Deportaciones, fugas y exilios forzados - Carmen McEvoy
El Perú no puede parar, ¡horrorrrr! - Fernando Vivas
¡Foro nacional por el derecho al agua potable! - Manuel Dammert Ego Aguirre
María Elena Moyano: 25 años - Antonio Zapata
Mirar bajo el agua - Mirko Lauer
No te metas con mis hijos - Luis Davelouis
Ramírez: ¿de dónde son los millones? - César Lévano
Trump: la disputa por el relato - Luis Hernández Navarro
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Bichos a bloquear
Augusto Álvarez Rodrich
En la era de la
posverdad, el periodismo independiente constituye el principal obstáculo para
quienes distorsionan la realidad para acomodarla a sus necesidades.
Posverdad fue la
palabra internacional del año 2016 por su creciente popularidad. El diccionario
de Oxford registró un aumento de 2,000% en el uso de post-truth el año pasado
con relación al 2015.
Hay varias
interpretaciones, pero recurro acá a la más simple, la de Wikipedia, que
indica que posverdad o mentira emotiva describe la situación en la cual, a la
hora de crear y modelar a la opinión pública, los hechos objetivos tienen
menos influencia que la apelación a las emociones y a las creencias
personales.
En el plano
político, agrega, la política de la posverdad se refiere al debate que apela
a emociones, desconectándose de los detalles de la política pública y por la
reiterada afirmación de puntos de discusión en los cuales las réplicas
fácticas –los hechos– son ignorados.
Las posverdad fue
clave en el referéndum en el Reino Unido que decidió su salida de la Unión
Europea (Brexit), en el proceso similar en Colombia en el que se rechazó el
acuerdo de paz con las FARC, así como en el triunfo electoral de Donald Trump
que lo llevó a la Casa Blanca.
Se trata, en
esencia, de procesos estructurados para manipular la información con el fin
de que la opinión pública no pueda distinguir qué es verdad y qué es mentira.
Para ellos, el
periodismo independiente es su rival principal y, por ello, el blanco de sus
disparos. Trump no para de pelearse con este y su primera rueda de prensa fue
una experiencia extraña para atacarlos.
“Los medios se han
convertido en una gran parte del problema, son parte del sistema corrupto”,
dijo Trump hace unos días. Algo muy parecido al comentario reciente de Alan
García en su breve paso por Lima cuando le preguntaron si los políticos
corruptos deben ir a la cárcel: “Ojalá, y todos los periodistas corruptos
también”. O similar a lo que repite en estos días Eliane Karp.
Y usan a las redes
sociales como los espacios que acompañan, de manera amañada, los mensajes
estructurados por políticos mañosos. En el Perú, lo más emblemático de esta
lacra son los llamados ‘fujitrolls’, cuyo accionar está directamente
vinculado al partido para el cual funcionan y en el cual cobran, y cuyos mensajes
están alienados de manera reiterativa entre todos, los cuales suelen
coincidir con los del fujimorismo y el Apra.
A esos bichos solo
hay que bloquearlos: eso reduce su jornal a destajo.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/850566-bichos-bloquear
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Deportaciones, fugas y exilios forzados
Carmen McEvoy
“Una nueva orden
de extrañamiento ha venido a extinguir el último resto de esperanza que me
quedaba de permanecer en mi patria, de esta patria a cuyo bienestar he
consagrado, sin limitación, todos mis esfuerzos en las diferentes
circunstancias de mi vida. Me veo, pues, fuertemente compelido a abandonarla
y buscar en el extranjero una sombra, una acogida y los amargos auxilios de la
hospitalidad ajena. Me veo forzado a aumentar la distancia que me separa de
los tiernos objetos que en mi familia están ligados a mis más vehementes
afecciones, cambiando su compañía por la de seres insensibles que aumentarán
la angustia de mi destierro”.
