domingo, 2 de abril de 2017

OPINIONES 02/04/2017

Arbitraje potestativo en la mira - Enrique Fernández-Maldonado Mujica
Coyuntura Económica y Opciones de Política (II) - Félix Jiménez
Desgolpeando - Mirko Lauer
La exagerada Piura - Eduardo González Viaña
¿Qué políticas se requieren para la emergencia y la reconstrucción? - Alan Fairlie
San Marcos, terrorismo y desinformación - Claudia Cisneros
¿Desastre natural o humano? - Richard Webb
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Arbitraje potestativo en la mira

Enrique Fernández-Maldonado Mujica



La negociación colectiva en el Perú está en crisis. Durante el 2016 apenas se registraron 332 convenios de los 658 que fueron presentados (MTPE). Se trata de la cifra más baja desde el 2003. Esta tendencia denota la debilidad secular del sindicalismo local para acceder a mejores ingresos y condiciones laborales a través del dialogo social.

Es al mismo tiempo síntoma de un sistema de relaciones laborales viciado, que al igual que el sistema político y económico, requiere cambios profundos para dotarle de una impronta democrática e inclusiva. ¿Por qué este derecho fundamental no se ejerce en los niveles que alcanzó a finales de los años 1980?

Una razón está relacionada con el marco legal vigente, que privilegia la negociación a nivel de empresa por sobre la sectorial o rama de actividad. Una segunda tiene que ver con la cultura empresarial hegemónica, que soslaya la relevancia de la negociación como mecanismo de solución pacífica de los conflictos.

Esto se ve claramente en la duración de los procesos de negociación. La prolongación (hasta el desahucio) de las negociaciones colectivas llevó a que el gobierno de Humala –en su “etapa progresista” (setiembre 2011)– aprobara el DS Nº 014–2011– TR que reguló el denominado arbitraje potestativo. Mediante este mecanismo los trabajadores pudieron concretar negociaciones que de otra forma tal vez nunca hubieran culminado.

Ahora el MTPE ha presentado al CNTPE una iniciativa de ley que apunta a modificar aspectos sustanciales del arbitraje potestativo. Lo que propone el Ministro Grados es: a) agotar plazos (mínimo 3 meses de negociación previa) como requisito para activar este mecanismo; b) la imposibilidad de proponer fórmulas intermedias, obligando a los árbitros a resolver en favor de alguna de las propuestas; c) la exclusión del bono por cierre de los laudos arbitrales; y d) restricciones en la sección de los árbitros, entre otras medidas (ver TrabajoDigno.pe).

La intención subalterna de este proyecto es volver, lo más posible, a la situación previa a la aprobación del DS Nº 014–2011–TR. Esto es, al reino de la displicencia y modorra empresarial, cuando las negociaciones duraban meses, incluso años, sin que existiese la seguridad de concluir en un convenio colectivo.


http://diariouno.pe/columna/arbitraje-potestativo-en-la-mira/

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Coyuntura Económica y Opciones de Política (II)

Félix Jiménez

En nuestro artículo anterior explicamos que nuestro país se encuentra en una coyuntura crítica por la confluencia de una tendencia al estancamiento de la economía y de un proceso de degradación de las instituciones del Estado de Derecho. En relación al estancamiento y considerando los efectos del llamado «Niño costero», pronosticamos para este año una tasa de crecimiento del PBI de 2 a 2.5% si la inversión pública aumenta en 10% en términos reales.Si la inversión pública aumenta en solo 5% como está previsto en el Marco Macroeconómico Multianual, el crecimiento podría ser incluso mucho menor sobre todo porque no es seguro que la inversión privada aumente en 5% como espera el MEF.

LA POBREZA DESCUBIERTA POR LAS INUNDACIONES
Los daños del «niño costero» han revelado que veinticinco años de neoliberalismo no han servido para resolver los problemas estructurales de pobreza y miseria que afecta a la gran mayoría de la población en casi todas las regiones del país. Ciudades sin infraestructura adecuada, asentamientos humanos y zonas periféricas a las grandes ciudades tugurizadas y con precarios servicios públicos. Las inundaciones mostraron la pobreza en que viven gran parte de nuestros compatriotas, que sin duda, son en su mayoría de baja calificación y de bajos ingresos. Diez años de alto crecimiento no sirvieron para mejorar las condiciones de vida en la mayoría de nuestras regiones, aunque ya nos jactábamos de ser los futuros miembros de la OCDE.

