I know what you did last time - Marco Sifuentes
La famiglia: Macri perdonó una deuda a su padre por $ 70.000 millones - Mario Hernandez
La izquierda se posiciona - Mirko Lauer
Modelo y corrupción - Augusto Álvarez Rodrich
¿Qué quieres, Perú? - Luis Davelouis
Una mezcla a evitar: Corrupción y conflictos sociales - Santiago Pedraglio
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Crimen y castigo de Toledo
César Lévano
El expresidente
Alejandro Toledo sabe, por experiencia propia, que el crimen paga, pero, si
se descubre, puede conducir a la cárcel. La Sala Penal Nacional ordenó anoche
para él 18 meses de prisión preventiva y captura nacional e internacional.
El sustento
jurídico de la pena fue irrefutablemente expuesto por el juez Concepción
Carhuancho. No hay escapatoria para Toledo cuando se demuestra que, junto con
el tráfico de influencia realizó lavado de activos, al abrir cuentas en
refugios off-shore a nombre de Josef Maiman.
Tanto Toledo como
Alan García han tratado de sacudirse de culpa en el caso de la gigantesca
estafa con coimas de la carretera Interoceánica. “Yo fui el padre de la
criatura, pero la obra solo comenzó en mi gobierno”. “Yo no firmé el contrato”,
aduce García.
Son coartadas
cínicas. El problema no es quién firmó y quién continuó, sino cuántos dólares
recibieron de coima uno y otro.
Los intentos de
ocultamiento son indicio de culpa. El azar se metió en la historia, cuando el
Departamento de Justicia de los Estados Unidos denunció que la empresa
Odebrecht había pagado coimas desde el 2005, en pleno proceso de licitación
de la obra.
Toledo aseguró
durante meses que él no estuvo en la reunión de Pro Inversión del 22 de
diciembre del 2004 en la que se gestó la empresa. Hay que agradecer al
excongresista Juan Pari, quien en un informe en minoría, desveló muchos de
los actos de corrupción que ahora se exhiben y discuten.
Las pruebas
desmienten a Toledo. Se conoce ahora que sí estuvo en la cita de diciembre
del 2004. El acta respectiva dice: “Aprobación del Plan de Promoción del
Proyecto Corredor Vial Interoceánico Perú-Brasil.
“Para tratar este
tema fue invitado el señor Presidente de la República doctor Alejandro Toledo
Manrique”.
Ese día, en el corazón
de Toledo palpitaba ya la esperanza de los 35 millones de dólares pactados en
Brasil, que luego sufrieron una “rebajita” a 20 millones de dólares.
Todo eso ha sido
revelado por Simon Barata, alto funcionario de Odebrecht.
Triste historia la
de Toledo. De hijo de un hogar andino muy pobre pasó a becado del Cuerpo de
Paz estadounidense, lo cual le permitió estudiar en universidades de los
Estados Unidos, y luego ser profesor en centros académicos como Stanford. En
estos días añorará sin duda el periodo en que, a partir de 1979, fue
Economista Principal de Recursos Humanos del Banco Mundial.
http://diariouno.pe/columna/crimen-y-castigo-de-toledo/
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I know what you did last time
Marco Sifuentes
El día en que
Alejandro Toledo selló su destino final yo estaba en Palacio. Fue el 4 de
agosto del 2005. Los periodistas lo vimos firmar su sentencia: el contrato de
la Interoceánica. Había algarabía en el Salón Dorado, pero algo no cuadraba.
Algunas voces –la mayoría, entonces, de la izquierda, hay que reconocerlo–
venían alertando de un contrato millonario aprobado sin estudio de impacto
ambiental y sin pasar por el SNIP.
El SNIP fue un
sistema que controlaba en qué se gastaba la plata de todos los peruanos. Fue
creado durante el gobierno de transición de Paniagua para evitar que se
repitiera un saqueo como el de los 90. Pero a la tecnocracia que se apoderó
del Estado en este siglo nunca le gustó. De hecho, una de las promesas de
campaña de PPK fue eliminar el “maldito SNIP”. Y su gobierno acaba de
cumplir. Lo mató hace un par de meses. Bye, bye, fucking SNIP.