Con estas emotivas
palabras el general Domingo Nieto (1803-1844) apeló a la orden de deportación
firmada por su rival Agustín Gamarra luego de que este lo derrotara política
y militarmente en Portada de Guía (1838). En la etapa de las guerras civiles
(1834-1844), el verdadero temor de los militares no era expirar en el campo
de batalla sino ser sometidos al “extrañamiento”, es decir, al alejamiento de
la patria por la cual lucharon en Junín y Ayacucho. Cabe recordar que nuestro
primer presidente, José de la Mar (1778-1830), murió durante una injusta
deportación impuesta por el mismo Gamarra.
El fallecimiento
de La Mar en Costa Rica, a los 52 años de edad, se produjo por su mal estado
de salud. Pero también debido a un clima adverso (que agudizó su enfermedad),
un destierro inmerecido y la debacle de su “crédito militar”. La defensa de
este concepto –que asociaba buen nombre, honor y valor– impulsó a que La Mar
le escribiera al Congreso de la República. En efecto, días antes de morir, el
angustiado mariscal se quejó de los atropellos contra la persona de un ex
presidente del Perú. Reclamó, además, un juicio justo contra la infame
acusación de ser un “reo de lesa patria” a pesar de haber liderado a las
fuerzas peruanas que llevaron al triunfo en la Pampa de Quinua.
La historia del
Perú está plagada de injustos y dolorosos exilios. Pienso, por ejemplo, en el
caso de Juan Pablo Vizcardo y Guzmán, quien fue forzado a dejar su natal
Arequipa y viajar a Europa donde falleció. Fue en el Viejo Continente donde
escribió su “Carta a los españoles americanos”. “El Nuevo Mundo es nuestra
patria y su historia es la nuestra” es una temprana declaración de
independencia cultural pero también el intento de un exilado peruano por
reafirmar su identidad y el amor por la patria ausente.
Para el liberteño
César Vallejo, quien según la leyenda tenía la maleta hecha esperando el
momento del retorno, la patria era el Huamachuco de su infancia. Ciro
Alegría, deportado durante el gobierno de Óscar R. Benavides, se llevó al
Ande en un recodo de su corazón y le rindió homenaje en “El mundo es ancho y
ajeno”. Desde Chile, el autor de “La serpiente de oro” y “Los perros
hambrientos” universalizó a los pobladores de Rumi y a su alcalde Rosendo
Maqui.
Así como existen
en nuestra historia despedidas desgarradoras y exilios marcados por la
pobreza, la enfermedad y la nostalgia, también hemos experimentado partidas
plagadas de cobardía y deshonor. Como la de ese general que abandonó la nave
del Estado en plena Guerra del Pacífico, argumentando la compra de un
armamento que nunca llegó. La del presidente que luego de patrullar las
calles de Lima buscando a su cómplice decidió renunciar por fax; abrazando
ipso facto una nacionalidad que no era la peruana. Y, más recientemente, el
viaje de un farsante profesional que ahora le exige a la fiscalía “datos
duros” sobre la acusación de robo que pende en su contra. Pese a que él mismo
se encargó de dejar un reguero de evidencia. Por ejemplo, esa deslumbrante
mansión que nadie, con el sueldo de un ex presidente, podría jamás adquirir.
La despedida más
notable por su desprendimiento y entrega, de la que se tiene memoria, es la
del almirante Miguel Grau. Sin embargo, el heroísmo del insigne piurano,
quien nos representó con honor y dignidad en la hora más aciaga, fue la
respuesta de una ciudadanía activa pero abandonada a su suerte.
El sacrificio
personal de Grau no fue suficiente ante la ausencia de un Estado que
defendiera eficientemente la integridad nacional. Es por este divorcio
estructural, entre Estado y ciudadanía, que me sorprendió ver al presidente
Pedro Pablo Kuczynski asumiendo la lucha anticorrupción con la imagen de Grau
al costado. Espero que ese compromiso fundamental, con un héroe de testigo,
inaugure una nueva era de amor y respeto por el Perú. Porque solo se cuida y
protege lo que se ama y desde hace un buen tiempo cunde en estas tierras la
ambición desmedida y el cinismo en grado extremo. Es imprescindible revertir
esa tendencia tan destructiva para una república que fue fundada con esperanza,
ilusión y afecto incondicional.
http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/deportaciones-fugas-y-exilios-forzados-carmen-mcevoy-noticia-1970506
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El Perú no puede parar, ¡horrorrrr!
