Así no es, pues - Luis Davelouis
Desbalance político - Marco Sifuentes
El agua embotellada y los nuevos sacaojos - Juan de la Puente
KENjI, REY DEL SELFIE - Mirko Lauer
Emergencias: acabar con la repetición de la historia - Santiago Pedraglio
La ceca de Denver - Iván Alonso
Prevención es el remedio - César Lévano
Para "La Nación", todo es igual, nada es mejor - Juan Carlos Martínez
Reconstruir en serio - Agustín Haya de la Torre
¡Ya basta! - Editorial La Jornada
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Adiós, socialismo;
adiós, Europa
Santiago Roncagliolo
Fue solo un susto. Pero uno grande. Las elecciones holandesas
de la semana pasada parecían en manos del partido ultraderechista PVV, de Geert
Wilders, que llegó a liderar varias encuestas. Wilders, un nacionalista tan
intenso como su melena rubia, es hostil a todo lo que no sea folclóricamente
holandés. No solo le disgustan los árabes. Tampoco le hacen gracia los demás
europeos. Propone cerrar las mezquitas, prohibir el Corán y abandonar la Unión
Europea (UE). Después del ‘brexit’ y de la elección de Donald Trump, su
victoria habría sellado la deriva populista de Occidente.
Al final, el PVV “solo” alcanzó el segundo lugar. Pero no
puede quejarse: mucho peor le fue a la centroizquierda. Los socialistas
radicales perdieron 28 escaños, así como su posición de alternativa de
gobierno.
En realidad, Wilders no ha perdido: ha ganado el liderazgo de
la oposición, sobre el cadáver del socialismo.
A un mes de sus propias elecciones, Francia promete más de lo
mismo: la Wilders gala es Marine Le Pen, una purasangre de la ultra,
antiinmigración y antieuro, cuyo padre considera el holocausto judío como un
simple “detalle” de la Segunda Guerra Mundial. Durante la campaña, los
guardaespaldas de Le Pen han llegado a golpear a un periodista por hacer una
pregunta incómoda, lo cual da una idea de sus instintos. Sin embargo, la
candidata lidera muchas encuestas.
Mientras tanto, los socialistas... Bueno, ni siquiera está
claro quiénes son exactamente.
En teoría, es socialista el candidato del Partido Socialista,
Benoit Hamon. Pero una parte de sus compañeros lo encuentra demasiado
izquierdista y su candidatura ha sufrido la deserción de figuras históricas.
Era socialista también Jean-Luc Mélenchon, pero abandonó ese partido y ahora
lidera el movimiento radical Francia Insumisa. Incluso fue ministro socialista
Emmanuel Macron, hoy candidato independiente con programa de centro. Si todos
ellos se mantuvieran juntos, tendrían las elecciones aseguradas. Pero, ¿es que
podrían estar de acuerdo?
La dislexia de la centroizquierda se extiende por toda
Europa. En un país como España, sin la amenaza de la ultraderecha, al Partido
Socialista le va igual de mal. El año pasado, tras una serie de catastróficos
resultados electorales, una sublevación interna defenestró al secretario
general. Para evitar unas nuevas elecciones, que habrían sido suicidas, sus
diputados hicieron de tripas corazón y apoyaron el gobierno... de la derecha.
Bueno, casi todos sus diputados, porque el partido ni siquiera fue capaz de
ponerse de acuerdo en eso.
Mañana, 25 de marzo, la UE cumple sesenta años. En ella, a
diferencia de la Europa del Este, el socialismo renunció al marxismo y abrazó
el libre mercado. La idea funcionó mientras se expandía la economía, porque el
crecimiento permitía financiar los costosos servicios sociales. Y durante
décadas, la UE fue el mayor ejemplo mundial de libertad, prosperidad y
bienestar. Hasta que la última crisis financiera dejó a las clases trabajadoras
sin trabajo. Y cuando esas clases voltearon a buscar a sus partidos socialistas,
no encontraron nada diferente de la derecha.
Hoy, el socialismo europeo vive un conflicto de identidad
entre su origen de clase y su último medio siglo de historia. Y la izquierda
más extrema tiende a disgregarse en un cúmulo de causas legítimas –ecología,
LGTBI, maltrato animal–, pero lejanas de las preocupaciones cotidianas de los
trabajadores. Alguien debe capitalizar el descontento. Y ahí están Wilders o Le
Pen.
