jueves, 18 de mayo de 2017

OPINIONES 17/05/2017

¿A qué le teme, señor Arana - Sigrid Bazán
Argumentos de ayer y hoy - Susana Chávez
Gay (un)friendly - Luis Davelouis
La izquierda que la derecha necesita - Enrique Fernández–Maldonado Mujica
Periodismo en la mira - Mirko Lauer
Perú-AL: Geopolítica y Proyecto Nacional - Manuel Dammert Ego Aguirre 
Pobreza y vulnerabilidad y ahora desigualdad - Humberto Campodónico
Sí al indulto, pero con un pacto - Fernando Vivas
"Trump en el despeñadero" - César Lévano
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¿A qué le teme, señor Arana

Sigrid Bazán

La división del Frente Amplio no es nueva, pero tiene un comienzo con nombre y apellido. Marco Arana pretendió abanderarse de la organización desde un comienzo y, como reconocen varios compañeros, empezó una campaña para intentar anular la figura de Verónika Mendoza, no solo al interior del partido, sino también como lideresa y vocera pública, pues a ella todavía le corresponde coordinar con la bancada que llevó al Congreso.

Asimismo, Arana se viene encargando de cerrar el paso a todos aquellos cercanos a Verónika, lo que, recordemos, generó una ola de renuncias en Tierra y Libertad. Tiró al tacho el sueño de una izquierda unida, que a la luz de una sola inscripción, fuera de la mano –con todas sus diferencias– hacia lograr objetivos comunes. Y más allá de eso, se encargó de romper con toda la institucionalidad de su partido con tal de cumplir sus testarudos objetivos.

Todo esto ha sido, evidentemente, público; es así que no cuento nada nuevo. Sin embargo, si el señor Arana decidió convertir a su partido inscrito en su chacra, no es justo que la bancada tenga que pagar los platos rotos. Las torpezas de Arana (sí, aquellas que llevan a toda la izquierda a patinar a nivel internacional incluso, como el video por el aniversario de Chavín de Huántar) deberían tener un límite, en especial, pensando en todos los cuadros de izquierda que siguen dando la pelea en el Congreso y fuera de él.

Arana no es la izquierda y creo no equivocarme al decir que tampoco la representa, ni la representó. Y a los números me remito. ¿O acaso Marco no se acuerda de todas las irregularidades que se dieron en las primarias de Cajamarca sin las cuales no hubiera podido ser elegido candidato al Congreso? ¿O acaso busca aprobar todo al caballazo porque sabe que sigue sin contar con un respaldo contundente, esta vez al interior de su bancada? ¿A qué le teme, señor Arana, que abandona las prácticas democráticas de esa manera? Quizás no solo el miedo, sino los millones de soles que su partido recibiría por el financiamiento del Estado, sean el motor de su egoísmo.

En fin. Ahora resulta que este señor quiere cambiar el reglamento interno de la bancada del FA, sin consultar al número correspondiente de integrantes (al caballazo, como decimos). También quiere hacer un nuevo código de ética, nuevamente sin consultar, para poder botar a Richard Arce.

Arana se ha confundido de enemigo y libra una lucha solitaria. La izquierda avanzará, mientras este señor retroceda, así de sencillo. Y mientras esto pasa, nuevas figuras siguen integrando las filas del Movimiento Nuevo Perú, agrupación que todavía está a tiempo de no cometer los mismos errores y de salir empoderada hacia las elecciones. Esperemos con expectativa y optimismo ese proceso, siempre mirando hacia adelante. La izquierda todavía tiene mucha valentía que ofrecer.



http://larepublica.pe/impresa/opinion/876518-que-le-teme-senor-arana



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Argumentos de ayer y hoy

Susana Chávez


Se estima que el 6% de peruanos(as) podría ser LGTBI, cifra cercana a la calculada por el Dr. Alfred Charles Kinsey (1953), cuya validez ha sido aceptada por la comunidad científica. No se trata, sin embargo, de cuántos son, ni de que todas las personas LGTBI se vean obligadas a salir del clóset; se trata de que nadie se vea sancionado por su orientación sexual e identidad de género, ni sea negado de otros derechos de los que sí gozan las personas heterosexuales.