Volvamos al 2005
pero no a esa fatídica ceremonia de Palacio, sino un poco más atrás. En
febrero de ese año el SNIP ya era maldito, imaginamos. De otra manera no se
explica el Decreto Supremo 022-2005-EF, que, ahora lo sabemos, es la madre
del interoceánico cordero. El gobierno decretaba –porque sí– que un
desembolso de 800 millones no tenía por qué ser evaluado por el SNIP. De esta
forma, no pudo determinarse si la Interoceánica era necesaria o si el gasto
correspondía con los beneficios que supuestamente traería.
Pero hay más. Las
“EF” de ese decreto significan “Economía y Finanzas”. ¿Adivinan quién era el
ministro de EF? Pues adivinan a medias. Efectivamente, era PPK. Sin embargo,
oh casualidad, no firmó ese decreto porque estaba fuera del país. Recuerdo
perfectamente que ese providencial viaje fue la comidilla entre periodistas.
¿No se quería ensuciar las manos? ¿Sabía algo que nosotros no?
Y aquí volvemos a
agosto del 2005, a Palacio. Presente en la ceremonia estaba Fernando Olivera.
¿Por qué? Nadie sabe. Entonces era embajador en España. No tenía nada que
hacer allí. Una semana después, en ese mismo Salón Dorado, estaba jurando
como canciller de la República, para desconcierto de todo el mundo. Los
mismos partidarios de Toledo se preguntaban abiertamente, ante cámaras, si
‘Popy’ “le sabía algo” al presidente.
A los dos días
–desembarcado ya de la cancillería–, Olivera nos dio una pista. También estuve
en esa conferencia. En medio de su pataleta, reveló que él mismo había
cabildeado con el contralor a favor de la millonaria carretera. “Si no se
levantaba la observación de que había un 100% de sobrevaluación en la
Interoceánica, ese contrato no se hubiera firmado”, se pavoneó.
“I know what you
did last time”, le dijo Eliane Karp a PPK esta semana. Pero, hasta donde yo
recuerdo, en esa época parecía más bien que todos sabían todo lo de todos. Ya
es hora de que alguno se vaya sincerando.
http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/know-what-you-did-last-time-marco-sifuentes-noticia-1967388
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La famiglia: Macri perdonó una deuda a su padre por
$ 70.000 millones
Mario Hernandez
En la tarde del
pasado miércoles se conoció que el Gobierno nacional aceptó el perdón de casi
la totalidad de una deuda que la empresa Correo Argentina S.A. mantenía con
el Estado nacional. La cifra supera los $ 70.000 millones (U$S 4.375.000.000)
y representa más de la mitad de la inversión prevista para la Emergencia
Social en 3 años.
Esa cuasi
condonación beneficia al padre del mismo presidente de la Nación ya que
Franco Macri era quien encabezaba la empresa cuando se inició la causa
judicial.
A mediados de 2016
el Gobierno nacional aceptó una propuesta de pago de esa deuda que implica
aceptar la condonación de más del un 98,82 % del total.
Gabriela Boquín,
fiscal general ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial,
dictaminó el rechazo a este acuerdo y definió que el mismo “equivale a una
condonación” de la deuda “y debe considerarse abusiva”.
En el sitio
fiscales.gob.ar, señaló "que el consentimiento estatal fue brindado por
un funcionario del Ministerio de Comunicaciones sin competencia para hacerlo
y sin acreditar de quién recibió instrucciones ni el acto administrativo que
se las impuso".
La información se
conoció por medio de un artículo de Ari Lijalad en el sitio Nuestras Voces.
Allí se detalla la información relacionada con la deuda que Macri perdonó.
"Según los
cálculos de la Dirección General de Asesoramiento Económico y Financiero en
las Investigaciones (DAFI) de la Procuración General de la Nación, la
propuesta implica una quita en la deuda de 70.163 millones de pesos, un
98,82% sobre el total de la deuda. Es decir, que los Macri sólo pagarán el
1,18% de la deuda que tenían con el Estado", describe la investigación
del periodista Ari Lijarad.
