Cómo redujo el estado sus deudas - Iván Alonso
Construyendo un latino feo - Mirko Lauer
El populismo anticorrupción - Juan de La Puente
“Gracias”, presidente Trump - Marco Sifuentes
Entre la sequía y la lluvia, otra vez la crisis - Santiago Pedraglio
Los huérfanos de la globalización neoliberal - Emir Sader
Negocio seguro - Luis Davelouis
Recetas para enfrentar a la naturaleza - Augusto Álvarez Rodrich
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Cómo redujo el estado sus deudas
Iván Alonso
Hablábamos el
viernes antepasado sobre cómo crecen explosivamente las deudas tributarias
cuando un contribuyente no paga sus impuestos a tiempo, en virtud de las
tasas de interés moratorio que establece el código tributario. Ese mismo día,
por coincidencia, el ministro Alfredo Thorne anunciaba con evidente
satisfacción que las deudas de los gobiernos locales y regionales con las
AFP, la ONP y Essalud se reducirán en un 80%, gracias a un cambio en las
reglas “macrofiscales”. Una disparidad de circunstancias que bien podríamos
calificar de ostracismo, aunque no en el sentido canónico del término.
El Ministerio de
Economía y Finanzas calcula una reducción de 1,337 millones de soles en las
deudas de los gobiernos locales y regionales con la ONP y Essalud. Eso se
logrará mediante la extinción de los intereses, las multas y las moras. Las
deudas con las AFP, por otro lado, se reducirán en 8,467 millones de soles.
Pero no porque estos gobiernos vayan a ponerse al día, sino porque se
recalculará los intereses por los aportes no efectuados oportunamente,
utilizando la tasa de rentabilidad histórica del sistema privado de pensiones
(SPP), en lugar de la tasa de interés moratorio, que es más alta.
Obviamente, por
cada sol que se ahorre el estado como deudor habrá un sol menos para atender
a los afiliados de esas instituciones. Aun así, puede ensayarse una
justificación: es mejor que las deudas se reduzcan a un nivel razonable y se
paguen de una vez, que dejarlas en donde estaban, pero sin ninguna esperanza
de que se paguen. Por lo menos, se les asegura a los tres sistemas una
inyección de liquidez inmediata. Y en el caso específico de las AFP, el
recálculo de los intereses no parecería perjudicar a los afiliados, porque la
tasa de rentabilidad del SPP es más o menos la tasa a la que habrían crecido
sus respectivas cuentas individuales de capitalización (o sea, los fondos de
donde saldrán sus pensiones) si los gobiernos locales o regionales para los
que trabajaban hubieran hecho los aportes cuando debían.
Ahora, si el gobierno
piensa que ésas son buenas razones para extinguir las moras y multas y
recalcular los intereses que pesan sobre los gobiernos subnacionales, ¿por
qué no hacer lo mismo con las deudas de los contribuyentes con la Sunat? En
otras palabras, si su razonamiento le parece correcto cuando el estado está
en la posición de deudor, debería parecérselo también cuando está en la
posición de acreedor.
En nuestro
artículo publicado hace dos semanas sugeríamos algo más digerible: modificar
el artículo 33° del código tributario de tal manera que la tasa de interés
moratorio que la Sunat está autorizada a cobrar no se rija por la tasa activa
promedio en moneda nacional (TAMN) del sistema bancario, sino por una tasa
intermedia entre ésta y la tasa pasiva promedio (TIPMN).
No es éste,
lamentablemente, el único caso en el que el estado crea para sí mismo un
régimen distinto del que se aplica a los particulares. En materia laboral,
principalmente, el estado suele exonerarse a sí mismo del cumplimiento de
normas de contratación y beneficios sociales que encarecen el empleo. El
socorrido argumento de las limitaciones presupuestales es inaceptable, porque
limitaciones presupuestales las tiene también la empresa privada, a la que,
sin embargo, no le queda otro remedio que asumir esas cargas.
http://elcomercio.pe/opinion/mirada-de-fondo/como-redujo-estado-sus-deudas-ivan-alonso-noticia-1963652
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Construyendo un latino feo
Mirko Lauer
El muro que Donald
Trump empieza a construir entre los EEUU y México tiene todo el peso
simbólico del mundo. En realidad ya existe una barrera discontinua entre
estos dos países, y su eficacia contra los migrantes ilegales es discutible.
