lunes, 24 de abril de 2017

OPINIONES 23/04/2017



¿Se reajusta la política macroeconómica? - Alan Fairlie
“Semos muy hombres” en Chiclayo - Eduardo González Viaña
El trabajo como factor de riesgo - Enrique Fernández-Maldonado Mujica
Reconstrucción con trueque y silencio administrativo positivo - Félix Jiménez
Cronista del dolor - Jorge Millones
Un metro llamado dispendio - Juan Mendoza
¿Futuro líquido? - Richard Webb
Elecciones al susto - Mirko Lauer
Las páginas por voltear - A.Alvarez R.
Entre el error y la corrupción - Víctor Andrés García Belaunde
La historia no voltea sus páginas - Rosa María Palacios
Periodismo y preparación - Claudia Cisneros
Repensar la descentralización (2) - Martín Tanaka
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¿Se reajusta la política macroeconómica?

Alan Fairlie


Si no se relajaba la meta fiscal, debía hacerse un nuevo ajuste de gastos que tanto daño hizo el último trimestre del años pasado, o aumentar impuestos.

El ministro Thorne, en declaraciones públicas y seminario internacional organizado por la Cámara de Comercio, ha hecho diferentes anuncios de política que reafirman algunas cosas, pero deja abiertas otras.

Mantiene expectativas de tasas de crecimiento para la economía alrededor del 3%, que desde diferentes análisis se considera muy optimista. Bruno Seminario, por ejemplo, calcula que por los desastres y corrupción, podríamos estar cercanos a cero. El ministro cree que luego de un mes negativo adicional, habrá un rebote que se mantendrá gracias a la inversión pública que se destinará a la reconstrucción.

Un cambio ha sido que se ha levantado la rigidez inicial de la meta de déficit fiscal, ahora se plantea que puede aumentar y que hay los recursos para invertir. Esto es positivo. También el anunciar que en principio no habrá endeudamiento externo y no se subirán los impuestos.

Si no se relajaba la meta fiscal, debía hacerse un nuevo ajuste de gastos que tanto daño hizo el último trimestre del año pasado, o aumentar impuestos. La recaudación ha caído y las metas no se han cumplido. Solo se recuperará si hay un crecimiento similar al proyectado por el ministro, pero como se ha señalado, parece poco probable de alcanzar.

En efecto, no solo hay una caída de la inversión privada desde antes del escándalo de corrupción y el desastre que nos afectaron. Ahora, las expectativas empresariales según las encuestas disponibles, no han cambiado y no se espera aumento de la inversión privada. Más aún si hay capacidad instalada ociosa en la industria. No habría incentivo para invertir en un contexto de desaceleración de la economía y cifras negativas en varios sectores, donde se ha tenido simultáneamente un shock de oferta y demanda.

Solo queda la inversión pública, porque no tenemos nuevos proyectos de inversión extranjera adicionales a los mineros que se conocen. Se ha tenido que revisar también las metas y plazos de ProInversión, en metas de concesiones, asociaciones público-privadas y obras por impuestos. El problema es que con los escándalos que se conocen de corrupción, no hay suficiente credibilidad.

El ministro ha señalado ahora, que tenemos los recursos fiscales suficientes que sumados pueden llegar al 8% del PBI. No se usarán todos, pero efectivamente hay recursos que se necesitan invertir ahora, como en el caso de las reservas fiscales. Pero, no necesariamente será inversión pública, se está mencionando la modalidad de obras por impuestos. Aquí hay que tener mucho cuidado tomando todas las previsiones en los casos que se implemente, dados los antecedentes de corrupción que aún no se terminan de conocer, no solo en el gobierno nacional, sino en los regionales y locales. Superado ese problema todavía queda el de la gestión y hay imitaciones para hacerlo de forma descentralizada. El MEF está convocando especialistas de proyectos, lo que no está mal, pero es insuficiente. CEPLAN tendría que jugar un rol protagónico.

El tema de las modalidades de gasto pasa a ser crucial. Por ejemplo, llevar ayuda a las zonas afectadas, no sería tan eficiente como hacer transferencias directas a los damnificados, dicen los expertos. Debería priorizarse la inversión pública directa y solo muy complementariamente las otras modalidades. El tema del ordenamiento territorial o construir planificadamente, tomando previsiones para nuevos fenómenos deber ser considerados.

Se están juntado mecanismos de corto plazo con largo plazo, que deben combinarse bien. Ojalá se consiga.

El BCR debe ayudar bajando las tasas de interés. El aumento de la inflación probablemente se revierta dado que la emergencia está pasando, y tampoco se prevén grandes fluctuaciones cambiarias, aun con alzas de la tasa de interés internacional. Debería priorizarse la reactivación, acompañando el esfuerzo de inversión pública. También facilitar crédito especialmente a los productores afectados y las pymes.

El anuncio de Cofide de canalizar los 700 millones de soles de crédito es positivo, también los cambios anunciados en Mivivienda que permita mayor impulso financiero y de inversión.

Sobre el mediano plazo hay señales contradictorias . Se anuncia política de clústers para pymes, lo cual está muy bien porque dinamiza sectores productivos no solo primarios. Pero se critica la diversificación productiva, y funcionamiento de los CITES, sin poner en ejecución una alternativa inmediata. Ojalá no se abandonen objetivos de diversificación productiva y de cadenas productivas y de valor que nos ayuden a cambiar la inserción internacional del país, así como de la matriz productiva.

Solo en la medida que se aplique correctamente el shock de inversión pública que reactive la economía, creará un crowding -in, reanimando la inversión privada, para retomar una senda de crecimiento. Pero no debería ser en la misma senda ya transitada, sino con nuevos horizontes, tomando esta crisis como una oportunidad de desarrollo sostenible que el país requiere.



http://diariouno.pe/columna/se-reajusta-la-politica-macroeconomica/




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“Semos muy hombres” en Chiclayo

Eduardo González Viaña



nsólito Norte. No ya sólido, sino insólito Norte que le dio la independencia al Perú en diciembre de 1820 y la defendió cuando los españoles reconquistaron Lima.

