martes, 14 de febrero de 2017

OPINIONES 14/02/2017



Basta de letanías - Aram Aharonian
Donald Trump: presidente inconstitucional - Oswaldo de Rivero
Representación del sindicato mayoritario en negociación colectiva - Arturo Rodríguez
El modelo - Luis Davelouis
La justicia Barata - Dino Carlos Caro Coria
La corrupción y los empresarios - Nelson Manrique
PPK - Trump, un puente - Mirko Lauer
¿Queda, queda, PPK? - Pedro Tenorio
___________________








Basta de letanías

Aram Aharonian




Hipotéticamente, si realmente en nuestra región, el 33 por ciento de las frecuencias fueran concedidas a los medios populares, ¿quién abastecería de contenidos a tal cantidad de canales y radios? Entonces, ¿de qué estamos hablando cuando reclamamos la democratización de la comunicación y de la información? Los que controlan los sistemas de difusión, cada vez más inalámbricos, satelitales, eligen, producen y disponen cuáles serán los contenidos.

¿De qué estamos hablando cuando reclamamos la democratización de la comunicación y de la información? ¿Hablamos solo de redistribución de frecuencias radioeléctricas para garantizar el derecho humano a la información y la comunicación? ¿De qué forma la redistribución equitativa de frecuencias –éstas patrimonio de la humanidad- entre los sectores comercial, estatal o público, y popular (comunitario, alternativo, etc.) puede garantizar la democratización de la comunicación e impedir la concentración mediática?

A veces pienso que nos instan, nos empujan a pelear en campos de batalla equivocados o perimidos, mientras se desarrollan estrategias, tácticas y ofensivas en nuevos campos de batalla. El mundo avanza, la tecnología avanza… y pareciera que nosotros –desde lo que llamamos el campo popular- seguimos aferrados a los mismos reclamos, reivindicaciones de un mundo que ya (casi) no existe.

El mundo cambia sí, pero el tema de la comunicación, de los medios de comunicación social, sigue siendo, como en 1980 cuando el Informe Mc Bride, fundamental para el futuro de nuestras democracias. El problema de hoy es la concentración oligopólica: 1500 periódicos, 1100 revistas, 9000 estaciones de radio, 1500 televisoras, 2400 editoriales están controlados por sólo seis trasnacionales. Pero ese no es el único problema.

Hoy los temas de la agenda mediática tienen que ver con la integración vertical de proveedores de servicios de comunicación con compañías que producen contenido, la llegada directa de los contenidos a los dispositivos móviles, la trasnacionalización de la comunicación y su cortocircuitos con los medios hegemónicos locales, los temas de la vigilancia, manipulación, transparencia y gobernanza en internet, el “ruido” en las redes y el video como formato a reinar en los próximos años.

Estos son, hoy en día, juntos al largamente anunciado ocaso de la prensa gráfica y la vigencia de la guerra de cuarta generación y el terrorismo mediático, los vértices fundamentales para reflexionar sobre el tema de la democracia de la comunicación, mirando no hacia el pasado, sino hacia el futuro que nos invade.

Hipotéticamente, si realmente en nuestra región, el 33 por ciento de las frecuencias fueran concedidas a los medios populares, ¿quién abastecería de contenidos a tal cantidad de canales y radios? Entonces, ¿de qué estamos hablando cuando reclamamos la democratización de la comunicación y de la información?

Los que controlan los sistemas de difusión, cada vez más inalámbricos, satelitales, eligen, producen y disponen cuáles serán los contenidos, en una planificada apuesta por monopolizar mercados y hegemonizar la información-formación del ciudadano.

¿Adiós televisión? Controlar los contenidos

Pasaron 140 años desde que Alexander Graham Bell utilizó por primera vez su teléfono experimental para decirle a su asistente de laboratorio: “Señor Watson, venga, quiero verlo”. Su invención transformaría la comunicación humana y el mundo. La empresa creada por Bell creció hasta transformarse en un inmenso monopolio: AT&T.

El gobierno estadounidense consideró luego que era demasiado poderosa y dispuso la desintegración de la gigante de las telecomunicaciones en 1982… pero AT&T ha regresado, anunciando la adquisición de Time Warner, una de las principales compañías de medios de comunicación y producción de contenidos a nivel mundial, para conformar así uno de los más grandes conglomerados del entretenimiento y las comunicaciones del planeta.
La fusión propuesta, que aún debe ser sometida a estudio por las autoridades, representa desde ya no solo una significativa amenaza a la privacidad y a la libertad básica de comunicarse, sino también un cambio paradigmático en lo que hoy entendemos como comunicación. Sería la mayor adquisición hasta la fecha y llegaría un año después de que AT&T comprara a DirecTV.