Fernando Vivas
Cecilia Blume ha
escrito aquí en El Comercio (“Después de Lava Jato”, 17/2/17) que hay que
‘encapsular’ las investigaciones del Caso Odebrecht porque el Perú no se
puede ‘paralizar’. Pero yo sí creo que el Perú puede parar un ratito, porque
el costo de dejar como está el modelo de hacer negocios entre el Estado y los
privados será mayor que la parada de borrico. Y nada de encapsular
investigaciones, pues bien sabemos que pueden comprometer a quienes nos
gobiernan y a sus últimas acciones.
Habrá que parar sin
miedo la ejecutoria de algunos contratos, replantearlos y, eventualmente,
volver a licitar. ¡Había que demorar la adenda de Chinchero! El contralor
Edgar Alarcón ha dicho que se pudo esperar unos días a que su equipo hiciera
una auditoría. El ministro Martín Vizcarra, en principio muy entusiasta,
pareció perder las ganas a la hora de estampar una firma que, por cierto,
según la Resolución Ministerial 041-2017 MTC/01, no es la suya sino de la
viceministra Fiorella Molinelli.
Consulté al MTC y
el propio ministro me dijo que su convicción sigue siendo firme, pero
prefirió dejar pasar unos días para que el Congreso esclareciera sus
objeciones. De paso, me dijo que es costumbre que los viceministros firmen
adendas y no los ministros. Sobre la observación del contralor, me dijo que
el propio MTC pidió la auditoría y que si no esperaron su resultado antes de
firmarla es porque calcularon que la contraloría no demoraría unos días, sino
unos meses. Lo vuelvo a pensar, e insisto en que hubiera sido mejor esperar.
Vayamos más
arriba. Las medidas planteadas por PPK en su mensaje del domingo 12 son
insuficientes. Bien por la muerte civil (ya está en el paquete delegado), la
recompensa a la delación entre funcionarios, la obligada cláusula
anticorrupción; mal que no haya siquiera convocado un grupo de trabajo para
modificar radicalmente las reglas de juego de las APP.
Mal que PPK no
haga suya una recomendación que hizo la asociación civil Transparencia en el
2015 y que recogió la Comisión Presidencial de Integridad que él convocó:
crear una nueva ley de gestión de intereses, pues la actual es letra muerta.
El Decreto Legislativo 1353 que crea la autoridad de transparencia (y que
está siendo evaluado en el Congreso) recoge parcialmente la inquietud, pero
es fundamental contar con una eficaz ley de lobbies. El Perú tiene que parar
un ratito para que Cecilia Blume, la lobbista nacional #1 según la última
encuesta del poder de “Semana Económica”, se inscriba en un padrón y reporte
sus actos de gestión de intereses. Hay que emprender estas reformas y dar un
‘estate quieto’ a poderes invisibles y tecnócratas inconsultos.
http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/peru-no-puede-parar-horrorrrr-fernando-vivas-noticia-1970535
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¡Foro nacional por el derecho al agua potable!
Manuel Dammert Ego Aguirre
El agua potable es
un bien público que se pretende privatizar. Quieren elevar las tarifas que
pagan los ciudadanos para negociazos financieros. La privatización la
plantean los decretos legislativos 1280, 1284, 1285, 1274, dictados por el
Gobierno y que el Congreso está actualmente en proceso de revisión, y se
espera que derogue. Este jueves 23 de febrero, en el Congreso, se realizará
un foro para exigir se deroguen estos decretos que buscan privatizar el
conjunto de la gestión del agua potable, y quieren entregar las empresas
Sedapal y las EPS de provincias, a operadores privados. Este foro público
cuenta con la participación de los congresistas Glave y Dammert, y los
diferentes gremios del agua potable, como Sedapal, Fentap y Sitrasel.
