martes, 17 de enero de 2017

OPINIONES 17/01/2017


Abril en Portugal - Mirko Lauer
Coto privado - Augusto Álvarez Rodrich
Impunidad - Luis Davelouis
Odebrecht: Crónica de una muerte anunciada - J. Luis Guasch
Odebrecht, el huaico peor - César Lévano
Pedro Pablo Toledo Manrique - Pedro Tenorio
Será el llanto y el crujir de dientes (Mateo 13:42) - Nelson Manrique
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Abril en Portugal

Mirko Lauer


Era abril de 1975, y La Prensa de Lima nos envió, a Raúl Vargas y a mí, a cubrir el primer aniversario de la revolución de los claveles, en Portugal. Hicimos un equipo con el Chino Domínguez y el catalán Carlos Trías, y aterrizamos en Lisboa, donde el clima seguía siendo intensamente celebratorio, en medio de la elección de una asamblea constituyente.

El plan: seguir el día a día político, lo cual incluía entrevistar a las principales figuras políticas. Empezamos con los periodistas pro-revolucionarios, sobre todo los del diario Expresso. Ellos nos consiguieron citas, o al menos acercamientos con los hombres de la hora: Álvaro Cunhal, del Partido Comunista, y Mario Soares, de la Socialdemocracia.

Además nos dimos tiempo para recorrer el Alentejo, la zona sur donde ya estaba avanzando una reforma agraria. Pero no encontramos el mismo entusiasmo de las plazas de Lisboa. Evidentemente la revolución seguía siendo un asunto del centro del país. Nada parecido a las movilizaciones agrarias que habíamos visto en el Perú.

A Cunhal no lo logramos entrevistar, pero obtuvimos unos pases para la tribuna VIP del gran mitin celebratorio del PC, a pocos metros del líder. Una gigantesca concentración donde sobrevolaban los helicópteros de los militares revolucionarios más a la izquierda, liderados por el glamoroso Otelo Saraiva de Carvalho.

Logramos una cita con Soares, que luego sería primer ministro del país. Fue un encuentro breve, pero donde se pudo conversar. A Soares no le gustó nada nuestra posición velasquista, y nos lo dijo claramente. Después de todo el sentimiento de la hora era regresar a una democracia civil, y evitar que los militares se quedaran en el poder.

Soares nos hizo ver que estábamos más bien descolocados. Sin embargo había militares con ideas más cercanas a las nuestras. Yo viajaba con el discreto encargo de invitar a Antonio Rosa Coutiño, conocido como el almirante rojo, al Perú. Logré llegar hasta donde él y transmitir la invitación, que aceptó. Era abril.

Cuando Rosa Coutiño aterrizó en el Perú tuvo la cortesía de preguntar por mí. No sé si alguien tuvo la cortesía de informarle que yo había sido deportado por el gobierno de Juan Velasco. Cuando cayó Velasco y yo pude volver al país, el vicealmirante portugués acababa de caer en una desgracia política terminal.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/840378-abril-en-portugal


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Coto privado

Augusto Álvarez Rodrich


El secuestro del Apra por parte de un grupo de dirigentes con voluntad y capacidad efectiva de impedir una elección interna para defender el interés particular de Alan García, no solo es un escándalo vergonzante sino que plantea el tema de fondo de si un partido político es un coto privado al servicio exclusivo del caudillo, o debe ser un espacio democrático donde se decida para el beneficio de todos sus integrantes mediante votaciones libres.

La cuarta postergación de una elección en el Apra para definir rumbos y elegir a una nueva dirigencia en función de los mismos, constituye una maniobra escandalosa.

El período de los secretarios generales Jorge del Castillo y Omar Quesada se venció hace casi tres años, en marzo de 2014. Desde entonces, se ha evadido la elección con argumentos penosamente absurdos.

La postergación más reciente fue justificada por el presidente de la comisión política, Javier Velásquez Quesquén, “por motivos administrativos y económicos”. Y aprovechó la oportunidad para calificar de “angustiado renovador” a Enrique Cornejo, el principal impulsador de la elección.

Mauricio Mulder disparó en la misma dirección: “Enrique Cornejo se desespera demasiado y un político lo que tiene que hacer es esperar el momento propicio para las circunstancias y no estar llevando esas cosas siempre a los medios”.

