100 años de un peruano presocrático - F. Miró Quesada Rada
El vacío de poder y la descomposición social - Alberto Adrianzén
Fascismo clerical - Agustín Haya de la Torre
Phillip Butters y la Inquisición - Diego Macera
Fundamentalismo de derecha - Sinesio López
Medios, avisadores, periodistas - Mirko Lauer
Mil hojas - Luis Davelouis
Sodalicio destapa al fujimorismo - César Lévano
Qué fácil es ser pedófilo - Augusto Álvarez Rodrich
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100 años de un peruano presocrático
F. Miró Quesada Rada
Se llama
presocráticos a los filósofos griegos que antecedieron a Sócrates. Son los
más antiguos de Grecia y constituyen una legión en la que destacan Tales de
Mileto, Anaxímenes, Anaximandro, Pitágoras, Heráclito y Anaxágoras. Uno de
los rasgos característicos de su pensamiento es la preocupación por los temas
cosmológicos y cosmogónicos.
Un filósofo
peruano, José Russo Delgado, que el 18 de febrero habría cumplido 100 años,
se dedicó con pasión al estudio de estos filósofos, divulgando y analizando
sus teorías en diversas obras editadas y otras en proceso de edición.
No fue mi maestro,
lo conocí a través de mi íntimo amigo, su hijo, el actual embajador Guillermo
Russo Checa. Sucedió una buena noche cuando con un grupo de estudiantes de la
Facultad de Derecho y Ciencia Política sanmarquina nos reunimos a realizar
nuestras tareas en una gran sala de la Clínica Delgado, propiedad de su
familia. A partir de ese momento tuvimos una cordial amistad.
Pero también lo
conocí a través de sus obras. Primero por su famoso libro sobre Psicología,
uno de pasta celeste, que durante muchos años fue texto universitario,
compuesto de 30 capítulos sistemáticamente bien elaborados. Y más adelante,
cuando leí su obra dividida en cuatro tomos sobre los presocráticos. Pero Russo
Delgado no solo se limitó a esta etapa de la filosofía griega, también
escribió sobre Sócrates, un filósofo que con sus enseñanzas inspiró a su
discípulo Platón.
Sócrates fue
condenado a muerte por un grupo de políticos atenienses al denunciar la
corrupción que había en esa época, lo que prueba, lamentablemente, que la
corrupción es supraepocal (se ha dado en diversas épocas). ¡Cómo recobran
actualidad las enseñanzas de Sócrates ahora que nos está estallando en la
cara tanta corrupción y nos produce indignación, además de sorpresa!
La política debe
estar al servicio de la ética, la única función del político es servir a los
demás y no entender la política como negocio. Con razón decía Platón que el
único motivo moral para participar en la polis es la capacidad de servir a
los demás. Y nos recuerdan los filósofos romanos como Cicerón, por ejemplo,
que no debe mezclarse el interés público con el interés privado.
La palabra
‘negocio’ viene del latín y significa no ocio (non-ocio). Hacer negocios no
tiene nada de malo en sí mismo, pero si la política se mezcla y se entiende
como negocio, es decir, un procedimiento para hacer plata, indefectiblemente
se corrompe, porque antepone el afán de dinero, sobre la capacidad y la
obligación de servir, lo que pervierte su razón de ser y el Estado de
servicio se convierte en Estado de ganancia, no de todos, sino de unos grupos
de poder.
Temperamental,
erudito, políglota, comprometido con la política de su tiempo –por la que
sufrió dos destierros–, Russo Delgado se ocupó también de Nietzsche y
Bergson. Asimismo, del pensamiento no occidental en sus trabajos sobre los
hindúes Krishnamurti y Vivekananda, a quien llamó león risueño de Brahman.
José Russo Delgado
integró una extraordinaria generación de filósofos sanmarquinos que
elaboraron su pensamiento desde la filosofía especulativa hasta la analítica.
Fue siempre puntual y riguroso como expositor y exégeta. Esta corriente
filosófica de la antigua universidad marcó el hito para la consolidación de
una filosofía peruana.