La ultraderecha europea llena el abismo que deja el derrumbe
de una socialdemocracia confusa y asustada. Y amenaza con tumbar en pleno el
sistema político. Si el socialismo europeo no consigue redefinirse, el de
mañana será uno de los últimos aniversarios de Europa.
http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/adios-socialismo-adios-europa-santiago-roncagliolo-noticia-1978456
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Así no es, pues
Luis Davelouis
Voy a insistir con esto: rentabilizar la desgracia ajena está
mal, es sucio.
No se trata de ocultar los logos que llevan por defecto las
botellas de agua de una determinada empresa. Tampoco de que quien produce
lácteos esconda su nombre para poder anunciar que quien necesite leche puede
pasar por ella gratuitamente a sus establos. Tampoco de que un funcionario del
gobierno evite mencionar el nombre de una empresa minera gracias a la cual se
pudo recuperar la transitabilidad de una importante vía de comunicación.
No. Todo eso está muy bien, hay que reconocerlo, aplaudirlo e
incentivarlo. ¿Pero hay que incentivar la conversión de la caridad en negocio?
¿Hay que impulsar la idea de que ser solidario es bueno solo si es rentable?
Por eso, el cuento de que “es buen ejemplo e inspira a otros
a ayudar” no funciona. Además de que obedece a una lógica e inmediatez
suicidas. Tampoco funciona “lo importante es el gesto y no tanto la
motivación”. Ese pragmatismo nos ha hecho mucho daño y ayudó a destruir
nuestras instituciones.
Y es que eso es más o menos lo que debe haber pensado Lelio
Balarezo (hoy prófugo de la justicia), ex vicepresidente de Confiep, cuando
decidió estafar a la Sunat y a todos los peruanos. Cuando me miran, cuando hay
cámaras, me porto bien, soy un ciudadano y una empresa modelo, soy bueno y
honrado. Cuando nadie está mirando, estafo al Estado, coimeo, evado impuestos,
me reúno con Montesinos y le sugiero que cambie la Constitución para que el
sátrapa se quede un término más, falsifico documentos, compro favores, pongo
ministros, cometo perjurio y facilito la salida de un delincuente del país.
Pero eso sí, mandé muchas frazadas a Pisco en el 2007 y ahí
está mi nota de prensa para probarlo.
http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-asi-no-pues-2275182
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Desbalance político
Marco Sifuentes
Cuando la tragedia aún no termina, puede parecer inoportuno,
e incluso insensible, ensayar un balance político de estos días. También es
arriesgado: no hay balance posible si todavía no hay cómo recuperar el
equilibrio. Pero es un ejercicio útil: quizás sirva para que los que están
haciendo mal las cosas se corrijan, y para que los que las están haciendo bien
no se desvíen del camino.
Hay una ventaja. En este tipo de situaciones, hacer bien el
trabajo y hacer política bien se parecen mucho. Las autoridades son elegidas,
precisamente, para momentos como estos. La gente espera una respuesta a la
altura. Y si la obtiene, lo recuerda.
Al revés también se aplica. Que lo digan si no los apristas,
que aún cargan con el lastre de Pisco y su “reconstrucción”, que al final fue
una excusa más para faenones (Forsur, BTR, etc.). Diez años después, cualquier
opinión suya en estos momentos solo recibe una avalancha de menciones al
posterremoto.
Esta es una advertencia para el Gobierno Central que, hasta
el momento, parece estar teniendo una respuesta eficiente y, además, sabe
capitalizarla. El audio de la ministra Marisol Pérez Tello que viene circulando
en WhatsApp puede ser muy sincero y, a la vez, un gran vehículo de propaganda
dirigida. Para un régimen con la popularidad en picada, este Niño ha venido con
un pan bajo el brazo. Le pasó a Fujimori, que tuvo un 1997 con todo en contra
(marchas por el Tribunal Constitucional, Leonor La Rosa, Ivcher) y que remontó
gracias a El Niño de 1998.
Diecinueve años después, las reacciones de sus hijos ante
este desastre son reveladoras. Una intenta capitalizar en redes sus actos bajo
la etiqueta #EstamosKontigo; el otro se toma una foto con la primera dama y usa
el oficial #UnaSolaFuerza. Una aprovecha para lamentar en público que no haya
podido reeditar las acciones de su padre; el otro va y se toma una foto
idéntica a la de Fujimori en el 98. El Kenji de El Niño es mucho más político
que la Keiko de Harvard (aunque ambos sean solo personajes). Una se lamenta y
confronta, el otro actúa y tiende puentes.
