martes, 31 de enero de 2017

OPINIONES 31/01/2017

Adiós míster Obama, sin pena - René Naba
Cosas raras - Luis Davelouis
Deforma electoral - Arturo Maldonado
Dos cataclismos - Pedro Francke
El Apra y la corrupción - Nelson Manrique
El arte de la mentira política - César Lévano
Kuczynski en “La La Land” - Pedro Tenorio
Los chantajes del Banco Mundial - Rocío Silva Santisteban
Quijano: ¿Cómo nos pensamos? - Mirko Lauer
Riesgo de una presidencia volando bajo - Augusto Álvarez Rodrich
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Adiós míster Obama, sin pena

René Naba


El presidente Barack Obama abandona la escena presidencial después de un mandato de ocho años marcado por la relación de Estados Unidos con dos de los principales opositores a la hegemonía estadounidense, Cuba e Irán, en contraposición con una gestión maquinadora de la Primavera Árabe y completada por la superación del contencioso doloroso con Japón (Pearl Harbor e Hiroshima). Pero de una pasividad sorprendente con respecto al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, a quien el presidente gratificará al final de su mandato con un regalo exorbitante: una subvención militar de 38.000 millones de dólares.

Una pasividad insultante del líder estadounidense. Una complacencia corrosiva para la credibilidad y el prestigio de la diplomacia de EE.UU.

Revisión del mandato del primer presidente negro de Estados Unidos

El primer Premio Nobel de la Paz, nunca otorgado a un presidente en activo y que además se le concedió cuando tomó posesión y no al final de su mandato, ha terminado su doble legislatura (2008-2016) con una ayuda récord a uno de los estados más belicistas del mundo.

Aquél que inauguró su mandato con un sonoro ¡salam aleikum! al mundo árabe desde la universidad de El Cairo en su célebre declaración pronunciada en la fecha simbólica del 4 de junio de 2009, ha finalizado su mandato con una gratificación exorbitante de 38.000 millones de dólares al dirigente que más le ha despreciado a todo lo largo de su doble mandato presidencial.

El «nuevo comienzo» destinado a mejorar las relaciones estadounidenses con el mundo árabe y musulmán, en ruptura con la era belicista de George Bush jr., se ha revelado como un retroceso y sus críticas a Israel como una broma de mal gusto.

En vez de acallar el cacareo de su interlocutor israelí el afroestadounidense ha tenido de recular, acompañando su retroceso con un regalo real de un presidente masoquista a un dirigente xenófobo que burló continuamente su autoridad e hizo fracasar sus intentos de resolver el conflicto israelí-palestino.

Calificar, por añadidura, de «gigante del siglo XX» a Shimon Péres, quien equipó atómicamente a Israel en Dimona y ordenó la carnicería de Cana (sur de Líbano) -la masacre de 106 civiles libaneses refugiados en un campo bajo la protección de los Cascos Azules de la ONU, asesinados por la artillería israelí en 1996- y para mayor escarnio elevarle a la categoría de Nelson Mandela, el antiguo decano de los presos políticos del mundo propulsado al rango de icono planetario absoluto de los pueblos en lucha por la libertad, revela si no un halago rastrero al menos un exceso de celo contraproducente.

«Comparar a Shimon Péres con Mandela es escupir a la figura de Mandela», tronó Rony Brauman, uno de los fundadores de Médicos sin Fronteras, en una encendida llamada a la mesura al presidente estadounidense.

Todavía más, en su oración fúnebre, sin duda llevado por un arrebato lírico, el presidente de EE.UU. tuvo la impertinencia de calificar a Jerusalén de «capital de Israel», ganándose una vigorosa llamada al orden del Departamento de Estado infamante para una personalidad de semejante nivel de responsabilidad.

Es cierto que la adopción por parte del Congreso de la Ley JASTA, quince años después del ataque a los símbolos de la superpotencia estadounidense el 11 de septiembre de 2001, que autorizaba a EE.UU. a perseguir al reino saudí en indemnización de los daños sufridos por los piratas del aire –de los cuales 14 de los 19 eran de nacionalidad saudí- puso la espada de Damocles en suspensión sobre la dinastía wahabí, pero al mismo tiempo Barack Obama avaló la agresión saudí a Yemen y muestra una cierta connivencia con los grupos yihadistas del terrorismo islámico, en particular en Siria.

De esta forma el primer presidente negro de Estados Unidos ha reforzado con su impulso de generosidad de final de mandato, sin la menor contrapartida, a un Estado que trata a sus propios negros, los falashas etíopes, como ciudadanos de segunda aparcados en guetos y en empleos precarios y residuales.

Una ayuda militar escandalosa destinada principalmente a seguir masacrando a los palestinos y a continuar fagocitando Palestina con desprecio de la legalidad internacional de la cual EE.UU., en su calidad de miembro permanente de las Naciones Unidas, tiene el deber de preservar y defender.