AT&T es hoy la décima entre las 500 compañías más grandes de Estados Unidos y si adquiriera Time Warner, que ocupa el lugar 99 de la lista Forbes, se crearía una enorme corporación, integrada verticalmente que controlaría no solo una amplia cantidad de contenidos audiovisuales, sino la forma en que la población accedería a esos contenidos.

Según Candace Clement, de Free Press, esta fusión generaría un imperio mediático nunca antes visto. AT&T controlaría el acceso a Internet móvil y por cableado, canales de televisión por cable, franquicias de películas, un estudio de cine y televisión y otras empresas de la industria. Eso significa que AT&T controlaría el acceso a Internet de cientos de millones de personas, así como el contenido que miran, lo que le permitiría dar prioridad a su propia oferta y hacer uso de recursos engañosos que socavarían la neutralidad de la red.

Pelear guerras que ya no existen

El mundo no es el mismo de antes (tampoco el del 1980 cuando el Informe McBride), aunque tanto derecha como izquierda crean que seguimos en 1990. Es difícil, a quienes como uno vienen de la época de la tipografía y la linotipia, de los télex y teletipos -o del dogmatismo y la repetición de consignas-, asimilar los cambios tecnológicos y la realidad del mundo actual, del big data, de la inteligencia artificial, de la plutocracia…
Según los últimos cálculos, en el mundo hay unos 10 zetabytes de información (un zetabyte es un 1 con 21 ceros detrás), que si se ponen en libros se pueden hacer nueve mil pilas que lleguen hasta el sol. Desde 2014 hasta hoy, creamos tanta información como desde la prehistoria hasta el 2014. Y la única manera de interpretarlos es con máquinas.

El Deep Learning es la manera como se hace la Inteligencia Artificial desde hace cinco años: son redes neuronales que funcionan de manera muy similar al cerebro, con muchas jerarquías. Apple y Google y todas las Siri en el teléfono, todos lo usan.

El Big Data permite a la información interpretarse a sí misma y adelantarse a nuestras intenciones, cuánto saben las grandes empresas de nosotros, y lo que más les preocupa: lo fácil que está siendo convertir la democracia en una dictadura de la información, haciendo de cada ciudadano una burbuja distinta.

Si uno tiene Gmail en su celular con wifi, puede ver en Google Maps un mapa mundial que muestra dónde estuvo cada día, a cada hora, durante los últimos dos o tres años (no tiene por qué creerme: vea www.google.com/maps/timeline). Es una información que uno les permites coleccionar al aceptar los términos de licencia cuando instala la aplicación.

También las empresas telefónicas, que uno supone que sólo nos cobran el plan, hacen buenos negocios con nuestros datos. Por ejemplo, Smart Steps es la empresa de Telefónica que vende los datos de los celulares Movistar. De la noche a la mañana, la gente pasó a tener un sensor de sí mismo 24 horas al día. Hoy se puede saber dónde están las personas, pero también qué compran, qué comen, cuándo duermen, cuáles son sus amigos, sus ideas políticas, su vida social.

El alemán Martin Hilbert , asesor tecnológico de la Biblioteca del Congreso de EE.UU. señala que algunos estudios ya han logrado predecir un montón de cosas a partir de nuestra conducta en Facebook . “Se puede abusar también, como Barack Obama y Donald Trump lo hicieron en sus campañas, como Hillary Clinton no lo hizo, y perdió. Esos son los datos que Trump usó. Teniendo entre 100 y 250 likes (me gusta) tuyos en Facebook, se puede predecir tu orientación sexual, tu origen étnico, tus opiniones religiosas y políticas, tu nivel de inteligencia y de felicidad, si usas drogas, si tus papás son separados o no”, señala el científico.

Y “con 150 likes, los algoritmos pueden predecir el resultado de tu test de personalidad mejor que tu pareja. Y con 250 likes, mejor que tú mismo. Este estudio lo hizo Kosinski en Cambridge, luego un empresario que tomó esto creó Cambridge Analytica y Trump contrató a Cambridge Analytica para la elección”.