Cornejo, por su parte, respondió que “los verdaderos angustiados son los que hacen mil y una tretas para no hacer un congreso partidario con votación universal en el Apra”, y agrega que “esta cuarta postergación significa una verdadera traición a lo que la militancia desea. La mayoría de apristas estamos muy mortificados por lo que está pasando porque el partido está secuestrado”.

Cornejo concluye que “es más que evidente que Alan García se opone a mi candidatura en el Apra porque, tal vez, no quiere la renovación”.

Lo evidente es que Alan García ha hecho la finta de estar en un año sabático en Madrid, pero la verdad es que él sigue mangoneando en el partido a través de sus dirigentes allegados con el fin de impedir una elección libre en el Partido Aprista.

Lo cual plantea, más allá de la frustración que le debe ocasionar al militante aprista la sensación de vivir en una agrupación secuestrada, la interrogante de cuán democráticos debieran ser los partidos políticos, así como el papel de la autoridad electoral para que estos no sean coto privado al servicio exclusivo de su líder en vez de decidir pensando en el colectivo en su conjunto.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/840383-coto-privado



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Impunidad

Luis Davelouis


Ayer escuché en RPP al defensor del Pueblo, Walter Gutiérrez, explicando que se debería trabar embargo sobre los activos de Odebrecht, toda vez que esta empresa ya reconoció sus delitos. La Fiscalía, sin embargo, espera que la firma pague US$10 millones (¿ya pagó? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿A quién?) y sea un colaborador eficaz… pues, eficaz.

Mientras esto sucede, Odebrecht sigue cobrando peajes, regalías, etc., y ha puesto a la venta algunos de sus activos más importantes y ya tiene postor. En una sola operación, Odebrecht levantó US$250 millones y se esperan más, muchos más millones por la venta de su posición en las concesiones que ganó y en sus operaciones. El Estado, mientras tanto, parece estar muy contento por haber conseguido 10 millones y una promesa. De repente está bien: vamos, ni siquiera han tenido que visitar las oficinas ni mucho menos lacrar material ni incautar documentos. No han tenido que hacer nada, así que quizás 10 millones es un buen negocio… por ahora.

Considerando que una parte muy importante del dinero y recursos que se gestionaban para coimas “pasaban” a través de la oficina de Odebrecht en Lima (¿por qué escogieron Lima?), es un escándalo que no los toque nadie.

Ahora, Toledo está frito (pero en el extranjero, qué “conveniente”) y Ollanta Humala está con la soga al cuello. Las iniciales del último ex presidente aparecen al lado de una cifra: US$3 millones en un material incautado a Marcelo Odebrecht. Es solo cuestión de tiempo para que salgan más y más nombres.

Yo que algunos ex funcionarios, autoridades, estudios de abogados y periodistas, me acogería hoy mismo al programa de colaboración eficaz. ¿Quién sabe? Por ahí les liga una rebajita y pueden salir pronto a disfrutar de su platita.


http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-impunidad-2268026



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Odebrecht: Crónica de una muerte anunciada

J. Luis Guasch



El Caso Odebrecht: ¿sorprendente? Quizá. Por su magnitud, sí, pero no debería serlo por su ocurrencia, pues el contexto en el cual las asociaciones público-privadas (APP) se han desarrollado (en el Perú y muchos otros países) propiciaba las oportunidades para prácticas corruptas. Llevo años alertando y escribiendo sobre este tema y posibilidad, pero poco se hacía al respecto. Parece que faltaba encontrar el esqueleto en el armario, y había demasiados intereses y beneficiarios con suficiente poder –y a altos niveles políticos– para disuadir cualquier ataque frontal.

¿Cómo pudo ocurrir? La respuesta es clara: el contexto bajo el cual se desarrollaban las APP lo facilitaba. La lógica de la corrupción es muy lineal por parte del operador. Lubricaba el sistema para ganar el proyecto en la licitación o hacía (si el factor de adjudicación era a variable única) una apuesta temeraria; luego generaría los beneficios y rentas a través de adendas que modifiquen el contrato, y facilitaría la aprobación y contenido de las adendas, con la miel de la 'mordida' a los niveles apropiados.