Y vaya que se necesitan puentes. En lo que va del año, en
nuestro país se han “desplomado” 183 puentes, según el Indeci. Pero uno destacó
sobre todos, por tres razones: porque había video, porque era amarillo y porque
se llamaba como el partido del alcalde de Lima. De hecho, solo en la capital,
en menos de tres meses, se han caído 55 puentes (30% del total). ¿La respuesta
de Castañeda? Refugiarse con periodistas sobones o programas de espectáculos.
Una lástima.
Al margen de preferencias o antipatías, nos conviene que a
las autoridades les vaya bien, porque eso significa que están sabiendo
responder a la altura de su cargo. Esta es una situación en la que hay poco
espacio para enmascarar fracasos o ‘caletear’ mezquindades. Y si intentan
hacerlo, bueno, ya vemos lo que les está pasando.
http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/desbalance-politico-marco-sifuentes-noticia-1978530
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El agua embotellada y
los nuevos sacaojos
Juan de la Puente
En seis días, entre el lunes 13 y el sábado 18 de marzo, los
peruanos sufrieron el impacto concertado de los desastres todavía llamados
naturales y la exposición inédita de símbolos que elevaron la emergencia a
nivel de drama nacional. Antes de esos fatídicos días, miles de compatriotas ya
habían sufrido los desastres y lo siguen sufriendo en estos momentos, solo que
sin un detalle que hace de este episodio una gigantesca recreación trágica: la
falta de agua, especialmente en Lima.
La escasez de agua potable en la capital cambió el código de
las inundaciones, desbordes, apagones y falta de agua en otras zonas del país y
en varios distritos de Lima, lo que en otro contexto habrían sido “otros”
desastres –o los desastres de los “otros”– con menos exposición, como los de
enero de este año. Este hecho desnudó al mismo tiempo visiones y opciones
complejas y contradictorias en una ciudad de casi 10 millones de habitantes,
construida bajo rígidos principios centralistas, clasistas y egoístas.
La mayoría de ciudadanos asistía a un drama en el que se
ubicaban a sí mismos y a su carencia. En cambio, un pequeño y estridente
segmento asistía en solitario a su falta de agua negándose a aceptarlo con el
drama del resto del país. En su visión era imposible que la falta de agua
potable –una realidad que afecta todos los días a por lo menos 8 millones de
peruanos– les sucediese a ellos, precisamente a ellos.
La demanda de agua eclipsó en algunos momentos el reclamo de
una reacción rápida del Estado a los desastres, y parecía que la desgracia solo
residía en la falta de agua en los distritos mesocráticos de Lima y no en la
decena de distritos de la misma Lima, en donde miles de personas habían perdido
sus casas y sus medios de vida, o en el norte del país que vivía día a día
tormentas eléctricas. Que la emergencia nos haya igualado es falso; a algunos
los ha igualado más que a otros.
El hecho que puso luz sobre esta desnudez fue el
acaparamiento del agua embotellada luego de algunos mensajes alarmistas e inescrupulosos.
Los supermercados fueron escenario de disputas por agua industrializada para
satisfacer una necesidad debatible, tan debatible que decenas de miles de casas
limeñas tienen ahora en promedio el stock de agua embotellada más grande del
mundo. Ahora recuerdo cuando desde “estos” distritos se burlaban de los
peruanos de los “otros” distritos que creían en los sicosociales de los
sacaojos y pishtacos.
Esto no ha terminado y no terminará con las últimas lluvias
de abril. A pesar de que los días sin agua en la capital fueron también de un
masivo aprendizaje sobre la necesidad de cuidar este valioso elemento de
nuestras vidas, un grupo de peruanos cree todavía que lo sucedido es injusto.
Para ellos no hay cambio climático, resiliencia o mitigación sino la vieja
narrativa de la “furia” de la naturaleza contra el humano indefenso, el
desastre como un evento inesperado, el combate contra lo desconocido y la pugna
agónica para que todo vuelva a ser como antes. Son compatriotas a quienes se
les ha agrietado una forma de vida y se resisten a aceptarlo.
