¿Hasta dónde beneficios? - Mirko Lauer
Los pantalones y la “ideología” de género - . Díaz-Albertin
Revelaciones del carnaval - Augusto Álvarez Rodrich
Te lo quitaron a ti - Luis Davelouis
Una oferta que no podrás rechazar - Nelson Manrique
20 millones de dólares y una canción desesperada - César Lévano
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Frente a la corrupción: cambios urgentes en el
modelo económico
Pedro Francke
Con el pedido de
detención contra Alejandro Toledo, la lucha anticorrupción empieza lentamente
a moverse. Toledo debe regresar al país, si no lo hace por voluntad propia
por la fuerza del Estado, a rendir cuentas ante la justicia. Los
expresidentes Alan García y Ollanta Humala también deberían quedarse en el
Perú: los indicios de que los tres han recibido mucha plata mal habida son
grandes, en cuyo caso la cárcel debe ser su futuro por un largo periodo.
Pero no es solo un
asunto de personas, también de políticas y sistemas. La tremenda corrupción
de los últimos 25 años está estrechamente vinculada al modelo económico.
Ideólogos como Jaime de Althaus y otros neoliberales persisten en decir que
la manera de combatir la corrupción es privatizando todo. Pues miren lo que
ha sucedido: ya se privatizaron decenas de miles de millones de dólares de
carreteras y otras obras públicas, y la corrupción no solo no ha disminuido
sino que incluso ha aumentado. Hoy vemos cómo en las Alianzas
Público-Privadas (APPs) la corrupción es tremenda. Esto no es algo nuevo; ya
en la llamada “Vía Expresa del Callao” inventada por Alex Kouri hace unos
años, el robo que se hizo a la ciudadanía en peajes fue espantoso.
La política sigue
de cerca esta ideología neoliberal. Los presidentes reciben felices a los
presidentes de transnacionales y grandes monopolios en Palacio de Gobierno,
adonde rara vez acceden trabajadores, campesinos y gente del pueblo. Está
claro hoy que en esas reuniones no solo se tratan proyectos de interés
nacional, sino concesiones muy ventajosas para los grandes empresarios, con
su contrapartida de coimas depositadas en cuentas secretas.
Con el Aeropuerto
de Chinchero, PPK ha mostrado que él no solamente fue parte de ese esquema,
sino que está totalmente dispuesto a darle continuidad. Habiendo dicho muy
claramente que la clave de su política económica es dar nuevo impulso a las
APPs, vemos ahora que lo hacen regalando cientos de millones de dólares del
tesoro público, es decir, de todos los peruanos. Que el consorcio beneficiario
tenga a la primera amiga de PPK Cecilia Blume como asesora, al amigazo
Sebastián Piñera de socio y a la hermana del Premier de gerenta, muestra que
la fuerza oscura de los lobbies continúa.
Es evidente que el
combate a la corrupción exige cambiar algunos elementos básicos de este
modelo económico y político. El primero, dejar de pensar que siempre la
inversión privada y las APPs son mejores que la obra pública: los hechos
demuestran que no es así. La segunda, el centralizar toda la política fiscal
en megacontratos negociados a ocultas, olvidando el apoyo necesario a las
pequeñas y medianas empresas que realizan una inversión importante, más
democrática y descentralizada. Si no cambiamos esto, la corrupción seguirá
campeando.
http://diariouno.pe/columna/frente-a-la-corrupcion-cambios-urgentes-en-el-modelo-economico/
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¿Hasta dónde beneficios?
Mirko Lauer
El sistema de la
delación premiada (colaboración eficaz) ha permitido avanzar contra la
corrupción en el Brasil. Al grado que este tipo de delator es hoy personaje
central en Lava Jato y sus extensiones. Sin embargo los beneficios a los
delatores están empezando a pasarse de la raya, y a producir dos tipos de
vara para medir y castigar el delito.
Traducimos unos
párrafos de Janio de Freitas, del Consejo Editorial de Folha de Sao Paulo,
sobre las incongruencias de un caso específico, donde se cuestiona la moral y
la justicia de las delaciones premiadas:
“El marketero João
Santana y su esposa, Mónica Moura, han sido condenados a ocho años y cuatro
meses de prisión. Recibieron US$ 4 millones y medio en una cuenta suiza, pago
parcial de su trabajo en la campaña Dilma/Temer. Quien les pagó, Zwi
Skornicki, del astillero Kappel Fels, dio como origen del dinero un desvío
del contrato con la empresa Sete, que hace plataformas o sondas para
Petrobras. También participaron del desvío, del lado de Sete, Edson Vaz Musa y
João Carlos de Medeiros Ferraz.
