jueves, 16 de marzo de 2017

OPINIONES 16/03/2017

Anticorrupción: solo un recorderis - Diego García Sayán
Carta antidemocrática de la OEA - Luis Britto García
¿Dónde está el desastre? - Sinesio López
Estado, religión, educación - Agustín Haya de la Torre
Hora de competir por inversiones - Andreas von Wedemeyer
Los ayudadores - Luis Davelouis
Triunfo de las aguas - Mirko Lauer
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Anticorrupción: solo un recorderis

Diego García Sayán


Duró exactamente ocho meses y una semana. El gobierno de transición, que encabezó Valentín Paniagua, dio impulso en ese corto lapso a uno de los procesos de combate a la corrupción más importantes de la historia reciente no sólo en el Perú sino en el mundo. Contextos diferentes, cierto, pero con varias semejanzas como son, entre otras, un Congreso controlado por la oposición y una institucionalidad débil. En tiempos parecidos otros gobiernos se encuentran recién en la etapa de “despegue”.

Por eso, un “recorderis” de lo que se logró en esos ocho meses de laboriosa transición es oportuno. Demuestra que cuando hay clara decisión política e interacción con el sentimiento ciudadano es muchísimo lo que un gobierno puede poner en marcha para enfrentar la corrupción sin afectar un ápice la independencia del poder judicial. Podría todo esto, acaso, inspirar algunas acciones en otros.

Son muchos los aspectos que podrían formar parte de esta recordación pero aquí destaco sólo dos.

En primer lugar, el diseño de normas legales que fueron –y siguen siendo– herramientas fundamentales para enfrentar la corrupción. En el contexto adverso de muchos sospechosos que se daban a la fuga y de un Congreso poco complaciente con el gobierno, se pudo diseñar y lograr la aprobación en menos de un mes de gobierno de tres leyes cruciales que sentaron las bases de un nuevo diseño del proceso penal en el Perú y que, en lo esencial, siguen vigentes 16 años después: la ley de colaboración eficaz para permitir compensar con reducción de penas la entrega de información (ley 27378), medidas excepcionales sobre investigados por corrupción para que en ciertos casos los fiscales pudieran ordenar detenciones preventivas (ley 27379) y otra sobre fiscales anticorrupción (ley 27380).

Estas tres leyes fueron claves en el Perú a partir del 2001; especialmente la de colaboración eficaz. En las actuales investigaciones contra la corrupción de las empresas constructoras brasileras la colaboración eficaz y las posibilidades de disponer detenciones preventivas demuestran, de nuevo, su utilidad para poder dar pasos concretos y eficaces. Los resultados son todavía, sin embargo, pocos.

El segundo aspecto a destacar de esa gran batalla contra la corrupción fueron sus resultados. Instados por un sistema judicial y el ministerio público que salía del letargo y con una procuraduría de peso a la que se le dio recursos y apoyo sólido. Procuraduría a la que, por cierto, se dotó de personal altamente calificado y que en cada paso aportaba elementos sustantivos de información y análisis para la defensa de los recursos públicos y en aporte al trabajo de los fiscales. No fueron sus actos, pues, nunca la inspiración de “ovarios” o “huevos” de alguien lo que los sustentara sino información y criterios sólidos.

Empezaron a aparecer “colaboradores eficaces” de la estructura criminal que devolvían al Estado millones de dólares obtenidos ilícitamente así como importante documentación probatoria y declaraciones que hicieron posible que las autoridades judiciales establezcan posteriormente la responsabilidad penal de decenas de procesados.

Cerró el período de la transición con 650 personas bajo investigación por los fiscales y 272 procesados. Tras escasos ocho meses, el país había logrado recuperar más de 100 millones de dólares del dinero que se le había sustraído por coimas y sobreprecios.

