El judío palestino - Luis Davelouis
El mensaje de la emergencia - Santiagoo Pedraglio
El nuevo reglamento de APP - Iván Alonso
La democracia por sorteo - Santiago Roncagliolo
Lecciones de juventud - César Lévano
Normal nomás - Marco Sifuentes
Póker de ases presidencial - Augusto Álvarez Rodrich
PPK, La buena hora - Mirko Lauer
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Ancash, corrupción, más corrupción (I)
Juan de la Puente
El 15 de marzo del
2014 fue asesinado el ex consejero regional de Áncash, Ezequiel Nolasco.
Nueve meses después, el 7 de diciembre de ese año, en la segunda vuelta de
las elecciones regionales y municipales, fue elegido como gobernador regional
Waldo Ríos. Entre ambas fechas se realizó una intensa movilización en favor
de la transparencia pública que no evitó el triunfo de Ríos, ex convicto de
corrupción.
El de Áncash es un
laboratorio del fracaso de las políticas de transparencia pública. Lo que se
registra allí es un auge de prácticas públicas ilegales que ha logrado
superar la caída y desarticulación del grupo criminal liderado por César
Álvarez y reconstruir redes mafiosas que, aunque menos organizadas, definen
una forma de gestionar los bienes públicos y las relaciones del poder con la
sociedad.
Nunca como luego
del asesinato de Nolasco se llevó a cabo en Áncash una denuncia tan indignada
y detallada del poder venal. Los ciudadanos se enteraron de las actividades
ilegales organizadas alrededor del Movimiento Regional Cuenta Conmigo que
bajo la dirección de Álvarez tejió una red que sedujo a la justicia, la
policía y la prensa, y cuyos tentáculos llegaron al Congreso, el Consejo
Nacional de la Magistratura (CNM), el Ministerio Público. Los reportajes
sobre esta red, la detención de decenas de personas, las audiencias públicas,
las marchas ciudadanas y la publicidad de las investigaciones judiciales y
del Parlamento, dieron forma a un escenario anticorrupción inédito.
Esa movilización no
obstante fue débil ante los desafíos. En mucho fue más indignación que
acción; no significó la formación de alianzas para recuperar el sentido
creador de la gestión pública en ese territorio, ni implicó cambios en la
oferta política a los ciudadanos. Situada esta movilización en una etapa de
dura resistencia a los cambios, no se benefició de una reforma electoral
sencillamente porque esta fue burlada.
Ese escenario
posibilitó el retorno de Waldo Ríos: él fue sentenciado a 4 años de prisión
por recibir 10 mil dólares de Vladimiro Montesinos para pasarse a la bancada
fujimorista el año 2000. De retorno a las canchas, formó el Movimiento
Regional Puro Áncash con el que ganó las elecciones regionales del año 2014
prometiendo entregar 500 soles a cada ancashino de los recursos del canon
minero, del presupuesto de la región de las provincias y de los distritos
para que los ciudadanos “se compren refrigeradoras, cocinas, televisores,
laptops, bicicletas, y juego de dormitorio”, tal como rezaban sus consignas
de campaña.
Por supuesto que
no cumplió su promesa y los ciudadanos –entre ingenuos y burlados– realizaron
en noviembre de 2015 un paro exigiendo que se concrete. Luego, el gobierno de
Ríos fue escandalosamente corrupto y aunque purga ahora prisión por un delito
cometido cuando fue alcalde de Huaraz en los 90, tiene varias causas abiertas
por su reciente gestión. Su vicepresidente, Enrique Vargas, acaba de ser
condenado a 5 años de prisión por mentir en su hoja de vida.
En Áncash la
corrupción es más institucional que la política, y es más competitiva que
ella, especialmente más que los partidos políticos. En las elecciones
regionales y locales de 2014 compitieron 18 listas y las que pasaron a la
segunda vuelta electoral no sumaron ni el tercio de votos emitidos. El
Movimiento Ande Mar obtuvo 14% y el de Ríos, Puro Áncash, el 13.6%.
