#ConMisHijosNoTeMetas: Fundamentalismo evangélico en acción - Carlos Alonso Bedoya
Corrupción. Estamos perdiendo la batalla - Rodrigo Montoya Rojas
Desaprobaditos los dos - Mirko Lauer
Desconcierto y cero resultados - Rosa María Palacios
La renegociación de los contratos - Aníbal Sierralta Ríos
Las proximidades del abismo - Guillermo Giacosa
No más Puente Piedra - Alan Fairlie
¿Qué deparará el 2017 en materia laboral? (se prenden las alarmas) - Enrique Fernández-Maldonado Mujica
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Antuca y Moisés
Eduardo González Viaña
En pleno conflicto bélico entre el Perú y Ecuador
y durante la batalla de Zarumilla (julio de 1941), se produjeron diversos
actos heroicos. Uno de ellos fue la toma peruana del Puesto de Casitas.
Ese punto estratégico parecía muy difícil de
capturar. La artillería del país del norte se había concentrado allí y era un
obstáculo insalvable que ya había causado cuantiosas bajas entre los
peruanos. Como se sabe, la batalla duró 8 días sin fin.
Cada mañana era anunciada por el tableteo certero
de esas ametralladoras y de un cañón del Ecuador. Diversos intentos de
acallar las ráfagas de la muerte habían sido intentados desde los flancos
laterales, pero ninguno había tenido éxito.
En esas circunstancias, un joven oficial peruano
se decidió al todo por el todo. Esperó a tener el sol en la espalda y se
lanzó corriendo hacia el enemigo. Nadie podía imaginarlo ni preverlo. Los
artilleros ecuatorianos disparaban contra el inesperado agresor, pero la luz
solar los cegaba y no daban con él. A pocos metros de distancia, el
subteniente Moisés Díaz Cabrejo se detuvo y rodilla en el suelo, comenzó a
disparar.
Dos ametralladoras cedieron. La otra continuaba
infatigable. Entonces, Moisés que medía cerca un poco más de un metro noventa
corrió de nuevo y de un salto se puso tras del cañón. En pocos momentos,
había conseguido silenciarlo. El resto de los peruanos logró avanzar y poco
después estaba tomado el puesto de Casitas.
Me lo relató el propio héroe hará diez años en
Salem, Oregon. Creo que fue un año antes de que él falleciera, y lo cuento en
este momento porque, hace pocas horas, se ha producido el deceso, a los 95
años, Antuca, su compañera de toda la vida.
En Zarumilla no terminó la batalla de Moisés.
Herido seriamente tuvo que pasar varios meses en el hospital de Talara
peleando por su vida. Una noche en que los dolores parecían haber cesado, se
preguntó si eso significaba que tal vez ya estaba muerto.
Esa sensación creció cuando en las honduras de la
noche escuchó la dulce voz femenina que cantaba en el jardín del nosocomio.
—Estoy muerto -se dijo el soldado- y algún ángel
me está dando la bienvenida en el cielo.
Todavía le quedaban muchos años en este valle de
lágrimas. A tientas, logró acercarse a la ventana y abrir los visillos. A
través de ellos, pudo divisar el uniforme blanco y la silueta delgada de una
joven enfermera voluntaria llamada Antuca Horna Aguinaga.
El resto no es necesario de ser contado. Semanas
después y todavía cojeando Moisés contrajo matrimonio con la chica y, luego
de toda una vida juntos, han sido padres de Efraín, Carlos Alberto, Nena,
María Antonieta, Willy y Liliana. Supongo que ahora deben de estar celebrando
bodas de titanio o de brillantes en algún lugar del universo.
Los conocí en casa de mi fraternal amigo Efraín,
pintor y poeta, que es el peruano más antiguo de Oregon, y estoy contando
esta historia porque, en medio de tantas noticias enojosas de la vida peruana
de hoy, es preciso recordar a los mejores de nuestros compatriotas.
La Procuradoríaha pedido que unos ochenta
funcionarios, tres ex presidentes y el actual mandatario sean llamados a
responder sobre el repulsivo caso Oderbrecht, y uno de ellos ha tenido
incluso el descaro de erigir para memoria suya un ídolo de plástico sobre el
morro de Chorrillos…
Y sin embargo, ellos no son todos los peruanos.
También hay gente como el héroe Moisés o como la dulce Antuca quien acaba de
dormirse para siempre en una modesta urbanización militar. Si los lectores
guardan los periódicos y cierran por un instante los ojos tal vez podrán
escuchar su canto…porque todavía no hace mucho rato desde que ella se ha
marchado.
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#ConMisHijosNoTeMetas: Fundamentalismo evangélico en
acción
Carlos Alonso Bedoya
Quienes están tras esta campaña extremista
consideran a la educación sexual integral como una obra del demonio.
Plantones frente al ministerio de Educación,
paneles en varias avenidas y actos públicos a escala nacional, nos vienen
advirtiendo desde noviembre pasado sobre una “ideología de género” infiltrada
en el currículo nacional, que va a convertir a los escolares peruanos en
travestis y homosexuales.
Se trata de la campaña #ConMisHijosNoTeMetas, muy
activa en los últimos días y que apunta a una educación moralista intolerante
a la disidencia sexual y de género. Su primera meta es una movilización
masiva el 4 de marzo (inicio de clases) que supere a la multitudinaria marcha
del #NiUnaMenos del 13 de agosto del 2016. Sin duda una contramanifestación
conservadora.
