Abril en Portugal - Mirko Lauer
Coto privado - Augusto Álvarez Rodrich
Impunidad - Luis Davelouis
Odebrecht: Crónica de una muerte anunciada - J. Luis Guasch
Odebrecht, el huaico peor - César Lévano
Pedro Pablo Toledo Manrique - Pedro Tenorio
Será el llanto y el crujir de dientes (Mateo 13:42) - Nelson Manrique
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Abril en Portugal
Mirko Lauer
Era abril de 1975,
y La Prensa de Lima nos envió, a Raúl Vargas y a mí, a cubrir el primer
aniversario de la revolución de los claveles, en Portugal. Hicimos un equipo
con el Chino Domínguez y el catalán Carlos Trías, y aterrizamos en Lisboa,
donde el clima seguía siendo intensamente celebratorio, en medio de la
elección de una asamblea constituyente.
El plan: seguir el
día a día político, lo cual incluía entrevistar a las principales figuras
políticas. Empezamos con los periodistas pro-revolucionarios, sobre todo los
del diario Expresso. Ellos nos consiguieron citas, o al menos acercamientos
con los hombres de la hora: Álvaro Cunhal, del Partido Comunista, y Mario
Soares, de la Socialdemocracia.
Además nos dimos
tiempo para recorrer el Alentejo, la zona sur donde ya estaba avanzando una
reforma agraria. Pero no encontramos el mismo entusiasmo de las plazas de
Lisboa. Evidentemente la revolución seguía siendo un asunto del centro del
país. Nada parecido a las movilizaciones agrarias que habíamos visto en el
Perú.
A Cunhal no lo
logramos entrevistar, pero obtuvimos unos pases para la tribuna VIP del gran
mitin celebratorio del PC, a pocos metros del líder. Una gigantesca
concentración donde sobrevolaban los helicópteros de los militares
revolucionarios más a la izquierda, liderados por el glamoroso Otelo Saraiva
de Carvalho.
Logramos una cita
con Soares, que luego sería primer ministro del país. Fue un encuentro breve,
pero donde se pudo conversar. A Soares no le gustó nada nuestra posición
velasquista, y nos lo dijo claramente. Después de todo el sentimiento de la
hora era regresar a una democracia civil, y evitar que los militares se
quedaran en el poder.
Soares nos hizo
ver que estábamos más bien descolocados. Sin embargo había militares con
ideas más cercanas a las nuestras. Yo viajaba con el discreto encargo de
invitar a Antonio Rosa Coutiño, conocido como el almirante rojo, al Perú.
Logré llegar hasta donde él y transmitir la invitación, que aceptó. Era
abril.
Cuando Rosa
Coutiño aterrizó en el Perú tuvo la cortesía de preguntar por mí. No sé si
alguien tuvo la cortesía de informarle que yo había sido deportado por el
gobierno de Juan Velasco. Cuando cayó Velasco y yo pude volver al país, el
vicealmirante portugués acababa de caer en una desgracia política terminal.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/840378-abril-en-portugal
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Coto privado
Augusto Álvarez Rodrich
El secuestro del
Apra por parte de un grupo de dirigentes con voluntad y capacidad efectiva de
impedir una elección interna para defender el interés particular de Alan
García, no solo es un escándalo vergonzante sino que plantea el tema de fondo
de si un partido político es un coto privado al servicio exclusivo del
caudillo, o debe ser un espacio democrático donde se decida para el beneficio
de todos sus integrantes mediante votaciones libres.
La cuarta
postergación de una elección en el Apra para definir rumbos y elegir a una
nueva dirigencia en función de los mismos, constituye una maniobra
escandalosa.
El período de los
secretarios generales Jorge del Castillo y Omar Quesada se venció hace casi
tres años, en marzo de 2014. Desde entonces, se ha evadido la elección con
argumentos penosamente absurdos.
La postergación
más reciente fue justificada por el presidente de la comisión política,
Javier Velásquez Quesquén, “por motivos administrativos y económicos”. Y
aprovechó la oportunidad para calificar de “angustiado renovador” a Enrique
Cornejo, el principal impulsador de la elección.
Mauricio Mulder
disparó en la misma dirección: “Enrique Cornejo se desespera demasiado y un
político lo que tiene que hacer es esperar el momento propicio para las
circunstancias y no estar llevando esas cosas siempre a los medios”.
