domingo, 15 de enero de 2017

OPINIONES 15/01/2017

Antuca y Moisés - Eduardo González Viaña
#ConMisHijosNoTeMetas: Fundamentalismo evangélico en acción - Carlos Alonso Bedoya
Corrupción. Estamos perdiendo la batalla - Rodrigo Montoya Rojas
Desaprobaditos los dos - Mirko Lauer
Desconcierto y cero resultados - Rosa María Palacios
La renegociación de los contratos - Aníbal Sierralta Ríos
Las proximidades del abismo - Guillermo Giacosa
No más Puente Piedra - Alan Fairlie
¿Qué deparará el 2017 en materia laboral? (se prenden las alarmas) - Enrique Fernández-Maldonado Mujica
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Antuca y Moisés

Eduardo González Viaña


En pleno conflicto bélico entre el Perú y Ecuador y durante la batalla de Zarumilla (julio de 1941), se produjeron diversos actos heroicos. Uno de ellos fue la toma peruana del Puesto de Casitas.

Ese punto estratégico parecía muy difícil de capturar. La artillería del país del norte se había concentrado allí y era un obstáculo insalvable que ya había causado cuantiosas bajas entre los peruanos. Como se sabe, la batalla duró 8 días sin fin.

Cada mañana era anunciada por el tableteo certero de esas ametralladoras y de un cañón del Ecuador. Diversos intentos de acallar las ráfagas de la muerte habían sido intentados desde los flancos laterales, pero ninguno había tenido éxito.

En esas circunstancias, un joven oficial peruano se decidió al todo por el todo. Esperó a tener el sol en la espalda y se lanzó corriendo hacia el enemigo. Nadie podía imaginarlo ni preverlo. Los artilleros ecuatorianos disparaban contra el inesperado agresor, pero la luz solar los cegaba y no daban con él. A pocos metros de distancia, el subteniente Moisés Díaz Cabrejo se detuvo y rodilla en el suelo, comenzó a disparar.

Dos ametralladoras cedieron. La otra continuaba infatigable. Entonces, Moisés que medía cerca un poco más de un metro noventa corrió de nuevo y de un salto se puso tras del cañón. En pocos momentos, había conseguido silenciarlo. El resto de los peruanos logró avanzar y poco después estaba tomado el puesto de Casitas.

Me lo relató el propio héroe hará diez años en Salem, Oregon. Creo que fue un año antes de que él falleciera, y lo cuento en este momento porque, hace pocas horas, se ha producido el deceso, a los 95 años, Antuca, su compañera de toda la vida.

En Zarumilla no terminó la batalla de Moisés. Herido seriamente tuvo que pasar varios meses en el hospital de Talara peleando por su vida. Una noche en que los dolores parecían haber cesado, se preguntó si eso significaba que tal vez ya estaba muerto.

Esa sensación creció cuando en las honduras de la noche escuchó la dulce voz femenina que cantaba en el jardín del nosocomio.

—Estoy muerto -se dijo el soldado- y algún ángel me está dando la bienvenida en el cielo.

Todavía le quedaban muchos años en este valle de lágrimas. A tientas, logró acercarse a la ventana y abrir los visillos. A través de ellos, pudo divisar el uniforme blanco y la silueta delgada de una joven enfermera voluntaria llamada Antuca Horna Aguinaga.

El resto no es necesario de ser contado. Semanas después y todavía cojeando Moisés contrajo matrimonio con la chica y, luego de toda una vida juntos, han sido padres de Efraín, Carlos Alberto, Nena, María Antonieta, Willy y Liliana. Supongo que ahora deben de estar celebrando bodas de titanio o de brillantes en algún lugar del universo.

Los conocí en casa de mi fraternal amigo Efraín, pintor y poeta, que es el peruano más antiguo de Oregon, y estoy contando esta historia porque, en medio de tantas noticias enojosas de la vida peruana de hoy, es preciso recordar a los mejores de nuestros compatriotas.

La Procuradoríaha pedido que unos ochenta funcionarios, tres ex presidentes y el actual mandatario sean llamados a responder sobre el repulsivo caso Oderbrecht, y uno de ellos ha tenido incluso el descaro de erigir para memoria suya un ídolo de plástico sobre el morro de Chorrillos…

Y sin embargo, ellos no son todos los peruanos. También hay gente como el héroe Moisés o como la dulce Antuca quien acaba de dormirse para siempre en una modesta urbanización militar. Si los lectores guardan los periódicos y cierran por un instante los ojos tal vez podrán escuchar su canto…porque todavía no hace mucho rato desde que ella se ha marchado.


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#ConMisHijosNoTeMetas: Fundamentalismo evangélico en acción

Carlos Alonso Bedoya



Quienes están tras esta campaña extremista consideran a la educación sexual integral como una obra del demonio.

Plantones frente al ministerio de Educación, paneles en varias avenidas y actos públicos a escala nacional, nos vienen advirtiendo desde noviembre pasado sobre una “ideología de género” infiltrada en el currículo nacional, que va a convertir a los escolares peruanos en travestis y homosexuales.

