuerza del mar de Paita, plantea señas de las tareas urgentes para una decisiva reconstrucción.

Está sacudido el norte peruano, Piura incluida. Tras el diluvio y anegamiento: lodo pestilente por todas partes, agua de lluvia y agua de alcantarilla, mezcladas salvajemente. El río desbocado, sedimentado en horas, arrasando los tontos diques de arena, de costo millonario. Absurdo detonante de la tragedia, globalizada. Doblan las campanas de Catacaos, no alertan. Bajo las aguas: casas a pulso, plusvalía inmobiliaria, sembríos laboriosos, equipos universitarios, bibliotecas, zonas residenciales y populares anegadas de lodo universal.

Señala que el ambiente social pulsea inusual prisa: nervio puro, angustia, miedo y desencanto de las gentes. Miguel, piurano de temple, plantea la fuerza del propio pueblo, su institucionalidad democrática descentralizada, como eje central para reconstruir lo destruido. Ha crecido económicamente la región, pero se ha encogido institucionalmente. Recuerda las lluvias de 1983, cuando con voz alta la sociedad civil de Piura conquistó el Canon Petrolero, y clamó para exigir lo que por justicia y derecho le corresponde.

Insiste: la luz de la esperanza son los jóvenes y el pueblo, su voluntarismo y generosidad. Todos deben ser convocados. Afirma los valores y paradigmas históricos de larga tradición, que son la fuerza y los sueñospara resolver los desafíos de una real reconstrucción, con protagónica participación del pueblo. Llama a reunir todos los esfuerzos para lograr el desarrollo, con justicia y dignidad, concordando un programa e institucionalidad común. Su emblema es contundente: “La experiencia dura de 1983 nos sirva de ejemplo. Para que en el próximo diluvio no tenga que acompañarnos Noé”. El Perú debe debatir y concordar un plan nacional de reconstrucción, que no repita los negociados, fraudes y estafas del pasado, que han develado las lluvias de El Niño y también las denuncias en curso de las estafas mafiosas lobistas.


http://diariouno.pe/columna/piura-y-peru-desafios-de-la-reconstruccion/


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Primero acusar

Mirko Lauer


El nombre de Jorge Barata va a seguir dando vueltas por el Perú, un buen tiempo. El ex N°1 de Odebrecht en este país ha soltado desde el Brasil un paquete de acusaciones con obvio impacto en la política. La tarea probatoria ahora está en manos de los fiscales peruanos. En unos casos Barata parece ser contundente, en otros no tanto.

Si hemos entendido bien, en algunos casos Barata tiene documentos que adjunta a su delación, mientras que en otros es su palabra con la del acusado, a la espera de que eso le sirva a un fiscal para ir acopiando las pruebas, si las hubiera. Pero aun la ruta de los documentos necesita ser recorrible hasta un destino firme para concretarse.

Algunos de los acusados han colaborado con una confesión, buscando reducir su pena. Pero otros, como Nadine Heredia o los ex directivos de Graña y Montero, han negado de plano las acusaciones de Barata. Con lo cual a los fiscales no les queda sino seguir investigando, en casos donde sin duda se producirán respuestas judiciales.

El propio Barata es un acusado que busca reducir y hasta extinguir sus propias penas mediante la entrega de acusaciones a la justicia. Una parte de esto la ha logrado, pero evidentemente necesita más. En otra línea de defensa, su abogado acaba de solicitar la prescripción del delito en el caso de Alejandro Toledo, y en efecto las fechas para ello calzan.

Pero además de irse salvando él mismo, Barata tiene que colaborar con Odebrecht mismo en el salvataje de activos de la propia empresa. Esto viene produciendo un pulseo entre el gobierno y Odebrecht cuyo tema de fondo es mantener la colaboración versus obtener facilidades para salvar la operación comercial de la empresa.

En medio del pulseo ha aparecido un nuevo delator, esta vez anónimo que, a juzgar por las fotos de fiscales alzando con papeles en un allanamiento, ha entregado una historia (que algunos acusados ya han rechazado), pero no documentos probatorios. Tanto así que no hay orden de detención para el acusado Félix Moreno.

La aparición del delator anónimo sugiere que el tesoro de acusaciones de Barata se ha secado, o que Odebrecht está administrando sus conocimientos con cuentagotas. Hasta el momento la estela local de Lava Jato se compone más de bien publicitadas acusaciones que de pruebas judicialmente útiles.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/862225-primero-acusar



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