"Este
desfalco para el Estado Argentino tiene un momento clave el 28 de junio de
2016, cuando se realizó una audiencia y el Correo Argentino hizo una nueva
oferta de pago de su deuda, supuestamente más ventajosa. Sin embargo, según
reconstruye la fiscal Gabriela Boquín en su dictamen del 30 de diciembre
pasado, esta propuesta lejos estaba de ser nueva y menos aún más beneficiosa
que las anteriores. En primer lugar, la negociación arrancó al revés: fue el
Estado Nacional quien solicitó la audiencia el 19 de mayo de 2016 y adelantó
-según consta en el expediente- que podría prestar conformidad en caso de
mejorarse la propuesta. Mal negociador aquel que pide una reunión y anticipa
que va a aceptar. Mal negociador o hubo un acuerdo previo", ironiza el
artículo periodístico.
Ahora la Justicia
investiga si hubo negligencia del Estado por su intervención tan ventajosa
para una de las partes, esto es, la familia del propio presidente. Por ahora,
un fiscal pidió a la justicia que no homologue ese acuerdo entre el Correo y
el Estado.
Según reseña el
artículo, ahora serán los camaristas María Lilia Gómez Alonso de Díaz
Cordero, Matilde Ballerini y Ana Isabel Piaggi los que deberán decidir por la
suerte de los 70.000 millones de pesos que el gobierno quiere perdonarle a la
famiglia Macri. Se trata de juezas con vínculos con el oficialismo nacional.
La historia de un
vaciamiento
Macri se hizo
cargo del Correo Argentino, la firma más antigua del país, en setiembre de
1997, pero hasta 2001 no había pagado el canon comprometido al Estado (U$S
51,6 millones semestrales). Argumentó que el Estado le debía plata por
servicios prestados y nunca abonados y que ese desajuste podía compensarse
restándolo del pago del canon.
En su momento,
Macri consiguió con el auspicio legal del ex ministro Roberto Dromi, que el
juez federal Ernesto Marinelli, lo autorizara a seguir en rojo con el Estado,
hasta que la administración pública abonara unos 98 millones de dólares.
Con el Correo
pensaba ganar 1.500 millones de dólares para el 2000, pero desde 1997 un solo
ejercicio registró una utilidad de 1,4 millones. El cúmulo de operaciones
financieras y logísticas que transformarían al Correo en una pujante empresa
multimillonaria, apelando a las herramientas de la informática, a la
sumatoria de negocios vecinos y a un trabajo en escala con Brasil, no llegó a
concretarse.
Antes de la
concesión, el Correo perdía 20 millones de dólares por año. Con Macri, el
rojo llegó a 50 millones. En todo el país había 5.000 sucursales, cuatro años
después, quedaban 3.500 entre las propias y los locales contratados que
acumulaban las facturas pendientes de pago.
Para el 2000 la
caja del Correo le quedaba “corta” para pagar los sueldos de 13.000
empleados, a pesar que 7.500 fueron renunciados. Los 500 pesos brutos de
remuneración mensual le parecían montos astronómicos a pesar de la
facturación anual de 527 millones de dólares.
Sin embargo,
comenzó tirando manteca al techo. Los gerentes recién llegados ganaban más de
U$S 147.000 anuales, la misma cantidad asignada al director del correo
estatal inglés. El Post Office, era el asesor técnico de Macri, pero
tributaba a la Corona 500 millones de dólares al año, tenía 229.000 empleados
y casi nueve veces más sucursales distribuidas en su territorio equiparable a
la provincia de Buenos Aires.
Tomó una empresa
libre de deudas y cargada de activos, que en 4 años acumuló un pasivo de 740
millones de dólares. Cumplió con el canon completo solamente por un año y
hacia mediados de 2001 debía 260 millones en cuotas atrasadas. A los carteros
empezaron a faltarles lapiceras y a cobrar salteado, y en las sucursales
faltaban formularios, entonces pidió un concurso de acreedores para librarse
transitoriamente de obligaciones con proveedores, contratistas y acreedores.