Son dos los factores que han sido claves para facilitar la corrupción. Uno es que los proyectos se han lanzado aún crudos, con un mínimo de rigurosidad en los estudios de prefactibilidad. Eso da pie y justifica la necesidad de adendas. Y el otro es la extensiva tolerancia por parte de los gobiernos en aceptar peticiones (frívolas y apropiadas) de adendas por parte de los operadores privados, así como la “generosidad” en el contenido de la adenda. 

Las adendas se evalúan en una negociación bilateral entre gobierno y operador, con reducida transparencia y conocimiento por parte de la sociedad civil, y sin pautas referenciales. Eso es un campo fértil para la corrupción. Raramente un gobierno ha denegado una petición de adenda si la consecuencia era la cancelación del proyecto o la resolución del contrato. Solo un 3% de los proyectos de APP en el mundo se ha cancelado. Eso incita apuestas temerarias, sustentadas por la expectativa (que devenía en realidad) de la renegociación de los contratos, generándose rentas sustancialmente mayores a las asignadas originalmente en los contratos.

La incidencia de las adendas en el Perú (y en otros países) es abrumadora. En el Perú, cerca del 80% de las APP se han renegociado, y no una, sino varias veces. El sector transporte (y carreteras en particular) ha sido el más impactado. Prácticamente todas las APP en ese sector se han renegociado. De un total de 31 APP en transporte, se han realizado 104 adendas. De las 15 APP en carreteras, se han otorgado 61 adendas. Sobresale la IIRSA Sur (¡la reina de la fiesta!) para la cual se han firmado 22 adendas. El impacto fiscal por proyecto que han generado las adendas es de aproximadamente US$30 millones en promedio.

Por supuesto que debe existir un régimen y procedimiento que permita suscribir adendas apropiadas debido a la larga duración de proyectos de APP, pero bajo un proceso transparente y colegiado (que incluya al organismo regulador y al MEF). Actualmente, la incidencia y la rapidez con la que los operadores solicitan las adendas (varias entre la fecha de adjudicación y la firma del contrato, y otras muchas a menos de un año de firmado el contrato respectivo) indican que hay una disfuncionalidad en el sistema y una casi irrelevancia del contrato y de la matriz de asignación de riesgos, que deberían ser sacrosantas.

Se habla de trabas al proceso. Sí, es cierto, pero hay que distinguir entre trabas que deberían eliminarse, y otras que se mencionan como tal pero que en realidad no lo son, pues constituyen requerimientos críticos para lanzar el proyecto con un nivel mínimo de maduración y con las condiciones básicas para que no se genere sistemáticamente la necesidad de adendas.

El Perú, bajo la nueva ley de APP, ha mejorado el contexto del sistema, requiriendo ahora unos niveles mínimos de preparación y rigurosidad en los estudios de preinversión, y estableciendo filtros y mayor transparencia en la evaluación de las adendas. Ya veremos. Sí, quedan inquietudes bajo la nueva ley, así como en las jurisdicciones y directorio de Pro Inversión, pero eso lo dejaré para otro día.


http://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/cronica-muerte-anunciada-jose-luis-guasch-noticia-1961081


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Odebrecht, el huaico peor

César Lévano


Ayer, junto con la información de que la Contraloría General de la República examina los contratos por los cuales la brasileña Odebrecht actuó, en consorcio con empresas peruanas, a fin de obtener ganancias ilícitas. El criterio es que todos los miembros de esos consorcios serían responsables y también que paguen, en consecuencia, las correspondientes reparaciones al Perú.

Una constructora peruana aparece como la firme socia del negociazo y es, confirmando lo que era un secreto a voces, el Grupo Graña y Montero.

No existe aún un estimado estricto del monto birlado al país mediante sobrevaloraciones, adendas y otras triquiñuelas; pero sin duda ascienden a miles de millones de dólares, exprimidos –coimas mediante– a lo largo de varios presidentes: Alberto Fujimori, Alan García, Alejandro Toledo y Ollanta Humala.

En estos días, huaicos han azotado poblaciones de Huarochirí y Chosica. Son una manifestación de la naturaleza, que no tiene una contraparte de Estado previsor.

Pero ninguno de los huaicos que a lo largo de siglos han azotado al Perú ha causado tantos daños como la corrupción, también secular. Sin querer, uno llega a la pregunta de si en el Perú existe un Estado técnico administrativo que cumpla con servir en algo a los ciudadanos y brindar seguridad al país.