Fue un maestro en
el aula y fuera de ella. Precisamente ahora que gran parte del Perú se debate
en una crisis moral por los hechos conocidos, vidas ejemplares como la de
José Russo Delgado nos deben servir como el faro de Diógenes para encontrar
la verdad sin abandonar la ética.
http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/100-anos-peruano-presocratico-f-miro-quesada-rada-noticia-1974533
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El vacío de poder y la descomposición social
Alberto Adrianzén
Si algún dato
relevante muestra la mayoría de encuestas en estos días es que todos los
actores políticos, económicos e instituciones pierden mes a mes legitimidad y
popularidad. Es cierto que algunos pierden más que otros, pero el dato sigue
siendo el mismo, todos pierden: el Presidente, sus ministros, el Congreso,
líderes políticos, empresarios, instituciones del régimen, etc. Estamos
entrando, en realidad ya estamos, a una coyuntura en la que el juego se llama
pierde-pierde. Hay por lo tanto en marcha un proceso que apunta en el corto y
mediano plazo a la aparición de “un vacío de poder”, algo por lo demás
prematuro para un gobierno que apenas tiene ocho meses de instalado.
El factor
detonante de esta situación han sido los casos de corrupción que tienen como
actores centrales a empresas brasileñas y peruanas, que comprometen a
políticos y a los últimos gobiernos (Toledo, García y Humala) a los que
habría que sumar al actual y al fujimorismo y a un sector de los empresarios.
El descubrimiento de la corrupción ha sido y sigue siendo una suerte de
combustible que alimenta un fuego que ha terminado por expandirse y
comprometer el futuro de este gobierno, de los partidos y de la propia
democracia.
Y si bien, como
hemos dicho, la corrupción ha sido el detonante de la actual situación, el
otro componente que alimenta este fuego es la falta de liderazgo del actual
gobierno y del “partido” oficial, y en especial del Presidente, así como
hechos recientes como el tema del aeropuerto de Chinchero, que en lugar de tranquilizar
a una población indignada por la corrupción atiza la desconfianza y la bronca
hacia los políticos y las elites sociales y económicas.
La pregunta que
habría que hacernos en esta coyuntura es la siguiente: ¿hasta cuándo los
partidos, líderes políticos y las instituciones del régimen democrático
pueden soportar un juego en el que, hasta ahora, todos pierden popularidad y
legitimidad, amenazando no solo sus expectativas futuras sino también su
existencia política?
El caso último del
periodista Phillip Butters, que amenaza a PPK y a Keiko Fujimori y que busca
ser vocero y hasta representante político de los sectores evangélicos más
conservadores y reaccionarios de nuestra sociedad, lo que muestra es que el
espacio para los aventureros se abre paso cada día.
Pero también
evidencia otro hecho tan o más peligroso que el surgimiento de los
aventureros: la incapacidad de los actores del sistema político para resolver
la crisis que se viene incubando en el país. Dicho de otra manera, el
problema no es solo de falta de instituciones sólidas sino también la
carencia de actores políticos con capacidad de resolver o encontrar salidas
consensuales a la actual coyuntura. Estamos frente a una democracia vacía no
solo porque carece de instituciones sólidas sino también porque está huérfana
de reales actores políticos y sociales.
Ello demuestra el
fracaso de la transición que nació luego del fin del autoritarismo
fujimorista. Siguiendo a los españoles Javier Benegas y Juan Blanco en su
libro “Catarsis”, podemos decir que el régimen político surgido luego de la
transición en nuestro país por responsabilidad de Toledo, García, Humala y
ahora de PPK, pero también de los empresarios y partidos políticos, “es en
realidad una democracia de muy baja calidad, un sistema de acceso restringido
dominado por los privilegios, la corrupción, el caciquismo, el intercambio de
favores y las barreras de participación, encontrándose actualmente en
avanzado proceso de descomposición”.
