Buena suerte - Enzo Defilippi
¿Bueno para quién? - Luis Davelouis
Conversación en la catedral - Augusto Álvarez Rodrich
Conversar sí es pactar - Fernando Vivas
El Perú en bandeja - Sigrid Bazán
La consagración del cogobierno - Manuel Dammert Ego Aguirre
La crisis de los rehenes - Antonio Zapata
Provocación contra la paz mundial - César Lévano
Un mirador - Mirko Lauer
Vieja y nueva política - Gonzalo Portocarrero
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Buena suerte
Enzo Defilippi
Hace unas semanas,
el gobierno publicó el Decreto Legislativo 1251, el cual modifica el marco
legal de las asociaciones público-privadas (APP) y la estructura de Pro
Inversión. Si bien varios cambios son positivos, otros dejan serias dudas.
Un sistema de APP
sólido requiere de un Pro Inversión con funcionarios competentes, asesores
técnicos de primer nivel y operadores de talla mundial. Sus peores enemigos
son los lobbies que buscan asignarle al Estado los riesgos privados, un
reducido número de postores, los malos asesores y funcionarios temerosos de
tomar las decisiones correctas.
Dicho esto, me
parece positivo que los concursos no puedan ser convocados sin una versión
completa del contrato, lo que obligará a las instituciones intervinientes a
unificar criterios antes de sacar los proyectos al mercado. Ello, además,
limitará la interacción con los postores hasta que se hayan decidido todos
los aspectos claves de una APP (como la asignación de riesgos), lo que reduce
su capacidad de influir en ellos. También es positivo que Pro Inversión pueda
contar con recursos humanos competentes y mejores asesores de transacción,
pues su nivel técnico fue decayendo con el paso de los años.
En mi opinión, la
modificación más importante es haber explicitado que no se puede cuestionar
las decisiones que toman los funcionarios a menos que hayan actuado con dolo
o negligencia. Ello, porque la actuación de la contraloría en estos temas se
ha desnaturalizado tanto que ha llegado a cuestionar los criterios con los
cuales se otorgan APP solo porque no coinciden con los suyos; actitud que
genera temor de tomar las decisiones correctas y debilita enormemente el
sistema de APP. Felicitaciones por ello.
Un cambio cuyas
consecuencias no son posibles de predecir es que la mitad de los miembros del
consejo directivo de Pro Inversión provenga del sector privado. Puede ser
positivo si con ello se evita convocar proyectos difícilmente financiables o
en condiciones poco atractivas para un inversionista, pero negativo si su
presencia se convierte en el instrumento de lobbies que buscan desincentivar
la competencia o asignarle riesgos privados al Estado.
Además, ¿de dónde
van a salir? No pueden provenir de firmas consultoras ni de estudios de
abogados que asesoran a postores, ni ser profesionales que sirven en
directorios de sus empresas vinculadas. En un mercado tan pequeño como el
peruano, es bien difícil evitar los conflictos de interés. Buena suerte con
eso.
Un cambio
definitivamente negativo es que Pro Inversión tenga su propio equipo de
destrabe, partiendo en dos el del MEF. Ello significa ignorar por completo el
criterio de especialización y el carácter transversal que caracterizan a
estos equipos. Y en un Estado tan poco institucional, al MEF le hacen caso
porque es el MEF. Veremos quién le levanta el teléfono al equipo de destrabe
de Pro Inversión. Buena suerte con eso también.
Por último, creo
que es una pésima decisión desincentivar la competencia reduciendo de 150 a
90 días el período para que terceros manifiesten su interés en una iniciativa
privada (situación en la cual la competencia ya era difícil). Quien decidió
esto lo hizo pensando como constructor (lo importante es la infraestructura)
en vez de hacerlo como usuario (lo importante son las tarifas por usar la
infraestructura). Veremos en cuántos concursos se presenta un segundo postor.
http://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/buena-suerte-enzo-defilippi-noticia-1954907
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¿Bueno para quién?
