martes, 7 de febrero de 2017

OPINIONES 07/02/2017

Frente a la corrupción: cambios urgentes en el modelo económico - Pedro Francke
¿Hasta dónde beneficios? - Mirko Lauer
Los pantalones y la “ideología” de género - . Díaz-Albertin
Revelaciones del carnaval - Augusto Álvarez Rodrich
Te lo quitaron a ti - Luis Davelouis
Una oferta que no podrás rechazar - Nelson Manrique
20 millones de dólares y una canción desesperada - César Lévano
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Frente a la corrupción: cambios urgentes en el modelo económico

Pedro Francke


Con el pedido de detención contra Alejandro Toledo, la lucha anticorrupción empieza lentamente a moverse. Toledo debe regresar al país, si no lo hace por voluntad propia por la fuerza del Estado, a rendir cuentas ante la justicia. Los expresidentes Alan García y Ollanta Humala también deberían quedarse en el Perú: los indicios de que los tres han recibido mucha plata mal habida son grandes, en cuyo caso la cárcel debe ser su futuro por un largo periodo.

Pero no es solo un asunto de personas, también de políticas y sistemas. La tremenda corrupción de los últimos 25 años está estrechamente vinculada al modelo económico. Ideólogos como Jaime de Althaus y otros neoliberales persisten en decir que la manera de combatir la corrupción es privatizando todo. Pues miren lo que ha sucedido: ya se privatizaron decenas de miles de millones de dólares de carreteras y otras obras públicas, y la corrupción no solo no ha disminuido sino que incluso ha aumentado. Hoy vemos cómo en las Alianzas Público-Privadas (APPs) la corrupción es tremenda. Esto no es algo nuevo; ya en la llamada “Vía Expresa del Callao” inventada por Alex Kouri hace unos años, el robo que se hizo a la ciudadanía en peajes fue espantoso.

La política sigue de cerca esta ideología neoliberal. Los presidentes reciben felices a los presidentes de transnacionales y grandes monopolios en Palacio de Gobierno, adonde rara vez acceden trabajadores, campesinos y gente del pueblo. Está claro hoy que en esas reuniones no solo se tratan proyectos de interés nacional, sino concesiones muy ventajosas para los grandes empresarios, con su contrapartida de coimas depositadas en cuentas secretas.

Con el Aeropuerto de Chinchero, PPK ha mostrado que él no solamente fue parte de ese esquema, sino que está totalmente dispuesto a darle continuidad. Habiendo dicho muy claramente que la clave de su política económica es dar nuevo impulso a las APPs, vemos ahora que lo hacen regalando cientos de millones de dólares del tesoro público, es decir, de todos los peruanos. Que el consorcio beneficiario tenga a la primera amiga de PPK Cecilia Blume como asesora, al amigazo Sebastián Piñera de socio y a la hermana del Premier de gerenta, muestra que la fuerza oscura de los lobbies continúa.

Es evidente que el combate a la corrupción exige cambiar algunos elementos básicos de este modelo económico y político. El primero, dejar de pensar que siempre la inversión privada y las APPs son mejores que la obra pública: los hechos demuestran que no es así. La segunda, el centralizar toda la política fiscal en megacontratos negociados a ocultas, olvidando el apoyo necesario a las pequeñas y medianas empresas que realizan una inversión importante, más democrática y descentralizada. Si no cambiamos esto, la corrupción seguirá campeando.


http://diariouno.pe/columna/frente-a-la-corrupcion-cambios-urgentes-en-el-modelo-economico/


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¿Hasta dónde beneficios?

Mirko Lauer


El sistema de la delación premiada (colaboración eficaz) ha permitido avanzar contra la corrupción en el Brasil. Al grado que este tipo de delator es hoy personaje central en Lava Jato y sus extensiones. Sin embargo los beneficios a los delatores están empezando a pasarse de la raya, y a producir dos tipos de vara para medir y castigar el delito.

