sábado, 31 de diciembre de 2016

OPINIONES 31/12/2016


Lava Jato de vértigo - Raúl Tola
Lo peor del año - Mirko Lauer
Mandamientos para PPK - Carlos Meléndez
Odebrecht y los ratones - Gustavo Espinoza M.
Seguridad ciudadana y reforma policial - Carlos Tapia
Tren Bioceánico Brasil-China - Germán Alarco Tosoni

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Lava Jato de vértigo


Raúl Tola



Todavía no somos conscientes del alcance que tendrá el caso Lava Jato. Primero porque las investigaciones recién están en curso, y se vienen manejando con bastante sigilo. El acuerdo de delación entre la justicia de los Estados Unidos y Odebrecht es apenas la punta de la madeja. En el caso peruano, hemos conocido coimas por US$ 29 millones de dólares en dos operaciones, la carretera interoceánica sur y el tramo 1 del metro de Lima. Pero estos son solo dos ejemplos del accionar de la empresa, planteados en un documento marco, que no refleja toda la verdad, sino una intención de colaborar con la justicia. Es más seguro que, cuando las pesquisas avancen y se hagan públicas, sumaremos nuevas obras, y la cuenta de sobornos de Odebrecht se irá engrosando significativamente.

Segundo, porque las cifras que comenzarán a aparecer serán tan vertiginosas que ahora mismo necesitamos hacer un gran ejercicio de imaginación para aprehenderlas. Odebrecht es solo una de las siete constructoras brasileñas que vienen trabajando desde años en el Perú, y que están implicadas en las averiguaciones de Lava Jato (entre otras, falta sumar a OAS, Camargo Corrêa, Andrade Gutierrez y Queiroz Galvao). Añadamos a ello que nuestro país es nada más que uno de 12 donde el gigante de la construcción operó sus coimas.

En la última reunión anticorrupción organizada por Transparencia Internacional en Panamá, el fiscal brasileño Deltan Dallagnol, que comanda el equipo de investigadores encargados de desmenuzar Lava Jato, se animó a lanzar un cálculo de todas las operaciones de las empresas implicadas, en todos los países alcanzados por sus prácticas. Este podría sumar la escalofriante suma de US$ 300 mil millones. Según los estándares habituales, entre un 5% y un 10% de ese dinero fue invertido en coimas.

Mientras usted lee estas líneas, ejércitos de investigadores repartidos por el mundo intentan desglosar todas las ramificaciones de esta megaoperación mafiosa. Solo en Suiza, los fiscales analizan dos millones de documentos incautados a la División de Operaciones Estructuradas, el departamento de administración de sobornos de Odebrecht.

La parte que tiene que ver con el Perú está en manos del grupo al mando del fiscal supraprovincial anticorrupción Hamilton Castro, que también estuvo en Brasil reuniendo información. Para impedir cualquier clase de interferencia política, se ha firmado un acuerdo de confidencialidad con Estados Unidos y Suiza, que prohíbe hacer públicas estas pruebas. Ojalá éste sea respetado, lo que evitaría el riesgo de contaminación por parte de la comisión investigadora abierta por el Congreso de la República. A partir de su experiencia, el ex procurador anticorrupción José Ugaz dijo que estos grupos de trabajo nunca obtienen resultados concretos, más bien empantanan los casos, porque suelen estar “Más interesados en sus pequeñas disputas partidarias que en la persecución de la verdad”.

Estoy convencido de que, dentro y fuera del Perú, una vasta colección de corruptos tiembla de miedo en secreto. Tarde o temprano comenzarán a desfilar ante la justicia, y si esta actúa con prontitud y firmeza —como lo hizo el Poder Judicial peruano durante la caída del fujimorismo—, la lista de condenas será tan larga y sorprendente, que tendrá los efectos de un cataclismo sobre la clase política de todo un continente. Acá ya nos pasó una vez, y si las pruebas lo sustentan, ojalá nos vuelva a pasar. Caiga quien caiga.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/835318-lava-jato-de-vertigo



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Lo peor del año

Mirko Lauer


El 2016 probablemente será recordado como el año en que se consolidó el despegue de la extrema derecha en el mundo. Bajo diversos nombres (populismo, nacionalismo, alt-right), los enemigos del orden surgido en 1945 y sus secuelas han avanzado entre significativos, hasta ganar la elección más importante del mundo.