Luis Davelouis
PPK se reunió con
Keiko. En principio, que las dos figuras políticas más importantes del país
se reúnan es positivo. Más aun si consideramos la escalada de tensiones entre
el fujimorismo y los demás actores políticos, porque no se puede llevar un
país a las patadas. O se puede, pero no es lo que queremos los que no somos
del mototaxi.
(Porque censurar a
un ministro por su supuesta responsabilidad política por una compra de
computadoras realizada en una plataforma digital del Estado y luego explicar
que esa misma responsabilidad política no existe cuando la compra la realiza
el censor a través del mismo mecanismo se llama doble estándar, apanado y
abuso).
Para negociar se
necesita que las partes pongan sobre la mesa algo a lo que estén dispuestas a
renunciar; a cambio de algo más, claro. Les pregunto a todos los que dicen
que para llevar la fiesta en paz solo hay que calmar los ánimos en el
Ejecutivo y hacerse el tonto con el mototaxi de Keiko: ¿qué está poniendo o
podría poner Fuerza Popular sobre la mesa y a cambio de qué? Yo creo que
nada. Ya tiene todo lo que necesita según “el orden constitucional”.
La asimetría es
flagrante: PPK no puede poner orden en su bancada de 17, mientras que el
mototaxi ha funcionado como un bulldozer. PPK no tiene capacidad de operar
políticamente, FP tampoco, pero con 72 curules basta con apretar un botón.
A la imagen de
debilidad del Ejecutivo no ayudó el mensaje tras la reunión: PPK aferrado al
lugar común buena onda, Keiko diciendo que seguirán su agenda política,
aunque no haya coincidencias. ¿Qué significa eso?
Es demasiado
temprano para felicitarse por la cita o para siquiera pensar que su
circunstancia es irrelevante a la vista de lo que representa. Porque no
tenemos idea.
http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-bueno-quien-2265519
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Conversación en la catedral
Augusto Álvarez Rodrich
La cita entre el
presidente Pedro Pablo Kuczynski y Keiko Fujimori puede prestarse a muchas
especulaciones que se irán disipando en el futuro, y una de ellas es que se
trate de un esfuerzo para poner, de una vez por todas, las cosas en su sitio
en el país.
Es una
especulación posible, entre muchas otras, derivada de la convocatoria del
cardenal Juan Luis Cipriani.
Que sea el
Cardenal quien lo haga, al igual que cualquier otra persona que no sea del
espacio directo de Palacio de Gobierno, como, por ejemplo, el premier
Fernando Zavala, deja la impresión de un presidente débil, sin capacidad de
convocatoria.
Aunque también es
cierto que hay un mérito en su convocatoria pues pocas personas como Cipriani
podrían generar confianza en el presidente PPK pero, principalmente, en Keiko
Fujimori, pues, para decirlo de un modo claro y directo, el Cardenal es un
antiguo activista del fujimorismo.
Pero el cardenal
Cipriani es bastante más que eso. El fujimorismo es, para él, un instrumento
estupendo para el asentamiento de las ideas más conservadoras del país y para
enfrentar a esfuerzos en marcha desde hace un tiempo para crear una sociedad
tolerante, plural, democrática y digna para todos, al margen de las
diferencias de cada persona.
Cipriani es un
líder de este sector que incluye, además del fujimorismo, al Apra, a otras
iglesias y a varias instancias de poder en el país que ven, con mucha
preocupación, el crecimiento de ideas que contrastan con un orden conservador
y excluyente, así como por el éxito electoral de ideas políticas con las que
este grupo discrepa abiertamente.
Keiko Fujimori fue
la candidata 2016 de ese sector, al igual que en 2011, pero fue derrotada
sucesivamente. Sin embargo, PPK significa para ese grupo conservador algo muy
distinto que Ollanta Humala.