Hacer invisibles a las personas LGTBI –como ha ocurrido en el Congreso con algunos decretos legislativos– es discriminatorio, pues en términos numéricos ello podría ser comparable a eliminar los derechos a gestantes o a personas mayores de 75 años, ya que, en ambos casos, se trata también de minorías poblacionales.

Los argumentos del Congreso para oponerse a los decretos legislativos que protegían a las personas LGTBI fueron los mismos que se utilizaron en su momento para oponerse a la protección de las mujeres contra la violencia. La destrucción de la familia, el debilitamiento de los hombres como jefes de hogar, la pérdida del rol materno, el lobby de las organizaciones feministas, entre otras, fueron las banderas de la oposición.

Hoy, 30 años después, sería imposible afirmar en público que la mujer es propiedad privada, que el “honor” es causa justificada para matarlas, o que el débito sexual es una obligación. Hoy también el Estado está mejor dotado. Existen estadísticas, protocolos de atención, fiscalías especializadas y, aunque todavía no estamos en el mejor de los mundos, hay menos aceptación de la violencia hacia la mujer y una reducción de la vulnerabilidad.

Dado que las razones que justifican las leyes de protección contra la violencia y crímenes de odio hacia la comunidad LGTBI son –éticamente– las mismas que en el caso de las mujeres, uno esperaría que el Legislativo esté en mejores condiciones de entender su responsabilidad.

En cuanto a la opinión pública, los cambios son más alentadores, como lo revelan las encuestas de tolerancia a la diversidad sexual. Dos encuestas realizadas en este milenio –la de Pew Global Attitudes Project (2003) y la del Instituto de Opinión Pública de la PUCP (2012)– demuestran, entre otros aspectos, que la inclusión de una persona LGTBI al entorno amical más cercano de los consultados presenta un incremento de 17 puntos porcentuales, lo que demuestra que los y las peruanas somos personas más inclusivas.

Sin embargo, estos cambios no se reflejan en el Congreso ni en los homófobos activistas, quienes, aprovechando el conservadurismo y la escasa información de la ciudadanía, inventan que hay un complot para homosexualizar a niños y niñas, y que el reconocimiento legal de las familias de parejas del mismo sexo destruirá a las ya existentes. Algo tan falso como decir que las lluvias del norte fueron ocasionadas por la “ideología de género”.

De hecho, esto no pasaría de la ignorancia y la desinformación si no tuviéramos víctimas con nombres, historias de vida, responsabilidades familiares. Se trata de un asunto sobre el que da cuenta el informe de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) del 2015 sobre violencia contra personas LGTBI. Según este reporte, en solo 15 meses se recibieron más de 700 denuncias por asesinatos y actos graves de violencia ejercida por actores estatales y no estatales. Aquí se incluye el caso de Luis Alberto Rojas, un joven gay trujillano –ahora mujer trans– que fue brutalmente violado por seis policías en un distrito de La Libertad, y cuyo caso está a la espera de una decisión en la CIDH.

El informe también señala que la violencia hacia la población LGTBI no solo está determinada por las orientaciones sexuales e identidades de género de las víctimas, sino también por otros factores de discriminación como la etnia, raza, sexo, género o edad. Esto, además, incrementa la vulnerabilidad de las víctimas, pues no es igual ser LGTBI afrodescendiente, pobre, indígena, que ser LGTBI congresista. Y en ello tal vez podría recaer la diferencia para hacer leyes que conviertan al Perú en un país más inclusivo.


http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/argumentos-ayer-hoy-422647

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Gay (un)friendly

Luis Davelouis


El lunes, el Banco de la Nación publicó en sus redes sociales un saludo con un mensaje que decía: “Feliz Día Internacional de la Familia”. El mensaje estaba acompañado de un “meme” en el que se apreciaban una monoparental (mamá y bebé), dos padres gay y un niño, un hombre negro con una mujer blanca y una niña negra y un niño blanco, y una pareja con una hija en silla de ruedas. Todo acompañado con la frase “porque el amor define lo que es una familia”.

