lunes, 27 de febrero de 2017

OPINIONES 27/02/2017

Debimos haberlo sabido - César Azabache
Crecimiento económico y devoluciones de impuestos - Humberto Campodónico
El cuento de la equidad - Carolina Trivelli
El fantasma de la mano dura - Jorge Bruce
Jefe ONPE se busca - Luis Davelouis
PPK: caída sin pausa - César Lévano
Relaciones peligrosas - Percy Medina
Se puede aguar el sueño - Mirko Lauer
Sobre la miseria humana - Horacio Verbitsky
Carta pública a Mario Vargas Llosa -   Mempo Giardinelli
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Debimos haberlo sabido

César Azabache


“Palingenesia”. Ese fue el nombre que la fiscalía empleó para describir la primera operación de allanamientos y detenciones del Caso Odebrecht en el Perú. En su significado, ‘palingenesia’ denota regeneración o renacimiento. Pero la palabra se usa también para describir el resurgimiento de sistemas perversos, recreados por quienes pretenden reconstruirlos, incluso después de que se les consideró extintos.

La palabra, en tanto tolera esta doble acepción, parece por completo apropiada para sintetizar las enormes ambigüedades del proceso que ahora está en marcha. De hecho, las investigaciones del Caso Odebrecht muestran la subsistencia de los patrones de corrupción que ingenuamente creímos haber enterrado cuando comenzó la transición del año 2000.

Hasta antes de descubrirse esta historia creí mostrar agudeza sosteniendo, como sostuve, que el descabezamiento de la organización de Montesinos equivalía solo a la derrota de un monopolio. Creía que después de su caída debíamos prever la instalación de pequeñas mafias competitivas dispersas entre sí. Me equivoqué. Al monopolio de Montesinos siguió un oligopolio en el que Odebrecht ocupó una posición dominante en el mercado de concesiones.

Vistas las cosas en retrospectiva, es imposible negar que pudimos anticipar este desplazamiento del eje de la corrupción. Solo teníamos que observar cómo se desplazaba y reacomodaba el eje de las relaciones público-privadas.

El vacío que dejó la mafia de Montesinos se desplazó al mercado privado y cambió de sector. Comenzamos a mover mucho dinero en proyectos sin notar que los picos de crecimiento de la masa de dinero circulante en una sociedad sin controles institucionales generan riesgos que podemos prevenir sin necesidad de sobreburocratizar las decisiones públicas o multiplicar trámites. Nos pasó con el canon. Nos pasó con los proyectos. Nos pasó con los partidos políticos.

La historia de este caso comenzó en noviembre del 2004, cuando, según los relatos en circulación, el presidente Alejandro Toledo habría solicitado US$35 millones a Jorge Barata por la adjudicación de las carreteras interoceánicas. Solo cuatro años antes, también en noviembre, pero del año 2000, la embajada Suiza había revelado el hallazgo de US$48 millones intervenidos en cuentas de banco manejadas por Vladimiro Montesinos. La distancia en avión entre Ginebra y Londres es de solo 56 minutos. El método empleado para encubrir estos fondos se diferencia de un caso al otro apenas por el uso de cuentas abiertas a nombre de terceros. Las cantidades se asemejan. La oportunidad solo cambia de área de negocios: de la compra de aviones de combate a la construcción de carreteras. De un monopolio a un oligopolio dominante, el virus del dinero fácil y libre de controles jamás desapareció. Apenas registró una mutación de poca importancia. Apenas migró de un lugar a otro.

Cuatro años son muy poco tiempo para dejar de reconocer las semejanzas y la enorme ceguera que convirtió en inútil nuestra mirada.

La dimensión moral del proceso que se está desplegando trasciende a los casos legales que comienzan a cobrar forma. Estos seguirán su propia historia (que por cierto no estará exenta de accidentes y debates de singular importancia).

En el camino tendremos que reabrir los debates sobre los límites impuestos por las reglas de prescripción a la investigación de eventos antiguos, como el soborno y el tráfico de influencias. Tendremos que revisar nuevamente cómo estamos encarando las investigaciones sobre prácticas de lavado de activos, en un medio permeable a la circulación de fondos de origen incierto.

Pero en paralelo resulta imprescindible reabrir la lista de debates públicos sobre los dispositivos institucionales que debemos instalar en el manejo de estos asuntos. No podemos seguir eludiendo la necesidad de redefinir los sistemas de control sobre el financiamiento de la política. Y los hechos ponen en evidencia que además tenemos que modificar las reglas de vigilancia sobre el comportamiento de las empresas que deciden contratar con el Estado. Si el modelo de vigilancia basado en el nombramiento de oficiales de cumplimiento ha dado éxito en el sistema financiero, no veo por qué no podríamos extenderlo a los partidos políticos y a las empresas que contratan con el Estado.

En lo personal, creo además que las personas que deciden dedicarse a la política de manera profesional deberían renunciar al secreto bancario, tributario y bursátil. También deberían publicar sus ingresos y gastos permanentemente, bajo sanciones de multa, suspensión e inhabilitación en formatos de simple acceso administrados por la Oficina Nacional de Procesos Electorales.

La única forma socialmente constructiva de asimilar esta historia consiste en convertirla en una nueva razón para emprender un cambio definitivo en nuestro abordaje sobre los problemas de corrupción. Cruzar de una vez por todas la puerta que nos separa del mínimo necesario para ser una sociedad institucionalmente estable.

(*) La firma de abogados que dirige el autor del artículo concluyó su relación con la empresa Odebrecht en febrero del 2016, cuando se difundieron las relaciones de la constructora con el llamado ‘proyecto OH’. Hoy no asesora a ninguna empresa investigada en el caso Lava Jato. Las políticas de la firma aparecen publicadas en


http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/debimos-haberlo-sabido-cesar-azabache-noticia-1971787


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Crecimiento económico y devoluciones de impuestos

Humberto Campodónico



Hace pocos días el Ministro Thorne declaró que el crecimiento del PBI del 2017 sería de 4%. Ciertamente, al gobierno la mano no le viene fácil con la desaceleración económica mundial, la caída relativa de las materias primas (algunas han subido, como el cobre), los anuncios proteccionistas de Trump y, sobre todo, la aparición de la corrupción, que ya ha tenido impactos en la paralización de grandes proyectos y en las expectativas.

