A dónde va el fujimorismo - Nelson Manrique
¡Bang! - Luis Davelouis
Crecimiento de crisis - El Comercio
Economía: un balance de fin de año - Pedro Francke
La regla del conflicto social - Jeffrey Radzinsky
Luz y sombra de Brasil - César Lévano
Todo menos la renuncia - Mirko Lauer
Verónika y su partido aparte - Héctor Villalobos
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A dónde va el fujimorismo
Nelson Manrique
Una escisión
atraviesa a virtualmente todos los partidos. Comenzaremos por los predios
fujimoristas.
El fujimorismo es
hoy la principal fuerza política del país, no solo por su mayoría
parlamentaria, sino porque dispone de una estructura nacional articulada en
base a una red de lealtades clientelares. No es accidental que, cuando Kenji
Fujimori fuera descubierto recientemente entregando dádivas en el sur,
respondiera que esa es su manera de hacer política.
Pero el
fujimorismo tiene dos debilidades que amenazan su hegemonía en el mediano
plazo. En primer lugar, la fragilidad de una bancada parlamentaria con
dirigentes de una mediocridad abrumadora, constituida además por el
reclutamiento de notables locales sin una ideología cohesionadora, retenidos
por una ley redactada e impuesta por el fujimorismo que convierte en parias a
los parlamentarios que se atrevan a abandonar el partido con el que fueron
elegidos. En segundo lugar, el conflicto dinástico que enfrenta a Keiko y
Kenji por la candidatura presidencial del 2021.
La negación de
Keiko a reconocer su derrota no solo fue motivada por la humillación de ser
derrotada por segunda vez, cuando aparentemente era la segura ganadora. Tan o
más importante, fueron las consecuencias de su derrota al interior del
fujimorismo y en su entorno familiar inmediato.
Keiko realizó su
campaña buscando desembarazarse de la “pesada mochila” que representaba el
prontuario de su padre. Su paso más audaz en esa dirección fue el discurso en
la Universidad de Harvard, en el que esbozó la imagen de un “nuevo
fujimorismo” que rompía con el pasado corrupto y autoritario familiar y proclamaba
una renovación con un talante democrático y tolerante. Reforzando la idea de
un quiebre con un pasado vergonzoso, a la hora de elaborar las listas
parlamentarias, optó por mandar a un retiro forzado a los escuderos más
cercanos a su padre. Martha Chávez, María Luisa Cuculiza y Alejandro Aguinaga
fueron apartados del escenario político contra la opinión de Alberto
Fujimori, que envió una carta pública demandando que los incluyeran como
candidatos. Keiko lo desairó. Con igual determinación aplastó el intento de
rebelión de su hermano Kenji, que insinuó que podría ser el candidato
presidencial el 2021. Keiko cuadró al partido y notificó a su hermano que
podría ser apartado si seguía en esa dirección, haciéndolo retroceder en toda
la línea.
Pero fue imposible
mantener la ficción de un fujimorismo renovado. Primero se hizo público que
el financista principal de Keiko, Joaquín Ramírez, que aparte de fondos
aportó los locales y vehículos para la campaña y que ocupaba la Secretaría
General del partido, estaba comprometido en una investigación de la DEA
norteamericana por lavado de activos procedentes del narcotráfico. A esto se
añadió la burda maniobra del nuevo Secretario General, José Chlimper, de
recurrir a la adulteración de un audio para desacreditar la denuncia. El
esquema ganador entró en crisis y Keiko llevó la campaña de tumbo en tumbo,
hasta terminar adoptando el talante cínico y autoritario del fujimorismo
añejo, un viraje que contribuyó decisivamente a su derrota.
