Doble rasero - Sigrid Bazán
Laberinto de lealtades - Mirko Lauer
La Universidad Católica y Mariátegui - Antonio Zapata
Montesinismo puro y duro - Augusto Álvarez Rodrich
Reconstrucción - Luis Davelouis
¿Segundo debut? - Enzo Defilippi
Tecnócratas al garete - Fernando Vivas
The Economist mide nuestro drama - César Lévano
La farsa de la democracia chilena - Alejandro Lavquén
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Doble rasero
Sigrid Bazán
Úrsula Letona está presentando un proyecto de ley por el que,
entre otras cosas, busca destituir a directores periodísticos, productores,
editores, accionistas, gerentes generales, miembros del directorio o apoderados
de un medio que se encuentren denunciados por delitos en agravio del Estado.
Todo esto, sentada en la curul de un partido que llegó a ser
denominado “la lavadora naranja”. Fuerza Popular llegó al Congreso con varios
congresistas investigados por lavado de activos, así como seis sentenciados y
cuatro procesados por diferentes delitos.
¿Sentenciados? Por alimentos está, por ejemplo, el conocido
caso de Héctor Becerril. También consta sentencia por alimentos en la hoja de
vida de Luis Yika… y cómo olvidar su caso, si se hizo pasar por persona con
discapacidad para que el Banco de Materiales le condonara una deuda de más de
30 mil soles.
¿Investigados? César Segura Izquierdo, por ejemplo, que entró
por la región Ica. Él llegó al Congreso con cuatro procesos en curso:
apropiación ilícita, lesiones culposas, apropiación ilícita y homicidio
culposo.
Pero si de lavado de activos se trata… Karina Beteta siempre
se ha escudado en que las denuncias por lavado en su contra se habían
archivado; sin embargo, nunca hizo referencia a la resolución pendiente de la
Quinta Fiscalía Superior de Lima, que también implica a su cuñado y a su
hermana.
Qué decir de los casos de Marita Herrera, Modesto Figueroa,
Wuilian Monterola… en fin. Basta mencionar que el principal financista de Keiko
Fujimori y ex secretario general de su partido, Joaquín Ramírez Gamarra, sigue
con una investigación pendiente por lavado en el Ministerio Público.
Basta recordar todas las irregularidades detectadas en los
terrenos del esposo de la señora Keiko, Mark Vito, o los cocteles con los que
supuestamente se financió gran parte de su campaña. Basta recordar que, en el
2013, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos acusó a Luis Calle
Quirós, otro de los financistas de Fuerza Popular, de ser un “capo
internacional de lavado de activos”.
Podríamos seguir con la lista de acusados, que va más allá de
Fuerza Popular. Otros partidos también tienen varios cuestionamientos, pero es
curiosamente el fujimorismo el que siempre parecer querer hacer gala de su
doble rasero.
Quizás a Úrsula Letona no le guste recordar el pasado
corrupto y autoritario del fujimorismo… pero es que quizás las verdaderas
intenciones de un proyecto de ley como este sean poder denunciar, a diestra y
siniestra, a cualquier miembro de un medio de comunicación para sacarlo del
camino.
Si la congresista no quiere mirar el pasado y cómo los
Fujimori quisieron acabar con la libertad de expresión en nuestro país, quizás
sí quiera leer este breve recordatorio sobre su partido en la actualidad y
sobre sus compañeros de bancada. Quizás así se anime a proponer algo más
productivo, empezando en casa.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/860201-doble-rasero
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Laberinto de lealtades
Mirko Lauer
La frase de Kenji Fujimori a la bancada de su partido –“Todos
ustedes se han hecho elegir por mi padre, sin embargo no hacen nada por él”–
reabre la cuestión de qué sucedió en las pasadas dos elecciones. El tema de la
consecuencia de los congresistas FP es menor frente al de la composición del
voto fujimorista en el 2011, el 2016, y mañana en el 2021.