Quizá por eso Moody’s, BBVA, BCP y Scotiabank afirman que el crecimiento estará entre 3.4 y 3.6%. En privado, muchos economistas y analistas dicen que no superará el 3% y podría ser inclusive menor.

Esto se corrobora con las cifras de la inversión privada que viene cayendo hace varios años: en el 2016 cayó 6.1%. Lo mismo con la inversión pública, que cayó fuerte en el 2014 y 2015 (-3.4% y -7.3%); en el 2016 pudo haber aumentado pero el frenazo de Thorne en el IV Trimestre (-15.5%), hizo que “solo” decreciera en -0.5% (Nota Semanal BCR # 8, Cuadro # 84).

Lo que se ha mantenido con las justas ha sido el consumo privado (3.4% en el 2016). El consumo público lo acompañó en el 2014 y 2015 con crecimientos del 6 y 9%, pero en el 2016 cayó en 0,5%, otra vez por el frenazo del IV Trimestre (-12.8%). Este es el primer año de caída del consumo público desde el 2001, cuando fue -0.8%. Así vamos.

La recaudación tributaria también tiene problemas, no solo por la caída del crecimiento sino por las devoluciones de impuestos a las empresas. En el 2016 los Ingresos Tributarios fueron el 16.5% del PBI, cifra a la que hay que restarle las devoluciones que hace SUNAT, que fueron S/. 15,536 millones, el 2.5% del PBI, bastante más que en años anteriores.

La mayor parte es el IGV a los exportadores (“no se exportan impuestos”). En el 2016 la devolución fue S/ 9,860 millones (64%). Claro, los exportadores pagan IGV por la maquinaria e insumos que compran y, a diferencia de los que producen para el mercado interno, no pueden incorporar ese IGV al precio de venta (para que lo pague el consumidor final).

Otro monto fuerte son las devoluciones por pago de impuestos en exceso: S/ 2,120 millones (el 13,6%). Y también la devolución anticipada del IGV (DA-IGV) a las inversiones en minería e hidrocarburos, que sumó S/ 1,992 millones (el 12.8%). Esos 3 rubros suman el 90% del total de devoluciones.

La DA-IGV es un “incentivo” para la gran inversión minera y de hidrocarburos otorgado por el DL 818 de 1996 porque permite recuperar el IGV de las inversiones de activos, pagos de servicios y otros, ya no con las exportaciones del proyecto terminado, sino desde el momento mismo de inicio, cuando aún no ha exportado nada. ¿Es esto necesario? Puede que sí, puede que no. Lo decimos claro: no estamos contra los incentivos per se porque son necesarios en un país como el nuestro: hay que evaluar el contexto y la productividad futura. Sin el DL 818 y otros incentivos, no hubiera habido Camisea.

Esta DA-IGV tiene un costo financiero para la Sunat, que hubiera tenido 18% de ingresos hasta la exportación y en ese momento devolverle el IGV como a cualquier otro. El DL 818 da otros incentivos: que la recuperación de las inversiones pase de 4 a 8 años, dando un mayor plazo para el arrastre de las pérdidas tributarias. Esto demorará la generación de utilidades y el pago del impuesto a la renta (IR) y, por tanto, que en ese lapso no haya canon (que es el 50% del IR de las empresas mineras). Esta es, hoy, la gran queja en Las Bambas.

Dice SUNAT que las devoluciones a las mineras y petroleras (por el DL 818 más lo “normal” del IGV por las compras del año) fue S/ 6,402 millones en el 2016 (Sunat, Nota Tributaria, cuadro 21), el 41% del total de devoluciones (15,536). Es bastante.

Información reciente de José de Echave de Cooperacción nos dice que: “desde el 2015, el monto devuelto a las empresas supera el IR recaudado por la SUNAT, y la diferencia alcanzó S/ 3,945 millones en 2016” (1). O sea que la tributación minera es negativa. Aunque usted no lo crea.

Volviendo al crecimiento: se necesita una política anticíclica que contemple una mayor inversión pública, lo que no va a ser posible con la recaudación tributaria a la baja (como hemos visto) y, peor aún, con la meta de déficit fiscal de 2.5% para el 2017, así como con la negativa a usar el “chanchito” del FEF. Todo esto debe y puede revertirse. La política anticíclica también debe contemplar la baja de la tasa de interés por parte del BCR, política distinta a la que actualmente aplica.

Así, lo más probable es que el crecimiento del 2017 se alínee con los estimados más pesimistas. Y, claro, el IGV no bajará este año del 18 al 17%.

(1) Ver La República, http://larepublica.pe/economia/851622-cooperaccion-monto-devuelto-las-empresas-del-igv-supera-la-recaudacion-del-impuesto-la-renta




http://larepublica.pe/impresa/opinion/852064-crecimiento-economico-y-devoluciones-de-impuestos


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El cuento de la equidad

Carolina Trivelli


El director de Perú21 (Compañeros de Ruta, 25/2/17) señaló que el gobierno pasado nos vendió cuentos de equidad social para lograr sus oscuros propósitos. Esa afirmación refleja una lectura que la evidencia no sustenta. Durante el quinquenio pasado la equidad social mejoró como resultado de políticas públicas intencionales y específicas (y no por la casualidad o por el solo crecimiento).

El INEI, el MEF y una serie de investigadores independientes, peruanos y extranjeros, han mostrado con evidencia sólida que bajó la pobreza y también la desigualdad, y que en dichas mejoras, las políticas sociales jugaron un papel decisivo.