Simultáneamente, la información disponible permitió gestionar que se congelaran más de 200 millones de dólares en cuentas en Suiza, Luxemburgo, Gran Caimán y Estados Unidos. Fue un “récord mundial”; no había antecedentes de tanto dinero recuperado en tan corto tiempo en casos previos de investigaciones anticorrupción sobre personajes de gobiernos corruptos ni siquiera en los emblemáticos casos que se habían dado en países como Filipinas, Congo (ex Zaire) y Uganda.



http://larepublica.pe/impresa/opinion/856753-anticorrupcion-solo-un-recorderis


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Carta antidemocrática de la OEA

Luis Britto García

1 Una y otra vez se ve Venezuela en la obligación de defender la soberanía que sus propios gobiernos inadvertidamente entregan. Desde hace décadas llevo adelante una campaña para que denunciemos todos los tratados que violan nuestra inmunidad de jurisdicción y declaran incompetentes a nuestros tribunales para resolver nuestras controversias de orden público, sometiéndonos al veredicto de tribunales, cortes, árbitros u organismos extranjeros. Pero siguen pendiendo sobre la república los infames tratados contra la doble tributación, en virtud de los cuales las trasnacionales no pagan impuestos en Venezuela. Nos retiramos por fin del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias sobre Inversiones (Ciadi), pero quedan pendientes unos 30 litigios con relación a los cuales nuestro país soporta ruinosas condenas. Finalmente denunciamos la Carta Interamericana de los Derechos Humanos, pero la OEA sigue redactando libelos condenatorios contra nuestro país, y tratando de aplicarnos su injerencista Carta Democrática.

2 El nefasto 11 de septiembre de 2011, cuando Estados Unidos sufre sospechoso atentado que le servirá de excusa para invadir países que nada tuvieron que ver con él, se suscribe en Washington la Carta Democrática de la OEA. Estados Unidos no la suscribe: la Carta no es para controlarlo a él, sino a sus víctimas. Su finalidad se aclara justamente ocho meses después, el 11 de abril de 2002, cuando el embajador estadunidense James Shapiro aparece en las primeras planas afirmando que Venezuela estaría fuera de la Carta Democrática, pretendiendo así legitimar el golpe de Estado que reventaría horas después.

3 Perdimos la oportunidad de retirarnos de ese instrumento intervencionista cuando teníamos la mayoría parlamentaria; ahora debemos atenernos a las consecuencias. El ministerio de colonias de Estados Unidos, la OEA, trata una vez más de usar la Carta Democrática para acabar con la democracia.

4 Al respecto, según el artículo 19 de la citada Carta Democrática, la ruptura del orden democrático o una alteración del orden constitucional que afecte gravemente el orden democrático en un Estado miembro constituye, mientras persista, un obstáculo insuperable para la participación de su gobierno en las sesiones de la Asamblea General, de la Reunión de Consulta, de los Consejos de la Organización y de las conferencias especializadas, de las comisiones, grupos de trabajo y demás órganos de la organización.


http://www.jornada.unam.mx/2017/03/16/opinion/018a2pol


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¿Dónde está el desastre?


Sinesio López


El desastre natural no es el problema. El problema somos nosotros como sociedad y como Estado, ha dicho Jorge Nieto, ministro de Defensa, tratando de explicar y enfrentar la grave situación que vive el norte del Perú. El problema no radica tanto en que los ríos y las quebradas invaden las ciudades sino más bien en que las ciudades invaden los ríos y las quebradas, y el Estado, en todos sus niveles, no tiene la capacidad institucional, organizativa y material para prevenirlo y para resolverlo cuando se produce.

Jorge Nieto tiene razón. Desastres naturales (lluvias torrenciales, terremotos, sequías, etc.) vamos a tener siempre como todos los países del mundo. Lo que nos diferencia son los diversos grados de responsabilidad de las sociedades y de los ciudadanos y las desiguales capacidades de los Estados para prevenirlos y resolverlos.

¿Por qué el terremoto de Chile fue menos grave en términos de muertos y daños materiales que el de Haití? se pregunta Markus J. Kurtz en un reciente libro sobre la construcción de los estados en América Latina (Latin American States Building in comparative perspective. Social Foundations of Institutional Order, Cambridge, 2013). Porque el gobierno chileno ha institucionalizado la construcción de la infraestructura preparada para sismos desde 1920, se responde.