Por suerte, la mayoría adopta una actitud distinta. Acepta su
condición de víctima de un fenómeno que si bien no ha escogido le pertenece y
debe encararlo. Las redes sociales y la vida cotidiana han mostrado estos días
una impresionante actitud realista de los peruanos que no debe confundirse con
resignación. Es una muestra de adaptación patente sobre todo en los jóvenes, un
aspecto que los medios han hecho bien en difundirlo.
Es reconfortante que este germen de la adaptación al cambio
climático venga acompañado de una convicción solidaria expresada en el
surgimiento de redes de ayuda con gran presencia de jóvenes y el rechazo a
hacer de este episodio doloroso un ajuste de cuentas con las autoridades. Es
cierto que la idea de la unidad nacional será corta y que en breve retornaremos
al encono comedido y desmedido. Es cierto eso, pero pocas veces habíamos
aprendido tanto en tan pocos días.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/858801-el-agua-embotellada-y-los-nuevos-sacaojos
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KENjI, REY DEL SELFIE
Mirko Lauer
La foto que no se tomaron Pedro Pablo Kuczynski y Keiko
Fujimori frente a Palacio se la han tomado Nancy Lange y Kenji Fujimori. El
instante captado es sencillo: entregar un donativo para los damnificados. Pero
la imagen está cargada de sugerencias políticas, sobre todo la del joven
congresista buscando un espacio propio, y encontrándolo.
Sin duda son muchos los fujimoristas que vienen participando
en los esfuerzos de salvataje y contención. Keiko Fujimori viene repartiendo
ayuda por diversas ciudades. Pero solo Kenji Fujimori encontró la fórmula
política y publicitariamente eficaz: dejarse ver trabajando con una
retroexcavadora sobre una zona afectada en Lambayeque.
La máquina inevitablemente evoca el tractor de Alberto
Fujimori en la campaña electoral de 1990, y coloca al hijo un paso más allá de
los donativos, y de lleno en un terreno de manos a la obra que parecía
exclusividad del Ejecutivo. La foto con Lange y la retroexcavadora definen un
estilo, y no son los primeros golpes de efecto del congresista.
Al lado de esto están las críticas sobre aprovechamiento
electoral, las cuales no solo eran previsibles, sino además son ciertas. Todo
gesto de un candidato puede ser a un tiempo personal y electoral. Lo fue su cri
du coeur sobre la necesidad de investigar el caso Sodalicio en el Congreso. Lo
fue su pedido de ser despojado de la inmunidad parlamentaria.
¿Pero en qué campaña está el congresista? Pareciera que el
objetivo en esta etapa es sobre todo convertir un alto perfil en un perfil
propio. Algo así como construirle al fujimorismo una imagen alternativa a la de
Keiko Fujimori, modernizando la perdida imagen albertista del partido. Podría
haber allí algo de revancha filial.
Por lo pronto Kenji Fujimori ha logrado tomar considerable
distancia del pelotón de mototaxistas que hoy hace la política de Fuerza
Popular en el Congreso. Pero a la vez no parece interesado en construir una
sub-bancada alternativa dentro del propio partido. El propósito parece ser
llegar a reemplazar a su hermana en los años que vienen.
En esa medida es un juego del 2021. En la medida que toda
crisis del gobierno va a ser también una crisis de los demás partidos del
Congreso, si eso se da Kenji Fujimori va a seguir la suerte de FP, no importa
cuán ingeniosas sean sus iniciativas.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/858797-kenji-rey-del-selfie
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Emergencias: acabar con
la repetición de la historia
Santiago Pedraglio
A menudo, en el Perú, el fin de una emergencia –como la
inundación de territorios habitados y el desabastecimiento de agua– trae
consigo, también, el fin de la voluntad de cambio. ¿Es posible ponerle término
a ese reiterado volver a la modorra después de una tragedia?
Para ser un gobernante nacional o regional previsor, y para
trabajar honestamente, no hay que ser de izquierda ni de derecha. Tales
conductas no están, ni de lejos, regidas por ideologías.
Los chilenos, golpeados en el año 2014 por el tsunami de los
días finales del primer gobierno de Michelle Bachelet, reajustaron durante el
gobierno de Sebastián Piñera sus sistemas de alerta, con efectos francamente
positivos.
La naturaleza no es culpable de las desgracias. Desde
octubre, en Quito hubo 118 emergencias y 121 deslizamientos, y la ciudad
aguanta bien. La razón: “tiene cubierto el 93% de su territorio en
alcantarillado” y “unos 6000 km de redes y colectores” (El Comercio, 18.3.17).