Mientras tanto,
Kenji terminó convertido en el vocero del descontento paterno y de las quejas
y protestas de los fujimoristas históricos, todo públicamente expuesto en
desplantes como no ir a votar por su hermana, ni en la primera ni en la
segunda vuelta. Todo hubiera quedado en el olvido si Keiko hubiera ganado las
elecciones. Pero perdió, y los reclamos y reproches embalsados debieron
amargarle profundamente la vida. Tanto Keiko como Kenji se han encargado de
mantener este pasado vigente, Keiko con su ostentoso retiro a sus cuarteles de
invierno por todo un semestre y Kenji realizando intensas giras proselitistas
por el sur, que reafirman el carácter bifronte del fujimorismo que está en el
horizonte.
Debe reconocérsele
a Kenji sin retaceos, como un mérito destacable, su decisión de aprender a
hablar quechua. Se puede especular con que quiere competir con Verónika
Mendoza, pero sea cual sea su motivación, ella está orientada en la dirección
correcta, contribuyendo al reconocimiento de vastos sectores sociales
históricamente discriminados. Ojalá en unos años no haya ningún candidato que
no sea capaz de comunicarse con los quechuahablantes en su propia lengua.
En buena medida
qué vaya suceder en el pulseo entre los hermanos Fujimori por el poder va a
depender del desempeño de la bancada parlamentaria fujimorista. El talante
matonesco exhibido este semestre ha constituido un torpedo en la línea de
flotación para las aspiraciones presidenciales de Keiko y sería suicida
persistir en esa línea.
Mientras tanto,
Kenji observa.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/836055-donde-va-el-fujimorismo
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¡Bang!
Luis Davelouis
Es de noche y
escuchas un ruido. Te asomas por la ventana y no ves nada fuera de lo
ordinario. Todo está ahí: tus autos, las luces de la calle, el guachimán, su
caseta vacía, y ese perro rengo que no sabes cómo se llama olisquea algo
entre la vereda y el jardín de tu vecino. Perro de mierda, cómo no se muere
con todo el bocado que le he puesto. Decides –porque nada te lo impide– que
el ruido fue un poco más fuerte de lo que debería ser normal. Si te preguntan
qué es normal, no sabrías qué contestar, pero insistirías en que ese ruido no
lo fue. Así que seguramente es un disparo. Por supuesto, nunca has escuchado
un disparo fuera del cine o de la tele, pero eso no importa, tú sabes que fue
un disparo.
Así que con
genuina preocupación llamas al vigilante que se acerca a tu puerta:
-Hércules,
¿escuchó el disparo?
-No, señor.
Creo que vino de
por allá dices levantando la mano con el dedo extendido, pero sin señalar
realmente en ninguna dirección.
Sí, seguro te
responde el guachi sobándose las legañas.
Intrigado, te
imaginas que el disparo fue donde solía vivir el presidente. Por allí hay
siempre policías armados y el centro comercial y los bancos están muy cerca.
¡SEGURAMENTE HAN INTENTADO ROBAR UN BANCO!, dices exaltado para ti mismo.
Luego recuerdas que es 1 de enero, que en los bancos no hay un mango y que
ese día solo abren los chilenos explotadores de Wong, y se te pasa.
Pero el disparo sí
sonó. Ignorando que creíste que fue cerca de los bancos, a casi 20 cuadras de
tu casa, recuerdas que tus vecinos están de viaje. ¡SE METIERON A ROBAR Y
MATARON A LOS PERROS! Cuando sale, el vecino deja a sus perros en la misma
perrera que tú, son tres perros y solo fue un “disparo”. Pero no importa: hay
un ladrón en la casa de al lado. (Continuará).
http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-bang-2266744
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Crecimiento de crisis
El Comercio
Las tensiones al
interior del Frente Amplio (FA) se hicieron evidentes desde antes de la
segunda vuelta electoral del año pasado (a partir de algunas diferencias de
opinión acerca de si sus integrantes debían votar por Peruanos por el Kambio
en esa coyuntura) y desde entonces no han hecho más que agravarse. Algunos
líderes de ese conglomerado, sin embargo, han intentado negar permanentemente
la seriedad de esas tensiones, incómodos acaso por las inevitables
evocaciones del sino divisionista de la izquierda que la situación suscita. Y
también, seguramente, por lo que ella sugiere a propósito de lo que habría
sido un gobierno conducido por una dirigencia tan enfrentada.