Se trata de la campaña #ConMisHijosNoTeMetas, muy activa en los últimos días y que apunta a una educación moralista intolerante a la disidencia sexual y de género. Su primera meta es una movilización masiva el 4 de marzo (inicio de clases) que supere a la multitudinaria marcha del #NiUnaMenos del 13 de agosto del 2016. Sin duda una contramanifestación conservadora.

Los organizadores de la campaña han querido dar la imagen de ser docentes y padres de familia preocupados por la formación en sexualidad de sus hijos. Sin embargo, no han podido evitar mostrarse como lo que en realidad son: líderes de las denominaciones cristianas evangélicas más extremistas y fundamentalistas que hay en el Perú, articuladas desde el 2011 en la Coordinadora Nacional Pro Familia (Conapfam).

¿QUIÉNES SON?

Agua Viva de la excongresista Mirta Hornung; el Movimiento Misionero Mundial (MMM) del Rv. Rodolfo Gonzáles, propietario también de Bethel TV; la Alianza Cristiana y Misionera donde militan Julio Rosas (congresista) y su hijo Christian Rosas (presidente de la Conapfam); la Casa del Padre de los esposos Guillermo y Milagros Aguayo (antes pastores de Camino de Vida), entre otras denominaciones evangélicas que operan en el país y que están articuladas con otros fundamentalistas en América Latina y Estados Unidos.

Si bien, la dirigencia de la iglesia católica local no es parte de #ConMisHijosNoTeMetas, es militante activa de la producción discursiva llamada “ideología de género”. De hecho, en agosto del 2016, como respuesta a la liberadora #NiUnaMenos, la Conferencia Episcopal Peruana editó y repartió en todas sus diócesis, la cartilla: “Ideología de Género: sus peligros y alcances”.

No obstante, luego de escuchar a los voceros de esta campaña, queda claro que no conocen ni la teoría de género, ni los estudios sobre sexualidad. Confunden y mezclan conceptos. No distinguen entre orientación sexual e identidad de género, lo que equivale a confundir transgeneridad con homosexualidad. Así, una mujer trans termina siendo lo mismo que un hombre gay. Se asume equivocadamente que sexo, género y deseo sexual es todo lo mismo.

Peor aún, el extremismo es tal, que se asume que los roles de género han sido determinados por Dios. Como si desde la divinidad se hubiera definido que el color azul y los carritos son para los niños, y el rosado y las muñecas para las niñas. Con todo el desbalance de poder entre hombres y mujeres, entre heterosexuales y no heterosexuales que se va construyendo a partir de ello.

#ConMisHijosNoTeMetas, es un remake de la campaña estadunidense “Save our children” (1977), diseñada y lanzada por cristianos fundamentalistas en contra de una ordenanza municipal del condado de Dale en Florida, que prohibía la discriminación por razones de orientación sexual (mismo tema que originó la formación de la Conapfam en Lima).

Esta campaña homofóbica logró su cometido al derogar la ordenanza mencionada, pero fue más allá: se convirtió en un modelo a copiar en otras latitudes.

La reedición de “Save our Children” no solo se ha dado en el Perú, sino en varios países de América Latina en los últimos tiempos. En México empezó bajo la organización del Frente Nacional por la Familia – análogo al Conapfam peruano – una campaña contra la adopción para matrimonios igualitarios.

Lo mismo pasó en Colombia, pero en el contexto de los acuerdos de paz. En otros países como Ecuador, Chile, Brasil y Argentina también se desarrollan estas campañas sostenidas financieramente con el diezmo de la feligresía.

El modelo Save our children ha sido adaptado al Perú por iniciativa del congresista y pastor Julio Rosas, y su hijo Christian Rosas, abogado por la Liberty University (centro de pensamiento cristiano fundamentalista norteamericano); y por los esposos Guillermo y Milagros Aguayo, fundadores de la ONG “Salvemos a la Familia”, que articula acciones contra los derechos sexuales y reproductivos en varios países.

El pastor Rosas ha logrado embarcar a varios de sus colegas en el Congreso contra la “ideología de género”. Entre ellos a los fujimoristas Federico Pariona, Tamar Arimborgo, Nelly Cuadros, Marco Miyashiro y Juan Carlos Gonzales. Este último pastor de Agua Viva.

El mensaje central de este discurso consta de tres pilares: 1) que hay un único modelo de familia: la familia natural, puesto que el sexo también es natural; 2) que eso implica roles bastante diferenciados entre hombres y mujeres, en especial relacionados con el “instinto” materno de las mujeres; y 3) negar cualquier comportamiento que se salga de esos parámetros, proscribiendo y patologizando las disidencias sexuales y de identidad de género.

Todos estos argumentos apuntan a negar la construcción social del género y la estructura de poder a la base del mismo, cimiento del pensamiento feminista y de las luchas sociales por el reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos (Motta, 2016, octubre 11).

El fundamentalismo cristiano de #ConMisHijosNoTeMetas, considera a la educación sexual integral como una obra del demonio. Y desde ese punto de vista poco se puede discutir democráticamente en el ámbito de las políticas públicas propias de un Estado laico.

Pero, ¿se puede ser cristiano y aceptar la diversidad sexual? Bajo una visión legalista de la Biblia parece difícil. Sin embargo, grupos como Católicas por el Derecho a Decidir, entre otras comunidades religiosas, muestran que sí es posible avanzar hacia una teología acorde con el respeto de los derechos sexuales y reproductivos.