Esa elección ya
evidenciaba una virtual inviabilidad del modelo de competencia electoral como
mecanismo de reproducción de la democracia; hubo 17% de ausentismo electoral
y entre los votos blancos y viciados sumaron 21%. Entre los 8 movimientos
independientes que compitieron sumaron el 53% de votos emitidos, en tanto que
los 10 partidos nacionales solo alcanzaron el 23% de votos, y salvo las
provincias de Asunción Corongo y Huarmey, ningún alcalde de las 17 restantes
fue elegido con más de 30% de votos. El récord lo batió la provincia de
Raimondi cuyo alcalde fue elegido con el 14% de votos emitidos, un ausentismo
del 25% y el 30% de votos blancos y nulos.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/865131-ancash-corrupcion-mas-corrupcion-i
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El judío palestino
Luis Davelouis
Piel y ojos
oscuros, el pelo largo –y oscuro y crespo– y trenzado hasta la cintura. Más o
menos así se veían los hombres jóvenes judíos que vivían en Palestina en los
tiempos del emperador romano Tiberio (14 d. C. – 37 d. C.). Es probable que
así también se viera Yeshua ben Yosef, nombre con el que posiblemente se
conocía a Jesús de Nazaret entonces.
Si nos guiamos por
la historia oficial (la de la Biblia que usan los católicos), este individuo
era portador de un mensaje, paz y sabiduría absolutamente inu-sitadas para un
tiempo violento y lleno de movimientos insurgentes contra el Imperio romano,
y en el que –mucho más que hoy– la ley del más fuerte se sostenía en que el
conocimiento (saber leer, por ejemplo) era una herramienta reservada para muy
pocos.
Este Jesús decía
que todos los hombres son hermanos porque todos son hijos de Dios. A
diferencia del Dios de Moisés (vengativo, rencoroso, inseguro, guerrerista,
terco, mal humorado y vano), el Dios que describía el hijo de María y de José
solo sentía amor. Por eso, una lista de 10 mandamientos no era necesaria y
bastaban dos: amar a Dios por sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti
mismo.
La regla dorada de
todas las religiones, organizadas o no: reciprocidad; no hagas a otro lo que
no quisieras que te hagan a ti. No insultes, no humilles, no engañes, no
robes, no mates y no envidies (la envidia “sana” no existe); no es una mala
lista, pero la de Jesús es más práctica.
Nietzsche decía
que, en esencia, solo ha existido un cristiano y que ese se murió en la cruz.
Federico no estaba equivocado: hoy, Yeshua estaría preso o internado.
http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-judio-palestino-2277819
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El mensaje de la emergencia
Santiagoo Pedraglio
Una idea de
batalla del gobierno es que no se trata solo de reconstruir lo arrasado por
lluvias y huaicos. Hay que levantar algo mejor, más seguro, en
infraestructura pública y para los afectados por la pérdida de viviendas,
enseres, animales, cosechas, herramientas.
La orientación es
adecuada; conseguirlo exigirá, sin embargo, un esfuerzo enorme y una
comprensión adecuada del problema y el desafío. Un reto doblemente complejo.
Para comenzar, es
clave una autoridad que otorgue confianza. En el Perú, por razones muy
justificadas, la población desconfía de las autoridades. Por eso, los
funcionarios encargados deben estar cerca y transmitir su compromiso real,
vivo. El incremento del respaldo al presidente de la República y a sus
ministros, reflejado en las encuestas, obedece a que todos los han visto en
el llano, cara a cara con los damnificados. Un gravísimo error sería que esta
política “cara a cara” concluyera con la superación de la emergencia. En
términos prácticos, por ejemplo, el ministro encargado de la reconstrucción
–hay que olvidarse de zares o zarinas– debe trasladarse a la zona, tener su
sede operativa en Piura, emplazarse allá. El compromiso gubernamental con la
reconstrucción hay que asegurarlo con el ejemplo.
La reconstrucción
tiene un horizonte de mediano y largo plazo. Esto no hay que perderlo de
vista; y como se trata de reconstruir bienes públicos y privados, tienen que
participar las autoridades regionales y locales, y las organizaciones
barriales y comunales. La eficiencia del Gobierno Central es decisiva, pero
mal se haría en descalificar a las autoridades intermedias en general,
acusándolas de ineficientes y corruptas. Se requiere de las honestas –a las
corruptas hay que sancionarlas ejemplarmente– y que tengan voluntad de
servir. Lo mismo vale para los dirigentes de base. Todo esto sin pecar de
ingenuos, pero sí reconociendo que no es posible llegar a buen puerto sin un
esfuerzo conjunto, intergubernamental y ciudadano.
http://peru21.pe/opinion/santiago-pedraglio-mensaje-emergencia-2277832
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El nuevo reglamento de APP
Iván Alonso
El gobierno ha
publicado a fines de marzo un nuevo reglamento de asociaciones
público-privadas (APP). En sentido estricto, se trata de algunas
modificaciones al que ya existía. Pero eso es lo de menos. Lo importante es
que trata de imponer una cierta disciplina en la aprobación de los proyectos
de inversión pública financiados total o parcialmente con capital privado.