Los organizadores de la campaña han querido dar
la imagen de ser docentes y padres de familia preocupados por la formación en
sexualidad de sus hijos. Sin embargo, no han podido evitar mostrarse como lo
que en realidad son: líderes de las denominaciones cristianas evangélicas más
extremistas y fundamentalistas que hay en el Perú, articuladas desde el 2011
en la Coordinadora Nacional Pro Familia (Conapfam).
¿QUIÉNES SON?
Agua Viva de la excongresista Mirta Hornung; el
Movimiento Misionero Mundial (MMM) del Rv. Rodolfo Gonzáles, propietario
también de Bethel TV; la Alianza Cristiana y Misionera donde militan Julio
Rosas (congresista) y su hijo Christian Rosas (presidente de la Conapfam); la
Casa del Padre de los esposos Guillermo y Milagros Aguayo (antes pastores de
Camino de Vida), entre otras denominaciones evangélicas que operan en el país
y que están articuladas con otros fundamentalistas en América Latina y
Estados Unidos.
Si bien, la dirigencia de la iglesia católica
local no es parte de #ConMisHijosNoTeMetas, es militante activa de la
producción discursiva llamada “ideología de género”. De hecho, en agosto del
2016, como respuesta a la liberadora #NiUnaMenos, la Conferencia Episcopal
Peruana editó y repartió en todas sus diócesis, la cartilla: “Ideología de
Género: sus peligros y alcances”.
No obstante, luego de escuchar a los voceros de
esta campaña, queda claro que no conocen ni la teoría de género, ni los
estudios sobre sexualidad. Confunden y mezclan conceptos. No distinguen entre
orientación sexual e identidad de género, lo que equivale a confundir
transgeneridad con homosexualidad. Así, una mujer trans termina siendo lo
mismo que un hombre gay. Se asume equivocadamente que sexo, género y deseo
sexual es todo lo mismo.
Peor aún, el extremismo es tal, que se asume que
los roles de género han sido determinados por Dios. Como si desde la
divinidad se hubiera definido que el color azul y los carritos son para los
niños, y el rosado y las muñecas para las niñas. Con todo el desbalance de
poder entre hombres y mujeres, entre heterosexuales y no heterosexuales que
se va construyendo a partir de ello.
#ConMisHijosNoTeMetas, es un remake de la campaña
estadunidense “Save our children” (1977), diseñada y lanzada por cristianos
fundamentalistas en contra de una ordenanza municipal del condado de Dale en
Florida, que prohibía la discriminación por razones de orientación sexual
(mismo tema que originó la formación de la Conapfam en Lima).
Esta campaña homofóbica logró su cometido al
derogar la ordenanza mencionada, pero fue más allá: se convirtió en un modelo
a copiar en otras latitudes.
La reedición de “Save our Children” no solo se ha
dado en el Perú, sino en varios países de América Latina en los últimos
tiempos. En México empezó bajo la organización del Frente Nacional por la
Familia – análogo al Conapfam peruano – una campaña contra la adopción para
matrimonios igualitarios.
Lo mismo pasó en Colombia, pero en el contexto de
los acuerdos de paz. En otros países como Ecuador, Chile, Brasil y Argentina
también se desarrollan estas campañas sostenidas financieramente con el
diezmo de la feligresía.
El modelo Save our children ha sido adaptado al
Perú por iniciativa del congresista y pastor Julio Rosas, y su hijo Christian
Rosas, abogado por la Liberty University (centro de pensamiento cristiano
fundamentalista norteamericano); y por los esposos Guillermo y Milagros
Aguayo, fundadores de la ONG “Salvemos a la Familia”, que articula acciones
contra los derechos sexuales y reproductivos en varios países.
El pastor Rosas ha logrado embarcar a varios de sus
colegas en el Congreso contra la “ideología de género”. Entre ellos a los
fujimoristas Federico Pariona, Tamar Arimborgo, Nelly Cuadros, Marco
Miyashiro y Juan Carlos Gonzales. Este último pastor de Agua Viva.
El mensaje central de este discurso consta de
tres pilares: 1) que hay un único modelo de familia: la familia natural,
puesto que el sexo también es natural; 2) que eso implica roles bastante
diferenciados entre hombres y mujeres, en especial relacionados con el
“instinto” materno de las mujeres; y 3) negar cualquier comportamiento que se
salga de esos parámetros, proscribiendo y patologizando las disidencias
sexuales y de identidad de género.
Todos estos argumentos apuntan a negar la
construcción social del género y la estructura de poder a la base del mismo,
cimiento del pensamiento feminista y de las luchas sociales por el
reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos (Motta, 2016, octubre
11).
El fundamentalismo cristiano de
#ConMisHijosNoTeMetas, considera a la educación sexual integral como una obra
del demonio. Y desde ese punto de vista poco se puede discutir
democráticamente en el ámbito de las políticas públicas propias de un Estado
laico.
Pero, ¿se puede ser cristiano y aceptar la
diversidad sexual? Bajo una visión legalista de la Biblia parece difícil. Sin
embargo, grupos como Católicas por el Derecho a Decidir, entre otras
comunidades religiosas, muestran que sí es posible avanzar hacia una teología
acorde con el respeto de los derechos sexuales y reproductivos.