En su afán de
restarle importancia a la clara toma de distancia del proyecto unitario con Tierra
y Libertad que supone recoger firmas para inscribir un movimiento distinto
(al que piensan denominar Nuevo Perú), la congresista Marisa Glave ha
declarado, por ejemplo, que lo que esa iniciativa busca es ‘democratizar’ el
FA. “No hay división; lo que hay es una crisis de crecimiento”, ha
sentenciado.
Pero su versión de
los hechos presenta algunos problemas de coherencia. Para empezar, durante
toda la campaña pasada, los voceros del FA se jactaron de que, como la
votación para elegir a su candidata presidencial había demostrado, su
organización era democrática… Y, como es obvio, nadie puede ‘democratizar’ lo
que supuestamente era ya democrático en origen. De manera que hay algo en esa
explicación que no cuadra.
Más difícil de
ignorar, no obstante, es el contraste entre lo que ella dice y el diagnóstico
que hace de todo este trance el también congresista Marco Arana, cabeza
visible de Tierra y Libertad (TyL), el sector que es dueño de la única
inscripción en el registro electoral de la que dispone hasta ahora todo el
conglomerado.
Como se sabe, tras
haber pedido licencia a su cargo de coordinadora nacional de la organización,
la parlamentaria Glave y no menos de 40 militantes más renunciaron en una
carta pública a TyL para emprender el proyecto de Nuevo Perú, y la forma en
que Arana calificó lo sucedido no pudo ser más elocuente.
“Creo que en la
lógica esta de intentar descalificar a TyL como sectaria y poco dialogante,
esta renuncia apunta a confirmar esa percepción. […] Ese es el elemento por
el que no solo yo, sino el Comité Ejecutivo Nacional, calificamos de
infraterna esa actitud”, señaló. En otra entrevista afirmó también: “Lo que
ha habido es una campaña durísima, sistemática, contra mi persona y contra mi
organización política”.
Parecería, pues,
que los legisladores estuviesen hablando de dos crisis distintas –una casi
saludable y otra poco menos que fratricida–, cuando en realidad se refieren a
la misma. Una crisis, dicho sea de paso, en la que lo que está de por medio
es la candidatura presidencial izquierdista del 2021, pues no olvidemos que
Arana y Verónika Mendoza (la lideresa del sector que está aglutinándose en
torno de Nuevo Perú) compitieron por esa posición en el proceso interno
previo a los comicios del 2016. Y también, la administración de los fondos
que, de acuerdo con la nueva legislación electoral, el Estado deberá
trasladarle al FA para solventar sus próximas campañas y en una cantidad que
refleje su última performance en las urnas.
Atrás quedaron,
pues, las épocas en las que la izquierda se dividía por razones ideológicas
(o por lo menos era eso lo que alegaba). Ahora, lo que enfrenta a sus
facciones es, monda y lirondamente, la vocación de concentrar el poder y el
dinero dentro del espacio político que comparten. Y eso difícilmente se
solucionará con una “inscripción adicional” a la de TyL en FA, como postula
la congresista Glave.
Los factores con
los que ella describe el problema del conglomerado son los correctos, pero el
orden en el que los plantea, no. Y en este caso, ese orden sí altera el
producto: no estamos ante una crisis de crecimiento, sino ante el crecimiento
de una crisis.
http://elcomercio.pe/opinion/editorial/editorial-crecimiento-crisis-noticia-1957793
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Economía: un balance de fin de año
Pedro Francke
Es bueno empezar
el año haciendo una evaluación de la política económica y sus resultados,
aunque haya pasado aún poco tiempo desde el inicio de esta gestión
gubernamental.