38.000 millones de dólares de Estados Unidos a Israel en detrimento del pueblo estadounidense mientras más de 40 millones de ciudadanos afroestadounidenses viven por debajo del umbral de la pobreza y 70 millones de ciudadanos de EE.UU. no disponen de ninguna cobertura social, a pesar del modesto Medicare de Obama.

Abanderado de los sueños de la comunidad negra de Estados Unidos y de todos los pueblos morenos del cuarto mundo (1), Obama no ha dejado mes tras mes, año tras año, de demostrar que solo es un BASP (Negro Anglosajón Protestante), una variante cromática del WASP (Blanco Anglosajón Protestante).

Así, el presidente más cool del mundo ha sido, hasta el final, el más decepcionante con respecto a las esperanzas que suscitó.

La resolución 2334 

Presa de un remordimiento tardío frente al país considerado el principal productor de alambradas del mundo y por otra parte deseoso de frenar las pulsiones expansionistas de Benjamín Netanyahu, Barack Obama le lanzó un tiro de advertencia absteniéndose de votar –y de oponer su veto- a un texto de denuncia de la colonización israelí.

La resolución 2334 (2) adoptada por el Consejo de Seguridad el 23 de diciembre de 2016, que recogió 14 votos a favor y salió adelante gracias a la abstención estadounidense, marca un hito en los anales diplomáticos internacionales en cuanto que marca un precedente. Es el primer voto en ese sentido desde hace un cuarto de siglo, más exactamente desde el Tratado de Washington que selló la paz entre Israel y Egipto el 29 de marzo de 1979, abre la vía al hecho de que el paraguas diplomático estadounidense ya no se despliega incondicionalmente para proteger a Israel y señala que el veto ya no es un derecho automático para todo lo que concierne al Estado hebreo.

Un regalo envenenado a su sucesor xenófobo, el populista y ultrasionista Donald Trump, cuyo embajador en Israel, David Friedmann, ha anunciado su intención de instalarse en Jerusalén y no en Tel Aviv, con una buena gresca diplomática en perspectiva para el nuevo presidente durante los primeros cien días de su mandato presidencial.

El número de colonos se eleva a 590.000 en Cisjordania y Jerusalén Oriental, de ellos 90.000 más allá de la barrera de seguridad construida por los israelíes. Un proyecto de ley en la Knesset dirigido a legalizar todos los puestos de avanzada –colonias salvajes e ilegales según el derecho israelí- indica una grave deriva colonialista israelí a seis meses de la celebración del cincuentenario de la ocupación de Cisjordania, en junio de 2017.

¿Constatación de fracaso? ¿De impotencia? ¿Gesto de desafío a un país que ha arruinado su balance diplomático? La amonestación tardía de John Kerry à Israel –país que visitó 25 veces en 4 años de mandato- revela el mismo razonamiento, un arrepentimiento de pacotilla de un secretario de Estado en el final de misión por la desidia con la que trató las aspiraciones legítimas del pueblo palestino al mismo tiempo que un enfoque destinado a cortar la vía a los desbordamientos hipersionistas del sucesor islamófobo del presidente Obama. En cualquier caso, señal de una viva irritación con respecto a un aliado que podría aparecer en el fututo cada vez más engorroso y cuyos desmanes están en el origen del descrédito moral de Estados Unidos en el Tercer Mundo.

Al contrario de su predecesor George Bush, que invadió directamente Afganistán (2001) e Irak (2003) en el marco de la «guerra global contra el terrorismo, Barack Obama ha multiplicado las guerras «por delegación». Contra Libia y Siria –dos países árabes sin endeudamiento y aliados de los BRICS, particularmente de Rusia y de China- en el Mar Mediterráneo y paralelamente ha desarrollado guerras furtivas por medio de drones ampliando el despliegue de bases estadounidenses en el mundo: unas 60 bajo su mandato, 23 de ellas en África.

Más de 500 millones de dólares invirtió el ejército estadounidense en la formación de suplentes árabes para su empresa de balcanización del mundo árabe, especialmente en Siria e Irak. En vano. Y en pago del silencio de Washington sobre los crímenes de guerra de Arabia Saudí en Yemen y otros lugares, Barack Obama aprobó la venta de material de guerra al Reino por un montante de 151.000 millones durante su doble mandato presidencial.

Ante la preocupación de Shimon Péres, entonces líder del Partido Laborista israelí, por el comportamiento provocativo con respecto al Gobierno estadounidense de Ariel Sharon, el ultrahalcón primer ministro israelí de la época y mentor de Netanyahu, Sharon le respondió: «No tengo miedo de las presiones estadounidenses sobre Israel. Nosotros, el pueblo judío, ejercemos una influencia sobre Estados Unidos. Ellos no ignoran esta realidad. Para ellos es prácticamente imposible llevar a cabo una política estadounidense en Oriente Medio sin el aval de los judíos estadounidenses. Los judíos estadounidenses controlan perfectamente los medios de comunicación de EE.UU., e incluso a los miembros del Congreso. El lobby judío no permitirá que el Congreso tome la menor medida hostil contra Israel», en una entrevista del 3 de octubre de 2001. «La embajada de Israel en Washington determina el orden del día del Congreso por medio de los millonarios judíos», concluyó Sharon.