PPK sería, por
ello, la esperanza de una alianza con el fujimorismo para poner las cosas en
su sitio en el país, en ese sitio del cual, en teoría, nunca debieron
salirse.
Eso pasa, además,
por el silenciamiento de sectores liberales principalmente en el periodismo,
el cual, curiosamente, se ha convertido en el blanco principal de sus ataques
en el parlamento y en las redes, porque los culpan de ser los responsables
principales de sus desventuras, junto con el soporte de ‘sus’ periodistas,
esos que en la última campaña dieron asco a la profesión por sus maniobras.
La duda hoy es si
PPK, con el pretexto de llevar la fiesta en paz en su gobierno, está
dispuesto a traicionar al electorado que votó por él para evitar lo que ahora
le quieren imponer.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/832411-conversacion-en-la-catedral
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Conversar sí es pactar
Fernando Vivas
una vez que PPK
confesó lo que todos sabíamos en el “House of Cards” criollo, que lo de la
cuestión de confianza era un bluff, tenía que reponerse del roche, tragarse
la censura a Saavedra y recuperar la iniciativa política de alguna forma.
La mejor idea era
llamar a Keiko para un diálogo ‘win-win’ donde más o menos pactaran lo
siguiente: tú me dejas gobernar y no te metes con mis ministros, y yo te
ayudo a aparecer como una estadista que usa su mayoría en el Congreso para
bien. O sea, tú no me obstruyes ni yo tampoco, que también puedo obstruirte
desde el Ejecutivo, ah. Para que quede más claro: tú ayúdame a salir bien
parado de mi gobierno y yo no moveré un dedo contra tu candidatura.
¿Que no tiene
sentido esto? Pongo un ejemplo de cómo puede operar: Keiko, en su Plan Perú,
quiere aparecer como la gran articuladora del emprendedurismo formal e
informal de pequeña escala. Para eso tiene proyectos como el del ‘IGV justo’.
Es la derecha popular en busca de su nuevo elector emblemático, que este ya
dejó de ser el adulto con nostalgias albertistas. Bueno, pues, el Ejecutivo,
con la habilidad técnica que no abunda en las filas de Fuerza Popular, podría
hacer trizas la implementación de esa ley ya aprobada. Y claro, mientras eso
pasa, tendríamos a los congresistas de choque Luis Galarreta o Héctor
Becerril coordinando nuevas interpelaciones. Y todos nos vamos al hoyo más
rápido.
Conversar no
siempre es pactar, pero vaya que este par necesita un mínimo entendimiento.
PPK no es político confrontador, y si lo fuera, no tiene ni la bancada ni las
condiciones para pelearse ahora. Su entorno busca estabilidad para los
grandes negocios del Perú y no la zozobra que provoca la bronca. Por eso
asumió la idea del encuentro, pero lo hizo tan tímidamente, invitando a un
gaseoso diálogo nacional, que el cardenal Cipriani se apropió de la
iniciativa.
Claro que aplaudo
el diálogo. Es una patada hacia adelante para superar el enfrentamiento de
poderes. No solo a PPK le urgía, Keiko necesitaba salir de su retraimiento
con una pose de estadista. El amargo balconazo de sus 100 días y la
prepotente censura a Saavedra despintan su candidatura al 2021.
La presencia del
cardenal sí agrega un elemento: se ha colado en las fotos y no dudo de que
quiera colar su agenda pro vida y homofóbica en el pacto. Keiko es seducida
por los conservadores que buscan una posta de liderazgo. Del cardenal
desgastado en tantas tormentas a la joven política que gravita sobre el
futuro nacional. Para eso Keiko tendría que enajenar el proyecto de su vida.
¿Será tan necia?