Para quienes
pensamos en la economía de las familias del pueblo, el dato más importante es
el del empleo. En Lima Metropolitana, hay ochenta mil puestos de trabajo
menos que hace un año, hablo de puestos en empresas formales, no
autoempleados, lavadores de carros o ambulantes. La situación es grave, hace
años que no estábamos en una situación como esta, sobre todo porque las
tendencias no parecen mejorar.
Esto es
consecuencia directa de la recesión en la industria y la construcción: las
empresas están produciendo menos,por lo que necesitan menos trabajadores. La
industria ha caído 3 por ciento y van tres años consecutivos que nuestra
producción industrial va para atrás como el cangrejo. La producción agrícola
está también en retroceso, igual que la ganadería. Se construye 16 por ciento
menos que hace un año, producto directo del recorte de la inversión pública y
de las mayores dificultades de los sectores medios de comprar departamentos.
Por ello, cuando
se repite que el PBI habría crecido cerca de 4 por ciento el 2016 (parece que
no se llegaría a esa cifra), se trata en realidad de un espejismo estadístico
debido a que la minería creció un enorme 24%, cifra que no se repetirá.
El principal
objetivo que se puso el gobierno, que era recuperar la inversión privada, no
se ha logrado: la inversión privada se redujo en 9 por ciento en el tercer
trimestre del año, último dato disponible. La confianza de los empresarios de
la Confiep en PPK no se ha traducido en que traigan su plata a apostar por el
Perú.
Estos resultados
no son todos por la mala herencia recibida, sino que han sido agravados por
la errada política económica aplicada. PPK ha continuado con la misma
política de tasas de interés altas, ahora a cargo del BCR cogobernado con el
fujimorismo (un balance sobre esto la próxima semana). Más grave ha sido el
ajustón fiscal que se ha traído abajo la inversión pública en 25% el tercer
trimestre; no es que no haya “destrabe”, es que han cerrado el caño
presupuestal.
Ojalá me
equivoque, pero no veo con optimismo la economía peruana el 2017. La política
de Trump nos va afectar negativamente. El gobierno apuesta a que sus buenas
relaciones con la Confiep y los beneficios dados a algunas grandes empresas
constructoras (¿a alguien esto le recuerda un escándalo de reciente
revelación?) en proyectos de transporte público servirán para reactivar la
inversión privada. Creo, por el contrario, que la macroeconomía manda, y que
el ajuste monetario y fiscal, el abandono de la diversificación productiva y
el freno a la redistribución y los programas sociales nos está pasando la
factura, y lo seguirá haciendo.
http://diariouno.pe/columna/economia-un-balance-de-fin-de-ano/
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La regla del conflicto social
Jeffrey Radzinsky
Un asunto
recurrente en el análisis de la realidad nacional y los principales proyectos
de inversión –tanto desarrollados como frustrados– es el de los conflictos
sociales.
Hace algunas
semanas, la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) y la Defensoría del
Pueblo presentaron sus informes a noviembre del 2016 sobre conflictividad
social. Mientras la PCM menciona 169 casos (entre activos y preventivos), la
defensoría señala que son 213. Al margen de las diferencias y eventual
cuestionamiento de las metodologías de diagnóstico, ambos reportes destacan a
la minería y al sector hidrocarburos.
El conflicto es
inherente a las relaciones sociales y no necesariamente es negativo. Las
discrepancias pueden dar lugar a oportunidades, inspiración creativa,
innovación, ejercicios de tolerancia, así como definición de derechos y
deberes en un Estado democrático en el que se haga efectivo el cumplimiento
de la ley.
Los conflictos
sociales (con los que convivimos en una espiral de violencia, frustración
colectiva y diálogos infructuosos) podrían tener como problema de origen la
falta de entendimiento. Obviamente, su origen se encuentra en la sociedad,
pero son fundamentalmente disputas políticas y carencias institucionales, por
lo que sugiero que sea desde esos dos frentes que se realice el diagnóstico,
así como las propuestas de solución.
