Columnas de opinión - Gonzalo Portocarrero
El fustán - Enviar a un amigo
EEUU entrena a los nuevos golpistas en América Latina - Emir Sader
Fiscalía... ¿A cargo? - Luis Davelouis
La gran oportunidad de Lava Jato - Augusto Álvarez Rodrich
¿Muchas manos en el plato? - Mirko Lauer
¿Qué es peor, Fujimori u Odebrecht? - Fernando Vivas
_________________________
Columnas de opinión
Gonzalo Portocarrero
Escribo para
explorar mis pensamientos, usualmente enredados y confusos. Solo mediante el
ejercicio de la escritura llego a saber lo que realmente pienso. De otra
manera me quedaría en la incertidumbre que suele ser oscura e inquietante.
Teniendo una esforzada formación en el campo de las ciencias humanas, y un
interés por el presente, el gusto por la escritura me impulsa a tratar de
desentrañar la complejidad de lo actual, en la ilusión de que este esfuerzo
me permita objetivar nuestras alternativas, tratando de identificar la mejor,
la más conducente a los intereses de las mayorías.
Supongo que esta
vocación me califica como un columnista de opinión. Un “opinólogo”, como se
suele decir hoy. Mezclándose en este término un cierto menosprecio que rebaja
a priori el valor de lo publicado con, de otro lado, el reconocimiento de que
se trata de una tarea necesaria, incluso para cristalizar un punto de vista
gracias a la crítica y negación de las afirmaciones de tal o cual
“opinólogo”.
Ciertamente hay
muchas clases de columnistas de opinión. Para elaborar un panorama: hay
quienes reciclan los estereotipos del momento, añadiendo, a este
hilvanamiento de lugares comunes, algunas valoraciones que reiteran un modo
de ver las cosas, una posición partidaria. Aunque controversiales, estas
columnas pueden jugar un papel importante, pues informan al lector de una
situación que demanda una toma de posición. Y también hay quienes pretenden
ir más lejos, analizando sin tomar un partido de inicio, tratando –hasta
donde es posible– de ser objetivos, dejando siempre al lector la última
palabra. No adoctrinando.
La configuración
de la escena política en el Perú hoy puede ser un buen ejemplo. El hecho
básico es la falta de acuerdos elementales entre PPK y el fujimorismo, y el
mutuo hostigamiento. Vivimos en la incertidumbre y el futuro aparece
impredecible. Para muchos, el factor responsable sería la “debilidad” de PPK
que habría sido incapaz de poner un freno a las pretensiones, cada vez más
amplias, del fujimorismo. Para otros, lo central sería la “revancha” de una
candidata que aún no termina de asimilar su derrota y que quiere convertir su
apoyo político en medio de venganza y en el copamiento de la alta burocracia
estatal con incondicionales. Finalmente, para otro grupo el problema estaría
sobre todo en la actitud despectiva de la bancada de PPK que no reconoce la
contundencia de la bancada de Fuerza Popular. Sea como fuere, el hecho es que
no termina de consolidarse una fórmula de entendimiento que permita una toma
de decisiones fluida, acorde con las necesidades del país.
Con prescindencia
de la línea editorial, fijada por la dirección, todo medio de comunicación
debería aspirar a un mínimo de pluralidad que desarrolle en sus lectores la
capacidad para ser críticos y objetivos. Es decir, capaces de asumir una
posición, no en base a prejuicios, sino al balance reflexivo de la
información y las opiniones respectivas.
Vuelvo entonces a
la cuestión de la escritura especialmente en el caso de las columnas de
opinión. La escritura debe entenderse como un proceso creativo donde se hace
pública una reflexión que pretende un esfuerzo de originalidad, que aspira a
irradiar las luces que nos permiten difuminar las sombras y dudas que una
situación alberga. De allí que los medios de comunicación más significativos
suelan contar entre sus columnistas a escritores y académicos de
orientaciones distintas para brindar así un panorama plural del acontecer del
mundo.
