jueves, 6 de abril de 2017

OPINIONES 06/04/2017


América del Sur intensa - Agustín Haya de la Torre
Apellidismo - Mirko Lauer
“Disolver” el cinco de abril -  Alberto Adrianzén
El autogolpe no fue necesario - Luis Daveloui
25 años: golpes y autogolpes - Sinesio López
Aznar y su guerra en Irak: el más fascista de las Azores - Anibal Garzón
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América del Sur intensa

Agustín Haya de la Torre


Tres acontecimientos marcan la coyuntura sudamericana en la última semana. La crisis en Venezuela, las elecciones ecuatorianas y la violenta protesta en Paraguay contra el proyecto reeleccionista.

El desgaste del chavismo bajo la presidencia de Nicolás Maduro resulta evidente. A diferencia del inspirador de la república bolivariana, el actual inquilino de Miraflores soporta la caída del precio del petróleo. La inflación más alta del mundo, pero sobre todo la creciente pérdida de legitimidad.

Desde la derrota que sufrió su partido en las elecciones parlamentarias del 2015, optó por el menos aconsejable de los caminos, el del autoritarismo creciente. Incapaz de manejarse con una mayoría parlamentaria opositora, decidió restarle facultades a la Asamblea Nacional, acentuando la polarización. La respuesta de sus adversarios, de promover un proceso revocatorio de acuerdo a la constitución vigente, fue respondida de mala manera, anulando la millonaria recolección de firmas, hasta transgredir toda la normativa, desconociendo su convocatoria.

Su última maniobra, acaba enredando a la propia cúpula oficialista. La írrita sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, suprimiendo por sí y ante sí las competencias del Poder Legislativo, generaron la airada respuesta de la Fiscal de la Nación, obligando a los magistrados a retractarse.

En Ecuador, las elecciones llevaron al triunfo al candidato oficialista de Alianza País, Lenin Moreno. Derrotó en segunda vuelta al derechista Guillermo Lasso, permitiendo así una sucesión ordenada de la década gubernativa de Rafael Correa.

A diferencia del tumulto caraqueño, desde Quito la política y la economía se manejaron, no sin dificultades, con mejor criterio. El país superó muchos indicadores, incluyendo la clara opción del gobierno por la minería y el petróleo.

Paraguay vive un episodio insólito, fruto de la alianza de polos opuestos. El derechista Partido Colorado del presidente Horacio Cartes, junto al frente de izquierda del expresidente Fernando Lugo. Ambos empeñados en modificar la Constitución para aprobar la reelección como en los tiempos de Stroessner.

La tensión entre autoritarismo y democracia, salvo en Ecuador, agobia, pues, a Venezuela y Paraguay.



http://diariouno.pe/columna/america-del-sur-intensa/


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Apellidismo

Mirko Lauer

Los partidos atados a un apellido rara vez han durado o prosperado entre nosotros. Pueden haber tenido un fulgor residual, pero luego se han apagado. Allí están el pradismo, el odriísmo, el velasquismo, o los conatos de hayismo. A 25 años de su autogolpe (y 27 de aparecido), el fujimorismo es una notoria excepción.

Probablemente nunca hubo aquí un partido tan ligado al apellido de su líder. Alberto Fujimori le puso a su organización para cada elección un membrete nuevo, adecuado a la fecha y al clima de ese momento. Con lo cual el apellido pasó a ser el único factor permanente en esa trayectoria, y cuando los hijos pasaron al negocio político familiar, lo ha seguido siendo.

Cuando Fujimori cayó preso, sus seguidores siguieron candidateando con nuevos membretes, pero siempre con el apellido a rastras. Un intento de capitalizar la popularidad del líder en beneficio de Martha Chávez tuvo poco éxito. Pero con Keiko Fujimori la cosa retomó vuelo, prueba de la importancia del factor dinástico en el planteamiento.

Así como han ido cambiando los membretes, han ido cambiando algunas ideas. La conveniencia del golpe del cinco de abril de 1992 fue siendo aceptada, cuestionada, y hasta rechazada por los dirigentes fujimoristas, siempre según el clima de ese momento. El pico de ese rechazo fue la separación de Chávez, candidata presidencial en el 2006, de la lista al Congreso del 2016.

Las mudanzas del fujimorismo lo convirtieron para algunos en un enigma, resumible en la pregunta sobre si evoluciona o no ese partido, y en qué dirección. Para algunos politólogos, Keiko Fujimori representa un cambio de fondo que podría incluso alumbrar una derecha moderna. Para otros se trata del mismo fujimorismo tramposo de siempre.

Un apellido o una dinastía no son una ideología, ni tienen ese tipo de fuerza interna aglutinante. Si hubiera que pensar en una imagen común del actual Congreso, esta sería acaso la de un espejo de la informalidad, con el acento puesto en el pragmatismo como ética. Lo que el cuerpo de choque parlamentario autobautizó, con gran precisión, como mototaxi.