“Semos mujeres pero también semos muy hombres.”- le dijo al coronel José Balta, doña Manonga Nevao quien iba a la cabeza de otras tres damas de color.

Querían unirse a la insurrección de Chiclayo que se había levantado contra el gobierno central en 1867. La revolución estaba comandada por Balta quien recibió a doña Manonga en un ambiente de la antigua Iglesia matriz donde había establecido su cuartel general.

“Venimos donde su merced a presentarnos de soldaus. Semos mujeres pero semos muy hombres. No queremos cocinar, ni lavar, ni hacer nada de lo que hacen las flojas. Queremos echar bala y meter cuchillo. Su merced mándenos donde quiera pero a pelear”- fueron exactamente sus frases.

Balta, quien había llegado con solo 156 soldados, aceptó encantado la oferta. Pocas horas más tarde tenía un contingente adicional de 600 hombres, 100 mujeres y 100 muchachos muy jóvenes. Todo Chiclayo se le había unido en su levantamiento contra el presidente Mariano Ignacio Prado.

Sabían que el ejército avanzaba contra ellos desde Lima, pero no temían. Eran chiclayanos, y por alguna buena razón a su urbe se la conocía desde antes como “la ciudad heroica”. En vez de cañones, tenían coraje y, según algunos, luchaban al ritmo de la conga.

Por fin, nada pudo contra ellos todo el ejército de la República. Los chiclayanos vencieron.

De esa historia, cuenta Ricardo Palma, por entonces secretario de Balta, que el caudillo observaba y dirigía los combates desde la torre de la iglesia. A sus pies y guarecido de los balazos, el escritor le preguntó cómo iban las acciones y quién iba ganando.

“Recuerde usted que son chiclayanos.-repuso el coronel. ¿Escucha usted la conga? ¡Mientras el pueblo cante, la victoria nos sonreirá siempre!”

Hace exactamente 150 años de aquello. Lo leí en las “Tradiciones” y en algún texto de Nicanor de la Fuente, Nixa, y hoy lo recuerdo de memoria porque tiene que ver con la actitud valiente de los chiclayanos frente a la catástrofe. En semanas anteriores he escrito artículos similares acerca de los porfiados trujillanos y de los exageradisísimos piuranos.

Insólito Norte. No ya sólido, sino insólito Norte que le dio la independencia al Perú en diciembre de 1820 y la defendió cuando los españoles reconquistaron Lima (por eso, el bicentenario debería celebrarse en 2020). Aquí todo es posible.

Los ríos han salido de sus cauces. Las calles se han convertido en acequias. Los vecinos han salido nadando de sus casas. Las carreteras están cortadas y los pueblos, aislados. Y sin embargo, nadie va a rendirse aquí. Los norteños sabemos que quien no ha perdido todo, no ha perdido nada. Y ese es el ánimo que se advierte también en el resto del Perú.

Lamentablemente, los males que estamos sufriendo no corresponden solamente a la ira de la naturaleza.

El huracán Odebrecht que sopla desde Brasil está despojando de sus máscaras a los desalmados que hicieron cutra en los millones de la inversión pública y al mismo tiempo permitieron que las empresas corruptoras construyeran puentes que, cada día, se desploman y obras que sirvieron tan solo para ser inauguradas.

El lodo, las piedras y el agua pasan cada mañana por encima de las supuestas “obras de prevención” y revelan que, durante estas últimas décadas, Fujimori, García, Toledo y Humala nos han construido un país de utilería.

Hay un expresidente condenado a cadena perpetua por haberse sumado a los criminales de Argentina, Chile y Uruguay. Tenemos uno en la cárcel, el otro se esconde en Estados Unidos y los otros dos no saben qué responderán a los fiscales.

En Chiclayo hace 150 años, el pueblo siguió a Balta porque vio en él a un hombre y no a una pandilla de miserables. Y lo que ocurre hoy es demasiado. Se puede desafiar la calamidad. Lo que no se puede soportar es la vergüenza.

El insólito Norte y el Perú eterno le hacen frente al desastre con altivez, pero el cataclismo moral es más difícil de asumir. Hay que hacer algo y pronto. Aquí está faltando doña Manonga Nevao, la chiclayana.



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El trabajo como factor de riesgo

Enrique Fernández-Maldonado Mujica



Pocos saben que en el Perú se registra en promedio un accidente de trabajo fatal cada dos días. O que se reportan hasta 57 incidentes de riesgo laboral diarios y cuando menos uno de enfermedades ocupacionales. Todas las semanas somos testigos de algún caso en los medios de comunicación.

Por eso, la conmemoración del Día Internacional de la Seguridad y Salud en el Trabajo, este 28 de abril, debe llevarnos a reflexionar sobre esta problemática particular que merece la atención prioritaria del Estado y la sociedad.

Las probabilidades de experimentar un accidente de trabajo no son iguales para todos. En estas operan variables como la categoría ocupacional, el sexo y/o actividad económica. La clase social resulta un factor “discriminador” de la siniestralidad e inseguridad laboral.

Durante el 2015 el grueso de los accidentes de trabajo se dio en la industria manufacturera, en la construcción y el sector inmobiliario. Los más expuestos son los “operarios” (4,854 casos), cuya incidencia es casi el triple que la de obreros (1,765) y empleados (1,673). Lejos de aminorar, el número de accidentes laborales creció en los últimos años, al pasar de 4,732 notificaciones el 2012, a 20,941 el 2015.

En este contexto, cabe destacar la aprobación del segundo Plan Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo 2017-2021. Este representa un avance cualitativo respecto del anterior (2014-2017), al incorporar indicadores, metas y procedimientos para su ejecución.

