miércoles, 12 de abril de 2017

OPINIONES 12/04/2017


A quién le importa - Luis Davelouis
Bloqueo Neoliberal y Sistema de Partidos Ciudadanos. - Manuel Dammert Ego Aguirre
Desbaratando cárteles - Jesús Espinoza
¿Keiko perdió la razón - Augusto Álvarez Rodrich
La lección de Chilca - Mirko Lauer
Londres y el terrorismo de “baja te - Paul Keller
Pecado sin perdón - Enzo Defilippi
Pensamiento y democracia - Gonzalo Portocarrero
¿Y si anexamos el Callao a Lima? - Fernando Vivas
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A quién le importa

Luis Davelouis

Hace algunos años, en el centro financiero de San Isidro, ayudé a un hombre de unos 65 años al que acababan de robarle casi en la puerta de una entidad financiera, frente a dos policías paraditos a 20 metros y delante de cientos de transeúntes. Entre dos hombres lo sujetaron, lo golpearon y le robaron su maletín con el dinero que llevaba para pagar su hipoteca.

La inseguridad en nuestra ciudad ya era grande y no me sorprendió la temeridad de los ladrones; me dejó helado que nadie moviera un dedo para ayudarlo. Ni a defenderse ni a levantarse. Cuando esto ocurrió, solo algunos teléfonos tenían cámara, así que no había muchas maneras de mostrar empatía si no era ayudando de verdad.

Entre ayer y antes de ayer se hicieron virales dos videos en las redes sociales. En uno, la seguridad de United Airlines saca a la fuerza –y arbitrariamente– a un pasajero que escogieron de manera aleatoria para que en su lugar vaya otro. Como suele suceder, la empresa había sobrevendido el vuelo y, mientras los matones de UA asaltaban al elegido –quien quedó sangrando–, los demás pasajeros hicieron las tomas que vimos después y que –ojalá– le costarán una millonada a la aerolínea. La empatía solo les alcanzó para filmar. “Mejor a él que a mí”.

El otro video es asqueroso. Un individuo es filmado en una discoteca mientras viola a una mujer que se encuentra inconsciente, seguramente bajo los efectos del alcohol. Las personas alrededor, incluyendo a la seguridad del establecimiento, solo atinan a filmar o a pedirle que mejor se la lleve a otro lado. Sí, a seguir violándola.
Lo verdaderamente aterrador es que, para demasiada gente, el hombre mayor no debía cargar tanto efectivo; el médico no debió resistirse y la mujer no debió tomar tanto.



http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-quien-le-importa-2277574
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Bloqueo Neoliberal y Sistema de Partidos Ciudadanos.

Manuel Dammert Ego Aguirre

En estos días se está debatiendo el proyecto de Ley sobre la Reforma Electoral, el que marcará la República hacia el Bicentenario, en el cercano 2021. Se plantean varios aspectos importantes, pero no se tratan los temas ejes estratégicos del clamor democrático nacional. Planteó 3 Ejes de esta necesaria Reforma Política, desde su perspectiva constituyente.

Primero: República Lobista enfrentada por la naciente República de Ciudadanos. Nuestra crisis política actual se condensa en la forma de Gobernar la República: funcionarios políticos lobistas y empresas voraces, que se imponen contra el pueblo empobrecido. El pueblo está activo, se moviliza como pueblo-patria en la vida y el trabajo, para participar protagónicamente en la política nacional y afirmar la república democrática de ciudadanos. La Plutocracia Financiera (4 grandes bancos y sus nexos) es la que dirige y a través de sus funcionarios maneja y administra el Estado y el actual Co-Gobierno Neo-liberal, cuando el país ha entrado en una Crisis de Régimen, como señalo en mi reciente libro publicado.

Segundo: Pretenden mantener la exclusión a las fuerzas del pueblo-patria. Exigen 734,000 firmas y 2 millones de dólares para que la ONPE acredite las firmas. El Movimiento Nuevo Perú ha asumido este reto ciudadano. Pero algunos quieren perennizar el actual sistema corrupto sustentado por “partidos de firmas”, con innumerables fantasmas de firmas archivadas, partidos de firmas que no tienen vida política real en la sociedad. Como avanzan el MNP y otras fuerzas, la derecha lobista reclama que deberán estar inscritos… ¡tres años antes de las elecciones del 2021! Planteamos que los partidos deben tener a sus militantes como sus dueños, desde 30 mil inscritos, y funcionar realmente en la mitad de regiones del país.