Recordemos que el montante de la ayuda estadounidense a Israel durante los mandatos de Richard Nixon, Ronald Reagan y Bill Clinton, fue infinitamente más alto que el coste de la guerra de Vietnam (1955-1975) que puso en marcha dos portaviones, una flota aérea de 500 aviones de combate, otros tantos helicópteros y un cuerpo expedicionario de 500.000 combatientes.

Que un presidente a la conquista de un segundo mandato haga demagogia halagando a sus electores potenciales podría ser comprensible, pero que un presidente en el final de su mandato conceda un finiquito desmesurado demostrando una mala gestión al dilapidar el presupuesto nacional en beneficio de un aliado incontrolable y despectivo, es contraproducente a largo plazo.

¿Ha dejado este «trabajo sucio» a su sucesor? ¿Por qué tanta generosidad con un ser despectivo y despreciable? ¿Miedo a ser tachado de antisemita? ¿Mejor la sumisión que la revolución? El título de «mejor aliado de Israel» no es, ni mucho menos, un título glorioso.

Soñemos un infausto destino del predecesor de Barack Obama, George Bush jr., el peor presidente de Estados Unidos de todos los tiempos.

De sus compañeros ingleses de infortunio: Tony Blair y David Cameron.

De sus compadres franceses, el cuarteto socialista de siniestra memoria:

- Guy Mollet, el hombre Suez y Argel, la vergüenza del socialismo francés.

- Lionel Jospin (¿Hizbulá terrorista?), primer dirigente socialista eliminado en la primera vuelta de la competición presidencial, el destino quebrado en plena gloria.

- Dominique Strauss Khan, quien se preguntaba todos los días qué podía hacer por la «grandeza de Israel» -y no de Francia donde había sido elegido- antes de que su destino presidencial tropezara con una camarera de hotel.

- François Hollande y sus serenatas de amor en la cocina del líder de la derecha xenófoba israelí, el más impopular de los presidentes franceses en igualdad con su colega posgaullista atlantista, el «mestizo» Nicolas Sarkozy, destructor de Libia y de Siria, generador del flujo migratorio masivo de la ribera sur del mediterráneo hacia Europa.

El título de «mejor amigo de Israel» constituye, a la vista de los hechos, una abdicación de soberanía a nivel del Estado y una alienación mental al nivel de los individuos en cuanto que aniquila, tanto en un caso como en el otro, cualquier espíritu crítico con respecto a un país supuestamente amigo.

Más allá del culebrón electoral de la campaña presidencial estadounidense de 2016 y del traumatismo que podría haber generado en amplias capas de la población, los estadounidenses se verán conducidos antes o después a purgar sus demonios y a dejar de creer que pueden seguir sangrando eternamente al resto del planeta, a golpes de bonos del tesoro, para conservar su supremacía. Mientras tanto permanecen cautivos de Israel para la determinación de su estrategia global y destruyen a sus opositores bajo una forma de «caos constructor» para la supervivencia de petromonarquías desacreditadas y criticadas, en las antípodas de los valores de la democracia estadounidense.



Traducción Caty R.

http://rebelion.org/noticia.php?id=222292

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Cosas raras

Luis Davelouis


El fiscal ad hoc del caso Odebrecht, Hamilton Castro, rechazó el pedido de la Procuraduría Anticorrupción para incautar los activos de la empresa y congelar sus cuentas, como ha sucedido en otros países ante el mismo caso. El procurador Amado Enco encuentra inexplicables la respuesta y proceder de la Fiscalía y evalúa presentar medidas legales para obligar al Ministerio Público a ser más “drástico”.

La Fiscalía celebró un contrato con Odebrecht por medio del cual la empresa se comprometía a allanarse y satisfacer los requerimientos de información del Ministerio Público y al pago de S/30 millones como adelanto de reparación civil. El contenido específico de ese acuerdo es, según la Fiscalía, de carácter reservado y tampoco es conocido por la Procuraduría. Empieza, por todo esto, a ser muy raro el por qué no se ha actuado así en el Perú.

También es raro que todos los personajes que están siendo buscados o que han sido detenidos hasta ahora con la colaboración de Odebrecht tienen que ver con el mismo caso (el tren, relativamente pequeño comparado con las IIRSA o el gasoducto) y que son cercanos y viejos colaboradores de Enrique Cornejo, quien hasta la semana pasada postulaba a la Secretaria General del Apra, en claro desafío a Alan García.

Se vuelve más raro todavía si nos fijamos en quién escoge qué información recibe la Fiscalía: la abogada de Odebrecht, Lourdes Carreño. Antes de trabajar para los brasileños, Carreño fue integrante de la Comisión de Indultos y Gracias Presidenciales que recomendó a Alan García otorgar los narcoindultos. Facundo Chinguel fue preso y Aurelio Pastor dejó de ser ministro, pero Carreño se quedó en la comisión.