¿Es #ConMisHijosNoTeMetas, un movimiento transhomolesbofóbico evangélico que puede llegar a ser violento más allá de su discurso? No lo sabemos aún, pero lo cierto es que se ha convertido en la fuerza de choque más visible de los grupos conservadores en el Perú de hoy.


Finalmente, la lucha por los derechos sexuales y reproductivos se ha metido en la agenda pública peruana con fuerza. Es un error restarle importancia a este fundamentalismo evangélico porque, además, se ubica en el campo político fujimorista, y en su momento se movilizará por la candidatura de Keiko Fujimori.


http://diariouno.pe/columna/conmishijosnotemetas-fundamentalismo-evangelico-en-accion/

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Corrupción. Estamos perdiendo la batalla

Rodrigo Montoya Rojas


Algunos taxistas en Lima dicen que el Cristo erigido en el Morro Solar es un “monumento al robo”. Ni Cristo, ni su imagen lo son, pero ese agravio que brota del humor de calle no existiría, de no ser por Odebrecht y Alan García.

Uno de los beneficios traídos por los gobiernos elegidos en las urnas en los últimos 16 años -y antes, entre 1980 y 1992- ha sido la posibilidad de conocer de cerca la corrupción reinante en los gobiernos de Belaunde, García, Fujimori, Toledo y Humala.

Con el extraordinario escándalo de las empresas brasileñas en 12 países de América latina, particularmente la de Odebrecht y su “sector de operaciones estructuradas” como una instancia secreta para pagar miles de millones de dólares a sus fieles contrapartes nacionales, por permitirles ganar licitaciones y autorizar muchas adendas para que los costos inicialmente acordados de las obras se dupliquen, la corrupción ha alcanzado un nivel altísimo.

Antes que Estados Unidos soltase la bomba de los 29 millones de dólares de Odebrecht que pasaron por cuentas norteamericanas para ir a bolsillos de unos cuantos peruanos, la Comisión parlamentaria que en los últimos meses del gobierno de Humala trató de investigar la corrupción producida por esa empresa, el Sr. Pari, su presidente, firmó un informe en minoría porque los apristas, fujimoristas, toledistas y humalistas que lo acompañaron estuvieron de acuerdo sobre el fondo del asunto: no tirar piedras en los techos de sus casas para tratar de salvar las honras de sus jefes, e impedir que ese informe llegue a los medios de comunicación.

Hoy, ya está en marcha otra comisión investigadora en el Congreso, presidida por un fujimorista que fue brazo derecho del hoy reo Alex Kuri, que tiene un proceso abierto de investigación, y que tiene también ente sus miembros al Sr. Mauricio Mulder que pone sus manos al fuego por Alan García. (Otra vez, la ética y la política no van juntas).Habría que ser ciegos para no darnos cuenta de que esta nueva comisión no llegará a nada. ¿Qué sentido tiene esperar que los gatos y las ratas cuiden la despensa?

Por el lado de la Fiscalía la situación comienza siendo decepcionante. Pomposamente, el fiscal de la Nación anunció que ha firmado un acuerdo con la empresa Odebrecht para recibir información sobre la complicidad peruana y que el gobierno de PPK recibirá unos diez millones de dólares como adelanto de la multa que debe pagar después.

En otras palabras, se trata de un acuerdo por el cual la empresa trata de asegurar su continuidad en el país. Insinuar que ese dinero sería usado para los gastos de la justicia peruana en el caso Odebrech, resulta lamentable. En Ecuador, por las mismas razones que aquí,los bienes de Odebrecht han sido requisados y esa empresa no tendrá ninguna obra más que construir. Vergüenza y dignidad, son las palabras que se desprenden de esta comparación.

Por su parte, el presidente de la República ha dicho que no tendría sentido acusar a la empresa como tal sino a algunos de sus malos funcionarios. No está informado u olvidó rápidamente un hecho muy simple: el sr. Marcelo Odebrech, dueño y cabeza de la empresa está preso, condenado a 19 años de cárcel, y su empresa ha sido obligada a pagar 3,500 millones de dólares de reparación a los gobiernos de Estados Unidos y Suiza. En consecuencia, la Fiscalía y el gobierno, caminan con los pies cargados de plomo.

La ciudad de Río de Janeiro tiene como imagen emblemática a su Cristo del Corcovado, el monumento religioso más grande y alto del mundo. En 2011, cumpliendo “un sueño” como presidente,Alan García Pérez -tan católico, apostólico y limeño- inauguró una réplica del Cristo de Corcovado, en el Morro Solar de Chorillos, un regalo de más de 800 mil dólares que la empresa Odebrech, cristianamente habría ofrecido a los católicos de Lima. Alan García dijo que esa obra no costó nada al Estado y que él puso dinero de sus ahorros junto a otros devotos,

Luego de la vergüenza brasileña y peruana derivada de esa secreta dirección empresarial para para pagar coimas, valdría la pena volver los ojos a esa imagen de Cristo en Chorrillos. No sabemos si la iniciativa partió de Odebrech o de Alan García; tampoco sabemos nada de un probable debate sobre el lugar más apropiado para colocar el monumento. Lo evidente es que pusieron la imagen en un punto lejano de Lima.