Se podría afirmar
que las características que definen el corto y mediano plazo se resumen en
tres palabras: vacío de poder, carencia de reales actores políticos y
descomposición política y social. Que hoy la religión se incorpore a la
conflictividad social y política en el país es la mejor demostración de que
la política no funciona como canal de expresión de las demandas y los
malestares sociales, como tampoco los actores del sistema político actúan
como representantes de los sectores sociales. Y que la lucha religiosa sea un
espacio posible para el surgimiento de aventureros es también otra expresión
de la descomposición política, social y de las elites del país.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/854820-el-vacio-de-poder-y-la-descomposicion-social
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Fascismo clerical
Agustín Haya de la Torre
La variopinta
marcha del odio contra la diversidad sexual del 4 de marzo, confirma la
aparición de un engendro reaccionario de corte totalitario. Expresa la
simbiosis del fujimorismo con movimientos religiosos integristas, tanto evangélicos
como católicos.
Media docena de
grupos evangélicos, conducidos por pastores con abierta filiación partidaria
o intensa presencia mediática, lograron sacar unas 68 mil personas en todo el
país.
Su discurso contra
el currículo educativo apunta a despreciar la igualdad de género, basados en
su menosprecio del papel social de la mujer y en su pánico público a la
sexualidad. Su temor irracional a que se eduque a los escolares en este
sistema básico para la vida, creen apoyarlo en interpretaciones literales de
textos pre modernos.
Igual que los
talibanes o los yihadistas del Estado Islámico, quieren imponer una tiranía
social de acuerdo a lo que consideran “palabra de Dios”. Cuentan con bienes
millonarios, ocultos a la tributación estatal. Sus fieles viven sometidos a
una permanente exacción económica, que nadie controla.
Con esta corriente
coincide el fundamentalismo católico del Opus Dei y Sodalicio, bajo el
liderazgo del cardenal Juan Luis Cipriani.
Sus objetivos se
centran en desmontar el Estado constitucional sustentado en los derechos
humanos. Reniegan de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y de
todos los avances logrados desde 1945 en materia de derechos y libertades.
Quieren traerse
abajo el Estado de derecho, los valores republicanos de libertad, igualdad y
fraternidad, para imponer algo parecido al nacional catolicismo de la España
franquista: mezclado con el integrismo cristiano de las sectas evangélicas de
los Estados Unidos.
Su ataque apunta
al corazón de las libertades y la democracia. Al estilo de la Acción Francesa
o los fascistas cristianos de la ex Yugoslavia, quieren imponer una teocracia
populista. Pretenden anular la pluralidad, la ciencia y la cultura, para
reemplazarlas por el oscurantismo.
El engendro
convive lleno de contradicciones, porque responden a dos teologías que se
repudian desde hace medio milenio. El bando católico integrista programa su
propia marcha, contra los anticonceptivos y a favor de los embarazos por
violación.
La democracia está
bajo amenaza.
http://diariouno.pe/columna/fascismo-clerical/
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Phillip Butters y la Inquisición
Diego Macera
La Gaceta de
Gobierno de Lima publicó, en 1811, el decreto que dio pie la libertad de
impresión –y eventualmente de prensa y expresión– en el Perú. La iniciativa,
que nacía a partir de los resultados de las Cortes Generales y
Extraordinarias de Cádiz, era para permitir el intercambio de ideas “sin
necesidad de licencia, revisión o aprobación alguna”. En la práctica, ello
significaba el fin del Tribunal de la Santa Inquisición en el Perú y de su
censura.
Hoy el veto a la
libertad de expresión ha vuelto a entrar en debate ante el despido de Phillip
Butters de radio Capital, del grupo RPP. Como se sabe, el señor Butters tuvo
declaraciones denigrantes y fuera de lugar durante y después de la marcha del
grupo Con mis Hijos no te Metas el sábado pasado. Luego, en medio de una
escalada de indignación por estas declaraciones, las empresas que auspiciaban
su programa cancelaron la publicidad y radio Capital cortó palitos.