La expansión en infraestructura rural, la cobertura del SIS a grupos vulnerables, la reforma educativa y los programas sociales han sido centrales para lograr mayor equidad. Estas acciones resultan de decisiones y prioridades políticas. El presupuesto destinado pudo usarse para otros fines, y no fue así. Se hizo, además, una reforma en la institucionalidad social. La creación del Midis fue clave y hoy tenemos una entidad que evalúa lo que hace, que decide usando evidencia, que aboga por la transparencia, que tiene certificaciones ISO, etc.

¿Eso quiere decir que estamos bien en equidad social? No. Falta mucho y se requiere más esfuerzo. Los varios índices de progreso social dan cuenta de la enorme tarea que tenemos para ser un país justo, con igualdad de oportunidades y con ciudadanos que ejerzan sus derechos. No obstante, sostener que no se ha avanzado y que el énfasis en la inclusión social fue un cuento es una ligereza.

Hoy que desconfiamos de todo y de todos, no nos dejemos llevar por generalizaciones absurdas, usemos la evidencia, los datos que existen y seamos ponderados para no tirar al niño con el agua.

http://peru21.pe/opinion/carolina-trivelli-cuento-equidad-2272191

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El fantasma de la mano dura


Jorge Bruce



Tiene razón Augusto Álvarez Rodrich cuando afirma que este año el Perú se encuentra al filo de la navaja. Este clima de tormenta perfecta en el horizonte no ha sido creado por las delaciones selectivas –como bien las llama Yamila Osorio– de Barata, pero vaya que ese viento venido de Brasil ha contribuido a poner en situación de zozobra a la nave que conduce PPK. Y en la cual viajamos todos.

Como consecuencia de esos densos nubarrones, la reciente encuesta de GfK, publicada en La República, arroja que un 61% de peruanos, frente a los problemas de corrupción, cree necesario un gobierno de mano dura. Solo el 30% cree que, pese a todo, la democracia es la mejor forma de gobierno.

Aquí se abre la puerta del mundo imaginario, poblado de fantasmas.

El régimen de Alberto Fujimori es lo más cercano en el tiempo a uno de mano dura, pues las dictaduras militares se pierden en el tiempo y no parecen –aunque nunca se sabe– tener futuro. Sin embargo, está demostrado que el gobierno de Fujimori y Montesinos fue el más corrupto de nuestra historia. Por eso ambos cumplen penas de prisión.

¿Por qué entonces el fujimorismo es hoy la primera fuerza política del país?

Esta contradicción revela que las lecciones de ese periodo no han sido procesadas. Ante la evidencia de que los regímenes democráticos del siglo XX sucumbieron, sin excepción –no incluyo a la transición de Valentín Paniagua, breve y atípica– a los cantos de sirena de la corrupción, más de la mitad de los peruanos opta por una regresión al autoritarismo y el populismo.

La mano dura tiene connotaciones fálicas que vale la pena mencionar acá. El falo no es el pene del dictador. Es una función simbólica asociada al poder, que se encuentra en múltiples representaciones desde la antigüedad. De hecho, una mujer lo puede ostentar. Se hablará entonces de una mujer fálica (Freud solía emplear el adjetivo, en muy pocas ocasiones recurrió al sustantivo, tal como lo señalan en su Vocabulario de Psicoanálisis Laplanche y Pontalis). Margaret Thatcher, por ejemplo. Tengo para mí que ese fue, acaso sin percatarse, uno de los dilemas con los que se debatió Keiko Fujimori en las últimas elecciones.

Si el proceso electoral fuera hoy, no me cabe duda que asumiría la herencia de su padre sin remilgos: lo que natura no da, Harvard no presta. Lo angustiante de este panorama fantasmático es, por supuesto, esa ecuación entre percepción de corrupción y nostalgia autoritaria “pese a todo” (esa frase que figura en la pregunta de GfK, solo cuando se alude a la democracia, debió acompañar también a la referida a la mano dura).

Las delaciones del fin del mundo, como las llaman en Brasil, definen bien esta encrucijada. Ya nada volverá a ser como antes. Esto es lo propio de las crisis. Esperemos ser capaces de atravesar el fantasma y profundizar la reforma de nuestras instituciones democráticas.



http://larepublica.pe/impresa/opinion/852062-el-fantasma-de-la-mano-dura


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Jefe ONPE se busca

Luis Davelouis



Mañana (hoy) se elige al próximo jefe de la ONPE por los próximos cinco años. Esta persona estará a cargo de gestionar la realización y la logística de los próximos procesos electorales, empezando por las elecciones regionales y municipales de octubre de 2018 y las elecciones generales de 2021. La ONPE no solo pone mesas y cuenta votos –tareas muy importantes y sensibles– sino que también es voz dirimente en los asuntos que tienen que ver con esos temas.
Porque se trata de un cargo tan importante, el proceso de selección –a cargo del CNM– debe ser ultra transparente y estar fuera del alcance de cualquier cuestionamiento. Las presiones políticas se deben evitar a toda costa y, por eso, entre los requisitos para acceder al cargo está el no haber tenido relación con ningún grupo político en los cinco años anteriores a la postulación.

De los 15 candidatos que se presentaron –cada uno pagó S/3,500 para “matricularse”– quedaron 5 porque 10 no aprobaron el examen. El resto del puntaje se obtiene de evaluar el CV del postulante y de una entrevista personal. Uno de los que aprobó se retiró porque no estaba satisfecho con el puntaje obtenido en su CV (raro, ¿no?). Quedan entonces cuatro candidatos, dos de ellos con muchísima experiencia. Ahora corre el rumor de que el concurso será declarado desierto porque los candidatos que hubieran preferido algunas agrupaciones políticas no aprobaron el examen. Sería un escándalo declarar desierto el proceso –al margen de la falta de respeto a los profesionales que siguen en carrera– para abrir paso a aventureros. Y sería nefasto tener en la ONPE a otro Portillo que, como mal contador, no calcula cuánto le toca pagar a su jefe por impuestos, sino que le pregunta cuánto quiere que salga para no pagar.


http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-jefe-onpe-se-busca-2272184




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PPK: caída sin pausa

César Lévano


El presidente Pedro Pablo Kuczynski no conoce el descanso. Sigue cayendo en la aprobación ciudadana. Así lo indica la encuesta nacional urbana rural de GfK realizada del 18 al 22 de febrero. Es una trayectoria dramática. De 60 puntos de aprobación en agosto del 2016, apenas aupado en el poder, ha bajado a 29.