Todos los que caen comprometen al enemigo de Alan y ella es quien le da los nombres a la Fiscalía. Raro, ¿no?

http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-cosas-raras-2269331

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Deforma electoral


Arturo Maldonado


La reforma electoral está en la agenda del Congreso. Actualmente se están discutiendo propuestas como el regreso a la bicameralidad, la reelección de autoridades, el voto preferencial, el financiamiento de los partidos políticos, su democracia interna, entre otros.

Sobre qué combinación de reglas es la mejor podemos decir que hay tantas como los hay políticos, politólogos o analistas políticos. Cada uno presenta evidencia a favor de su combo o en contra de otra combinación. El sustento va desde argumentos normativos, evidencia anecdótica de otros países o, en el mejor de los casos, sistematización de experiencias múltiples.

Muchas veces hay conclusiones a favor y en contra para cada propuesta. Esto es sintomático de lo limitado de nuestro conocimiento acerca de los efectos prácticos del cambio de las reglas de juego.

La intención de los proponentes es que la implementación de nuevas reglas genere el efecto teórico deseado. Lamentablemente, a pesar de las buenas intenciones, las nuevas reglas a menudo traen efectos negativos no planeados. La introducción de la revocatoria, por ejemplo, tuvo muchas consecuencias negativas que no se previeron (y que quizá no se podían prever). En manos de personajes como Marco Tulio Gutiérrez, este cambio terminó deformando la reforma.

Los cambios en los mecanismos de democracia interna de los partidos son otra expresión de buenas intenciones que pueden empedrar el infierno electoral. La idea de fondo es que mayor participación ciudadana permitiría que los partidos sean más representativos de la población y, por ende, se recupere la confianza en estas instituciones. La ONPE propone elecciones de candidatos simultáneas para puestos de elección popular, incluyendo presidentes regionales y alcaldes. Se plantea que los organismos electorales intervengan en los procesos y se aumenten los requisitos en las declaraciones juradas de los postulantes.

Esto colisiona, sin embargo, con lo que se observa en la realidad. Se reconoce que la implementación de este tipo de medidas ha traído un recambio generacional parcial de las élites partidarias, pero ha venido acompañado de un aumento de lucha intrapartidaria que puede derivar en fragmentación y división. Sin ir muy lejos, el Frente Amplio estuvo cerca de quebrarse como resultado de una pugna entre dos liderazgos. Así podría pasar con otras agrupaciones políticas.

De otro lado, la idea implícita es que los partidos siguen siendo esas organizaciones de masas, cuyos partidarios son los garantes de la representatividad de los candidatos. No se considera que hace tiempo los partidos son maquinarias electorales al servicio de caudillos y que los partidarios casi han desaparecido y dado paso a las portátiles.

Por eso mayor democracia interna no necesariamente implica una mejor representación. En otras partes del mundo se encuentra paradójicamente que partidos en los que las élites partidarias deciden la nominación de sus candidatos suelen mostrar mejores grados de representación que partidos con procedimientos más inclusivos. Es decir, existe evidencia en contra de los supuestos beneficios de la apertura en la selección de candidatos.

Como en el caso de la revocatoria o de la democracia interna, las consecuencias no deseadas de otros cambios en las reglas de juego también existen. Es más, las reformas siempre chocan con reticencias entre aquellos beneficiados con el statu quo y pueden ser mutiladas de acuerdo a los intereses de aquellos políticos que calculan se pueden beneficiar con los cambios. Es decir, una reforma integral puede ser tasajeada a medida, lo que introduce más ruido en la decisión técnica.

Los reformólogos no solo deben dar cuenta de los efectos teóricos esperados, sino también asumir que existen potenciales efectos perniciosos de cada cambio. Los expertos deben garantizar la posibilidad de reajuste de las reformas, una vez establecidas nuevas reglas de juego. Así deformaciones de reformas no se vuelven statu quo.

http://elcomercio.pe/opinion/mirada-de-fondo/deforma-electoral-arturo-maldonado-noticia-1964637



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Dos cataclismos

Pedro Francke

Dos grandes movimientos, de enorme magnitud, atraviesan el país y empiezan a generar cambios profundos que apenas empezamos a vislumbrar. No, no me refiero a la cantidad de huaicos, inundaciones, derrumbes y otros desastres que asolan a muchas poblaciones, sobre todo de la sierra peruana; siendo terribles sus consecuencias humanas y siendo lamentable ver cómo nuestros gobiernos y pobladores han sido incapaces de prevenir adecuadamente, no se trata de nada nuevo: sucede todos los años.

Los dos movimientos que hoy remecen la historia peruana de las próximas décadas son el escándalo Odebrecht y demás constructoras brasileñas, y el gobierno de Donald Trump. Sobre lo primero, esperemos que no demore mucho hasta que Toledo, García y Humala terminen en la cárcel, como me parece que hay suficientes indicios para establecerlo. Todos los ministros y altos funcionarios involucrados les harán compañía.

Esperemos que no demore mucho en que salgan a luz todos los movimientos bancarios de las coimas de Odebrecht y demás constructoras. Las empresas peruanas asociadas como Graña y Montero deben también asumir sus responsabilidades, eso de que “es mi hermano pero no sé nada” no se lo cree ni su abuelita.