Sin embargo, su aplicación deberá enfrentar varias limitantes. Comenzando por la precariedad presupuestal, que incide en la falta de personal capacitado y en cantidad suficiente. A esto se suma la debilidad, desarticulación y falta de voluntad política de las instancias encargadas (además del MTPE, el MINSA y las direcciones regionales de salud y trabajo) que soslayan sus responsabilidades.

Otro tanto le compete a las empresas, más preocupadas en reducir las penas por negligencia (modificando la Ley SyST N° 29873), que en adecuar y fortalecer sus sistemas de gestión de prevención de riesgos laborales. En TrabajoDigno.pe publicamos un informe al respecto.



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Reconstrucción con trueque y silencio administrativo positivo

Félix Jiménez

El gobierno acaba de presentar al Congreso de la República el Proyecto de Ley Reconstrucción que será sustentado el próximo lunes 24.Según su exposición de motivos este proyecto ley permitirá: 1) Atender en forma rápida a la población; 2) Recuperar prontamente las condiciones de vida y de producción de las zonas afectadas; 3)Planificar las intervenciones generando economías de escala en las contrataciones de bienes y servicios; 4) Planificar integralmente de tal forma de identificar sinergias en los servicios y mejoras en el diseño de la infraestructura; y, 5) Reubicar a la población que habitaba en zonas de riesgo alto y muy alto. Para el logro de estos objetivos se crea una Autoridad a cargo de un Director Ejecutivo con rango de Ministro. Esta Autoridad será entonces responsable de la denominada «Reconstrucción con Cambios».

LAS AUSENCIAS EN EL PROYECTO
No se entiende cómo se puede diseñar una organización, con un director (con rango de ministro), encargada de reparar los daños causados por los recientes desastres naturales, si no se tiene, aunque sea solo aproximadamente, el costo total de la reconstrucción. El acápite de costos y beneficios solo tiene un listado de dichos daños en la población y sus medios de vida, pero no hay una taxonomía del tipo de intervenciones del Estado de acuerdo a si se trata de una obra nueva o de solo una reparación. No era difícil convocar a los técnicos de los distintos ministerios involucrados, para aproximarse al costo total de la reconstrucción.

Contar con información del tipo de obras y de intervenciones del Estado, habría ayudado incluso a definir tipos de responsabilidades burocráticas: no es lo mismo gestionar la reparación de algo que ya existe que gestionar la construcción de obras nuevas. Por ejemplo, los propios ministerios, con participación de los respectivos gobiernos regionales o locales, se podrían encargar de las reparaciones de colegios, centros salud, carreteras y canales de riego afectados, con una adecuada ampliación presupuestal y con plazos prefijados. De otro lado, la gestión de la construcción de obras nuevas se pudo haber encargado al CEPLAN con un comité técnico integrado por representantes de los respectivos ministerios.

En el proyecto de ley no se define claramente qué es reconstrucción con «cambios». ¿Dónde identificar los «cambios»? ¿Habrá «cambio» en el control técnico de la calidad de las obras y en la determinación de su vida útil? ¿Quién lo hará? ¿Habrá control previo, control durante la ejecución yel control posterior de los proyectos de obras? ¿El «cambio» estará en la justificación rigurosa, si se opta por una APP, de por qué el proyecto de obra se destina al sector privado y no al sector público? ¿Habrá un modelo de vivienda y de urbanización con todos los servicios que se ofrecerá a los damnificados, reubicados y no reubicados? ¿Habrán veedores neutrales provenientes de los colegios de ingenieros y de arquitectos? No sabe dónde identificar los cambios simplemente porque en el proyecto no se explicitan.

El gobierno argumentará que los cambios están definidos en los objetivos del proyecto. Uno de ellos dice que se planificarán las obras de tal manera que se logren economías de escala en las contrataciones. Pero esto es lo que toda organización eficiente y que planifica, debe hacer. También se dice que se evitará la «urbanización» en zonas de riesgo y se buscará crear sinergias en los servicios públicos y mejoras en la infraestructura. Pero no se dice cómo. No hay criterios orientadores para los que se encarguen de la planificación de la reconstrucción. Por lo demás, el proyecto de Ley prescinde del CEPLAN que se supone que es un organismo especializado en planificación.

SILENCIO ADMINISTRATIVO POSITIVO Y OBRAS POR TERRENOS
El «cambio» parece estar en el artículo 8 del proyecto de ley sobre Competencias y facilidades administrativas extraordinarias y temporales. Para atender a la población afectada y reparar sus condiciones de vida en forma rápida, el proyecto apela a procedimientos administrativos simplificados «con un plazo máximo hasta 7 días hábiles» y sujetos a silencio administrativo positivo.¿Estos «procedimientos administrativos necesarios» (permisos, autorizaciones, registros, inscripciones, etc.), serán anunciados públicamente para que sean fiscalizados por la ciudadanía y los organismos de control? En el citado artículo se dice, además, que «los distintos niveles de gobierno deben poner sus predios a disposición a solo requerimiento de la autoridad», para ejecutar los proyectos de acuerdo al Plan. ¿Estos proyectos serán evaluados financiera y técnicamente antes de ejecutar el «requerimiento de la autoridad»?.

El otro «cambio» podría estar en la novena disposición complementaria que dice: «Dispóngase que la inversión privada en el encausamiento y escalonamiento de los ríos que genere tierras aprovechables, puede ser reconocida de acuerdo a las condiciones y modalidades de retribución o compensación para el inversionista, conforme se determine mediante Decreto Supremo. Las modalidades de compensaciónincluyen la suscripción de contratos de cesión en uso, arrendamiento, usufructo, superficie u otras modalidades permitidas por la Ley». Esto estrueque de obras por terrenos. Pero, tampoco hay criterios orientadores para encausar este trueque de manera transparente. ¿No es acaso indispensable definir la participación de los gobiernos regionales o locales en la formulación de los proyectos que impliquen la cesión de sus predios?