Si esa decadencia persistiera, PPK podría tener en el 2018, cuando Donald Trump venga al Perú, cinco o siete de aprobación. O habría sido defenestrado bajo el peso de sus culpas reflejadas en las encuestas.

La desaprobación de PPK cunde en todos los niveles sociales. En la clase alta, su bastión, llega a 48 por ciento, pero en el nivel C, el mayoritario, alcanza 60 por ciento, igual que en el D y el E, que es el de los más pobres.

El sondeo encuentra que la delincuencia, la inseguridad, sigue siendo la preocupación principal de los peruanos (61 por ciento); pero la corrupción irrumpe como el segundo problema: 52 por ciento. En este último rubro hay que pensar en el caso del aeropuerto de Chinchero. Todo indica que el escándalo respectivo puede alzar vuelo, y ahondar la crisis de confianza que padecen PPK y su régimen.

Característica del escenario político actual de nuestro país es que tenemos un gobierno endeble pero no hay por el momento fuerza de oposición con expresión de masas, proyecto y cuadros carismáticos con potencial de poder. Es el caso del partido fujimorista Fuerza Popular, cuya mayoría abrumadora en el Congreso no se ve confirmada en las encuestas. Luz Salgado, presidenta del Congreso, sigue de capa caída: cae de 27 a 23 por ciento.

GfK encuentra que Keiko Fujimori tiene 39 por ciento de aprobación (ha subido dos puntos en un mes).

Quien demuestra potencial sorprendente, pues sube siete puntos, de 25 a 32, es Julio Guzmán.

Verónika Mendoza se muestra estable: sube un punto, de 26 a 27. Kenji Fujimori avanza de 18 a 21 por ciento. Alfredo Barnechea sigue en sus trece, mejor dicho, en su 18 por ciento. César Acuña sigue en sus 15. Gregorio Santos sube de 13 a 14. Alan García, el fugitivo, sube de siete a ocho, en tanto que Marco Arana cae de ocho a cinco.

Un resultado interesante es la creciente aprobación del Poder Judicial, que era el chivo expiatorio de los poderes públicos. Como efecto de su actuación en el escándalo Odebrecht, asciende de 15 a 23 por ciento en aprobación.

http://diariouno.pe/columna/ppk-caida-sin-pausa/


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Relaciones peligrosas

Percy Medina


La legislación peruana establece algunos límites precisos al dinero que las agrupaciones políticas pueden recibir para financiar campañas electorales. En el Perú, una persona natural o jurídica no puede donar más de 60 UIT al año, es decir, S/243.000 en cifras del 2017 y S/216.000 en cifras del 2011. Y se prevé que el partido debe informar obligatoriamente de ese aporte a la ONPE identificando a cada donante.

Si es verdad, como ha confesado Barata, que Odebrecht dio US$3 millones al Partido Nacionalista para su campaña del 2011, este habría violado la ley de organizaciones políticas (LOP) en al menos dos aspectos. Habría aceptado una donación por encima del límite (art. 30) y habría omitido informar sobre esa donación (art. 34). ¿Qué sanciones caben frente a esas violaciones a la ley? De acuerdo con la LOP, tan solo multas. Entre 10 y 30 veces la cantidad recibida sobre el límite y entre 10 y 50 veces la cantidad no declarada. Es decir, aplicando las sanciones mínimas, al menos 30 millones de dólares por no declarar la donación y un monto algo menor por excederse del límite. Casi 60 millones de dólares en multas parece una sanción bastante drástica para un partido. El problema es que estas multas nunca se pagan y no hay forma de cobrarlas. Los partidos no tienen patrimonio que pueda ser embargable o cuentas bancarias con montos significativos. Estas multas son un disparo al aire.

Esta inefectividad ha sido advertida hace mucho y por ello se impulsaron algunas reformas como la suspensión del registro partidario por la omisión de aportes en sus informes. Dicha norma, aprobada por el Congreso en diciembre del 2015, jamás fue promulgada por el presidente Humala a pesar de que los plazos constitucionales se vencieron. El Congreso, por su parte, no resolvió esa situación que ha pasado como herencia al presente Parlamento.

Más allá de las consecuencias penales o tributarias que el caso pudiese tener por otras razones, lo cierto es que desde la perspectiva de la regulación del financiamiento de la política las sanciones son absolutamente ineficaces. Por ello, algunos abogados han señalado que estaríamos frente a violaciones a la ley que no acarrearían consecuencias jurídicas para sus autores.

Este lamentable hecho, sin embargo, tiene un aspecto positivo: desnudar con claridad la precariedad de los mecanismos de control del financiamiento político. Pues lo que sabemos sobre estas groseras violaciones a la ley no es producto de indagaciones realizadas por alguna autoridad peruana, sino por las delaciones premiadas en el extranjero sin las cuales nunca hubiésemos tenido información sobre este dinero que se entregó bajo la mesa.

Ahora que en la Comisión de Constitución existe un subgrupo de reforma electoral presidido por la congresista Patricia Donayre aparece una excelente oportunidad para discutir mecanismos para mejorar el control de las finanzas de campaña. El tema tiene que regularse integralmente y con mucho cuidado para crear un marco sencillo, realista, efectivo y que promueva donaciones a la política en lugar de asustar a los donantes.