Pero todo eso solo son buenos deseos: la corrupción en el Perú tiene mucha historia y gente como Alan García han mostrado que tienen excelentes relaciones entre fiscales y jueces para, con un pretexto u otro, escaparse de la justicia.

Las revelaciones de la corrupción, de las cuales recién empezamos a ver algunas pruebas, remecen al país. Comparto los sentimientos que una reciente encuesta GfK indica tenemos los peruanos. Decepción, vergüenza, molestia, cólera.

Tremendo desprestigio de la democracia peruana y, por cierto, de casi todos los países latinoamericanos: Odebrecht, Camargo Correa, OAS y demás coimeaban ministros de derecha y de izquierda, partidarios de Uribe y de Lula. Ojalá esto sirva para una limpieza regional; pero por un buen periodo, la política peruana se encuentra en un mar movido. Peligroso que tengamos un gobierno tan poco capaz de marcar buen rumbo en estas circunstancias.

Al mismo tiempo, Trump a cargo del gobierno del país más poderoso del planeta, no hay que olvidarlo, muestra su cara intolerante y fascistoide. Levanta el muro y quiere pasarle la factura a México, engañando en el camino a su triste presidente. Impide la entrada al país a gente a quienes ya les habían dado la visa, sobre la base de puros prejuicios. Desfinancia las Naciones Unidas. Es un mono con metralleta, solo que no solo tiene metralleta, tiene miles de armas nucleares.

Ante mares tan movidos, resulta indispensable reafirmarse en los valores que nos sostienen. El rechazo total a la corrupción y la política como servicio público. La promoción y defensa de derechos sociales. La democracia y los acuerdos entre los países para la paz.


http://diariouno.pe/columna/dos-cataclismos/


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El Apra y la corrupción


Nelson Manrique



Tras la sorprendente noticia de que el Apra tiene un Tribunal de Ética y Moral, vino el esperable anuncio de que este organismo ha decidido abrir proceso disciplinario a Enrique Cornejo y suspenderle sus derechos partidarios. Cornejo está acusado de realizar declaraciones infraternas, llegando a asegurar que Alan García lideraba el rechazo hacia su postulación a la Secretaría General y de acusar a los dirigentes de bloquear la renovación del partido. Todo lo cual es verdad, pero igual va preso.

Tradicionalmente, en el Perú es muy difícil lograr justicia. El sistema judicial está profundamente penetrado por la corrupción y los más importantes corruptores están blindados de investigaciones y sanciones penales por una enmarañada red de funcionarios cuyo trabajo principal es asegurar la impunidad. El libreto habitual empieza con un gran despliegue mediático y juramentos de que esta vez se irá hasta el fondo de las cosas para sancionar a los culpables. Luego vienen las maniobras para enredar el proceso y dilatarlo hasta que salga del foco de la atención pública. En el camino, jueces amigos se encargan de invalidar las pruebas, archivarlas, y, cuando eso no es posible, adulterarlas o simplemente desaparecerlas, como lo mostró el caso Petroaudios. Si el escándalo es suficientemente grande se necesitará chivos expiatorios que carguen con las culpas. Es la hora de los Mantilla.

El escenario está montado para la repetición del libreto. Estamos en el momento en que se trata de conseguir funcionarios menores que acepten cargar con las culpas para cubrir a la dirección, como lo hizo en su momento Agustín Mantilla por los inexplicables 6 millones de dólares que le encontraron en cuentas en el extranjero. Es el rol que tienen asignado hoy Jorge Cuba, Miguel Ángel Navarro y Edwin Luyo.

El caso de Luyo, funcionario de la Autoridad Autónoma del Tren Eléctrico, procesado por los delitos de cohecho pasivo propio y lavado de activos, es revelador. En su primera aparición ante el juez, luego de su captura, Luyo afirmó que “todos saben que en realidad la pita se rompe por el lado más débil (...) en cada requerimiento que hagan voy a decir la verdad”. Reconoció haber recibido pagos de Odebrecht por US$ 196 000 y US$ 304 000, transferidos a una cuenta offshore de Andorra. De pronto abandonó esta actitud y dio un viraje completo: sus culpas no existen y los sobornos se han convertido en “consultorías”. El caso del otro detenido, Miguel Ángel Navarro, sigue un patrón similar. En su primera presentación, luego de su detención, reconoció sus culpas con lágrimas en los ojos y prometió cooperar con la justicia: “He aceptado todos los cargos y estoy bien arrepentido. Me he acogido a la confesión sincera. Pido perdón al Estado peruano”. Según el fiscal adjunto Marcial Páucar, Navarro admitió que abrió una offshore para el exviceministro prófugo Jorge Cuba –el que acaba de prometer ponerse a derecho–. Como en el caso anterior, Navarro se desdijo luego de su promesa y renunció a la colaboración eficaz.