Europa teme que uno de esos partidos enemigos radicalmente del Estado de bienestar, los derechos humanos o la Unión Europea llegue al poder en algún país de primer o segundo rango. Con variados argumentos, en 10 países del continente ya hay gobiernos nacionalistas, aunque ninguno extremo. Los más importantes Bélgica, Polonia y Suiza.

Es casi seguro que la extrema derecha va a seguir creciendo, ahora alentada por el triunfo de Donald Trump, la estrategia anti-occidental de Vladimir Putin, los problemas de la inmigración, y la crisis económica. De modo que cuando la hora de un triunfo extremista serio llegue, va a tener apoyo internacional.

La batalla no es solo en las urnas, sino a la vez en el debate ideológico. Las ideas liberales de la Revolución Francesa o las de la Declaración de los Derechos del Hombre están bajo ataque desde las trincheras del conservadurismo religioso ultramontano, de los demagogos autoritarios, y de otros nostálgicos de las cavernas.

Una pregunta, en realidad un temor, frecuente ante esta situación es si el mundo está regresando a la situación de los años 30, con formas renovadas de nazismo, fascismo y otras formas de nacionalismo irracionalista dominando la escena y arrastrando al mundo hacia peores guerras que las que ya hay.

¿Qué ha cambiado? La versión desde la izquierda es que el capitalismo ha venido haciéndoles pagar su crisis a los trabajadores, produciendo con ello al ciudadano descontento y disponible para los mensajes liquidadores de las libertades democráticas, y en el caso extremo incluso de sus propios intereses.

En la derecha (incluso la estándar) la versión es que la excesiva acumulación de beneficios y derechos para el hombre de la calle ha causado la crisis del capitalismo en primer lugar. Ahora estaríamos viviendo la paradoja de un auge de los enemigos de esa misma acumulación. La versión moderna, o más bien posmoderna, de la triste frase del absolutismo español, “¡Vivan las cadenas!”.



http://larepublica.pe/impresa/opinion/835315-lo-peor-del-ano


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Mandamientos para PPK

Carlos Meléndez


Aunque sabemos que al presidente Kuczynski le “importa un pepino la opinión de los politólogos” (sic) –incluyendo la de la colega y primera dama, según reciente entrevista–, me atrevo a sugerir –desde la buena fe– un decálogo para el mandatario. Luego de su primer semestre en Palacio –¿o en Choquehuanca?– es evidente que no dirige un “gobierno de lujo” y que carece de visión política atenida a las complejidades del país. Pasemos al modesto catequismo político.

Respetarás a la política por sobre todas las cosas. La tecnocracia arrogante construye su legitimidad sobre un supuesto ‘expertise’ que desprecia al resto de los mortales. Error garrafal, porque para “destrabar” al país no se requieren técnicos sino políticos. Pululan diseñadores de políticas, escasean operadores de gestión de conflictos y soluciones de crisis en el terreno.

No tomarás el nombre del “diálogo” en vano. Lo peor para un gobierno minoritario es devaluar el significado del “diálogo”. De nada valen 211 mesas posconflicto, “cumbres” con líderes partidarios y ex presidentes, ceremonias del Acuerdo Nacional, etc., si el “humor inglés” presidencial socava los acercamientos.

Santificarás la reforma política. El mentado “Estado moderno” requiere instituciones políticas que conviertan el crecimiento económico en desarrollo integral. La bonanza económica debe integrar al peruano promedio a una comunidad política. De otro modo solo se llenan los bolsillos de las élites y vacían los corazones de los ciudadanos.

Honrarás al antifujimorismo y al fujimorismo. Evitar el “pan con pescado” que proponen las dos fuerzas dominantes implica encontrar ese punto medio –la “tercera vía”– para sortear la confrontación. Ello impone una estrategia mínima de colaboración con la oposición, que no ha de ser interpretado como “traición” a su electorado “de segunda vuelta”.

No matarás las esperanzas. La canasta básica es más determinante para su aprobación que las demandas antifujimoristas. La mitad del país aún aprueba su gestión. Sin embargo, de mantenerse el declive puede convertirse en un ‘lame duck’ en tiempo récord. Para revertir dicha tendencia debe enfocarse en los bolsillos de los peruanos.