No se modernizó la agricultura ni se industrializó el país. El 63.7% del empleo total se encuentra en los sectores de servicios, comercio y construcción. Este porcentaje sube a 89.2% si le agregamos la agricultura que sigue siendo fundamentalmente tradicional. La gran mayoría de los trabajadores de los cuatro sectores está mal remunerada y es de baja productividad. Estos cuatro sectores son los que generan 74.2% del PBI, según los datos del INEI para 2015.No olvidemos, además, que cerca del 74% del total de trabajadores es informal.

La ausencia del motor externo y los desastres naturales, han puesto al descubierto nuestra miseria y pobreza. Se redujo relativamente la capacidad productiva per cápita y nuestra economía se hizo menos industrial y menos agrícola. Siguiendo la lógica del credo neoliberal se subordinó la sociedad y la política a la economíao a los intereses económicos. Con ello la educación, los servicios médicos, el mantenimiento de la infraestructura social, la seguridad social y la propia seguridad pública, fueron sometidos a la lógica del mercado. No es difícil entender, entonces, que la práctica de un neoliberalismo de Estado en nuestro país, condujo a la erosión de la democracia y de sus instituciones.

Sin duda, los daños del «Niño costero» que se ha ocurrido precisamente en plena coyuntura crítica, harán que en la sociedad peruana surja un movimiento de autoprotección que reivindique al mercado como institución social y, de este modo, sitúe al país en el camino de la justicia social, de la virtud cívica y del fortalecimiento de la democracia.

EL COSTO DE LA RECONSTRUCCIÓN
Los daños del «Niño costero» deben servir para reflexionar sobre la necesidad de un cambio en la manera cómo se hace la política macroeconómica. Hay que priorizar los objetivos sociales. El Banco Central de Reserva no puede seguir inactivo frente a la desaceleración económica y a la necesidad de reconstruir los activos perdidos por los desastres naturales.

Por su parte el MEF no puede seguir con su política de meta rígida del déficit fiscal. El ajuste que hizo en el último trimestre del año 2016, afectó a la inversión pública y, por supuesto, al crecimiento económico.

Pero, para calificar el sentido del cambio en las políticas macroeconómicas, tenemos primero que cuantificar el monto en soles de los daños que, a nivel nacional, han ocasionado los recientes desastres naturales. En una evaluación rápida con la información proporcionada por Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) y los costos unitarios respectivos para los diversos rubros considerados, hemos encontrado que, a nivel nacional, el costo de la reconstrucción de las viviendas, carretas, canales de riego, puentes y colegios asciende a 46,761 millones de soles, monto equivalente al 7.1 % del PBI de 2016. Solo la reconstrucción de 3,599 kilómetros de carreteras y de 523 puentes (cifras a nivel nacional) costaría 41,530 millones de soles, que equivale al 6.3% del PBI. Los costos por unidad respectivos son: 5 millones de soles por km de carreta y 45 millones de soles por puente. El 0.8% del PBI restante corresponde a canales de riego destruidos, a colegios afectados e inutilizables, y viviendas colapsadas e inhabitables

Hay que señalar que estos costos son aproximados y que, sin duda, los especialistas podrán corregirlos. Pero, estoy seguro que las cifras en soles aumentarán, en lugar de disminuir, porque como bien se ha dicho, la reconstrucción no debe ser la restauración de lo viejo. La infraestructura reconstruida debe tener larga vida, y los colegios y viviendas deben reconstruirse en zonas sin riesgos, con los respectivos estudios de suelos y con los servicios públicos necesarios. Además, hay que sumartanto el costo de la construcción de muros de contención o de defensa ribereña para impedir el desborde de los ríos en el futuro, como el costo de reubicación de los miles de damnificados.