Posiblemente la sanción benigna que recibió Miguel Facundo Chinguel, al cargar con las culpas en el caso de narcoindultos, debe haber sido un poderoso argumento para convencer a los candidatos a mártires. Pero ahora la situación es muy diferente. Por una parte las pruebas van a ser provistas por la justicia brasileña, y va a ser muy difícil escamotearlas habiendo copias en el exterior. En segundo lugar, Alan García no tiene ya el poder que lo hacía invulnerable. Viene de un desastre electoral y carga con un profundo descontento por su manejo arbitrario del partido aprista, que está profundamente fracturado, con dirigentes cuyo mandato expiró el año 2014 y que siguen en el poder porque existe una fundada preocupación de la cúpula que lo controla por perder el poder. La debilidad del Apra es para ellos la ominosa perspectiva de una larga condena.

El caso Enrique Cornejo debe verse desde esta perspectiva. Cornejo se sublevó y pretendió decir “paso” ante el llamado al martirio, pero los hechos que hasta hoy se conocen lo involucran tan fuertemente en el escándalo que aparentemente el único camino que le queda es el de negociar su silencio, como lo hicieron en su momento Rómulo León Alegría y el contralmirante (r) Elías Ponce Feijóo (el marino propietario de la empresa Business Track). Hacer llegar el mensaje de que podían hablar les ganó a los dos el respaldo del aparato del partido para salir bien librados de sus acusaciones. El Apra es el camino, pero no parece llevar a un final feliz. No parece que le vaya a evitar una temporada en la cárcel.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/844310-el-apra-y-la-corrupcion

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El arte de la mentira política

César Lévano

Hace varios siglos, el gran satírico Jonathan Swift escribió El arte de la mentira política. Pero ahora, en la era de Donald Trump, George W. Bush y Alan García, las técnicas descritas por Swift se han visto superadas.

El semanario inglés The Economist publicó el 10 de setiembre de 2016 un ensayo que permite examinar el método de políticos como García. Señala la revista cómo, durante la campaña electoral estadounidense, Trump aseguró que el certificado de Barack Obama era falsificado y que el entonces presidente era fundador del Estado Islámico.

The Economist indica que el método es exponente de la política de “postverdad”, un uso de afirmaciones que suenan a veraces pero que no tienen ninguna base en la realidad.

En verdad, esa técnica no es nueva en los políticos de Washington. Basta recordar la declaración George W. Bush de que los Estados Unidos tenían pruebas de que Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva. Después, Colin Powell, secretario de Estado, tuvo que confesar en la asamblea de la ONU, que eso no era cierto, y que la CIA lo había engañado al respecto.

El semanario londinense señala que la mentira tiene nuevos recursos por la evolución de los medios. “La fragmentación de las fuentes de noticias”, expresa, “ha creado un mundo en que las mentiras, los rumores y los chismes se difunden con alarmante rapidez”.

Esa fluidez informativa es aprovechada por los políticos que tienen la conciencia sucia. Alan García ha reaccionado desde su cómodo refugio en España. Se defiende recurriendo a historias del pasado, cuando la red judicial del Apra lo favorecía. Por lo demás, su honradez no puede demostrarse con documentos tramposos o descargando culpas sobre funcionarios y cómplices de segundo orden. Lo que debe descubrirse son las cuentas secretas, manejadas por unos cuantos testaferros.

Una muestra de que García, que no se distingue por su valentía, está asustado, es la declaración de su oficina. Ahí se ve cómo se refugia en procesos del pasado, pero al mismo tiempo recurre al insulto contra Sergio Tejada, presidente de la Comisión Multipartidaria del Congreso que investigó, desenmascaró y denunció delitos de García en la presidencia.

Dice ahora el jefe aprista respecto a Tejada:

“El presidente de la Comisión investigadora, en su papel de sicario político, envió el mismo tema ante la Fiscalía. El Fiscal archivó el caso pero otro lo reabre nuevamente”.


http://diariouno.pe/columna/el-arte-de-la-mentira-politica/


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Kuczynski en “La La Land”

Pedro Tenorio


Cuidado: el problema con “el humor inglés” del presidente Pedro Pablo Kuczynski es que pueda parecerse cada vez menos al de Winston Churchill y cada vez más al de Francis Drake. Decir, como declaró el último viernes, que “es muy importante que América Latina voltee la página y no esté metida en estos líos y pillerías que estamos viendo hoy”, cuando todo el continente se debate en medio del más grande escándalo de corrupción de las últimas décadas, es de una temeridad política inaudita.

Y lo es porque no cabe “voltear la página” donde urgen investigaciones a fondo, expedientes acusatorios impecables y condenas ejemplares para todos los responsables en la danza de sobornos pagados por empresas constructoras brasileñas y, especialmente, Odebrecht. La frase de PPK no precisa de “traductor”, pero sí de espíritu autocrítico: ¡qué necesidad tiene de opinar en términos tan erráticos sobre una materia crucial en el devenir político de su gobierno!