El presidente
liberal y la líder conservadora podrán hacer un pacto de mutua no
obstrucción. Aplausos por eso. Pero, en buena hora, no podrán pactar contra
un tercero que alce cabeza.
http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/conversar-si-pactar-fernando-vivas-noticia-1954938
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El Perú en bandeja
Sigrid Bazán
El sistema
democrático de gobierno de nuestro país no resulta funcional para la gran
mayoría de peruanos. Se necesitaría más de una columna para explicar el
fenómeno pero existen muchos factores, entre ellos la vieja relación entre
democracia y desarrollo económico.
No es funcional
para los más pobres un sistema democrático en el que se profundizan las
desigualdades. No es funcional para quienes no tienen acceso a servicios
básicos, vivienda, etc. Estos ejemplos constituyen una de las razones más
importantes por las cuales la gente no sale a defender la democracia per se y
más bien busca defender lo suyo. De hecho, en muchos casos, esta situación se
refleja en el apoyo a varias medidas autoritarias como la pena de muerte, el
servicio militar obligatorio, etc.
Este contexto
resulta perfecto para el fujimorismo, grupo político que termina torciendo el
sistema democrático, desde tiempos inmemorables, para recursos como “la
interpretación auténtica”, vacar a gente del Tribunal Constitucional, la ley
del “papelito manda”, etc. Varias pueden haber sido declaradas legales en
cuanto a forma, pero muchas veces inconstitucionales y contrarias al espíritu
de toda democracia. Desde cerrar el Congreso e intervenir el Poder Judicial
para tener un control absoluto de poderes, hasta la última censura al
ministro de Educación por haber gobernado con Humala…son mecanismos que
podrían tener un asidero “legal” pero… ¿cuán democráticos y cuán legítimos
son realmente?
Termina siendo
rentable para el fujimorismo negociar sin respeto al sistema que lo eligió.
De hecho, le va bien haciendo de las suyas. De lo contrario miremos una de
las más recientes encuestas de GfK: “Si el Congreso se disuelve y usted
tuviera que votar de nuevo para elegir a congresistas, ¿por qué partido
votaría?” La respuesta podría parecer increíble pero tiene una explicación.
El partido de Keiko Fujimori seguiría siendo el más votado en esta hipotética
situación: 28% votaría por Fuerza Popular, 23% por representantes de PPK y 8%
por el Frente Amplio.
Si bien toda
democracia es perfectible y puede fortalecerse mientras sus beneficios –en
especial los económicos– lleguen a más peruanos, el autoritarismo viene
convirtiéndose en una campaña del fujimorismo avalada ahora por el presidente
PPK, quien parece estar dispuesto a entregar al Perú en bandeja. El
presidente dio anteayer una muestra más de sumisión y confirmó que le es más
rentable cogobernar con Keiko Fujimori –y darle el poder que ella no logró en
las urnas– que comerse el pleito por la democracia. A la larga, lo único que
obtenemos es el progresivo deterioro de nuestro sistema de gobierno, con el
que algunos hacen lo que quieren, y que pierde apoyo popular.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/832410-el-peru-en-bandeja
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La consagración del cogobierno
Manuel Dammert Ego Aguirre
Kuczynski y K.
Fujimori han consagrado su cogobierno ante el cardenal, que no representa a
la Iglesia, sino a él mismo. Como en el virreinato, el presidente hizo de
lado el Estado Laico y acudió a una cita donde fue una figura decorativa. PPK
asistió solo, mientras Keiko tenía a uno de sus más activos militantes como
anfitrión del encuentro. Estuvo solo, como lo está en su gobierno, ya que no
cuenta con un partido, solo con un grupo de amigos que en el Congreso votan
todas las medidas económicas junto al fujimorismo y sus aliados.
Cecilia Blume dijo
que PPK debía conversar con Keiko Fujimori para llegar a un acuerdo y ceder
paso al siguiente Gobierno de Fuerza Popular. Y efectivamente las dos fuerzas
han sellado una neoconvivencia de Gobierno y una ruta en esa dirección.