Algunos taxistas en Lima dicen que se trata de un “monumento al robo” y que “la imagen pide su 10% con las manos extendidas”. Ni Cristo, tampoco su imagen son un “monumento al robo” ni pedirían ese 10 o 5 %, pero ese agravio que brota del humor de calle no existiría si Odebrecht y Alan García no hubiesen sido los responsables de ese gesto de aparente generosidad y fe católica.

La metáfora de la réplica del Cristo del Corcovado en Lima como una especie de don piadoso para ganar indulgencias por un monumental robo, resultaría inevitable si se comprueba que Alan García recibió parte de aquel dinero mal habido.

Las pancartas “No al peaje” y “fuera Odebrecht” que vimos el jueves 12 en la protesta de Puente de Piedra, expresan, felizmente, una saludable reacción, más allá de las piedras y los brotes de violencia. La empresa está también directamente vinculada a ese nuevo peaje. Recordemos una victoria anterior cuando el peaje de la Av. Faucett fue retirado y sus responsables fueron tardíamente enjuiciados.La consigna popular “ningún peaje dentro de la ciudad” está ganando terreno.

Para saber si la batalla contra la corrupción es comparable con el impecable juicio y condena de Alberto Fujimori a 25 años de cárcel por crímenes de lesa humanidad,por el momento solo nos quedaría el consuelo de esperar que la justicia brasileña y norteamericana pidan la extradición de los peruanos enriquecidos.

Los ex presidentes Fujimori, Toledo, García y Humala tendrían por el momento un argumento tranquilizador: si desde fuera les atribuyen responsabilidades, ellos pueden decir que no es verdad y una simple mención aun con sus nombres no sería una prueba contra ellos. Si esta hipótesis se verificase más tarde, habríamos perdido una nueva batalla contra la corrupción, como ocurrió desde 1532 hasta hoy con unas pocas excepciones, entre ellas la condena de Alberto Fujimori.

http://diariouno.pe/columna/corrupcion-estamos-perdiendo-la-batalla/



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Desaprobaditos los dos

Mirko Lauer



Una escalada en la desaprobación está recorriendo, como un virus, todo el cuerpo político del país. El fenómeno ha superado las líneas divisorias entre partidos, entre oficialismo y oposición, entre figuras antiguas y nuevas. Las encuestas presentan las cifras, pero no tienen mucho que aportar sobre las causas.

¿Son procesos de pérdida de popularidad separados y con motivos propios, que simplemente están coincidiendo en el tiempo y el espacio? Quizás en los primeros dos o tres meses del nuevo gobierno una hipótesis así hubiera convencido, como un escenario de desencantos paralelos. Por ejemplo el presidente sin poder, los opositores sin programa.

Pero determinar el origen único, más allá de la trillada expresión “descontento generalizado”, antesala de aquella otra “que se vayan todos”, tiene sus problemas. ¿Pepekausas y fujimoristas han terminado siendo vistos como la misma cosa? ¿Hay un nuevo, temprano, soterrado e incipiente movimiento antisistema en marcha?

Las cifras sugieren que el match Ejecutivo-Congreso no es lo que el público esperaba, pero esto se abre a varias hipótesis. En una de ellas el hartazgo frente a una historia patria reciente y actual marcada por la corrupción es tanto que cada incidente puntual se transmite instantáneamente a todos los actores de la política.

Así, en la opinión pública ya no quedarían justos que paguen por los pecadores, o consideraciones sobre quién puede ser menos corrupto que su vecino. La desaprobación se habría vuelto un valor universal que no diferencia entre situaciones específicas. Pero con eso el juicio a los individuos se neutraliza, o por lo menos se relativiza.

¿Qué pueden hacer los dos principales rivales de esta hora? Aparecer enfrentados (75% lo cree en la encuesta Datum) no los está ayudando, ni a mejorar su aprobación ni a diferenciarse como propuestas. Si este fuera el problema, tampoco existe un clima o un proyecto para algún grado de trabajo conjunto.

Otra manera de encarar todo esto es recordando que ya antes el Perú ha sido gobernado por gente y partidos con altísimas cifras de desaprobación, sin mayores consecuencias políticas, aunque sí intensos efectos negativos en aspectos prácticos. A la postre es el mismo público que desaprueba el que paga la desaprobación de sus gobernantes.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/839843-desaprobaditos-los-dos


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Desconcierto y cero resultados

Rosa María Palacios



Cuando cayó el gobierno de Alberto Fujimori –y las dudas se convirtieron en certezas– la sociedad y el Estado peruano hicieron un esfuerzo extraordinario para perseguir a los culpables, obtener sus condenas, incautar el dinero mal habido y resarcir al Estado por los daños. ¿Fue una operación exitosa? Diecisiete años después puede afirmarse que lo fue, dadas las enormes dificultades de partir de cero, con un gobierno que había infiltrado todos los poderes del Estado en un esquema corrupto. ¿Hubo errores? Siempre los hay. Algunos inocentes fueron perseguidos y algunos culpables escaparon de la justicia. Es inevitable. Pero aun con ese apunte negativo, ¿se aprendió de ese proceso?, ¿se puede aplicar esa experiencia a los retos que nuevamente enfrenta el Perú?