La teoría del comando de FP en el 2011 fue que no había
contradicción entre la imagen de Alberto Fujimori preso y la de su hija Keiko,
modernizadora en campaña. Solo era cuestión de sumar dos popularidades. Pero
con la derrota esto fue reelaborado, y la culpa le fue atribuida a una mala
imagen residual que venía desde los años 90 y la Dinoes.
Así, la campaña del 2016 asumió la versión al grado de
separar de los reflectores a todo el que pudiera evocar el pasado fujimorista.
El resultado mostró que la nueva estrategia tampoco funcionaba, por lo menos
para ganar la presidencia. Keiko Fujimori volvió a catalizar el enorme
antifujimorismo que la derrotó. Pero para entonces ya estaba instalada como
N°1.
¿Cuál de las dos era la buena teoría? Obviamente ninguna. El
éxito en la elección parlamentaria 2016 se debe sobre todo a la buena
organización y los recursos de FP, y a las alianzas electorales con fuerzas
locales que no eran, y probablemente no son, albertistas ni keikistas, y cuyo
interés por la política del poder dinástico limeño es discutible.
Pero si se trata de ubicar el origen de los votos de la
bancada FP, este sería de un lado un activismo de Keiko Fujimori, donde el
factor Alberto fue deliberadamente menor, y de otro el voto situacionista de
toda la vida, jugando a ganador. En esa mezcla el albertismo puro y duro quedó
inevitablemente diluido.
Kenji Fujimori nunca ha precisado en qué consistiría una
lealtad albertista. El escenario máximo sería presionar con todos esos votos
parlamentarios por la libertad de su padre. Uno intermedio sería escuchar
directivas de Alberto Fujimori desde la cárcel. El más modesto sería hacerle
más caso a Kenji como congresista más votado, y representante de un sector
clave del fujimorismo. Nada de esto parece estar en la agenda de FP.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/860197-laberinto-de-lealtades
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La Universidad Católica
y Mariátegui
Antonio Zapata
En 1917 se fundó la Universidad Católica y su primera
promoción fue de veinte alumnos. Solo nueve eran estudiantes regulares, los
otros once tomaban algún curso como alumnos libres, pero sin estudiar una
carrera. El fundador, el padre Dintilhac, cuenta que estuvo muy preocupado,
porque incluso dentro de los nueve regulares encontraba varios estudiantes
mayores que parecían diletantes, antes que verdaderamente interesados en una
profesión.
Pero entre los once alumnos libres había tres personas que
llamaban poderosamente la atención. Se trataba de tres izquierdistas muy
conocidos; ellos eran José Carlos Mariátegui, César Falcón y Glicerio Tassara.
Como es largamente conocido, los dos primeros fueron fundadores del marxismo en
el país, mientras que Tassara era director de uno de los periódicos
anarcosindicalistas.
¿Qué hacían en la primera promoción de la Universidad
Católica tres de los más connotados rojos de la época? En realidad, habían sido
atraídos por las clases que dictaba un religioso agustino erudito en latín. Era
el padre Pedro Martínez Vélez, un sacerdote español que vivió unos quince años
en Lima, antes de regresar definitivamente a la península ibérica. De acuerdo a
alguno de sus biógrafos, este padre conocía de antemano a Mariátegui, quien lo
respetaba y habría animado a sus dos amigos a tomar estas clases.
En el archivo de la PUCP queda constancia del pago de
matrícula por los tres izquierdistas mencionados. No se llevó registro de
asistencia o éste se ha perdido y no se sabe si asistieron regularmente. Pero
queda constancia de su ausencia en los exámenes finales. Total, no estaban
interesados en la nota, sino en seguir unas lecciones que consideraban
interesantes.
Estos hechos han sido interpretados por el recordado Teo
Hampe como indicativos de que ninguno de los tres realmente siguió el curso de
latín. No se puede saber con total certidumbre, pero pienso que no es el caso.
Resulta que en una oportunidad Mariátegui escribió una corta autobiografía, a
pedido de una editorial argentina. Esas notas autobiográficas solían aparecer
en la contratapa de la edición popular de los 7 ensayos.