Quienes conocen la
trama interna señalan al contrato con Furex S.A. como el eje del vaciamiento
del Correo. La firma transportista se constituyó el 1º de abril de 1998, a 7
meses que Macri ganó el Correo, con un capital inicial de $ 12.000 y el único
objetivo social de realizar “operaciones de logística para la empresa Correo
Argentino S: A.”. Empleaba a buena parte de los carteros, aunque muy pocos se
llevaban un recibo en blanco a sus casas.
El vicepresidente
era Fernando Alfredo Marín, actual director de Fútbol para Todos, y durante
años responsable de las relaciones públicas de Socma (Sociedades Macri).
Mauricio Macri fue
parte del directorio del Correo y fue en su casa de Barrio Parque donde se
llevaron a cabo buena parte de las reuniones con los empresarios socios y con
el gobierno menemista, en las que se decidió la concesión.
Las negociaciones
por parte de la empresa fueron llevadas adelante por Osvaldo Salvestrini y
Andrés Ibarra, actual Ministro de Modernización. Osvaldo Salvestrini estaba a
cargo de ITRON, la compañía que debía ser reconvertida para quedarse con el
correo privado.
Salvestrini,
tesorero de Boca Juniors, club que presidía Mauricio Macri, explica la
estrategia del grupo: “En ITRON habíamos analizado cuidadosamente las
posibilidades que ofrecía el Correo. Con 6.500 oficinas diseminadas en todo
el país, podíamos tener la mayor red de distribución de la Argentina. El
Correo era la única organización con capacidad para llegar a todos y cada uno
de los argentinos, al menos -en promedio- una vez al año. Si en esos
contactos a lo largo de un año, se les pudiera vender “algo” por diez pesos,
con ese algo, multiplicado por treinta y cinco millones de habitantes,
teníamos un potencial de ventas incalculable. Era verdaderamente un desafío
intelectual, un acicate a nuestra creatividad”.
Pero Salvestrini
como presidente y Andrés Ibarra como gerente general se encontraron con
conflictos y situaciones que nadie había previsto en los power point en los
que mostraban cómo transformarían el Correo, en uno moderno, informatizado y
con poco personal.
En el primer año
pusieron en marcha un plan de despidos masivos a través de un programa de
retiros voluntarios por el que el Correo redujo su dotación en 10.000 empleados.
Para eso utilizaron los fondos que se habían comprometido a aportar como
inversión de capital en el contrato de concesión. En el balance contable del
primer año de gestión, la empresa hizo figurar como inversión U$S 100.000.000
que había usado en realidad en el despido de personal.
Una pequeña ayuda
de mis amigos funcionarios
Para llevar
adelante el plan de despidos y poder presentar las indemnizaciones como parte
de la inversión de capital planteada en el contrato contaron con la ayuda del
Viceministro de Trabajo, José Uriburu, quien luego compartiría con Mauricio
Macri la Sociedad Pastoril Santiagueña. Como Viceministro de Trabajo del
gobierno menemista impulsó una reforma laboral y previsional que permitió
hacer más flexible los contratos laborales y más sencillo para la empresa el
despidos de trabajadores. Impulsó también los decretos que buscaron la
equiparación de los trabajadores del Correo con los empleados de las empresas
privadas, uno de los reclamos centrales de Macri.
Como los decretos
se demoraron y los trabajadores se negaron a dejar de estar comprendidos en
los convenios colectivos de su sector, Uriburu ideó junto a Macri y el
Secretario de Comunicación, Germán Kammerath, un sistema de “retiros
voluntarios”.
Además,
permitieron que la operación fuera registrada en los balances como “inversión
de capital”, deduciéndolo de lo que se habían comprometido a invertir de
acuerdo al contrato original. Como el consorcio se había comprometido a
invertir 25 millones por año, con esto quedaba cubierta la inversión de
cuatro años. La causa transitó por diversos juzgados por tantos años que no
hubo pena para cumplir.