Tercero: Tratan que la Plutocracia Lobista (a través del dinero y de los grandes medios) sea quien domine el sistema político. Planteamos el financiamiento público de los partidos, de acuerdo a sus votos. La selección de sus candidatos para cargos públicos (municipales, regionales y congresales), a través de primarias, abiertas y simultáneas en una misma fecha nacional, para todas las fuerzas participantes, donde el ciudadano elija a los candidatos de su partido. También la aplicación de franjas gratuitas, financiadas por el Estado, de propaganda electoral en TV y Radio, públicas y privadas, con participación de los diversos partidos y sus candidatos.

http://diariouno.pe/columna/bloqueo-neoliberal-y-sistema-de-partidos-ciudadanos/
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Desbaratando cárteles

Jesús Espinoza

Seguramente usted ha escuchado de los casos de colusión de las farmacias, los seguros vehiculares, el oxígeno medicinal y el más reciente “cártel del papel higiénico”. Podrán parecerle lejanos y que no lo afectan, sin embargo, ¿se ha puesto a pensar que usted pudo ser víctima de ellos?

En una economía de mercado, las empresas compiten para atraer consumidores. La competencia las obliga a reducir precios, mejorar la calidad de sus productos y preocuparse constantemente por innovar. No obstante, todos esos beneficios se pierden cuando las empresas deciden no competir y, para ello, llegan a acuerdos secretos, también conocidos como colusión o cárteles.

Los cárteles se apropian indebidamente del dinero de los consumidores, les imponen sobreprecios. Las empresas que integran un cártel se ponen de acuerdo para que los productos se vuelvan más caros y, en algunos casos, inaccesibles para las personas de menos recursos. En el caso del papel higiénico, por ejemplo, las empresas coludidas llegaron a imponer alzas de precios de más del 20%.

Para la autoridad no es sencillo detectar los cárteles. No solo porque los que forman parte del cártel eliminan cualquier evidencia incriminadora, sino porque los recursos para fiscalizar son escasos, sobre todo en países en vías de desarrollo. Frente a ello, las agencias como el Indecopi deben aprovechar las herramientas legales a su alcance.

La experiencia demuestra que no basta con vigilar los mercados para detectar comportamientos sospechosos, ni realizar visitas de inspección sorpresa en la búsqueda de pruebas. Para combatir estratégicamente a los cárteles es necesario un programa de colaboración eficaz, también llamado Programa de Clemencia.

La lógica es sencilla: dar incentivos a quienes integran un cártel para que se “autodenuncien” y den pruebas que permitan desarticular el cártel y sancionar a sus participantes. A cambio de su denuncia, el primer colaborador es exonerado de la multa. Si el programa es administrado adecuadamente, se evitará que continúen otros cárteles o que se formen nuevos, pues sabrán que es posible que uno de sus integrantes los traicione y decida acogerse al programa.

Debido a su efectividad, la OCDE y el Banco Mundial recomiendan tener programas de clemencia. Una herramienta que funciona en Estados Unidos y la Unión Europea, y que países como Chile, Colombia, Brasil y México la vienen aplicando.

El reciente caso del papel higiénico es el primero en el que la autoridad peruana ha aplicado el Programa de Clemencia. Ello ha permitido desbaratar el cártel de mayor duración hasta ahora registrado (10 años), evitando que los consumidores sigan pagando las alzas de precios que acordaban las empresas cartelizadas y que podían significar varios millones de soles. Incluso, descontando los beneficios otorgados por la clemencia, también se trata de la multa más alta en la historia del Indecopi.

Pese a que el otorgamiento de beneficios (descuentos o exoneración) sobre la sanción no libera a las empresas de la imposición de medidas de conducta que eviten la reincidencia, ni tampoco de pagar judicialmente las indemnizaciones por los daños y perjuicios ocasionados, los beneficios no suelen ser populares y pueden generar resistencia. Por su gravedad, todos quisiéramos que los cárteles puedan ser desbaratados y sancionados sin clemencia.