Ahí Mariátegui sostiene que nunca fue universitario, que su
formación íntegra era extra-académica, pero hace una excepción y relata que en
una oportunidad siguió un curso de latín dictado por un sacerdote erudito. Por
ello, pienso que le importaba bastante, al grado que él mismo lo menciona en
unas cuantas líneas donde habla de sí mismo.
Ahora bien, ¿qué significado tiene la presencia de estos tres
zurdos en la primera promoción de la Católica? ¿Es una anécdota o tiene algún
sentido en la tradición de esta universidad?
Pienso que alude a la capacidad de la Católica para ofrecer
cursos de calidad, que gracias a su profundidad estimulan el pensamiento y se
hallan por encima de los alineamientos políticos. Estos cursos mostraron su
eficiencia atrayendo alumnos variados que profesaban distintos puntos de vista.
Así, la Católica nació superando lo meramente confesional y constituyéndose
como un espacio de diálogo entre la fe y la razón, buscando conocer las
diversas razones para integrarlas en un saber humanista.
Para terminar, volver al infortunado padre Martínez Vélez.
Como queda dicho vivió entre nosotros una temporada y volvió a España siendo
mayor; estaba en Madrid cuando estalló la guerra civil y en ese momento
inicial, el levantamiento fascista fue derrotado en la capital española. El
padre Martínez Vélez habría sido hecho prisionero y fusilado por los
anarquistas de la FAI. De este modo, el reputado sacerdote profesor de los
primeros marxistas y del director del periódico anarquista peruano fue muerto
por los anarquistas españoles. La vida es una paradoja sin fin.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/860200-la-universidad-catolica-y-mariategui
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Montesinismo puro y
duro
Augusto Álvarez Rodrich
La trampa del plan fujimorista sobre medios es su aparente
deseo de promover la objetividad, un concepto atractivo pero demagogo y propio
de gobiernos totalitarios que quieren recortar la libertad de expresión.
El objetivo del proyecto perpetrado por las congresistas
Úrsula Letona y Alejandra Aramayo es “adoptar medidas destinadas a garantizar
el derecho a la información objetiva, veraz, plural y oportuna de la sociedad”.
Muchos le reclaman al periodismo que sea ‘objetivo’ y algunos
medios hasta usan el concepto como slogan promocional de sus programas.
Esto es un error propio de gente que no sabe nada de
periodismo, o una mentira de los que pretenden, como algunos políticos que
gritan mucho, sojuzgarlo a sus intereses.
La objetividad en el periodismo es una ingenuidad. Se puede
ser realmente objetivo en muy pocas cosas. En un partido de fútbol, por
ejemplo, sobre el resultado final o los nombres de los que jugaron. Pero al
responder preguntas cruciales como quién jugó mejor, quién mereció ganar, o si
tal jugada fue penal, se acaba la objetividad y se entra al terreno de la
subjetividad en el que cada periodista tiene su interpretación o lectura.
Lo mismo ocurre en la política, donde cada periodista tiene
una visión que lo lleva a concluir qué político es mejor que otro, o cuál
candidato tiene el mejor plan de gobierno.
El periodismo está cargado de subjetividad. Los que cacarean
la objetividad no saben de qué hablan o mienten. Y la pluralidad se obtiene
gracias a tener un abanico de medios con puntos de vista distintos para que
cada persona elija el que prefiera.
La subjetividad, sin embargo –y esto es crucial–, nunca puede
ser el biombo para el engaño. Una cosa es tener una opinión y otra mentir.
El fujimorismo pretende que el Estado regule la objetividad,
la pluralidad y la veracidad de los medios, algo que liquida la libertad de
expresión, pues ya sabemos cuál objetividad, pluralidad y veracidad será ‘la
correcta’. La de ellos, claro.
Y el fondo de la trampa del proyecto fujimorista se revela
cuando la congresista Lourdes Alcorta señala –creyendo que la calidad de su
argumentación depende de cuán alto grita–, que, por ejemplo, es inaceptable que
un caricaturista dibuje a los congresistas como payasos.