Sin embargo cabe hacer notar que, a juzgar por las declaraciones, hoy no todo el fujimorismo con audiencia piensa lo mismo sobre el autogolpe de 1992.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/862495-apellidismo


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“Disolver” el cinco de abril
  
 Alberto Adrianzén


En un artículo reciente Martha Chávez (Expreso: 04/04/17), una de las figuras centrales del fujimorismo, afirma que el autogolpe del cinco de abril de 1992 no fue una “medida anticonstitucional” puesto que buscaba defender lo que era esencial a esa misma constitución: el “bien común” que “estaba en peligro por aquellos tiempos”.

No soy abogado, menos especialista en derecho constitucional, pero me resulta difícil aceptar que uno defiende la Constitución violándola, que fue, justamente, lo que sucedió en esa fecha. Hoy sabemos que el autogolpe fue algo totalmente distinto y hasta contrario no solo a la Constitución del 79 sino también a la voluntad popular expresada en las elecciones de 1990.

Por otro lado, es un error pensar que el autogolpe fue tan solo una violación constitucional. Para muchos y en ciertos sectores del espectro político pesa más la disolución del Congreso, el control de los medios de comunicación y la corrupción, entre otros puntos, que el proyecto político y económico que se puso en marcha después del cinco de abril, que es la herencia que permanece hasta la actualidad, más aún si vemos cómo opera la actual bancada fujimorista en el Congreso.

Y si bien la legitimidad del autogolpe o golpe de Estado reposó en la crisis económica, el crecimiento del terrorismo y el descrédito de los partidos –no hay que olvidarse que más del 70% de la población aprobó dicha medida– es importante decir que en esos días Fujimori enfrentaba una serie de problemas para poner en marcha su proyecto político autoritario que el autogolpe resolvió: a) la aprobación por el Congreso de la Ley de Control Parlamentario sobre los Actos Normativos del Presidente de la República publicada en febrero de 1992; b) las denuncias de Susana Higuchi sobre los negocios que la hermana del Presidente hacía con las donaciones de ropa usada; c) las modificaciones por el Congreso a los decretos legislativos para combatir el terrorismo que limitaban el poder político de los militares en la lucha antisubversiva; d) conflictos abiertos entre el Tribunal de Garantías Constitucionales, así se llamaba en ese entonces, y el Ejecutivo respecto a la reforma económica. Temas emblemáticos en este conflicto fueron la sentencia del Tribunal de marzo del 92 que declaró parcialmente inconstitucional la ley de Fomento al empleo y la paralización de medidas propuestas por el MEF que desregulaban la economía; e) la reducción de la bancada fujimorista en el Parlamento; f) un Poder Judicial que según los fujimoristas liberaba a los terroristas. El bloqueo político era evidente lo que se expresará en un incipiente debate sobre una posible vacancia presidencial.

Y si bien estos y otros factores fueron la “justificación” del cinco de abril, lo que interesa recordar, además del control de los poderes constitucionales, de los medios de comunicación, la represión indiscriminada que derivó en un terrorismo de Estado, la corrupción sistemática y la violación de los derechos humanos, es también que entre marzo de 1991 y diciembre de 1992 se aprobaron 93 decretos-leyes que abrieron las puertas a las privatizaciones, desregularon la economía, flexibilizaron el mercado laboral y nos impusieron las AFP, entre otros puntos.

El 6 de enero de 1993 el Congreso Constituyente Democrático (CCD) declaró no solo la plena vigencia de estos decretos leyes sino también que no podían ser ni revisados, ni modificados, ni derogados.

Alberto Fujimori en un reciente tweet ha dicho que su Constitución (se refiere a la del 93) “sigue vigente” y que sus opositores lo único que han hecho ha sido “borrar mi firma. O no es así”. Y es que en realidad el autogolpe definió un nuevo bloque en el poder y un nuevo sistema de dominación compuesto principalmente por el fujimorismo, los militares, los empresarios y una tecnocracia que hasta hoy sigue en el Estado.

La Constitución del 93 limó las aristas progresistas de la del 79. Una nueva República civil-militar, neoliberal, clientelar y corrupta nacía bajo el signo del autoritarismo. Y si bien hoy ha vuelto la democracia, siempre precaria e imperfecta, nos queda aún la pesada herencia de la Constitución del 93, de un sistema económico que más allá del crecimiento en estos años ha servido poco a las grandes mayorías y sí más bien a las minorías, una corrupción generalizada, y de un fujimorismo que se empeña en volver al pasado.



http://larepublica.pe/impresa/opinion/862497-disolver-el-cinco-de-abril


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El autogolpe no fue necesario

Luis Davelouis


Es mentira que hubiese habido que cerrar el Congreso para derrotar a Sendero o para rescatar al país de la debacle económica y financiera en la que lo dejó Alan García. Martha Chávez miente cuando dice que no fue un golpe de Estado y miente de nuevo cuando dice que era necesario, como está demostrado por montones de personas que estuvieron allí, durante esos años, reinsertando al Perú en la economía global incluyendo a Ricardo Lago, economista, que escribe en este mismo diario.