En los últimos años, el Indecopi ha perfeccionado su trabajo a fin de detectar más casos de colusión. Sin embargo, prescindir del Programa de Clemencia es un lujo que no pueden darse ni siquiera las agencias de competencia de países desarrollados. Por ello, si queremos liberarnos de los cárteles, no debemos olvidar que el Programa de Clemencia permite desarticular estos acuerdos ilícitos que de otro modo se hubiesen mantenido activos, secretos e impunes, perjudicando a los consumidores.

http://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/desbaratando-carteles-jesus-espinoza-noticia-1983281
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¿Keiko perdió la razón

Augusto Álvarez Rodrich


Como si un día Granma criticara a Fidel, Fox News a Trump, El Peruano a PPK, o Condorito a Pepo, el diario La Razón puso el viernes una portada inusual que parecía la ruptura de su antigua, sólida y cálida relación con el fujimorismo.

Era una foto de Keiko con el título ‘¡Perdió la brújula!’ y dos bajadas: ‘Keiko defiende blindaje a presunto violador del Sodalicio’ y ‘Apoya ley mordaza contra la libertad de prensa’.

Es cierto que el desempeño del partido Fuerza Popular (FP) comandado por Keiko Fujimori está produciendo una desilusión creciente entre políticos y periodistas amigos o allegados a esta agrupación.

Además de los dos temas destacados en la portada de La Razón –blindaje al Sodalicio y ley mordaza–, están la desprotección de la comunidad LGTBI, una norma sobre vacancia presidencial, o volver la ayuda a los damnificados por los huaicos en actos escandalosamente proselitistas.

Así, el titular de que Keiko ‘perdió la brújula’ coincide con lo que hoy piensan varios fujimoristas y chinistas que creen que la conducción política de Fuerza Popular está desenfocada y puede conducirla a su tercer fracaso consecutivo en 2021.

Esto confluye con otra reflexión que da vueltas en varios sectores naranjas, anaranjados y afines: que, tras dos fracasos, Keiko ha perdido atractivo electoral y que, por tanto, ya es momento de diversificar el riesgo mediante la búsqueda de rostros alternativos que representen a este sector con más posibilidad de éxito.

Eso, junto con la disputa interna que Kenji le plantea a su hermana Keiko; el ocaso político de Alan García; y la inviabilidad de una candidatura de Luis Castañeda, ha llevado al sector conservador del país –con el cardenal Juan Luis Cipriani como uno de sus líderes– a querer construir una candidatura que encaje con las tendencias que ocurren en otros sitios. Algunos rumores hablan de una suerte de Donald Trump local criollo y especulan que Phillip Butters sería un opción ‘interesante’.

El esfuerzo vendría acompañado de una plataforma de medios de televisión abierta y cable, radios y diarios, que contribuya al intento de ganar, por fin, una elección presidencial desde hace bastante tiempo.

Así, no debiera descartarse que la ley antimedios que Fuerza Popular ha preparado poniendo las caras de Úrsula Letona y Alejandra Aramayo no solo haya sido pensada contra José Graña de El Comercio sino, también, contra los accionistas del diario que el viernes señaló que Keiko ‘perdió la brújula’, ahora que ella parece haber perdido no la razón sino La Razón.

http://larepublica.pe/impresa/opinion/864433-keiko-perdio-la-razon
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La lección de Chilca

Mirko Lauer

El tweet de Juan de la Puente es elocuente: “Caso Chilca; es la 1ª vez que una mafia ya operativa busca el poder político, capta a su candidato y gana elecciones”. Hay cierto optimismo en eso de una primera vez, pero el texto se entiende: nunca se había visto tan clara esta modalidad de relación entre negocios delictivos y política.

El fondo del asunto es que nuestra política, que ya ha perdido al partido político propiamente dicho como institución, ha pasado a perder su preeminencia como organizadora de la vida en sociedad. Incluso hasta aquí teníamos entendido que el jefe político siempre era el mafioso Nº 1, usando su poder político para organizar, mandar, obtener beneficios.