Si ella se siente afectada porque la dibujan así, que vaya al
Poder Judicial, que para eso hay leyes, pero lo que ella y su bancada en
realidad quieren es controlar la información e impedir la opinión, creyendo que
así ganarán la próxima elección. O sea, fujimontesinismo puro y duro.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/860202-montesinismo-puro-y-duro
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Reconstrucción
Luis Davelouis
Es verdad que, antes de pensar en ponerse a (re)construir,
hay que esperar a que deje de llover. Por supuesto, esto no significa que no
haya que ir pensando en los “cómo” es que se llevará a cabo esa reconstrucción.
Parece que PCM liderará el esfuerzo con una especie de directorio encargado de
gestionar el proceso, el diseño y su implementación.
La semana pasada, un periodista le preguntó a Zavala cuánto
tiempo tomaría volver a la situación anterior a la emergencia. Antes de que el
premier pudiera contestar, el presidente Kuczynski le explicó que “la idea no
es regresar a lo que había antes, porque la manera en la que estaban dispuestas
las cosas fue una de las razones de que la emergencia esté siendo tan grave”.
Necesidad y miseria, informalidad, poco o ningún ordenamiento
territorial, inexistencia de catastros, clientelismo político, traficantes de
tierras y una enorme dosis de corrupción son una mezcla muy explosiva. Una que
ha hecho que muchísimas personas pongan su casa sobre lechos de huaicos y
lugares donde no debería vivir nadie que no quiera poner en riesgo su vida.
La reubicación no será ni fácil ni rápida, pero es la única
salida. Antes, el ordenamiento territorial es indispensable para que la escala
de una emergencia como esta no se convierta en una desgracia o catástrofe
nacional. Hay que repensar todo para reducir nuestras vulnerabilidades. No
podemos olvidar que estas situaciones “anómalas” quizás lo serán cada vez menos
debido al proceso inexorable de calentamiento global.
Forsur y la reconstrucción de Pisco no funcionaron porque se
favoreció al poder político –con todos sus vicios e incentivos nefastos–
poniéndolo a cargo de la reconstrucción. Esto no puede volver a pasar.
http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-reconstruccion-2275740
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¿Segundo debut?
Enzo Defilippi
En estos días de huaicos e inundaciones, mucha gente está
reconociendo el esfuerzo que viene desplegando el gobierno para asistir a los
damnificados. Eso está bien. Si hay algo que no se debe ser en momentos de
desgracia es mezquino con quienes ponen el hombro para mitigar un sufrimiento
que bien podría ser el nuestro.
Hay quienes se preguntan si el aumento de popularidad que
significa este apoyo puede ser una nueva oportunidad para el gobierno. Un
“segundo debut” que le permita remontar la sostenida caída en popularidad que
venimos observando desde hace meses.
Yo no lo creo. Si bien coincido con quienes piensan que el
gobierno viene desempeñándose razonablemente bien frente al desastre, no creo
que alcance para un repunte permanente. Básicamente, porque como dicen que dijo
Einstein, es de locos esperar resultados diferentes cuando se sigue haciendo lo
mismo. Y nada ha cambiado entre las razones que explican la caída de
aprobación.
En efecto, al presidente y su entorno le siguen faltando
operadores políticos, figuras que logren consensos suficientes para sacar
adelante reformas importantes. Su bancada sigue siendo poco numerosa y, como
hemos visto, no muy dispuesta a pelear las batallas que el Ejecutivo decide
luchar. Son situaciones que no van a cambiar por un aumento temporal en los
niveles de popularidad.
La actitud al interior del gobierno tampoco parece haber
cambiado para aprovechar la coyuntura. Por ejemplo, se siguen comunicando al
público decisiones que aún no se terminan de tomar, como la de nombrar un “zar”
que dirija las labores de reconstrucción. Ahora resulta que no habrá “zar” sino
que será la PCM la encargada de ello. ¿Cuál era la necesidad de adelantarse?