La idea y las cercas están allí desde el 2006. Trump les está dando un
sentido nuevo, o más bien antiguo.
El sentido es un
deseo de revivir una subordinación política de México que empezó con las
invasiones a este país a mediados del siglo XIX. Las subsiguientes anexiones se
llevaron la mitad del territorio mexicano. Son más o menos las mismas zonas
donde la presencia de mexicanos, antiguos y nuevos, legales o no, es hoy más
fuerte.
Un sostenido
crecimiento del PBI desde 1930 convirtió a México en una moderna potencia
económica y cultural del mundo latino. El TLC Canadá-EEUU-México de 1994 le
dio a México los beneficios de ser socio comercial de ese importante bloque.
Pero no beneficios suficientes como para frenar el intenso flujo migratorio.
Los temores o
celos frente al avance de México y de sus pobladores convertidos en
estadounidenses a lo largo de más de un siglo y medio, desarrollaron
ideologías sobre un peligro de la latinidad. En el 2009 Samuel Huntington
declaró a los latinos un enclave resistente a la asimilación que terminaría
partiendo a los EEUU en dos.
Trump es el hijo
de este tipo de ideas a lo largo de la historia: los mexicanos pueden ser
avasallados, su presencia en el TLC es nociva para los EEUU, su fuerza
cultural y demográfica tiene que ser atajada de alguna manera. No es difícil
imaginar a este tipo de pensamiento aplicado a toda América Latina.
El mensaje de la
pared es que los latinos no son bienvenidos, que son parte de los peligros
que acechan a los EEUU en el mundo exterior, y que los estadounidenses deben
ser protegidos de ellos. Algo que no tiene que ver tanto con la frontera como
con la vida diaria de todos los grupos étnicos no blancos, inmigrantes o no,
de los EEUU.
El racismo del
planteamiento de Trump en torno a la pared es transparente, así venga
disfrazado de siniestra obra de construcción civil.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/843166-construyendo-un-latino-feo
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El populismo anticorrupción
Juan de La Puente
La manera de
despolitizar un caso de la magnitud que exhibe el Lavajato Peruano es
reducirlo a la minucia y jalonearlo desde varios ángulos de la agenda
nacional para privarlo de su sentido esencial para el futuro de la
democracia. Eso viene sucediendo.
Es el propósito de
minucia el que lleva a la demanda de que “primero caigan los peces grandes”
como si esa fuese la receta perfecta de toda investigación fiscal y si ese
inicio fuese el único modo de garantizar la justicia. La tendencia de este
reclamo es riesgosa en la medida que intenta invalidar toda detención que no
sea de los hombres importantes de la política. Ninguno de los objetores de
las últimas detenciones ha llegado a demostrar –más allá de los insultos– por
qué la detención de “peces pequeños” abona el camino de la impunidad.
Sucedáneo punto de
vista es la idea de “todos se están escapando”, sin considerar que las fugas
se produjeron a pocas horas de la revelación del acuerdo de Odebrecht con las
justicias de EEUU y Suiza. Sí es un cargo de fondo a la fiscalía el que
abriera el caso contra esta empresa en noviembre del año pasado, cuando en
Brasil ya se habían producido las primeras delaciones con evidencia de que el
caso se vinculaba al Perú, pero es igualmente cierto que para los plazos
procesales peruanos es un éxito relativo que la judicialización del caso se
realizara en menos de dos meses.