Pero promover donaciones no puede confundirse con dejar la puerta abierta para que entre el dinero a las campañas sin ningún filtro. Algunas ideas que pueden ayudar a la discusión son las siguientes: 1) bancarizar todos los aportes superiores a 1 UIT bajo responsabilidad del donante y de quien recibe la donación, 2) prohibir los aportes anónimos y sancionar personalmente a un responsable político de la campaña, 3) prohibir los aportes de empresas con capital extranjero o cuyos ingresos provengan en más de un 50% de contratos con el Estado, 4) permitir el cruce de información entre la ONPE y la UIF, 5) prohibir los aportes de personas con acusación fiscal en delitos de narcotráfico y contra el Estado, 6) añadir a las multas sanciones políticas para el partido y sus dirigentes en los casos más graves.

Se señalará que un partido no cuenta con toda esta información para saber de quiénes recibe dinero. Hay una propuesta de la ONPE para crear una ventanilla única de aportantes, que funcione como central de riesgo a la que los partidos puedan acudir para consultas.

La regulación del financiamiento político no es una tarea sencilla, pero es indispensable hacer ya una reforma inteligente de la legislación actual porque lo que tenemos hoy es indefendible.


http://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/relaciones-peligrosas-percy-medina-noticia-1971792




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Se puede aguar el sueño

Mirko Lauer


Pedro Pablo Kuczynski ha redoblado su discurso sobre un acceso universal al agua en los centros urbanos. En efecto sus mensajes se empezaron a mover en esa dirección desde un inicio. Pero ahora con el caso Odebrecht avanzando a toda velocidad, la idea misma de obra pública está en problemas. A lo cual puede añadirse, a pie de página, la nueva fuerza destructiva de las lluvias.

Como el Estado no es una empresa constructora, por fuerza tiene que contratar con las del sector privado. La construcción se ha vuelto un territorio plagado de problemas. Contratar con el Estado puede poner a las empresas bajo incómodos reflectores. Para los funcionarios públicos estampar la firma se ha vuelto algo que hay que pensar dos veces.

Aunque como la construcción oscila entre dos años pasados en recesión o un crecimiento pobre para el año, según quién suelte las cifras, ello puede dar mayor atractivo a los proyectos vinculados al agua. Este efecto podría ser incluso intenso en las regiones económicamente golpeadas por la reducción del canon en estos años.

El énfasis de PPK es ciertamente valioso, pero perfectible. Desde el inicio lo ha planteado como un asunto administrativo, lo cual ha significado descuidar la necesidad de darle un contenido político. La información sobre la cruzada no es ni suficiente ni atractiva, y los necesitados de agua siguen siendo los mismos, paradójicos reclamadores pasivos de siempre.

No hay que ser un pesimista radical para suponer que un periodo de gobierno no bastará para cumplir una promesa como la de PPK. No por falta de buena voluntad o decisión política de PPK, sino por la naturaleza y los ritmos del Estado peruano. Concentrarse en los proyectos más viables siempre ha sido una buena estrategia.

Pues el gobierno va a tener que rociar con agua bendita la contratación y la ejecución de sus proyectos de agua, y eso es un trabajo arduo en sí mismo. Para evitar repeticiones de Chinchero. Sobre todo cuando los proyectos energéticos y de transporte más grande ya están contaminados por el virus Odebrecht.

El del agua va ser un ejemplo de cómo así una secuencia de escándalos como la actual afecta de manera casi inmediata la performance económica de un país.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/852060-se-puede-aguar-el-sueno



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Sobre la miseria humana

Horacio Verbitsky


1 La mano en el bolsillo
El jueves fue uno de esos días que empiezan mal. Cerca de mi casa una mujer grande vive en la calle. Se sienta, se acuesta, come, se rasca o dormita, siempre en silencio, sin molestar ni hablar con nadie. Nunca la vi pedir, ni quejarse. Uno de sus zaguanes preferidos era el de un instituto de belleza femenina. Le pusieron una reja que subsiste ahora que quebró, a pesar de los méritos propios de la estilista que de un tiempo a esta parte dejaron de surtir efectos positivos. Nunca se aleja más de una cuadra de allí. Me llamó la atención que no estuviera sola como siempre. Sentado junto a ella había un hombre fornido, que no llegaría a los 30 años, de pantalón, remera y mochila negros. Imaginé que sería un familiar que intentaba convencerla de un regreso a casa. Pero vi que no hablaban y que ella dormía. Seguí unos pasos y me detuve a mirarlos. El tipo le metió la mano en el bolsillo y le sacó un rollito de billetes. Por el color me pareció que el de afuera era de dos pesos. Cuando terminé de entender lo que había visto me acerqué y le dije que se los devolviera. Me miró con una expresión tan vacía que ni brutalidad denotaba.

–¿Por qué se los tengo que devolver?

–Porque es injusto, ¿no ves que ella está peor que vos?

–Dejame tranquilo, no te metas conmigo– me contestó sin quitarse los auriculares y desprendiéndose de mi mano que intentó retenerlo para que no se alejara. Le bloquee el paso dos veces en distintas direcciones y el diálogo se repitió, hasta que me pegó un empujón y se fue. Lo seguí media cuadra pero iba más rápido de lo que yo puedo. La alternativa era gritar para que alguien de su edad y fortaleza lo tacleara y los honestos vecinos indignados lo lincharan como ya ocurrió en otras virtuosas ciudades y barrios, o buscar un policía para que llegaran varios patrulleros y se lo llevaran a molerlo a golpes en la comisaría y entregárselo al fuero que se encarga de los pobretones, a cuyos familiares veo todos los días aguantando en la puerta de la alcaldía de los tribunales de Lavalle. Por suerte no tuve ninguno de esos reflejos y lo dejé escapar. Había presenciado la miseria humana en su peor expresión, un pobre diablo que encontró una persona más golpeada que él para aprovecharse.