¿No era suficiente decir “en este momento estamos abocados a asistir a nuestros
hermanos y cuando tengamos tiempo para discutirlo tomaremos una decisión y se
la comunicaremos”? Yo creería que sí.
Ahora, lo del “zar” de la reconstrucción hubiese podido ser
una salida política decorosa para el ministro Martín Vizcarra, con la que se le
hubiese evitado el mal rato y desgaste que implica ser interpelado por la
adenda del aeropuerto de Chinchero (en la que no tiene cómo salir bien parado),
al mismo tiempo que se le designa para una labor de alto perfil compatible con
su cargo de vicepresidente de la República. Pero la falta de reflejos políticos
es otra de las carencias que el gobierno parece no saber cómo remediar, aun
cuando hubiesen sido especialmente útiles en estos días en los que los medios
nos muestran a los ministros trabajando arduamente.
Otro factor que le juega en contra al Ejecutivo es la
escasísima capacidad de gestión de las municipalidades y gobiernos regionales,
las que tendrán que ejecutar parte de las labores de reconstrucción. Si bien
esto no es su responsabilidad, a la gente le importa poco a la hora de culpar a
alguien por lo que no se hace, se hace mal, o cuando desaparece el dinero para
hacerlo.
Si el gobierno realmente quisiera un segundo debut, este
sería el mejor momento para tenerlo. Pero ello requeriría, al menos, cambios en
el elenco y en el guion, y al presidente no se le ve con muchas ganas de
hacerlos.
http://elcomercio.pe/opinion/mirada-de-fondo/segundo-debut-enzo-defilippi-noticia-1979758
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Tecnócratas al garete
Fernando Vivas
Se supone que el tecnócrata planifica, decide, ejecuta; que
es práctico y asertivo; que se computa un organizador del caos. PPK se nos
vendió como la encarnación de todo eso: “Mira –nos decía a sus entrevistadores
en campaña–, vamos a crecer a 5 o 6%, voy a bajar el IGV un punto pero voy a
recaudar 3 puntos más, uno lo gasto en educación, otro en salud, otro en
seguridad. Y si es necesario, nos endeudadamos o agarramos del Fondo de
Estabilización Fiscal”. (Ojo, Keiko también dijo que no le tenía miedo a agarrar
de ese fondo, así que no se pongan tacaños ahora con los inundados).
Convertido en presidente, era aun más suelto de huesos cuando
se le preguntaba por la mayoría absoluta de Fuerza Popular en el Congreso: “Hay
que jalarse a esos congresistas”, dijo a “El País”, presumiendo que dándoles
proyectos para sus provincias, los tendría comiendo de su mano.
Bueno, pues, ya saben lo que pasó: lo del punto del IGV fue
condicionado a una meta de recaudación y los fujimoristas son un bloque
disciplinado que se resiste a las tentaciones. También pasó que nos explotó
Lava Jato en la cara y luego nos inundamos, así que vamos a crecer menos y
gastar más en la reconstrucción. No es PPK sino son las circunstancias las que
obligan y mandan. Y su gabinete de tecnócratas tiene por jefe, antes que a él o
a Zavala, a esas circunstancias.
La tecnocracia calculadora ha optado por dejarse llevar por
las aguas y por la emoción. Pero es mejor estar así, al garete, que nadar
contra la corriente. El pueblo agradece esa actitud solidaria. Cualquier otra
reacción se tacha de frívola. Miren lo que le pasó a Eufrosina Santa María, la
‘vice’ de Agricultura, por mandar al traste las circunstancias y relajarse. La
ampayaron, tuvo que renunciar y fue repudiada por su ministro.
El propio PPK hizo un intento de doblegar a las
circunstancias y le fue mal. Se le ocurrió que Martín Vizcarra podía ser un
‘zar’ de la reconstrucción y así remontar su imagen de interpelable para
recuperar la de gran ejecutor. ¡Nada que ver! A las circunstancias no las usas,
simplemente las acatas. Te pones a remar en su mismo sentido, como el joven del
unicornio en Piura; o te aferras a las tablas, como Evangelina Chamorro. Y a
las Fuerzas Armadas, inútiles para las inexistentes guerras, las pones a servir
a la civilidad. Y así, sin hacer nada distinto a lo que manda el sentido común,
que es también el sentido de la política en circunstancias de desastre, hasta
ganan unos puntitos de aprobación.