“Los tres
condenados por Sergio Moro. Skornicki a 15 años y medio, cumplidos así:
entrega US$ 23,8 millones de desvíos varios, solo quedará en casa las noches
y los fines de semana por un año. Vaz Musa recibió ocho años y diez meses de
prisión, transformados en permanencia en el dulce hogar durante los fines de
semana por dos años. Y Medeiros Ferraz, condenado a ocho años, solo tiene que
hacer “servicios comunitarios”.
“Quien recibió el
dinero, sin participar de la trama, es condenado a ocho años y cuatro meses.
Quienes operaron el desvío criminal de un excedente ilegal contra Petrobras,
y con ese dinero hicieron un pago también ilegal, esos son premiados: van a
casa y a las calles.
“Así es la moral y
así es la justicia de la práctica de las delaciones premiadas. Con las dos,
dicen, el Brasil será otro. Será: quien diga que el crimen no paga quedará
como un idiota”.
Sin duda nadie
delatará o colaborará eficazmente si no obtiene algún beneficio a cambio.
Pero estas cosas tienen un límite. Allí está el recuerdo de los falsamente
acusados de senderistas por quienes querían sacarle algún beneficio a la
justicia.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/846183-hasta-donde-beneficios
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Los pantalones y la “ideología” de género
J. Díaz-Albertin
Es común que en
los exámenes orales de Derecho se les exija a los estudiantes vestir
“formalmente”. Esto antes significaba terno para los varones y vestido o
falda para las mujeres. El pantalón era masculino y la falda femenina. Tan
era así, que “tener los pantalones” era una expresión de poder en la familia,
comunidad o empresa y era una noción compartida por buena parte de la cultura
occidental. Inclusive –recién en 1993– la presión de senadoras
estadounidenses logró que pudieran acudir en pantalones a las sesiones de esa
cámara legislativa. Con el tiempo, el uso de esta prenda se ha extendido
entre las mujeres y deben ser pocos los profesores o parlamentos que exijan
el uso de faldas.
No hay nada
natural (genético) en la determinación del grado de masculinidad o feminidad
en el uso del pantalón u otras prendas de vestir. Tiene que ver con la
cultura y cómo vamos creando y cambiando lo que se considera apropiado. Y
justo para diferenciar entre los aspectos biológicos y los culturales es que
en las ciencias sociales existen los conceptos de sexo y de género.
Sexo apunta a
definir las diferencias biológicas que existen entre hombres, mujeres e
intersexuales. Es decir, aquellas características –presentes y potenciales–
con las cuales nacemos y que desarrollamos biológicamente durante nuestras
vidas. En términos jerárquicos, la gran diferencia es la constitución
cromosomática (XX, XY y otras variaciones) que, al fin y al cabo, es lo que
concatena buena parte de las demás diferencias biológicas.
Por su parte, género
se refiere a los procesos culturales y psicosociales sobre los cuales se
construye la definición de la masculinidad y feminidad. Que el color rosado y
la falda sean femeninos es cuestión de género porque no responde a ninguna
predisposición genética. Estas convenciones cambian constantemente producto
de fenómenos sociales, económicos y políticos. Género es también un concepto
que nos permite ver cómo, detrás de estas definiciones, hay un juego de poder
que aún se inclina a favor de los varones (patriarcado).
Por eso resulta un
despropósito que se hable de una ideología de género, como igual de absurdo
sería postular que hay una ideología de la aceleración, del sistema solar o
de la inflación, todos conceptos científicos que nos permiten describir realidades
físicas o sociales.
Aquellos que
critican el concepto género –y por eso lo tildan de ideológico– es porque
rechazan la idea de que la masculinidad y la feminidad sean construidas
culturalmente. Por el contrario, consideran que es algo que surge naturalmente
o nace de esencialismos de diversa índole. Esta forma de pensar lleva
necesariamente a interpretaciones delirantes porque niega un hecho que sí es
natural: biológicamente somos seres culturales. Nacemos, por ejemplo, con la
capacidad de lenguaje abstracto y simbólico, pero necesitamos de la sociedad
para adquirirlo. Sería ridículo pensar que “naturalmente” se es
quechuahablante o anglohablante.