Uriburu también se
encargó de darle el primer negocio importante al Correo al contratarlo para
que abonara las “ayudas económicas no retributivas”, en los planes sociales
que manejaba el Ministerio de Trabajo.
La Oficina
Anticorrupción que analizó el tema informó que constituía un fraude a la
Administración pública además de incumplimiento de deberes del funcionario público,
entre otras cosas porque se contrató de manera directa, cuando debía haberse
realizado una licitación pública. Se omitió considerar alternativas que
hubieran representado una mejora, cuando otras empresas presentaron mejores
condiciones económicas y sostuvo el acuerdo con el Correo. Se realizó una
contratación por $ 5.300.000, a pesar que el Director nacional de Políticas
de Empleo y Capacitación había informado que el monto ascendía a $ 3.096.557.
Y la frutilla del
postre. Los coordinadores del Plan Trabajar detectaron que el número de
beneficiarios que no habían cobrado la cuota correspondiente era más elevado
que el promedio que se venía registrando. Se le solicitó una explicación al
Correo. La empresa admitió la situación, pero solicitó que se le concediera
un plazo de 36 meses de financiamiento para efectivizar el pago.
El Ministerio no
reclamó esos pagos, sino que celebró un acuerdo de conciliación de deudas y
créditos por el cual el Correo le adeudaba $ 16.722.133 pero, casualmente, la
deuda del Ministerio con el Correo ascendía a la suma de $ 16.449.357.
A pesar de las
ayudas, la participación en el mercado cayó del 49% en 1997 a 35% en 2001. En
2000, llegaron a tener pérdidas contables del 50% del patrimonio neto de la
empresa, violando la Ley de Sociedades Comerciales que establece que una
sociedad se disuelve cuando la pérdida del capital social llega a la mitad
del capital.
No obstante,
incrementó en un 750% la tarifa de la casilla postal, cambió el gramaje de
envío de cartas, dolarizó las tarifas correspondientes a los envíos al
exterior sin autorización de la Comisión Nacional de Comunicaciones y
obtuvieron contrataciones directas sin ningún control por parte del Estado.
Tres años después
de haber obtenido la concesión, Macri le debía al Estado casi U$S 1.000
millones: 408 millones de canon, 60 millones en préstamos del Banco Nación y
528 millones en concepto de aportes patronales evadidos a la AFIP.
Finalmente, el
Correo fue a la quiebra y el gobierno de Néstor Kirchner canceló la concesión
por decreto el 19 de noviembre de 2003.
http://rebelion.org/noticia.php?id=222775
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La izquierda se posiciona
Mirko Lauer
Con una nueva
Coordinadora Contra la Corrupción y una marcha sobre el mismo tema el próximo
jueves, la izquierda escala su protesta en el tema. Si escuchamos a sus
principales voceros, la idea es que el virus ya ha capturado prácticamente
todo el cuerpo político, y ahora es necesario movilizarse a pedir cabezas.
En la medida que
hoy todos los ex presidentes y también el actual son sospechosos en diversos
grados, la lucha por sentarlos en el banquillo es una tarea que atrae
simpatías entre una población indignada. Además el caso inevitablemente echa
sombras sobre algunas empresas importantes, con lo cual la primacía de la
izquierda en el tema parece natural.
Salvo un periodo
en el municipio de Lima, la izquierda no gobernó en estos años. Pudo haberse
dado con Ollanta Humala, si este no hubiera desembarcado a buena parte de
ella en poco tiempo. Hubo socios políticos y figuras individuales
izquierdistas con Humala y Alejandro Toledo, pero nada realmente parecido a
las decisiones más importantes del poder central.
Como el
fujimorismo mantiene relativo silencio frente a la tragedia de corrupción que
se viene desarrollando, la posibilidad de una captura política del tema por
parte de la izquierda no es descartable. No serían los únicos, pero sin duda
están bien ubicados, con una capacidad de polarización que no tiene la
derecha.