Cabalga un
populismo anticorrupción que alimenta una parte del sistema político poco
comprometida en la búsqueda de una estrategia de Estado para avanzar en la
agenda de transparencia pública de modo eficaz. La guerra de los gritos donde
cada cual lanza piedras desde su esquina sin mayor compromiso que el grito
mismo –el clima ideal para la impunidad– viene acompañada en los últimos días
de estrategias cruzadas a cargo de poderes que están obligados a cooperar.
Entre las
estrategias en pugna, la primera es la del compromiso para la colaboración a
cargo de la fiscalía, la que ha funcionado hasta ahora y que es objeto de
duras críticas. Algunas de estas son atendibles –como que la procuraduría
debió participar en el preacuerdo con Odebrecht– pero la mayoría se centra en
exigir imposibles como una larga lista de personas con arraigo judicial que,
como se sabe, corresponde a otra fase de los procesos.
La segunda
estrategia es “préstame tu investigación” a cargo de la comisión
parlamentaria que indaga el caso, un modelo que se basa en recaudar otras
investigaciones y en operar a través de audiencias públicas más que
diligencias indagatorias. La mayoría de sus miembros cuestiona la supuesta precariedad
de la fiscalía pero en cambio no exhibe un plan ambicioso que empodere al
Congreso a través de una investigación ejemplar que aborde al mismo tiempo
las aristas institucionales y las relaciones de poder construidas para dar
vida al entramado mafioso. Inclusive, si la idea era que esta indagación
siente en el banquillo de los acusados a los últimos 15 años de democracia,
están perdiendo una oportunidad inigualable.
La estrategia más
populista es “muerte a Odebrecht ahora” y “todos a la cárcel”, que reúne un
conjunto de demandas que van desde el congelamiento de los activos de la
empresa, su expulsión del país, la oposición a todo acuerdo de colaboración
eficaz de sus funcionarios y la prisión preventiva para todos. Estas demandas
suenan bien y es probable que algunas de ellas pudiesen formar parte de una
estrategia integral, que ahora no existe. En ese contexto, es positivo el
mensaje de Keiko Fujimori que ha llamado al gobierno a mantener la vigencia
de los proyectos de infraestructura vitales para el desarrollo, y
desautorizando la propuesta de dos legisladores de su bancada que solicitaron
prisión preventiva para tres ex presidentes, sin que en todos los casos se
tenga previamente la denuncia fiscal y la apertura de instrucción.
La minucia y la
despolitización es otro gran tributo a la impunidad. La única alternativa
válida frente a esta ruta es que, como el año 2001, se recupere un sentido
unitario del Estado en su lucha contra la corrupción.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/843170-el-populismo-anticorrupcion
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“Gracias”, presidente Trump
Marco Sifuentes
Hoy Trump cumple
una semana en la Casa Blanca y todos los temores respecto de su presidencia
se están confirmando a la velocidad de un tuit. Pero hay un aspecto en el que
parecería que tendríamos que darle las gracias, al menos, según nuestra
izquierda: el TPP.
Este acuerdo
multinacional era, para ponerlo en términos llanos, un TLC grupal con 11
países de la cuenca del Pacífico. Las negociaciones venían siendo lideradas,
obviamente, por Estados Unidos, que era el más interesado. Su propósito
geopolítico era evidente: evitar que siga creciendo la influencia de China en
la zona.
Luego de siete
largos años de negociaciones a puertas cerradas, de protestas y tensiones, el
TPP se firmó hace menos de un año y tenía que ser ratificado por la mayoría
de gobiernos. Pero Trump, en la línea de sus medidas proteccionistas, decidió
retirar a EE.UU., con lo que todos esos años de trabajo se esfumaron en
segundos.
¿Esto es bueno
para el Perú? Las protestas de nuestra izquierda no estaban fuera de foco.
Conforme empezaron a proliferar en los últimos lustros, los acuerdos
multilaterales cada vez tienen que ver menos con el libre comercio y mucho
más con asegurar la posición de dominio de determinados monopolios. El nombre
del juego es “propiedad intelectual” y aquí Verónika Mendoza acertó, por
ejemplo, en los peligros que el TPP representaba para los precios de las
medicinas. Las grandes farmacéuticas norteamericanas introdujeron en el
acuerdo una protección talibana respecto de sus patentes.