En el foro se
debatirá para que el Congreso, vía la Comisión Evaluadora de los Decretos
Legislativos dictados por PPK, al revisar, derogue los 4 decretos
privatizadores del agua potable. Las razones contundentes: son
inconstitucionales y exceden las facultades delegadas, al pretender hacerla
un negocio, anular su carácter constitucional de bien público, y también
restringir el acceso de los ciudadanos a este derecho humano básico.
Se pretende
privatizar la gestión y prestación de este servicio público. Se reemplaza al
Estado-SUNASS, declarando no aplicables sus funciones a los contratos de
Asociaciones Público Privadas (APP) con una nueva Ley Marco, APPs que pasan a
ser el reino predador de un grupo de empresas privadas cercanas al poder
político. Ya ha ocurrido en el caso Lava Jato con Huachipa y otras
inversiones. Estas APP buscan también cambiar y privatizar las EPS en las
diversas provincias del país y en Lima
Para Lima y
Callao, crean paralela a Sedapal una unidad ejecutora, bajo el ámbito directo
del Ministerio de Vivienda, encargada de formular, ejecutar y supervisar los
proyectos de inversión, manejados como APPs. Esta “Unidad Ejecutora”, rompe
la indispensable Unidad de Gestión sobre el agua del Plan Maestro de Lima,
gestión integral imprescindible al ser Lima la segunda ciudad del mundo en un
desierto, y cuyas fuente de agua deben traerlas desde el otro lado de la
cordillera. Además, impide el resguardo y la gestión de la precaria napa
freática subterránea, que ahora se regala a las empresas cerveceras y de
embotellamiento de agua, así como deja intocados los relaves mineros como
bombas de tiempo.
Además, estos
decretos violan el derecho constitucional al agua potable, al otorgar la
potestad de suspender el servicio público de agua potable de los usuarios sin
aviso previo. Y establecer “tarifazos” que serán regulados con ajustes
automáticos y sin participación de los representantes de los usuarios. Los
decretos de PPK supeditan las inversiones en agua potable a los intereses y
modalidades especulativas del capital financiero, el que va a manejar las APP
de agua como se manejan los negocios privados inmobiliarios, de salud y de
centros comerciales. ¡No a la privatización del agua potable y Sedapal!
http://diariouno.pe/columna/foro-nacional-por-el-derecho-al-agua-potable/
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María Elena Moyano: 25 años
Antonio Zapata
Hace un cuarto de
siglo fue asesinada María Elena Moyano; al desaparecer solo tenía 33 años.
Por ello, nunca envejecerá y su recuerdo estará ligado a los hechos de esa
edad maravillosa que son los treinta, cuando ya se perdió la ingenuidad y aún
se mantienen al tope los ideales juveniles.
Malena representó
el primer ascenso de la mujer a posiciones de poder político. Hasta entonces
ninguna mujer había sido ministra, no se diga presidenta o siquiera
candidata. Adicionalmente, ella expresaba el liderazgo de la mujer popular.
No había llegado para encerrarse en su gueto, sino para dirigirse al país
porque estaba inspirada por valores universales: solidaridad, justicia y
libertad.
Durante los
ochenta, las mujeres de los barrios populares asumieron la complicada tarea
de salvar a sus familias de la hambruna desatada por la crisis económica y el
desgobierno. Ellas formaron los comedores populares y el vaso de leche,
constituyendo nuevas formas organizativas que despertaron el liderazgo
femenino.
Por su parte,
Malena aportó al movimiento de mujeres su indudable carisma. Era una persona
alegre que siempre estaba sonriendo; sus discursos eran encendidos porque
sabía emocionar y también divertir. Le gustaba cantar y la música fue otros
de sus encantos. De este modo, fue una buena comunicadora, sabía dirigirse a
los diversos públicos y transmitir con fuerza y gracia un mensaje potente
desde la izquierda.