Pero todo esto
exige alguna forma de estrategia, y eso significa dosificación de la
politización y un adecuado manejo de los tiempos. Por eso, por ejemplo, la
comisión Lava Jato viene perdiendo su batalla contra los fiscales. Por eso
también aparecen tan descolocados quienes piden cárcel a la brevedad, sin
tomar en cuenta los plazos de la ley.
Verónika Mendoza
ha captado las oportunidades del momento, pero no ha entendido la necesidad
de estrategia. Empezar a manejar en conferencias de prensa la posibilidad de
que el Presidente de la República sea culpable, y subirse al carro de los que
juegan con su vacancia, es salirse de todo encuadre de eficacia en la lucha
contra la corrupción.
Sin duda la
ciudadanía quiere energía a gritos en la lucha anticorrupción. Pero también
quiere eficacia dentro de los márgenes de los instrumentos legales
establecidos. Lo que no quiere es remedios que sean peores que la enfermedad.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/847135-la-izquierda-se-posiciona
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Modelo y corrupción
Augusto Álvarez Rodrich
Guayaquil. Hay
algunas ideas que, de tanto repetirse, corren el riesgo de que se acaben
creyendo sin siquiera debatirlas para demostrar que no tienen fundamento.
Algunas son de la
vida social, como la tontería de la ‘ideología de género’ cuya falsedad es fácil
de demostrar como hizo anteayer esta columna con un comunicado de la
academia.
Hay otras
iniciativas que están en el terreno económico y que en estos días se lanzan
con más entusiasmo que fundamento y cuya aceptación tendría consecuencias
lamentables.
Una de esas ideas
es que eventos recientes como las marchas y contramarchas sobre el aeropuerto
de Chinchero marcan, como escribió en su columna de La República mi amigo
Martín Tanaka, “el irremediable final del sueño tecnocrático neoliberal:
decisiones técnicas, libres de nefastas interferencias políticas, que
aseguran decisiones eficientes, el mejor uso de los recursos públicos”.
Los tecnócratas
que hayan creído o crean que las políticas públicas se aplican con
aislamiento del ámbito social o político son unos papanatas condenados al
fracaso. Eso ha sido cierto en todos los tiempos, en los de la autocracia o
los de la democracia.
La tecnocracia
peruana ha jugado en el último cuarto de siglo un papel crucial para el
avance económico, social y político que, a trompicones, y con enormes agendas
pendientes, se ha conseguido. Y gran parte de ese avance se logró a pesar de
los políticos de esos veinticinco años.
Esa tecnocracia
seguirá siendo indispensable, pero actuando con inteligencia y conocimiento
de que es imposible aplicar políticas públicas sostenibles sin tener en
cuenta las restricciones y oportunidades que plantean los ámbitos social y
político.
Otra idea de estos
días es, como escribió ayer aquí también en La República mi amigo Alberto
Adrianzén, que el modelo económico mantenido después del fujimorismo “alentó
la corrupción y las prácticas lobistas” así como “la captura del Estado por
los grandes grupos económicos”.
Discrepo de Beto y
los que piensan igual, como los economistas del grupo de Verónika Mendoza.
Todo lo que se está revelando en estos días demuestra que hay miserables que
se roban los recursos de todos los peruanos en todos los gobiernos, sean
democráticos o autocráticos, o de derecha, centro o izquierda.
Eso no tiene nada
que ver con el modelo económico. Me provoca decir, incluso, que un Estado
menos discrecional reduce la oportunidad para la corrupción, pero la verdad
es que los corruptos son muy ingeniosos, y nada los detiene.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/847138-modelo-y-corrupcion
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¿Qué quieres, Perú?
Luis Davelouis
O sea, quiero
saber qué quieres para poder ofrecértelo. Aunque no sea cierto, aunque –otra
vez– te esté mintiendo. En un país con una población tan jodidamente
heterogénea en todos los sentidos, encontrar una sola respuesta es misión
imposible.