Quienes atraparon a Abimael Guzmán fueron los miembros del equipo del GEIN que empezó a trabajar cuando aún faltaba un año para que Alan García se fuera a su casa, a Fujimori solo lo conocían sus alumnos de la Agraria y a Montesinos sus clientes narcos y los militares que lo metieron preso y lo botaron del Ejército por traidor. Ese fue el asesor que se jaló Fujimori.

Fujimori cierra el Congreso porque temía que lo vacaran por lo de la ropa usada donada por el Japón que se robaron sus hermanos y porque Montesinos hizo la de Eva y le enseñó la manzana rojita: “será toda nuestra”. Llamar a elecciones y armar instituciones fachada fue necesario para dar la impresión de que cedían en algo a la presión internacional.

Pero ni bien pudieron se sacudieron todo eso. El fujimorismo lo poseía y controlaba todo: Policía, Ministerio Público, Poder Judicial, Poder Electoral, Poder Legislativo, la Contraloría, hasta el Tribunal Constitucional y decenas de medios de comunicación que imprimían o repetían lo que sea que les dictaran desde el SIN o desde Palacio.

Controlar la prensa, ningún interés en lo que digan quienes no piensan como ellos. Y esto último no fue en los 90, eso es ahora.



http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-autogolpe-no-fue-necesario-2276787

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25 años: golpes y autogolpes

Sinesio López



El autogolpe de Fujimori el 5 de abril de 1992 abre una fisura en el largo ciclo democrático que se instaura en América Latina (AL) en 1978. El autogolpe de Maduro 25 años después profundiza esa fisura, pero el ciclo democrático se mantiene en pie sostenido por la mayoría de los países latinoamericanos.

En el medio de estos autogolpes AL ha vivido tres golpes ciudadanos (Argentina, Bolivia, Ecuador) y tres golpes parlamentarios exitosos contra sus respectivos presidentes (Honduras, Paraguay y Brasil) y uno fracasado contra Chávez en 2002. Salvo los casos de Venezuela y Cuba, los países que experimentaron desvíos no democráticos han vuelto al redil democrático. Pese a los defectos que ellas tienen, las democracias son mejores formas de gobierno que los autoritarismos y las dictaduras.

Como han señalado Scott Mainwaring y Pérez Liñán (Democracies and Dictatorhips in Latin America, Emergence, Survival, and Fall, 2013), hasta la ola democratizadora que comenzó en 1978, casi todos los regímenes de AL eran autoritarios.

La situación cambió radicalmente entre 1978 y 1995. En esta etapa se produjo una virtual desaparición de los regímenes abiertamente autoritarios. Desde 1978, los regímenes democráticos han sido mucho más duraderos que nunca. En comparación con lo que ocurrió en las primeras olas de democratización en América Latina, esta ola que se inicia en 1978 ha durado y está durando mucho más tiempo y ha tenido un alcance más amplio. Esta transformación es uno de los cambios más profundos en la historia política de AL.

El aumento en el número de democracias y semidemocracias en América Latina entre 1978 y 1995 fue espectacular. Al principio de este período, América Latina tenía solo tres democracias, y los otros diecisiete países tenían regímenes abiertamente autoritarios, casi todos de derecha. En 1990, los únicos gobiernos abiertamente autoritarios fueron los de Cuba y Haití. En 1995, Cuba seguía siendo una dictadura, Haití volvió de nuevo al autoritarismo entre 1999 y 2006 y Perú volvió al autoritarismo entre 1992 y el 2000). El abandono del autoritarismo fue dramático en velocidad y amplitud. La tendencia es sorprendente aún más si tenemos en cuenta la proporción de la población total de América Latina bajo regímenes competitivos (democracias y semidemocracias). En 1900, solo el 5 por ciento de la población regional disfrutó de la política democrática o semidemocrática. En 1950, fue del 58 por ciento. El porcentaje cayó al 12 por ciento de la población regional en 1977, pero llegó al 98 por ciento en el 2006.