Finalmente, las
columnas de opinión no tienen por qué restringirse al seguimiento del proceso
político. Estas columnas desarrollan una función muy importante: introducir
información y reflexiones sobre los grandes temas morales, estéticos,
económicos, históricos, científicos y un largo etcétera. Se trata de
interesar a un público en el desarrollo de una capacidad de pensar por sí
mismo, de rechazar el sectarismo y asimilar los principios de una escritura
clara y reflexiva, que convierta la lectura en un placer.
http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/columnas-opinion-gonzalo-portocarrero-noticia-1958044
______________
El fustán
Enviar a un amigo
Al comenzar 2017,
la política peruana gira en base al caso Odebrecht, que amenaza la precaria
estabilidad de nuestras instituciones republicanas. Como han reconocido sus
directivos, esta empresa ha empleado US$ 29 millones en sobornos en el Perú y
cantidades semejantes en media Latinoamérica. Incluso, ha sido descubierta
una estructura interna de la empresa especializada en operaciones ilegales a
escala internacional. Así, el verano político promete ser muy caliente en el
Perú y en toda la región.
Al formarse la
tormenta, hubo quienes estuvieron en contra de una comisión investigadora del
Congreso. Pero, antes de que el debate prospere, el legislativo ha cortado
por lo sano decidiendo formar la comisión respectiva que se instalará esta
semana.
La principal razón
de los opositores a estas comisiones congresales es que se superponen a la
investigación de las Fiscalías especializadas. En principio, éstas siguen
procedimientos establecidos y acumulan pruebas con garantías, que permiten
luego juzgar y eventualmente sancionar. Mientras que los congresistas carecen
de esa especialidad, no solo repiten lo que otro hace, sino que ensucian las
pruebas, hacen escándalo y las anulan como elemento judicial. En efecto, esos
males son eternos en las comisiones investigadoras del Congreso. Además, y
también se ha dicho, estas comisiones son capaces de exagerar las cosas al
infinito para tapar o agrandar los asuntos, siempre de acuerdo a su
conveniencia política.
Pero ellas son
indispensables porque son el vehículo de formación de la opinión pública. Son
altamente mediáticas y sus posturas contribuyen a formar una clase ilustrada
que conduce la agenda nacional. En el fondo, movilizan a la ciudadanía en
torno a procesos cuestionables que afectan al Estado. Alrededor de sus temas
se forman las posturas que disputan la hegemonía política.
En otras
latitudes, normalmente los Congresos también poseen esa potestad de formar
comisiones investigadoras, que en algunos países son más útiles porque evitan
cruzarse con el Poder Judicial o el Ministerio Público. Los Congresos
eficientes investigan las responsabilidades políticas y se zambullen en los
razonamientos que fundamentan las decisiones. No acumulan estados de cuentas
ni rebuscan cheques, sino que indagan sobre las líneas políticas que llevaron
a la corrupción. Ejercen control político, permitiendo que jueces y fiscales
hagan lo suyo. El problema en el Perú es la constante superposición de
funciones, donde varios hacen lo mismo y nadie hace nada. Pero superarla no
es tan difícil, basta que alguien entienda y se limite; a continuación, se
especializa y legitima su función.
En este momento de
definiciones del mandato de la comisión congresal, interesa también precisar
el período bajo escrutinio, porque tiene enormes consecuencias políticas.
Hasta hoy, en todos los escenarios aparece como horizonte temporal desde el
2005 hasta nuestros días. Es decir, los mandatos de Toledo, García y Humala.