Se sabe que el poder del dinero siempre ha podido influir en la política. Pero nunca habíamos visto políticos con un papel tan visiblemente subalterno como el del alcalde Richard Ramos. La mafia de traficantes de tierras casi de seguro lo designó para que se quemara una vez que todos los certificados truchos estuvieran firmados.

Es obvio que este modelo de negocios chilcano opera entre nosotros desde hace ya cierto tiempo. Es probable que haya habido autoridades más proclives que otras a delinquir por su propia iniciativa. Pero cuando las mafias no pueden arriesgar que llegue al poder alguien dispuesto a enfrentarlas, empiezan a pensar en elecciones.

Pero quizás esto no es hoy exclusivo de las mafias. Son conocidos los casos de grupos empresariales perfectamente legítimos que se organizaron para reclutar candidatos al Congreso afines a sus ideas. Todo esto perfectamente legal y a rostro descubierto. Promover un candidato es una práctica de la democracia representativa.

El problema está en la representación misma. No es igual representar a un partido político serio que representar intereses particulares, legales o mafiosos. Al no haber partidos fuertes, sino meros membretes, la cosa se complica. Entonces Chilca puede ser vista como un caso extremo y criminal de un fenómeno cotidiano en la política electoral.

Sin duda casos como el de Chilca son tareas policiales (muy exitosa en este caso), pero sobre todo son tareas urgentes para la tan reclamada y postergada reforma política del Perú. Antes de que las propias mafias se pongan también a reformar por su cuenta.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/864430-la-leccion-de-chilca
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Londres y el terrorismo de “baja te

Paul Keller

El ataque de hace un par de semanas en Londres falló en su intento de golpear el corazón del parlamento británico, pero logró levantar serios cuestionamientos sobre la habilidad de una capital europea de defenderse frente a la nueva ola de terrorismo de “pequeña escala” o “baja tecnología”.

Khalid Masood, el atacante de 52 años, atropelló con su auto a varios peatones en el puente Westminster, asesinando a tres personas e hiriendo a muchas más. Luego corrió hacia el parlamento y, para tratar de entrar por la fuerza, apuñaló y mató a un policía que estaba desarmado, pero momentos después fue abatido por los disparos de otro oficial. El acto fue a la vez chocante y altamente simbólico: un ataque contra el centro de la democracia y el poder británico, en una de las instituciones mejor defendidas y en medio de una jornada de trabajo. Aún se investiga qué motivó a Masood y si trabajó solo o con cómplices.

Significativamente, se trata del primer asesinato en el Palacio de Westminster desde el del político Airey Neave en 1979, durante el conflicto con Irlanda del Norte. La más reciente operación terrorista había sido el llamado ataque "7/7" en 2005. Pero incluso luego del reciente ataque, el nivel de amenaza de terrorismo en el Reino Unido se mantuvo en “severo”, lo que significa que las autoridades estimaron que nuevos ataques eran altamente probables. Según la Policía Metropolitana de Londres, en los últimos cuatro años han sido destapadas trece conspiraciones terroristas. Pero las autoridades admiten que los ataques de “baja tecnología” por un solo atacante, como Masood, son extremadamente difíciles de prevenir, por lo que solo era cuestión de tiempo antes de que se produjera algo así.

Masood, un converso musulmán, era conocido por los servicios secretos, pero no era un sospechoso de alto perfil. El Estado Islámico (EI) se proclamó responsable del ataque, pero las fuentes de seguridad británicas dudan de sus afirmaciones, pues el EI no pudo nombrar a Masood antes de que la policía revelara su identidad. Sin embargo, el ataque es similar a los llevados a cabo en Niza y Berlín el año pasado –ambos atribuidos al EI–, en donde también atacantes condujeron vehículos hacia multitudes de personas. Aun así, hasta ahora, no hay evidencia que vincule a Masood con el EI o con otro grupo islámico radical.