Los desbordes del río Zarumilla –frontera entre el Perú y Ecuador– han golpeado
fieramente a Tumbes, en especial su agricultura, pero en Ecuador no. La causa:
allá se prepararon construyendo un muro de contención de 15 kilómetros que
resiste hasta hoy.
El gobierno del presidente Pedro Pablo Kuczynski tiene la
oportunidad de movilizar al Estado para reconstruir, sobre bases seguras, todo
lo mal hecho en las últimas décadas; para acometer las tareas pendientes; y
para castigar en caliente todo viso de corrupción.
Debe hacerlo. Da lo mismo que los gobernantes sean
neoliberales o de cualquier tendencia. Lo importante es que tengan visión,
voluntad política y sentido nacional.
Seguir dejando que las personas vivan en peligro es
condenarnos, como país, a una especie de suicidio permanente.
http://peru21.pe/opinion/santiago-pedraglio-emergencias-acabar-repeticion-historia-2275181
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La ceca de Denver
Iván Alonso
No hay mucho que ver en Denver, Colorado, a menos que uno sea
aficionado al béisbol o al fútbol americano. Pero es una de las dos ciudades
–la otra es Filadelfia– donde se puede visitar las instalaciones de la U.S.
Mint, una dependencia del Departamento del Tesoro que fabrica las monedas que
se usan en ese país. Los billetes los fabrica el Bureau of Engraving and
Printing, otra dependencia del Tesoro, que tiene operaciones en Washington,
D.C., y en Fort Worth, Texas.
La ceca de Denver nació como una empresa privada en 1860,
durante la fiebre del oro de Colorado. Al principio, los mineros tenían que
enviar el oro en polvo a la costa este, donde estaban los compradores, un viaje
largo y peligroso, como ha quedado graficado con el asalto a la diligencia en
infinidad de películas. Para ahorrar costos de transporte y seguros, el banco
Clark, Gruber & Co. comenzó a acuñar monedas de 10 dólares de entonces,
equivalentes en poder adquisitivo a 800 dólares de hoy. En 1863, el gobierno de
Abraham Lincoln estatizó el negocio de acuñación de Clark Gruber, cuyas
operaciones bancarias se convirtieron con el tiempo en parte de lo que es
actualmente el Wells Fargo Bank.
En Denver se fabrican diariamente 40 millones de “pennies”,
las monedas de un centavo que salen como hormigas de los bolsillos del turista
que regresa a casa. Esta suerte de exportación involuntaria es una de las
razones por las cuales se requiere una constante reposición. Otra es la
cantidad de “pennies” que salen de circulación para guardarse en alguna
alcancía. A veces el flujo se revierte, como en el año 2009, cuando la crisis
hizo que muchos americanos sacaran, literalmente, hasta el último centavo. Ese
año la producción se redujo drásticamente.
Se supone que la U.S. Mint debe operar comercialmente y
entregar utilidades al Tesoro. Pero no olvidemos que se trata de una empresa
estatal. El costo de producción de un “penny” es actualmente de un centavo y
medio, o sea, 50% más de lo que vale. Peor es el caso del “nickel”, la moneda
de 5 centavos, cuyo costo de producción es de 10 centavos, o sea, 100% más de
lo que vale. Se podría cambiar el contenido metálico de estas monedas para
abaratar su producción, pero eso requeriría una ley del Congreso. Sólo en un
caso extremo ha ocurrido: cuando en 1943, durante la guerra, el precio del
cobre se fue a las nubes, se fabricaron “pennies” de zinc.
Las pérdidas que sufre la U.S. Mint en la fabricación de
estas monedas se cubren con las ganancias que dejan los “quarters” y los
“dimes”. El margen de utilidad de estas dos monedas es del 70%: producir un
“dime”, la moneda de 10 centavos, le cuesta solamente 3; y un “quarter”, de 25
centavos, le cuesta 8. Pero con lo que realmente hace plata son las colecciones
especiales, que han comenzado a multiplicarse como los libros de gerencia –y
con similar valor ornamental, se diría–: una serie de “quarters” con los
símbolos de cada estado, otra con la flor de cada estado y quién sabe qué más.