En efecto, ella
fue militante de Izquierda Unida y estuvo entre quienes aceptaron la
democracia como una meta y no solamente como una estación. Junto a un núcleo
significativo de IU, optó por ampliar el horizonte democrático ante el doble
ataque del autoritarismo derechista y de la furia senderista que estaba
arrasando con las organizaciones sociales y políticas alternativas. Una
apuesta difícil que le costó la vida.
Por su parte, el
PCP-SL estaba a la ofensiva. Al comenzar 1989 había definido que la guerra
había alcanzado el “equilibrio estratégico”. Sendero creía que se hallaba en
una situación de empate en su enfrentamiento con las FFAA. Por ello, trasladó
parte de sus cuadros a la capital para librar una batalla que juzgaba
definitoria. Sin embargo, ese empate era una ilusión y el PCP-SL fundió motor
al tratar de multiplicar acciones que refrenden ese supuesto equilibrio.
Por su parte, la
Policía se había adelantado. El GEIN fue constituido en 1990, cuando aún
gobernaba García. Desde ese momento, la inteligencia policial avanzó a pasos
agigantados porque había un grupo calificado encargado específicamente de
capturar a la cúpula. Nada les interesaba salvo el jefe.
El GEIN dio
algunos golpes significativos antes de capturar a Guzmán. Uno clave fue la
detención del Departamento de Apoyo Organizativo de Sendero. Este organismo
era encargado de conectar la cabeza con las partes. Una vez desmantelado, la
dirección quedó suspendida en el aire, viviendo en Lima, pero sin mecanismos
para comandar efectivamente y tratando desesperadamente de salir adelante,
porque sabía que la Policía estaba cerca.
En ese clima se
produjo el asesinato de Malena. Los organismos de Sendero en Lima produjeron
una cadena de atentados terroristas y elevaron la cuota de violencia a un
grado extremo. Querían tomar control de los barrios populares de Lima para
desde ahí cercar a las instituciones nacionales y las sedes del poder.
En ese camino,
eran un obstáculo las mujeres autónomas, dotadas de agencia y militantes de
IU. Por eso murió y sin embargo obtuvo un triunfo póstumo, porque desde
entonces Sendero se aisló, la gente se posicionó del otro lado y a los seis
meses la Policía detuvo a Guzmán y la cúpula del PCP-SL. La historia sabe de
victorias más allá de la muerte.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/850564-maria-elena-moyano-25-anos
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Mirar bajo el agua
Mirko Lauer
El descubrimiento
de un par de continentes sumergidos, uno en el Pacífico Sur y otro en el
Océano Índico, invita a pensar en qué está sucediendo con la institución
partidaria en el Perú de estos tiempos. La teoría más fácil de sostener es
que solo existen realmente en tiempos electorales, como máquinas efectistas
para el acopio de votos.
Se podría sostener
que los partidos democráticos son justo eso. ¿Entonces por qué se repite
tanto que los del Perú están en crisis, o incluso desapareciendo? La idea
surgió cuando en los años 80 empezaron a ganar parte de las elecciones
independientes, outsiders, y otras formas de existencia política no
convencional, entendida como no partidaria.
Cuando la política
electoral se desentendió de la ideología, se separó también de las lealtades
permanentes. Administrar una organización sin elecciones a la vista empezó a
ser visto cada vez más como un esfuerzo inútil, ya que no parecía dar una
ventaja real sobre el independiente recién llegado a la competencia.
Con lo cual en el
mejor de los casos el partido se vuelve las autoridades que este ha logrado
hacer elegir (Congreso, regiones, municipios). El resto queda, por decirlo de
alguna manera, bajo el agua, como Zelanda y los restos de Gondwana. Cuando el
JNE vuelve a convocar al membrete partidario, este rara vez reaparece con la
misma forma o dimensión.