Pero estas fechas
están sesgadas. Odebrecht está en el Perú desde 1979, ha ejecutado grandes obras
bajo ocho gobiernos, incluyendo al de Alberto Fujimori, uno de los más
corruptos de la historia peruana. ¿Cuál sería la razón para que solamente se
investigue a los tres últimos presidentes? Es más, políticamente esas fechas
permiten que Keiko Fujimori se presente como la única limpia y desde ahí
demoler a todos sus adversarios. Incluyendo a PPK, porque fue ministro de
economía y primer ministro de Toledo. También a la izquierda, porque la
gestión de Susana Villarán estará bajo la lupa.
Esa maniobra se
sustenta en las fechas. Si se investiga desde Toledo en adelante, es obvio
que el fujimorismo queda limpio. Pero, si se incluye a Alberto Fujimori en la
colada, a todos se les verá el fustán.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/836386-el-fustan
______________
EEUU entrena a los nuevos golpistas en América
Latina
Emir Sader
EEUU han preparado
los golpistas del golpe militar de Brasil en 1964, a partir de la fundación
de la Escuela Superior de Guerra, fundada por Golbery do Couto e Silva y
Humberto Castelo Branco, que habían convivido con las tropas norteamericanas
durante la participación de Brasil al final de la Segunda Guerra Mundial, en
Italia. Junto a la Escuela de las Américas, en Panamá, se formó así la
generación que preparó y puso en práctica el golpe militar de Brasil en 1964.
La Doctrina de Seguridad Nacional y los métodos de tortura fueron las dos
claves esenciales del régimen de terror que fue implantado en Brasil y en los
otros países del Cono Sur de América Latina.
En la pos-guerra
fría los EEUU buscaron su nuevo enemigo, figura esencial para exorcizar hacia
lo exterior, los problemas de la sociedad norteamericana. Junto al
narcotráfico, se fijaron en el terrorismo
Como parte de la
lucha en contra del terrorismo, con toda la amplitud que George W. Bush pasó
a dar al tema, se desarrolló un campo de actividad llamado de
“contraterrorismo”, como parte de la función de “policía del mundo” que EEUU
han asumido.
El blanqueo de
dinero pasó a ser parte de esa acción, en la creencia de que el terrorismo
lavaba sus recursos en los mecanismos bancarios. Se pasó a la “investigación
y castigo en los casos de blanqueo de dinero, incluyendo la cooperación
formal e informal entre los países, confiscación de bienes, métodos para
extraer pruebas, negociación de delaciones, uso de examen como herramienta y
sugerencias de cómo tratar con las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs),
sospechosas de ser usadas para financiamiento ilícito”.
En el seminario
“proyecto Puentes: construyendo puentes para la aplicación en Brasil” – cuyo
tenor fue revelado por WikiLeaks -, realizado en octubre de 2009, en Rio de
Janeiro, contó con la presencia de autoridades norteamericanas encargadas de
la formación del nuevo personal al servicio del Imperios, para consolidar el
entrenamiento bilateral de aplicación y habilidades prácticas de
contraterrorismo. Han participado promotores y jueces federales de 26
provincias brasileñas, además de 50 policías federales de todas las
provincias, en la más grande delegación, reunión que contaba también con
representantes de México, Costa Rica, Argentina, Panamá, Uruguay y Paraguay.
En el trascurso de
la reunión intervino nada más que Sergio Moro, el hoy muy conocido promotor
brasileño, que pretende ser un “justiciero, al margen de la ley, en contra de
la corrupción”. El habló sobre los “cinco punto más comunes de lavado de
dinero en Brasil”. Los participantes han solicitado entrenamiento adicional,
sobre la búsqueda de evidencias, entrevistas e interrogatorios. Ese interés
se daría porque “la democracia brasileña no tiene todavía 20 años de edad.
Así, los jueces federales, los promotores, los abogados son novatos en el
proceso democrático, no fueron entrenados en cómo lidiar con largos procesos
judiciales (...) y se encontraron incapaces de utilizar eficazmente el nuevo
código criminal que fue completamente alterado”.