Ante su
“desvinculación contractual”, como la llamó la radio, varias personas se han
organizado para protestar por la supuesta censura y atentado contra la
libertad de expresión. El hashtag #SinButtersCapitalNoImporta fue tendencia
en Twitter, el ex presidente Alan García denunció que era un “acto de
intolerancia”, y el mismo señor Butters calificó el hecho de censura. Miles
se han solidarizado por el supuesto recorte a la libertad de expresión que ha
sufrido el conductor.
La verdad, sin
embargo, es que el señor Butters sigue siendo tan libre como la semana pasada
de expresar las opiniones que desee. En tanto no incursione en el terreno de
las difamaciones o injurias (tema debatible en su caso), el conductor tiene
tanto derecho como cualquier otro de decir lo que le plazca cuando le plazca,
por más que ofenda a decenas de miles de personas en el camino. De eso trata
la libertad de expresión y está bien que así sea.
El asunto de fondo
es que el señor Butters y sus seguidores no pueden esperar cabida en un medio
de comunicación privado que depende de anunciantes que legítimamente no
quieren ya asociarse con él. La libertad de expresión debe convivir sin
problemas con la libertad de contratación.
Algunos suspicaces
apuntan que las empresas auspiciadoras y la misma radio han reaccionado solo
ante el riesgo del escándalo mediático, pues si hubiese sido una acción
motivada en principios y valores corporativos, lo hubieran hecho antes (el
señor Butters les ofreció sendas oportunidades para hacerlo durante años).
Estas suspicacias pueden ser fundadas, pero importan poco para analizar la
supuesta censura. Todos tenemos derecho a opinar, pero nadie tiene derecho a
exigir que le paguen por ello. Así de simple.
Otros condenan la
acción del grupo RPP porque piensan que el despido será contraproducente y
convertirá a Phillip Butters en un mártir de la causa conservadora. Que este
es el ataque liberal que faltaba para posicionarlo como candidato viable a la
alcaldía o la presidencia. Quizá tengan razón. Pero ni RPP ni sus anunciantes
tienen obligación alguna de contratar con alguien en base a este escenario
hipotético. Sus obligaciones son con la ley, con los oyentes y con los
accionistas. Punto. Si las ideas y el estilo del señor Butters son
compartidos por suficientes personas, entonces encontrará fácilmente otro
medio masivo que lo acoja. Si no, no.
Esto último
reafirma el rol clave que tiene el mercado libre para canalizar las
preferencias de la gente, y de paso las utilidades de las empresas que
compiten por satisfacerlas. La responsabilidad final de lo que se transmite
no es de la radio, de la TV ni de sus anunciantes; es del público. Hoy no hay
Santa Inquisición que limite la libertad de expresión, pero el tamaño de tu
megáfono para transmitir tus ideas irá en función a la cantidad de gente que
quiera escucharte. Y el mercado, qué duda cabe, puede ser en este aspecto más
inexorable que el mismo Torquemada.
http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/phillip-butters-y-inquisicion-diego-macera-noticia-1974507
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Fundamentalismo de derecha
Sinesio López
Una de las cosas
que más me llamó la atención de la marcha “Con mis hijos no te metas” era el
rostro desencajado de los manifestantes que vociferaban calumnias e insultos
contra sus supuestos enemigos que defienden la igualdad de oportunidades para
hombres y mujeres y que, recogiendo la contribución de las ciencias sociales,
sostienen que el género es una construcción social a partir de la realidad
biológica del sexo.
Ese rostro
desencajado expresa el rechazo a la violación de algo que los manifestantes
juzgan sagrado e intocable. Ellos creen a pie juntillas que Dios creó a los
hombres y mujeres con sexos diferentes y que, como ley natural creada por
Dios, ella es inmutable: Ni las sociedades, ni las culturas ni los Estados la
pueden cambiar. Cualquier intento de cambiarla tiene que ser combatido y toda
violación tiene que ser castigada con la muerte como ha sostenido el pastor
Rodolfo González: “Si Ud. ve a dos mujeres besándose mate a las dos”.