Prefiero tecnócratas al garete que atorrantes que se creían
que tenían todo bajo control y podían hacer de las suyas con su pendejo
modelito de APP. Diligentes y mojaditos, los vemos más bonitos.
http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/tecnocratas-al-garete-fernando-vivas-noticia-1979816
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The Economist mide
nuestro drama
César Lévano
La tragedia ambiental que sufre el Perú empieza a ser vista y
evaluada por las entidades científicas y por la prensa mundial. Se le empieza a
ver como parte de un fenómeno universal: el calentamiento global planetario. La
revista británica The Economist se ocupa de nuestro drama en su edición de esta
semana.
El texto del semanario expresa que Alan García y Ollanta
Humala están siendo investigados en el caso Odebrecht. Empieza con una síntesis
que debe de haber conmovido a sus lectores: “Más de 75 personas han muerto, más
de 100 mil han perdido su vivienda, mientras la costa del Perú era golpeada por
las lluvias más fuertes vistas en décadas. Millones están sin agua potable, más
de dos mil kilómetros de caminos y por lo menos 175 puentes han sido destruidos.”
La cifra de los puentes recuerda la reacción del alcalde Luis
Castañeda cuando el presidente Pedro Pablo Kuczynski criticó la caída de
puentes mal hechos a causa de la corrupción. “El ladrón cree que todos son de
su misma condición”, profirió Castañeda. PPK aclaró que él se había referido,
no al Puente Solidaridad de Lurigancho, sino a un puente sobre el río Virú,
cuya zona estaba visitando. Lo que queda para el asombro extranjero y la
vergüenza nacional es ese alto número de puentes desplomados.
The Economist cita la frase de Gilberto Romero, director del
Centro para la Investigación y Previsión de Desastres: “Este no es un desastre
natural, sino un fenómeno natural que se ha convertido en desastre por el modo
informal en que este país se ha desarrollado”
La revista informa que las inundaciones no son el único
problema de PPK. El año pasado, recuerda, el gobierno había previsto un
crecimiento de 4,8 por ciento en el PBI y en enero de este año redujo esa
previsión a 3,8 por ciento, a medida que estallaba el escándalo Odebrecht. El
desborde de los ríos recordará más ese nivel.
La publicación señala que en diciembre Odebrecht admitió, en
un juicio en los Estados Unidos, que había pagado coimas para obtener contratos
en América Latina, el Perú incluido.
Un párrafo elocuente dice: “Investigaciones iniciales han
conducido a prisión a tres personas, y en febrero se dictó una orden de prisión
para Alejandro Toledo, presidente del Perú entre el 2001 y el 2006, bajo la
acusación de haber recibido 20 millones de dólares de la firma. Algunos
fiscales están investigando también a sus dos sucesores, Alan García y Ollanta
Humala. Los tres han negado haber delinquido”
http://diariouno.pe/columna/the-economist-mide-nuestro-drama/
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La farsa de la
democracia chilena
Alejandro Lavquén
Nuestra “democracia” se prepara para una nueva puesta en
escena: la elección presidencial y parlamentaria 2017. Los candidatos se
autoproclaman servidores públicos, privilegiando, por sobre su existencia
personal, trabajar por el bien común. Sacrificio que, evidentemente, consideran
suficiente mérito para ser electos o reelectos. En los hechos, sucede todo lo
contrario.
La democracia chilena es una farsa. Una dictadura de los
partidos políticos que sólo buscan beneficiarse a costa del Estado. Beneficio
que se concreta en sus máximos dirigentes y algunos saltimbanquis del séquito
más cercano. A la masa militante sólo le toca, de vez en cuando, uno que otro
caramelo. Los electores sólo pueden votar por quienes los partidos deciden que
se debe votar.