Hoy 12 países enfrentan una confesión que pone la lucha anticorrupción en un nivel continental. Ya no es solo un Estado cuyos funcionarios lo roban para enriquecerse. Hoy, un potente sector privado –las empresas constructoras brasileñas– son el agente corruptor que desde fuera de los Estados lo infiltra y corrompe. La corrupción tiene muchas caras y esta es la que asume hoy, cuando nuevamente las dudas y rumores se trastocan por certezas.

La confesión pública de Odebrecht –aún parcial, incompleta y sujeta a corroboración e investigación adicional– plantea dilemas a varios actores que parecen estar sumidos en el más absoluto desconcierto sobre sus propias responsabilidades, pasadas y futuras, frente al gigante brasileño con el que contrató no solo el Estado sino las más grandes empresas del sector privado peruano y que también se asoció localmente con ellas en innumerables oportunidades, muchas veces obligado por el propio Estado.

Hay desconcierto en el Ejecutivo que no plantea a través de sus procuradores las medidas necesarias para asegurar la incautación inmediata de los sobornos en las cuentas ya identificadas y la reparación civil que debería tener muchos ceros a la derecha para comenzar a ser un país serio. Administración judicial de las concesiones mal habidas, embargos, impedimento de salida, prisión preventiva. ¿Por qué no lo piden? Pasan los días y es una vergüenza ver los éxitos que ya exhiben Colombia, Panamá y República Dominicana. ¿Y aquí? Desde el 22 de diciembre, hasta hoy, nada que no sean palabras y promesas.

¿Y el Ministerio Público? Otra entidad de desconcertadas gentes. Por ejemplo, el proceso al ex presidente Toledo está resuelto ¡por Dios! ¿Qué están esperando para, al menos, un arresto domiciliario? Ese expediente ya está en trámite. Los nuevos hechos prueban que el dinero de Ecoteva es dinero de coimas. ¡Tienen hasta los números de las cuentas de Maiman! El locuaz ex presidente y su gran amigo ahora están mudos. ¿Y la fiscalía no solicita nada al juez? ¿Circula Toledo libremente? ¿Tienen una idea del proceso de desmoralización social que esa incompetencia –ya no sé si dolosa– causa? Recordemos que este es un Ministerio Público que ha “convenido” con el delincuente y no ha hecho ni siquiera la incautación de una computadora. El viaje del Fiscal de la Nación a Brasil para obtener el testimonio de Barata no ha producido más resultado que el del discurso de la colaboración. Blá, blá, blá y ningún resultado.

¿Por qué los países vecinos tienen mejores resultados? Porque hay un compromiso de la sociedad y el Estado que aquí no se ve. ¿Ha dicho la Confiep siquiera un ¡ay!? Nada. Mudos. Porque la verdad es que, si bien no hay delito por hacer tratos con una empresa de mala reputación, todos prefirieron mirar al otro lado con tal de hacer el negocio y meterse la mano al bolsillo. El telón y la tramoya se han caído al piso –como en el 2000– y nos encontramos, otra vez, con líderes empresariales frente a una audiencia que los mira con vergüenza. Nuevamente se ha tolerado, se ha sido complaciente y laxo con el que se rumoreaba corrupto. Otra vez lo mismo.

Se requiere, como se hizo el 2000, un parte aguas claro, que purgue y haga la profilaxis necesaria para limpiarnos de esta lacra centenaria. Medidas inmediatas y urgentes. ¿Con estas autoridades? Se está viendo que será muy difícil. No sé si son incompetentes o corruptas, pero no hay resultados. Por eso me uno al pedido de otros que han visto indispensable volver al esquema del 2000 para salir de este marasmo y desconcierto. Necesitamos una estructura ad hoc. Un Procurador ad hoc para el caso Lava Jato con equipo humano y recursos ilimitados para perseguir dineros y personas por el mundo entero y una estructura similar en el Ministerio Público y el Poder Judicial.

Mientras tanto, aquí solo hay murmullos y vergüenza pública que, como hemos visto por los años pasados desde el proceso fujimorista, dura poco y no produce escarmiento.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/839845-desconcierto-y-cero-resultados


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La renegociación de los contratos

Aníbal Sierralta Ríos



La situación del contrato de Camisea y la del sistema de peaje en el distrito de Puente Piedra ha dividido a los políticos y algunos abogados en dos grupos: quienes sostienen que los contratos son irrevisables e inconmovibles; y aquellos que argumentan su renegociación.

Los primeros se amparan en la norma absoluta, heredada del Derecho Romano, del pacta sunt servanda, según la cual los contratos deben cumplirse de cualquier manera excepto cuando el objeto de su cumplimiento ha devenido en imposible. A esa única excepción se le sumó, luego, el criterio compasivo del Derecho Canónico que extendió la posibilidad de replantear un contrato si es que las partes presuponen, con antelación, las condiciones de su posible y futura revisión por causas sobrevinientes, y que los profesores conocemos como el rebus sic stantibus.

Sin embargo, en el moderno derecho internacional del comercio, los contratos son de largo plazo, los riesgos varían y se multiplican debido a los drásticos e inesperados cambios financieros, tecnológicos, energéticos y el comportamiento de los mercados que desequilibran la relación que tenían los contratantes al momento de su celebración, lo que ha permitido abrir paso al criterio de la imprevisión (hardship) según el cual si las condiciones bajo las cuales se suscribió un contrato varían de manera tal que afectan a una de las partes de manera desigual y ostensible, es factible su renegociación.