Una de las preguntas que surgen a propósito de los golpes y autogolpes dentro del largo ciclo democrático de AL es por qué la mayoría de las democracias duran y se consolidan y por qué otras no llegan a consolidarse. ¿Qué factores explican la consolidación de algunas democracias y la no consolidación de otras? ¿Son solo factores institucionales (los sistemas electorales, los sistemas de partidos y las formas de gobierno) los que explican la consolidación y la no consolidación de las democracias? ¿Qué papel juega el modelo de desarrollo? ¿Cuál es rol de los factores y poderes internacionales en la consolidación democrática de AL?


http://larepublica.pe/impresa/opinion/862499-25-anos-golpes-y-autogolpes


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Aznar y su guerra en Irak: el más fascista de las Azores

Anibal Garzón

Era un 15 de marzo de 2003. Los tres mandatarios, Bush, Blair y Aznar, en compañía del anfitrión portugués Barroso, se reunían en las Azores para preparar la invasión de Irak y derrocar a Sadam Hussein. Un evento que hacía odios sordos a la comunidad internacional. Desde la negativa por parte del Consejo de Seguridad de la ONU de realizar una intervención militar, apoyándose en el informe del Organismo Internacional de Energía Atómica que tras 3 meses de investigación negaba la existencia de Armas de Destrucción Masiva a manos de Hussein1, hasta miles de manifestaciones en centenares de ciudades de todo el mundo con el lema "NO a la Guerra".

Cinco años más tarde, con una población iraquí llena de sufrimientos y penas por el destrozo material y moral de la injerencia militar de Occidente, Bush en su proceso de Presidente saliente afirmó en una entrevista que su mayor error fue creer que en Irak había armas de destrucción masiva2. Las supuestas fuentes de verificación que presentó el jefe de la diplomacia estadounidense en aquel momento, Colin Powell, ante el Consejo de Seguridad de la ONU sobre la existencia a manos de Sadam Hussein de esas armas de destrucción masiva y que justificaron la invasión, fueron finalmente consideradas por Bush, años después, como erróneas. Seguidamente, en 2010, el expresidente estadounidense, sin jamás pedir un perdón oficial, en un entrevista de la cadena NBC señaló que el no "quería ir a la guerra sino usar la vía diplomática"3.

El segundo mandatario de ese trío de las Azores, Tony Blair, en una entrevista en la CNN en octubre de 2015 pidió disculpas, un paso más allá de Bush, por su papel en la Guerra de Irak. Su perdón se enfocó en haber usado información de inteligencia errónea, una información que no aceptó jamás el Consejo de Seguridad de la ONU, y en no prever el caos que desataría el derrocamiento de Sadam Hussein, en referencia al nacimiento del tan extraño Estado Islámico (ISIS).

Y finalmente, tenemos al exmandatario español, José María Aznar. En un espacio de entrevista muy diferente al de Bush y Blair, en su hogar y lejos de un plató de televisión. Hablando de su amor con Ana Botella y de otros temas de su vida íntima y entrevistado por el cantante franquista Bertín Osborne en su programa de farándula española "Mi Casa es la Tuya", Aznar también argumenta sobre la Guerra de Irak. Entre los 3 mandatarios del Trío de las Azores, Aznar no sólo no ha sido el único que jamás ha reconocido que la Invasión de Irak fue un error sino que además, y como señala en la entrevista, "volvería a las Azores una y mil veces".

Las declaraciones de Aznar no solo burlan los informes internacionales que corroboran que no hubo armas de destrucción masiva en Irak, sino todo el dolor de una guerra y sus daños colaterales. Una guerra que provocó 4.446 muertes de soldados estadounidenses, la mayoría de clase baja para poder pagarse sus estudios universitarios o tener un trabajo más estable para mantener a su familia, 179 soldados británicos, y 11 del cuerpo militar español. Una guerra, que según un informe de la revista Plos Medicine coordinado por Amy Hagopian4, de la Universidad de Washington, la cifra total de muertos en la invasión ha sido de 460.800 personas, siendo el 60% víctimas directas de la guerra y el 40% por el colapso de los servicios de salud e infraestructuras dado el contexto bélico en Irak. Además, la Invasión de Irak ha provocado 3,3 millones de desplazamientos los últimos años según ACNUR5. Y sin olvidar, jamás, que la entrada de España en el conflicto armado hizo peligrar a la población civil española, la misma que el 90% estaba en contra de esa invasión. El 11 de Marzo de 2004, finalmente, murieron 198 personas en el Atentado de Atocha por culpa del Trío de las Azores.

En conclusión, el hecho que Bush y Blair se "autocritiquen" sobre su injerencia en Irak, tras la presión de varios informes como el último del exfuncionario británico John Chilcot que deja en evidencia las mentiras para justificar la intervención6, mientras Aznar siga paralelamente defendiendo en público rotundamente su actuar en una de las salvajes ocupaciones del siglo XXI refleja una de las debilidades de la Trama española, la falta de cultura democrática y la permanencia de brotes de fascismo en la élite española. Posiblemente un problema que padecemos hoy por pintar la Transición Española como etapa finalizada cuando todavía está presente. 

http://rebelion.org/noticia.php?id=225012

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