Es decir, son los partidos, y nadie más que ellos, quienes
autorizan los nombres que irán en las papeletas el día de la elección. La
señora Juanita no puede ser candidata aunque la proclame una comuna entera.
Los partidos gobernantes, a través del parlamento - en
concomitancia con la “oposición” de turno - dictan las leyes y deciden que es
lo bueno y lo malo para los habitantes del país. A cambio de algunos beneficios
(siempre con letra chica), que no deberían ser otra cosa que derechos
fundamentales del ser humano constituido en sociedad, atrapan las conciencias
suficientes para ganar elecciones.
Una vez electos presidente y parlamento, las promesas de
prosperidad para los chilenos se esfuman como se esfuman los dineros de la Ley
Reservada del Cobre en las charreteras militares.
Por su parte, los empresarios, colonizadores de los
políticos, fortalecen con cada elección su voraz apetito por el lucro,
estrujando hasta la última gota de sudor a los trabajadores. Se han apropiado
de los fondos de pensiones, del agua, de la luz, de las comunicaciones, de la
vivienda, del mar, de la educación, de la salud, etcétera. Y aún así siguen
insatisfechos. Incluso se sienten perjudicados porque deben pagar míseros
impuestos.
Los candidatos no escatiman en gastar millonarios montos en
sus campañas, donde la mentira se enseñorea, vendiendo ilusiones y discursos
prefabricados por décadas. Se debe ganar a toda costa un podio en la república,
como en aquel chiste popular donde el candidato ofrece un puente, y cuando le
hacen ver que en la comarca no hay río, responde: “Bueno, también les pongo un
río”.
El problema de fondo, para edificar una verdadera democracia,
debe resolverse, primero, con un plebiscito donde los chilenos decidamos qué
país queremos. Por ejemplo: ¿Queremos un país con el agua en manos de privados
o del Estado? ¿Queremos un país regido por una economía neoliberal o una
economía social? Lo mismo en el caso de la salud, previsión, educación, luz,
comunicaciones y otros servicios.
Una vez decidido esto se debe realizar una Asamblea
Constituyente para darnos una Constitución acorde al país que hemos decidido
tener. Cualquier otra solución es seguir en lo mismo.
Porque los abusos se deben a la estructura económica-política-administrativa
que nos rige, que es donde la explotación del hombre por el hombre se perpetúa.
Si no se cambia la estructura actual, que fue montada en el siglo XIX por la
oligarquía y reforzada en la Constitución de 1980 por la tiranía cívico-militar,
genocida y bucanera, da lo mismo si gobierna la Alianza, la Nueva Mayoría o el
Frente Amplio, pues gobernarán dentro de la misma estructura que tanto daño ha
hecho y sigue haciendo al pueblo, sobre todo a los sectores más pobres.
Si en Chile no existiera el crédito un segmento no menor de
la población sufriría una seria crisis de hambruna. Los endeudados son
millones. Y “una golondrina no hace verano”. Esto es una triste realidad, un
hecho de la causa que tiene a los chilenos enjaulados.
Otro asunto, que permite nuestra farsa democrática, es que
tienen tribuna pública personajes que deberían estar condenados por complicidad
y encubrimiento de las violaciones de los derechos humanos durante la
dictadura.
La inmensa mayoría de ellos se encuentran atrincherados en la
UDI y RN, cuyos dirigentes principales poseen un perfil psicológico DINA-CNI.
Si tuviéramos un sistema de elecciones realmente democrático y representativo
estos personajes no podrían acceder jamás a cargos públicos, pues es
impresentable que se erijan como representantes de la sociedad quienes
justifican a ladrones y asesinos.
Es hora de que los afectados digan basta, no puede ser que la
farsa de la democracia chilena siga siendo para siempre, y como en el poema de
Pezoa Véliz, nadie diga nada, “ni el vecino Pérez ni el vecino Pinto”.
http://rebelion.org/noticia.php?id=224628
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