El mensaje sorprendió gratamente a montones de gente y enfureció a los sonsos homofóbicos de #ConMisHijosNoTeMetas y se hizo viral en cuestión de horas. Y es lógico: los mensajes buena onda y los gatitos vuelan en las redes sociales. Después de todo, no existe ninguna evidencia de que la composición familiar sea determinante en la calidad de vida y bienestar que pueden alcanzar los miembros menores de la misma y, cuando el amor filial se tangibiliza, no hace distingos de ninguna clase. Punto para el BN y su CM por lanzar un saludo inclusivo desde el Estado, al que le toca reconocer el derecho y la existencia de todos sus ciudadanos sin importar nada más que el que son ciudadanos.

Pues bien, parece que el encargado de aprobar lo que se publica en las redes del BN se asustó por las respuestas de los reaccionarios y que piensan que la homosexualidad se puede promover (sí, así de ignorantes son) y retiró el mensaje.
Si alguien cree que el CM se manda a hacer algo así sin autorización firmada de un superior en una institución del Estado, se equivoca.

Nadie puede imponer sus puntos de vista basados en sus creencias personales a los demás, ni directamente ni a través del Estado. Vamos avanzando.



http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-gay-friendly-2281929


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La izquierda que la derecha necesita

Enrique Fernández–Maldonado Mujica

El escenario político peruano no puede ser más complejo y enrevesado. Enfrentamos varios problemas gravísimos convergentes entre sí. Por un lado, el caso de corrupción Lava Jato salpica a tres ex presidentes, y sienta sospechas sobre el actual, generando una crisis moral con implicancias políticas y sociológicas. Por otro, la gobernabilidad es tensada por una mayoría fujimorista en el Congreso, cuyo único leit motiv pareciera ser arrinconar y someter al gobierno. La ciudadanía asiste a esta pulseada “en las alturas” entre perpleja y hastiada. La desaprobación de las principales instituciones públicas supera en todos los casos al 70% de los encuestados. Así las cosas, la posibilidad de una crisis política se incrementa ante la falta de reflejos del presidente y su entorno para enfrentar una oposición desleal y golpista. Transcurridos los momentos más graves de la emergencia nacional por el Niño Costero, el escenario de la vacancia –advertido tempranamente por Rosa María Palacios– adquiere nuevamente vigencia.

Pero la izquierda peruana, la parlamentaria, no quiere, o no parece, darse cuenta. Su accionar estos últimos meses proyecta una imagen contraria al abc de la política progresista: acumular fuerzas. El Frente Amplio ha ido en contra de su razón de ser: agregar voluntades. Amplificar la capacidad de arrastre de los partidos y movimientos que lo conforman. Nada de eso ha sucedido. Sus integrantes han hecho todo lo contrario. Una vez alcanzada la curul, se dividen. Lo que es peor: se pelean entre sí. Su incapacidad para enfrentar al adversario y anteponer este objetivo a sus discordias personales, es un problema que ya les está pasando factura.

¿A quién favorecen con esta conducta? Sin duda, no al electorado que los eligió e hizo posible que la izquierda alcanzara –después de casi cuatro décadas– casi el 20% del electorado en los últimos comicios generales.

La tensión entre Tierra y Libertad y el Movimiento Nuevo Perú (que llegó a un punto tragicómico con las disputas públicas entre los congresistas Marco Arana y Richard Arce), no hacen sino erosionar la ya débil capacidad de representación política de la izquierda política. De continuar así, es más que seguro que antes del 20121 vuelvan a la marginalidad absoluta, superados por liderazgos radicales tipo Antauro Humala u otros parecidos.

¿Cómo debe encarar el escenario que viene la izquierda política? ¿Cómo salir en el marasmo en que se encuentra? Considero que hay dos banderas cruciales que podrían asumir en los próximos meses. La primera: denunciar firmemente el pacto de impunidad que vienen operando las organizaciones políticas con mayor influencia en las últimas décadas –el Apra y el fujimorismo–. Pacto que es funcional, hay que decirlo, a la continuidad del Estado corrupto y del neoliberalismo económico.