Emily Winterbotham, una académica experta en contraterrorismo, escribió hace unos días en “The Guardian” que esta nueva ola de ataques de “baja tecnología” no es exclusiva del EI o de otros grupos radicales, sino que representa un enfoque adoptado por todos aquellos que están dispuestos a infligir terror, incluyendo a grupos de extrema derecha o neonazis. Se trata de un problema que plantea serias cuestiones de seguridad a las autoridades europeas, cuyas estrategias de lucha contra el terrorismo en el pasado se concentraban en prevenir ataques de mayor escala, como los vistos en París hace dos años.

El verdadero temor para las fuerzas de seguridad en Europa es que a medida que el EI es más rechazado en Siria e Iraq, la organización ha aumentado sus llamamientos para que sus partidarios occidentales lleven a cabo ataques en casa, en lugar de unirse a la lucha en el Medio Oriente. También hay preocupaciones de que ataques como el de Londres se vuelvan más frecuentes a medida que combatientes extranjeros derrotados del EI regresen a casa.

Ante estos ataques, es vital que las autoridades no reaccionen exageradamente, pues una reacción agresiva es vista como uno de los factores que conducen a más gente a realizar actos terroristas. Hasta ahora, la respuesta del Reino Unido ha sido mesurada, pero algunos críticos han atacado lo que consideraron una exagerada cobertura mediática del evento, llamándola una "respuesta explotadora" que jugó a favor de grupos de extrema derecha. El temor es que estos grupos ahora utilicen el ataque como una forma de despertar el odio hacia los musulmanes y para impulsar el apoyo a sus políticas anti-inmigración. La esperanza debe ser que Londres –como París, Bruselas y Berlín– se mantenga firme y se niegue a ceder ante el miedo o la intolerancia.

http://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/londres-y-terrorismo-baja-tecnologia-p-keller-noticia-1983309
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Pecado sin perdón

Enzo Defilippi


Siempre digo que la ignorancia más profunda es la de quien ignora que ignora. Y si bien la ignorancia no es pecado (a fin de cuentas, todos somos ignorantes de muchos temas), sí lo es la irresponsabilidad. Más aún cuando perjudica a quienes ya han sido castigados por la naturaleza.

Esto viene a colación de la ley aprobada la semana pasada en el Congreso, la cual sanciona con cárcel el acaparamiento y la especulación en zonas declaradas en emergencia. Como sabemos, el acaparamiento y la especulación son fenómenos eminentemente económicos (ya que están asociados a una expectativa de aumento de precios). Pero como podemos leer en su exposición de motivos, los fundamentos de esta ley son únicamente jurídicos. Cero de economía y, como veremos, cero en economía.

Intentar regular fenómenos económicos prescindiendo de la disciplina que los estudia es tan absurdo como pretender construir un avión ignorando la física. Y que la ley haya sido aprobada por unanimidad (y que algunos congresistas se hayan retirado del hemiciclo para no votar en contra) revela que están más preocupados por su popularidad que por el bienestar de los peruanos. Motivación similar revela el comportamiento del defensor del Pueblo, terco promotor de este despropósito.

Al prescindir de la economía, esta ley deja de lado no solo lo que sabemos sobre las causas de la escasez, sino también la contundente evidencia de que los controles de precios no funcionan. Insistir en ellos es como pretender, en pleno siglo XXI, curar la locura con un exorcismo.

Los economistas sabemos que cuando el Estado fija el precio de un bien por debajo del valor que tiene para la gente, se produce escasez. Y para que se produzca no son necesarios los especuladores. Por ejemplo, quienes causaron que el agua embotellada prácticamente desapareciese de los comercios de las zonas afectadas por los huaicos e inundaciones no fueron especuladores, sino personas comunes y corrientes que corrieron a comprarla antes de que se acabe. ¿Hubiese sido diferente la situación de haber estado vigente esta ley? Obviamente no.

También sabemos que cuando el Estado obliga a los comercios a vender al precio de ayer un bien que hoy vale más, lo único que consigue es que se acabe más rápido. Es decir, que se agudice la escasez. Esto, cuando hablamos de damnificados y bienes de primera necesidad, no significa otra cosa que echar sal sobre una herida abierta.