Las APP son, en
efecto, inversiones privadas en infraestructura o servicios públicos. Pueden
ser “cofinanciadas” o “autosostenibles”. En el primer caso, el estado se
compromete a pagar una parte de los costos. En el segundo, las tarifas que
pagan los usuarios deben ser suficientes para cubrirlos; pero, si no lo son,
siempre cabe la posibilidad de que la responsabilidad por la operación y el
mantenimiento revierta al estado. Por eso resulta extremadamente sensato que
el nuevo reglamento exija, en ambos casos, una evaluación de la rentabilidad
social, que no es más que una comparación de los recursos que como país
tendremos que dedicarle a un proyecto y los beneficios que esperamos recibir
de él. Después de haberlo matado, el gobierno ha resucitado calladamente al
SNIP. Qué bueno que lea su Comercio los viernes.
El nuevo
reglamento, decíamos, trata de imponer cierta disciplina en el proceso. Los
ministerios y gobiernos regionales o locales tendrán que presentar, cada 1°
de agosto, sus respectivos informes multianuales identificando las APP que
les interesaría promover. De allí saldrá el plan nacional de infraestructura,
que será aprobado por el consejo de ministros. Vamos a ver si se cumple. ¿Qué
hará el gobierno con los planes multianuales que se presenten
extemporáneamente?
Algunos buenos
deseos chocarán lamentablemente con la realidad. Difícil pensar, por ejemplo,
que el Ministerio de Economía y Finanzas se deje forzar a emitir una opinión
sobre cualquier proyecto que se le presente en 15 días hábiles, so pena de
que, si no lo hace, se considerará aprobado, con todas las implicaciones
fiscales que pueda tener. Lo más probable es que, llegando al despeñadero,
solicite (o más bien decrete) una ampliación del plazo.
Más cuestionable
aún es el destino de las llamadas “adendas de bancabilidad”, que han servido
para aclarar o precisar ciertas condiciones contractuales que resultan
cruciales para cerrar el financiamiento. Muchísimos concesionarios las han
necesitado. Ahora ya no se podrán firmar. Se supone que no harán falta
porque, como parte del proceso de evaluación, la entidad que proponga una APP
presentará un análisis preliminar de bancabilidad. Pero ésa es una solución a
un problema que no existe todavía. La mayoría de problemas de bancabilidad
surgen después de la incorporación de una APP al proceso de promoción. Surgen
con el contrato de concesión.
De repente el
cuerpo del contrato se contradice con el anexo que regula los ajustes
tarifarios. O se arrastra de un contrato a otro un error, como se ha
arrastrado durante años el requisito de una declaración de los acreedores, en
términos que sólo un banco puede firmar, cuando se sabe que el financiamiento
para infraestructura proviene mayormente de otro tipo de inversionistas.
Cuando se le pide a Proinversión que lo corrija, contesta: “el contrato queda
como está”. La experiencia seguramente enseñará que hay que resucitar
calladamente las adendas de bancabilidad.
http://elcomercio.pe/opinion/mirada-de-fondo/nuevo-reglamento-app-ivan-alonso-noticia-1983891
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La democracia por sorteo
Santiago Roncagliolo
¿Escogería usted a
sus representantes por sorteo? ¿Sacaría a los congresistas o al presidente de
una balota, como en el bingo? Y si fuera usted el elegido, ¿se atrevería a
ocupar el puesto?
Eso es lo que
propone “Contra las elecciones” de David Van Reybrouck, el ensayo político
del que todo el mundo habla en Europa. Trece ediciones en su Bélgica natal,
numerosas traducciones y una intensa polémica han puesto en boca de todo el
mundo su propuesta, innovadora para sus defensores y extravagante para sus
detractores.
Reybrouck sostiene
que la democracia de partidos se encuentra en crisis a nivel mundial. Los
votantes, dice, ya no creen en sus representantes, y sienten cada vez mayor
desapego hacia la política. En su opinión, eso se debe a que las elecciones
no son realmente democráticas, sino aristocráticas: ponen al mando a una
élite alejada de las preocupaciones de la calle. Para resolver la crisis, es
necesario incorporar activamente a los ciudadanos en la toma de decisiones.
Con ese fin, Reybrouck propone recuperar el sistema que se usaba en la cuna
de la democracia: el azar.