En segundo lugar, la izquierda debe cerrar filas por una reforma electoral inclusiva, y no excluyente, como pretende el aprofujimorismo en el Congreso. Para ello deberá tender puentes con otras fuerzas (incluido el centro político), si lo que buscan es abrir el sistema político para competir en él democráticamente. En tiempos de crisis de la representación política, quedarse en el regodeo ideológico y la querella personal los condena inevitablemente a la desaparición.

Como han planteado algunos analistas recientemente , la izquierda política debe apuntar hacia la “convergencia”, más que a la unidad. Ubicarse en un campo político sobre la base de las coincidencias, para desde ahí confrontar al adversario común: en estos días, el autoritarismo parlamentario fujimorista y la ofensiva ultraconservadora.

Solo así se podrá tener un rol protagónico como alternativa de gobierno, proponiendo un nuevo quehacer y liderazgo político.


http://otramirada.pe/la-izquierda-que-la-derecha-necesita

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Periodismo en la mira


Mirko Lauer


Quizás ninguna muestra de afinidad entre Donald Trump y Vladimir Putin es más elocuente que la tirria a los medios. Aunque en eso no están solos. Hubo un tiempo en que una sociedad sin prensa libre era un estándar exclusivo de los gobiernos totalitarios, de cualquier signo. Esto viene cambiando a gran velocidad.

Hoy existen gobiernos que se consideran democráticos pero a la vez no tienen empacho para mantenerse en una guerra abierta contra los medios independientes de su país. Un caso cercano ha sido el del presidente ecuatoriano Rafael Correa, izquierdista muy moderado en lo económico, pero un verdadero Atila frente a los medios.

Gente como Trump, o el resto de los hoy llamados populistas del mundo, tiene problemas para procesar la idea que las evidencias y opiniones incómodas deben tener libre circulación para que la sociedad sea democrática. Algo así como un periodismo sin periodistas que encarnen el aspecto liberal de la práctica.

En Rusia los periodistas muy críticos del gobierno son ocasionalmente asesinados, y es una lista que está creciendo. Los EE.UU. de Trump no han llegado a ese extremo, pero el trato de la Casa Blanca a la prensa independiente ya es claramente otro. Siempre ha habido pulseo en esta área, pero lo que Trump quiere definir es una verdadera guerra de trincheras.

Podemos pensar que los lazos semi-secretos que hoy unen a Washington y Moscú no son solo los de una conspiración electoral o los de pícaras camaraderías comerciales, sino además parte de un curso de afinidad ideológica y política. Los actuales aspirantes a controladores de la prensa de todas partes empiezan a entender el sombrío mensaje.

El instrumento elegido por Trump es más refinado que el de Putin. Su equipo de gobierno está a la vanguardia de un verdadero intento de involución filosófica, que consiste en el ataque a la idea misma de verdad en la información, en la que se ha asentado siempre el periodismo reconocible como tal. La relación con el totalitarismo es clara.

Los EE.UU. se jactaron por casi tres decenios de haber ganado la guerra fría desde el campo de las ideas. Ahora Trump empieza a entregar esa victoria con armas y bagajes. Ha elegido a los medios como su primer espacio de rendición.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/876515-periodismo-en-la-mira


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Perú-AL: Geopolítica y Proyecto Nacional

Manuel Dammert Ego Aguirre


El mundo y Latinoamérica, tras la crisis de USA-unipolar, se abre a la Multipolaridad Global. Pero PPK,y su gobierno neoliberal, pretende reforzar la dependencia del Perú al dominio de USA. Este es eje en la actual crisis de régimen (moral, política, económica y social) que sacude al país, al subordinarlo a la ofensiva de USA para reconquistar América Latina como su Patio Trasero, y apropiarse de petróleo, biodiversidad, agua y minerales.

Existe otra alternativa nacional y mundial. Para sellar el proyecto de la Nueva Ruta de la Seda (B&R), en Pekín, se acaba de realizar la decisiva cumbre, con 29 mandatarios. No fue Trump por USA. Participaron naciones del sudeste asiático, europeas, de las dos coreas, y de América Latina.