No te codearás con empresarios impuros. Su mandato y lealtad residen en intereses públicos, no en privados. El déficit de institucionalización política del partido oficialista favorece la fluidez de intereses económicos en el entorno de las decisiones políticas, desnaturalizando el bien público.

No cholearás.

No promoverás falsos valores. Un buen administrador del sector privado no va a ser necesariamente un buen funcionario público. El salto del ‘business’ al Estado requiere un cambio de chip no siempre disponible. Lo único que alienta es la improvisación.

No consentirás funcionarios ni conductas corruptas. Tampoco “agradecer los servicios prestados”.

No codiciarás a los parlamentarios de tu prójimo. Ni alentarás el transfuguismo para debilitarlo. La carencia de recursos políticos no justifica una estrategia ofensiva hacia los rivales políticos. Conviene alentar candidaturas propias para las subnacionales del 2018. Recuerde: los equipos se arman de atrás hacia delante.

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Odebrecht y los ratones

Gustavo Espinoza M.



Cuando los militares brasileños adscritos a la Escuela Superior de Guerra –Olimpio Moura de Minas Gerais, Castello Branco, Amaury Kruel,  y  otros- derrocaron a Joao Goulart en marzo de 1964, se inició una nueva etapa de expansión del capitalismo sub regional en América Latina.
El Golpe tuvo claras connotaciones imperiales.  Su acción, se desencadenó a partir del 13 de marzo de ese año, cuando el Jefe del Estado firmó una ley expropiando refinerías de petróleo y tierras. Seis días después -el 19-, los Cipriani de ese escenario y época, salieron a las calles en una gigantesca “paseata”, por “Dios, Familia y Libertad” reclamando “la patriótica intervención de los uniformados”.

Eran los tempos en los que Carlos Lacerda y la “Prensa Grande”  saludaban las maniobras militares norteamericanas en suelo brasileño ejecutadas bajo el sugestivo nombre de “Brother Sam”, y decían sin rubor: “lo que es bueno para los Estados Unidos, es bueno para el Brasil”

A la sombra de ese golpe -31 de marzo de 1964- y en años sucesivos, algunos grupos económicos acumularon inmensas fortunas haciendo uso de métodos lícitos unos,  e ilícitos otros, que multiplicaron su capacidad operativa; en tanto que morían en las calles luchadores de la talla de Carlos Marighella y otros -como Dilma- sufrían horrendos castigos en las ergástulas del régimen.

Cuando los uniformados se vieron forzados a dejar el Poder en 1985, gracias al vigoroso ascenso de un  movimiento popular que nunca dio tregua a la dictadura; estos grupos dejaron de “mandar” en el nuevo escenario. Virtualmente  “quedaron a la sombra”,  y se dedicaron a multiplicar sus ingresos formando empresas constructoras y financieras, dando fuerza a  un verdadero “imperio de la corrupción”

Surgieron así  Odebrecht, Camargo Correa, Andrade Gutiérrez, Queiroz Galvao, y otras,  que buscaron reacomodar su presencia adaptándose a la “nueva situación”, creada a partir de  los años 80 del siglo pasado.

El periodo de transición de los años de la  dictadura a los de la democracia formal, en ese gigantesco país, fue prolongado; pero, además, nunca profundo. Se cambiaron las formas de dominación, pero la esencia, fue la misma.

El Fondo Monetario y el Banco Mundial acomodaron sus recetes y la aplicación de sus políticas financieras y de reactivación;  en tanto que los “Poderes Fácticos” - la Prensa Grande, el sistema financiero, las entidades patronales, la jerarquía eclesiástica, y otros- mantuvieron  intactos sus vínculos laboriosamente forjados y construidos a partir de la discriminación, el racismo, la marginación y el anticomunismo desenfrenado.

La llegada del PT al gobierno a fin es de los años 90 generó una esperanza; pero, sobre todo, una ilusión. Afincó la idea que era posible introducir cambios profundos en el esquema de dominación vigente, maquillando el rostro del Poder.

En otras palabras, se indujo a creer que bastaba variar el rumbo de la política para hacer más digerible el consistente, y casi imbatible, sistema de dominación hasta entonces imperante.

A  fin de “vender” mejor ese producto, aparecieron los “programas sociales”, las políticas de inclusión; y las propuestas orientadas a reducir los índices de pobreza y marginalidad.