“Usaron esa base de datos y esa metodología para crear los perfiles de cada ciudadano que puede votar. Casi 250 millones de perfiles. Obama, que también manipuló mucho a la ciudadanía, en 2012 tenía 16 millones de perfiles, pero acá estaban todos. En promedio, tú tienes unos 5000 puntos de datos de cada estadounidense. Y una vez que clasificaron a cada individuo según esos datos, los empezaron a atacar”, señala Hilbert.

Por ejemplo, si Trump dice “estoy por el derecho a tener armas”, algunos reciben esa frase con la imagen de un criminal que entra a una casa, porque es gente más miedosa, y otros que son más patriotas la reciben con la imagen de un tipo que va a cazar con su hijo. Es la misma frase de Trump y ahí tienes dos versiones, pero aquí crearon 175 mil. Claro, te lavan el cerebro. No tiene nada que ver con democracia. Es populismo puro, te dicen exactamente lo que quieres escuchar”. Lo más delicado es que no sólo pueden mandar el mensaje como más le va a gustar a esa persona, sino también pueden mostrarle sólo aquello con lo que va a estar de acuerdo.

Al final, el juego con la tecnología siempre ha sido ver cuáles tareas se pueden automatizar y cuáles no. Si un robot reconoce células de cáncer, uno se ahorra al médico. Más del 50% de los actuales empleos son digitalizables, afirma Hilbert. Y ya no hablamos de reemplazar a los obreros, como en la revolución industrial, sino también los trabajos de la clase más educada: médicos, contadores. El 99% de las decisiones de la red de electricidad en EEUU son tomadas por IA que localiza en tiempo real quién necesita energía.

No es en ningún caso el fin de la humanidad, es la evolución que sigue su camino. Y lo más importantes es entender en qué mundo vivimos. Por eso llama la atención que operadores mediáticos, que se autodefinen como radicales de izquierda, sigan insistiendo en la necesidad de pelear en escenarios que ya no existen, con léxicos que no corresponden a las realidades reales y tampoco a las virtuales, en aferrarse al pasado, lo cual es por demás retrógrado.

La dictadura y la posverdad

Hoy más que nunca la dictadura mediática, en manos de cada vez menos “generales” de las corporaciones, busca las formas novedosas de implantar hegemónicamente imaginarios colectivos, narrativas, discursos, verdades e imágenes únicas. Es el lanzamiento global de la guerra de cuarta generación, directamente a los usuarios digitalizados de todo el mundo.

Si hace cinco décadas la lucha política, la batalla por la imposición de imaginarios, se dilucidaba en la calle, en las fábricas, en los partidos políticos y movimientos, en los parlamentos (o en la guerrilla), hoy las grandes corporaciones de transmisión preparan una ofensiva que saltean los medios tradicionales para llegar directamente, con sus propios contenidos de realidades virtuales, a los nuevos dispositivos móviles de los ciudadanos.
¿De qué estamos hablando cuando reclamamos la democratización de la comunicación y de la información? ¿Hablamos de redistribución de frecuencias radioeléctricas cuando hoy el control emerge de la conjunción de medio y contenido? Los que controlan los sistemas de difusión, cada vez más inalámbricos, satelitales, eligen, producen y disponen cuáles serán los contenidos, en una planificada apuesta por monopolizar mercados y hegemonizar la información-formación del ciudadano.

Cambia la radio. Bajo la mirada vigilante de otras naciones, Noruega se ha convertido desde el enero de 2017, en el primer país del mundo en apagar su señal de Frecuencia Modulada (FM), considerando que tiene 22 estaciones nacionales de radio digital, y aún hay espacio en su plataforma digital para otras 20.
La tendencia mundial –y latinoamericana- demuestra que los jóvenes televidentes ya están pasando del uso lineal de televisión hacia un consumo en diferido y a la carta, que bien puede optar el dispositivo fijo (el televisor) y optar por una segunda pantalla (computadora, tablet, teléfonos inteligentes).
Para los comunicólogos optimistas, de receptores pasivos, los ciudadanos están pasando a ser, mediante el uso masivo de las redes sociales, productores-difusores, o productores-consumidores (prosumidores). Para los menos optimistas, si bien esa es una posibilidad teórica, la práctica demuestra que la producción y difusión quedarán en manos de grandes corporciones, en especial estadounidenses, y los ciudadanos podrán ocupar la casilla de consumidores, en una arremetida del pensamiento, el mensaje, la imagen únicos.