El B&R es un proyecto integrador: de transporte, afianzará la producción mundial, con corredores económicos para la conexión Asia-Europa y con América Latina. Es la globalización positiva, de civilizaciones que dialogan. Supera la fracasada unipolaridad norteamericana (especulativa, financiera, militarista). Avanza una integración global mundial, con desarrollo, conectividad y sostenibilidad, respetando la soberanía de las naciones.

El B&R incluye a casi 30 % del PBI Global. China ha ofrecido invertir más de un billón de dólares para estos megaproyectos de infraestructura en la nueva ruta de la seda.En contraposición, USA se opone y amenaza con redoblar la especulación financiera global y su afán imperial en crisis. USA plantea invertir en infraestructuras militares casi US 8 mil millones en Asia-Pacifico, y US 54 mil millones en nuevos gastos militares el próximo año.

China y Chile han sellado diez acuerdos de cooperación y plantean concluir próximamente la ampliación de su Tratado de Libre Comercio (TLC). Chile se ha incorporado al Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras. El Perú sigue en el limbo, y se coloca aceleradamente detrás de USA, no solo en los ejercicios militares (como en la triple frontera amazónica), sino también en entregar la soberanía económica a empresas ligadas a USA.

Extrañamente, el Gobierno PPK bloquea que el puerto de Ilo (Sur del Perú), sea el punto de conexión en el Pacífico de la Ruta de la Seda con AL, y deja así que vaya a Chile, o privatiza el puerto peruano a favor de AIH (empresa de Sebastián Piñera). Es la hora de Latinoamérica Unida, del Perú soberano y democrático, impulsando un mundo multipolar y sostenible.


http://diariouno.pe/columna/peru-al-geopolitica-y-proyecto-nacional/


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Pobreza y vulnerabilidad y ahora desigualdad

Humberto Campodónico



La semana pasada escribimos sobre la vulnerabilidad de los pobres en el Perú, es decir, la posibilidad de que una parte de la población que ha salido de la pobreza vuelva a ella, debido al deterioro de la situación económica, lo que se vería agravado si es que ocurren desastres naturales.

Tomamos un informe del BID (1) con cifras del 2013 como referencia de las tendencias generales, pues el INEI aún no había publicado el Informe de la Pobreza 2016. Ahora nos dice el INEI que la pobreza ha baja del 21,8 al 20,7%, o sea, 6.518.000 personas. Y la extrema pobreza ha bajado del 4,1 al 3,8%, 1.200.000 personas.

Estas cifras son menores que las del 2013, ciertamente. Pero la tendencia es la misma: la velocidad de la reducción de la pobreza “ya no es la que era”. Esa tendencia ya se venía constatando por la caída de los precios de las materias primas y por eso se comenzaron a aplicar programas sociales “inclusivos”, política en la cual tuvo un rol importante la ONU con sus Objetivos del Milenio, hoy “recargados” con los Objetivos de Desarrollo Sostenible al 2030.

Hay varios temas aquí. Uno es la forma de medición de la pobreza mediante los gastos monetarios. Dicen los críticos que eso no es adecuado porque, por ejemplo, no se mide la anemia, que ha aumentado en los últimos años, por lo que el indicador debería cambiarse.

Otro es quien baja más la pobreza: ¿el crecimiento económico o los programas sociales? Los creyentes del “libre mercado” nos dicen que es el crecimiento en más de un 80%, lo cual ha sido cierto cuando se crecía al 6% o más. Pero, por ejemplo, en el 2015, los programas sociales inclusivos explicaron más del 60% de la reducción de la pobreza (MEF, 25/4/2016). No hemos encontrado el dato para el 2016, pero debe ser parecido.

Un tercer tema es la vulnerabilidad de la pobreza, la cantidad de peruanos que han dejado de ser pobres, pero que podrían recaer si la situación económica se deteriora. El informe del BID estimó que el 40,5% de la población era vulnerable. Hoy, nos dice Javier Herrera, miembro de la Comisión Consultiva para la Estimación de la Pobreza del INEI, que “el 32,9% de la población está en esa franja vulnerable y podría recaer en los siguientes periodos. No obstante, la cifra es menor a la observada en el 2015, cuando fue 33,9%”.