Antes de Mendoza,
nuestros activistas digitales locales –que los hay de todas las tiendas
políticas– habían advertido de las cláusulas draconianas del TPP respecto de
la libertad en Internet (el gobierno hubiera podido cerrar preventivamente
una web con una simple acusación de “piratería”, no sería necesaria una
investigación, menos un juez).
Pero hay otra forma
de verlo. En el papel, el TPP no representa una gran pérdida para el Perú, en
la medida en que ya cuenta con acuerdos bilaterales con la mayoría de los 11
países (incluido EE.UU.). Hasta allí, normal. Sin embargo, su defunción sí
tendrá un efecto de carambola: ahora China no tiene competencia, es decir, se
ha quedado sin incentivos para ceder terreno durante las negociaciones de
cualquier futuro acuerdo comercial. Y si Trump sigue en su autodestructiva
marcha antiglobalizadora, el mercado chino nos será más necesario que nunca.
La defunción del
TPP es un verdadero presente griego para los países involucrados. Las duras
condiciones de EE.UU. serán reemplazadas por las aún más duras de China (y,
eventualmente, por las psicodélicas de la America Great Again). Quizás por
eso es que nuestra izquierda no celebró que se haya cumplido, por fin, uno de
los puntos de su plan de gobierno. O quizás solo haya sido el roche de
encontrarse, por un momento, del mismo lado que Trump.
http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/gracias-presidente-trump-marco-sifuentes-noticia-1963648?flsm=1
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Entre la sequía y la lluvia, otra vez la crisis
Santiago Pedraglio
A la lamentable
rutina anual de los huaicos se le debe sumar un asunto estructural, señalado
por Beatriz Salazar, investigadora del Centro Peruano de Estudios Sociales,
en Noticias SER: la vertiente oriental de los Andes, es decir, la sierra y la
Amazonía, “tiene más del 95% del agua dulce disponible del país, pero ahí hay
relativamente poca población”. Por el contrario, “en la vertiente del
Pacífico solo hay un 2% de agua dulce disponible (…), pero ahí se asienta más
del 50% de la población del país”.
El problema de la
escasez estructural de agua en la costa plantea desafíos inmediatos con
relación al tipo de producción que se promueve. Salazar cuestiona los
megaproyectos, porque requieren una gran cantidad de agua y esfuerzos de
trasvase de una a otra vertiente. Finalmente, convierten en insostenible el
recurso agua no solo para la producción sino incluso para cubrir las
necesidades cotidianas de los habitantes.
El efecto de los
desastres naturales tiene que ver no solo con la capacidad destructiva de la
naturaleza, sino también con la ineficacia del Estado peruano –y de la
sociedad– para prevenir situaciones recurrentes.
Es cierto que este
tipo de problemas no los puede resolver gobierno alguno en escasos seis
meses. Pero el Ejecutivo no ha movilizado su capacidad para afrontar un
fenómeno que se veía venir. Llama la atención la falta de iniciativa del
Ministerio de Agricultura. Porque si bien no se pueden controlar los huaicos
–ni las sequías–, debería haber una rápida capacidad para minimizar los
efectos sobre la población, en especial la que tiene menos recursos para
recuperarse.
No deja de llamar
la atención que ante las recientes inundaciones el Ejecutivo haya declarado
en emergencia solo la región Ica, y no Huancavelica o el sur de Ayacucho.
Aunque es probable que el uso de indicadores como la concentración de
cultivos y de población ubique a Ica como la región más afectada, resulta
absurdo que las otras regiones nombradas no se beneficien de una decisión
similar.
http://peru21.pe/opinion/santiago-pedraglio-entre-sequia-y-lluvia-otra-vez-crisis-2268990
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Los huérfanos de la globalización neoliberal
Emir Sader
Era el camino
inevitable, que superaba todo lo que la historia había vivido hasta entonces.