Quizá aquellos que estamos desde hace años en la lucha creemos que la discusión sobre la democratización de las comunicaciones está socializada/masificada en nuestras sociedades. No lo está siquiera en aquellos donde se han hecho esfuerzos de esclarecimiento en este campo, como Argentina y Ecuador. Hay quienes sostienen que aún se trata de una discusión elitesca, entre los militantes políticos, de la comunicación y allegados.
¿De qué estamos hablando cuando reclamamos la democratización de la comunicación y de la información en la que ahora se da en llamar la época de la posverdad, donde los hechos objetivos son menos influyentes en la opinión pública que las emociones, los imaginarios y las creencias personales?

Hoy, la posverdad es el arma de desorientación masiva de la opinión pública que emplean los grandes medios de comunicación y todos los líderes políticos. La sociedad es hoy un monumental simulacro, un plexo cuasi-infinito de significaciones sin referente ni realidad que las apoye, una especie de monumental ciencia-ficción que nos domina, dijera Baudrillard.

En 2016, The Economist hablaba del arte de la mentira, y señalaba que Trump es el principal exponente de la política de la posverdad, que se basa en frases que se sienten verdaderas, pero que no tienen ninguna base real. Una cosa es exagerar u ocultar, y otra, mentir descarada y continuadamente sobre los hechos. Y lo peor es que esas mentiras se van imponiendo en el imaginario colectivo.

Hoy se manipulan, se omiten, se tergiversan o se falsifican desde las cifras de la desocupación o del costo de la vida, mientras opinadores muy mediatizados predican distintas variantes del there is no alternative (no hay alternativa) thatcheriano.
Disculpe, entonces, ¿de qué estamos hablando cuando reclamamos la democratización de la comunicación y de la información?

*Adelanto del libro El asesinato de la Verdad, a editarse este semestre.
Aharonian es periodista uruguayo, magister en Integración, fundador de Telesur, codirector del Observatorio de Comunicación y Democracia y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (Clae), y presidente de la Fundación para la Integración Latinoamericana (Fila). Autor de Vernos con nuestros propios ojos y La internacional del terror mediático, entre otros textos.



http://rebelion.org/noticia.php?id=222892



____________________



Donald Trump: presidente inconstitucional

Oswaldo de Rivero



Al jurar como presidente, sin haber resuelto conflictos, ha violado la Constitución de los EEUU.

Un reciente informe de la Brookings Institution, elaborado por los eminentes constitucionalistas Norman Eisen, Richard Painer y Laurence Tribe, concluye que Trump ha sido el presidente electo, en toda la historia de los EEUU, con más conflictos de interés para asumir la presidencia; y que al jurar como presidente, sin haber resuelto estos conflictos, ha violado la Constitución de los EEUU.

Estos juristas no se han limitado solo a denunciar la inconstitucionalidad de la presidencia de Trump, sino que lo han demandado judicialmente por haber violado la cláusula de “emolumentos” de la Constitución de los EEUU.

Según esta cláusula, el Presidente de los EEUU no puede obtener ningún lucro, ganancia, recompensa o remuneración proveniente del extranjero; y por lo tanto, Trump está obligado a liquidar la Trump Organization, que es la empresa que se ocupa de todos sus multimillonarios negocios transnacionales, cosa que no ha hecho.

Para circunvalar esta prohibición de la Constitución, Trump ha transferido la administración de la Trump Organization a sus hijos. Sin embargo, para los juristas que lo enjuician y también para la importante entidad cívica de los EEUU, la Ameriacan Civic Liberties Union (ACLU) esta maniobra no tiene ningún valor, porque Trump ha transferido la administración pero se ha quedado con la propiedad.

Según los juristas demandantes y la ACLU, Trump, como todos sus antecesores, debe liquidar sus bienes y poner el producto de la venta en una entidad autónoma llamada “blind trust” que administrará el producto de la venta de sus bienes, y a la cual Trump, durante su mandato, no podrá tener acceso.

Esta es la primera vez en la historia de los EEUU que se enjuicia a un Presidente invocando la cláusula emolumentos. Nadie puede saber qué resultado tendrá. Sin embargo, se puede decir que hasta ahora las Cortes de Justicia Federales de los EEUU han sido contrarias a Trump. Una Corte le hizo pagar 21 millones de dólares por su fraudulenta universidad; y otra ha declarado que es ilegal su prohibición temporal de viajar a los EEUU desde ciertos países musulmanes.

Como afirma el conocido jurista David Cole, director Legal de la American Civil Liberties Union, la inconstitucionalidad dependerá no solo de los tribunales sino también de la movilización ciudadana, como ya está sucediendo. En efecto, ya ha nacido un movimiento ciudadano para protestar por la violación de la Constitución por Trump.