No se trata de
afirmar formas monárquicas sino de ir en una vía institucional y republicana
para dar curso a un diálogo nacional con todas las fuerzas políticas y
sociales de la nación.
Como una muestra
de este acuerdo hoy se ha aprobado, a iniciativa del fujimorismo, en el
Congreso un proyecto de ley N° 584/2016-CR que propone la “Ley que amplía el
límite de deducibilidad de gastos por concepto de donaciones de alimentos en
buen estado para efectos del Impuesto a la Renta”; por el cual ahora se
exonerarán de impuestos a las empresas (supermercados principalmente) por
donaciones en un porcentaje no solo de alimentos sino de todo lo que venden,
se ha elevado más allá del 11%. Esto enriquece a las grandes cadenas.En
contra de la opinión del MEF el oficialismo le ha dado esta prenda al
fujimorismo.
El año 2017 será
un año prácticamente en recesión económica, pagarán las consecuencias de esta
situación las grandes mayorías nacionales; los trabajadores con sus
condiciones salariales y de trabajo precarias; la juventud que inicia su
búsqueda de empleo digno enfrenta la angurria empresarial; los agricultores
con las consecuencias de la sequía general; lo alumnos y padres de familia de
la escuela pública con la profundización de la elitización excluyente y el
trato indigno contra el magisterio nacional; la soberanía nacional frente a
la necesidad de cambiar el esquema del contrato del Gasoducto del Sur por uno
que incorpore el poliducto y la petroquímica. Y la ciudadanía enfrentará a la
vez la lucha contra la corrupción que atenaza el Estado.
Ante esto será el
gran movimiento ciudadano que se expresa en las calles, como en la gran
movilización del 12 de diciembre, y la bancada del Frente Amplio desde el
Congreso la que enfrente políticamente al cogobierno #PPKeiko, porque
buscamos un Nuevo Perú con todos y todas, para realizar las transformaciones
que la patria requiere.
http://diariouno.pe/columna/la-consagracion-del-cogobierno/
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La crisis de los rehenes
Antonio Zapata
En estos días se
cumplen dos décadas de la toma de la embajada de Japón por el MRTA que
estremeció al país y tuvo amplia repercusión internacional. Veamos las
distintas interpretaciones que ha merecido este suceso.
El primero en
publicar un libro fue Nicolás Hermoza, entonces comandante general del EP.
Este texto reconoce a Fujimori como conductor político, pero sostiene que él
habría formulado el plan militar de la operación Chavín de Huántar. Este
punto ha sido refutado posteriormente por el Ejército, que en su versión oficial
de los hechos sostiene que dicho plan fue elaborado por el comando conjunto
de las FFAA.
Por su parte, la
CVR comienza su relato relacionando la toma de la embajada con el previo y
frustrado intento del MRTA para capturar el Congreso, apresar rehenes y
canjearlos por sus presos. Esa abortada operación daba la pauta del objetivo
del MRTA en el período, liberar a su gente.
Esa idea es
subrayada por Polay, sosteniendo que la fuerza del MRTA habría reposado en
una sólida moral. Siempre hicieron algo grande para liberar a sus compañeros
de prisión, una operación exitosa con el túnel de Canto Grande y otra
fracasada precisamente en la embajada de Japón. Según su comandante, el MRTA
habría actuado movido por una figura que ya se halla en la Biblia, “nunca
abandonar al camarada”.
El tema de la
grandeza moral es arduamente disputado, porque lo mismo pretende el EP para
sus comandos. En la ya mencionada versión oficial se sostiene que los
soldados se comprometieron íntegramente con la causa del Estado. Habrían
mantenido el secreto hasta con sus familias y se habrían jugado la vida por
una motivación estrictamente patriótica: rescatar al Perú de las garras del
terrorismo.