Son
institucionales porque existe una notoria falta de claridad sobre las reglas
de juego. Es decir, sobre las normas, acuerdos y expectativas que
corresponden al gobierno, las empresas y la comunidad (legitimada por una
mayoría o no). Y son políticos porque –en mayor o menor medida– subyace a
cada controversia un problema de límites del poder en relación con los
sujetos o partes del conflicto.
La aproximación
política e institucional limita que tengamos posturas maniqueas y
generalizaciones que llegan al absurdo (como: “las transnacionales vienen a
saquear la riqueza y maltratan a nuestra gente” o “la comunidad protesta
porque es manipulada por políticos y diversas ONG”). Evidentemente, existen
grandes empresas que son socialmente muy responsables, así como mucha gente
que protesta con conocimiento de la materia, legítimo derecho y por voluntad
propia.
El gobierno
anterior instaló equipos para el diálogo y gestión de conflictos en regiones
que consideró prioritarias (como Áncash, Arequipa, Cajamarca, Cusco, La
Libertad y Piura). Sin embargo, no logró plasmar una estrategia, y más allá
de algunos éxitos aislados se dedicó principalmente a apaciguar la violencia
y no a prevenir controversias.
Las mesas de
diálogo que el Estado instala desde hace años han tenido la dinámica de una
negociación comercial de prestaciones y contraprestaciones, sin incidir en la
representatividad de los voceros, la sostenibilidad de los acuerdos ni el
costo de fiscalizar y hacer cumplir los compromisos.
La Oficina
Nacional de Diálogo y Sostenibilidad (ONDS) fue una de las últimas áreas de
la PCM en designar a su jefatura en este gobierno. Tras cinco meses, su
equipo aún no está armado. Así, pese a su esforzada labor, la propia ONDS
señala en su último informe de diciembre del 2016 que carece de una
plataforma digital y de personal especializado en gestionar asuntos públicos.
A esto se suma que varias oficinas de gestión social sectoriales parecen no
sintonizar con los lineamientos de la ONDS.
Más allá de útiles
técnicas de negociación o búsqueda de valor compartido entre el Estado, las
empresas y los ciudadanos, resulta imprescindible que podamos prevenir la
conflictividad, a partir de la definición de reglas claras (incluyendo
garantías) para los proyectos de inversión, así como establecer canales
efectivos y permanentes de comunicación entre la ciudadanía y sus autoridades
obligadas a rendir cuentas. Si tenemos una ONDS, debe quedar claro que el
liderazgo lo asume la PCM.
La ONDS no puede
realizar un trabajo efectivo de prevención desde Lima. Debería tener un
equipo permanente en cada región del país y convocar de manera quincenal a
los alcaldes, gobernadores y principales gremios de cada departamento a
reuniones –en las que participe por lo menos un ministro o viceministro y
eventualmente empresas–. Esto con el objeto de analizar normas, acciones y
proyectos que permitan prevenir lo que denominamos “conflictos
institucionales y políticos”, y todo debe ser eficazmente comunicado a la
población.
Es mejor construir
tomando diligentes medidas de seguridad que hacerlo precariamente, apelando a
un estupendo equipo de socorristas que podrá actuar cuando la edificación
colapse.
http://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/regla-conflicto-social-jeffrey-radzinsky-noticia-1957789
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Luz y sombra de Brasil
César Lévano
El Poder Judicial
del Perú apareció ayer ante la opinión pública representado por magistrados
que procesan el caso Odebrecht. Grato fue escuchar a Hamilton Castro, Fiscal
Anticorrupción, informar sobre el esfuerzo investigativo complejo y
minucioso, y el dato de que la colaboración con la justicia de Brasil incluye
el pedido peruano de que la empresa brasileña pague al Estado peruano un
adelanto por las ganancias ilícitas obtenidas en el Perú.
Por su parte, el
Fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, prometió: “lucharemos contra la
corrupción, caiga quien caiga”.