Cornejo, por su
parte, respondió que “los verdaderos angustiados son los que hacen mil y una
tretas para no hacer un congreso partidario con votación universal en el
Apra”, y agrega que “esta cuarta postergación significa una verdadera
traición a lo que la militancia desea. La mayoría de apristas estamos muy
mortificados por lo que está pasando porque el partido está secuestrado”.
Cornejo concluye
que “es más que evidente que Alan García se opone a mi candidatura en el Apra
porque, tal vez, no quiere la renovación”.
Lo evidente es que
Alan García ha hecho la finta de estar en un año sabático en Madrid, pero la
verdad es que él sigue mangoneando en el partido a través de sus dirigentes
allegados con el fin de impedir una elección libre en el Partido Aprista.
Lo cual plantea,
más allá de la frustración que le debe ocasionar al militante aprista la
sensación de vivir en una agrupación secuestrada, la interrogante de cuán
democráticos debieran ser los partidos políticos, así como el papel de la
autoridad electoral para que estos no sean coto privado al servicio exclusivo
de su líder en vez de decidir pensando en el colectivo en su conjunto.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/840383-coto-privado
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Impunidad
Luis Davelouis
Ayer escuché en
RPP al defensor del Pueblo, Walter Gutiérrez, explicando que se debería
trabar embargo sobre los activos de Odebrecht, toda vez que esta empresa ya
reconoció sus delitos. La Fiscalía, sin embargo, espera que la firma pague
US$10 millones (¿ya pagó? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿A quién?) y sea un colaborador
eficaz… pues, eficaz.
Mientras esto
sucede, Odebrecht sigue cobrando peajes, regalías, etc., y ha puesto a la
venta algunos de sus activos más importantes y ya tiene postor. En una sola
operación, Odebrecht levantó US$250 millones y se esperan más, muchos más
millones por la venta de su posición en las concesiones que ganó y en sus
operaciones. El Estado, mientras tanto, parece estar muy contento por haber
conseguido 10 millones y una promesa. De repente está bien: vamos, ni
siquiera han tenido que visitar las oficinas ni mucho menos lacrar material
ni incautar documentos. No han tenido que hacer nada, así que quizás 10
millones es un buen negocio… por ahora.
Considerando que
una parte muy importante del dinero y recursos que se gestionaban para coimas
“pasaban” a través de la oficina de Odebrecht en Lima (¿por qué escogieron
Lima?), es un escándalo que no los toque nadie.
Ahora, Toledo está
frito (pero en el extranjero, qué “conveniente”) y Ollanta Humala está con la
soga al cuello. Las iniciales del último ex presidente aparecen al lado de
una cifra: US$3 millones en un material incautado a Marcelo Odebrecht. Es
solo cuestión de tiempo para que salgan más y más nombres.
Yo que algunos ex
funcionarios, autoridades, estudios de abogados y periodistas, me acogería
hoy mismo al programa de colaboración eficaz. ¿Quién sabe? Por ahí les liga
una rebajita y pueden salir pronto a disfrutar de su platita.
http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-impunidad-2268026
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Odebrecht: Crónica de una muerte anunciada
J. Luis Guasch
El Caso Odebrecht:
¿sorprendente? Quizá. Por su magnitud, sí, pero no debería serlo por su
ocurrencia, pues el contexto en el cual las asociaciones público-privadas
(APP) se han desarrollado (en el Perú y muchos otros países) propiciaba las
oportunidades para prácticas corruptas. Llevo años alertando y escribiendo
sobre este tema y posibilidad, pero poco se hacía al respecto. Parece que
faltaba encontrar el esqueleto en el armario, y había demasiados intereses y
beneficiarios con suficiente poder –y a altos niveles políticos– para
disuadir cualquier ataque frontal.
¿Cómo pudo
ocurrir? La respuesta es clara: el contexto bajo el cual se desarrollaban las
APP lo facilitaba. La lógica de la corrupción es muy lineal por parte del
operador. Lubricaba el sistema para ganar el proyecto en la licitación o
hacía (si el factor de adjudicación era a variable única) una apuesta
temeraria; luego generaría los beneficios y rentas a través de adendas que
modifiquen el contrato, y facilitaría la aprobación y contenido de las
adendas, con la miel de la 'mordida' a los niveles apropiados.
Son dos los
factores que han sido claves para facilitar la corrupción. Uno es que los
proyectos se han lanzado aún crudos, con un mínimo de rigurosidad en los
estudios de prefactibilidad. Eso da pie y justifica la necesidad de adendas.