Durante muchos años, la ceca de Denver fue también un
importante proveedor de monedas a nivel internacional. Más de 40 países
alrededor del mundo, comenzando por Venezuela, mandaron a fabricar las suyas
allí. El Perú fue un cliente recurrente entre 1916 y 1977. La producción para
el exterior, sin embargo, fue descontinuada en 1990 por razones que
desconocemos.
http://elcomercio.pe/opinion/mirada-de-fondo/ceca-denver-ivan-alonso-noticia-1978411
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Prevención es el
remedio
César Lévano
Los médicos más sabios dicen que prevenir es mejor que curar.
Eso vale para la tuberculosis y el cáncer; vale para todo. En la etapa en que
la naturaleza castiga nuestro país, surge en un país vecino, Ecuador, una
lección que confirma la idea.
Nuestro país resulta indefenso no solo por la fuerza de la
naturaleza, sino también por la irresponsabilidad, la improvisación y el robo.
Los puentes no se caen solos. La mano ciega de nuestra sociedad los empuja.
Hay, además, un factor al que el presidente Pedro Pablo Kuczynski ha aludido:
la falta de organización.
Por culpa del neoliberalismo salvaje, el tejido social es
débil en el Perú. En emergencias terribles en Cuba hemos visto cuán importante
es la organización del pueblo: sindicatos, partidos, instituciones de base de
todo tipo.
En una entrevista con la televisora estadounidense CNN, PPK
relacionó la tragedia del Perú con el calentamiento global. Exhortó a que todos
los países trabajen en ese tema. “Si esto sigue”, expuso, “lo del Perú será un
preludio de lo que pasará en Miami, Nueva York, en Asia con los océanos que
suben, tifones y huracanes”. El primer mandatario sabe, sin duda, que los
grandes fautores del calentamiento, las grandes empresas de los Estados Unidos
y China persisten en sus actividades contaminantes.
El miércoles último, el presidente de Ecuador, Rafael Correa,
visitó la zona de El Triunfo en la provincia de Guayas. Ahí supervisó el
proyecto de control de inundaciones del río Bulubulu. En en esa ocasión, Correa
comparó los efectos de El Niño costero en el Perú y en Ecuador, y expresó:
“Tenemos el mismo temporal que Perú. Hay varias publicaciones
de la prensa peruana preguntándose por qué Tumbes sufre tanto y Ecuador no. Los
campesinos le responden: Aquí el presidente vino hace años, vio que se había
inundado tras el desborde del río, dijo que se construiría un muro, y se
construyó en 2 meses”.
Correa explicó que con ese proyecto se ha logrado controlar
la inundación de la zona. A través de un sistema de compuertas, se ha logrado
desviar agua del río a un canal de más de 30 kilómetros que finaliza en el
Golfo de Guayaquil.
“Fíjense cuánto está impactando en Perú el mismo temporal que
estamos sufriendo nosotros. Aquí no se trata de suerte, se trata de
planificación, trabajo duro, buena inversión que es el mejor ahorro. Esto nos
está ahorrando centenas de millones de dólares, comentó.”
http://diariouno.pe/columna/prevencion-es-el-remedio/
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Para "La
Nación", todo es igual, nada es mejor
Juan Carlos Martínez
La “tribuna de doctrina” sigue exhibiendo total coherencia al
referirse al terrorismo de Estado y la dictadura que lo implementó. Los
defiende con los mismos sofismas y el léxico de cuatro décadas atrás. El
rescate de un episodio poco conocido de su redacción de hace treinta años, en
épocas de plena impunidad.
Si hay algo que el diario La Nación conserva, es su
coherencia ideológica. Sus editoriales de hoy siguen la misma línea que los que
escribían sus periodistas en tiempos de la dictadura.
La democracia no les cambió esa visión brutal de colocar a la
víctima y al victimario en un mismo plano de igualdad.
Llamar guerra al genocidio, centros de recuperación a los
campos de concentración, excesos a las torturas, detenciones a los secuestros,
enfrentamientos a los asesinatos o adopciones al robo de bebés son, entre
otros, los falaces argumentos empleados para justificar el plan criminal
aplicado por los militares, tal como lo definió el fallo del histórico juicio a
las juntas de comandantes.
Todo es igual, nada es mejor, diría Discépolo.
Además de una cuestión ideológica, la misma que tenía Mitre,
su fundador, el centenario matutino comparte con su colega Clarín un delito
considerado de lesa humanidad como fue la apropiación de Papel Prensa que la
dictadura consumó en 1978 bajo la aplicación de torturas y amenazas de muerte a
sus legítimos propietarios.