El trabajo de
ubicar responsabilidades y nombres ha significado un esfuerzo de cooperación
con organismos judiciales de Brasil, de Suiza y otros países. Las pruebas se
van acumulando, y prometen algo así como un terremoto político, periodístico
y moral. Más de uno de los expresidentes del Perú confrontados en el juicio
por recepción de coimas y lavado de activos debe de estar tejiendo planes de
fuga.
Lo cierto es que
el escándalo tiene no solo redes vastas, sino también recursos delictivos. El
doctor Hamilton Castro calificó el establecido por Odebrecht como “un sistema
de corrupción sin precedentes en la historia del Perú”. Señaló el Fiscal que
la organización inmoral operaba con tres financieras off-shore, y que los
dineros de sobornos eran entregados a través de esas ramas a personajes
ocultos en seudónimos.
Con el caso
Odebrecht y el de Petrobras, Brasil ha quedado marcado como una capital de la
corrupción. Esa es una cara, la cara de sombra del gigante sudamericano.
Pero Brasil tiene
asimismo rostros de luz. Uno de ellos es el del arzobispo y cardenal Paulo
Evaristo Arns, defensor de los pobres, militante de la Teología de la
Liberación y enemigo de las dictaduras, y denunciador de torturas y
represión, quien ha muerto el 14 de diciembre.
El prelado fue el
cuarto de trece hijos del matrimonio de dos inmigrantes alemanes. Muy joven
ingresó a la orden de los padres franciscanos. Después de estudiar Teología
en Brasil, se doctoró en lenguas clásicas en la Universidad de la Soborna de
París.
Su ejercicio
eclesiástico lo llevó a crear comunidades católicos de base, que llegaron a
ser 80.000 en Brasil. Su firmeza lo llevó a escribir al Papa Ratzinger:
“Usted ha asumido
la visión de los enemigos de esta teología [de la liberación], que son los
militares latinoamericanos y los grupos conservadores del episcopado… Espero
de usted un nuevo documento, positivo ahora, que reconozca esta forma de
hacer teología a partir del sufrimiento de los pobres y en función de su
liberación”.
El Papa escuchó al
arzobispo, y escribió una instrucción positiva sobre libertad y liberación.
http://diariouno.pe/columna/luz-y-sombra-de-brasil/
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Todo menos la renuncia
Mirko Lauer
Cuando Luz Salgado
ofreció renunciar nadie se lo estaba pidiendo. ¿Por qué lo hizo? Quizás para
mostrar fe ciega en la honorabilidad de su equipo y aligerar la
identificación con el caso del Minedu. Su internamiento en una clínica pudo
deberse al colerón que le tuvo que haber causado descubrir que sí había motivos
para una renuncia. Ahora varios de sus colegas se la están reclamando.
Reincorporada a
sus funciones ha buscado fortalecerse con un par de entrevistas, y dice que
no le va a dar el gusto a quienes quieren su renuncia. Pero la primera en
desear su renuncia bajo ciertas condiciones fue ella misma, al vincular su
presidencia del Congreso con la honorabilidad de algún miembro de su equipo.
Lo que sus críticos quieren es que cumpla una promesa.
Para ella el nudo
lógico es que al haberse cancelado la operación de las 980 computadoras, no
se ha cometido delito. Esto puede ser formalmente cierto, pero queda el
asunto de la intención de delinquir. Esta ha sido suficiente para que
renuncie su jefe de logística y para que el procurador denuncie a su oficial
mayor. De modo que algo irregular se estaba cocinando.
Entre renunciados
y denunciados ha empezado un juego del gran bonetón, que en cierto modo
también desmiente la inocencia de la frustrada operación de compra, y echa
sombras sobre todo el proceso de adquisiciones del Congreso. Es más o menos
obvio que se espera la aparición de un culpable, o por lo menos un
responsable.