Incluso
organizaciones que dan la impresión de haber crecido como partidos son una
ilusión óptica electoral. Fuerza Popular es sobre todo la exitosa alianza de
una candidata eficaz con numerosos cacicazgos locales. Algo parecido puede
decirse del Frente Amplio. Peruanos por el Kambio es una suerte de
indisciplinada leva electoral de última hora.
No son, pues,
continentes sumergidos mientras tanto, sino puntas de icebergs algo derretidos.
Si hay algún continente bajo el agua, ese es el pulso de creciente
descreimiento que se va acelerando con la crisis actual de acusaciones
cruzadas. Algo parecido a lo que está pasando con la economía, probablemente
está sucediendo con las lealtades electorales al sistema.
Podrá decirse que
las próximas elecciones generales están demasiado lejos. Pero no olvidemos
que el escándalo recién estalla, y que se va a prolongar por un buen tiempo.
Además la crisis de inoperancia de los partidos lo precede todo.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/850562-mirar-bajo-el-agua
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No te metas con mis hijos
Luis Davelouis
Veo negación en
cantidades alarmantes. Aterricemos: son muchos, muchísimos más; les importa
medio pepino que los derechos no deban/puedan estar sometidos a la voluntad
de la mayoría. Y, de hecho, para que eso se cumpla en un país con un estado
de institucionalidad precaria y un gobierno muy débil, esas grandes mayorías
deben estar de acuerdo con que no es de su incumbencia ni necesaria su
aquiescencia para que cada ciudadano pueda ejercer plenamente sus derechos y
tenga las mismas oportunidades. Y no pues, no están de acuerdo.
El corto plazo es
suyo. Tratar de convencerlos de que “no es lo que creen” es como intentar
disuadir a una manada de búfalos en estampida de que no hay ningún león
persiguiéndolos. Y agarrarlos a patadas por reses (eso es lo que son, más o
menos, los búfalos)… ¿qué puede resultar de pararse frente a un río de
músculos y cuernos que corre a toda velocidad, enceguecido por el pánico?
Un amigo me decía
ayer que esta es una reacción de quienes ven amenazados sus privilegios y
también un asunto religioso. Yo pienso que es revancha:
“¿Te crees más
inteligente? ¿Más preparado? ¿Mejor? ¿Y de qué te sirven tus ideas, tus
estudios, tu comprensión lectora, tu ortografía, tu sentido común, tus
valores liberales o humanistas frente a nosotros? Nosotros que rodamos los
piñones del sistema que aborreces y al que calificas de ‘injusto’ desde tu
oficina en la Pacífico, desde tu casa en Totoritas o desde tu depa en
Barranco.
Dirás que somos
bestias machistas, homofóbicas e ignorantes, y sí pues, somos. Pero nos
ampara la contundencia de los números: somos millones contra la
homosexualización de nuestros hijos y 72 en el Congreso mirando felices cómo
te pasamos por encima a ti y a tus ‘valores’. ¿Que esos se aprovechan de
nuestra ignorancia? ¡Caviar inocente!”.
http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-no-te-metas-mis-hijos-2271680
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Ramírez: ¿de dónde son los millones?
César Lévano
Joaquín Ramírez,
ex secretario general de Fuerza Popular, es un milagro de la política, no de
los negocios. Nadie pueda explicar cómo un hombre que no es político de ideas
resonantes, ni un gran orador, ni un organizador partidario, ni un legislador
con proyectos de ley transcendentes, ni un polemista de garra, llegó a ser el
principal dirigente del partido mayor del Perú (de acuerdo al volumen de
votos).
Lo que se sabe es
que no llegó a ese puesto por elección de las bases de Fuerza Popular, sino,
simplemente, por voluntad de Keiko Fujimori. El 20 de noviembre de 2015, en
plena campaña presidencial, en entrevista con El Comercio, ella declaró que
Ramírez había sido designado como jefe del Comité Ejecutivo de Fuerza
Popular.