La fotografía que ilustra esta nota, en la que aparece el
genocida Videla brindando por la nueva conquista junto a Ernestina Herrera de
Noble, Héctor Magnetto y Bartolomé Mitre, es un testimonio irrefutable de la
complicidad cívico-militar y que tuvo en la Iglesia Católica la tercera pata.
En 1988, hace casi treinta años, dos docentes de la
Universidad estadounidense de Stanford visitaron varios medios de comunicación
argentinos, entre ellos el diario La Nación.
Sonia y Carol Ebel (1) tenían interés en conocer de primera
mano lo que había ocurrido con los niños arrebatados a sus padres biológicos y
con los periodistas desaparecidos. Lo que sigue son las respuestas obtenidas en
La Nación.
“Casi todos eran huérfanos, abandonados por sus padres
guerrilleros. Las personas que se quedaron con ellos, hicieron una buena cosa”.
“De este diario no hubo ningún periodista desaparecido, de lo
cual nos sentimos orgullosos”.
Decir que los centenares de niños apropiados fueron
abandonados por sus padres es negar uno de los mayores crímenes cometidos por
el estado terrorista.
Como bien se dijo en el libro Nunca Más, “despojados de su
identidad y arrebatados a sus familiares, los niños desaparecidos constituyen y
constituirán por largo tiempo una profunda herida abierta en nuestra sociedad.
En ellos se ha golpeado a lo indefenso, a lo vulnerable, lo inocente y se ha
dado forma a una nueva modalidad de tormento”.
En cuanto al orgullo de La Nación por no tener periodistas
desaparecidos es una forma de estigmatizar a los ciento treinta periodistas y
escritores asesinados por la dictadura y darle permanente vigencia al perverso
razonamiento de que “por algo será”.
Por algo será también que están alentando a Macri a terminar
con lo que el desquiciado presidente ha llamado el curro de los derechos
humanos, que no es otra cosa que negar la verdad histórica y echar un manto de
olvido sobre tantas atrocidades para olvidar culpas.
Las propias y las ajenas.
http://www.agenciapacourondo.com.ar/ddhh/para-la-nacion-todo-es-igual-nada-es-mejor
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Reconstruir en serio
Agustín Haya de la
Torre
El Niño de 1983 puso en la agenda pública la necesidad de
reconstruir sus efectos devastadores; que llevaron a un decrecimiento de la
economía de -11%. La crisis de la deuda externa, a la que se sumó el enorme
daño del terrorismo senderista, impidieron algo más que paliativos.
En 1998 se repitió el evento, cuando la propaganda oficial
señalaba que el país se modernizaba. Poco se hizo, pues al rato quedó al
descubierto el vil saqueo de la dictadura fujimorista.
Como el calentamiento de las aguas de nuestras costas es un
evento que se repite durante milenios, el nuevo siglo trajo una preocupación
mayor. Sin embargo, la destrucción generada por el actual “Niño Costero”,
demuestra la precariedad de la infraestructura y la caótica ocupación del
territorio.
Centenares de miles de personas viven en ríos, quebradas y
cerros. Las ciudades de la costa carecen de drenaje pluvial. Lima tiene una
reserva hídrica que apenas dura cinco horas.
El Niño saca a luz todas las miserias del desarrollo
irregular, desigual e improvisado de los últimos años. Mostramos los peores
sistemas de agua y saneamiento de la región, promoviendo constitucionalmente
una crisis habitacional.
Desde la Carta de 1993, la vivienda dejó de ser un derecho
fundamental. Incluso el Estado está prohibido de construirlas, bajó el supuesto
absurdo de que no debe competir con los privados. Como estos solo buscan el
lucro, la gente no encuentra dónde vivir, por lo que ocupa ríos y cerros.
Encima, la demagogia política los titula.
El gobierno enfrenta el reto de reconstruir en serio. Debe de
asumir una política de ordenamiento territorial como parte del plan estratégico
de desarrollo nacional, que tome en cuenta el mapa de riesgos. Urge recuperar
el Estado social.
Lima y las ciudades necesitan reservorios, acueductos,
plantas desalinizadoras, drenajes. Para evitar que la gente viva en medio de
los cauces, el Estado debe volver a construir viviendas con planes coherentes
de urbanización.
Los ríos deben ser dragados, encauzados, las quebradas
controladas, los cerros reforestados.