Si ante esta demanda judicial inédita la justicia federal termina fallando contra Trump, entonces es muy posible que el actual movimiento ciudadano, contra la violación de la cláusula de emolumentos, se transforme en un movimiento nacional para pedir el impeachment del Presidente Trump.

El talón de Aquiles del 45 Presidente de los EEUU son sus multimillonarios conflictos de interés.

http://diariouno.pe/columna/donald-trump-presidente-inconstitucional/


____________________




Representación del sindicato mayoritario en negociación colectiva

Arturo Rodríguez


Dada la flexibilidad de la legislación laboral, en muchas empresas coexisten más de una organización sindical, esto va en desmedro de los propios trabajadores, a más sindicatos menor capacidad de negociar con la empresa.

A fin de evitar mayor dispersión, la ley reconoce capacidad de representación única en la Negociación Colectiva al sindicato que afilie más del 50% de trabajadores, con lo cual podrá representar a la totalidad de trabajadores así existan otros sindicatos, siendo los efectos de la negociación colectiva extensibles a todos los trabajadores, incluso los no afiliados.

Este modelo de representación única ha merecido diversos cuestionamientos, principalmente de parte de las organizaciones sindicales minoritarias, acusándola de discriminadora y antidemocrática, sin embargo desde una perspectiva de buscar efectividad en el accionar sindical, consideramos la más adecuada.

Aun cuando la Constitución reconoce como derecho de primer orden el de la Negociación Colectiva, este no es absoluto y puede ser regulado conforme al modelo de representación de Sindicato Mayoritario, así ha sido entendido por el TC que señala: “Es así a fin de asegurar la defensa de los intereses de los trabajadores, confiando determinadas funciones únicamente a los sindicatos mayoritarios”.

En posteriores pronunciamientos el TC ha señalado la posibilidad que la organización sindical mayoritaria acoja determinadas reivindicaciones de los sindicatos minoritarios.

Caso distinto es cuando nos encontramos ante diversas organizaciones sindicales minoritarias, en cuyo caso la ley sí les reconoce el derecho a que cada una negocie por su cuenta, siendo el resultado de cada negociación aplicable solo a los trabajadores afiliados a dicho gremio sindical, sin embargo esto es utilizado por muchos empleadores que terminan otorgando mayores beneficios a los sindicatos más “proclives” a la empresa, lo cual nos reafirma en que es mejor un modelo de representación única en la negociación colectiva.

http://diariouno.pe/columna/representacion-del-sindicato-mayoritario-en-negociacion-colectiva/


____________________



El modelo

Luis Davelouis



“La codicia –a falta de una mejor palabra– es buena. La codicia es correcta. La codicia funciona. La codicia se abre camino, aclara y captura la esencia del espíritu evolucionario. La codicia en todas sus formas: la codicia de vivir, de saber, del amor, del dinero; es lo que ha marcado el surgimiento de la humanidad”, decía Gordon Gekko, el personaje de la película Wall Street al que da vida un impecable Michael Douglas.

Gekko es, por supuesto, un déspota… con quien puede y le conviene. En el mundo de Gekko, la justicia no es un valor al que se aspira, sino algo que aparece espontáneamente en la sociedad a partir de la suma de todas las codicias como la suya. Su lugar en el mundo se lo ha ganado, dice él, a pulso. Nadie le ha regalado nunca nada y, por eso, él no le regala nada a nadie; por eso, además, está bien ser despiadado. Porque ser codicioso, avaro y despiadado es una manera de ser justo, de hacer su parte.

Gekko, por supuesto, es un especulador inescrupuloso e histriónico. Y precisamente por esto último, Gordon Gekko es también un farsante que solo sigue su “filosofía” cuando le conviene. Como con los salvatajes tras la crisis de 2008 y la posterior socialización de pérdidas con el cuento del “too big to fail”. O sea: “sálvame con la plata del Estado, pero no me toques un centavo de mis utilidades, fúchila con tus impuestos antitécnicos”.

De alguna triste forma, sintetiza los peores atributos que encontré en demasiadas personas a lo largo de diez años en el mercado bursátil y de inversiones.