Veamos. Todos
quieren que les solucionen –o ayuden a solucionar, aunque sea a medias– sus
problemas inmediatos y de corto plazo, lo que los afecta hoy. Por eso,
“seguridad” es lo primero que se pide a gobierno y autoridades. Pero, ¿qué
hay de las aspiraciones?
No tengo idea.
Pero si nos guiamos por lo que dice al respecto el presidente de algún
importante gremio empresarial; lo que dice el chofer de combi que tiene 22
mil papeletas y dos muertos en su haber cuando lo detienen; lo que decía
Alejandro Toledo cuando era presidente y lo ampayaban regresando borracho de
Punta Sal; o lo que dice el actual alcalde de Lima, Luis Castañeda, cuando lo
joden por inoperante, lo que el peruano quiere es que lo dejen “trabajar” y
que no lo jodan. Y en el lugar de esos, ¿haría lo mismo?
Esto presenta un
problema si en la muestra metemos a la Sra. Fujimori, quien fue congresista
medio periodo (el otro medio no estuvo) y hace campañas presidenciales
frustradas desde el 2006. Antes fue primera dama de su papi que está preso.
¿Podríamos inferir entonces que al menos el 20% de peruanos que votó por ella
aspira a que no les pregunten de qué vive? Si nos guiamos por lo que los
peruanos consumen y la publicidad que vende eso que consumen o que quisieran
consumir, deberíamos inferir lo que el peruano aspira a excluir.
Ponle la etiqueta
“exclusivo” a algo y habrá algún bobo que lo compre. Como siempre, lo
verdaderamente exclusivo no necesita esa etiqueta
http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-que-quieres-peru-2270389
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Una mezcla a evitar: Corrupción y conflictos
sociales
Santiago Pedraglio
Como es natural,
el interés nacional está concentrado en los escándalos de corrupción. Sin
embargo, por más importantes que estos sean, el gobierno del presidente PPK
no puede dejar fuera de su radar el manejo de las demandas sociales y los
posibles conflictos que puedan desatarse. Porque, valgan verdades, un coctel
que mezcle escándalos de corrupción con conflictos sociales podría colocar al
gobierno en una situación excepcionalmente complicada.
El espacio de
conflictos más sensible, por su importancia social y su impacto económico, es
el llamado Corredor Sur Andino. A mediados de 2016, de esta zona se extrajo
aproximadamente 65% de la producción nacional de cobre (considerando los
cinco proyectos más relevantes). Asimismo, se calcula que en los próximos
años la producción de este corredor representará entre 3% y 5% del PBI.
Hay tensiones
acumuladas y fácilmente politizables: servicios públicos deficientes o
inexistentes, pasivos ambientales agudizados por las polvaredas del
transporte pesado, incremento de accidentes de tránsito, incumplimiento o
lentitud de los sectores gubernamentales, y discutibles prácticas
empresariales.
Son especialmente
importantes Velille (distrito de Chumbivilcas, Cusco) y Espinar (también
Cusco), zonas claves para la viabilidad del corredor minero Sur Andino.
Honrar los compromisos del Ejecutivo es fundamental en ambos casos: en
Velille, los proyectos de infraestructura productiva y social; y en Espinar, los
354 millones de soles necesarios para el afianzamiento hídrico, comprometidos
en agosto de 2013, y los 1,200 millones de inversión comprometidos en la Mesa
de Diálogo.
Al mismo tiempo,
en estos momentos de relativa calma social, bien harían la PCM y el MEF en
visibilizar el trabajo de la Oficina Nacional de Diálogo y Sostenibilidad.
Esto le hará ganar legitimidad a una institución con responsabilidades
sensibles, lo que le permitirá afrontar con autoridad los momentos difíciles.
Salvo, claro, que la tecnocracia considere que son esfuerzos inútiles, lo que
equivaldrá a resolver los conflictos por la vía del enfrentamiento o la
represión.
http://peru21.pe/opinion/santiago-pedraglio-mezcla-evitar-corrupcion-y-conflictos-sociales-2270401
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