Acá hemos visto cómo, con el visto bueno y la complicidad de Fujimori y Vladimiro Montesinos, hubo generales que robaron dinero destinado a la defensa nacional, y funcionarios que se coludían con el narcotráfico para beneficio de sus bolsillos y de los gobernantes.

Empresarios que no invierten, salvo para coimas, no diseñan nuevos empleos y son parásitos de la economía. Negociantes que se asocian con el Estado, que no asumen riesgo y se llevan la plata fácil, sabiendo que ellos se embolsan las ganancias y el Estado, los peligros y las pérdidas. Mineros que casi no pagan impuestos, pesqueros que tributan minucias, evaden multas y depredan costas destinadas a los pescadores artesanales, los cuales sirven al consumo humano directo: Todo eso, ¿configura un Estado?

Odebrecht no solo es el peor huaico que padecemos. Es una exhibición en vitrina de lo que son la moral y la eficiencia en un Estado de capitalismo dependiente manejado por una casta podrida y sin amor al Perú, que sirve al amo extranjero. Debemos reconocer que no solo ellos tienen la culpa. Los responsables son los peruanos que los eligen y los toleran.



http://diariouno.pe/columna/odebrecht-el-huaico-peor/



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Pedro Pablo Toledo Manrique

Pedro Tenorio


Pedro Pablo Kuczynski Godard y Alejandro Toledo Manrique son dos presidentes que han terminado pareciéndose mucho. Dos economistas con “partidos” que no son más que registros en papel donde los incondicionales son sus favoritos. Dos mandatarios que derrotaron al fujimorismo, pero sin una representación parlamentaria para gobernar sin sobresaltos. Toledo logró su mayoría sometiéndose a los caprichos de Fernando Olivera. PPK, como sabemos, no tiene ni eso, dada la abrumadora presencia fujimorista en el Congreso. Está obligado a negociar con diversas fuerzas, pero no lo hace. Y si acaso lo intenta, la situación lo desborda, como ocurrió cuando se reunió con Keiko Fujimori en casa del cardenal Juan Luis Cipriani. Luego de los resultados de las encuestas de Ipsos y Datum aparecidas el fin de semana, su proyección es incierta.

PPK fue hábil como Toledo reuniendo un contingente interesante de ministros y altos funcionarios. Al líder de Perú Posible sus errores políticos le pasaron factura, aunque sus aliados le permitieron superar –raspando– las crisis de su administración. Kuczynski necesita convencer al país de que es él quien está a cargo, pero no lo consigue. Apenas viaja al interior (por lo general va y vuelve el mismo día) y habla sin prepararse sobre ciertas materias. Lo que explica en parte la situación que afronta (la desaprobación –45%, según Ipsos– ha superado a la aprobación presidencial –43%– en solo ¡seis meses!) y lo pone a la par de Toledo. PPK dice y se desdice permanentemente... Y en cuanto a gestos políticos relevantes, no exhibe ninguno.

Sin una estrategia que lo reposicione como articulador de la recuperación económica mientras sus ministros atacan eficazmente los problemas en seguridad, salud, educación y otros temas claves, PPK es percibido débil y con pocas ideas. Que el Gobierno aprovechó la delegación de facultades para impulsar cambios necesarios, bien; pero el presidente necesita comunicar más. Siempre ha sido visto como un hombre de negocios y un gran lobbista (no lo dicen los “opinólogos”, sino la encuesta del poder de “Semana Económica” del 2015, ojo), por lo que urge priorizar temas que lo acerquen a la gente.

La debilidad política y la indiferencia ciudadana –a la que podría arribar en breve– son el peor escenario para un presidente sin bancada que lo ‘banque’ y a quien le salpica el escándalo Lava Jato en el país (no tanto como a Toledo, que se sepa. Pero de que le salpica, le salpica). Pésimo escenario para empezar el año. Sin embargo, fue la desidia política de PPK y compañía la que lo ha llevado a este predicamento incierto. Que actúe, pero ya.


http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/pedro-pablo-toledo-manrique-pedro-tenorio-noticia-1961094


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Será el llanto y el crujir de dientes (Mateo 13:42)

Nelson Manrique


En el alzamiento provocado por la instalación del peaje en Puente Piedra todo un pueblo se ha unido contra la elevación del precio del transporte público. Es notable el salto operado en la conciencia de los vecinos, desde la respuesta al golpe a su economía hasta apuntar al fondo de la cuestión: los arreglos turbios de la Municipalidad de Lima, que no solo ha regalado a Odebrecht el 4% de los ingresos del peaje que correspondían al municipio y le ha extendido la concesión de 30 a 33 años, sino le ha permitido instalar el peaje sin haber concluido previamente las obras a las que estaba obligada por el contrato vigente.