Lo ideológico no
es el género, sino la negación de que la masculinidad y feminidad son
definidas y aprendidas culturalmente. Y, como ejemplo, volvamos al pantalón.
En la Biblia, Deuteronomio 22-5 señala que Dios aborrece a la mujer vestida
de hombre y viceversa. Para cumplir con este precepto, un creyente literal
tendría que determinar si el pantalón –o cualquier vestimenta– es ropa de
hombre o mujer. No podría hallar una respuesta basada en lo genético. Tampoco
podría apelar a la cultura, porque implicaría aceptar que el género del
pantalón es algo relativo. Le queda una sola salida: el esencialismo ideológico
y la ciega obediencia a la interpretación subjetiva de una autoridad. Y ello
explica por qué existen incontables páginas web en las cuales autoridades
religiosas discuten si es aborrecible que las mujeres tengan puestos los
pantalones.
http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/pantalones-y-ideologia-genero-j-diaz-albertini-noticia-1966419
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Revelaciones del carnaval
Augusto Álvarez Rodrich
No hay duda de que
el terremoto que va a significar las revelaciones que recién se están
conociendo sobre las implicaciones de Lava Jato en el Perú van a producir un
cambio severo en la topografía política nacional, aunque todavía es prematuro
para precisar los epicentros del fenómeno, las víctimas y principales
perjudicados, así como los que podrían beneficiarse de todo lo que todavía
está por suceder.
El problema es que
aún no se conocen con precisión los testimonios de los ejecutivos de
Odebrecht y de las otras constructoras brasileras sobre todos los sobornados.
El expresidente
Alejandro Toledo está, sin la menor duda, liquidado para la política peruana
por la revelación de que Odebrecht lo sobornó con US$ 20 millones para la
licitación de la Interocéanica Sur, lo cual lo ponen en la vitrina de lo más
sucio de la corrupción política en un país como el Perú, que tiene una
antigua tradición de asalto al erario.
Pero Toledo ya
estaba políticamente liquidado mucho antes de que se conociera lo de los US$
20 millones que se embolsicó indebidamente, lo cual se constató en la última
elección.
Hablando de
expresidentes, ¿Alan García y Ollanta Humala pueden sufrir lo mismo? Eso
dependería, obviamente, de las revelaciones que lleguen de Brasil o de lo que
le haya dicho Jorge Barata a la fiscalía peruana.
Pero Humala y
García tampoco están en buena situación política. La debacle electoral de
ambos en 2016, uno con su candidatura presidencial y el otro con su lista de
postulantes al parlamento, lo evidencian. Y los gobiernos de ambos podrían
verse zarandeados por las revelaciones de Lava Jato. De hecho, lo ocurrido
con los viceministros del segundo gobierno aprista son señales de que las
cosas no vienen bien para el Apra.
Asimismo, las
gestiones municipales de Luis Castañeda por obras realizadas, pero también de
Susana Villarán –por financiamiento electoral–, pueden verse manchadas.
Incluso, no se
puede descartar que hasta el presidente Pedro Pablo Kuczynski pueda quedar
debilitado por las revelaciones brasileras debido a su participación en los
gabinetes de Toledo, lo que podría usar la oposición para ponerlo contra las
cuerdas.
Finalmente,
tampoco se pueden conocer los efectos finales del terremoto por venir porque,
a veces, es difícil prever cómo reaccionará la ciudadanía ante las
revelaciones que recién están empezando a aparecer. Del fujimorismo, por
ejemplo, se conoció toda la podredumbre de corrupción al inicio del siglo,
pero el movimiento, mal que bien, sigue ahí.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/846187-revelaciones-del-carnaval
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Te lo quitaron a ti
Luis Davelouis
En medio de una
investigación internacional de corrupción al más alto nivel es fácil perder
la perspectiva de lo que significa para el ciudadano de a pie que un
presidente cobre una coima para entregar un proyecto de infraestructura.
Y esto es lo que
nos debería –no diré indignar– sublevar y movilizar: cada sol que se fue a la
cuenta de una autoridad o funcionario (chupe, asesor, director, viceministro,
ministro o presidente) es un sol que deja de ir al sur a salvar la vida de
algún otro niño víctima del frío. Cada sol que se deposita en una cuenta
cifrada y escondida en algún país lejano, es un sol que no va a Madre de Dios
a combatir el secuestro y la explotación sexual infantil.