¿Es #ConMisHijosNoTeMetas, un movimiento
transhomolesbofóbico evangélico que puede llegar a ser violento más allá de
su discurso? No lo sabemos aún, pero lo cierto es que se ha convertido en la
fuerza de choque más visible de los grupos conservadores en el Perú de hoy.
Finalmente, la lucha por los derechos sexuales y
reproductivos se ha metido en la agenda pública peruana con fuerza. Es un
error restarle importancia a este fundamentalismo evangélico porque, además,
se ubica en el campo político fujimorista, y en su momento se movilizará por
la candidatura de Keiko Fujimori.
http://diariouno.pe/columna/conmishijosnotemetas-fundamentalismo-evangelico-en-accion/
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Corrupción. Estamos perdiendo la batalla
Rodrigo Montoya Rojas
Algunos taxistas en Lima dicen que el Cristo
erigido en el Morro Solar es un “monumento al robo”. Ni Cristo, ni su imagen
lo son, pero ese agravio que brota del humor de calle no existiría, de no ser
por Odebrecht y Alan García.
Uno de los beneficios traídos por los gobiernos
elegidos en las urnas en los últimos 16 años -y antes, entre 1980 y 1992- ha
sido la posibilidad de conocer de cerca la corrupción reinante en los
gobiernos de Belaunde, García, Fujimori, Toledo y Humala.
Con el extraordinario escándalo de las empresas
brasileñas en 12 países de América latina, particularmente la de Odebrecht y
su “sector de operaciones estructuradas” como una instancia secreta para
pagar miles de millones de dólares a sus fieles contrapartes nacionales, por
permitirles ganar licitaciones y autorizar muchas adendas para que los costos
inicialmente acordados de las obras se dupliquen, la corrupción ha alcanzado
un nivel altísimo.
Antes que Estados Unidos soltase la bomba de los
29 millones de dólares de Odebrecht que pasaron por cuentas norteamericanas
para ir a bolsillos de unos cuantos peruanos, la Comisión parlamentaria que
en los últimos meses del gobierno de Humala trató de investigar la corrupción
producida por esa empresa, el Sr. Pari, su presidente, firmó un informe en
minoría porque los apristas, fujimoristas, toledistas y humalistas que lo
acompañaron estuvieron de acuerdo sobre el fondo del asunto: no tirar piedras
en los techos de sus casas para tratar de salvar las honras de sus jefes, e
impedir que ese informe llegue a los medios de comunicación.
Hoy, ya está en marcha otra comisión
investigadora en el Congreso, presidida por un fujimorista que fue brazo
derecho del hoy reo Alex Kuri, que tiene un proceso abierto de investigación,
y que tiene también ente sus miembros al Sr. Mauricio Mulder que pone sus
manos al fuego por Alan García. (Otra vez, la ética y la política no van
juntas).Habría que ser ciegos para no darnos cuenta de que esta nueva
comisión no llegará a nada. ¿Qué sentido tiene esperar que los gatos y las
ratas cuiden la despensa?
Por el lado de la Fiscalía la situación comienza
siendo decepcionante. Pomposamente, el fiscal de la Nación anunció que ha
firmado un acuerdo con la empresa Odebrecht para recibir información sobre la
complicidad peruana y que el gobierno de PPK recibirá unos diez millones de
dólares como adelanto de la multa que debe pagar después.
En otras palabras, se trata de un acuerdo por el
cual la empresa trata de asegurar su continuidad en el país. Insinuar que ese
dinero sería usado para los gastos de la justicia peruana en el caso
Odebrech, resulta lamentable. En Ecuador, por las mismas razones que aquí,los
bienes de Odebrecht han sido requisados y esa empresa no tendrá ninguna obra
más que construir. Vergüenza y dignidad, son las palabras que se desprenden
de esta comparación.
Por su parte, el presidente de la República ha
dicho que no tendría sentido acusar a la empresa como tal sino a algunos de
sus malos funcionarios. No está informado u olvidó rápidamente un hecho muy
simple: el sr. Marcelo Odebrech, dueño y cabeza de la empresa está preso,
condenado a 19 años de cárcel, y su empresa ha sido obligada a pagar 3,500
millones de dólares de reparación a los gobiernos de Estados Unidos y Suiza.
En consecuencia, la Fiscalía y el gobierno, caminan con los pies cargados de
plomo.
La ciudad de Río de Janeiro tiene como imagen
emblemática a su Cristo del Corcovado, el monumento religioso más grande y
alto del mundo. En 2011, cumpliendo “un sueño” como presidente,Alan García
Pérez -tan católico, apostólico y limeño- inauguró una réplica del Cristo de
Corcovado, en el Morro Solar de Chorillos, un regalo de más de 800 mil
dólares que la empresa Odebrech, cristianamente habría ofrecido a los
católicos de Lima. Alan García dijo que esa obra no costó nada al Estado y
que él puso dinero de sus ahorros junto a otros devotos,
Luego de la vergüenza brasileña y peruana
derivada de esa secreta dirección empresarial para para pagar coimas, valdría
la pena volver los ojos a esa imagen de Cristo en Chorrillos. No sabemos si
la iniciativa partió de Odebrech o de Alan García; tampoco sabemos nada de un
probable debate sobre el lugar más apropiado para colocar el monumento. Lo
evidente es que pusieron la imagen en un punto lejano de Lima.
Algunos taxistas en Lima dicen que se trata de un
“monumento al robo” y que “la imagen pide su 10% con las manos extendidas”.