2 Entre la tristeza y la furia
Pasé las horas siguientes entre la tristeza y la furia.

Se agravó cuando desde Jujuy me contaron que la noche anterior Milagro Sala intentó clavarse una tijera en la panza cuando le anunciaron que la llevarían a los tribunales para notificarle de tres nuevas denuncias en su contra. Me acordé de nuestro diálogo de hace un año, contador Morales, cuando planté mi valija en medio del pasillo del avión para que no pudiera escaparse después de simular que dormía durante todo el vuelo. Le pregunté cuándo iba a dejarla en libertad y me respondió que no decidía usted sino los jueces. Le contesté que los dos sabíamos que eso no era cierto, aunque recién en esa visita a su provincia supe que usted mandó destituir al fiscal que se negó a pedir la detención de Milagro y al magistrado que la había absuelto en varias causas. Tampoco conocía aún que usted había ampliado de 5 a 9 el número de miembros del Superior Tribunal, no en un año como le llevó a Menem sino en una semana, y ni siquiera para designar a algunos juristas afines pero ilustrados, como Julio Oyhanarte o Ricardo Levene, sino a dos de los diputados de su partido que terminada la sesión se calzaron la toga y juraron como jueces supremos, en un tribunal presidido por otra ex diputada radical que a todos les decía que había adoptado un chico, hasta que me pasaron la partida de nacimiento que prueba que se lo apropió y lo inscribió como si ella lo hubiera parido. Ese hijo apropiado lo patrocinó a usted, contador Morales, en su denuncia de 2003 contra Macrì por el vaciamiento del Correo Argentino en la que reclamó la rescisión del contrato y la ejecución de la garantía. Esa misma señora de su íntima confianza designó a su ex socio y yerno para que detuviera a Milagro. Y ahora que todo el mundo habla del Correo usted no dice esta boca es mía. Clarísimo.

Aunque Milagro Sala fue arrestada por reclamarle una audiencia por la supresión de planes e inversiones sociales, el argumento único con que usted me respondía era un monocorde “Se robaron todo”, al que yo sólo oponía que “eso hay que probarlo en un juicio”. Cuando ese diálogo circular ya no daba para más usted mostró su carta de triunfo y me dijo que tenía 60 causas preparadas para ir presentando a medida que se cayeran las anteriores, como la del acampe en la plaza.

Lo que no llegó a contarme porque el resto de los pasajeros se impacientaron al percibir que las puertas del avión ya se habían abierto y nuestro diálogo les demoraba el descenso, fue que con cada causa caería una nueva humillación contra esa mujer que se atrevió a cuestionar la lógica de un bipartidismo dependiente del poder económico y a organizar a los más vulnerables en la lucha colectiva por derechos elementales en vez de aprovecharse cada uno del más débil como el rufián que le metió la mano en el bolsillo a mi vecina que vive en la calle. Y no le ahorraron ni una, respaldadas con una difusión paga por su gobierno que presenta como delictivos actos tan legítimos como cobrar un cheque en la ventanilla de un banco y guardar los billetes en un bolso. El colmo de la iniquidad fue el periodista que le dio micrófono y pantalla para que usted repitiera sus argumentos falaces, usando como panel de fondo una gigantografìa de la Carta Abierta de Rodolfo Walsh a la Junta Militar. Desde la clandestinidad, con la certeza de ser perseguido y sin esperanza de ser escuchado, Walsh denunciaba con medios artesanales los atropellos del poder contra el pueblo. Casi 40 años después un mercenario con gesto de Catón usa esa carta para que desde el poder se difame a los luchadores y resistentes populares.


3 Un catálogo de perversiones
El catálogo de perversiones que usted y los suyos volcaron sobre esa mujer y su organización no tiene parangón en las tres décadas de la democracia argentina. Designó una fiscal ad hoc para que se encargara de ella en cualquier causa pasada, presente o futura; se reunió con un grupo de cooperativistas que al día siguiente acusaron a Milagro de los delitos por los que ellos estaban procesados y cuya situación cambió por arte de magia; amenazó a los hijos de otra dirigente para que hiciera lo mismo, lo cual la llevó a un intento de suicidio; puso en libertad a un acusado de homicidio a cambio de que acusara a Milagro como instigadora; compró con empleos y transferencias bancarias a testigos falsos que le permitieran condenarla por un escrache ocurrido siete años antes y en el que ella no participó; mandó indagar a los dos hijos de su rehén y detener a su esposo, de 73 años; ordenó a un funcionario administrativo designado por usted que le suspendiera por tres años y medio sus derechos civiles y políticos, castigo ilegal, inconstitucional, anticonvencional que ni siquiera figura en el código contravencional invocado por su mandadero pseudo judicial. Consintió sin aplicar sanciones que apalearan en la cárcel a uno de los colaboradores de Milagro que no aceptó acusarla y que mataran por estrangulamiento en su celda al sobrino de 21 años de ese hombre. Privó a Milagro de su libertad durante la feria judicial del año pasado, por presuntos delitos que se habrían cometido años atrás, como si se tratara de un caso urgente, y esta semana la llevó por la fuerza a los tribunales para que se notificara de tres nuevas denuncias, en un trámite que hubiera sido más fácil y económico realizar en la cárcel en la que ya estaba detenida, pese a la recomendación de los peritos psicólogos de que no estaba en condiciones de enfrentar esa situación. Los funcionarios judiciales le anunciaron que se retiraban para que la psicóloga de tribunales la entrevistara. Milagro les pidió que se quedaran para que supieran del hostigamiento del que es víctima.

–Nosotros no tenemos nada que ver señora, sólo cumplimos con nuestro deber –alegaron.

Esa frase es el emblema de la cobardía burocrática.

–Lo que cumplen son las órdenes de Gerardo Morales que los usa y después los va a tirar. Lástima me dan ustedes –les dijo Milagro.

Las tres nuevas denuncias contra Milagro son por amenazas: alguien cuenta que otro alguien bajó la ventanilla de un auto y le dijo que si no se dejaba de pelotudear lo iba a hacer aca por orden de Milagro. Nunca un testimonio directo que la involucre, siempre dichos de terceros que invocan su nombre.