¿Por qué el brote de cólera fue más fuerte en Perú que en Chile?, se repregunta Kurtz. Primero, dice, por el calamitoso sistema de saneamiento de Perú y, segundo, por medidas ineficientemente implementadas que incluyen a Fujimori alentando a que la población peruana coma más ceviche; mientras que en Chile, se pusieron en marcha medidas drásticas, se prohibió la venta de comida cruda y de vegetales en restaurantes y se inició una campaña masiva de salud pública.

La diferencia entre Chile, Perú y Haití frente a los desastres naturales, no es la riqueza, sino “la capacidad o incapacidad de los Estados para crear una infraestructura básica, imponer la regulación necesaria en la construcción, en la producción de comida y en su sistema de distribución, o responder efectiva y expeditivamente a las emergencias de salud pública que han sido bien comprendidas” (Kurtz, op. cit. Pág. 2).

Kurtz quiere entender qué hace a un Estado fuerte y qué lo hace débil en términos de sus capacidades para manejar sus funciones básicas, imponer políticas públicas centrales y regular el comportamiento privado. En contra de lo que se piensa, sostiene, no es la riqueza el factor determinante de la fuerza estatal. El desarrollo de las capacidades del Estado y de las instituciones estatales de penetrar en la sociedad, moldear o configurar el comportamiento individual no es siempre costoso.

La fortaleza de un Estado tiene que ver con la “capacidad de las instituciones políticas de penetrar profundamente en la sociedad y regular efectivamente el comportamiento social, económico o político de sus ciudadanos”. Desde el siglo XIX las élites han fracasado en la construcción de un Estado fuerte con capacidades. Hay algunos avances, pero ella sigue siendo, en lo fundamental, una tarea pendiente.

http://larepublica.pe/impresa/opinion/856752-donde-esta-el-desastre



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Estado, religión, educación

Agustín Haya de la Torre



La independencia de la colonización española durante el siglo XIX, se inspiró en los principios republicanos de la Ilustración, de libertad, igualdad y fraternidad. Tales propósitos debían consolidarse en las constituciones y los códigos. En ese tiempo, el continente albergó el mayor número de repúblicas en el mundo, dando fin al despotismo teocrático que durante casi tres centurias impuso la Corona.

La tensión con el antiguo régimen devino en confrontaciones diversas, tanto por razones sociales o económicas, como políticas y culturales. Algunas sociedades partieron de bases más firmes, generando en el tiempo estados mejor estructurados, como México, Argentina, Colombia o Chile.

El gran lastre, junto al feudalismo, fue el enorme peso de la Iglesia Católica, que no se resignaba a perder sus privilegios en todo orden de cosas. La unificación de Italia acabó con los poderosos, militarizados y riquísimos Estados Pontificios. Sus ejércitos y sus riquezas quedaron reducidos al Vaticano.

Sin embargo, la Iglesia Católica jamás renunció al coloniaje educativo ni a su intento de reducir las repúblicas a una caricatura, como estados confesionales.

La ola actual de oscurantismo contra la educación pública y el laicismo, tomando como bandera la lucha contra la igualdad de género y el rechazo a la diversidad sexual, no es nueva. En el Perú, cuando el gobierno de José Pardo legisló sobre el matrimonio civil, la Iglesia sacó gente en procesión a protestar contra “la destrucción de la familia”. Ocurrió lo mismo cuando en los años treinta se legalizó el divorcio.

Su mayor campo de confrontación resulta el educativo. Pretenden que, como en la colonia, los hijos sean educados por los padres, para que no adquieran conocimientos que pongan en duda sus dogmas.

Intentan desconocer la educación como bien público, por lo que su ofensiva se dirige, otra vez contra el Estado laico. La presencia de un integrista como cardenal, permite tal agresión contra derechos fundamentales.

Le preocupa sobremanera al fundamentalismo el avance de la ciencia, que nos coloca al borde de la sociedad del diseño inteligente, un salto cualitativo de la especie, donde no solo las enfermedades, sino hasta la muerte, serán solo un problema técnico.