Ecuador que pasa por lo mismo, aunque con un Niño eterno, no
sufre lo que nosotros, gracias a políticas inteligentes y de largo plazo.
http://diariouno.pe/columna/reconstruir-en-serio/
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¡Ya basta!
Editorial La Jornada
Este jueves
23 de marzo, nuestra corresponsal en la capital del estado de Chihuahua,
Miroslava Breach Velducea, fue arteramente asesinada por un hombre armado. El
criminal le disparó ocho balas con una pistola calibre 9 mm, cuando la
periodista salía de su casa.
Miroslava
tenía más de 20 años de trabajar en La Jornada. Antes había colaborado con el
Diario de Chihuahua y el Norte de Ciudad Juárez. A lo largo de todo este
tiempo, sus notas y reportajes documentaron fehacientemente la violación a los
derechos humanos y la imparable influencia del narcotráfico en la entidad.
En los
pasado comicios locales, Miroslava informó sobre la imposición de ediles por
parte del crimen organizado en las listas del Partido Revolucionario
Institucional (PRI) y del Partido Acción Nacional (PAN), en municipios serranos
y en corredores de trasiego de drogas. En agosto de 2016 desmenuzó la
bestialidad con la que el narco desterró a centenares de familias en la sierra
de Chihuahua.
El homicida
dejó una cartulina en el lugar de los hechos diciendo que la habían ultimado
por “lengüona”. Inmediatamente después de su escrito sobre las expulsiones en
la sierra recibió una amenaza anónima, a la que las autoridades no prestaron la
debida importancia.
El asesinato
de Breach Velduce se efectuó en el marco de dos hechos relevantes. La violenta
escalada criminal en Chihuahua, en la que fue asesinado el dirigente rarámuri
Isidro Baldenegro López, incansable defensor de los bosques y el territorio de
su pueblo. Y la incesante agresión en contra de los periodistas en casi todo el
país, que tiene como saldo trágico tres profesionales asesinados en menos de un
mes: Ricardo Monluí Cabrera en Veracruz, Cecilio Pineda en Guerrero y Miroslava
en Chihuahua.
La violencia
en el estado de Chihuahua tiene tras de sí una larga historia, recrudecida a
partir de la absurda guerra contra el narcotráfico de Felipe Calderón. No en
balde, Ciudad Juárez fue bautizada como el epicentro del dolor. Termómetro de
esta descomposición es un letrero colocado en una librería de la capital: Si la
letra con sangre entra, México estará leyendo mucho.
Sin embargo,
con la llegada a la gubernatura de la entidad de Javier Corral, la disputa de
los cárteles por el territorio, las rutas y los mercados de la droga (ahora
también por el crystal) ha rebrotado. No es un asunto de percepción sino de
hecho. La imagen del gobernador jugando golf en Mazatlán mientras su estado se
desangra, y de la ausencia de policías federales cuidando las calles ante
verdaderas batallas (con vehículos artillados incluidos) entre bandas del
crimen organizado, es una pésima señal a la ciudadanía.
El asesinato
de Miroslava Breach muestra a un gremio periodístico cada vez más desprotegido
ante los criminales. La impunidad que rodea las agresiones en su contra es un
aliciente para que sus perpetradores sigan cometiéndolas. La violencia que
sufren provoca que no se pueda informar de lo que verdaderamente está pasando
en este país. Prácticamente no hay entidad que escape a ella. Cada vez es más
peligroso decir la verdad.
Desafortunadamente,
el peligro que se cierne sobre los periodistas no es exclusivo de los
profesionales del ramo. Vivimos en un país en el que la inseguridad es la nota
de todos los días para la inmensa mayoría de los ciudadanos, sobre todo de aquellos
que no disponen de recursos para contratar seguridad privada o que no disponen
de escoltas facilitadas por la administración pública.
Desde aquí,
expresamos nuestra solidaridad con la familia de Miroslava Breach y con un
gremio golpeado sin piedad por las mafias del crimen organizado. ¡Ya Basta!
Queremos un país donde sus ciudadanos podamos vivir sin la amenaza de ser
víctimas de la delincuencia, y en el que la prensa pueda informar con veracidad
sobre lo que sucede.
Demandamos
una investigación conforme a la ley, rápida, exhaustiva y certera. Queremos que
se encuentre a los asesinos y no que se inventen chivos expiatorios. Exigimos
verdad y justicia ¡Ya!
http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2017/03/23/ya-basta
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