Ni Cristo, tampoco su imagen son un “monumento al robo” ni pedirían ese 10 o
5 %, pero ese agravio que brota del humor de calle no existiría si Odebrecht
y Alan García no hubiesen sido los responsables de ese gesto de aparente generosidad
y fe católica.
La metáfora de la réplica del Cristo del
Corcovado en Lima como una especie de don piadoso para ganar indulgencias por
un monumental robo, resultaría inevitable si se comprueba que Alan García
recibió parte de aquel dinero mal habido.
Las pancartas “No al peaje” y “fuera Odebrecht”
que vimos el jueves 12 en la protesta de Puente de Piedra, expresan,
felizmente, una saludable reacción, más allá de las piedras y los brotes de
violencia. La empresa está también directamente vinculada a ese nuevo peaje.
Recordemos una victoria anterior cuando el peaje de la Av. Faucett fue
retirado y sus responsables fueron tardíamente enjuiciados.La consigna
popular “ningún peaje dentro de la ciudad” está ganando terreno.
Para saber si la batalla contra la corrupción es
comparable con el impecable juicio y condena de Alberto Fujimori a 25 años de
cárcel por crímenes de lesa humanidad,por el momento solo nos quedaría el
consuelo de esperar que la justicia brasileña y norteamericana pidan la
extradición de los peruanos enriquecidos.
Los ex presidentes Fujimori, Toledo, García y
Humala tendrían por el momento un argumento tranquilizador: si desde fuera
les atribuyen responsabilidades, ellos pueden decir que no es verdad y una
simple mención aun con sus nombres no sería una prueba contra ellos. Si esta
hipótesis se verificase más tarde, habríamos perdido una nueva batalla contra
la corrupción, como ocurrió desde 1532 hasta hoy con unas pocas excepciones,
entre ellas la condena de Alberto Fujimori.
http://diariouno.pe/columna/corrupcion-estamos-perdiendo-la-batalla/
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Desaprobaditos los dos
Mirko Lauer
Una escalada en la desaprobación está
recorriendo, como un virus, todo el cuerpo político del país. El fenómeno ha
superado las líneas divisorias entre partidos, entre oficialismo y oposición,
entre figuras antiguas y nuevas. Las encuestas presentan las cifras, pero no
tienen mucho que aportar sobre las causas.
¿Son procesos de pérdida de popularidad separados
y con motivos propios, que simplemente están coincidiendo en el tiempo y el
espacio? Quizás en los primeros dos o tres meses del nuevo gobierno una
hipótesis así hubiera convencido, como un escenario de desencantos paralelos.
Por ejemplo el presidente sin poder, los opositores sin programa.
Pero determinar el origen único, más allá de la
trillada expresión “descontento generalizado”, antesala de aquella otra “que
se vayan todos”, tiene sus problemas. ¿Pepekausas y fujimoristas han
terminado siendo vistos como la misma cosa? ¿Hay un nuevo, temprano,
soterrado e incipiente movimiento antisistema en marcha?
Las cifras sugieren que el match
Ejecutivo-Congreso no es lo que el público esperaba, pero esto se abre a
varias hipótesis. En una de ellas el hartazgo frente a una historia patria
reciente y actual marcada por la corrupción es tanto que cada incidente
puntual se transmite instantáneamente a todos los actores de la política.
Así, en la opinión pública ya no quedarían justos
que paguen por los pecadores, o consideraciones sobre quién puede ser menos
corrupto que su vecino. La desaprobación se habría vuelto un valor universal
que no diferencia entre situaciones específicas. Pero con eso el juicio a los
individuos se neutraliza, o por lo menos se relativiza.
¿Qué pueden hacer los dos principales rivales de
esta hora? Aparecer enfrentados (75% lo cree en la encuesta Datum) no los
está ayudando, ni a mejorar su aprobación ni a diferenciarse como propuestas.
Si este fuera el problema, tampoco existe un clima o un proyecto para algún
grado de trabajo conjunto.
Otra manera de encarar todo esto es recordando
que ya antes el Perú ha sido gobernado por gente y partidos con altísimas
cifras de desaprobación, sin mayores consecuencias políticas, aunque sí
intensos efectos negativos en aspectos prácticos. A la postre es el mismo
público que desaprueba el que paga la desaprobación de sus gobernantes.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/839843-desaprobaditos-los-dos
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Desconcierto y cero resultados
Rosa María Palacios
Cuando cayó el gobierno de Alberto Fujimori –y
las dudas se convirtieron en certezas– la sociedad y el Estado peruano
hicieron un esfuerzo extraordinario para perseguir a los culpables, obtener
sus condenas, incautar el dinero mal habido y resarcir al Estado por los
daños. ¿Fue una operación exitosa? Diecisiete años después puede afirmarse
que lo fue, dadas las enormes dificultades de partir de cero, con un gobierno
que había infiltrado todos los poderes del Estado en un esquema corrupto.
¿Hubo errores? Siempre los hay. Algunos inocentes fueron perseguidos y
algunos culpables escaparon de la justicia. Es inevitable. Pero aun con ese
apunte negativo, ¿se aprendió de ese proceso?, ¿se puede aplicar esa
experiencia a los retos que nuevamente enfrenta el Perú?