Nadie piensa que
Salgado vaya a renunciar, y sus entrevistas lo confirman. Pero lo sucedido la
cubre con varias capas de descrédito. Que no renuncie Salgado dignifica aun
más a Jaime Saavedra. Aferrarse al cargo la sube al estilo mototaxi que había
estado evitando cuidadosamente. Pero quizás le asegura la reelección, como
gesto desafiante de Fuerza Popular.
Este fin de año ha
mostrado cómo circulan los recursos por el Congreso. Una mezcla de derechos
adquiridos (unos sindicales, otros tradicionales, otros naturales), libre
albedrío, decisiones al filo de la norma (canastas y computadoras), y cadenas
de responsabilidad poco claras. La actual mayoría no lo ha inventado, pero
parece haberlo heredado con gusto.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/836053-todo-menos-la-renuncia
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Verónika y su partido aparte
Héctor Villalobos
La izquierda
peruana, tan llena de organizaciones que confluyen y se dispersan para luego
volver a confluir; tan de todos y de todas; tan presta a llorar a Castro y
tan parca a la hora de criticar a Maduro; tan generosa para apoyar candidatos
en segunda vuelta y tan desprendida para marcar distancia de ellos cuando son
presidentes ( 1990, 2011 y 2016, por citar algunos ejemplos), tiene una nueva
marca política para los próximos años (¿meses?): el movimiento Nuevo Perú.
La agrupación en
ciernes, nacida de los temores de Marco Arana de perder el liderazgo del
resquebrajado Frente Amplio y de los deseos válidos de un sector de esa
agrupación que busca presentar una candidatura presidencial libre del corset
de la inscripción electoral de Tierra y Libertad, enfrenta un gran obstáculo
que pone en riesgo el sueño del partido propio: la falta de firmas y el
tiempo cada vez más corto para conseguirlas.
Para participar en
unas elecciones con una organización propia no basta, como algunos tratan de
hacer creer, con comprar un kit electoral y anunciarlo a los medios. El
proceso es mucho más complicado: se requiere recolectar más de 733 mil
firmas. No es una tarea sencilla y muchos prospectos de partidos se han
quedado a la mitad de camino en el intento. Si no logran el objetivo, las
intenciones electorales de Verónika Mendoza podrían terminar alojadas en un
vientre de alquiler cuyo líder/propietario tenga al menos algunas afinidades
ideológicas con ella. Es decir, dejar de jugar con la pelota de Arana y
pedírsela prestada a otro.
Otro factor que
podría terminar afectando las aspiraciones de ese sector es la innata
vocación de los movimientos izquierdistas por la autopulverización. La
aparición de un liderazgo paralelo al de Mendoza en una organización que
recién se encuentra en la etapa de recolección firmas no está descartada,
tomando en cuenta que aún falta mucho tiempo para el próximo proceso
electoral.
En tanto, mientras
la ex candidata presidencial continúa tratando de sacar adelante su proyecto,
al remendado Frente Amplio le esperan cuatro años y medio de convivencia en
el Congreso. Divididos en dos facciones negadas, aranistas y mendocistas no
tienen reparos en hacer públicas sus muestras de “cariño” cada cierto tiempo,
lo que hace muy difícil tomar en serio los alardes de unidad que tanto
pregonan.
Sin ir muy lejos,
hace un par de días la congresista Marisa Glave señaló que el movimiento
Nuevo Perú nace para “democratizar” el Frente Amplio. Esta afirmación abre
varias interrogantes: ¿Verónika Mendoza postuló a la presidencia por un
partido que no es democrático? ¿O es que en algún momento este fue
democrático pero luego se transformó en una dictadura? Y si es así, ¿qué
hacen Glave y sus colegas disconformes integrando la bancada de una
agrupación antidemocrática?
La respuesta de
los aranistas no debe tardar en llegar y será, seguramente, nada
conciliadora. Mientras tanto, desde la comodidad de su tribuna, Gregorio
Santos observa sonriente.
http://elcomercio.pe/politica/opinion/veronika-y-su-partido-aparte-columna-hector-villalobos-noticia-1957828?ref=portada_home
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