Otro tema tiene que ver ya no con la pobreza sino con la desigualdad, la distancia en la distribución del ingreso entre ricos y pobres. Dice el INEI que el coeficiente Gini ha caído de 0,50 a 0,44 del 2007 al 2016 (si el Gini es 1 la desigualdad es máxima y si es 0 no hay desigualdad). Es una reducción importante, sin duda, aunque hay que señalar que el Gini ha caído más en las zonas urbanas (de 0,46 a 0,40) pues en las zonas rurales la caída fue menor (de 0,44 a 0,41).

Ahora bien, en términos de desigualdad (no de pobreza), América Latina tiene el triste privilegio de ser una de las regiones más desiguales del mundo (a pesar de la mejora reciente). En este caso, estudios recientes de la OCDE y de la Cepal nos dicen algo que a primera vista parece difícil de creer: que el Gini en los países de la OCDE es igual al de los países de América Latina. O sea que serían tan desiguales como nosotros.

Pero, un momentito, ese es el Gini medido por ingresos de mercado, o sea antes de la recaudación de impuestos. Dice un reciente informe de Cepal (2) que ese Gini es de 0,50 en la Unión Europea y de 0,47 en la OCDE (el llamado club de los países ricos). Pero la cosa cambia radicalmente cuando a ese Gini se le descuentan los pagos por pensiones públicas, más las transferencias sociales en efectivo más el impuesto a la renta) se aprecia una caída del Gini a 0,30, tanto en la UE como en la OCDE: una caída del 39 y del 36%, respectivamente.

En América Latina la caída es mucho menor. Con cifras al 2011, el Gini de Perú cae de 0,49 a 0,46, Brasil de 0,57 a 0,50 y Chile de 0,54 a 0,50. Lo que esto nos dice es que la recaudación tributaria en un país es un instrumento clave para reducir la desigualdad pues transfiere ingresos de los sectores más pudientes a los menos, vía el pago de impuestos. Dicho de otra manera, en América Latina se pagan menos impuestos que en los países industrializados.

Y la situación no va a mejorar ya que la presión tributaria quizá baje a 13% del PBI este año en el Perú, lejos del 18% promedio de la región para ya no hablar de los niveles superiores al 30% del PBI en los países de la OCDE.

Estos son los retos que enfrentaremos en los próximos años y que, ojo, no se solucionarán solo con crecimiento ni solo con programas sociales. En la ecuación tiene que entrar la diversificación productiva con empleos industriales de valor agregado, política que brilla por su ausencia.

(1) BID, Pobreza, vulnerabilidad y la clase media en América Latina Marco Stampini, Marcos Robles, Mayra Sáenz, Pablo Ibarrarán, Nadin Medellín Documento de Trabajo 591, Mayo 2015.

(2) Consensos y conflictos en la política tributaria de América Latina, Juan Carlos Gómez Sabaini, Juan Pablo Jiménez y Ricardo Martner, 2017, www.cepal.org



http://larepublica.pe/impresa/opinion/876519-pobreza-vulnerabilidad-y-ahora-desigualdad


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Sí al indulto, pero con un pacto

Fernando Vivas

Está clarísimo. Fernando Rospigliosi, que es un analista sagaz y buen amigo de Carlos Basombrío, lo ha dicho de muchas formas: solo el indulto a Fujimori podría salvar la cabeza de Basombrío (y la de Vizcarra, si el fujimorismo se pone trejo) en sus próximas interpelaciones. Solo conjurando el fantasma que el propio Ejecutivo invocó (a través del presidente y de Carlos Bruce) podremos salir de este trance autodestructivo al que nos estamos encaminando con peruana indolencia.

La torpeza oficialista nos ha colocado en este dilema de gobernabilidad versus impunidad. Yo apuesto por la gobernabilidad, o sea, al indulto; pero, ojo, queridos e ilustres amigos caviares, ¡no me acribillen aún! Tiene que haber un pacto. PPK tiene que hablar con Keiko Fujimori para preguntar, primero, si realmente desea a su padre suelto en plaza y, segundo, para establecer con qué condiciones y plazos podría indultar. Si el indulto es una gracia, debe ser correspondida por otra gracia.