Traducimos unos párrafos de Janio de Freitas, del Consejo Editorial de Folha de Sao Paulo, sobre las incongruencias de un caso específico, donde se cuestiona la moral y la justicia de las delaciones premiadas:

“El marketero João Santana y su esposa, Mónica Moura, han sido condenados a ocho años y cuatro meses de prisión. Recibieron US$ 4 millones y medio en una cuenta suiza, pago parcial de su trabajo en la campaña Dilma/Temer. Quien les pagó, Zwi Skornicki, del astillero Kappel Fels, dio como origen del dinero un desvío del contrato con la empresa Sete, que hace plataformas o sondas para Petrobras. También participaron del desvío, del lado de Sete, Edson Vaz Musa y João Carlos de Medeiros Ferraz.

“Los tres condenados por Sergio Moro. Skornicki a 15 años y medio, cumplidos así: entrega US$ 23,8 millones de desvíos varios, solo quedará en casa las noches y los fines de semana por un año. Vaz Musa recibió ocho años y diez meses de prisión, transformados en permanencia en el dulce hogar durante los fines de semana por dos años. Y Medeiros Ferraz, condenado a ocho años, solo tiene que hacer “servicios comunitarios”.

“Quien recibió el dinero, sin participar de la trama, es condenado a ocho años y cuatro meses. Quienes operaron el desvío criminal de un excedente ilegal contra Petrobras, y con ese dinero hicieron un pago también ilegal, esos son premiados: van a casa y a las calles.

“Así es la moral y así es la justicia de la práctica de las delaciones premiadas. Con las dos, dicen, el Brasil será otro. Será: quien diga que el crimen no paga quedará como un idiota”.

Sin duda nadie delatará o colaborará eficazmente si no obtiene algún beneficio a cambio. Pero estas cosas tienen un límite. Allí está el recuerdo de los falsamente acusados de senderistas por quienes querían sacarle algún beneficio a la justicia.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/846183-hasta-donde-beneficios


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Los pantalones y la “ideología” de género


J. Díaz-Albertin


Es común que en los exámenes orales de Derecho se les exija a los estudiantes vestir “formalmente”. Esto antes significaba terno para los varones y vestido o falda para las mujeres. El pantalón era masculino y la falda femenina. Tan era así, que “tener los pantalones” era una expresión de poder en la familia, comunidad o empresa y era una noción compartida por buena parte de la cultura occidental. Inclusive –recién en 1993– la presión de senadoras estadounidenses logró que pudieran acudir en pantalones a las sesiones de esa cámara legislativa. Con el tiempo, el uso de esta prenda se ha extendido entre las mujeres y deben ser pocos los profesores o parlamentos que exijan el uso de faldas.

No hay nada natural (genético) en la determinación del grado de masculinidad o feminidad en el uso del pantalón u otras prendas de vestir. Tiene que ver con la cultura y cómo vamos creando y cambiando lo que se considera apropiado. Y justo para diferenciar entre los aspectos biológicos y los culturales es que en las ciencias sociales existen los conceptos de sexo y de género.

Sexo apunta a definir las diferencias biológicas que existen entre hombres, mujeres e intersexuales. Es decir, aquellas características –presentes y potenciales– con las cuales nacemos y que desarrollamos biológicamente durante nuestras vidas. En términos jerárquicos, la gran diferencia es la constitución cromosomática (XX, XY y otras variaciones) que, al fin y al cabo, es lo que concatena buena parte de las demás diferencias biológicas.

Por su parte, género se refiere a los procesos culturales y psicosociales sobre los cuales se construye la definición de la masculinidad y feminidad. Que el color rosado y la falda sean femeninos es cuestión de género porque no responde a ninguna predisposición genética. Estas convenciones cambian constantemente producto de fenómenos sociales, económicos y políticos. Género es también un concepto que nos permite ver cómo, detrás de estas definiciones, hay un juego de poder que aún se inclina a favor de los varones (patriarcado).

Por eso resulta un despropósito que se hable de una ideología de género, como igual de absurdo sería postular que hay una ideología de la aceleración, del sistema solar o de la inflación, todos conceptos científicos que nos permiten describir realidades físicas o sociales.

Aquellos que critican el concepto género –y por eso lo tildan de ideológico– es porque rechazan la idea de que la masculinidad y la feminidad sean construidas culturalmente. Por el contrario, consideran que es algo que surge naturalmente o nace de esencialismos de diversa índole. Esta forma de pensar lleva necesariamente a interpretaciones delirantes porque niega un hecho que sí es natural: biológicamente somos seres culturales. Nacemos, por ejemplo, con la capacidad de lenguaje abstracto y simbólico, pero necesitamos de la sociedad para adquirirlo. Sería ridículo pensar que “naturalmente” se es quechuahablante o anglohablante.