A MODO DE CONCLUSIÓN
La creación de un director ejecutivo de la reconstrucción, existiendo CEPLAN, no parece ser lo más adecuado. Se puede aprovechar esta coyuntura para fortalecer técnicamente a esta institución que, por cierto, «debe trabajar de la mano con la Presidencia de Consejo de Ministros».




http://diariouno.pe/columna/reconstruccion-con-trueque-y-silencio-administrativo-positivo/





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Cronista del dolor

Jorge Millones

“La violencia, el narcotráfico y la desestabilización política y social son la nueva estrategia de re-colonización del neoliberalismo”.

Por fin pude sentarme a escribir sobre Sergio González Rodríguez, el entrañable periodista, escritor, docente, cronista e investigador mexicano que nos dejó el tres de abril. Una gran pérdida para el mundo académico y nos quedamos un poco solos en el esfuerzo por develar y comprender la brutalidad con la que se expresa hoy el neoliberalismo, ya sea en su forma legal o ilegal, aunque cada vez más se ve cómo se borra la frontera entre esas dos dimensiones. Nos ha dejado un maestro en develar las nuevas complejidades del sistema, del poder y la violencia.

Llegué a conocer su obra gracias a un ensayo que me impactó por la crudeza de los casos que analizaba y las conclusiones a las que llega, “Campo de guerra” (Anagrama, 2014). En esta investigación González Rodríguez describe el proceso de constitución de los carteles mexicanos hasta formar un narco-Estado, de cómo entran a reprimir los militares (cartel de los Zetas) y cómo terminan siendo absorbidos y asimilados fácilmente por la dinámica del narco hasta convertirse en un nuevo y poderoso cartel. Establece los vínculos entre los narco-militares (comandos mexicanos formados por militares norteamericanos en la Escuela de las Américas, Panamá) y las diversas instancias del Estado (Ejecutivo, Legislativo, gobernaciones) y también el control (violento o corrupto) de la prensa.

Analizando los métodos brutales de los carteles en la lucha por el control del circuito de la droga, logra encontrar similitudes entre el proceso del narcotráfico en México y los grupos fundamentalistas islámicos (sobre todo, el sanguinario ISIS) en Oriente Medio. Sostiene que ambos procesos de violencia extrema son estrategias de los Estados Unidos para desestabilizar económica, política y socialmente ciertos países en los que tendría intereses geopolíticos y económicos; y en este ajedrez geopolítico, los países latinoamericanos vinculados directamente al narcotráfico jugarían un rol central en la recolonización norteamericana del continente mediante guerras focalizadas en un territorio pequeño o mediano, pero con mucha violencia intensiva.

Este sería para este investigador el modus operandi de las nuevas políticas de Estados Unidos desde que se firmaron los primeros TLC: usar al narcotráfico para desarrollar intensas guerras posmodernas focales para desestabilizar y controlar territorios de interés.


http://diariouno.pe/columna/cronista-del-dolor/




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Un metro llamado dispendio

Juan Mendoza



La línea 2 del metro es un monumento al dispendio. El sobrecosto del proyecto, de más del 100%, superaría los US$3 mil millones.

El sobrecosto en la línea 2 salta a la vista. El proyecto, de 35 kilómetros, está valorizado en US$6,620 millones con IGV. Las líneas 3 y 6 del metro de Santiago, de 37 kilómetros, cuestan US$2,760 millones. Los 27 kilómetros del metro de Bogotá costarán US$3,000 millones. Los 22 kilómetros del metro de Quito, adjudicado a Odebrecht, tienen un presupuesto de US$2,000 millones.

El costo promedio por kilómetro de los metros de Santiago, Quito y Bogotá es US$92 millones. El costo por kilómetro de la línea 2 es US$190 millones, es decir 105% más que en los países vecinos. Si construyéramos la línea 2 con el costo promedio de Ecuador, Colombia y Chile, el proyecto no debería costar más de US$3,300 millones.

Cada habitante de Santiago y Bogotá pagará US$14 por cada kilómetro de metro, pero cada limeño pagará más de US$22 dólares. Mientras que el Perú destinará 3.3% de su PBI a 37 kilómetros de metro, Chile asigna 1% de su PBI a 35 kilómetros.

Una razón por la que la línea 2 es tan cara es porque, a diferencia de la línea 1, estará bajo tierra. El costo por kilómetro de la línea 2 es más del doble que el de la línea 1. Peor aún, como es público, se ha señalado que la línea 2 no soportaría un terremoto de grado 9 mientras que la línea 1 sí lo haría. ¿No es increíble que la línea 1, en que Odebrecht ha confesado haber repartido coimas como caramelo y en que la Contraloría ha detectado más de US$100 millones de perjuicio para el país, tenga un diseño más eficiente y barato que la línea 2?


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En el colmo de la improvisación, la línea 2 se adjudicó antes de que el Estado hubiera liberado los terrenos. Es como si alguien contratara la construcción de una casa sin tener listo el lote. Por ello, el proyecto tiene un atraso de más de 15 meses, lo que ha llevado al concesionario a interponer una demanda internacional contra el Estado peruano por US$260 millones.

La Contraloría ha detectado 5 irregularidades en la línea 2, por lo que ha denunciado a 23 funcionarios de Proinversión. Una de ellas es que, sin sustento técnico, se adelantó la construcción del tramo 1A, lo que habría causado un sobrecosto de US$156 millones. Según Daniel Abugattás, el adelanto fue un capricho de Ollanta Humala. Juan de Dios Olaechea estima que, debido a errores de diseño y partidas no anticipadas, el costo final del proyecto superaría los US$9 mil millones.

La línea 2 es una perla más de la ineficiencia y el dispendio de uno de los peores gobiernos republicanos.




http://peru21.pe/opinion/juan-mendoza-metro-llamado-dispendio-2278726



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¿Futuro líquido?