El libre comercio, la apertura de los mercados nacionales, el fin de los
Estados nacionales, la libre circulación de los capitales, la
desterritorialización de las inversiones: en la globalización neoliberal
desembocaba inexorablemente el movimiento histórico de universalización de
las relaciones capitalistas, iniciado hace varios siglos.
Vivíamos ese
momento privilegiado de mercantilización del mundo, frente al cual
desaparecían las alternativas, todas restringidas, nacionales,
anti-mercantiles, desaparecerían las regulaciones que obstaculizaban a la
libre expansión del capital. Países de América Latina habían actuado a
contramano de esa tendencia global irreversible, hasta que en Argentina y en
Brasil se retomaba el camino de la globalización neoliberal y el futuro
volvía a abrirse para esos países.
La elección de
Hillary Clinton venía a coronar ese futuro, con un neoliberalismo renovado,
teniendo a Macri y a Temer como protagonistas. Todo estaba listo para que la
historia de América Latina retomara el camino equivocadamente abandonado por
la vía del populismo. En este momento Hillary Clinton estaría desfilando por
las pasarelas políticas de la región usando su look neoliberal sacado del
closet y celebrada por los gobiernos de Macri y de Temer. Chile había
declarado que el TPP (Acuerdo Transpacífico) era el acuerdo del siglo. México
había jugado todo su destino en el Tratado de Libre Comercio de América del
Norte.
De repente, el
voto de salida de Gran Bretaña de la Unión Europea anunciaba que algo estaba
fuera del orden mundial previsto.
Enseguida, Donald
Trump gana y anula la participación de EE.UU.en el TPP, así como desiste del
Tratado de Libre Comercio con Europa y cuestiona el Tratado con México y
Canadá.
La brújula de los
neoliberales se atasca. El futuro ya no es lo que sería. Justo quienes les
habían vendido ese futuro, lo niegan y vuelven al proteccionismo, que decían
que estaba superado definitivamente. Salen de los acuerdos de libre comercio
que anunciaban que era el destino obligado. Retornan a la defensa de los
empleos dentro del país, cuando explotaban mano de obra barata de afuera como
el camino de mejorar la concurrencia.
Total, el futuro
ya no es lo que fue. Volvió a estar abierto. Lo que se decía que era superado
vuelve con fuerza. Lo que se prometía como el destino inexorable, dejó de
ser.
Los que han atado
su destino a la globalización neoliberal, se quedaron huérfanos. El canciller
José Serra prometía llevar a Brasil al TPP, que ahora no existe más.
Argentina y Brasil trataron de debilitar los espacios de integración
regional, en función del retorno a la subordinación a los EE.UU. Ahora, al
igual que a México, se les cierran las puertas. (A Argentina ya le costó el
amargo cierre de la exportación de limones. A México le cuesta todo:
inversiones, empleos, remesas desde EE.UU.)
No hay destino
obligatorio para la humanidad. El futuro está abierto, será decidido por las
vías que los pueblos decidan, democráticamente. ¿Por qué no Argentina, Brasil
y México, con gobiernos soberanos, deciden próximamente reencauzar sus
políticas externas y ampliar y reforzar los procesos de integración
latinoamericana, estrechamente articulados a los Brics? ¿Por qué no?
http://www.pagina12.com.ar/16034-los-huerfanos-de-la-globalizacion-neoliberal
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Negocio seguro
Luis Davelouis
Imagine que usted
quiere poner un negocio. Imagine que usted es un profesional de la salud y
eso es de lo que sabe. Ahora imagine que descubre un hueco en la cobertura
que ofrecen las aseguradoras más grandes del mercado. Estas no cubren –o lo
hacen de manera insuficiente y con costos elevadísimos– un tipo de enfermedad
que, cuando se presenta, requiere de tratamientos larguísimos y carísimos; o
de intervenciones muy delicadas que no siempre tienen final feliz.