Hoy 12 países enfrentan una confesión que pone la
lucha anticorrupción en un nivel continental. Ya no es solo un Estado cuyos
funcionarios lo roban para enriquecerse. Hoy, un potente sector privado –las
empresas constructoras brasileñas– son el agente corruptor que desde fuera de
los Estados lo infiltra y corrompe. La corrupción tiene muchas caras y esta
es la que asume hoy, cuando nuevamente las dudas y rumores se trastocan por
certezas.
La confesión pública de Odebrecht –aún parcial,
incompleta y sujeta a corroboración e investigación adicional– plantea
dilemas a varios actores que parecen estar sumidos en el más absoluto
desconcierto sobre sus propias responsabilidades, pasadas y futuras, frente
al gigante brasileño con el que contrató no solo el Estado sino las más
grandes empresas del sector privado peruano y que también se asoció
localmente con ellas en innumerables oportunidades, muchas veces obligado por
el propio Estado.
Hay desconcierto en el Ejecutivo que no plantea a
través de sus procuradores las medidas necesarias para asegurar la
incautación inmediata de los sobornos en las cuentas ya identificadas y la
reparación civil que debería tener muchos ceros a la derecha para comenzar a
ser un país serio. Administración judicial de las concesiones mal habidas,
embargos, impedimento de salida, prisión preventiva. ¿Por qué no lo piden?
Pasan los días y es una vergüenza ver los éxitos que ya exhiben Colombia,
Panamá y República Dominicana. ¿Y aquí? Desde el 22 de diciembre, hasta hoy,
nada que no sean palabras y promesas.
¿Y el Ministerio Público? Otra entidad de
desconcertadas gentes. Por ejemplo, el proceso al ex presidente Toledo está
resuelto ¡por Dios! ¿Qué están esperando para, al menos, un arresto
domiciliario? Ese expediente ya está en trámite. Los nuevos hechos prueban
que el dinero de Ecoteva es dinero de coimas. ¡Tienen hasta los números de
las cuentas de Maiman! El locuaz ex presidente y su gran amigo ahora están
mudos. ¿Y la fiscalía no solicita nada al juez? ¿Circula Toledo libremente?
¿Tienen una idea del proceso de desmoralización social que esa incompetencia
–ya no sé si dolosa– causa? Recordemos que este es un Ministerio Público que
ha “convenido” con el delincuente y no ha hecho ni siquiera la incautación de
una computadora. El viaje del Fiscal de la Nación a Brasil para obtener el
testimonio de Barata no ha producido más resultado que el del discurso de la
colaboración. Blá, blá, blá y ningún resultado.
¿Por qué los países vecinos tienen mejores
resultados? Porque hay un compromiso de la sociedad y el Estado que aquí no
se ve. ¿Ha dicho la Confiep siquiera un ¡ay!? Nada. Mudos. Porque la verdad
es que, si bien no hay delito por hacer tratos con una empresa de mala
reputación, todos prefirieron mirar al otro lado con tal de hacer el negocio
y meterse la mano al bolsillo. El telón y la tramoya se han caído al piso
–como en el 2000– y nos encontramos, otra vez, con líderes empresariales
frente a una audiencia que los mira con vergüenza. Nuevamente se ha tolerado,
se ha sido complaciente y laxo con el que se rumoreaba corrupto. Otra vez lo
mismo.
Se requiere, como se hizo el 2000, un parte aguas
claro, que purgue y haga la profilaxis necesaria para limpiarnos de esta
lacra centenaria. Medidas inmediatas y urgentes. ¿Con estas autoridades? Se
está viendo que será muy difícil. No sé si son incompetentes o corruptas,
pero no hay resultados. Por eso me uno al pedido de otros que han visto
indispensable volver al esquema del 2000 para salir de este marasmo y
desconcierto. Necesitamos una estructura ad hoc. Un Procurador ad hoc para el
caso Lava Jato con equipo humano y recursos ilimitados para perseguir dineros
y personas por el mundo entero y una estructura similar en el Ministerio
Público y el Poder Judicial.
Mientras tanto, aquí solo hay murmullos y
vergüenza pública que, como hemos visto por los años pasados desde el proceso
fujimorista, dura poco y no produce escarmiento.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/839845-desconcierto-y-cero-resultados
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La renegociación de los contratos
Aníbal Sierralta Ríos
La situación del contrato de Camisea y la del
sistema de peaje en el distrito de Puente Piedra ha dividido a los políticos
y algunos abogados en dos grupos: quienes sostienen que los contratos son
irrevisables e inconmovibles; y aquellos que argumentan su renegociación.
Los primeros se amparan en la norma absoluta,
heredada del Derecho Romano, del pacta sunt servanda, según la cual los
contratos deben cumplirse de cualquier manera excepto cuando el objeto de su
cumplimiento ha devenido en imposible. A esa única excepción se le sumó,
luego, el criterio compasivo del Derecho Canónico que extendió la posibilidad
de replantear un contrato si es que las partes presuponen, con antelación,
las condiciones de su posible y futura revisión por causas sobrevinientes, y
que los profesores conocemos como el rebus sic stantibus.
Sin embargo, en el moderno derecho internacional
del comercio, los contratos son de largo plazo, los riesgos varían y se
multiplican debido a los drásticos e inesperados cambios financieros,
tecnológicos, energéticos y el comportamiento de los mercados que
desequilibran la relación que tenían los contratantes al momento de su
celebración, lo que ha permitido abrir paso al criterio de la imprevisión
(hardship) según el cual si las condiciones bajo las cuales se suscribió un
contrato varían de manera tal que afectan a una de las partes de manera
desigual y ostensible, es factible su renegociación.