Se acaban de cumplir seis meses desde que se instaló en Palacio de Gobierno (con una explosión de entusiasmo similar a la apertura del musical al que aludimos en el título) y es evidente que está muy lejos de todo lo anunciado. Según GFK, Kuczynski cierra enero con una aprobación de solo 35% (su desaprobación alcanza 52%), cifra peligrosa pues afianza su debilidad política. Súmese a ello una bancada parlamentaria que ha perdido peso en el debate de la agenda pública y, lo que es sorprendente, un Gabinete sin dinamismo. Porque es precisamente en plena crisis nacional de huaicos y desastres naturales que uno se pregunta ¿dónde están los ministros? Los vemos lentos, movilizándose uno por uno y sin liderar la entrega de ayuda a los damnificados. Peor, imposible.

Hace dos semanas advertimos en este mismo espacio que PPK se estaba mimetizado con el Alejandro Toledo presidente, no solo por su desgaste sino por sus actitudes ante lo que el país espera de él. Viendo las encuestas, es claro que Kuczynski y Fernando Zavala necesitan cambiar su estilo de gestión y de comunicación política. La mayoría no cree que vayan por el camino correcto: solo un 19% (siempre según GFK) piensa que “está realizando cambios para la mejora del país”, y 16%, que “promueve el empleo y la inversión”, cuando todos esperábamos que esa fuera una clave de su administración. ¡Ni siquiera dos de cada diez encuestados! Y siguen bajando.

Ciento ochenta días son suficientes y todo indica que ha llegado el momento de un ajuste en el equipo ministerial que le devuelva novedad y expectativa a un gobierno que se ahoga antes de tiempo. No esperen que todo parezca una imposición de sus adversarios, tomen la iniciativa política de una buena vez.


http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/kuczynski-land-pedro-tenorio-noticia-1964641


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Los chantajes del Banco Mundial

Rocío Silva Santisteban


La semana pasada ante el TC en Arequipa, los abogados Juan Carlos Ruiz y Henri Carhuatocto, acompañados de la activista indígena, Gladys Vila, sustentaron la acción de inconstitucionalidad que la CNDDHH presentó en el año 2014 contra la Ley 30230 más conocida como “paquetazo antiambiental”. ¿Por qué esa ley es lesiva a las comunidades indígenas? Precisamente porque las afecta en lo que constituye el núcleo duro de su identidad: su territorio. Pero además porque estipuló recortes a instituciones de protección ambiental como la OEFA, luego de las tremendas multas que impuso a numerosas empresas como Yanacocha o Volcan, entre otras, dándoles amnistía o reduciéndolas. El Estado dejó de ganar millones en multas gracias a esta ley para “destrabar la tramitología”, esa palabrita inventada por Roberto Abusada del IPE (Francisco Durand dixit).

Lo lamentable de esta ley es que fue cocinada en el Banco Mundial. Así como lo leen: el Banco Mundial, institución que me envía como suscriptora un reporte sobre los progresos que el planeta realiza con su ayuda en torno a la pobreza y la desigualdad, fue quien la “impulsó” en el marco de acciones previas a la aprobación de un Préstamo para Políticas para el Desarrollo (DPL en inglés). En otras palabras: chantajeó al gobierno de Ollanta Humala con la necesidad de esta ley para poder dar un préstamo, cuando el mismo Banco Mundial se vería beneficiado por las obras de infraestructura en zonas de territorios indígenas (el BM, por ejemplo, tiene el 5% de las acciones de Conga). Ah… el BM, además, con esta norma, facilitó el Gaseoducto del Sur, ergo, a Oderbrecht.

Esta política es intolerable. Somos testigos de lo que ha implicado el poder del BNDES y su juego con empresas corruptas expuestas en Lava Jato, juego afilado por los préstamos a gobiernos “progresistas” de la región cuando, debajo, las empresas tenían a sus corruptores sumamente organizados rompiéndole la mano a cuanto funcionario público se le pusiera delante. Por eso hay que desenmascarar a quienes, a través de este tipo de “incidencia”, que no es otra cosa que alisar las sábanas para tender la cama, pretenden presionar y condicionar a los gobiernos.

Ese es el escenario que busca el BM con el actual gobierno de PPK a través de la Alianza con el Perú 2017-2021. Al parecer el pánico al decrecimiento de la economía sigue produciendo laxitud en torno a las medidas que deben cuidar nuestro medio ambiente y proteger a los pueblos indígenas. Como sostiene el comunicado de DAR, Red Muqui y 50 otras instituciones sobre el BM y los decretos legislativos de PPK: “En algunos de ellos hay un retroceso en materia de derechos de los pueblos indígenas, transparencia, seguridad territorial, flexibilización de la normativa minera, derecho al agua, minería informal, flexibilidad laboral, entre otros”.

Este comunicado y algunos analistas, como José de Echave, concluyen que la flexibilización y desprotección anterior han sido un fracaso: “La ley 30230 prometía mayor inversión, sin éxito, ya que el Perú, desde 2011 se ha mantenido en el puesto 67 del ranking de competitividad Doing Business”. No hubo ningún efecto sobre dinamización de inversiones, pero sí aumentó la conflictividad social y la corrupción.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/844311-los-chantajes-del-banco-mundial

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Quijano: ¿Cómo nos pensamos?