Si le queda
demasiado lejos, véalo así: cada dólar que aterrizó en la cuenta de un
periodista para callarse lo que ya sabía, es un dólar que no llegará a salvar
la vida de un sereno o de un transeúnte asesinado por arrebatarle un celular.
Cada dólar que se
quedó en la cuenta de los abogados que todo lo pueden y que nada preguntan si
no conviene, es un dólar que no recibirá el Ministerio de Salud para comprar
una máquina de diálisis extra de la que dependen las vidas de decenas de
personas al día; un dólar que no comprará una vacuna o un plato de comida
para alguien que pasa hambre todos los días.
Cada dólar que
pagaron las brasileñas salió del Tesoro Público. Cada uno. Te lo sacaron a
ti, a mí y al niñito que se murió quemado en su casa porque no había un wawa
wasi cerca.
http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-te-lo-quitaron-ti-2270045
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Una oferta que no podrás rechazar
Nelson Manrique
La largamente
anunciada caída de Alejandro Toledo por recibir sobornos debería abrir un
nuevo capítulo en la lucha anticorrupción. Hay, sin embargo, un justificado
escepticismo con que eso suceda.
Toledo es, entre
los expresidentes comprometidos en el cobro de sobornos de Odebrecht, el lado
débil de la pita. Durante los últimos años una mezcla de frivolidad, torpeza
y soberbia lo fue indisponiendo hasta con aquellos que alguna vez fueron sus
socios y aliados. El 1.5 % de votación que obtuvo en la reciente elección
selló su carrera como político y su próxima detención por corrupción
liquidará a “Perú Posible” hasta como logo para negociar. Está pues listo
para someterlo a los rigores de la ley.
No es muy distinto
el escenario que enfrenta Ollanta Humala. A diferencia de la década que ha
transcurrido desde que Toledo abandonó Palacio de Gobierno, apenas ha pasado
un semestre desde que Humala abandonó el poder. Eso da una medida de la
velocidad con que logró cavar el magnífico aislamiento en el que ahora se encuentra.
Humala y Toledo son por eso los candidatos perfectos para canalizar la
demanda popular de justicia, dejando impunes a los otros protagonistas.
El escándalo
podría involucrar al presidente Kuczynski; todo depende de qué haya declarado
el responsable de distribuir los sobornos en el Perú, Jorge Barata. PPK tiene
como antecedente en contra haber sido ministro de economía de Alejandro
Toledo y su primer ministro cuando se firmó el cuestionado contrato para la
construcción de la Carretera Interoceánica Sur, de la que fue uno de los
gestores. Es por haber recibido 20 millones de dólares de soborno (11
millones de los cuales ya han sido ubicados en una cuenta perteneciente a
Josef Maiman) por la suscripción de este proyecto que Toledo está a punto de
ir a prisión. PPK incorporó además al mero Jorge Barata como director de la
ONG Asociación Empresarial para el Desarrollo Rural, que fundó luego de
abandonar el gobierno de Toledo, e incorporó en el mismo cargo al presidente
del directorio de la constructora Graña y Montero, José Graña Miro Quesada,
socio de la constructora Odebrecht. Elementos que justifican una
investigación.
Otra es la
situación de Alan García. Este se siente tan seguro que se da el lujo de
enviar este mensaje en Twitter, a raíz de la caída de Toledo: “Fariseos.