El hardship es una influencia del sistema
jurídico anglosajón que se impone en el mundo merced a la influencia de las
economías comerciales más poderosas y ha sido recepcionado en el ordenamiento
internacional como los Principios del UNIDROIT sobre la contratación
comercial internacional, los Principios del Derecho Europeo, el Marco común
de referencia (Draft of a Common Frame of Reference), la Cámara de Comercio
Internacional de Paris y la Convención de Viena de 1980 sobre compraventa
Internacional de mercancías, de la cual forma parte el Perú.
De tal manera que la posibilidad de que el
Gobierno peruano o la Municipalidad de Lima renegocien el contrato de Camisea
o el de la pista en la Panamericana Norte, es legalmente posible, razonable y
justa para los intereses nacionales. Sin embargo, este planteamiento deberá
formularse sin demora injustificada, con indicación de los fundamentos en lo
que se basa.
El efecto dañino de su ejecución debería ser
expuesto inmediatamente, pues en caso contrario la otra parte puede aducir el
principio de los actos propios (estopel) según el cual si el contratante
afectado ha admitido y soportado la excesiva onerosidad no puede más tarde
reclamar amparándose en los mismos fundamentos.
Otra cuestión es la capacidad, y poder negociador
que tenga el Gobierno o la Municipalidad para plantear esa renegociación. La
capacidad está constituida por la posibilidad de maniobra que se tenga con la
otra parte, como es el criterio de reciprocidad comercial, el beneficio de
las empresas constructoras, de las cuales ninguna es de bandera peruana, y la
relación con otros commodities.
Pero también la débil posición de las empresas
brasileras de construcción, como Odebrecht, por los evidentes y confesos
actos de corrupción. Finalmente el poder está determinado por la identidad
del gobernante o la del Alcalde con los intereses del Perú o de la ciudad, y
su firmeza frente a los actos de corrupción.
http://diariouno.pe/columna/la-renegociacion-de-los-contratos/
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Las proximidades del abismo
Guillermo Giacosa
Decir “desarrollo sostenible” es, en realidad,
decir “vamos a seguir viviendo” pero todos, todos, y no unos pocos
privilegiados que, o bien viven engañados y engañan, o bien se hacen los
distraídos, o bien son unos crápulas que tuvieron su mayor orgasmo
intelectual, cuando escucharon que a un funcionario de las Naciones Unidas se
le escapaba aquella frase genocida que es la que se cocina en los foros de
los poderosos y que sentencia: “hay que reducir la población mundial”.
En ese momento hasta Obama, triste caricatura de
afro descendiente triunfador, oscura marioneta de los poderes fácticos,
sintió que se merecía el Premio Nobel de la Paz y hasta el “socialista”
Hollande se pudo mirar al espejo sin vergüenza.
Planificar y educar para un control ordenado del
crecimiento demográfico, podría anunciar tiempos mejores, reducir, si nos
atenemos a lo que ocurre en una actualidad grávida de guerras absurdas, con
negocios farmacéuticos que son responsables de la tercera causa de muerte,
con aguas contaminadas, aire saturado de tóxicos y hambrunas que podemos ver
cómodamente en nuestro televisor con un plato de comida en la mano y una copa
esperando, anuncia que el instinto de conservación de la vida actúa solo a
nivel individual y de grupos de intereses y al hacerlo así se transforma en
una poderosa fuerza autodestructiva.
En los términos de la realidad actual nuestra
relación con la naturaleza, que seguramente conoció épocas más felices, se
está transformando, sin exageraciones, en una trampa mortal. La estupidez
humana pareciera agudizarse al interior de una implacable sociedad de
consumo. Bajo ese orden sociedad y saciedad, palabras vecinas, aparecen como
antípodas, como irreconciliables, casi homónimos convertidos en antónimos.
Vivimos construyendo nuevos apetitos sin
preguntarnos, jamás, ya lo anticipó Fromm, si esos apetitos no nos
conducirán, a la larga, a un inevitable abismo. El ser humano inventa o crea
todo lo que viene a su mente sin evaluar las consecuencias, fueron las palabras
del psicólogo y humanista que marcó a nuestra generación el siglo pasado.
Los siglos XX y XXI son testigos de un
exponencial aumento en el consumo de energía, de una desaforada explotación
de los recursos naturales y de una emisión de contaminantes que comienza a
rebasar nuestra capacidad de adaptación.
Todos estos factores no han pasado desapercibidos
para quienes respetan la vida en todas sus expresiones, comenzando por el
equilibrio que requiere la Tierra, y podrían, desde una óptica optimista,
estar contribuyendo a la gestación de una conciencia planetaria que, de ser
más veloz y eficaz que la estupidez de quienes solo piensan en crecimiento,
consumo y ganancias, podría conducirnos a una era de paz, cooperación y
respeto desconocida hasta hoy por nuestra especie.
En 2011 el Secretario General de las Naciones
Unidas hizo, en Davos, ante los muy ricos, esta patética advertencia: “El
modelo actual de desarrollo es un pacto global para el suicidio ecológico”.
Dicho suicidio es contrario a las tendencias que, según las neurociencias,
impulsan al cerebro humano. Es decir es contrario a la naturaleza humana.