Lo ideológico no es el género, sino la negación de que la masculinidad y feminidad son definidas y aprendidas culturalmente. Y, como ejemplo, volvamos al pantalón. En la Biblia, Deuteronomio 22-5 señala que Dios aborrece a la mujer vestida de hombre y viceversa. Para cumplir con este precepto, un creyente literal tendría que determinar si el pantalón –o cualquier vestimenta– es ropa de hombre o mujer. No podría hallar una respuesta basada en lo genético. Tampoco podría apelar a la cultura, porque implicaría aceptar que el género del pantalón es algo relativo. Le queda una sola salida: el esencialismo ideológico y la ciega obediencia a la interpretación subjetiva de una autoridad. Y ello explica por qué existen incontables páginas web en las cuales autoridades religiosas discuten si es aborrecible que las mujeres tengan puestos los pantalones.


http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/pantalones-y-ideologia-genero-j-diaz-albertini-noticia-1966419




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Revelaciones del carnaval

Augusto Álvarez Rodrich


No hay duda de que el terremoto que va a significar las revelaciones que recién se están conociendo sobre las implicaciones de Lava Jato en el Perú van a producir un cambio severo en la topografía política nacional, aunque todavía es prematuro para precisar los epicentros del fenómeno, las víctimas y principales perjudicados, así como los que podrían beneficiarse de todo lo que todavía está por suceder.

El problema es que aún no se conocen con precisión los testimonios de los ejecutivos de Odebrecht y de las otras constructoras brasileras sobre todos los sobornados.

El expresidente Alejandro Toledo está, sin la menor duda, liquidado para la política peruana por la revelación de que Odebrecht lo sobornó con US$ 20 millones para la licitación de la Interocéanica Sur, lo cual lo ponen en la vitrina de lo más sucio de la corrupción política en un país como el Perú, que tiene una antigua tradición de asalto al erario.

Pero Toledo ya estaba políticamente liquidado mucho antes de que se conociera lo de los US$ 20 millones que se embolsicó indebidamente, lo cual se constató en la última elección.

Hablando de expresidentes, ¿Alan García y Ollanta Humala pueden sufrir lo mismo? Eso dependería, obviamente, de las revelaciones que lleguen de Brasil o de lo que le haya dicho Jorge Barata a la fiscalía peruana.

Pero Humala y García tampoco están en buena situación política. La debacle electoral de ambos en 2016, uno con su candidatura presidencial y el otro con su lista de postulantes al parlamento, lo evidencian. Y los gobiernos de ambos podrían verse zarandeados por las revelaciones de Lava Jato. De hecho, lo ocurrido con los viceministros del segundo gobierno aprista son señales de que las cosas no vienen bien para el Apra.

Asimismo, las gestiones municipales de Luis Castañeda por obras realizadas, pero también de Susana Villarán –por financiamiento electoral–, pueden verse manchadas.

Incluso, no se puede descartar que hasta el presidente Pedro Pablo Kuczynski pueda quedar debilitado por las revelaciones brasileras debido a su participación en los gabinetes de Toledo, lo que podría usar la oposición para ponerlo contra las cuerdas.

Finalmente, tampoco se pueden conocer los efectos finales del terremoto por venir porque, a veces, es difícil prever cómo reaccionará la ciudadanía ante las revelaciones que recién están empezando a aparecer. Del fujimorismo, por ejemplo, se conoció toda la podredumbre de corrupción al inicio del siglo, pero el movimiento, mal que bien, sigue ahí.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/846187-revelaciones-del-carnaval


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Te lo quitaron a ti

Luis Davelouis


En medio de una investigación internacional de corrupción al más alto nivel es fácil perder la perspectiva de lo que significa para el ciudadano de a pie que un presidente cobre una coima para entregar un proyecto de infraestructura.

Y esto es lo que nos debería –no diré indignar– sublevar y movilizar: cada sol que se fue a la cuenta de una autoridad o funcionario (chupe, asesor, director, viceministro, ministro o presidente) es un sol que deja de ir al sur a salvar la vida de algún otro niño víctima del frío. Cada sol que se deposita en una cuenta cifrada y escondida en algún país lejano, es un sol que no va a Madre de Dios a combatir el secuestro y la explotación sexual infantil.