Richard Webb



Celebramos el Día de la Tierra invadidos por el agua. Además de las lluvias recientes, se derriten los glaciares y los icebergs y National Geographic predice la desaparición bajo el mar de Miami, Londres, Holanda y Bélgica. El mar Atlántico, dice, invadirá la Amazonía y llegará hasta nuestra frontera en Loreto. Pero antes de esos cambios terrenales, estamos viviendo ya una licuefacción de la vida social.

Nuestro modelo de vida social se dibuja pensando en las sólidas estructuras de la Tierra. El valor supremo es la firmeza de la institucionalidad, trátese de la vida social, de la economía o de la política. Nos castigamos a diario cuando transgredimos alguna regla de esa institucionalidad. No hay insulto más frecuente que la acusación de informalidad, que se entiende como una violación de las instituciones. Lo que no se toma en cuenta en esa crítica es que los cimientos de la institucionalidad están siendo erosionados por cambios sociales. La causa es la misma que la que ilustra National Geographic –la licuefacción– pero aplicada no al mundo físico de la Tierra sino a la sociedad que mora en ella.

La diferencia esencial entre el sólido y el liquido es la libertad de movimiento. El sólido se atasca ante una barrera y ese muro es precisamente la razón de ser de una institución. El liquido, más bien, encuentra un camino de salida, que es otra forma de decir que se libera.

La nueva liberación individual procede en gran parte de la tecnología que ha permitido un salto en la intensidad de la interacción social, por la moderna accesibilidad y abaratamiento de los viajes, y especialmente de la comunicación. Camino diez cuadras a mi trabajo y me cruzo con una mayoría de personas ocupadas en una comunicación casi continua, incluyendo caminantes, policías, vigilantes e incluso choferes. Se suma el acceso continuo a la radio y televisión en autos, hogares y oficinas. Ese cúmulo de expandida interacción social informa, facilita y aceita la iniciativa y la innovación en todos los ámbitos del comportamiento social, trátese de soluciones de negocio, de salud, de esparcimiento, o de estrategia amorosa. No sorprende que muchas veces se descubran caminos que no encajan con la institucionalidad existente.

La moderna fluidez de la población empieza a confundir los registros tradicionales de la estadística. Aumenta el número de viviendas desocupadas, fenómeno que refleja la diversificación de las ocupaciones, la mayor importancia de la educación en los planes de vida y la mayor facilidad de movimiento entre los distintos domicilios usados para cada fin. Más que migración, se dice, el movimiento entre residencias es una “oscilación”. En el distrito de Huayllay Grande de Huancavelica, por ejemplo, el número de campesinos que migran para trabajar temporalmente en otro distrito se ha elevado de 20% a 90% en dos décadas. Un dato que ha generado preocupación es la aparente inactividad de los jóvenes, cuando las encuestas registran que ni estudian ni trabajan. Sin embargo, los llamados “ni ni” son más bien “y y” porque estudian y trabajan en forma parcial e irregular, pero no bajo la formalidad que tradicionalmente define esas actividades. Y, como se transluce de los debates acerca del género, incluso esas categorías humanas empiezan a escapar los muros de las categorías tradicionales.



http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/futuro-liquido-richard-webb-noticia-1986063





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Elecciones al susto

Mirko Lauer



Al opinar que el atentado en París tendrá un gran efecto sobre las elecciones francesas, Donald Trump está diciendo que puede favorecer a la derechista Marine Le Pen. Pero también está transmitiendo su convicción de que hoy los electorados se mueven por acontecimientos de impacto. Es decir, que son volubles y manipulables.

No está descubriendo nada nuevo. La reacción a un atentado atribuido a ETA definió las elecciones españolas del 2008. Una frase infeliz atribuida al secretario general de Fuerza Popular, Joaquín Ramírez, definió las elecciones peruanas del 2016. Hay, en efecto, hechos donde lo instantáneo puede costar a través de largas campañas electorales.

No se sabe si Trump tiene razón, pero no es el único que piensa así. Uno supondría que el sofisticado electorado francés, que se mueve a través de partidos bien organizados, no se va a dejar mover por lo circunstancial. Pero con márgenes tan estrechos entre los cuatro candidatos, un grupo reducido de asustadizos puede funcionar como gran elector.

La cuestión es que los electorados se han vuelto impredecibles, y las encuestas muy poco confiables. Casos destacados son las votaciones del Brexit y del acuerdo de paz en Colombia. El primero ha redibujado el mapa mundial, el segundo casi derriba decenios de esfuerzos políticos. Un triunfo de Le Pen podría inaugurar una nueva era de reaccionarismo europeo.

Pero a la vez se trata de una impredictibilidad a medias. Las ciudadanías de las democracias occidentales están virando hacia la derecha desde hace ya cierto tiempo, señal de un creciente descontento frente a la modernidad liberal aquejada por serias crisis económicas y problemas de convivencia con inmigrantes del mundo entero. Un escenario que hoy parece indetenible.

Una pregunta de The New York Times toca un punto sensible: “¿Por qué los franceses temen a un triunfo de Le Pen y a la vez piensan que es posible?”. Detrás de la frase está la idea de que las mayorías enemigas de la extrema derecha no se consideran con capacidad para cerrarle el paso. También es un reconocimiento de que todos los triunfos se han vuelto aleatorios.

Si un atentado o un escándalo oportunamente producidos pueden decidir una elección, entonces los veremos en casi todas las elecciones. Es obvio que Trump ha saludado el atentado de París, una bravata oportunista que lo pinta de cuerpo entero.



http://larepublica.pe/impresa/opinion/868277-elecciones-al-susto






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Las páginas por voltear

A.Alvarez R.