De las tres nuevas causas, dos están a cargo del titular del juzgado de control Nº 3, Gastón Mercau, el ex socio y yerno de la aún presidente del Superior Tribunal; la tercera del juez de control Nº 2, Jorge Zurueta. El traslado de Milagro desde la cárcel hasta los tribunales fue otra puesta en escena de noticiero sobre narcos mexicanos: una caravana de 30 vehículos, con 55 policías uniformados y de civil y 20 miembros de las fuerzas especiales, con armas de guerra y pasamontañas que les cubren el rostro.  Es el tipo de prueba prefabricada sobre la peligrosidad de Milagro que el Estudio Gil Lavedra, el fiscal de Estado Mariano Miranda y Titina Falcone (todos dirigentes de la UCR) están preparando para presentar a la CIDH, si es que acepta recibirlos. Las tres tienen la misma carátula: “Inducción a cometer el delito de amenazas”, que habrían ocurrido entre septiembre y enero, cuando Milagro ya estaba detenida. Los autores: “Dos personas masculinas con identidad a establecer”, dice una de las causas en el juzgado del Gran Yerno.

4 Los despedidos
Su problema no es sólo con Milagro. Cuando ya la tenía entre rejas usted dejó sin sustento a miles de trabajadores de la Túpac Amaru, que era el tercer empleador de la provincia, luego del Estado y del ingenio Ledesma. ¿Los computará la CGT entre los despedidos por los que pedirá en su próxima marcha? También propició que decayeran por falta de mantenimiento las piletas de natación y el parque acuático que fueron el sello distintivo de la Túpac Amaru, un bien material pero sobre todo simbólico, porque antes era un privilegio de los muy pocos, mientras los muy muchos sólo podían refrescarse en los ríos contaminados con agroquímicos. Su hermano y cajero Freddy amenaza con querellar a quienes denuncien el escandaloso negociado de las tierras de Alto Comedero que junto con otros once ex diputados le compró y le revendió a la provincia, con una ganancia del 4000 por ciento en menos de un año. Yo los denuncié con todos los documentos oficiales que prueban el escándalo pero Freddy y los demás guardaron prudente silencio, protegidos por una prensa provincial y nacional cómplice que ignoró el tema como si no hubiera ocurrido. No existe la realidad sino la agenda, y la manejan ellos. Hasta ordenó usted que el Servicio Penitenciario devolviera al Correo los miles de tarjetas postales que Milagro recibió desde todo el mundo por su cumpleaños, alegando que no estaba autorizada a recibir ese tipo de correspondencia, en contra de lo que garantiza la ley de ejecución de la pena privativa de la libertad, a condenados y procesados como ella. Lo que busca es destruirla física y psicológicamente, reducir por la prepotencia a una líder impetuosa y arrolladora a un rol mendicante, con la ilusión de que algún día implore su compasión. Pierda toda esperanza de verla arrodillada a sus pies, porque aún sometida a esas condiciones degradantes conserva una dignidad de la que usted carece.

Para encubrir esa serie interminable de tropelías está enfangando a su partido, transformado en el ala derecha de la Alianza Cambiemos, lo que no es decir poco. La única queja de la conducción del radicalismo es que el PRO no le ofrece más cargos en el Estado y en las listas. Es doloroso ver a uno de los jueces que condenaron a Videla, Massera&Cia y que gozó de la confianza de Raúl Alfonsín, trabajando para usted en la pillería de engañar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos cuando visite el país, en mayo. Así lo demuestran los mails del estudio Gil Lavedra que publiqué aquí, dirigidos en nombre de usted a la presidente del Superior Tribunal, el fiscal de Estado y el encargado de Derechos Humanos de la Cancillería para combinar por encima de la división de poderes  y de la decencia cómo conseguir que la CIDH consienta la detención de Milagro, que ya calificó de arbitraria y cuya libertad solicitó en un comunicado. También está deteriorando el bien ganado prestigio argentino en materia de derechos humanos y hasta le está haciendo pagar un precio innecesario al presidente Maurizio Macrì, cuyo núcleo de allegados más próximos no ven la hora de librarse del chantaje que usted les impone, con la eficaz cooperación de Emilio Monzó y Gabriela Michetti, que abogan por la necesidad de los votos radicales en el Congreso. En España, por primera vez, Macrì mostró algún alivio porque el caso haya salido ya de la órbita jujeña y esté en manos de la Corte Suprema de Justicia, cuyos miembros antiguos y nuevos (a pesar del giro reaccionario que avalan con varios fallos recientes) tienen algo que defender y algo que perder si no ponen freno a esta barbarie desatada en nombre de la gobernabilidad, como confesó sin pudor el vicepresidente que no fue, Ernesto Sanz, ante una entrevistadora inteligente que con tono insinuante supo tirarle de la lengua.


5 Hipócritas de saco y corbata
El día empezó mal y terminó peor. Al anochecer pasé por el mismo lugar y la mujer estaba despierta. Le di 100 pesos, que deben ser más de lo que le hurtó aquel canalla. Primero miró el billete, después a mi sin decir nada, y me imaginé que se preguntaba por las vueltas raras que da la vida. Un rato después Lucho Paz, el abogado y amigo de Milagro, me contó la desgarradora escena que acababa de vivir en el tribunal, que a él lo dejó literalmente de cama y a mí me hizo llorar de indignación y me impulsó a abandonar la nota que estaba escribiendo y encarar de un tirón esta carta abierta a un hipócrita mucho peor que el miserable de la mañana, porque ni siquiera pone el cuerpo y se sirve de un aparato de poder organizado por señores de traje y corbata, con título universitario, buenas casas y lindos autos, que además se creen honestos y respetables.

https://www.pagina12.com.ar/22471-sobre-la-miseria-humana



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Carta pública a Mario Vargas Llosa


  Mempo Giardinelli


Admirado Maestro, dondequiera se encuentre:

No he tenido la fortuna de ser su amigo cercano, aunque como usted bien sabe me considero su devoto discípulo. Las dos veces que nos vimos, una en Buenos Aires, otra en Lima, nos saludamos con afecto y además he recibido otro par de veces sus saludos. Pero lo para mí más importante es haber leído casi toda su obra con deleite y pasión. Todavía enseño en mis clases de grado y posgrado sus novelas, por lo menos una por año –en 2016 retomé “Los cachorros”– y siempre sus lecciones sobre Flaubert y Arguedas.

