viernes, 17 de agosto de 2018

Agua para el molino de la derecha

Alguna gente de la derecha, identitariamente liberal, siempre lleva agua para su molino, incluso cuando reconoce la sensatez de ideas que vienen desde la izquierda.
Ocurrió hace unos años con Gonzalo Zegarra, quien desde su posición neoliberal se sumó al respeto a los derechos LGTB, desmarcándose así de posturas más conservadoras. Pero lo hizo, como diciendo "una por otra, pe", exigiendo que los socialistas sean también respetuosos de los mercados.
Hoy leemos a Fernando Cáceres, quien razona sobre el derecho al aborto desde el punto de vista que la regulación en general no es capaz de evitar conductas contraproducentes.
Desde esa lógica, mete en el mismo saco la prohibición del aborto, la regulación laboral y hasta la regulación del tránsito, que tienen según él en común que no evitan los abortos clandestinos, la informalidad laboral y que peatones no obedezcan la normas de tránsito, respectivamente.
Las diferencias entre estos casos son evidentes y abismales. El aborto en general (con alguna excepción) no sólo está prohibido. Está criminalizado. Lo que existe en el Perú no es una "regulación" del aborto, que indicaría las condiciones en que se haría, sino su total prohibición. Aquí la cantidad (la restricción total) se convierte en calidad.
El empleo formal no está prohibido ni criminalizado, por más de que se quejen los empresarios y se empeñen en presentar la protección al trabajador como "restricciones" equiparables cualitativamente a una prohibición total. No hay tal cosa.
Tampoco está prohibido y criminalizado que los peatones crucen cuando tienen la luz roja. Por favor.
Cuidado pues con los falsos aliados que llevan agua para su molino desde razonamientos falaces, metiendo en la misma colada la velocidad con el tocino y consolidando una lógica neoliberal simplista y precaria.
Como estamos hablando de niveles muy diferentes de restricción, la despenalización del aborto tendría efectos potencialmente muy grandes en reducir sustancialmente el número de abortos clandestinos insalubles y riesgosos. En cambio, los efectos de la mayor precarización laboral son generalmente pequeños en la reducción del empleo informal. Cosas diferentes, realidades diferentes, impactos diferentes.

(Fuente: Grancomboclub.com)

https://www.facebook.com/grancomboclub/posts/1904553356271766?__tn__=K-R
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Del dicho al hecho hay mucho trecho, por Fernando Cáceres
"Las personas más conservadoras tienden a asumir, en este caso, que la sola prohibición es positiva, pues ‘así deberían ser las cosas’, y olvidan que los abortos siguen ocurriendo, a pesar de la norma, y que no prohibir tampoco equivale a fomentar. (...)
De hecho, es frecuente el apoyo de muchas personas en el Perú a la adopción de normas restrictivas, porque creen que el mero dicho impedirá el hecho. Por ejemplo, en la regulación laboral se asume que por el solo hecho de que se obligue a los empleadores a costear cerca de 40% más del sueldo base por gratificaciones, CTS, vacaciones y seguro, esto va a ocurrir, cuando lo más seguro es que se promueva que las empresas opten por tercerizar servicios (o por la informalidad) en vez de crecer orgánicamente.
También ha ocurrido en la regulación del tránsito, donde hace algunos años se aprobó que los policías deberían ponerles multas a los peatones (sí, ya sé que no tienen placa y que los policías debieran dedicarse a labores más urgentes), cuando lo más seguro es que una norma así no pueda hacerse cumplir. "




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