Listo, ya tiene su
nicho y su oportunidad. Ahora toca implementar. ¿Cómo financiar las
necesidades de salud de quienes acepten su propuesta y contraten el seguro
que usted ofrece? Usted sabe que los costos de tratamiento son altísimos y
los períodos pueden ser muy largos y, de hecho, ese es el gancho: una buena
cobertura a un precio muy razonable frente a una competencia desavisada.
Imagine que tiene
algunos problemas. El negocio iría de maravillas si no fuera porque la gente
se enferma más de lo presupuestado y además se muere. Usted empieza a
fallarle a algunos de sus clientes o a encontrarle cinco pies al gato para no
asumir las coberturas pero sabe que tal situación es insostenible. Para
colmo, el organismo del Estado encargado de atender la misma enfermedad
–diseñado para personas con muy bajos recursos y que jamás serían sus
clientes– le juega en contra porque hasta la gente con plata se mete.
Imagine que justo
cuando está por rendirse, llega la luz: lo hacen ministro y usted decide que
de aquí en más ese organismo del Estado será autónomo y su empresa de seguros
trabajará directamente con él. Desde entonces, la gente contrata su seguro
privado, pero la atiende el Estado. Soñar no cuesta nada.
http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-negocio-seguro-2268974
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Recetas para enfrentar a la naturaleza
Augusto Álvarez Rodrich
En estos días en
los que varias zonas del país sufren el embate de la naturaleza por huaycos e
inundaciones que se llevan todo lo que encuentran en el camino, liquidando
patrimonios e ilusiones, vale la pena plantearse si existen soluciones más
estructuradas frente a los mismos desastres que han ocurrido tantas veces en
el pasado y que, peor aún, se sabe que volverán a suceder en el futuro.
Estos fenómenos
atacan hoy a distintas zonas, desde Cerro Azul y Lunahuaná en el sur chico,
hasta Cusco y Huancavelica en la sierra, o Madre de Dios y Ucayali en la
selva.
Esto ocurre no
solo por huaycos e inundaciones, sino con las olas de frío o los terremotos,
todo lo cual no solo destruye patrimonios e infraestructura, sino vidas, y
todo lo cual ocurre en las zonas en las que viven los peruanos más pobres.
La explicación
principal de esta pérdida de vidas, patrimonios familiares e infraestructura
nacional, no son los fenómenos naturales sino, como precisó ayer el editorial
de La República, la falta de una cultura de prevención en todos los sentidos.
Esto implica, por
cierto, no solo la construcción de infraestructura pensada para encarar estos
fenómenos naturales sino, lo que puede ser acaso más importante, crear una
cultura de prevención que sea aceptada por toda la ciudadanía, es decir,
entender que tomar precauciones antes de que ocurra un desastre es una buena
idea, que permite cuidar el patrimonio y no perder vidas de manera tan
absurda.
¿Se puede lograr?
Sí, pero eso demanda, como editorializó ayer este diario, desde una
adaptación a la nueva realidad del clima, hasta un empoderamiento de Defensa
Civil.
Mirando a los
vecinos se puede encontrar ejemplos valiosos. Por ejemplo, cómo Chile ha
conseguido aminorar sustantivamente las consecuencias de los terremotos que
con tanta frecuencia afectan a ese país.
Un informe
reciente publicado en El País plantea que la receta de Chile del éxito contra
los terremotos pasa por la mejora de las normas de construcción, con códigos
que promueven el uso de estructuras más resistentes; el estudio de las
características de los movimientos telúricos; y la educación de los
ciudadanos sobre cómo actuar ante los terremotos.
Como se ve, antes
que confiar tontamente en la suerte, o encomendarse a algún santo, lo más
relevante frente a los desastres naturales es tener una cultura nacional de
prevención y realizar las inversiones requeridas contra los desastres que
sabemos que volverán a ocurrir.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/843171-recetas-para-enfrentar-la-naturaleza
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