A MODO DE CONCLUSIÓN
En nuestro siguiente artículo trataremos sobre la adecuación de las políticas monetaria, fiscal y cambiaria, a los objetivos de reconstrucción y relanzamiento del crecimiento económico.


http://diariouno.pe/columna/coyuntura-economica-y-opciones-de-politica-ii/

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Desgolpeando

Mirko Lauer


Para la oposición venezolana es una victoria melancólica, pero victoria al fin y al cabo. Nicolás Maduro sacó sus cuentas y decidió dar un paso atrás. Lo empujaron la presión internacional y el disgusto de parte de los propios chavistas, representados por Luisa Ortega Díaz, la discrepante fiscal general de la República.

En verdad es un retorno a la lamentable situación anterior de una Asamblea Nacional sometida a Maduro. Solo que ahora el intermediario, un Tribunal Supremo de Justicia oficialista, ha sido puesto de lado. Pero solo un poco de lado: no puede cerrar la Asamblea, pero no pierde el encargo de bloquear sus decisiones cuando Maduro se lo pida.

Con esto Maduro espera apaciguar la protesta mundial, pero el daño está hecho. Además las exigencias que vienen del exterior superan largamente esta transparente maniobra. La OEA pide, entre otras cosas, elecciones, cero prisioneros políticos, libertades y derechos, alivio humanitario. Nada de esto está contenido en la súbita reculada de Maduro.

La visión optimista sostiene que lo sucedido obligará a Maduro a buscar alguna forma de coexistencia con la oposición, lo cual incluiría respeto a las decisiones de la Asamblea. Pero eso significaría un cambio en una parte de los reflejos del régimen, algo que parece exigir bastante más presión que la de estos días.

Maduro no tiene nada que ofrecer más allá de devolver a la Asamblea a su sometimiento primigenio. La oferta de retomar un diálogo perforado por cien burlas e incumplimientos corresponde a un clima de expectativas que ya ha desaparecido. Más aun si Maduro persiste en su bravata de llevar su estilo prepotente al seno de la propia OEA, donde todavía tiene algunos leales.

Al escribirse esta columna todavía no han aparecido las primeras reacciones de la directiva de la Asamblea. Para ellos la cuestión es cómo administrar su nueva situación, ahora que el apoyo del exterior terminó llegando, y que se han puesto claramente en evidencia algunos de los límites de la prepotencia madurista.

Se abre quizás un panorama de oportunidades. Siempre y cuando las presiones internas y las del exterior persistan. Con el golpe Maduro reveló su proyecto de largo plazo, y lo va a seguir defendiendo con uñas y dientes, y engañifas.

http://www.larepublica.pe/impresa/opinion/861398-desgolpeando

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La exagerada Piura

Eduardo González Viaña


Creo que tienen razón los piuranos en ser tan desmesurados. Pocas tierras han congregado a gente tan asombrosa como la que nació o ha habitado allí.

La primera vez que fui a las Huaringas, viajé por vía aérea a Piura y alquilé un carro. Estaba yo escribiendo un libro sobre el famoso chamán llamado El Tuno, y quería visitar ese pueblo en el que la mayor parte de la gente se dedica a ejercer la brujería.

Sin embargo, cuando indagaba por los mejores caminos para Las Huaringas, mis amigos piuranos me advirtieron que el pueblo está situado a una altura tan grandazasa que todo el tiempo estaría yo manejando con el carro en posición vertical.

De entonces para acá, tanto otros visitantes como mis propias experiencias me han hecho confirmar que Piura es la tierra de las exageraciones y los superlativos. Las naranjas de Canchaque son dulcisisímas y el desierto de Sechura es sequisísimo y no hay en el universo una luna como la luna de Paita ni un sol como el sol de Colán.

Creo que tienen razón los piuranos en ser tan desmesurados. Pocas tierras han congregado a gente tan asombrosa como la que nació o ha habitado allí. Recuérdese que en los tiempos de la Guerra del Pacífico, la atención del mundo estaba concentrada en un marino nacido en Piura que, con su pequeño monitor desafiaba y derrotaba cada semana a una de las armadas más poderosas en la historia.