El discurso atractivo se basó en la idea que “en democracia”, era posible disminuir la pobreza y aliviar la situación   las poblaciones más olvidadas; y que, para hacerlo, no era preciso quitarle nada a nadie.  Como la Revolución no era posible y el Socialismo  no tenía fuerza;  la “salida“, era distinta: había que embellecer el capitalismo, no cambiarlo..

Con otras palabras, se hizo carne el mensaje de Haya de la Torre en 1945 en su recordado discurso de la Plaza San Martín ante los bacones del Club Nacional: “No se trata de quitarle la riqueza al que la tiene, sino de crear riqueza para el que no la tiene”. Sabiéndolo, o ignorándolo, esa fue -finalmente- la  esencia de la política del PT en lo que va del  nuevo siglo

A partir de entonces se vio en  la patria de Tiradantes una suerte de escenario compartido. Los empresarios, hacían sus “negocios”, y  los líderes del PT “sus políticas”.  Ninguno. Interfería en el juego del otro. Al contrario. Unos y otros se respetaban y aún mas, podían “darse la mano” si eso fuera necesario. Lo importante era convertir en realidad “el Milagro Brasileño“, y lograr lo que ya había predicho Richard Nixon: “hacia donde mira el Brasil, mira  América Latina”.

El “darse la mano”, tenía sus riesgos, pero valía la pena. Los empresarios podían “aporta fondos” para algunos de los “programas sociales” en boga, a cambio de que no se tocaran sus privilegios  -ni sus tierras,  ni sus empresas-; en tanto que los políticos podían ayudarlos a “extender” sus negocios, sin comprometer los intereses del Estado.

Fue en ese marco que las empresas brasileñas llegaron al Perú. Las trajo Alberto  Fuimori en la última etapa de su gestión; y las heredó, en su momento,  Alejandro Toledo. Luego vendrían  García y Humala,  sólo que en similares condiciones.

Como lo han dicho algunos de los “analistas” que abordaron el tema, estas empresas no tenían contenido político, ni rumbo ideológico. Tenían, simplemente, objetivos comerciales. Hacían negocios, independientemente del signo político de sus circunstanciales “aliados“. La vida les había enseñado algo que el mundo conocería después en palabras de Deng Xiaoping: “no importa de qué color sea el gato; lo que importa, es que coma ratones”.

Y si Odebrecht  fue el gato, los ratones en este rincón del mundo, fueron los mandatarios  peruanos que, a cambio de algunos millones de dólares, les dieron jugosas concesiones. “Hagan sus  políticas, que no nosotros haremos nuestros negocios”, pareciera haber dicho Marcelo, el brasileño de las coimas.

En 29 millones de dólares se calcula el monto que el consorcio brasileño “invirtió” en los gobernantes peruanos que suscribieron convenios. A decir verdad, no invirtió  nada en el rubro; porque la suma aludida, fue “descontada” del monto de la inversión empresarial, de modo que la pagamos todos.

De alguna manera eso lo puso en evidencia, en  el periodo anterior, el congresista Juan Pari, pero no le dieron “bola”. Y es que, en su informe, no sólo aludió a la “carne fresca” -Humala y Nadine-; son también a la podrida: Fujimori, Toledo y García.

Hoy, forzada por la circunstancia, la “prensa grande” resucita el “Informe Pari”, pero querrá “liberarlo” de  la  presencia  del  chinito  de la yuca, para investigar a los demás  -incluida Nadine, claro- porque a ella, se la tiene jurada.

Que investiguen a fondo, y que investiguen todo; porque ese olor putrefacto, es del capitalismo en descomposición; ese que deja “hacer política” mientras no toquen sus intereses; y que tolera a “los políticos” mientras le sirvan. Cuando eso ya no ocurra, los tratarán como a Dilma, o como a Nadine, claro.

Una buena experiencia, al fin y al cabo.



http://rebelion.org/noticia.php?id=221075


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Seguridad ciudadana y reforma policial

Carlos Tapia



1).- En la reunión del Acuerdo Nacional, el tema del título de esta columna monopolizó las tres horas del diálogo después de la exposición del ministro del Interior, Carlos Basombrío. Si bien se planteó combatir la inseguridad desde una lógica multisectorial, quedó claro que ahora el principal tema es la reforma policial ya iniciada.

2).- Las propuestas de una nueva estructura y administración de la Policía Nacional del Perú (PNP) en curso no serán motivo de estas líneas. Sí, en cambio, mostrar ciertos estilos y costumbres en la PNP y que son una copia del Ejército (EP).