Reacciones

http://diariouno.pe/columna/estado-religion-educacion/

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Hora de competir por inversiones

Andreas von Wedemeyer


Durante el período 2001-2013, la economía peruana creció a una tasa promedio anual de más de 6%, que generaba 320.000 nuevos empleos por año. Pero, en los últimos tres años, el PBI desaceleró su crecimiento a la mitad (3% anual) y su capacidad para crear empleo se redujo a la décima parte (30.000 nuevos empleos anuales).

¿Cuál fue la diferencia? La inversión privada: mientras que entre el 2001 y el 2013 esta creció 12% anual, en los últimos 3 años disminuyó a una tasa media de 4% anual.  Hoy acumula 12 trimestres de sostenida reducción.

La inversión privada es el motor del crecimiento, exportación, empleo y desarrollo. Por ello, 206 países compiten cada día por atraerla. Más aún, en el actual entorno global de desaceleración económica y menores precios de los commodities, cada vez más países aplican medidas para promover la inversión y combatir la competencia desleal.

¿Nuestro país compite exitosamente por inversiones? No lo parece. De cada US$100 de inversión extranjera directa (IED) en el mundo, el Perú recibe solo US$0,50, y de cada 1.000 proyectos de IED, somos destino de solo cuatro.

Para convertir al Perú en un país atractivo para la inversión y en una plataforma de exportación, como demuestra la evidencia internacional, es fundamental realizar acciones prioritarias en cuatro frentes: i) regulación laboral generadora de empleo formal, ii) tributación competitiva, iii) marco regulatorio promotor de la competencia y iv) aumento de la productividad (infraestructura, educación, innovación).

En el Perú, sin embargo, no se comprende aún la impostergable necesidad de convertirse en un imán de inversiones. Según un reciente estudio de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), comparado con países de la OCDE, la Alianza del Pacífico y economías emergentes como China e India, el Perú está en la cola en los citados frentes para atraer inversiones.

Si bien cuenta con fortalezas como su ubicación geográfica y estabilidad macroeconómica, dado este clima no competitivo, nuestro país no se inserta plenamente en cadenas globales de valor y no aprovecha los diversos tratados de libre comercio que hoy son autopistas de –prácticamente– una vía, con limitada salida de manufacturas (exportaciones), pero amplio flujo de entrada (importaciones). Así, un sector clave para el desarrollo como la industria, que representa el 13% del PBI y emplea a un millón y medio de peruanos, registra un retroceso de 7% en los últimos 3 años y una pérdida de 150.000 empleos desde el 2012.

Reconociendo que ello nos limita seriamente, a fin de crear oportunidades para los peruanos, el Ministerio de la Producción organizó en febrero pasado el Foro Reactivación Industrial, un evento sin precedentes que reflejó el compromiso del gobierno con la recuperación de la industria. Frente a seis ministros de Estado (PCM, Producción, Economía, Trabajo, Comercio Exterior y Salud), se puso en agenda pública la necesidad de convertir al Perú en un destino atractivo de inversiones y se debatieron propuestas técnicas de la SNI para reactivar la industria e incrementar la competitividad. 

Dichas propuestas se enmarcan en la consolidación del modelo de libre mercado que el Perú aplica hace más de dos décadas, resaltando la agenda pendiente para perfeccionarlo y adecuarlo a un entorno global de creciente competencia por inversiones.

Esta agenda tiene como ejes: i) la eliminación de los obstáculos transversales para invertir y crear empleo, y ii) la aplicación de condiciones para invertir similares a las que tienen nuestros principales competidores, nivelando el campo a todos los sectores económicos acorde con estándares internacionales. Como muestra, acciones exitosas para atraer inversión incluyen los casos de la agroexportación y la minería en el Perú o las más de 100 zonas económicas especiales –sujetas a compromisos de inversión y empleo– de Colombia.