En la versión del
EP se sostiene que, a pesar del patriotismo y la eficiencia de los comandos,
el país les ha pagado mal al abrirles procesos judiciales por la muerte de
los integrantes del MRTA. Como declaró uno de los rehenes y también dos
policías, algunos pocos combatientes del MRTA habrían sobrevivido y luego
habrían sido rematados. Se dice también que para esta sucia labor habrían
actuado unos “gallinazos” introducidos por el SIN, pero el caso es que el
Poder Judicial abrió proceso a los comandos por este hecho y el juicio ha
llegado hasta San José.
Apoyándose en este
hecho, la versión del EP sostiene que frecuentemente en la lucha contra el
terrorismo los políticos se escudaron en las FFAA sin respaldarlas, a pesar
de las enormes tareas asignadas y cumplidas con eficiencia. Este es otro
punto clave del argumento del EP, resalta la calidad profesional de la
institución, posee escuela, capacidad organizativa, inteligencia y
determinación. Por ello, el rescate de los rehenes es considerado un logro
mundial del Perú.
Retornando a la
CVR, su punto de vista es duro con el MRTA. Según su parecer, esta
organización habría sufrido una desviación militarista extraviando sus
propios objetivos políticos. Fruto de ello habría sido una dificultad para
entender la muy negativa correlación de sus fuerzas en la embajada. Así,
fueron perdiendo todo, hasta la vida de sus últimos militantes.
Este parecer es
contestado por Polay, quien sostiene que la acción dirigida por Cerpa Cartolini
habría quebrado la unanimidad que había en torno a Fujimori y abierto la
última etapa de resistencia contra el autoritarismo. Aunque reconoce algunos
“errores”, Polay defiende con firmeza a Cerpa y al MRTA en general.
Resulta que la CVR
no pretendió ofrecer una versión consensual sino un relato integral desde el
punto de vista de las víctimas. Pasados los años, su parecer ha sido
respondido por las instituciones involucradas. Así, aunque hace falta una
nueva síntesis, ahora hay mayor claridad sobre nuestra desgraciada guerra
interna.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/832409-la-crisis-de-los-rehenes
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Provocación contra la paz mundial
César Lévano
El asesinato del
embajador ruso en Turquía, Andrei Karlov, es algo más que un acto terrorista
islámico. La prensa capitalista trata de presentarlo como un acto de venganza
por la intervención rusa en la guerra de Siria, guerra instigada, financiada
y armada por Washington.
El episodio de la
liberación de Alepo permite ver más allá de las cortinas de humo y de fuego.
El lunes último, lunes 19, mientras se evacuaba a más de cinco mil personas
del último reducto rebelde en el este de Alepo, algunos corresponsales de
guerra descubrieron en los bunkers insurgentes a oficiales estadounidenses.
El disparo por la
espalda contra el embajador de Moscú puede ser interpretado –mas allá de los
gritos del asesino, que debió ser capturado vivo, pero fue acribillado por
soldados turcos– como un acto de venganza no solo de los islámicos, sino
también de los agentes del imperialismo, que se han anotado allí una nueva
derrota.
El alcalde de
Ankara, la capital turca, Melih Gokcek, informó en su cuenta de Twitter que
el atacante es un policía. El diario oficialista turco Yeni Safak precisó
después que el asesino era miembro de las fuerzas antidisturbios.
Necesario es
recordar que el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha sido un
taimado cómplice de la agresión a Siria, a pesar de sus expresas simpatías
por los islámicos. Las relaciones entre Rusia y Turquía se rompieron cuando,
en noviembre de 2015, aviones de combate turcos derribaron un caza ruso.
El embajador
asesinado promovía el restablecimiento de las relaciones entre ambos países.
La ruptura ha afectado seriamente a la economía turca, gran proveedora de
productos agrarios a Rusia.
La reacción rusa
frente al crimen ha sido enérgica, pero serena. La portavoz de la cancillería
moscovita, María Zajárova, declaró: “Calificamos lo que pasó como un acto
terrorista. Los asesinos serán castigados”.