¿Cuál era su
aporte político, cuál su respaldo de masas, cuál su popularidad? Ninguna.
Cabe suponer que el atractivo consistía en que tenía mucho dinero y podía
ayudar en los gastos millonarios de la justa electoral.
Eso puede aclarar
por qué Keiko defendió con tanto empeño a Ramírez, incluso después de que, en
abril de 2016, un informe periodístico involucró a Ramírez en una
investigación de la Administración para el Control de Drogas (DEA) de los
Estados Unidos. En ese material se incluyó la existencia de un audio en que
él se jactaba de haber lavado 15 millones de dólares de Keiko Fujimori en la
campaña del 2016.
El caso todavía
está en investigación. Pero sorprendió la enérgica defensa de Ramírez por la
señora Keiko. En discurso en Cajamarca argumentó: “Es un emprendedor de éxito
que ha hecho todo su trabajo y su fortuna en base al trabajo.
La lideresa
fujimorista no había investigado sobre la enorme fortuna en dólares. Y ese es
el quid de la cuestión.
Ahora puede
saberse a ciencia cierta lo que el fujimorismo busca ocultar. Joaquín
Ramírez, su otrora jefe máximo, está vinculado con el dinero de la droga. Por
eso lo investiga la DEA. La verdad parece próxima. La Fiscalía sobre Lavado
de Activos ha decidido citar a Keiko como investigada en el caso que
comprende a Ramírez. La jueza Bárbara Oré, del 28 Juzgado Penal de Lima, ha
dispuesto que se levante el secreto bancario de Ramírez. Esa medida había
sido solicitada por la fiscal especial Sara Vidal.
Los fujimoristas
tiemblan ante los resultados probables del proceso. Por eso afirman que todo
es una cortina de humo. ¿También la DEA conspira contra Keiko y Ramírez?
http://diariouno.pe/columna/ramirez-de-donde-son-los-millones/
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Trump: la disputa por el relato
Luis Hernández Navarro
Como candidato,
Donald Trump derrotó por nocaut a los grandes medios de comunicación
estadunidenses. Ahora se propone hacer lo mismo como presidente de Estados
Unidos. En el centro del pleito se encuentra la definición de quién elabora
la narrativa sobre el nuevo gobierno: si el magnate o la prensa.
Los ataques de
Trump contra los medios han sido duros, a la cabeza y continuos. Sea a través
de tuits o en conferencias con periodistas, el mandatario no da tregua. Un
día dice que los medios se han convertido en gran parte del problema, parte
del sistema corrupto, y otro afirma que el público ya no les cree. La prensa
está fuera de control, el nivel de deshonestidad está fuera de control.
El presidente
dispara indistintamente contra los medios electrónicos y los escritos. “Los
medios con noticias falsas (los perdedores The New York Times, NBC, ABC, CBS,
CNN) no son mi enemigo, son el enemigo del pueblo estadounidense”, escribió
en un tuit. Ufano, asegura que "muchos de los medios en Washington,
junto con los de Nueva York y Los Ángeles en especial, no hablan para la
gente, lo hacen para intereses especiales. La gente ya no les cree. Quizás yo
tenga algo que ver en ello. No lo sé. Pero ya no les creen".
Al menos en este
punto, Trump es consistente en sus convicciones. En 1981, acusaba: "La
prensa es mentirosa, está ahí para manipular a la gente y a eso se
dedica".
Stephen K. Bannon,
el hombre más influyente en el equipo presidencial, confirmó esta
"doctrina" en una entrevista a The New York Times: "Los medios
de comunicación deberían estar avergonzados, sentirse humillados y mantener
la boca cerrada. Deberían empezar a escuchar. Quiero que tome esta cita
textual: los medios de comunicación son el partido de la oposición. Ellos no
entienden este país. Todavía no entienden por qué Donald Trump es el
presidente de Estados Unidos" (http://goo.gl/mu4F2D).