El cerebro tiene por finalidad, en sus
estructuras más antiguas, defender la vida y posee, además, en su conjunto,
todas las potencialidades necesarias para que esto ocurra. La plasticidad que
las citadas neurociencias atribuyen a dicho cerebro indica asimismo que
nuestras posibilidades de cambio son abundantes y que la situación misma
podrá forzarnos a adquirir nuevos hábitos de desarrollo y consumo.
Queremos creer que los 500 millones de años que
tiene la parte más antigua del cerebro de nuestra especie, no están
dispuestos a tolerar que un capricho de esta etapa, que Martin Buber calificó
como la infancia de la especie humana, sabotee una aventura que con dolor y
muchas contradicciones y abismos, ha alcanzado alturas que invitan, por
momentos, a soñar con un mundo más pleno, más justo y en total equilibrio con
la Naturaleza.
http://diariouno.pe/columna/las-proximidades-del-abismo/
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No más Puente Piedra
Alan Fairlie
Nos hemos enterado no solo de casos de
corrupción, nacionales e internacionales. Muchas empresas la tienen como una
práctica vedada sistemática, para maximizar ganancias.
Los sucesos ocurridos en ese distrito, deben
llevarnos a profunda reflexión.Contratos mal elaborados o con
corrupción,afectan a los ciudadanos que no encuentran otro modo de reclamar
que la protesta callejera, reprimidas en muchos casos desproporcionadamente,
y con lamentables pérdidas humanas.
La privatización de los servicios públicos o de
infraestructura por diferentes mecanismos tienen ya décadas, se requiere un
análisis renovado que permita hacer un balance y tomar los correctivos que
sean necesarios. En última instancia, es la discusión sobre el rol del Estado
y del mercado en la producción y distribución de bienes, servicios, e
ingresos.
LA PRIVATIZACIÓN
Esta se dio en los noventa del siglo XX, donde la
consigna fue “todo es privatizable”. Al margen de la corrupción y negociados
que se dieron, fue uno de los ejes de política planteados por el denominado
consenso de Washington. Se trataba de buscar con este mecanismo, una
asignación eficiente de recursos, evitar déficits fiscales
estructurales,desequilibrios externos y financieros, que los déficits de las
empresas públicas generaban.
Fue tal la implementación, que incluso sus
propios mentores señalaron excesos que deberían ser corregidos.
Especialmente, el hecho que monopolios públicos fueron sustituidos por
monopolios privados, que hicieron uso y abuso de ese poder.
También se justificó esa privatización, porque en
el contexto de crisis o quiebra de empresas y países, se requería inversión
extranjera. Para ello, había que darles incentivos especiales, contratos de
estabilidad tributaria, regímenes ad-hoc, que implicaban dejar en suspenso
normas laborales o ambientales y leyes que el resto tenía que cumplir.
La experiencia ha sido mixta en cuanto a
resultados, dependiendo de sectores y países. En algunos de ellos, se
revirtió la situación y los estados redefinieron las rentas de los recursos
naturales y su distribución. En otros, hubo experiencias exitosas, ya que se
implementaron simultáneamente, mecanismos eficientes y autónomos de
regulación y supervisión
CONCESIONES Y ASOCIACIONES PÚBLICO-PRIVADAS
También se dieron concesiones masivas en
múltiples sectores, con empresas principalmente extranjeras y socios locales
usualmente minoritarios. Hubo competencia diversa y condiciones adicionales
de protección de inversiones tanto en los BITs, como en los TLCs firmados por
los gobiernos.
Así, no eran los tribunales nacionales sino el
arbitraje internacional donde podían acudir las empresas extranjeras, para
cautelar sus intereses. De hecho, juicios millonarios tuvieron que enfrentar
varios gobiernos latinoamericanos.
Las experiencias exitosas, no solo tuvieron
adecuados sistemas de regulación, sino también leyes antimonopolio, que
regulaban fusiones y potenciales abusos de poder monopólico.Esto último es un
requisito que inclusive la OECD promueve y que el Perú aún no cumple. Y, los
organismos y actuales mecanismos de regulación, requieren ajustes que
corrijan limitaciones existentes.
Una modalidad más reciente, ha sido el de las
asociaciones público-privadas. Un argumento que se presenta, es que dadas las
limitaciones financieras del estado y las brechas de infraestructura y de
inversión que se necesitan cubrir en nuestros países, se debe dar una
asociación con el sector privado. EL estado debe ofrecer suficientes
garantías, para que las inversiones se lleven adelante.
Sin embargo, hay discusión sobre si existe la
necesidad de tales garantías, y sobre todo, las cargas fiscales que debe
asumir el estado generando desequilibrios fiscales no desdeñables. Un debate
recurrente, es sobre el rol del Estado en la economía, ya que con estas
asociaciones, muchas veces el sector privado participa ventajosamente y con
facilidades para invertir en sectores que aún en versiones de estado mínimo,
este debería asumir.
La discusión es por lo menos a dos niveles. Una
teórica, sobre los roles que en el siglo XXI debe tener el estado y el
mercado considerando las características concretas de nuestras economías.
Otra empírica, analizando experiencias exitosas internacionales y en nuestro
país, así como aprender de los excesos y errores cometidos. A partir de este
análisis, se deben elaborar las mejores alternativas y políticas para el desarrollo
nacional.
Pero, hay una variable que aparece en el
escenario, la corrupción. Nos hemos enterado no solo de casos aislados,
nacionales e internacionales. Sino que muchas empresas la tienen como una
práctica vedada sistemática, para maximizar ganancias.