El viernes 16,
Mikel Ayestaran, enviado especial del derechista diario madrileño ABC,
escribió: “La evacuación de Alepo no tiene marcha atrás. Tardará más o menos,
pero hay un bando que ha ganado militarmente y otro que ha arrojado la toalla
por aplastamiento”.
Lo dicho: la
derrota de Alepo duele a los terroristas y también a sus aliados
inconfesados. El asesinato del embajador Karlov es un crimen contra la paz.
http://diariouno.pe/columna/provocacion-contra-la-paz-mundial/
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Un mirador
Mirko Lauer
¿Qué país es este?
(Lima, PUCP, 2016). Luis Pásara deja que 25 personas ensayen respuestas a lo
largo de casi 500 páginas. El autor subtitula las agudas entrevistas
“Contrapuntos en torno al Perú y los peruanos”. El conjunto es
deliberadamente heterogéneo, cada persona con amplio lugar para sus
preocupaciones personales.
El libro es
interesante desde la selección de los entrevistados. Todos tienen (o ya
anuncian) trayectorias profesionales significativas, y uno de ellos una
experiencia poco común. Todos son particularmente articulados en la expresión
de sus opiniones. La lectura es a la vez densa y entretenida, aunque la
combinación varía, por supuesto.
La lista de
entrevistados es elocuente en sí misma. Se omitió a políticos porque el libro
fue hecho en un proceso electoral. Se buscó gente de evidente prestigio, pero
con una celebridad moderada. Las edades cubren todo el espectro generacional.
En cierto modo la lectura va encontrando una coherencia interna en el grupo.
La perspectiva
asumida por Pásara, quien ha vivido los últimos tres decenios autoexiliado
pero con visitas y estrecho contacto con el país, inevitablemente recuerda el
título de Aimé Césaire Cuaderno de un retorno al país natal (un poemario).
Pero a la vez sus preguntas transmiten la curiosidad de un peruano informado.
El contenido de la
obra no entrega una imagen de conjunto, y Pásara no tiene especial interés en
dar una en sus notas sobre “un ejercicio de aprendizaje”. Sin embargo no se
priva de advertir dos conjuntos de rasgos comunes que se desprenden de las
opiniones de los entrevistados.
Uno de ellos es
“el cortoplacismo, la consiguiente falta de estrategia, la inconstancia y la
dificultad para trabajar en equipo”. El otro es el de la insensibilidad y la
falta de solidaridad. De allí se desprenden algunos trazos menos genéricos,
la mayoría de ellos preocupantes, con algunas ocasionales pinceladas de
optimismo.
¿Obtiene Pásara
una respuesta a su pregunta central? Esperemos que sí. Algunos de sus
entrevistados tienen la cosa bastante clara, otros no tanto. Es el tipo de
obra en que se supone que el lector debería sacar sus propias conclusiones.
Por lo pronto el mosaico se presta a una lectura provechosa y, lo cual no es
mérito menor, entretenida.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/832407-un-mirador
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Vieja y nueva política
Gonzalo Portocarrero
Hasta hace algunos
años, el análisis de los procesos políticos descansaba en supuestos
claramente definidos. Los partidos eran percibidos como agentes de los
intereses de grupos sociales a cuya defensa estaban abocados. El núcleo de
estos intereses se expresaba en un programa que identificaba a cada una de
las fuerzas políticas, orientando lo básico de su quehacer. Y los líderes
eran los gestores que elegían los cursos de acción supuestamente más
convenientes para los intereses de sus representados. El corazón de la lucha
política era, pues, la pugna por hacer prevalecer un programa que diera
legitimidad a un gobierno que se postula como representante del interés de
las mayorías.
Este modelo de
análisis político, de inspiración marxista, tendía a una simplificación
excesiva. Se suponía que los programas eran una expresión depurada de los
intereses de clase y que los líderes actuaban racionalmente en función de
mejorar las posibilidades de sus representados. Este modelo correspondía a
una realidad donde la socialdemocracia, las fuerzas conservadoras y la
izquierda representaban las grandes orientaciones políticas para el conjunto
de la sociedad.