Y el otro es la extensiva tolerancia por parte de los gobiernos en aceptar
peticiones (frívolas y apropiadas) de adendas por parte de los operadores
privados, así como la “generosidad” en el contenido de la adenda.
Las adendas se
evalúan en una negociación bilateral entre gobierno y operador, con reducida
transparencia y conocimiento por parte de la sociedad civil, y sin pautas
referenciales. Eso es un campo fértil para la corrupción. Raramente un
gobierno ha denegado una petición de adenda si la consecuencia era la
cancelación del proyecto o la resolución del contrato. Solo un 3% de los
proyectos de APP en el mundo se ha cancelado. Eso incita apuestas temerarias,
sustentadas por la expectativa (que devenía en realidad) de la renegociación
de los contratos, generándose rentas sustancialmente mayores a las asignadas
originalmente en los contratos.
La incidencia de
las adendas en el Perú (y en otros países) es abrumadora. En el Perú, cerca
del 80% de las APP se han renegociado, y no una, sino varias veces. El sector
transporte (y carreteras en particular) ha sido el más impactado.
Prácticamente todas las APP en ese sector se han renegociado. De un total de
31 APP en transporte, se han realizado 104 adendas. De las 15 APP en
carreteras, se han otorgado 61 adendas. Sobresale la IIRSA Sur (¡la reina de
la fiesta!) para la cual se han firmado 22 adendas. El impacto fiscal por
proyecto que han generado las adendas es de aproximadamente US$30 millones en
promedio.
Por supuesto que
debe existir un régimen y procedimiento que permita suscribir adendas
apropiadas debido a la larga duración de proyectos de APP, pero bajo un
proceso transparente y colegiado (que incluya al organismo regulador y al
MEF). Actualmente, la incidencia y la rapidez con la que los operadores
solicitan las adendas (varias entre la fecha de adjudicación y la firma del
contrato, y otras muchas a menos de un año de firmado el contrato respectivo)
indican que hay una disfuncionalidad en el sistema y una casi irrelevancia
del contrato y de la matriz de asignación de riesgos, que deberían ser
sacrosantas.
Se habla de trabas
al proceso. Sí, es cierto, pero hay que distinguir entre trabas que deberían
eliminarse, y otras que se mencionan como tal pero que en realidad no lo son,
pues constituyen requerimientos críticos para lanzar el proyecto con un nivel
mínimo de maduración y con las condiciones básicas para que no se genere
sistemáticamente la necesidad de adendas.
El Perú, bajo la
nueva ley de APP, ha mejorado el contexto del sistema, requiriendo ahora unos
niveles mínimos de preparación y rigurosidad en los estudios de preinversión,
y estableciendo filtros y mayor transparencia en la evaluación de las
adendas. Ya veremos. Sí, quedan inquietudes bajo la nueva ley, así como en
las jurisdicciones y directorio de Pro Inversión, pero eso lo dejaré para
otro día.
http://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/cronica-muerte-anunciada-jose-luis-guasch-noticia-1961081
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Odebrecht, el huaico peor
César Lévano
Ayer, junto con la
información de que la Contraloría General de la República examina los
contratos por los cuales la brasileña Odebrecht actuó, en consorcio con
empresas peruanas, a fin de obtener ganancias ilícitas. El criterio es que
todos los miembros de esos consorcios serían responsables y también que
paguen, en consecuencia, las correspondientes reparaciones al Perú.
Una constructora
peruana aparece como la firme socia del negociazo y es, confirmando lo que
era un secreto a voces, el Grupo Graña y Montero.
No existe aún un
estimado estricto del monto birlado al país mediante sobrevaloraciones,
adendas y otras triquiñuelas; pero sin duda ascienden a miles de millones de
dólares, exprimidos –coimas mediante– a lo largo de varios presidentes:
Alberto Fujimori, Alan García, Alejandro Toledo y Ollanta Humala.
En estos días,
huaicos han azotado poblaciones de Huarochirí y Chosica. Son una
manifestación de la naturaleza, que no tiene una contraparte de Estado
previsor.
Pero ninguno de
los huaicos que a lo largo de siglos han azotado al Perú ha causado tantos
daños como la corrupción, también secular. Sin querer, uno llega a la
pregunta de si en el Perú existe un Estado técnico administrativo que cumpla
con servir en algo a los ciudadanos y brindar seguridad al país.