Peor aún, al amenazar con cárcel a quien venda a precios superiores a los habituales (¿cuáles son esos?) o sugeridos (como si fuesen los mismos para todo el país), aumenta los riesgos, y por lo tanto, los costos, de reabastecer las zonas de desastre. Es decir, desincentiva el abastecimiento justo cuando es más necesario y, lo que es peor, promueve la especulación al hacerla más rentable.

Así es. Aunque seguro no lo saben, los congresistas que votaron a favor de esta ley lo hicieron a favor, no en contra, del acaparamiento y la especulación.

Y si bien la ignorancia no es pecado, sí lo es la irresponsabilidad de no informarse antes de votar. Más aún cuando su voto empeorará el infierno de quienes han perdido todo. Eso sí que no tiene perdón.

http://elcomercio.pe/opinion/mirada-de-fondo/pecado-sin-perdon-enzo-defilippi-noticia-1983288
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Pensamiento y democracia

Gonzalo Portocarrero

“A los 40 años no pensamos o no estudiamos como estudiábamos a los 20 años y a los 60 años […] Existe una enfermedad que se llama síndrome de Alzheimer. El síndrome de Alzheimer se da en aquellas personas que estudiaron mucho y que leyeron mucho, y uno de ellos son los profesores”. Estas declaraciones del congresista Bienvenido Ramírez pueden ser leídas como un exabrupto intrascendente, una tontería sin consecuencias.

También pueden leerse a la manera en que se recibió el juramento del congresista Gerardo Saavedra (en ese entonces en las filas de Perú Posible) cuando, sorpresivamente, invocó a “Dios y la plata” como los fundamentos de su nuevo compromiso como parlamentario. En esa ocasión, se hizo obvio que Saavedra se había sincerado, sin querer, de manera que sus deseos más profundos irrumpieron en su discurso produciendo un lapsus que revela la actitud cínica que domina el comportamiento de muchos políticos.

Si leemos de la misma manera las declaraciones de Ramírez advertimos que en su discurso se enuncia una advertencia y amenaza que apunta a quienes piensan. Mejor sería no pensar, pues así nos protegeríamos de enfermedades a la larga mortales, como el Alzheimer.

¿Cómo solemos llamar a las personas que no piensan? ¿Ignorantes? ¿Fanáticos? ¿Sin criterio? En todo caso, si no pensamos nos quedamos sin la posibilidad de elaborar juicios propios. ¿Quiénes desean que la gente no piense? ¿Cómo hacer para impedir que piensen? O, dicho en otras palabras, ¿quiénes tienen que ganar de la falta de criterio de la ciudadanía? La respuesta es los déspotas, los decididos a imponer su voluntad, paralizando la capacidad crítica de sus semejantes.

Se entiende entonces que la amenaza se dirija hacia quienes aspiran a un pensamiento propio y, además, que su contenido sea que mucho pensar lleva a una muerte segura. Pensar representaría una costumbre peligrosa, algo que debería evitarse para no arriesgar la salud. De otra manera, leer y pensar llevan a la muerte del cerebro.

En contra de las opiniones de nuestro congresista, desde el siglo XVIII el conocimiento y la razón han sido apreciados respectivamente como un registro de información, y una capacidad para procesarla de forma creativa. O sea, una autonomía que permite a los individuos anticipar las consecuencias de sus acciones de modo que puedan escoger los comportamientos más congruentes con sus deseos, afectos e intereses. El pensamiento nos libera de estereotipos sin fundamento, nos hace más dueños de nosotros mismos, más libres y tolerantes.

Pero no todas las promesas de la ilustración resultaron ciertas. La idea de que pensar nos trae la felicidad tiene que contrastarse con la realidad contundente del sufrimiento humano, sobre todo aquel que es innecesario y, de otro lado, con las tendencias autodestructivas que se infiltran constantemente en nuestras acciones.

Es claro entonces que el pensamiento no es toda la respuesta que la infelicidad requiere. El afecto, el juego, el humor son ingredientes necesarios de cualquier propuesta liberadora. Pero, en todo caso, denigrar el pensamiento como un laberinto sin salida impulsa a desechar cualquier asomo de reflexión, autonomía y solidaridad.