“En la Atenas
clásica de los siglos V y IV a. C., los órganos de gobierno más relevantes
los ocupaban cargos elegidos por sorteo”, recuerda Reybrouck. La idea fue
rescatada en la Edad Media por algunas repúblicas italianas del Norte de
Italia, como Florencia y Venecia. Y en los últimos quince años, Canadá,
Países Bajos, Irlanda e Islandia han organizado asambleas de ciudadanos
elegidos al azar para cambiar sus leyes electorales y modificar sus
Constituciones.
Después de leer
“Contra las elecciones”, uno debe admitir que su tesis no es delirante como
parece al principio. En efecto, para proteger la democracia es importante
involucrar en ella a la ciudadanía, y este experimento podría dar resultados,
empezando por el nivel local, donde efectivamente, iniciativas de este tipo
son cada vez más comunes.
Lo que resulta
chocante, incluso prepotente, es que Reybrouck asume sin dudar que sus
conclusiones son de inmediato válidas para todo el planeta.
Sus ejemplos salen
exclusivamente de países occidentales muy ricos con poblaciones muy reducidas
y homogéneas. En las sociedades del pasado que menciona, tales asambleas solo
incluían a los varones de buena posición, sin esclavos ni mujeres. Y en las
del presente, solo se deciden reformas políticas generales. Aun así,
Reybrouck considera que, si un intelectual belga está preocupado por algo,
todo el mundo debe estarlo.
Entre sus escasas
referencias extraeuropeas, afirma que los países de la primavera árabe se
decepcionaron muy rápido de la democracia, obviando el hecho de que casi
ninguno de ellos llegó a ser una democracia. Lamenta el caso de Brasil, donde
“una presidenta que en su día representó la esperanza de todo un continente
fue destituida”. No parece saber de la atroz corrupción del partido de esa
presidenta. Ni que, en su día, la democracia brasileña también echó del poder
a Collor de Melo, de signo ideológico contrario. Y si conociese Venezuela, a
lo mejor no pensaría que la gente está cansada de la democracia electoral.
Mas bien, está cansada de no tenerla, o de tenerla a medias.
Reybrouck no tiene
empacho en vender su propuesta como la panacea mundial, aunque todos sus
síntomas de crisis tienen que ver con el Brexit o la extrema derecha alemana.
Quizá, a Europa le vendría bien mirar al mundo con más humildad, en vez de
creer que un europeo encontrará la solución y todos los demás correrán a
imitarlo. Si el Viejo Continente no entiende eso, sus pensadores se
convertirán en los próximos autores de realismo mágico.
http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/democracia-sorteo-santiago-roncagliolo-noticia-1983901
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Lecciones de juventud
César Lévano
En estos días se
ha reavivado el debate sobre el límite de edad que la Ley Universitaria
establece para los docentes. Me ha sorprendido gratamente que un joven haya
puesto el dedo en la herida al señalar una injusticia en la que nadie había
reparado: lo que significa que un profesor principal, la más alta jerarquía
en el profesorado, vea reducido su ingreso mensual de seis mil soles a una
jubilación de 800 soles.
Este último tope
significa 25 soles diarios. ¿Qué hace un eminente especialista que ha trabajado
25, 30 o más años en la Universidad y vive en una casa alquilada?
El joven que ha
subrayado el despojo es Gerardo Salas, presidente de la Federación de
Estudiantes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Estoy, en líneas
generales, de acuerdo con la Ley y me someto a sus marcos de edad, pero
confieso que me crea problemas no solo de medios físicos de vida, sino
también de bienes culturales. No soy profesor principal sino asociado; pero,
al igual que a todo cesante, 800 soles de jubilación me parecen un mendrugo
envuelto en un insulto.
Alguien ha querido
justificar el zarpazo con el hecho de que los profesores veteranos no
investigan. La verdad es que en las universidades públicas los subsidios para
investigación son –por obra del Banco Mundial– ínfimos. Por obra del mismo
cogobierno mundial, en esas casas de estudio brillan por su ausencia las
bibliotecas y hemerotecas al día, los laboratorios de última generación.
Mientras urdía
esta columna, me llegó la edición del 5 de abril de la revista parisiense
L’Express. Habla en portada sobre los veteranos de la ciencia y la cultura de
Francia: “Combatividad, esperanza, elegancia… los que tienen más de 80 años
muestran el ejemplo. Nos dan lecciones de juventud”.