Acá hemos visto
cómo, con el visto bueno y la complicidad de Fujimori y Vladimiro Montesinos,
hubo generales que robaron dinero destinado a la defensa nacional, y
funcionarios que se coludían con el narcotráfico para beneficio de sus
bolsillos y de los gobernantes.
Empresarios que no
invierten, salvo para coimas, no diseñan nuevos empleos y son parásitos de la
economía. Negociantes que se asocian con el Estado, que no asumen riesgo y se
llevan la plata fácil, sabiendo que ellos se embolsan las ganancias y el
Estado, los peligros y las pérdidas. Mineros que casi no pagan impuestos,
pesqueros que tributan minucias, evaden multas y depredan costas destinadas a
los pescadores artesanales, los cuales sirven al consumo humano directo: Todo
eso, ¿configura un Estado?
Odebrecht no solo
es el peor huaico que padecemos. Es una exhibición en vitrina de lo que son
la moral y la eficiencia en un Estado de capitalismo dependiente manejado por
una casta podrida y sin amor al Perú, que sirve al amo extranjero. Debemos
reconocer que no solo ellos tienen la culpa. Los responsables son los
peruanos que los eligen y los toleran.
http://diariouno.pe/columna/odebrecht-el-huaico-peor/
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Pedro Pablo Toledo Manrique
Pedro Tenorio
Pedro Pablo
Kuczynski Godard y Alejandro Toledo Manrique son dos presidentes que han
terminado pareciéndose mucho. Dos economistas con “partidos” que no son más
que registros en papel donde los incondicionales son sus favoritos. Dos
mandatarios que derrotaron al fujimorismo, pero sin una representación
parlamentaria para gobernar sin sobresaltos. Toledo logró su mayoría
sometiéndose a los caprichos de Fernando Olivera. PPK, como sabemos, no tiene
ni eso, dada la abrumadora presencia fujimorista en el Congreso. Está
obligado a negociar con diversas fuerzas, pero no lo hace. Y si acaso lo
intenta, la situación lo desborda, como ocurrió cuando se reunió con Keiko
Fujimori en casa del cardenal Juan Luis Cipriani. Luego de los resultados de
las encuestas de Ipsos y Datum aparecidas el fin de semana, su proyección es
incierta.
PPK fue hábil como
Toledo reuniendo un contingente interesante de ministros y altos
funcionarios. Al líder de Perú Posible sus errores políticos le pasaron
factura, aunque sus aliados le permitieron superar –raspando– las crisis de
su administración. Kuczynski necesita convencer al país de que es él quien
está a cargo, pero no lo consigue. Apenas viaja al interior (por lo general
va y vuelve el mismo día) y habla sin prepararse sobre ciertas materias. Lo
que explica en parte la situación que afronta (la desaprobación –45%, según
Ipsos– ha superado a la aprobación presidencial –43%– en solo ¡seis meses!) y
lo pone a la par de Toledo. PPK dice y se desdice permanentemente... Y en
cuanto a gestos políticos relevantes, no exhibe ninguno.
Sin una estrategia
que lo reposicione como articulador de la recuperación económica mientras sus
ministros atacan eficazmente los problemas en seguridad, salud, educación y
otros temas claves, PPK es percibido débil y con pocas ideas. Que el Gobierno
aprovechó la delegación de facultades para impulsar cambios necesarios, bien;
pero el presidente necesita comunicar más. Siempre ha sido visto como un
hombre de negocios y un gran lobbista (no lo dicen los “opinólogos”, sino la
encuesta del poder de “Semana Económica” del 2015, ojo), por lo que urge
priorizar temas que lo acerquen a la gente.
La debilidad
política y la indiferencia ciudadana –a la que podría arribar en breve– son
el peor escenario para un presidente sin bancada que lo ‘banque’ y a quien le
salpica el escándalo Lava Jato en el país (no tanto como a Toledo, que se
sepa. Pero de que le salpica, le salpica). Pésimo escenario para empezar el
año. Sin embargo, fue la desidia política de PPK y compañía la que lo ha
llevado a este predicamento incierto. Que actúe, pero ya.
http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/pedro-pablo-toledo-manrique-pedro-tenorio-noticia-1961094
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Será el llanto y el crujir de dientes (Mateo 13:42)
Nelson Manrique
En el alzamiento
provocado por la instalación del peaje en Puente Piedra todo un pueblo se ha
unido contra la elevación del precio del transporte público. Es notable el
salto operado en la conciencia de los vecinos, desde la respuesta al golpe a
su economía hasta apuntar al fondo de la cuestión: los arreglos turbios de la
Municipalidad de Lima, que no solo ha regalado a Odebrecht el 4% de los
ingresos del peaje que correspondían al municipio y le ha extendido la
concesión de 30 a 33 años, sino le ha permitido instalar el peaje sin haber
concluido previamente las obras a las que estaba obligada por el contrato
vigente.