Esta situación
cambió con el triunfo del neoliberalismo y la caída del Muro de Berlín. Las
diferencias programáticas perdieron peso y la lucha política se reenfocó en
torno al carisma de los líderes. En el Perú, este proceso se comenzó a dar
desde 1990 cuando Alberto Fujimori, un candidato sin programa, consiguió
vencer a Mario Vargas Llosa (quien logró transformar al neoliberalismo en el
nuevo sentido común de la mayoría del electorado peruano). Desde entonces,
las elecciones han dejado de representar la lucha entre orientaciones
programáticas definidas. Y lo que predomina es la pugna por ganar la simpatía
del electorado a través de promesas, mayormente demagógicas. La competencia
entre los carismas de los candidatos sustituye a la discusión razonada entre
programas.
Desde el 2001 se
repite el mismo esquema. La competencia electoral se convierte en una lucha
de personalidades. En el 2001 Alejandro Toledo le ganó a Alan García, en el
2006 García venció a Ollanta Humala y en el 2011 Humala triunfó sobre Keiko
Fujimori. Todos estos procesos eleccionarios dieron lugar a gobiernos con
mayorías parlamentarias. Pero no sucedió lo mismo en el 2016 cuando el
desprestigio del fujimorismo y la simpatía de Pedro Pablo Kuczynski
impidieron el triunfo de Fuerza Popular. Se configura entonces una situación
compleja, pues la única posibilidad de lograr gobernabilidad es mediante
algún tipo de entendimiento que signifique cierta forma de cogobierno.
Pero esta
posibilidad se ve obstruida por la mutua desconfianza y, sobre todo, por los
deseos de venganza de la candidata del fujimorismo que pone por delante sus
deseos de revancha sin importarle los intereses de las mayorías. Comienza a
perfilarse un estilo de oposición belicoso y obstruccionista. Una situación
que amenaza con paralizar la acción del Estado. Especialmente si el Ejecutivo
se hubiera subido al ring de box. Pero el presidente Kuczynski ha buscado el
diálogo, evitando la insensata dinámica confrontacionista a la que el
fujimorismo lo quiere impulsar.
Se ha señalado con
razón que no hay diferencias programáticas significativas entre PPK y el
fujimorismo. El contraste entre ambas fuerzas se ubicaría sobre todo a nivel
de los estilos personales de sus líderes. La agresividad de Keiko –y sus
seguidores– no parece tener norte ni límites precisos, mientras que a PPK,
por razones de edad y temperamento, le resulta natural una actitud
conciliatoria, de búsqueda de entendimientos. Sería muy peligroso para el
país que se asiente una dinámica confrontacional entre el Ejecutivo y el
Legislativo. El enquistamiento de la mala fe como principio de relación con
el otro decepcionaría a la ciudadanía, ratificándola en la idea de que la
lucha política es un combate de egos e intereses grupales, que poco tiene que
ver con la conveniencia de las mayorías y la construcción de una sociedad
próspera para todos los peruanos.
Por eso PPK ha
hecho muy bien en no caer en la provocación fujimorista a propósito de la
censura, absurda e innecesaria, al ministro Jaime Saavedra. Después de todo,
y ojalá que Keiko así lo comprenda, la fuerza que más pierde es el
fujimorismo, pues la situación ha puesto en evidencia, una vez más, su
autoritarismo y su falta de compromiso con la democracia. Entonces solo queda
desear por el bien del país un diálogo que dé fluidez y eficacia a la acción
del Estado sobre la sociedad peruana.
http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/vieja-y-nueva-politica-gonzalo-portocarrero-noticia-1954860
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miércoles, 21 de diciembre de 2016
OPINIONES 21/12/2016
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