El hardship es una influencia del sistema jurídico anglosajón que se impone en el mundo merced a la influencia de las economías comerciales más poderosas y ha sido recepcionado en el ordenamiento internacional como los Principios del UNIDROIT sobre la contratación comercial internacional, los Principios del Derecho Europeo, el Marco común de referencia (Draft of a Common Frame of Reference), la Cámara de Comercio Internacional de Paris y la Convención de Viena de 1980 sobre compraventa Internacional de mercancías, de la cual forma parte el Perú.

De tal manera que la posibilidad de que el Gobierno peruano o la Municipalidad de Lima renegocien el contrato de Camisea o el de la pista en la Panamericana Norte, es legalmente posible, razonable y justa para los intereses nacionales. Sin embargo, este planteamiento deberá formularse sin demora injustificada, con indicación de los fundamentos en lo que se basa.

El efecto dañino de su ejecución debería ser expuesto inmediatamente, pues en caso contrario la otra parte puede aducir el principio de los actos propios (estopel) según el cual si el contratante afectado ha admitido y soportado la excesiva onerosidad no puede más tarde reclamar amparándose en los mismos fundamentos.

Otra cuestión es la capacidad, y poder negociador que tenga el Gobierno o la Municipalidad para plantear esa renegociación. La capacidad está constituida por la posibilidad de maniobra que se tenga con la otra parte, como es el criterio de reciprocidad comercial, el beneficio de las empresas constructoras, de las cuales ninguna es de bandera peruana, y la relación con otros commodities.

Pero también la débil posición de las empresas brasileras de construcción, como Odebrecht, por los evidentes y confesos actos de corrupción. Finalmente el poder está determinado por la identidad del gobernante o la del Alcalde con los intereses del Perú o de la ciudad, y su firmeza frente a los actos de corrupción.


http://diariouno.pe/columna/la-renegociacion-de-los-contratos/



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Las proximidades del abismo

Guillermo Giacosa



Decir “desarrollo sostenible” es, en realidad, decir “vamos a seguir viviendo” pero todos, todos, y no unos pocos privilegiados que, o bien viven engañados y engañan, o bien se hacen los distraídos, o bien son unos crápulas que tuvieron su mayor orgasmo intelectual, cuando escucharon que a un funcionario de las Naciones Unidas se le escapaba aquella frase genocida que es la que se cocina en los foros de los poderosos y que sentencia: “hay que reducir la población mundial”.

En ese momento hasta Obama, triste caricatura de afro descendiente triunfador, oscura marioneta de los poderes fácticos, sintió que se merecía el Premio Nobel de la Paz y hasta el “socialista” Hollande se pudo mirar al espejo sin vergüenza.

Planificar y educar para un control ordenado del crecimiento demográfico, podría anunciar tiempos mejores, reducir, si nos atenemos a lo que ocurre en una actualidad grávida de guerras absurdas, con negocios farmacéuticos que son responsables de la tercera causa de muerte, con aguas contaminadas, aire saturado de tóxicos y hambrunas que podemos ver cómodamente en nuestro televisor con un plato de comida en la mano y una copa esperando, anuncia que el instinto de conservación de la vida actúa solo a nivel individual y de grupos de intereses y al hacerlo así se transforma en una poderosa fuerza autodestructiva.

En los términos de la realidad actual nuestra relación con la naturaleza, que seguramente conoció épocas más felices, se está transformando, sin exageraciones, en una trampa mortal. La estupidez humana pareciera agudizarse al interior de una implacable sociedad de consumo. Bajo ese orden sociedad y saciedad, palabras vecinas, aparecen como antípodas, como irreconciliables, casi homónimos convertidos en antónimos.

Vivimos construyendo nuevos apetitos sin preguntarnos, jamás, ya lo anticipó Fromm, si esos apetitos no nos conducirán, a la larga, a un inevitable abismo. El ser humano inventa o crea todo lo que viene a su mente sin evaluar las consecuencias, fueron las palabras del psicólogo y humanista que marcó a nuestra generación el siglo pasado.

Los siglos XX y XXI son testigos de un exponencial aumento en el consumo de energía, de una desaforada explotación de los recursos naturales y de una emisión de contaminantes que comienza a rebasar nuestra capacidad de adaptación.

Todos estos factores no han pasado desapercibidos para quienes respetan la vida en todas sus expresiones, comenzando por el equilibrio que requiere la Tierra, y podrían, desde una óptica optimista, estar contribuyendo a la gestación de una conciencia planetaria que, de ser más veloz y eficaz que la estupidez de quienes solo piensan en crecimiento, consumo y ganancias, podría conducirnos a una era de paz, cooperación y respeto desconocida hasta hoy por nuestra especie.

En 2011 el Secretario General de las Naciones Unidas hizo, en Davos, ante los muy ricos, esta patética advertencia: “El modelo actual de desarrollo es un pacto global para el suicidio ecológico”. Dicho suicidio es contrario a las tendencias que, según las neurociencias, impulsan al cerebro humano. Es decir es contrario a la naturaleza humana.