Se llamaba Miguel Grau Seminario y, desde el puerto de Paita cuando niño, no había dejado de mirar el mar ni acaso de soñar que algún día estaría en uno y otro puerto al mismo tiempo para desconcierto del enemigo y acicate permanente en la defensa de la patria.

Si uno de nuestros mayores héroes nació en Piura, sus cálidos suelos cobijaron por décadas a Simón Rodríguez, el maestro de Bolívar y a Manuelita Sáenz, la libertadora del libertador. Hay que pensar qué visiones se reflejarían en los ojos de la bella guerrera tarde tras tarde cuando divisaba el profundo horizonte marino y la puesta de sol en Paita.

En la década de 1930, la discusión ideológica del Perú se centró en Piura cuando los postulados fascistas eran encarnados por dos piuranos, el dirigente político Luis A. Flores y el dictador Luis Sánchez Cerro al mismo tiempo que un paisano de ellos, Luciano Castillo, fundaba el Partido Socialista del Perú el 18 de octubre de 1930 en Paita durante los mismos días en que los limeños avanzaban tras las andas del Señor de los Milagros.

Varias décadas después, otro piurano, el general Juan Velasco Alvarado sería para sus partidarios y detractores el protagonista del mayor cambio social y económico en la historia del Perú.

En 1952, un joven de 16 años presentaba en el cine Variedades de Piura su primera obra teatral llamada La huida del inca. Era alumno del quinto de secundaria del colegio San Miguel, había escrito el drama en tres actos y al mismo tiempo dirigía la obra, marcaba los pasos, señalaba los desplazamientos en el escenario y remedaba como deberían ser las inflexiones de voz de cada actor. Se llamaba Mario Vargas Llosa.

Un amigo común, Walter Palacios Vinces, quien hacía el papel de sumo sacerdote, me cuenta que mientras tanto él como sus compañeros de actuación se sentían algo nerviosos ante la proximidad del estreno, Mario estaba por completo seguro de que “lo que se hace en Piura, siempre se hace bien” . Tal vez ese recuerdo piurano fue la pauta y el modelo de la obra de futuro Premio Nobel.

La marinera dice: “Adiós San Miguel de Piura, secretario de mis penas, no pierdo las esperanzas de volver a mi tierra.”

Y eso es verdad porque el día de la inundación, conversé por teléfono a las siete de la mañana con Manolo Rosas y con Pepe Azcárate, dos de mis mejores amigos piuranos. (Los otros no contestaban). Uno y otro me dijeron que tal vez dejarían su casa pero nunca abandonarían su pueblo.

Ahora estoy seguro de que así será porque a mí jamás me abandona el recuerdo de Piura, y eso me asegura que ni los diluvios pueden con esta maravillosa ciudad desmesurada.


http://diariouno.pe/columna/la-exagerada-piura/

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¿Qué políticas se requieren para la emergencia y la reconstrucción?

Alan Fairlie

Para enfrentar la emergencia y las primeras labores de reconstrucción desde el corto plazo, se requieren financiamiento y adecuadas políticas, entre ellas la macroeconómica.

Un primer debate es sobre la cuantificación de los daños producidos. Algunos solo están considerando infraestructura física que debe ser renovada, pero también está la pérdida de viviendas, cultivos, fuentes de trabajo. En muchos casos se han perdido totalmente activos que los sectores más vulnerables han acumulado en una generación.

No se puede pensar solo desde el corto plazo, se necesita planificar un nuevo desarrollo urbano y ordenamiento territorial. No podemos repetir la experiencia post-terremoto de Ica. Hay experiencias que vienen de mediados del siglo pasado en las juntas de reconstrucción regionales creadas luego de terremotos como en el sur del país. Ordenamiento territorial, planificación, ciudades sostenibles, nuevos marcos institucionales se necesitan en esta hora clave.

No pueden funcionar los mecanismos automáticos del mercado, ni las corruptelas locales y/o municipales que han permitido construir donde no se debe y que han contribuido a una mayor magnitud del desastre.