No es esto una apología al socialismo. Es un recordatorio de que cualquier modelo es tan bueno como las personas que lo usan.


http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-modelo-2270759


____________________



La justicia Barata

Dino Carlos Caro Coria


Jorge Barata es el principal testigo, denunciante e imputado en el proceso por tráfico de influencias y lavado de activos en el que se ha impuesto al ex presidente Toledo detención preventiva por 18 meses, con pedido de captura nacional e internacional. Su testimonio ante la fiscalía peruana, corroborado preliminarmente como detalla el mandato judicial, ha sido la clave para este golpe inicial del Ministerio Público.

Dicha declaración no es producto del azar. Es el resultado del acuerdo celebrado entre Odebrecht y el Departamento de Justicia de Estados Unidos, del proceso de delación premiada (colaboración eficaz aquí) al que Barata se ha sometido en Brasil y del convenio preliminar entre la fiscalía peruana y Odebrecht, que implica “colaborar con la investigación y facilitar la entrega de información”.

Beneficios como la reducción o la exención de la pena para el delator o autor confeso son tan antiguos como el propio derecho penal. Se iniciaron con justificaciones morales como el arrepentimiento, la clemencia o la indulgencia, acordes con los sistemas inquisitivos y las llamadas teorías retributivas de la pena (Hegel, Kant): el delincuente disminuye su culpabilidad mediante la confesión, y con ello la pena. Hoy el llamado derecho penal premial o del colaborador con la justicia obedece a razones utilitarias: el imputado o condenado puede disminuir o evitar la pena porque con su colaboración se reducen los plazos y los costos del proceso, se descubre el delito y a sus autores, o se desarticulan organizaciones criminales.

El Código Procesal Penal, premonitoriamente reformado en diciembre mediante el Decreto Legislativo 1301, ahora permite de modo excepcional la colaboración eficaz incluso de los “jefes, cabecillas o dirigentes principales de organizaciones delictivas […], siempre que su aporte permita identificar a miembros de la organización con mayor rango jerárquico”. Imputados como Belaunde Lossio o Barata podrían invocar este beneficio si entregan información de calidad que permita la condena de “alguien de arriba”. Ello no los convertirá en héroes, como tampoco lo fue Matilde Pinchi Pinchi, sino en aspirantes a una menor pena por los delitos que hayan podido cometer.

Esta reforma, sin embargo, debe ser aún complementada. No existe un régimen de colaboración eficaz para las empresas, algo importante pues desde el 1 de enero del 2018 los entes colectivos podrán ser sancionados por actos de corrupción doméstica o transnacional, lavado de activos y financiación del terrorismo, según el reciente D. Leg 1352. Hoy la ley solo prevé atenuantes, no exenciones, para la empresa imputada que colabore con la justicia, pero sin un régimen procesal que haga predecible para una corporación las consecuencias de ese proceso de cooperación premiada.

La jurisprudencia peruana ha revelado los beneficios y riesgos de esta justicia premial, instaurada hace tres décadas con la Ley de Arrepentimiento Terrorista y extendida luego a delitos comunes como el fraude tributario o los delitos concursales, y además ampliada por la ley de colaboración eficaz, que permitió el procesamiento, en algunos casos exitoso, de actos de corrupción de la década del noventa.

La colaboración eficaz ha sido un espacio de juego para la verdad y la mentira del imputado. Para una verdad construida o negociada. La Comisión de Indultos y Derecho de Gracia del gobierno de Fujimori tuvo que dar pase a la liberación de 513 condenados por terrorismo, muchos por “error” de una sumaria justicia militar; por el solo dicho, no probado, de algún colaborador eficaz. Ese no parece ser el caso del ex presidente Toledo. La justicia de Barata hoy lo persigue y le ha pasado la primera factura: una detención preventiva bastante cara.

http://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/justicia-barata-dino-carlos-caro-coria-noticia-1968327


____________________


La corrupción y los empresarios

Nelson Manrique



¿Qué hacer para erradicar la corrupción? Hay quienes creen que esta está inscrita en nuestro ADN social y no se puede acabar con ella. Otros proponen reformar instituciones que parecen irreformables, como el Poder Judicial. Otros creen que las reformas en el aparato del Estado, los cambios en las leyes y en la Constitución y el reforzamiento de la educación ética son el camino. Sin duda son medidas imprescindibles, pero dejan bastante fuera.

Cuando se comparan las acciones judiciales que se están llevando adelante en Brasil con el Perú hay diferencias muy llamativas. En Brasil los más importantes investigados y sancionados son empresarios, como lo son, para comenzar, las cabezas de los imperios Odebrecht, OAS, Correa y Camargo, y otros, que están enjuiciados y en prisión, junto con esa constelación de 70 ejecutivos que se han acogido a la delación premiada y otros tantos más que hoy encaran posibles penas de carcelería. También están en la mira políticos, especialmente de la tienda del Partido de los Trabajadores, que fue gobierno durante el periodo investigado, pero su peso en el escándalo es bastante menor que el de los empresarios que son hoy reos de la justicia.