Los veinte años del rescate de los rehenes del MRTA fueron –salvo para algunos perdidos en el espacio de la izquierda– pretexto de unidad nacional que aprovecharon el gobierno y el fujimorismo para lanzar declaraciones que insinúan un acercamiento que, si se basa en principios, sería positivo.

La conmemoración le sirvió al presidente Pedro Pablo Kuczynski para “saludar a la hija de don Alberto Fujimori” y proponer que “tenemos que voltear la página”. El ex presidente Alberto Fujimori expresó su coincidencia (“¡Tiene razón! Los peruanos debemos construir una agenda común con apoyo de todos”); su hijo Kenji tuiteó que “está en lo correcto PPK” y su hija Keiko saludó el homenaje del gobierno a los comandos.

Algún tipo de acuerdo sería una buena noticia para la perspectiva política peruana, pues un factor crítico de riesgo de este lustro es que el conflicto entre el gobierno y el fujimorismo lleve al país al despeñadero.

Es un arreglo que necesitan, en este contexto, ambas fuerzas políticas. El gobierno requiere el respaldo del congreso para que Fuerza Popular no obstaculice sus iniciativas.

Y el fujimorismo tiene el problema de que su forma de hacer oposición no lo ayuda a tener una buena imagen en la ciudadanía. Atacar a la libertad de expresión mediante una parlamentaria que hizo de la extorsión desde un medio un modus vivendi, o los exabruptos de esta semana del congresista Luis Galarreta, son solo dos expresiones de una oposición con más fuerza que inteligencia.

Algún acuerdo aunque sea mínimo de convivencia política sería beneficioso para el país y para ambos, pero debería sustentarse en principios y no en componendas como que el gobierno se haga de la vista gorda sobre determinados asuntos democráticos fundamentales.

Por ello, esta columna quisiera precisar lo señalado por mi amigo Fernando Rospigliosi ayer en El Comercio sobre que este periodista no aprecie estos gestos de acercamiento entre el gobierno y el fujimorismo, como los del ministro Jorge Nieto, quien “ha hecho, ya desde hace tiempo, todo lo posible por mostrarse como apaciguador con el fujimorismo”.

Al contrario. Claro que se aprecian estos gestos y, para ello, el cuidado de las formas y el fondo es crucial. Pero sería inaceptable que un acuerdo implique pasar por agua tibia asuntos tan graves como la mella de la libertad de expresión que promueve el fujimorismo en el Congreso, y que el ministro Nieto diga, seguramente para congraciarse con Fuerza Popular, más de un mes después de iniciado el debate, que no está al tanto del mismo.




http://larepublica.pe/impresa/opinion/868281-las-paginas-por-voltear







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Entre el error y la corrupción

Víctor Andrés García Belaunde


Hace poco, se publicó un artículo de un historiador pradista, en el que plantea no seguir abriendo heridas en un caso emblemático. Es evidente que hace alusión a mi libro El Expediente Prado, con información inédita del dos veces presidente, general Prado, tergiversada por la historia oficial, como el dudoso origen de su fortuna, que en mi opinión explica su deserción del mando supremo en plena Guerra del Pacífico. Todo esto al margen del esfuerzo de sus descendientes por “limpiar” su imagen mediante “historiadores” contratados que crearon documentos falsos e incluso una forzada declaración como prócer en 1944; promovida por su hijo el presidente Manuel Prado, desconociendo al verdadero héroe de la jornada del 2 de Mayo de 1866, José Gálvez.

Sin embargo, afirmar que Prado es inocente porque se encontraba fuera de Lima cuando su ministro de Guerra, Mariano Pio Cornejo, contrató la compra de los buques Manco Cápac y Atahualpa sobrevalorados en un 300% y comprados a un intermediario que no era dueño de nada (A. Swift), resulta, por decir menos, pueril. No existe documento alguno de Relaciones Exteriores o la Marina de Guerra que avale la compra de dichos buques, llamados “ataúdes de acero”.

Se pretende ignorar la evidencia documental que he mostrado. Cómo negar que Prado hacía negocios en Chile, mientras el Perú era invadido y saqueado por esas tropas, de acuerdo a las escrituras públicas chilenas del 30/04/1879 o la del 27/12/1881.

Aseveraciones, como las del cónsul británico en Lima, Sir Spencer St. John, entre otras varias, son verdaderas evidencias de que no se trataba de un error: “el pueblo estuvo asombrado de enterarse que el general Prado se había embarcado a bordo del vapor inglés [propiedad de Wheelwright, cónsul chileno en Liverpool] y zarpó a los Estados Unidos. (…) pero en general su partida es vista como una huida desgraciada.”

Y, en la misma línea, el cónsul hace una reflexión sobre la trayectoria del entonces presidente del Perú y concluye: “Siempre he pensado que el general Prado ha sido totalmente desmerecedor de su posición: en cada gran ocasión ha mostrado una lamentable falta de coraje personal y es remarcable que el hombre que en el Perú se presenta bajo el nombre del “Héroe del Dos de Mayo” sea visto en general, como un completo cobarde (…) La reputación financiera del general Prado está a la par con la de su coraje”.

Tal como se pretende interpretar una acción así, cualquier hecho de corrupción puede ser justificado. Son los documentos, no las interpretaciones, los que nos dan luz clara sobre la historia. Las heridas sólo se cierran con la verdad y no con interpretaciones inducidas por una familia.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/868283-entre-el-error-y-la-corrupcion




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La historia no voltea sus páginas

Rosa María Palacios


La semana política empezó con una acusación falsa y una declaración golpista. Luis Galarreta, congresista y hoy vocero del fujimorismo, acusó a Fernando Zavala de ser un Montesinos. El insultó –porque lo es– fue rechazado por el Presidente del Consejo de Ministros, pero el objetivo se cumplió. Invadir la ciudad con mensajes de whatsapp que mezclan elementos ciertos (nombres de personas que tienen funciones oficiales, contrataciones de agencias de publicidad) con otros paranoides y absolutamente falsos. El fujimorismo, acusaba al gobierno de hacer lo que ellos han hecho por años. Tener un ejército de cuentas manejadas por unos cuantos insultadores anónimos, algunos de los cuales ya han sido puestos en evidencia durante la campaña. El gobierno no tiene un “troll center”. ¿El fujimorismo? Podemos revisar las cuentas de twitter de sus más conspicuos anónimos difamadores y podrá notarse la calidad de estos miserables.