Los golpes del
presidente y su asesor contra los medios de comunicación llueven sobre
mojado. Una encuesta de Gallup, difundida el 14 de septiembre de 2016,
encontró que sólo 32 por ciento de los estadunidenses tienen mucha confianza
en los medios de comunicación "para reportar la noticia de manera
completa, precisa y justa". Se trata del nivel más bajo en la historia
de estos sondeos. Una caída de ocho puntos porcentuales con respecto al año
pasado (https://goo.gl/e3ywhU).
Esta desconfianza
hacia la prensa es aún mayor entre las personas de 18 a 49 años de edad. Sólo
26 por ciento se fían de la verosimilitud de lo que los medios informan.
La cobertura que
muchos de estos medios han hecho sobre los gobiernos progresistas en América
Latina muestra que no faltan razones para esta incredulidad. No pocos
periódicos y cadenas televisivas se han comportado allí –tal como advierte
Steve Bannon– como partidos de oposición alternos, y no han comprendido lo
que sucede en la región. Su aparente "objetividad" está
condicionada por su proclividad a favorecer la visión de los grupos
empresariales afectados por las reformas y por los intereses estadunidenses
en el área.
Claramente, existe
una diferencia sustantiva en cómo la gente ve a los medios y cómo se ven
ellos a sí mismos. Mientras éstos se asumen como un cuarto poder real, como
un mensajero entre los que piensa y sienta la ciudadanía y el poder, los
hombres y mujeres de a pie los consideran cada vez más como parte del
establishment. Para muchos ciudadanos, no hay diferencias sustanciales entre
los medios y la clase política.
Trump y su equipo
se han apoyado en esta diferencia de percepción para imponer la narrativa
sobre su gobierno. No importa si lo que el mandatario dice es falso o
verdadero. Le valen gorro los valores clásicos del periodismo. Lo que le
importa es que su relato sobre lo que él es y hace se imponga sin cortapisas.
Y a sus seguidores les tiene sin cuidado si lo que dice es cierto o es
mentira. Lo que quieren son palabras que les permitan reafirmar sus
convicciones previas.
Durante su campaña
electoral, el magnate se presentó como un no político e hizo de la
comunicación directa, sin agentes mediáticos (pero contra ellos), el centro
de su estrategia con los votantes. Tenía una reputación previa como
empresario de éxito forjada en las páginas de tabloides y de shows de
entretenimiento. Con una organización territorial eficaz, el uso de redes
sociales y el dominio de las reglas del juego del mundo del espectáculo le
dio la vuelta a la industria de la información y el entretenimiento. Hoy
parece tenerla contra las cuerdas.
A pesar de que
nunca lo tomaron con seriedad, los medios de comunicación fueron claves en el
triunfo electoral de Trump. No porque hablaran bien de él, sino por la enorme
cobertura gratuita que le brindaron. Lo hicieron por una razón muy sencilla:
porque era negocio. Durante la campaña, CNN ganó 100 millones de dólares
extras por informar y opinar ampliamente sobre Trump.
Según un informe
de MediaQuant, en las elecciones primarias del Partido Republicano Trump
contó con mil 898 millones de dólares en publicidad no pagada en distintas
plataformas.
Sobre advertencia
no hay engaño. Aunque el influyente Steve Bannon realmente no es leninista,
se presentó en una entrevista con el historiador Ronald Radosh como un
seguidor del revolucionario soviético. “Lenin –le dijo– quería destruir el
Estado, y ese es también mi objetivo. Quiero que todo se venga abajo,
destruir todo el sistema actual.” Obviamente, la prensa es parte de ese
sistema.
A tuitazos, el
beligerante Donald Trump avanza en la destrucción del viejo orden. Los
grandes medios de comunicación tradicionales están en su mira. Ellos han
reaccionado disparando ya sus más potentes descargas. Sin embargo, apenas
parecen haberle hecho daño. Por lo pronto, el pleito sigue.
http://rebelion.org/noticia.php?id=223217
http://www.jornada.unam.mx/2017/02/21/opinion/018a2pol#texto
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