El episodio de la
marcha revela la dificultad que tiene el Perú para llegar a ser una sociedad
moderna. Ya tuvimos el fundamentalismo de izquierda de Sendero Luminoso con
las trágicas consecuencias que conocemos y ahora nos amenaza un
fundamentalismo de derecha que aún no sabemos hasta dónde nos puede conducir.
Lo que sí sabemos es que todo fundamentalismo impide el desarrollo del Perú
como sociedad moderna.
Uno de las
condiciones necesarias para llegar a ser una sociedad moderna es la
separación entre la religión y la política. Esta fue una de las principales
contribuciones del republicanismo prerrenacentista y renacentista (siglos
XIV, XV y parte del XVI). El republicanismo tomó distancia de la historia de
Dios (Providencia) para afirmar la historia de los hombres que se hace a
través del desarrollo de sus capacidades (virtud). El más insigne representante
del republicanismo es Maquiavelo (1469-1527), quien ha sido injustamente
denostado por todas las derechas del mundo.
Las guerras
religiosas entre católicos y protestantes del siglo XVII constituyeron un
enorme retroceso en el desarrollo del mundo moderno que, curiosamente, retomó
un impulso con la monarquía absoluta que derrotó a los dos grandes principios
de disolución de los estados: el principio religioso que fragmentaba a las
sociedades y la voluntad de autonomía de los príncipes. La monarquía absoluta
en el siglo XVII separó lo público (relación de autoridad con los ciudadanos)
de lo privado (religión, moral privada, convicciones íntimas, actividades
económicas de las personas) y dispuso, como estrategia de tolerancia, que lo
privado no invada lo público ni viceversa.
La revolución
francesa consolidó la separación entre lo público y privado lo mismo que el
desarrollo posterior de las ciencias sociales (la economía, la sociología, la
antropología, la política). El Perú no ha vivido o ha vivido superficialmente
algunas de estas experiencias modernas. Eso explica quizás los frecuentes
intentos de algunos sectores sociales de volver al medioevo para imponer sus
creencias religiosas desde el Estado. En el mundo moderno, todos tienen
derecho a tener sus propias religiones, pero no tienen derecho a imponerlas a
todos desde el Estado.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/854821-fundamentalismo-de-derecha
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Medios, avisadores, periodistas
Mirko Lauer
Aunque hoy
sorprenda a algunos, los avisadores suelen tener influencia decisiva sobre
los principales medios. Hay algunos medios que logran sobrevivir, incluso
hacer un buen negocio, prescindiendo del avisaje, cobrándole directamente a
su público, en quioscos o por suscripción. Pero son los menos, y esta
situación no siempre es voluntaria.
Desde siempre se
sabe que la cosa consiste en venderles públicos a los avisadores. Estos hacen
la plaza buscando cuántos y quiénes son convocados por determinado medio, y
con qué tipo de mensaje. En algunos casos lo atractivo es simplemente el
volumen de la audiencia, en otros es el nicho de consumo que ella representa.
Las agencias de
publicidad van midiendo discretamente el volumen y la calidad de la oferta
mediática, en busca de lo más conveniente para sus clientes. Algo así como
programas futbolísticos para la cerveza, o revistas lujosas para los
automóviles más caros. Una idea aquí es reducir el costo de la publicidad y
maximizar su eficacia.
En principio las
agencias de publicidad o las empresas avisadoras no suelen ejercer presión
directa sobre un medio, exigiéndole adecuaciones, que no siempre son
posibles, sino una presión indirecta: mudarse a otro medio más parecido a lo
que quieren. La migración del avisaje es hoy un fenómeno mucho más intenso,
sobre todo entre plataformas tecnológicas.
¿Todo esto influye
en los contenidos? Por supuesto que sí. El avisador percibe una
identificación entre la imagen del medio y la imagen de su producto. Lo mismo
que se da entre el deportista patrocinado y el producto patrocinador. Hay una
alarma que empieza a sonar apenas un medio o deportista empieza a volverse
tema de polémica, por ejemplo.