Pero, para enfrentar la emergencia y las primeras labores de reconstrucción desde el corto plazo, se requieren financiamiento y adecuadas políticas, entre ellas la macroeconómica.

POLÍTICA MACROECONÓMICA EN DEBATE
El gobierno apostó al destrabe de inversiones con medidas legales y dispositivos que esperaba impulsarían fuertemente la inversión privada, revirtiendo la tendencia a la baja de los últimos años. Confiaba en un shock positivo de expectativas, no solo por la señal de la orientación de las políticas, sino por el equipo que asumía el nuevo gobierno.

Lamentablemente, esto no se produjo y con el escándalo de corrupción, terminaron de congelarse proyectos en curso. Ya venía previamente una reducción de inversión extranjera en recursos naturales, asociado principalmente a la caída en los precios de las materias primas.

Considerando el mismo criterio de expectativas y el financiero (para que no aumente la tasa de interés internacional a la que se podía tomar créditos en los mercados internacionales), hizo un ajuste fiscal, que contribuyó al enfriamiento, pero no a los objetivos buscados.

A ese shock de demanda se sumó uno de oferta. El desastre de los huaicos afectará la producción por canales directos e indirectos. El gobierno había diseñado un plan de estímulo fiscal, que quedó neutralizado por la magnitud del desastre.

Desde el MEF se han asignado cifras que han ido aumentando según se manifestaba la gravedad del fenómeno, pero tratando de mantener la meta de déficit fiscal del 2.5% del PBI. Se confiaba poder financiar el aumento del gasto, con los nuevos ingresos fiscales que las medidas del gobierno de destrabe y formalización plantearon desde los decretos legislativos. Esto es muy poco probable que se logre.

El enfriamiento de la economía, ha dificultado alcanzar las metas fiscales proyectadas el año pasado, y este seguirá una tendencia similar. No se podrá cumplir la meta de déficit fiscal, si se quiere enfrentar la emergencia y comenzar a afrontar la tarea de la reconstrucción.

El ministro ha señalado que eventualmente se podría ampliar la meta de déficit fiscal. Pues esto es inevitable. ¿En cuanto? economistas como Oscar Dancourt plantean que sea en 2puntos del PBI para destinar esos recursos a la inversión pública. Parece plausible, es lo mínimo que se requerirá.

También plantea variar el rango de la meta inflación que no se ha podido cumplir en los últimos tiempos, y que es uno de los factores que impide que el BCR impulse una medida que contribuya a la reactivación, como es la baja de la tasa de interés. Coincidimos con Dancourt en la necesidad de impulsar una política fiscal y monetaria expansiva, en este período especial. A diferencia de períodos históricos pasados como la denominada década perdida, ahora sí hay reservas fiscales que se pueden utilizar. Y, todavía, indicadores macroeconómicos que dan margen para ese tipo de políticas, como reconocen organismos multilaterales.

CORTO Y LARGO PLAZO
También se necesitará endeudamiento externo, tenemos aún un ratio deuda pública/PBI menor al promedio de América latina. Eventualmente, se tendrá que emitir bonos de la reconstrucción, como se ha hecho en otras coyunturas históricas.

Afortunadamente, los indicadores de la balanza comercial y cuenta corriente han mejorado. Pero debemos utilizar política comercial para frenar la competencia desleal internacional que están enfrentando diferentes sectores de la industria nacional. Buscar también un tipo de cambio real alto y estable, desdolarizando la economía.