Si le queda demasiado lejos, véalo así: cada dólar que aterrizó en la cuenta de un periodista para callarse lo que ya sabía, es un dólar que no llegará a salvar la vida de un sereno o de un transeúnte asesinado por arrebatarle un celular.

Cada dólar que se quedó en la cuenta de los abogados que todo lo pueden y que nada preguntan si no conviene, es un dólar que no recibirá el Ministerio de Salud para comprar una máquina de diálisis extra de la que dependen las vidas de decenas de personas al día; un dólar que no comprará una vacuna o un plato de comida para alguien que pasa hambre todos los días.

Cada dólar que pagaron las brasileñas salió del Tesoro Público. Cada uno. Te lo sacaron a ti, a mí y al niñito que se murió quemado en su casa porque no había un wawa wasi cerca.




http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-te-lo-quitaron-ti-2270045

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Una oferta que no podrás rechazar

Nelson Manrique


La largamente anunciada caída de Alejandro Toledo por recibir sobornos debería abrir un nuevo capítulo en la lucha anticorrupción. Hay, sin embargo, un justificado escepticismo con que eso suceda.

Toledo es, entre los expresidentes comprometidos en el cobro de sobornos de Odebrecht, el lado débil de la pita. Durante los últimos años una mezcla de frivolidad, torpeza y soberbia lo fue indisponiendo hasta con aquellos que alguna vez fueron sus socios y aliados. El 1.5 % de votación que obtuvo en la reciente elección selló su carrera como político y su próxima detención por corrupción liquidará a “Perú Posible” hasta como logo para negociar. Está pues listo para someterlo a los rigores de la ley.

No es muy distinto el escenario que enfrenta Ollanta Humala. A diferencia de la década que ha transcurrido desde que Toledo abandonó Palacio de Gobierno, apenas ha pasado un semestre desde que Humala abandonó el poder. Eso da una medida de la velocidad con que logró cavar el magnífico aislamiento en el que ahora se encuentra. Humala y Toledo son por eso los candidatos perfectos para canalizar la demanda popular de justicia, dejando impunes a los otros protagonistas.

El escándalo podría involucrar al presidente Kuczynski; todo depende de qué haya declarado el responsable de distribuir los sobornos en el Perú, Jorge Barata. PPK tiene como antecedente en contra haber sido ministro de economía de Alejandro Toledo y su primer ministro cuando se firmó el cuestionado contrato para la construcción de la Carretera Interoceánica Sur, de la que fue uno de los gestores. Es por haber recibido 20 millones de dólares de soborno (11 millones de los cuales ya han sido ubicados en una cuenta perteneciente a Josef Maiman) por la suscripción de este proyecto que Toledo está a punto de ir a prisión. PPK incorporó además al mero Jorge Barata como director de la ONG Asociación Empresarial para el Desarrollo Rural, que fundó luego de abandonar el gobierno de Toledo, e incorporó en el mismo cargo al presidente del directorio de la constructora Graña y Montero, José Graña Miro Quesada, socio de la constructora Odebrecht. Elementos que justifican una investigación.