En el Perú, en cambio, no hay ni un –subrayo, ni uno– empresario que haya sido no digamos condenado por corrupción sino ni siquiera involucrado en una investigación que pudiera sugerir que este grupo social tiene algo que ver con el Apocalipsis ético que está viviendo el país. Aparentemente los empresarios peruanos, socios de las empresas brasileñas, disfrutaron las utilidades extraordinarias creadas por las adendas y la escandalosa multiplicación del precio de las obras públicas, pero no estaban enterados de las coimas que hacían que la plata lloviera del cielo.

Debe hacerse justicia, caiga quien caiga. Limitarse a los políticos dejando fuera a las empresas corruptas es hacer cambios superficiales para que no cambie nada. El viejo sistema de partidos está en extinción; véase lo sucedido con el Apra. Sin partidos, los presidentes, parlamentarios y el resto de la corte política son simples agentes del poder empresarial, fácilmente reemplazables cuando se queman.

Los empresarios en el Perú tienen un gran poder, que los constituye casi en una casta. Por eso Lelio Balarezo, el vicepresidente de Confiep, condenado a prisión por evasión de impuestos, es seguramente el prófugo menos buscado del país. Y esto viene de atrás. La corrupción fujimorista arrasó con todos los estratos del poder de la sociedad peruana excepto el empresariado, pese a los vladivideos condenatorios de grandes empresarios y su complicidad hasta aportando el avión para que Vladimiro Montesinos fugara del país. En cierto momento histórico los empresarios se convirtieron en la principal fuerza política del país.

Las reformas de la revolución velasquista sacaron a los partidos de la escena política al dejarlos sin sus banderas de cambio. El vacío que ellos dejaron fue llenado entonces por los gremios, tanto de trabajadores, cuanto de empresarios, y la lucha gremial se convirtió en el escenario de la lucha política. Esto ayuda a comprender por qué la izquierda fue poderosa gracias a los sindicatos y entró en crisis cuando estos declinaron. Pero también en la derecha los partidos fueron reemplazados por los gremios empresariales que entonces se articularon. (¿Alguien recuerda que el PPC era conocido como “el partido de los gerentes”?).

Así, gremios como la SIN, ADEX y la CONFIEP (fundadas en 1984) concentraron un gran poder, que fue reforzado con el control de los medios de comunicación, como sucede con Graña y Montero, que a través del grupo editorial El Comercio controla más del 80% de la prensa escrita y los dos más importantes canales de televisión, abierta y cerrada, lo que le permite imponer su agenda y decidir qué existe y qué no existe en el país, según sus intereses.

Los gremios empresariales han mantenido así durante estas últimas cuatro décadas una continuidad institucional, mientras los partidos se quebraban. En adelante estos no “representan” más a los empresarios, sino son poco más que cascarones institucionales que pueden proveerles de operadores políticos descartables, como estamos viendo. Creció el poder de los lobbies, la tecnocracia se convirtió en la justificadora de este orden de cosas y se implantó la puerta giratoria: funcionarios de empresas que se convierten en ministros y luego regresan a sus empresas para disfrutar de sus recompensas.

Ahí donde se concentran el poder económico, político y simbólico la democracia se pervierte y los contrapesos institucionales dejan de funcionar. La corrupción seguirá gozando de buena salud mientras esto no cambie.




http://larepublica.pe/impresa/opinion/848237-la-corrupcion-y-los-empresarios



____________________

PPK - Trump, un puente


Mirko Lauer



El incidente Toledo le ha dado a Pedro Pablo Kuczynski la oportunidad de hacer un gambito, que en este caso equivale a un guiño, en dirección de Donald Trump. Su llamada telefónica a Washington el domingo a las 6 pm fue para pedir un favor personal entre presidentes, la entrega de Toledo al Perú. Pero también para poner en movimiento algunos engranajes diplomáticos.

PPK está programado para recibir una medalla como ex alumno distinguido de Princeton University, junto a Eric Schmidt, el CEO de Google, el 25 de este mes. Torre Tagle venía explorando si había manera de escalar ese viaje hacia un encuentro con Trump, y los días para lograrlo se venían acortando. La llamada telefónica ciertamente ha mejorado las cosas.