El texto, firmado
por Anne Rosencher, empieza así: “A los 75 años, (el escritor) Jean
D’Ormesson era ya joven… Paseaba su crin blanca y su sonrisa arrobadora
explicando que ‘la vida es una fiesta en lágrimas’… Diecisiete años han
pasado. D’Ormesson no se ha movido mucho”.
La autora cita el
caso del sacerdote jesuita Joseph Moingt, de 101 años de edad, pequeño,
delgado y siempre elegante, que ha movido las aguas de la Iglesia al proponer
que se dé a la mujer un nuevo papel en la institución eclesiástica,
consultando con la mujer antes de que su suerte sea decidida por varones
solteros.
http://diariouno.pe/columna/lecciones-de-juventud/
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Normal nomás
Marco Sifuentes
Cuando era niño,
era normal que en Viernes Santo todas las radios programaran música clásica o
sacra. Todas. Incluso las rockeras. Además, no solo se esperaba que nadie
comiera carne, sino que los mercados ni siquiera se atrevían a venderla. Era
normal que todos los canales de televisión transmitieran, en cadena, el
Sermón de las Tres Horas.
Cuando era niño
también era normal que la gente fume en todos lados: en el taxi, en el micro,
en los restaurantes, hasta en el cine o los aviones. También eran normales
los apagones, los muertos en los noticieros, la leche ENCI.
Una vez mi padre
nos sacó a pasear, fuera de Lima. No recuerdo a dónde, pero había sol, un río
de aguas cristalinas y mucho verde, o sea, cosas que no son normales en
nuestra capital. Al fondo, en la cima de una de las montañas que rodeaba el
lugar, una bandera roja. “Esa la han puesto los terrucos”, nos dijeron. Ah,
ya. No hubo drama ni salimos corriendo. Total, esos están por todos lados.
Normal.
En mi adolescencia
era normal ver muertos reventados en las primeras planas de los diarios
chicha. Al lado, calatas y, por supuesto, insultos contra periodistas y
políticos opositores (gays, pitucos, prochilenos, cosas así). Todos los días.
Era normal asumir que el presidente se fuese a pasear por la selva con su
hijo utilizando un helicóptero de las Fuerzas Armadas. Era normal que usara
un partido distinto para cada elección. Era normal que tuviera como asesor
personal a un tipo expulsado del Ejército por traición.
En el Perú de
ahora es normal que tengas miedo cuando sacas plata de un cajero, que tengas
miedo cada vez que vas a cruzar una esquina, que tengas miedo si vas a una
fiesta sola. En el Perú de ahora es normal tener miedo.
Si aparece el
video de una violación en una discoteca, es normal que los comentaristas de
la noticia se concentren en preguntarse qué hacía la chica allí, para qué
había bebido tanto o si acaso el chico era su novio. “Esas son prácticas
cotidianas”, dicen. En resumen, les parece normal.
En el Perú de
ahora también es normal asumir que el Estado “pierde plata” cuando ofrece
servicios básicos a sus ciudadanos. Ni educación, ni transporte, ni salud, ni
una canchita (mucho menos, una piscina pública). Como si no fueran derechos
elementales de todos, sin discriminación. Por eso mismo es normal que el Perú
colapse cada vez que hay un fenómeno de El Niño. Las autoridades solo hacen
obras que tendrán impacto inmediato, sin pensar en el largo plazo, porque no
es normal pensar en los derechos de la gente. Ni reclamarlos.
Todo lo que es
“normal” suele pasar desapercibido. Como las calles enrejadas o la ausencia
de bibliotecas. Lo normal se convierte en parte del paisaje; lo asimilamos y
seguimos con nuestras vidas. Pero si hemos mejorado como país se debe a que,
antes, rechazamos otras normalidades. Y es lo único que, ahora, podemos
seguir haciendo. Seguir dándonos cuenta de que nada es normal nomás.
http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/normal-nomas-marco-sifuentes-noticia-1983904
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Póker de ases presidencial
Augusto Álvarez Rodrich
Salvo Valentín
Paniagua, con su breve gobierno de transición de nueve meses, todos los
presidentes peruanos de las últimas tres décadas tienen un estatus judicial
que implica alguna mancha sobre su honestidad, algo que refuerza la sensación
en la ciudadanía de que, con escasas excepciones, el Perú es manejado por una
manga de ladrones de diverso calibre, pero ladrones al fin y al cabo.