Desde luego que no comparto ninguna de sus ideas políticas, pero hasta ahora opté por no contradecirlo y lamenté en silencio diversas declaraciones suyas. Cada vez que lo vi en la tele cambié de canal en homenaje a la calidad de su prosa, su poética y la carnadura de sus personajes. Incluso cuando en 2012 se armó un jaleo en Buenos Aires porque usted iba a inaugurar la Feria del Libro, yo escribí en este mismo diario que su Premio Nobel era “irreprochable porque en él se premió una estética literaria moderna, innovadora, original y escrita en los márgenes de la civilización imperial”. Y también escribí que “más allá del enorme narrador que es, también es un cruzado neoliberal, de esos que se espantan ante cualquier gesto o corruptela kirchnerista pero a Menem le toleraron sin chistar que nos rifara el país, el petróleo, los ferrocarriles, los puertos y la mar en coche”. Y hasta ahí llegué, y después, cuando en 2015 usted hizo campaña electoral diciendo que “si fuera argentino, votaría por Macri”, también me impuse silencio a pesar de lo que me dolía mi país.

Pero aunque jamás retruqué sus opiniones ni mucho menos lo ataqué a usted –y tampoco lo haré ahora– sí quiero precisarle algunas cosas porque he visto con estupor la entrevista –es un modo de decir– que usted enhebró en Madrid esta semana con el presidente de mi país. Al verlo a usted aceptar y celebrar tanta mentira no literaria, supe que otro silencio ya era demasiado.

Y es que el gobierno que encabeza el Sr. Macri es un gobierno de estafadores, en primer lugar, porque llegaron al poder prometiendo lo que el pueblo argentino quería y necesitaba escuchar, pero decididos –ya entonces– a traicionar todas y cada una de aquellas promesas.

En segundo lugar es un gobierno de facinerosos y malvados insensibles que a lo largo de cuatro décadas, y bajo todos los gobiernos, han venido fugando del país alrededor de 350.000 millones de dólares que tienen escondidos en cuevas fiscales que llaman paraísos. Por eso entre lo primero que dispuso el Sr. Macri figura un “blanqueo” fiscal para dizque legalizar esas fortunas, las cuales ni siquiera retornan al país.

El Sr. Macri es hoy considerado por diversos medios del mundo (no los españoles, claro está) entre los cinco gobernantes más corruptos del planeta. Y el repertorio de sus escándalos –que ocultan los grandes diarios y sistemas televisivos argentinos– es impactante. Se sabe que hay más de 40 sociedades secretas vinculadas al Grupo Socma, propiedad de la “Famiglia” Macri. Y son públicas sus condonaciones de deuda y favoritismos, como en los casos del Correo Argentino (a su papá) y del Ferrocarril Sarmiento (a su cuñado).

Claro que a mí también me impacta ahora que usted haga como que ignora todo esto. El gabinete argentino se parece al del Dr.Caligari, con más de 50 funcionarios procesados (entre ellos el mismo presidente y la vicepresidenta), perversos vínculos con el brasileño affaire Odebrecht, uno de cuyos coludidos es un íntimo amigo y socio de Macri, que lo puso al frente de nada menos que una especie de FBI argentino (por decirlo con alguna gracia).

Usted debe saber, seguro, que reformaron por decreto la Corte Suprema de Justicia, y que ahora gobiernan a decretazos como hicieron por décadas los dictadores militares, aquí y en el Perú. Y seguro está al tanto de los favores obscenos a grandes latifundios y a empresarios avorazados que siguen acumulando millones mientras destruyen trabajo, educación, familias e ilusiones. En poco más de un año cerraron 7000 fábricas y emprendimientos productivos, dejaron en la calle a más de un millón de trabajadores, tienen a la educación pública en proceso terminal y para colmo en sólo 14 meses han multiplicado nuestra deuda externa casi ad infinitum, lo que nos obligará a un nuevo repudio que por ahora sólo unos pocos estamos denunciando que nunca se va a pagar porque no la vamos a reconocer.

Me cuesta creer que usted, Maestro, con su agudeza proverbial, se preste a esta farsa. Le pregunto, entonces: ¿Tan grandes son los negocios que preparan en España para recolonizarnos como hace cinco siglos, y como hace veinte años con Menem? ¿Tan enormes son esos intereses que usted echa por la borda una excelsa trayectoria literaria complaciendo a un patán que tanto se parece a su paisano Fujimori aunque éste tiene ojos azules y no rasgados?

Mi lealtad de discípulo y mi conciencia de pequeñez literaria no me impiden ver, con dolor, el triste papel televisivo de usted coreando lugares comunes para criticar al presidente venezolano, y encima todo cargado de tintes racistas y clasistas.

Me dio mucha pena su papel, Don Mario. Al verlo tan generoso y dócil frente al impresentable gobernante de esta tierra que a usted lo quiere y lee, yo sentí dolor pero también una cierta vergüenza. No hacía falta tanto.

Sin dudas, seguiré admirando su obra literaria, pero qué pena tan grande sentí al verlo, ahora, en edad provecta, haciendo un papel como el de Zavalita preguntando: “¿En qué momento se jodió la Argentina?”. Usted eludió en la tele una respuesta digna.

Seguiré devoto de su grandeza literaria. Pero sólo de ésa.





https://www.pagina12.com.ar/22637-carta-publica-a-mario-vargas-llosa
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