Hipócritas. Tanto hablaron de corrupción y terminan siendo ellos los
verdaderos megacorruptos”. Más allá de la indignación que este mensaje ha
provocado en las redes sociales y de las explicaciones psiquiátricas que se
le han propuesto, lo cierto es que García se siente seguro, y puede ampararse
en que el poder judicial lo investigó durante años sin encontrar ninguna
evidencia de desbalance patrimonial de su parte, como ha consignado en su
página. El pequeño detalle que no menciona es que las investigaciones fueron
conducidas por José Peláez Bardales, entonces fiscal de la Nación, un
personaje que ha pasado a la historia por batir récords archivando
investigaciones que comprometían a los dirigentes apristas, con momentos tan
destacados como los escándalos inmobiliarios (incluyendo la venta de local
del Ministerio de Educación, sin contar con un lugar donde colocar al
personal), los petroaudios, los narcoindultos, etc. Cuenta, por otra parte,
la experiencia. Luego de librarse de las acusaciones penales por corrupción
que acumuló durante su primer gobierno acogiéndose a la prescripción, va a
ser muy difícil encontrar a García como titular de actos de corrupción, y
siempre habrá algún personaje subalterno que cargue con las penas. Si se toma
como ejemplo los sobornos en el Metro de Lima, hasta hoy los responsables son
personajes de la segundilla del Apra: Jorge Cuba, Miguel Ángel Navarro y
Edwin Luyo. Aparentemente se puede llegar hasta Enrique Cornejo pero va a ser
difícil ir más allá. Y puede añadirse a esto las prácticas mafiosas cuya
proliferación es abonada por la impunidad largamente consentida. Moverse en
el lado oscuro de la realidad, como por ejemplo vendiendo conmutaciones de
penas a narcotraficantes y criminales de alta peligrosidad, da contactos y
nuevas habilidades, útiles en estas coyunturas.
Luis Davelouis
narra una anécdota que debe ser profundamente meditada: “Cuando uno de los
detenidos del caso Odebrecht era transportado al penal, un sujeto que se hizo
pasar por periodista se le acercó y le dijo: ‘Tú no vas a decir nada, ¿ya?
Porque ya sabes lo que pasa’. Hoy, ese detenido solo come lo que le llevan de
su casa y renunció a ser colaborador eficaz” (“¿Seré yo, Señor?”. Perú 21, 5
de febrero de 2017
http://larepublica.pe/impresa/opinion/846185-una-oferta-que-no-podras-rechazar
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20 millones de dólares y una canción desesperada
César Lévano
Dos expresidentes
del Perú que la cárcel aguarda con impaciencia han lanzado mensajes que
revelan culpa y temor. Alejandro Toledo, plagiando a Alberto Fujimori, se ha
declarado inocente. Se ha pintado como una criatura limpia de todo mal. Nadie
le cree. Alan García, por su parte, reestrena su técnica de echar la culpa a
otros. “Hipócritas, fariseos”, clamó, aludiendo a Toledo y sus cómplices.
Suena ahí un eco
de Baudelaire: “Hipócrita lector, / mi semejante, mi hermano”.
Juristas peruanos
que analizan el caso Odebrecht y anexos concluyen que el acusado más débil es
Toledo, y el más fuerte, García. Un grave problema de Toledo es que no sabe
mentir, y miente con frecuencia. Su falacia reciente (“Soy inocente”) lo
confirma.
García, en cambio,
es un artista de la mentira y el cinismo. Lo demostró cuando la acusación del
italiano Sergio Siragusa lo desenmascaró, con pruebas, de haber recibido
coima para la construcción del tren eléctrico de Lima. Luego fue enviado por
el Apra a estudiar en La Sorbona de París, pero se dedicó allá a cantar y
vagabundear, más que a estudiar.
En esa época, en
Lima, el vocal supremo Hugo Sivina confirmó que García había recibido un
soborno de 2’835,138 dólares entregados por el consorcio Tralima, formado por
cuatro empresas italianas. Ese escándalo ha pasado a la historia judicial y
política de Italia.
Ocurrió en esa
ocasión que el líder aprista se amparó en el Partido Socialista Italiano,
convertido en gran crisol de corruptelas y anticomunismo en complicidad con
Washington. No sería extraño, por eso, que en España García esté buscando
protección y complicidad del Partido Socialista Obrero Español. El Apra, no
lo olvidemos, es miembro de la Internacional Socialista, cuya ala derechista
se acomoda con toda clase de componendas.
La prueba mayor de
la falsedad de García es su título falso de doctor en derecho, conferido como
obsequio de cumpleaños por una argolla de profesores de derecho de la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
García suele ampararse
en el resultado de investigaciones que lo pesquisaron en el pasado. Siempre
resultó favorecido, gracias a la gigantesca red de corrupción aprista. En
2008, año en que el presidente del Congreso era Javier Velásquez Quesquén, el
Legislativo investigó una denuncia sobre impedimento legal de Odebrecht, pero
el aprismo logró que todo pasara al archivo. García había dado (¿gratis?) su
bendición al negociado con Odebrecht que Toledo había iniciado.
http://diariouno.pe/columna/20-millones-de-dolares-y-una-cancion-desesperada/
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