Hay estudios que muestran históricamente el daño
no solo moral, sino económico, que representa para la República, la
corrupción. En la historia reciente un hito se dio en los años noventa del
siglo pasado. Con el caso Lava Jato, se muestra una práctica condenable en
diferentes gobiernos, donde habría llegado hasta las más altas esferas del
poder.
Diferentes partidos y movimientos políticos, no
han cumplido promesas de luchar contra esta lacra, y en varias oportunidades
han traicionado el mandato popular recibido en las ánforas. Esto puede llevar
a sectores desesperados, a buscar soluciones extremas.Cuando la
institucionalidad no funciona, se buscan canales al margen de ella o se
plantean nuevas institucionalidades.
Por eso es tan delicada la situación actual. A la
precariedad del partido de gobierno, el control del Parlamento por una fuerza
diferente, se suma la debilidad de instituciones, el entorno externo
desfavorable, el reciente escándalo internacional que amenaza involucrar al
conjunto de las fuerzas políticas.
NO MÁS PUENTE PIEDRA
Se debe agotar los mecanismos de diálogo y
búsqueda de consensos, que cree una plataforma mínima para seguir adelante.
Potenciar el acuerdo nacional, con más atribuciones y compromisos que el
gobierno implemente.
No parece ser el camino, la imposición del
continuismo económico y político del modelo en curso. Anunciar que a toda
costa se impulsarán inversiones que no tienen licencia social, o gobernar por
decretos legislativos, que más allá de un debate secundario serán apoyados
por la fuerza que controla el Congreso, porque comparten estratégicamente el
proyecto en curso.
Debemos evitar la polarización y los conflictos
sociales. Más allá de los partidos o movimientos, la población reaccionará
espontáneamente en defensa de sus derechos. Tampoco es una salida, la
criminalización de la protesta.
Debemos respetar a la ciudadanía, cambiar los
contratos que haya que cambiar, y diseñar una estrategia de mediano y largo
plazo que nos permita avanzar hacia el desarrollo sostenible que beneficie
sobre todo a los sectores menos favorecidos. Debemos construir una nueva
institucionalidad en los partidos y el país, que nos permita alcanzar tales
objetivos.
http://diariouno.pe/columna/no-mas-puente-piedra/
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¿Qué deparará el 2017 en materia laboral? (se
prenden las alarmas)
Enrique Fernández-Maldonado Mujica
Esta semana que concluye sucedieron dos hechos
relevantes en el ámbito laboral. Acontecimientos que posicionaron al trabajo
en la agenda política nacional, algo que no es usual en nuestro medio.
El primero de ellos fue la formación del Comité
Consultivo de Trabajo, a iniciativa del MTPE, el pasado 6 de enero. Formada
como una junta de especialistas que evaluará las iniciativas gubernamentales
en materia laboral y de empleo, su composición está lejos de ser neutra o
equilibrada. Nueve de sus doce miembros son “técnicos” o abogados cercanos al
ámbito privado. Los restantes son profesionales con ideas progresistas. Es
altamente probable que en ese espacio prime (o se imponga) una visión a favor
de una mayor flexibilización.
Cuatro días después, el 10 de enero, el
Presidente recibiría en Palacio a la Coordinadora de Centrales Sindicales. Lo
acompañaron el Premier, el ministro de Trabajo y sus viceministros. PPK no se
reunía con los trabajadores desde la visita que hiciera a la Plaza Dos de
Mayo, en el contexto de las elecciones.
Ambos hechos admiten lecturas que van más allá de
lo programático. Queda claro que Kuczynski no va a implementar, ni
remotamente, las demandas presentadas por los gremios. Pero en lo político,
la reunión abre un canal de diálogo (“al más alto nivel”) que puede ser útil,
más temprano que tarde, en la eventual formación de un frente
antifujimorista.
Este encuentro tampoco elimina el conflicto,
siempre latente. La posibilidad del sindicalismo en las calles dependerá en
gran medida del tenor de las políticas laborales del gobierno. PPK asumió
varios compromisos durante la campaña. No honrarlos es generar una razón para
la protesta.
Por lo pronto, circula la especie de un paquetazo
laboral que se estaría cocinando en el MTPE. Este abordaría, entre otros
temas, restricciones al arbitraje potestativo, tanto para acceder como en las
funciones y elección de los árbitros (no podrán atenuar las propuestas,
debiendo optar por alguna de las partes); así como el relajamiento de los
procedimientos de ceses colectivos (introduciendo a cambio una indemnización
por despido reducida). De igual forma, se modificaría el sistema de
inspecciones, introduciendo un “incentivo” de un año sin inspecciones para
las empresas que decidan formalizarse, además del “borrón y cuenta nueva” respecto
de los incumplimientos laborales de las empresas formalizadas. Entre otras
medidas similares.
La eventual aprobación de estas iniciativas
pondría en riesgo los puentes tendidos con el movimiento sindical. Forzar una
profundización de la desregulación laboral puede resultar costoso para el
gobierno. Incluso, desde un punto de vista económico, una clase trabajadora
provista de derechos y mejores ingresos dinamizará el mercado interno, y por
tanto, la economía nacional. Precisamente cuando más se necesita.
http://diariouno.pe/columna/que-deparara-el-2017-en-materia-laboral-se-prenden-las-alarmas/
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