El informe pide,
en los resultados de la reunión, que se realicen cursos más profundos en Sao
Paulo, Curitiba y Campo Grande. El informe concluye que “el sector judicial
brasileño claramente está muy interesado en la lucha en contra del
terrorismo, pero necesita herramientas y entrenamiento para empeñar fuerzas
eficazmente. (...) Promotores y jueces especializados han conducido en Brasil
los casos más significativos de corrupción de individuos de alto nivel”.
El surgimiento de
gobiernos que contrarían las orientaciones de EEUU fue la oportunidad para
adaptar esas orientaciones a proyectos de desestabilización de esos
gobiernos, apoyados en acciones que se concentran en la denuncia reiterada de
supuestas irregularidades cometidas por esos gobiernos, por los partidos que
los apoyan y por sus líderes. La contribución de Moro y de sus comparsas es
la de usar los métodos que aprendieron con los norteamericanos – que incluían
ya el uso de las delaciones, entre otros métodos -, para destruir la
democracia, reconstruida después del agotamiento de las dictaduras militares,
instaladas por la generaciones anteriores de golpistas, igualmente formados
por los EEUU.
Los datos
revelados por WikiLeaks ya habían demostrado que la información fruto del
espionaje hecho por el gobierno de los EEUU en la presidencia de la república
de Brasil, en el Ministerio de Minas y Energía y en Petrobras, fue
suministrada a Sergio Moro y su comparsa, para que dieran inicio a las
denuncias en contra del gobierno del PT. Esa reunión de 2009 es significativa
de los nuevos métodos de desestabilización política generados por EEUU, con
intervención escandalosa en los asuntos internos de los otros países,
violando su soberanía y contando para ello con miembros del Poder Judicial y
de la Policía. Esa fue un episodio preparatorio de EEUU de la nueva violación
de la democracia brasileña, apoyado en personajes que representan
directamente los intereses del Imperio, como Sergio Moro y su comparsa.
http://www.alainet.org/es/articulo/182618
______________
Fiscalía... ¿A cargo?
Luis Davelouis
Antes de ayer
escuché al fiscal que liderará las investigaciones del caso Odebrecht en el
Perú, Hamilton Castro, decir que no se allanarían las oficinas de la empresa
en Lima, básicamente, porque no hay allí documentos ni materiales relevantes
para la investigación en el Perú, ya que estos están en otras oficinas fuera
del país. ¿Quién le dijo eso al Ministerio Público? Pues la misma empresa
que, además, se allanó a pagar una especie de “adelanto” de la reparación civil
que le corresponderá asumir cuando terminen las investigaciones y los
procesos a los que aquellas den lugar.
Es verdad que,
desde las primeras operaciones de detención de sospechosos e involucrados y
allanamientos de oficinas en Brasil, han pasado casi tres años (primer
trimestre del 2014). También es cierto que en ese lapso la constructora debe
haber destruido una cantidad enorme de evidencia en sus oficinas de todo el
mundo. Pero el mensaje de la Fiscalía del Perú al “creer” en la palabra de
Odebrecht y no allanar sus oficinas, congelar sus cuentas e impedir la salida
del país de TODOS los involucrados, es el de una autoridad débil.
El 22 de
diciembre, las autoridades ecuatorianas hicieron precisamente eso: allanaron
las oficinas de la empresa Odebrecht en ese país y congelaron todo. ¿Por qué
aquí es diferente? ¿Dicha acción puede deberse a un gesto populista pero poco
práctico del gobierno de ese país? Puede ser, pero el gesto de cara a la
opinión pública es inequívoco: el Estado está liderando, el Poder Judicial se
respeta, aquí nadie hace lo que le da la gana.
En cambio, la
Fiscalía en el Perú dice que lo mejor para la investigación es la
colaboración eficaz. O sea, me quedo con lo que ese que tiene –o puede tener,
uno nunca sabe– la soga al cuello me quiera contar. Y estoy seguro de que a
Toledo, García y a Humala les gusta esto.