El cerebro tiene por finalidad, en sus estructuras más antiguas, defender la vida y posee, además, en su conjunto, todas las potencialidades necesarias para que esto ocurra. La plasticidad que las citadas neurociencias atribuyen a dicho cerebro indica asimismo que nuestras posibilidades de cambio son abundantes y que la situación misma podrá forzarnos a adquirir nuevos hábitos de desarrollo y consumo.

Queremos creer que los 500 millones de años que tiene la parte más antigua del cerebro de nuestra especie, no están dispuestos a tolerar que un capricho de esta etapa, que Martin Buber calificó como la infancia de la especie humana, sabotee una aventura que con dolor y muchas contradicciones y abismos, ha alcanzado alturas que invitan, por momentos, a soñar con un mundo más pleno, más justo y en total equilibrio con la Naturaleza.


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No más Puente Piedra

Alan Fairlie


Nos hemos enterado no solo de casos de corrupción, nacionales e internacionales. Muchas empresas la tienen como una práctica vedada sistemática, para maximizar ganancias.

Los sucesos ocurridos en ese distrito, deben llevarnos a profunda reflexión.Contratos mal elaborados o con corrupción,afectan a los ciudadanos que no encuentran otro modo de reclamar que la protesta callejera, reprimidas en muchos casos desproporcionadamente, y con lamentables pérdidas humanas.

La privatización de los servicios públicos o de infraestructura por diferentes mecanismos tienen ya décadas, se requiere un análisis renovado que permita hacer un balance y tomar los correctivos que sean necesarios. En última instancia, es la discusión sobre el rol del Estado y del mercado en la producción y distribución de bienes, servicios, e ingresos.

LA PRIVATIZACIÓN
Esta se dio en los noventa del siglo XX, donde la consigna fue “todo es privatizable”. Al margen de la corrupción y negociados que se dieron, fue uno de los ejes de política planteados por el denominado consenso de Washington. Se trataba de buscar con este mecanismo, una asignación eficiente de recursos, evitar déficits fiscales estructurales,desequilibrios externos y financieros, que los déficits de las empresas públicas generaban.

Fue tal la implementación, que incluso sus propios mentores señalaron excesos que deberían ser corregidos. Especialmente, el hecho que monopolios públicos fueron sustituidos por monopolios privados, que hicieron uso y abuso de ese poder.

También se justificó esa privatización, porque en el contexto de crisis o quiebra de empresas y países, se requería inversión extranjera. Para ello, había que darles incentivos especiales, contratos de estabilidad tributaria, regímenes ad-hoc, que implicaban dejar en suspenso normas laborales o ambientales y leyes que el resto tenía que cumplir.

La experiencia ha sido mixta en cuanto a resultados, dependiendo de sectores y países. En algunos de ellos, se revirtió la situación y los estados redefinieron las rentas de los recursos naturales y su distribución. En otros, hubo experiencias exitosas, ya que se implementaron simultáneamente, mecanismos eficientes y autónomos de regulación y supervisión

CONCESIONES Y ASOCIACIONES PÚBLICO-PRIVADAS
También se dieron concesiones masivas en múltiples sectores, con empresas principalmente extranjeras y socios locales usualmente minoritarios. Hubo competencia diversa y condiciones adicionales de protección de inversiones tanto en los BITs, como en los TLCs firmados por los gobiernos.

Así, no eran los tribunales nacionales sino el arbitraje internacional donde podían acudir las empresas extranjeras, para cautelar sus intereses. De hecho, juicios millonarios tuvieron que enfrentar varios gobiernos latinoamericanos.

Las experiencias exitosas, no solo tuvieron adecuados sistemas de regulación, sino también leyes antimonopolio, que regulaban fusiones y potenciales abusos de poder monopólico.Esto último es un requisito que inclusive la OECD promueve y que el Perú aún no cumple. Y, los organismos y actuales mecanismos de regulación, requieren ajustes que corrijan limitaciones existentes.

Una modalidad más reciente, ha sido el de las asociaciones público-privadas. Un argumento que se presenta, es que dadas las limitaciones financieras del estado y las brechas de infraestructura y de inversión que se necesitan cubrir en nuestros países, se debe dar una asociación con el sector privado. EL estado debe ofrecer suficientes garantías, para que las inversiones se lleven adelante.

Sin embargo, hay discusión sobre si existe la necesidad de tales garantías, y sobre todo, las cargas fiscales que debe asumir el estado generando desequilibrios fiscales no desdeñables. Un debate recurrente, es sobre el rol del Estado en la economía, ya que con estas asociaciones, muchas veces el sector privado participa ventajosamente y con facilidades para invertir en sectores que aún en versiones de estado mínimo, este debería asumir.

La discusión es por lo menos a dos niveles. Una teórica, sobre los roles que en el siglo XXI debe tener el estado y el mercado considerando las características concretas de nuestras economías. Otra empírica, analizando experiencias exitosas internacionales y en nuestro país, así como aprender de los excesos y errores cometidos. A partir de este análisis, se deben elaborar las mejores alternativas y políticas para el desarrollo nacional.

Pero, hay una variable que aparece en el escenario, la corrupción. Nos hemos enterado no solo de casos aislados, nacionales e internacionales. Sino que muchas empresas la tienen como una práctica vedada sistemática, para maximizar ganancias.