Como si no fuera poco, esto no es lo más grave de lo dicho por Galarreta. El congresista sostiene que Keiko Fujimori no perdió las elecciones presidenciales. Esta es una manifiesta infracción a la Constitución, castigada con suspensión, destitución o inhabilitación, porque el congresista desconoce las resoluciones de un poder del Estado. El JNE proclamó ganador a Kuczynski le guste o no. El rechazo a esa resolución es una grave infracción a sus deberes de congresista. Pero, sabemos que no habrá castigo alguno. Sin embargo, no se trata solo de infringir la Constitución. La declaración es golpista porque adelanta el camino a la vacancia. Convencer al público que PPK es un “Presidente ilegítimo” –cosa que Fujimori cree– es necesario para obtener apoyo social y así sacar al Presidente Kuczuynski del poder.

Pasadas las lluvias y salvado Martín Vizcarra –como Moisés, de las aguas– el “Plan Vacancia” vuelve a su cauce. Así se entienden mejor las declaraciones de Galarreta. Los actos dicen más que cualquier teoría de la conspiración, así que basta con enumerarlos. Primero, censurar ministros. Lo lograron con Saavedra, hoy jefe planetario para educación del Banco Mundial (una cachetada en la cara a los que lo persiguieron) y casi lo hacen con Vizcarra. Continuarán, no lo duden. Segundo, derogar decretos legislativos. Todo lo que sea reconocer derechos a minorías, se va. Pero eso no es todo lo que van a derogar. Tercero, crear teorías falsas de asociación a hechos corruptos y desperdigarlas, como esta tontería de un “troll center”, para encontrar una incapacidad moral como excusa. Cuarto, atacar a la prensa, en especial a la prensa escrita, con un paquete de normas que hubiera ruborizado a los militares socialistas del velasquismo. ¿Son estos actos aislados y no responden a un plan? Eso no se lo cree nadie.

Frente a ese escenario, se utiliza el vigésimo aniversario del exitoso rescate de rehenes de la Embajada de Japón para montar una maniobra política. Como dijo alguien cuyas iniciales aparecen en las agendas de Marcelo Odebrecht, “en política no se puede ser ingenuo”. Los comandos de la operación Chavín de Huántar han sido usados (otra vez más) en un sacamanteca entre Keiko Fujimori y el Presidente. Por un lado, el fujimorismo sacó provecho al atribuirse hoy lo que se hizo hace 20 años y del otro, el oficialismo tendiendo su enésima rama de olivo, su puente de plata, su volteada de página. Todo es tan falso, tan convenido, que el supuesto reconocimiento a los comandos queda como un decorado de fondo para otros fines menos heroicos. Una pena, la verdad. No merecen esto.

En ambos lados hay cosas que anotar. En el fujimorismo, ¿el fin de la etapa “negacionista” de los noventas? ¿El intento público de conciliación de Keiko con Alberto, vía twitter, es un guiño a Kenji y a los albertistas? Puede ser. Más falso, no puede ser el gesto, pero es un hecho que Keiko Fujimori lo considera útil. Del lado del gobierno, una patinada más o, tal vez, ya han decidido que el rol de víctima perpetua de un fujimorismo, percibido como abusivo en su mayoría parlamentaria, los fortalece. Entonces, y solo así, puede entenderse la vocación de alfombra que muestra el Presidente.

¿Voltear la página? Eso puede hacerse en la esfera privada para obtener una tregua o un perdón definitivo. Pero la historia no voltea sus páginas. Puede reescribirlas pero jamás olvidarlas. La política hace historia día a día. Galarreta miente al decir “que ellos han volteado la página hace tiempo” porque lo que pide el Presidente suena bien, pero es un imposible histórico. Las páginas no se voltean a simple voluntad porque la historia no se construye negándola ni olvidándola.




http://larepublica.pe/impresa/opinion/868280-la-historia-no-voltea-sus-paginas




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Periodismo y preparación

Claudia Cisneros


Durante la campaña presidencial 2011, trabajando en el noticiero matutino de Frecuencia Latina, sucedió algo que pocos comprendieron: abandoné el set al inicio de una entrevista que compartía con mi coconductor, sigilosamente, cuando la cámara no me ponchaba. Ya estando casi fuera, por mala suerte el director ponchó y se llegó a ver una partecita mía saliendo. Pese a la campaña de una difamadora exrea, era obvio que si yo hubiera querido hacer escándalo hubiera usado las cámaras en vivo. Pero no era el caso y las razones tenían más que ver con la responsabilidad de un periodista de prepararse para una entrevista y con un rechazo a malas prácticas de algunos periodistas de servir al patrón en vez de al público.

En un noticiero nacional en el que a diario se entrevista a muchas personas, los productores coordinan con los entrevistados al menos un día antes para que los conductores puedan prepararse. La decisión final la suele tener el director/a. Si trabaja en equipo y priorizando el periodismo, se decide en consenso. Pero esto pasa cada vez menos porque los medios masivos suelen manejar sus intereses a través de indicaciones a sus obedientes directores que subordinan lo periodístico a su estabilidad laboral.

Algunos pocos periodistas aún dan la lucha, pero cada vez son menos porque se les rotula de inmediato de conflictivos. Como consecuencia, muchas cosas se manejan al margen del interés público/periodístico y más por cumplir con poderes políticos o económicos.