No basta hacer todos los esfuerzos para reactivar la economía en el corto plazo. Debemos impulsar su diversificación, cambiando la matriz energética y productiva.Esto requiere modernizar la infraestructura y logística. Podemos aprovechar la desgracia que estamos pasando en el país, para planificar con el sector privado otra forma de crecimiento que sea sostenible y descentralizado, con un adecuado ordenamiento territorial.


http://diariouno.pe/columna/que-politicas-se-requieren-para-la-emergencia-y-la-reconstruccion/


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San Marcos, terrorismo y desinformación

Claudia Cisneros


No es fácil para un periodista estar informado al detalle de todo tipo de temas que asaltan la coyuntura a diario. Son muchos y muy variados. Pero es su trabajo. La mayor parte de su tiempo fuera de cámaras o micrófonos debe pasarla informándose. No solo de fuentes periodísticas sino también de los protagonistas mismos de una problemática. Solo así uno puede conjurar el prejuicio de la ignorancia y acercarse mejor a esclarecer el problema para el público para el que trabaja. Y quizás incluso ayudar al encausamiento. Por eso la humildad es la mejor forma de abordar cualquier tema en un escenario periodístico en el que no se tiene la información suficiente.

Como periodista, espectadora y como peruana, me fue muy duro escuchar a diferentes comunicadores en estos días expresarse de los estudiantes de San Marcos con un prejuicio y un desprecio que antes que indignación me generaron pena por la facilidad en que se puede caer en la desvalorización y la condena. Pienso que el periodista valiente e íntegro no es el que gritonea a un estudiante o maltrata a una mujer que ha perdido peso político, sino quien es capaz de ser incisivo con quienes más poder detentan y más cuestionamientos tienen. A más poder más exigencia en la fiscalización. Este es el acercamiento ético que un periodista debe tener con el poder. No reverenciarlo, cuestionarlo. Es lo que sirve a la sociedad.

Pero aun teniendo buenas intenciones nadie está libre de sus puntos ciegos, de sus creencias arraigadas y experiencias que pueden llevar a prejuicios que entorpecen su labor. Por eso uno de los mayores esfuerzos de un comunicador es evitar el sesgo de confirmación, que es buscar información o declaraciones que confirmen una creencia previa nuestra (ojo, creencia, no datos, no hechos, no información). Por eso, cuando se trata de esclarecer un problema lo mejor es escuchar con sincera voluntad de entendimiento del otro.

Cuando en el caso San Marcos un periodista sintetiza el problema a “una pelea por 10 céntimos”, está haciendo una reducción dañina. No solo porque está trastocando la dimensión social, económica y política del problema y reduciéndola a un peseteo, sino porque ha dejado de escuchar con humildad y empatía. Si su vida no le ha permitido experimentar cómo se cuentan centavos cuando la economía es más que austera, puede preguntar al estudiante por qué son tan importantes esos 10 céntimos diarios. Eso abre paso a escuchar de verdad y entender la problemática desde el fondo, y no cerrar el problema unilateralmente enjuiciando a los estudiantes como laberintosos por una pequeñez.

Llamarle laberinto a la protesta es también hacer una valoración apresurada, injusta y dañina. Protestar cuesta. Cuesta tiempo, conlleva un estrés emocional y gastos de donde uno no tiene. Pero ante las injusticias, la corrupción y el abuso de la autoridad, protestar es una necesidad cívica, un deber moral y un derecho. Por eso cuando otro periodista exige como prueba de honestidad descubrirse el rostro tampoco está entendiendo la complejidad del problema y lo filtra sesgadamente según su sola experiencia. Eso también es un punto ciego. Si diera primero espacio a conocer antes de emitir juicio de valor preguntaría a esos estudiantes qué los lleva a cubrirse el rostro. Entendería los abusos que la autoridad ha cometido con quienes protestan de alguna manera y por qué entonces cuidan de no revelar su identidad. La clave está, creo yo, en abrir espacio con más preguntas antes de emitir un juicio de valor apresurado. Así evitamos que nuestras experiencias de vida nos jueguen una pasada al juzgar a otros proyectando inconscientemente en ellos nuestro entorno y experiencias. A ambos periodistas les guardo afecto y respeto, por eso mis apuntes son en buena cuenta una forma de compartir con ellos unas reflexiones, porque sé que son personas bien intencionadas, inteligentes y preparadas. Y sé que se toman muy en serio el trabajo que hacen y la responsabilidad que tienen.