Tras el llamado a no pensar del congresista Ramírez se oculta una visión autoritaria y personalista del poder y el liderazgo, la pretensión de tener la última palabra y de ser necesariamente obedecido. Lo serio del caso es que se trata de una manera de pensar que, como el racismo y la homofobia, no se enuncia en los espacios públicos pero que tiene una amplia vigencia en los espacios privados como entre los amigos cercanos y, sobre todo, en la propia conciencia.

Hace pocos días, a manera de enmienda, el congresista Ramírez dijo: “Considero oportuno rectificar lo siguiente: ‘leer o estudiar’ no es ninguna causal para contraer Alzheimer, enfermedad que afecta a más de 75 mil peruanos y que año tras año se va incrementando”. No obstante, es difícil pensar que esta autoimpugnación pueda ser sincera y contundente, pues la rectificación y el ofrecimiento de disculpas de Ramírez se da solo dos días después de que, en una entrevista con el canal del Congreso, insistiera en su posición. Para ello, citó un libro español para decir, entre otras cosas, que “entre las causas [de la enfermedad] tenemos factores exponenciales referidos a profesionales con muy alto nivel educativo”.


http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/pensamiento-y-democracia-gonzalo-portocarrero-noticia-1983292
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¿Y si anexamos el Callao a Lima?

Fernando Vivas

No estoy bromeando. La autonomía chalaca ha dado malos resultados para el Callao, para Lima y para el Perú. Con su condición de provincia constitucional (o sea, provincia con rango de región); ha tenido menos controles para infestarse de mafias que manejan el paso de la droga y cobran cupos a su relativa bonanza económica. Sus principales políticos, desde el entronamiento de Chim Pum Callao dos décadas atrás, decidieron aliarse a los malos y eso le ha dado al puerto orden y eficiencia en la corrupción.

A Lima le ha crecido una amenaza extorsiva para su progreso y formalidad. Miren nomás el caso de la reforma del transporte. ¿Rfecuerdan cuando la vecina provincia de Huarochiri daba licencias de rutas que caotizaban Lima? Bueno, Luis Castañeda, en su incipiente reforma del transporte, logró que el Poder Judicial librara a la capital de esa lacra; pero una vez que Susana Villarán quiso dar un paso adelante en la reforma instaurando corredores, la oposición al cambio se ha articulado desde el Callao. ¡Y el hoy reo Alex Kouri quiso ser alcalde de Lima, qué miedo!

Vamos, la lógica política de muchas mafias que quieren atacar la principal plaza del país, que es Lima, ha sido cooptar, con aliados políticos formales, regiones adyacentes desde donde asaltar a la capital y al país. El plan de convertir a San Juan de Lurigancho en provincia, que ya contaba con la venia de Alan García, entrañaba ese peligro. ¿Y el vecino Áncash de César Álvarez, abriendo sus brazos a zamarros tan disímiles como Rodolfo Orellana o Martín Belaunde Lossio, acaso no fue una bocanada de esa ambición maligna?

El Callao, aunque su autonomía se debió a peculiares intereses de Ramón Castilla al develar una rebelión en 1857, degeneró en las últimas décadas en perversa autorregulación y convivencia de política y crimen. En el puerto no solo se ha erizado la inseguridad, pues las mafias y sus ajustes de cuentas han desbordado a sus aliados políticos –al punto que la región se declaró en emergencia entre el 2015 y el 2016–, sino que se han establecido pautas infecciosas, malas señales para el país. En el Callao, por ejemplo, hay extrañas colaboraciones entre las autoridades locales y las fuerzas del orden que, en lugar de servir a la lucha contra la inseguridad, podría comprometerla.

Por todo esto, algunos políticos están sugiriendo que el Gobierno Central intervenga la región; lo que podría ser una medida coyuntural de polémica aplicación. Propongo debatir una medida de mayor aliento y más legítima que esa, pues tendría que pasar necesariamente por la autodeterminación de chalacos y limeños en un referéndum: fusionar Lima y Callao en una sola región metropolitana.


-http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/y-si-anexamos-callao-lima-fernando-vivas-noticia-1983273
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