Otra es la situación de Alan García. Este se siente tan seguro que se da el lujo de enviar este mensaje en Twitter, a raíz de la caída de Toledo: “Fariseos. Hipócritas. Tanto hablaron de corrupción y terminan siendo ellos los verdaderos megacorruptos”. Más allá de la indignación que este mensaje ha provocado en las redes sociales y de las explicaciones psiquiátricas que se le han propuesto, lo cierto es que García se siente seguro, y puede ampararse en que el poder judicial lo investigó durante años sin encontrar ninguna evidencia de desbalance patrimonial de su parte, como ha consignado en su página. El pequeño detalle que no menciona es que las investigaciones fueron conducidas por José Peláez Bardales, entonces fiscal de la Nación, un personaje que ha pasado a la historia por batir récords archivando investigaciones que comprometían a los dirigentes apristas, con momentos tan destacados como los escándalos inmobiliarios (incluyendo la venta de local del Ministerio de Educación, sin contar con un lugar donde colocar al personal), los petroaudios, los narcoindultos, etc. Cuenta, por otra parte, la experiencia. Luego de librarse de las acusaciones penales por corrupción que acumuló durante su primer gobierno acogiéndose a la prescripción, va a ser muy difícil encontrar a García como titular de actos de corrupción, y siempre habrá algún personaje subalterno que cargue con las penas. Si se toma como ejemplo los sobornos en el Metro de Lima, hasta hoy los responsables son personajes de la segundilla del Apra: Jorge Cuba, Miguel Ángel Navarro y Edwin Luyo. Aparentemente se puede llegar hasta Enrique Cornejo pero va a ser difícil ir más allá. Y puede añadirse a esto las prácticas mafiosas cuya proliferación es abonada por la impunidad largamente consentida. Moverse en el lado oscuro de la realidad, como por ejemplo vendiendo conmutaciones de penas a narcotraficantes y criminales de alta peligrosidad, da contactos y nuevas habilidades, útiles en estas coyunturas.

Luis Davelouis narra una anécdota que debe ser profundamente meditada: “Cuando uno de los detenidos del caso Odebrecht era transportado al penal, un sujeto que se hizo pasar por periodista se le acercó y le dijo: ‘Tú no vas a decir nada, ¿ya? Porque ya sabes lo que pasa’. Hoy, ese detenido solo come lo que le llevan de su casa y renunció a ser colaborador eficaz” (“¿Seré yo, Señor?”. Perú 21, 5 de febrero de 2017



http://larepublica.pe/impresa/opinion/846185-una-oferta-que-no-podras-rechazar




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20 millones de dólares y una canción desesperada

César Lévano


Dos expresidentes del Perú que la cárcel aguarda con impaciencia han lanzado mensajes que revelan culpa y temor. Alejandro Toledo, plagiando a Alberto Fujimori, se ha declarado inocente. Se ha pintado como una criatura limpia de todo mal. Nadie le cree. Alan García, por su parte, reestrena su técnica de echar la culpa a otros. “Hipócritas, fariseos”, clamó, aludiendo a Toledo y sus cómplices.

Suena ahí un eco de Baudelaire: “Hipócrita lector, / mi semejante, mi hermano”.

Juristas peruanos que analizan el caso Odebrecht y anexos concluyen que el acusado más débil es Toledo, y el más fuerte, García. Un grave problema de Toledo es que no sabe mentir, y miente con frecuencia. Su falacia reciente (“Soy inocente”) lo confirma.

García, en cambio, es un artista de la mentira y el cinismo. Lo demostró cuando la acusación del italiano Sergio Siragusa lo desenmascaró, con pruebas, de haber recibido coima para la construcción del tren eléctrico de Lima. Luego fue enviado por el Apra a estudiar en La Sorbona de París, pero se dedicó allá a cantar y vagabundear, más que a estudiar.

En esa época, en Lima, el vocal supremo Hugo Sivina confirmó que García había recibido un soborno de 2’835,138 dólares entregados por el consorcio Tralima, formado por cuatro empresas italianas. Ese escándalo ha pasado a la historia judicial y política de Italia.

Ocurrió en esa ocasión que el líder aprista se amparó en el Partido Socialista Italiano, convertido en gran crisol de corruptelas y anticomunismo en complicidad con Washington. No sería extraño, por eso, que en España García esté buscando protección y complicidad del Partido Socialista Obrero Español. El Apra, no lo olvidemos, es miembro de la Internacional Socialista, cuya ala derechista se acomoda con toda clase de componendas.

La prueba mayor de la falsedad de García es su título falso de doctor en derecho, conferido como obsequio de cumpleaños por una argolla de profesores de derecho de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

García suele ampararse en el resultado de investigaciones que lo pesquisaron en el pasado. Siempre resultó favorecido, gracias a la gigantesca red de corrupción aprista. En 2008, año en que el presidente del Congreso era Javier Velásquez Quesquén, el Legislativo investigó una denuncia sobre impedimento legal de Odebrecht, pero el aprismo logró que todo pasara al archivo. García había dado (¿gratis?) su bendición al negociado con Odebrecht que Toledo había iniciado.


http://diariouno.pe/columna/20-millones-de-dolares-y-una-cancion-desesperada/


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