Hay estudios que muestran históricamente el daño no solo moral, sino económico, que representa para la República, la corrupción. En la historia reciente un hito se dio en los años noventa del siglo pasado. Con el caso Lava Jato, se muestra una práctica condenable en diferentes gobiernos, donde habría llegado hasta las más altas esferas del poder.

Diferentes partidos y movimientos políticos, no han cumplido promesas de luchar contra esta lacra, y en varias oportunidades han traicionado el mandato popular recibido en las ánforas. Esto puede llevar a sectores desesperados, a buscar soluciones extremas.Cuando la institucionalidad no funciona, se buscan canales al margen de ella o se plantean nuevas institucionalidades.

Por eso es tan delicada la situación actual. A la precariedad del partido de gobierno, el control del Parlamento por una fuerza diferente, se suma la debilidad de instituciones, el entorno externo desfavorable, el reciente escándalo internacional que amenaza involucrar al conjunto de las fuerzas políticas.

NO MÁS PUENTE PIEDRA
Se debe agotar los mecanismos de diálogo y búsqueda de consensos, que cree una plataforma mínima para seguir adelante. Potenciar el acuerdo nacional, con más atribuciones y compromisos que el gobierno implemente.

No parece ser el camino, la imposición del continuismo económico y político del modelo en curso. Anunciar que a toda costa se impulsarán inversiones que no tienen licencia social, o gobernar por decretos legislativos, que más allá de un debate secundario serán apoyados por la fuerza que controla el Congreso, porque comparten estratégicamente el proyecto en curso.

Debemos evitar la polarización y los conflictos sociales. Más allá de los partidos o movimientos, la población reaccionará espontáneamente en defensa de sus derechos. Tampoco es una salida, la criminalización de la protesta.

Debemos respetar a la ciudadanía, cambiar los contratos que haya que cambiar, y diseñar una estrategia de mediano y largo plazo que nos permita avanzar hacia el desarrollo sostenible que beneficie sobre todo a los sectores menos favorecidos. Debemos construir una nueva institucionalidad en los partidos y el país, que nos permita alcanzar tales objetivos.


http://diariouno.pe/columna/no-mas-puente-piedra/

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¿Qué deparará el 2017 en materia laboral? (se prenden las alarmas)

Enrique Fernández-Maldonado Mujica



Esta semana que concluye sucedieron dos hechos relevantes en el ámbito laboral. Acontecimientos que posicionaron al trabajo en la agenda política nacional, algo que no es usual en nuestro medio.

El primero de ellos fue la formación del Comité Consultivo de Trabajo, a iniciativa del MTPE, el pasado 6 de enero. Formada como una junta de especialistas que evaluará las iniciativas gubernamentales en materia laboral y de empleo, su composición está lejos de ser neutra o equilibrada. Nueve de sus doce miembros son “técnicos” o abogados cercanos al ámbito privado. Los restantes son profesionales con ideas progresistas. Es altamente probable que en ese espacio prime (o se imponga) una visión a favor de una mayor flexibilización.

Cuatro días después, el 10 de enero, el Presidente recibiría en Palacio a la Coordinadora de Centrales Sindicales. Lo acompañaron el Premier, el ministro de Trabajo y sus viceministros. PPK no se reunía con los trabajadores desde la visita que hiciera a la Plaza Dos de Mayo, en el contexto de las elecciones.

Ambos hechos admiten lecturas que van más allá de lo programático. Queda claro que Kuczynski no va a implementar, ni remotamente, las demandas presentadas por los gremios. Pero en lo político, la reunión abre un canal de diálogo (“al más alto nivel”) que puede ser útil, más temprano que tarde, en la eventual formación de un frente antifujimorista.

Este encuentro tampoco elimina el conflicto, siempre latente. La posibilidad del sindicalismo en las calles dependerá en gran medida del tenor de las políticas laborales del gobierno. PPK asumió varios compromisos durante la campaña. No honrarlos es generar una razón para la protesta.

Por lo pronto, circula la especie de un paquetazo laboral que se estaría cocinando en el MTPE. Este abordaría, entre otros temas, restricciones al arbitraje potestativo, tanto para acceder como en las funciones y elección de los árbitros (no podrán atenuar las propuestas, debiendo optar por alguna de las partes); así como el relajamiento de los procedimientos de ceses colectivos (introduciendo a cambio una indemnización por despido reducida). De igual forma, se modificaría el sistema de inspecciones, introduciendo un “incentivo” de un año sin inspecciones para las empresas que decidan formalizarse, además del “borrón y cuenta nueva” respecto de los incumplimientos laborales de las empresas formalizadas. Entre otras medidas similares.

La eventual aprobación de estas iniciativas pondría en riesgo los puentes tendidos con el movimiento sindical. Forzar una profundización de la desregulación laboral puede resultar costoso para el gobierno. Incluso, desde un punto de vista económico, una clase trabajadora provista de derechos y mejores ingresos dinamizará el mercado interno, y por tanto, la economía nacional. Precisamente cuando más se necesita.


http://diariouno.pe/columna/que-deparara-el-2017-en-materia-laboral-se-prenden-las-alarmas/


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