El caso en el que
no hay duda, pues ya ha sido condenado por corrupción –además de
participación en homicidios– es el del ex presidente Alberto Fujimori, quien
cumple condena en la sede de la Diroes a la espera de alguna gracia
presidencial o –como sugirió alguna vez PPK– una norma del Congreso que
controla su hija Keiko, que habilite alguna forma de sacarlo de la cárcel.
De otro lado, las
noticias que siguen llegando desde Brasil complican cada vez más la
perspectiva judicial del ex presidente Ollanta Humala. La última es la
revelación del testimonio de Marcelo Odebrecht de que la empresa que él
presidía le entregó US$ 3 millones para su campaña del 2011, lo cual coincide
con lo señalado hace unos meses por el ex delegado de la empresa en el Perú,
Jorge Barata.
En su caso, habrá
todo un debate sobre el impacto judicial de fondos dependiendo de si fueron
para la campaña o para el bolsillo del candidato, pero, al margen del impacto
en las cortes, se trata de un hecho políticamente deplorable por la
posibilidad de que dicha contribución pudiera condicionar las decisiones
gubernamentales una vez iniciada la presidencia.
Los testimonios
entregados por Barata son, sospechosamente, hasta ahora, menos entusiastas
cuando se refieren al ex presidente Alan García.
No obstante, la
fiscalía le ha abierto una investigación preliminar por hechos alrededor de
la construcción del Metro de Lima realizada por Odebrecht, a pedido de la
procuraduría anticorrupción, en el contexto de las evidencias más sólidas de
sobornos pagados por esa empresa a funcionarios de su gobierno.
Sobre el ex
presidente Alejandro Toledo, en cambio, las cosas están más claras, luego de
que se revelara evidencia abundante de un soborno de US$ 20 millones pagados
por Odebrecht para facilitar que esa empresa construya la carretera
interoceánica.
Por más traumática
que pudiera ser la constatación de que Palacio de Gobierno sea una cueva de
ladrones, los procesos correspondientes se deben realizar caiga quien caiga,
con rigurosidad y sin politización.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/865130-poker-de-ases-presidencial
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PPK, La buena hora
Mirko Lauer
La súbita y
previsible mejoría de Pedro Pablo Kuczynski en la encuesta Datum
probablemente se vaya erosionando en los meses futuros, por el desgaste que
causa gobernar. El 10%+ ha sido un reconocimiento del buen manejo de la
emergencia en el trimestre por parte del Ejecutivo. La reconstrucción
inevitablemente va a ser harina de otro costal.
El otro peligro
para la aprobación recién recuperada es la mezcla de desaceleración e
inflación producida por El Niño costero. La cifra de inflación 2017 amenaza
superar el rango-meta del gobierno, y los cálculos de crecimiento privados
están muy por debajo de los oficiales. Tarde o temprano esto se volverá una
factura política de la catástrofe.
Sin embargo hay
algunas perspectivas positivas para PPK. Fuerza Popular está rápido dejando
de ser monolítica, y le está saliendo competencia por el flanco derecho. Para
el keikismo atacar al gobierno puede equivaler a darles armas a sus enemigos
dentro y fuera. Esto puede ayudar al gobierno a perfilar una imagen de
estabilidad anclada en su vocación de centro político.
Es notorio que al
lado de la imagen presidencialista del gobierno ha ido avanzando a lo largo
del trimestre una imagen de gobierno corporativo, con el gabinete como
protagonista colectivo. Extrañamente esto estaría favoreciendo a PPK, al
ubicarlo en cierto modo por encima de la pelea. Quizás es la nostalgia de un
presidente-tótem como Fernando Belaunde.
Luego está Lava
Jato. La expansión de la marea acusadora va marcando una diferencia cada vez
mayor entre los gobiernos anteriores y este año de nuevo gobierno. Los
encuestados no están dejando de advertir que la marea de destapes toca a casi
todos los demás partidos, hasta ahora con muy poco riesgo para gente del
actual gobierno.
¿Cómo puede
aprovechar PPK esta encrucijada favorable? Sin duda trasladando a la
reconstrucción el espíritu de la emergencia. Pero también evitando escuchar
los cantos de sirena de la austeridad fiscal, y pisando el acelerador de la
reactivación, para la cual hubo iniciativas anunciadas hace ya varias
semanas.
Lo ayudaría
mantenerse al margen de la campaña electoral regional que entrará a velocidad
de crucero después de Fiestas Patrias. El gobierno no necesita someterse a un
plebiscito de facto, ni atraer los rayos de los partidos participantes.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/865127-ppk-la-buena-hora
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