Mirko Lauer


Un premio en Casa de las Américas, Cuba, ha servido para recordarle al Perú algo que en otros lugares es evidente: la creciente importancia mundial de las ideas de Aníbal Quijano acerca de la colonialidad del poder. Muy resumida, la idea es que hay una modernidad eurocéntrica asentada en siglos de dominación colonial, cuya lógica de fondo debe ser criticada, y reemplazada.

La teoría ha sido construida en base al debate con dos ideas hegemónicas en las ciencias sociales: la modernización estructural-funcionalista y el materialismo histórico marxista leninista. Frente a esas dos viejas ideas, Quijano plantea la elaboración de otra manera de pensar, es decir de acercarse a la realidad, desde la raíz.

Hay coincidencia en que la colonialidad del poder es, junto con la teología de la liberación de Gustavo Gutiérrez, la teoría de la marginalidad originada en los pensadores de la dependencia, y la pedagogía del oprimido de Paulo Freire, uno de los cuatro principales aportes de América Latina al debate mundial sobre los problemas de las mayorías.

En lo formal, Quijano es un seguidor de la longue durée braudeliana, y por tanto reconoce que las cuestiones problemáticas de estos tiempos se inscriben en una dominación de 500 años. Allí están las explicaciones de por qué tantos países y sociedades siguen postergados respecto de otros, en una desigualdad que parece natural.

En lo estructural, Quijano concibe el poder actual como el dominio de cinco aspectos de la realidad que deben ser vistos como un conjunto: el trabajo, la naturaleza, la sexualidad, la autoridad colectiva y la intersubjetividad. En cada una de ellas hay una agenda para la liberación individual y colectiva de las personas.

Si hubiera que resumir aún más sus ideas, se trata de no pensar como lo han hecho los siglos euro-norteamericanos y empezar a reflexionar como lo hace cada vez más la amplia base popular, histórica y permanente, de América Latina. Uno de sus argumentos es que entre numerosas comunidades autóctonas, por ejemplo, ese proceso ya ha comenzado.

Los trabajos de Quijano son de particular interés para entender cómo la crisis del capital post-2008 viene alterando a gran velocidad lo que se ha llamado la “geopolítica del conocimiento”. En esto, Quijano tiene cada vez más seguidores en el mundo académico, y en el político.



http://larepublica.pe/impresa/opinion/844308-quijano-como-nos-pensamos

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Riesgo de una presidencia volando bajo

Augusto Álvarez Rodrich

Cualquiera que sea la razón principal que produjo el bajón, entre diciembre y enero, de once puntos porcentuales en la aprobación a Pedro Pablo Kuczynski en su gestión como jefe del Estado, es claro que la pérdida sostenida de respaldo que está sufriendo su presidencia desde su inicio constituye una pésima noticia para la perspectiva de la estabilidad política peruana.

Once puntos menos en solo un mes, según la encuesta de GfK, revelada el domingo en La República, no es poca cosa ni debiera dejar de ser motivo de preocupación en Palacio de Gobierno, en donde se percibe una variedad amplia de asesoría en comunicación pero, por los resultados que se están observando, una escasa efectividad.

PPK empezó su gobierno con 60% de aprobación y 14% de desaprobación, pero hoy, medio año después, el cuadro es bastante malo comparado con eso. Los que respaldan al presidente en enero son casi la mitad (35%) y los que no lo hacen se han multiplicado casi por cuatro (52%).

La trayectoria declinante se empezó a acelerar en octubre pasado, pero es claro que, cada mes que pasa, las cosas se ponen peor para PPK.

Algunos atribuyen su pérdida de aprobación al efecto del tremendo huayco Odebrecht/Lava Jato que arrasa con lo que encuentra a su paso, afectando no solo la popularidad del presidente PPK sino las de sus principales opositores.

Así, entre enero y diciembre, Keiko Fujimori tienen seis puntos menos de aprobación; Verónika Mendoza, tres; Julio Guzmán, dos; Kenji Fujimori, siete y Alan García, cuatro (llegando a una popularidad en enero de solo 7%). La de Alejandro Toledo ya ni se mide.

Pero una cosa es estar en la oposición y otra en el Gobierno.

Es evidente que las encuestas de opinión no son ni debieran ser el referente de cuán bien lo está haciendo un presidente. Incluso, podría ocurrir que, al inicio del mandato, se tomen medidas impopulares que luego den sus frutos tanto en el campo de la efectividad de la política pública como en el de la retina del ciudadano.

Pero también es cierto que una presidencia tan frágil como la de Kuczynski no puede darse el lujo de una pérdida excesiva de respaldo ciudadano, pues eso la expondría a la inclemencia de una oposición no muy perspicaz ni inteligente, pero sí muy brusca y fuerte.

Imagínense, nomás, el escenario de fragilidad política que sería, a fin de este año, un presidente como PPK con una aprobación inferior al 10%.


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