Volviendo al 2011, estando en el set en vivo, por el auricular (mediante el cual el director se comunica con los conductores para indicar pausas, nota a presentar, microondas, etc.) nos informaron que acababa de llegar el candidato Kuczynski para una entrevista y que en cinco minutos subiría al set (en un piso distinto a la sala de control del director). El problema fue que hasta ese minuto nadie me había avisado de esa entrevista.

Para mí era una irresponsabilidad “regalar” una entrevista así, sin prepararla, a un candidato con controversias en su pasado político sobre las cuales ahondar. Claro que podría haber improvisado, pero me parecía poco profesional ofrecer algo así al público, además de despertarme suspicacia porque la directora una vez había proclamado entre nosotros su preferencia por ese candidato. Además, en el contexto político, PPK venía creciendo, era bien solicitado e imposible que se aparezca de pronto en un set. Yo objeté la entrevista sin recibir respuesta de la directora y como mi compañero optó por quedarse, y cuando sentaron al entrevistado mientras estábamos en un despacho en vivo, decidí bajar a hablar con ella. Sintomáticamente rehusó atenderme.

Cuento esto porque, a la luz de incidentes recientes, es cada vez más notoria la falta de preparación de algunos periodistas en temas puntuales, sea porque no son de su interés o porque no hicieron su tarea. Olvidan que participar de una plataforma desde la que se desarrollan informaciones para la ciudadanía conlleva la obligación de estar enterado o prepararse lo más puntillosamente posible en todo tema y poder hacer buenas preguntas y repreguntas y conocer previamente los argumentos del entrevistado y sus respuestas usuales para poder escarbar más y mejor. Y pese a tener hoy todo a mano en internet.

La mayor carga de trabajo de un entrevistador es el tiempo que toma prepararse en muchos y muy diversos temas y sus detalles (fechas, citas, montos, nombres, argumentos etc.). Al periodista no se le paga solo por sentarse esa hora o dos frente a cámaras o micros, sino por cómo se prepara las horas restantes de su día. Y hoy toca saber de muchos temas en los que, por ejemplo, la ciencia, la historia, la biología, la exploración espacial, tecnología, etc. están implicadas. Por eso es indispensable que el periodista que no es un erudito, lea más, se entere bien, se informe al detalle para llegar preparado a una entrevista. No hacerlo es una negligencia, un despropósito para con los ciudadanos y una banalización del periodismo, que es en primer lugar un servicio a la comunidad.



http://larepublica.pe/impresa/opinion/868284-periodismo-y-preparacion




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Repensar la descentralización (2)

Martín Tanaka


Decía la semana pasada que los escándalos de corrupción recientes y los retos de la reconstrucción después de los desastres “naturales” nos obligaban a repensar la descentralización. A estas alturas resulta claro que el gran supuesto de este, que desde lo local o regional la gestión pública resultaría más eficiente que desde el gobierno central, y que la representación política se legitimaría, no siempre funciona. Muchas veces los gobiernos locales y regionales no tienen las capacidades necesarias, en el mejor de los casos, o no tienen interés en asumir sus responsabilidades. Además, la fragmentación extrema de la autoridad pública en regiones, provincias y distritos dificulta la coordinación y exacerba el localismo. Peor aún, estos espacios pueden ser capturados por grupos de poder particularistas o intereses mafiosos. En los últimos años el aumento de los presupuestos públicos ha hecho más “atractiva” la política local y regional para todo tipo de intereses, al mismo tiempo que el crecimiento de actividades informales e ilegales ha hecho que, para mantenerse y expandirse, se requiera el control de la autoridad política.

Habría que atacar el problema desde varios ángulos; fortalecer los organismos de control, por supuesto. Luego, mejorar los controles políticos: los regidores y consejeros regionales deberían ejercer funciones de fiscalización, pero la legislación actual no ayuda. La mayoría automática con que cuentan los alcaldes y la elección del consejo regional en circunscripciones provinciales favorece la cooptación de la oposición y la arbitrariedad de los gobernantes. Tercero, una reforma política que incluya más transparencia en el financiamiento de las campañas, prevención de conflictos de interés y más exigencia en la selección e inscripción de candidatos ayudaría. Respecto a esto último, lamentablemente, parece que el Congreso dejará escapar la oportunidad de mejorar las reglas aplicables a las elecciones municipales y regionales de 2018.

De otro lado, en cuanto a la reconstrucción post desastres, el gobierno parece ser consciente de la experiencia fallida de Pisco e Ica después del terremoto de 2007. Alan García pareció seguir los consejos de Álvaro Uribe y creó Forsur, ente especial dirigido por el empresario Julio Favre, buscando mayor rapidez y eficacia. En Colombia, el Forec, creado después del terremoto de 1999, aparecía como modelo, con una institucionalidad especial, autónoma, con participación privada y de la sociedad civil. Sin embargo, la ley de creación de Forsur redujo a este a un papel coordinador, y colocó a ministerios, regiones y municipios como ejecutores. Careció de los recursos necesarios y cayó presa en la maraña burocrática. No contó con el apoyo del ejecutivo, ni con el de las regiones y gobiernos locales, ni tuvo capacidades propias. Rápidamente entró en conflicto con el gobierno regional de Ica y el municipio provincial de Pisco, que impidieron una acción coordinada, y luego en el uso de los recursos asignados proliferaron los problemas de corrupción (en los tres niveles de gobierno, ciertamente).

Afortunadamente, el Perú de hoy no es el de 2007. El gobierno central parece más consciente de la magnitud del desafío que tiene por delante, y el regional de Piura, por ejemplo, parece un muy buen socio. El Estado cuenta con mejores instrumentos para empadronar damnificados y diseñar políticas. Y en cuanto a la descentralización parece claro que el criterio debe ser que ella debe avanzar solo en la medida en que haya capacidad de sustituir y mejorar la acción del Estado central.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/868279-repensar-la-descentralizacion-2








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