¿Cuál sería? Interpelar sin censurar. Es obvio. Que el fujimorismo luzca capacidades fiscalizadoras técnicas, que concilie mostrando a la vez fuerza y templanza. Esa sería la nobleza que se espera de quien recibe una concesión histórica (¿han visto cómo Luz Salgado promueve el indulto con ahínco, y hasta contó que Zavala y Keiko se han ‘whatsappeado’? Es que no quiere presidir un Congreso patéticamente censor).

Por supuesto, hay algo que atemoriza al entorno de PPK. El indulto, aunque no borra los delitos (solo perdona la carcelería), sería una señal indulgente ante los crímenes de Alberto Fujimori. Por eso, como un pacto secundario con el reo, PPK tendría que obtener de él el compromiso de un perfil bajo. De más está que le exija un mea culpa, porque eso solo se lo puede dictar su propia conciencia y ella, me temo, está extraviada en la glorificación de los logros de su gestión y el negacionismo de las barbaridades que cometió con Montesinos.

La propia Keiko agradecería ese perfil bajo. No puedes excarcelar a quien presumes que, a las pocas horas, va a desafiar a la institucionalidad que lo detuvo, lo juzgó y lo condenó. Además, tendría que quedar claro que Fujimori, aun indultado, puede afrontar el par de delitos que el Poder Judicial chileno autorizó a inicios de este año, en una ampliación de su extradición.

PPK ya haría bastante con dar el indulto. Corresponde a los Fujimori –papá, hija mayor e hijo menor– agradecer y pasar a la política constructiva. Si no pueden manejar las pulsiones políticas en familia, ya pues, no le compliquen la vida a su bancada ni, de rebote, al país. Indulto sí, con dolor y con afán reconciliador. Pero tras un pacto de nobleza. Si no lo hay, no he dicho nada.

http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/indulto-pacto-423059


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"Trump en el despeñadero"

César Lévano

Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, puede perder el cargo por entregar a Rusia secretos clasificados sobre planes islámicos de realizar ataques terroristas en vuelos comerciales. La fuente de los datos eran los servicios de Israel, que había pedido que la información no se compartiera con un tercer país.

La confidencia ocurrió durante una entrevista del presidente con Sergei Lavrov, canciller de Rusia, y Sergei Kislyak, embajador de Moscú. El plan del llamado Estado Islámico consistía en armar computadoras portátiles con explosivos a fin de destruir aviones.

La información, acogida por los diarios mayores de la Unión, The New York Times y Washington Post, ha originado rechazo en la opinión pública y causado inquietud a los políticos, tanto demócratas como republicanos. Tan grande es la conmoción que Trump ha reconocido el hecho y ha expresado que tiene “derecho absoluto” a compartir esos datos reservados de inteligencia.

“Como presidente quise compartir con Rusia, en un evento abierto de la Casa Blanca, como es mi derecho absoluto, hechos sobre terrorismo y seguridad aeronáutica”, sostuvo Trump en una serie de tuits.

El escándalo se complica –y se vincula– con el autoritario despido por Trump del director del FBI James Comey. Los portavoces oficiales afirman que la medida se dictó porque Comey dio datos falsos sobre la investigación de los correos electrónicos de Hillary Clinton, durante la campaña electoral.

Pero esta coartada no ha tenido éxito. Muchos creen que Comey ha sido sancionado porque estaba investigando una presunta injerencia de Rusia en las elecciones del 2016. Si se hubiera revelado que esa intromisión había ocurrido para favorecer a Trump, habría sido una catástrofe para este.

Peor aún es lo que se le avecina con el nuevo escándalo. Se discute ya en el país si el caso del jefe de la Casa Blanca puede conducir a un juicio político y desembocar en su destitución. La figura jurídica aplicable sería obstrucción a la justicia.

Al Green, congresista demócrata, precisó en una radio de Houston: “Ahora sabemos que el FBI investiga actualmente la asociación de Rusia con el presidente y algunos de sus asociados. Si se comprueba que el presidente ha hecho esto para eludir esta investigación y para impedir llegar al fondo de las cosas, creo que esta va a ser una ofensa que podría llevar al juicio político”.


http://diariouno.pe/columna/trump-en-el-despenadero/


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