______________
La gran oportunidad de Lava Jato
Augusto Álvarez Rodrich
Si, como dicen,
toda crisis también constituye una oportunidad, habría que encarar Lava Jato
como la gran posibilidad de enfrentar a la corrupción con una perspectiva que
no solo incluya la indispensable condena de los culpables sino, además, la
reformulación de los procesos que facilitan e incentivan a los corruptos.
El Perú ya ha
vivido un proceso de destape de la mega corrupción a fines de los noventa,
cuando el régimen de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos colapsó con los
vladivideos.
Gracias a ellos,
los peruanos pudimos conocer un backstage del poder que tenía un modus
operandi mafioso en donde todo se compraba y vendía, entre políticos,
congresistas, empresarios, militares, policías, tecnócratas, periodistas,
jueces y fiscales, entre muchos otros.
El esfuerzo que se
hizo para enfrentar esa gran corrupción fue muy importante y culminó con el
procesamiento judicial y condena de gente tan importante e influyente como un
presidente de la república y su asesor y compinche, comandantes generales del
ejército, jueces o empresarios.
Ello fue posible
gracias a la sagacidad de los responsables de impulsar estos procesos
anticorrupción y al respaldo a sus acciones por parte de las principales
autoridades del país, además de la fuerza fundamental de una opinión pública
escandalizada por ver al elenco estable del poder cómo se llenaba los
bolsillos con descaro, todo lo cual conforma eso que se llama voluntad
política.
Pero más allá de
condenar a los culpables, lo que entonces faltó fue reformar las condiciones
de los procesos de toma de decisiones que hacen que sea tan sencillo el
avance de la corrupción en el Estado peruano.
Y eso es lo que ha
permitido que, a pesar de lo ocurrido a inicios del nuevo siglo, siga
habiendo tanto entusiasmo por la corrupción.
Corrupción siempre
habrá, pero lo que se necesita es reformar las condiciones para hacerla más
complicada. Por ejemplo, promoviendo la transparencia en las decisiones del
Estado en todos sus niveles.
Eso es lo que se
debe promover ahora en el país, utilizando las recomendaciones de la Comisión
Presidencial de Integridad y, por supuesto, también, procesando a todos los
responsables de la corrupción de Lava Jato, caiga quien caiga, de rey a paje.
De esta manera, el
strip tease que implicará Lava Jato al conocer a muchos corruptos con poder
debe ser otra gran oportunidad para enfrentar a la corrupción de raíz. Ojalá
que esta vez no la desaprovechemos.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/836385-la-gran-oportunidad-de-lava-jato
______________
¿Muchas manos en el plato?
Mirko Lauer
Una de las líneas
de preocupación frente al caso de los sobornos brasileños en el Perú es que
hay demasiados participantes a la hora de investigar. Esto porque existen por
lo menos cuatro activos focos de pesquisa de los cuales uno, el Poder
Judicial, preferiría tener la exclusividad para investigar un caso que sin
duda hará historia.
Los otros focos
son el Congreso, los medios, y quienes llevan el caso en otros países. Hasta
aquí la multiplicación de interesados no ha creado problemas, porque estamos
en la fase de los destapes, reales o no, bienvenidos en toda circunstancia.
La impresión es que ya hay más información que la que se puede administrar.
Pero a medida que
avancen los días, o los meses, la calidad de la información se va a ir
volviendo un valor en sí misma. Es decir que los investigadores van a tener
que pasar de informadores a discriminadores. No es lo mismo una prueba legal
que una filtración parlamentaria, un cable de fuera o una primicia
periodística.
De todas estas
fuentes de datos, la única que en efecto parece prescindible es la
parlamentaria, con los argumentos de que no es realmente vinculante, de que
sus métodos son primarios, y de que muy rara vez es eficaz. El Congreso no
piensa lo mismo, y menciona su derecho a fiscalizar. Lo van a hacer de todas
maneras.