En medio de estos
arreglos comerciales estamos los periodistas, con relaciones con la empresa
que no están regidas realmente por la libertad de expresión, sino por la Ley
de Sociedades Mercantiles. Algunos tienen públicos propios, otros dependen
del público del medio en que trabajan, y a veces es una mezcla de las dos
cosas.
Descubrir las limitaciones
del periodismo como situación laboral, sobre todo en una situación de
conflicto, siempre es un amargo despertar. Pero al igual que el avisador, el
periodista siempre puede migrar a otro medio, a veces incluso con provecho
personal.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/854818-medios-avisadores-periodistas
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Mil hojas
Luis Davelouis
Ayer fue el Día
Internacional de la Mujer. No se celebra, se conmemora.
El asunto con las
celebraciones es que la mayoría son de mentira. Un cumpleaños ya no es una
meta, sino un hito que está en el camino. Uno al que se llega por el
inmeritorio –y triste, para algunos– hecho de envejecer. Se celebran las
conquistas, sí, que no son pocas, pero es raro celebrar cuando lo conseguido
es claramente opacado por lo que aún queda por conseguir.
Si hiciéramos un
país solo de mujeres en su condición promedio actual, sería uno de los más
pobres del mundo, con una tasa de desempleo de dos dígitos y uno de los
poquísimos estados en los que la esclavitud –en todas sus formas– aún no ha
sido abolida. Y eso no es una exageración.
Las mujeres sufren
discriminaciones que son completamente invisibles para los hombres. No solo
son discriminadas porque sean más pobres, que lo son; porque sean menos
fuertes físicamente, que también lo son; porque ganen menos, que así es;
porque pueden quedar embarazadas y perder productividad, que sucede. No, las
mujeres son discriminadas por ser mujeres.
El reto es grande,
pero empecemos por lo básico: lo más probable es que todo eso que pasa en tu
casa sin que te des cuenta sea gracias al trabajo de una mujer. Ropa limpia y
en su sitio, comida caliente al llegar a casa, hogar ordenado y limpio, papel
higiénico en su lugar cuando lo necesitas. Empieza a mirar todo eso como el
trabajo de alguien porque eso, y nada menos que eso es lo que es: trabajo no
remunerado, pero trabajo. En el Perú se calcula que equivale a 14 puntos del
PBI. Y no hay vacaciones, ni CTS, ni grati, ni seguro, ni sueldo.
http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-mil-hojas-2273337
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Sodalicio destapa al fujimorismo
César Lévano
El martes 7, la
mayoría fujimorista del Consejo Directivo del Congreso impidió que se cree
una Comisión Investigadora de los delitos sexuales y psicológicos cometidos
por los dirigentes de Sodalicio y Vida Cristiana, entidad que durante
décadas, tras la cortina de un catolicismo fanático y reaccionario, abusaba
de niños y adolescentes.
Con un simplismo
burdo, el vocero del fujimorato en el Congreso Luis Galarreta justificó el
blindaje con el pretexto de que el Parlamento no investiga delitos sexuales.
Con esa lógica cabría aducir que el Congreso no debe investigar los problemas
de seguridad ciudadana porque su papel no es investigar robos y asesinatos.
En la votación
sobre el pedido para que se investigue la malsana institución votaron a favor
los miembros del Frente Amplio y de Peruanos Por el Kambio, el partido de
PPK. Los del Apra y Acción Popular se abstuvieron.
Sodalicio era una
institución que había penetrado en la educación pública con el velo del
fundamentalismo y gracias al amparo del clero fascista, influido desde la
España franquista. Su campo de acción eran algunos de los colegios más
exclusivos del país. Su defensa de la Iglesia católica y de la moral
religiosa era solo un pretexto. Nada más inmoral que sus prácticas que el
fujimorismo busca encubrir.
El blindaje
fujimorista no solo desnudó su endeble contextura ética. Puso de manifiesto
también su coalición con sectores cavernícolas del evangelismo, como el
pastor Rodolfo González, quien pide matar a los homosexuales.