Influyó mucho la lucha contrasubversiva cuando la PNP se tuvo que acoplar a la dinámica militar.

3).- Los policías buscan garantizar el orden interno, capturar a los delincuentes y entregarlos a la justicia. Los soldados están entrenados para la guerra, para matar y destruir al enemigo. Un jefe militar al ser reconocido por las nuevas tropas, les exige “subordinación y valor” y estas contestan “viva el Perú”. Lo primero que se exige a los soldados es la subordinación al mando y valor para la batalla contra otro ejército. Sin embargo, igual ritual se repite en la PNP. Más correcto sería: “El honor es su divisa… ¡Viva el Perú!”.

4).- En los desfiles militares, los policías hasta marchan mejor que los soldados. Pierden semanas ensayando, cuando deberían utilizar este tiempo para mejorar su técnica para combatir a la delincuencia. ¡Ciertos generales de la PNP usan bastón de mando como los del EP!

5).- Para finalizar, se considera como los máximos héroes de la Policía Nacional a Mariano Santos y Alipio Ponce, ambos policías pero en función militar, el primero por una acción de valor en la batalla de Tarapacá y el segundo muerto en la guerra con Ecuador en 1941.

¿Acaso no hay ejemplos de heroísmo en el cumplimiento de la labor policial?


http://peru21.pe/opinion/carlos-tapia-seguridad-ciudadana-y-reforma-policial-2266519


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Tren Bioceánico Brasil-China

Germán Alarco Tosoni


Durante el gobierno del presidente Toledo se dio inicio a los proyectos de integración a través de las carreteras IIrsa Sur e IIrsa Norte. Ambas fueron razonablemente exitosas en mejorar la integración al interior del país y coadyuvar a los tráficos interfronterizos, pero su aportación a los internacionales desde el Brasil hacia el Asia o viceversa fueron nulos.

Brasil y más recientemente China están promoviendo la construcción de un Tren bioceánico con entrada en el Perú por Pucallpa y salida en el puerto de Bayóvar-Piura. En el gobierno de PPK se ha manifestado que este tren debería pasar por Bolivia y salir por el puerto de Ilo.

La integración bioceánica es clave en el Siglo XXI. Sin embargo, tanto cuando se plantearon los proyectos de IIrsa como la decisión sobre el tren bioceánico no se realizaron con la rigurosidad debida. A diferencia de nosotros, Brasil y China sí tienen planeamiento estratégico.

De partida, si el objetivo de estas vías era la integración bioceánica nunca debieron realizarse a través de la modalidad carretera: la opción tecnológica era la ferroviaria que implica menores costos de transporte unitarios a larga distancia solo superados por el transporte marítimo.

Adicionalmente, esta opción permitía un mayor control de los impactos ambientales al momento de la construcción y después. Ni hablar de los problemas en la ejecución ya la IIrsa Sur tuvo un presupuesto inicial de US$ 893 millones y terminó en US$ 2,095 millones más otras obligaciones contingentes pendientes a largo plazo.

Ahora, al igual que antes, se ha actuado con precipitación. Ya se escogió la ruta que pasa por Bolivia y desemboca por Ilo desechando la otra. En primer lugar, hay que evaluar seriamente si las opciones ferroviarias propuestas son en tiempo, costo y oportunidad mejores que la vía marítima actual. ¿Cuáles serían las cargas y volúmenes que podrían movilizarse?

En tercer lugar, hay que establecer cuál es el trazo más conveniente en términos económicos y sociales. Se trataría de considerar el criterio del menor valor presente neto de los costos unitarios considerando toda la inversión por realizar y los costos operativos.

Complementariamente, habría que valorizar todas las externalidades positivas y negativas (incluidas las ambientales) de ambos trazos. ¿Cuál generaría mayores beneficios regionales y locales?, ¿son realmente trazos sustitutos?, ¿habría que distribuir la inversión en proporción a los beneficios esperados por las partes, no los KM por país?

El gobierno de PPK, a diferencia de los anteriores, tiene la oportunidad de demostrar que en el tema hay planeamiento estratégico, capacidad de negociación, transparencia, buenos diseños, adecuada formulación de proyectos y contratos, y supervisión en serio. Ojalá no fallen.


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