Derrotar a la
corrupción no va a ser un camino fácil. Como lo ha señalado Verónika Mendoza,
solo la vigilancia ciudadana logrará que se haga justicia. Más allá de los
datos que aporten los reos brasileños será necesario reconstruir una compleja
trama de complicidades entre empresas, políticos y medios de comunicación que
entorpecerán la investigación, apoyados por un sistema judicial
desprestigiado y penetrado por la corrupción.
Un par de ejemplos
para ilustrar la magnitud del desafío. La empresa Graña y Montero aparece
reiteradamente como socia privilegiada de las constructoras brasileñas. Graña
y Montero es una de las propietarias del grupo editorial más importante del
país, El Comercio, que controla el 80% de la prensa escrita y dos importantes
canales de televisión, Canal N y América TV. Dispone así de recursos
privilegiados para modelar la opinión pública. G&M tiene además enlaces
con la élite política. El fujimorista José Chlimper, candidato a la
vicepresidencia en la plancha de Keiko Fujimori, Secretario General de su
partido y protagonista del escándalo de la manipulación de un audio para
cubrir al financista de Keiko, Joaquín Ramírez, ha sido director de Graña y
Montero entre el 2006 y el 2015.
Por el lado del
oficialismo hay también bastante por investigar, más allá de las
responsabilidades funcionales de PPK como ministro de economía y premier del
gobierno de Alejandro Toledo, con participación en la gestación de la
Carretera Interoceánica. Los testigos de Lava Jato coinciden en señalar al
brasileño Jorge Barata como el hombre clave en el reparto de sobornos en el
Perú. Pedro Pablo Kuczynski fundó la ONG Asociación Empresarial para el
Desarrollo Rural, de la cual fue presidente, el 2007, luego de dejar sus
cargos en el gobierno de Toledo. Al año siguiente PPK pasó a ocupar el cargo
de vicepresidente y Jorge Barata fue nombrado director. El presidente del
directorio de la constructora Graña y Montero, José Graña Miro Quesada, socio
de la constructora Odebrecht, fue también nombrado por PPK como director de
su ONG (http://bit.ly/2iBInao).
Los elementos
señalados no constituyen pruebas, sino indicios que ameritan una
investigación a fondo, que incluya a todos los que tuvieron alguna relación
con las empresas involucradas en la corrupción, incluyendo a los gobiernos
regionales y a las administraciones ediles de Luis Castañeda y Susana
Villarán.
Hay en marcha una
campaña en las redes sociales, con eco en algunos medios de comunicación, que
pretende involucrar a la izquierda partiendo de la presunta participación de
Susana Villarán en arreglos turbios con Odebrecht. Hay dos precisiones que
hacer. En primer lugar, la exalcaldesa ha manifestado su voluntad de
colaborar con todas las investigaciones que requieran su participación, para
probar su inocencia. En segundo lugar, las relaciones entre Susana Villarán y
la izquierda terminaron hace tiempo. Ella ganó las elecciones el 2010 con el
apoyo de organizaciones izquierdistas con las cuales rompió apenas asumió la
alcaldía. Fue apoyada nuevamente por la izquierda cuando la coalición de Luis
Castañeda, Alan García y las mafias de transportistas y de los mercados
pretendieron vacarla. Villarán correspondió a ese apoyo aliándose con
Alejandro Toledo cuando postuló a la segunda reelección. Y dio el paso
definitivo fuera de la izquierda cuando decidió participar en las últimas
elecciones como integrante de la plancha presidencial de Daniel Urresti, un
militar –al que ella declaró inocente– enjuiciado por el asesinato del
periodista Hugo Bustíos y por la violación de Isabel Rodríguez Chipana, una
testigo que lo reconoció cuando lo vio como ministro de Ollanta Humala
(http://bit.ly/2jQKRiX). Susana Villarán no acogió las invocaciones de los
familiares de las víctimas y de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, de
la que una vez fue presidenta. No concibo ninguna variante de izquierdismo
(llámese moderna, posmoderna, o como sea) compatible con semejante opción. Al
César lo que es del César.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/840381-sera-el-llanto-y-el-crujir-de-dientes-mateo-1342
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