Ha sido tan
incorrecto y tan chocante el acuerdo del fujimorismo en el Consejo Directivo
del Congreso, que desde el interior de Fuerza Popular se han manifestado
disgusto y oposición. Kenji Fujimori ha llegado a calificar de “nauseabundo”
el hecho de no investigar a Sodalicio.
En la propia
bancada digitada por Keiko Fujimori se habla ya de desandar lo andado. Luz
Salgado, presidenta del Congreso, trató de desviar la atención pública,
anunciando que hay tres proyectos de ley contra el abuso sexual.
Eso es otra cosa,
pueden ser muy buenos los proyectos, pero son otra cosa. Lo que periodistas,
líderes eclesiásticos, padres de familia exigían y exigen es que el Congreso
investigue y se pronuncie sobre un grupo que era una amenaza contra jóvenes,
muchos de los cuales han tenido el coraje de denunciar los abusos que
malograron para siempre sus vidas. Era una lección de moral lo que se exigía.
http://diariouno.pe/columna/sodalicio-destapa-al-fujimorismo/
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Qué fácil es ser pedófilo
Augusto Álvarez Rodrich
La posición
cambiante del fujimorismo sobre los abusos sexuales del Sodalicio de Vida
Cristiana (SVC) es nauseabunda, refleja escaso interés por combatir al
pedófilo, y confirma el pleito creciente entre los hermanos Keiko y Kenji
Fujimori.
Anteayer, el fujimorismo
impidió que se forme una comisión investigadora sobre los delitos cometidos
por los violadores del SVC, un objetivo indispensable para darle visibilidad
a un hecho inaceptable que la justicia peruana y el Vaticano quieren enjuagar
para blindar a estos delincuentes.
Los congresistas
Alberto de Belaunde y Marisa Glave hicieron bien en denunciar este blindaje a
violadores perpetrado por los fujimoristas presentes en esa sesión del comité
directivo así como de las que, como Lourdes Alcorta y Úrsula Letona, se
ausentaron oportunamente.
Y, entonces, el
multipropósito congresista Luis Galarreta salió a justificar lo
injustificable: por qué no se debe crear la comisión para investigar las
violaciones del SVC.
¿Por qué votó así
el fujimorismo? ¿Alguien del estado mayor de Fuerza Popular no se apellidará
como el violador y fundador del SVC Luis Fernando Figari? ¿Algún pedido
especial a Keiko Fujimori de algún arzobispo que quiera blindar a estos
pederastas?
Pero todo cambió
cuando, al día siguiente, Kenji Fujimori tuiteó: “¡Nauseabundo! NO SE DEBE
blindar a un presunto abusador sexual, el tema #Figari NO fue debatido en
@bankadafp ¿Quién encubre a #Figari?”.
Y, entonces, el
multipropósito Galarreta salió a justificar lo injustificable:
“Reconsideramos posición a pedido de Keiko Fujimori”.
¿Realmente, lo
pensaron mejor, o la fraternal rivalidad le impidió a Keiko, para impedir el
despunte de Kenji, cumplir algunos pedidos, y tener que retractarse, aunque
sus congresistas queden como payasos?
No se puede dejar
de felicitar al fujimorismo por cambiar de opinión –aunque sea solo por el
pleito interno en el partido– y por las iniciativas para lograr la
imprescriptibilidad de los delitos de abusos sexuales.
Pero es lamentable
que pongan el grave problema del abuso sexual de menores como parte de una
negociación política y no como un asunto de fondo por resolver, en el cual es
evidente, como lo demuestran los casos lamentables del SVC y del Colegio
Héctor de Cárdenas, que en el Perú es muy fácil ser un pedófilo, durante
mucho tiempo, debido a la indiferencia, los silencios cómplices y el espíritu
de cuerpo de los colegas de los violadores, así como de la protección que les
dan muchas autoridades, dentro y fuera del país.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/854822-que-facil-es-ser-pedofilo
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