Creemos que este foro es un punto de partida para que los sectores público y privado trabajen conjuntamente para la ejecución inmediata de acciones concretas que hagan del Perú un imán de inversión y foco de exportación manufacturera, una condición imprescindible para crear empleos formales y oportunidades para todos los peruanos.


http://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/hora-competir-inversiones-andreas-von-wedemeyer-noticia-1976313


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Los ayudadores

Luis Davelouis



Según la Ley Orgánica de Municipalidades, el alcalde preside el Sistema de Defensa Civil de su jurisdicción. El desempeño de las autoridades frente a las desgracias de las últimas semanas ha sido, en promedio, deficiente. Con pocas excepciones, la mayoría de los gobiernos regionales y municipales ejecutó menos de la mitad de los presupuestos asignados para la prevención de desastres naturales en 2016.

El problema de gestión persiste en todos los niveles de gobierno y es inocultable. E, insisto, no es que no haya recursos, es que se gasta pésimo o no se gasta. Por eso, es tan interesante que el alcalde de Lima, Luis Castañeda, sugiriera que los Juegos Panamericanos deberían aplazarse para invertir esos recursos en remediar los efectos de las inundaciones y los huaicos. Más tarde, cosa curiosa, Castañeda se atrevió a sugerir que ese dinero se invierta mejor en la prevención de desastres y la ayuda a los damnificados.

Y digo curiosa porque Castañeda solo ha ejecutado el 2.9% de su propio presupuesto de Reducción de Vulnerabilidad y Atención de Emergencias por Desastres. Si ese es el mejor alcalde de la historia de esta ciudad, es un verdadero milagro que todavía exista.

Mientras escribo esta columna, me cuentan que un huaico afectó Punta Hermosa y otro avanza por Chosica amenazando las vías y que, además, los ríos Huaycoloro –ese que se llevó el puente que repuso muy rápido el MTC pero que al toque se atribuyó Castañeda– y Rímac se desbordaron.

Voy a insistir con esto: ayudar a personas en desgracia y publicitarlo no es ayudar, es hacer propaganda de la más sucia, porque se usa la tragedia ajena para hacer relaciones públicas. Y sí, lo digo por Ud., congresista Becerril.




http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-ayudadores-2274172


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Triunfo de las aguas

Mirko Lauer


Confirmando una tendencia que viene de años atrás, las ventas de agua embotellada acaban de superar a las de gaseosas en los EEUU. En el Perú vamos por el mismo camino, pues en casi dos decenios el volumen de consumo de esta agua se ha multiplicado por 30. A ese ritmo el bidón o la botella de plástico transparente pronto pasarán a ser N°1 entre nosotros.

Son aguas cristalinas que representan la pureza, el estado natural, la magia de los manantiales (algunas en efecto salen de allí, pero no todas), por extensión la frescura. Para reforzar todo esto, algunas de las más populares entre nosotros llevan nombres de localidades andinas, o de santos, lo cual sutilmente desliza la idea de la comunión.

El retroceso de las gaseosas en el mercado se debe a una mala fama anclada en su contenido de azúcar u otros edulcorantes considerados peligrosos para la salud: obesidad y diabetes sobre todo. Del agua con gas se dice que puede producir cálculos renales, pero es un temor que no ha prosperado tanto como la mala fama de las gaseosas.

El Perú empezó a volcarse hacia el agua embotellada en la pandemia de cólera de 1991. El agua de caño se volvió sospechosa y lo siguió siendo desde entonces. Para quienes se lo pueden permitir, bidón y botella devinieron en hábito desde entonces, generalmente producidos por las mismas empresas que producen y distribuyen las gaseosas.

También hay un factor de moda traída por los yuppies. Cosas como la cultura de la salud y del deporte, el cultivo de una silueta delgada, o la proyección de una imagen de sobriedad en las reuniones, invitan a preferir el agua. Aunque no es precisamente una moda, la prohibición de manejar luego de haber consumido alcohol suele volver al agua el líquido de reemplazo.

Todavía es posible obtener gratis en cualquier establecimiento público un vaso de agua de caño o hervida. El agua embotellada siempre cuesta, pero los precios de una misma agua varían de acuerdo a dónde se vende. Un lugar elegante puede cobrar diez veces el precio al pie del semáforo, o vender solo botellas importadas, a precios que nos enturbian el agua.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/856750-triunfo-de-las-aguas



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