Sobre la otra, que no es ni muy inteligente, ni instruida, ni bien intencionada, pues no hay mucho que esperar y puede entenderse que espete maliciosa e ignorantemente calificativos como “aprendices de terroristas” a chicos que luchan por su educación en un país que debería asegurarles los mejores estudios sin contratiempos como este. El colmo que ellos tengan que tomar en sus manos el exigir resolución y sufrir las consecuencias de autoridades ineficientes. El colmo que pese a su “milagro macroeconómico” este país siga poniendo a la educación en el último peldaño. El colmo que en un país dominado y penetrado por la corrupción económica y el enanismo mental, se les llame terroristas a quienes exigen el derecho a estudiar. Así de mal estamos. ¡Fuerza San Marcos!

http://www.larepublica.pe/impresa/opinion/861405-san-marcos-terrorismo-y-desinformacion

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¿Desastre natural o humano?

Richard Webb

La geografía peruana viene con extraordinarias riquezas y oportunidades, pero también con desafíos, como son los terremotos y el recurrente fenómeno de calentamiento climático llamado El Niño. Aunque se trata de fenómenos conocidos y repetidos, cada vez que se presenta un terremoto o un fenómeno de El Niño, hablamos de un “desastre natural”. Lo que escondemos de esa manera es que no hemos estado a la altura del desafío. 

Hace tres semanas el presidente Rafael Correa de Ecuador llamó la atención sobre el exitoso trabajo preventivo de construcción de seis megaproyectos hidráulicos, con diques, drenes, represas y canales, realizado por su gobierno en años recientes. El resultado de esa obra está a la vista y pone en evidencia el elemento humano del desastre que viene sufriendo el Perú.

Si comparamos el impacto esperado en el Perú de El Niño actual con el impacto que tuvo el mismo fenómeno en los años 1982 y 1983, llama la atención el poco daño económico que se proyecta esta vez. Como nunca antes, los medios nos están haciendo vivir y sentir el impacto humano de El Niño actual, experiencia que ha generado una inusitada respuesta de solidaridad, pero ese drama contrasta con la imperceptible reducción en la proyección del crecimiento productivo.

Las proyecciones oficiales y las de los analistas privados siguen esperando un crecimiento productivo en el 2017, con una posible reducción de apenas un punto porcentual, sea de 4 a 3% o de 3 a 2% para el año. Ningún analista prevé una caída en el PBI este año. Por contraste, a estas alturas del año 1983 se anunciaba una caída de cinco puntos en el PBI como efecto de El Niño. Además del impacto productivo se proyectaba que El Niño de 1983 iba a duplicar la tasa inflacionaria, llegándose por primera vez en nuestra historia a una cifra de tres dígitos. Al final, la proyección de una caída drástica en el PBI se quedó corta. La caída resultó siendo el doble, no de 5 sino de 10%.

La explicación de resultados tan diferentes entre El Niño actual y el de 1983 es ilustrativa. Una diferencia evidente se encuentra en los contrastes de la economía en esos dos momentos. En 1983, la macroeconomía no pudo estar peor. Las cuentas fiscales se encontraban en fuerte déficit, la inflación sobrepasaba 7% cada mes, la deuda externa era enorme, el acceso a nuevo financiamiento se encontraba cerrado y el Banco Central casi no disponía de divisas. Además de la macroeconomía, el contexto político era de extrema dificultad, incluyendo el inicio del terrorismo.

Como sucede con cualquier organismo ya debilitado por una variedad de males, el efecto de un golpe externo es multiplicado. Hoy, por contraste, el organismo de la sociedad peruana cuenta con un conjunto de recursos y fuerzas que no existían en 1983, una macroeconomía sólida, un alto grado de consenso político y un gobierno local que casi no existía en 1983, y por todas esas razones se vuelve plausible la expectativa de un impacto limitado, un desastre menos “desastroso” de El Niño actual. Dos motivos adicionales muy humanos para esperar un costo menor esta vez serían, primero, la fuerte y novedosa reacción de solidaridad ya comentada y, segundo, la eficacia organizativa que viene demostrando el gobierno en el manejo del “desastre”.


http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/desastre-natural-humano-richard-webb-noticia-1980798

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