Derrotar a la corrupción no va a ser un camino fácil. Como lo ha señalado Verónika Mendoza, solo la vigilancia ciudadana logrará que se haga justicia. Más allá de los datos que aporten los reos brasileños será necesario reconstruir una compleja trama de complicidades entre empresas, políticos y medios de comunicación que entorpecerán la investigación, apoyados por un sistema judicial desprestigiado y penetrado por la corrupción.

Un par de ejemplos para ilustrar la magnitud del desafío. La empresa Graña y Montero aparece reiteradamente como socia privilegiada de las constructoras brasileñas. Graña y Montero es una de las propietarias del grupo editorial más importante del país, El Comercio, que controla el 80% de la prensa escrita y dos importantes canales de televisión, Canal N y América TV. Dispone así de recursos privilegiados para modelar la opinión pública. G&M tiene además enlaces con la élite política. El fujimorista José Chlimper, candidato a la vicepresidencia en la plancha de Keiko Fujimori, Secretario General de su partido y protagonista del escándalo de la manipulación de un audio para cubrir al financista de Keiko, Joaquín Ramírez, ha sido director de Graña y Montero entre el 2006 y el 2015.

Por el lado del oficialismo hay también bastante por investigar, más allá de las responsabilidades funcionales de PPK como ministro de economía y premier del gobierno de Alejandro Toledo, con participación en la gestación de la Carretera Interoceánica. Los testigos de Lava Jato coinciden en señalar al brasileño Jorge Barata como el hombre clave en el reparto de sobornos en el Perú. Pedro Pablo Kuczynski fundó la ONG Asociación Empresarial para el Desarrollo Rural, de la cual fue presidente, el 2007, luego de dejar sus cargos en el gobierno de Toledo. Al año siguiente PPK pasó a ocupar el cargo de vicepresidente y Jorge Barata fue nombrado director. El presidente del directorio de la constructora Graña y Montero, José Graña Miro Quesada, socio de la constructora Odebrecht, fue también nombrado por PPK como director de su ONG (http://bit.ly/2iBInao).

Los elementos señalados no constituyen pruebas, sino indicios que ameritan una investigación a fondo, que incluya a todos los que tuvieron alguna relación con las empresas involucradas en la corrupción, incluyendo a los gobiernos regionales y a las administraciones ediles de Luis Castañeda y Susana Villarán.

Hay en marcha una campaña en las redes sociales, con eco en algunos medios de comunicación, que pretende involucrar a la izquierda partiendo de la presunta participación de Susana Villarán en arreglos turbios con Odebrecht. Hay dos precisiones que hacer. En primer lugar, la exalcaldesa ha manifestado su voluntad de colaborar con todas las investigaciones que requieran su participación, para probar su inocencia. En segundo lugar, las relaciones entre Susana Villarán y la izquierda terminaron hace tiempo. Ella ganó las elecciones el 2010 con el apoyo de organizaciones izquierdistas con las cuales rompió apenas asumió la alcaldía. Fue apoyada nuevamente por la izquierda cuando la coalición de Luis Castañeda, Alan García y las mafias de transportistas y de los mercados pretendieron vacarla. Villarán correspondió a ese apoyo aliándose con Alejandro Toledo cuando postuló a la segunda reelección. Y dio el paso definitivo fuera de la izquierda cuando decidió participar en las últimas elecciones como integrante de la plancha presidencial de Daniel Urresti, un militar –al que ella declaró inocente– enjuiciado por el asesinato del periodista Hugo Bustíos y por la violación de Isabel Rodríguez Chipana, una testigo que lo reconoció cuando lo vio como ministro de Ollanta Humala (http://bit.ly/2jQKRiX). Susana Villarán no acogió las invocaciones de los familiares de las víctimas y de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, de la que una vez fue presidenta. No concibo ninguna variante de izquierdismo (llámese moderna, posmoderna, o como sea) compatible con semejante opción. Al César lo que es del César.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/840381-sera-el-llanto-y-el-crujir-de-dientes-mateo-1342


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