El fondo de la
pugna está en la capacidad de Lava Jato para causar daño político, como se ha
demostrado en el Brasil. Quien tenga el control real del proceso controlará
las consecuencias políticas de los descubrimientos (o de los ocultamientos,
si fuera el caso). Quizás por eso hay voces que quieren separar al Congreso
del proceso.
El Poder Judicial
peruano no tiene el peso ni el prestigio, ni el encuadre constitucional, del
brasileño. La otra diferencia es que en el Perú el Congreso no parece metido
de pico y patas en el problema. De modo que la investigación va a tener que
ser compartida, o por lo menos estereofónica.
Del periodismo se
puede esperar una cobertura en 360°: investigaciones, rumores, genuinos
hallazgos, patinadas, amenazas (muchas), sesgos, opiniones a granel, y datos
de último minuto.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/836383-muchas-manos-en-el-plato
______________
¿Qué es peor, Fujimori u Odebrecht?
Fernando Vivas
Fujimori fue peor.
Dejó que Montesinos montara un aparato que hincó a sus pies a las Fuerzas
Armadas, corrompió al corazón de los poderes Judicial y Electoral, compró
medios y perfeccionó formatos para robar. Por ejemplo, con el cuento de un
súbito interés nacional, promulgó decretos supremos para comprar sin control.
Por cierto, una megaobra como la Interoceánica Sur, declarada de ‘necesidad
pública’ y exonerada del SNIP durante el gobierno de Toledo, es hija de las
motivaciones oscuras tras los decretos supremos, así como ambas son nietas de
la corrupción de gobiernos anteriores. Hay una tradición corrupta que se
remonta a la herencia colonial y a las torceduras republicanas. Pero, vamos,
en los 90, ¡el fujimontesinismo organizó al Estado para delinquir!
Pero, ojo, ¡lo de
ahora también es monstruoso! De alguna manera, corrige y aumenta el mal. Ante
la debilidad política e institucional de los grupos que llegan al poder desde
el 2000, la tecnocracia se ha hecho responsable de la corrupción estatal. El
mal se ha ‘institucionalizado’ como una contingencia en la planificación del
Estado y se ha globalizado. Descubrir, a raíz del escándalo de los
petroaudios, que los organismos internacionales eran los favoritos de
empresarios y autoridades coimeras para escapar al control, le dio un matiz
escalofriante al escándalo.
Hablo de la
corrupción como un proyecto incubado por la tecnocracia porque, sin ser
oficial, se ha beneficiado de políticas de Estado y de la continuidad que no
tienen los partidos en el gobierno. La política de brazos abiertos a los
inversores extranjeros, por ejemplo, atraviesa quinquenios. Pero es durante
el segundo gobierno de García que llega a su clímax, con el presidente
declamando que su despacho está abierto a los inversores y promoviendo la
mistificación del gigante brasileño. Humala fue más lejos: hizo visible que
era Brasil y no Venezuela su principal auspiciador, subordinando su gobierno
a un proyecto, ese sí, de corrupción tripartita: poder político, tecnocracia
y empresa.
En este mundo de
posideología y pospopulismo, las fronteras del mal y las responsabilidades de
técnicos y políticos se redefinen. ¿Que hay muchos funcionarios honestos que
han firmado, sin saberlo, contratos y adendas que entrañaban robos
millonarios? Claro que sí. ¿Que algunos de estos, indolentes o idiotas,
pueden ir presos por negligencia u omisión de funciones? Claro que sí. Miren
a Christine Lagarde, cabeza del FMI, condenada por autorizar un arbitraje
fraudulento.
Que no nos
atemorice el caiga quien caiga. Lo importante es que queden en pie las
instituciones y caigan los corruptos que las han sembrado con sus redes y
argucias para robar.
http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/que-peor-fujimori-odebrecht-fernando-vivas-noticia-1958056
______________
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.