Sin embargo todavía nada es seguro. Sobre la entrega de Toledo, el departamento de Estado está estudiando la situación. Sobre el encuentro presidencial, según una versión Trump habló sobre una invitación a PPK, pero no hay nada oficial sobre el asunto. Cautelosamente PPK no mencionó la llamada en su mensaje por TV del domingo a las 8:30pm.

La relación PPK-Trump era mejorable. El liberalismo de PPK lo hacía un clintoniano natural frente a la campaña de los EEUU, y su temprana defensa cerrada del libre comercio fue correctamente leída como una crítica a Trump. Incluso hace menos de un mes llegó a acusarlo de “querer crear miseria en el mundo” con sus políticas proteccionistas. Pero han aparecido coincidencias. Una es Venezuela.

PPK ha insistido en la necesidad de enfrentar la crisis que viene presidiendo Nicolás Maduro. Incluso poco antes de llegar al poder propuso un grupo regional para ofrecer asistencia económica en el caso de una transición política. No sorprende, pues, la invitación telefónica de Trump a trabajar juntos para resolver “la situación humanitaria en Venezuela”.

De modo que es muy probable que en la última semana del mes haya un encuentro de los dos presidentes en Washington, y que esa reunión tenga una agenda de dos preocupaciones coincidentes. Para Trump se abre la oportunidad de acercarse a parte de América Latina en sus propios términos. Para PPK sería una forma de recuperar afuera algo del perfil que está perdiendo en casa.



http://larepublica.pe/impresa/opinion/848234-ppk-trump-un-puente



____________________



¿Queda, queda, PPK?

Pedro Tenorio



Si hasta el momento no se ha probado ninguna conducta dolosa por parte del presidente Pedro Pablo Kuczynski cuando sirvió en el gobierno de Alejandro Toledo, ¿por qué hay tantas personas preguntándose si PPK será capaz de culminar su mandato? A diario, me ocurre a mí como a otros analistas: en las últimas semanas no hay lugar al que vaya donde no me pregunten qué pasaría si Kuczynski “fuera vacado” del cargo. O si “se descubriera” alguna gestión ilícita de sus días como ministro de Economía y jefe del gabinete que hoy hiciera insostenible su permanencia en Palacio de Gobierno.

Especular es fácil. Y en un país con instituciones como las nuestras, a veces hasta nocivo. A PPK se le puede acusar de muchas cosas, pero mientras no aparezca una evidencia que lo incrimine debe permitírsele gobernar sin amenazas ni contratiempos. A todos nos consta la debilidad de su administración (un gabinete técnico antes que político, 17 congresistas de un total de 130, una menguante aprobación popular –que este mes alcanza solo 38% según Ipsos– en todo el país). A ello se suma que la corrupción carcome a buena parte del tejido político del país. Ante esto, ¿qué puede hacer el Ejecutivo?

Primero, afrontar con energía y efectividad la lucha anticorrupción. El mensaje presidencial del último domingo tuvo aspectos positivos, pero llegó con un mes de retraso. Sin embargo, lo más importante radica en traducir su discurso –dentro del debido proceso– en tres acciones concretas: cárcel, más cárcel y sobre todo cárcel para los corruptos. Cualquier otra actitud será vista como concesiva por la ciudadanía.

Segundo, combatir su debilidad política. Y aquí es clave evitar que sean los propios parlamentarios oficialistas quienes debatan públicamente sobre la conveniencia o no de realizar ajustes al equipo ministerial. El presidente debe convocar a sus congresistas, escucharlos y encargarles determinadas tareas obteniendo su compromiso de no obsequiarle flancos de ataque a la oposición ahora que las papas queman. No sirve de nada jugar a las palomas y los halcones cuando el nido pepekausa apenas tiene polluelos.

Tercero, y aunque moleste a algunos, explorar el terreno para un gabinete conversado con las principales fuerzas de oposición a fin de darle estabilidad al Ejecutivo. La visión económica y social de Kuczynski y compañía tampoco es incompatible a la de otros partidos (salvo el Frente Amplio o lo que queda de él). Este podría ser el balón de oxígeno que Fernando Zavala requerirá en breve.

El país necesita diálogo y acuerdos mínimos para avanzar. La lucha anticorrupción debe ser la piedra angular de este esfuerzo. Los acontecimientos de los últimos días así lo confirman.

http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/queda-queda-ppk-pedro-tenorio-noticia-1968294

____________________


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Seguidores

Archivo del blog