sábado, 14 de enero de 2017

OPINIONES 14/'01/2017


bajan, bajan,pie derecho... - Augusto Álvarez Rodrich
El amor en los tiempos de cólera - Alfredo Bullard
"Hermano" Obama, si se podía ¿por qué no lo hacía? - Norelys Morales
PRONÓSTICOS PARA EL 2017 - Mirko Lauer
Obama hasta el fin - Raúl Tola
Sobre “vándalos” e “infiltrados” - Carlos Meléndez
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bajan, bajan,pie derecho...

Augusto Álvarez Rodrich


Va a ser difícil que el gobierno pero, principalmente, la oposición, se den cuenta de que ambos se perjudican si se enfrascan en una batalla sin fin, pero eso es lo que están demostrando las encuestas de opinión pública que miden la aprobación de la ciudadanía a los principales líderes políticos del país.

Como la última encuesta de Datum difundida ayer en Gestión, la cual registra, en el último mes, una caída de ocho puntos porcentuales en la aprobación ciudadana de Pedro Pablo Kuczynski en su condición de presidente de la República, y un incremento también de ocho puntos en la desaprobación de Keiko Fujimori como lideresa de la oposición.

La pérdida de respaldo ciudadano a PPK es un asunto relevante. Un Presidente no debe vivir pegado al rumbo cambiante de las encuestas porque la búsqueda de más aprobación puede, con alguna frecuencia, perjudicar las decisiones gubernamentales de una trayectoria positiva y sensata en el mediano plazo.

Sin embargo, cuando una presidencia tiene una debilidad de origen como la de PPK debido a lo pequeño de su bancada parlamentaria y a la mayoría aplastante del fujimorismo en el Congreso, volverse más frágil implica un riesgo grande.

Por un lado, porque carecerá de la fuerza elemental para poner en marcha sus iniciativas y, por el otro, porque quedará desguarnecida frente a una oposición con sangre en el ojo y ánimo de demolición como es, sin duda, y aunque sus ayayeros mediáticos lo nieguen, Fuerza Popular.

Enero 2017 es el primer mes, además, en el que Datum registra que la desaprobación a PPK (48%) es superior a la aprobación (45%).

Las razones de la caída están directamente ligadas a la artillería lanzada por el fujimorismo en el último mes, incluyendo la censura a Jaime Saavedra como ministro de Educación, así como los autogoles que se ha metido el propio gobierno.

Ahora bien, en un sistema político más estable, lo que pierde el gobierno en popularidad, usualmente es ganado por la oposición, pero eso no es lo que está pasando en el Perú.

En este sentido, Datum registra que Keiko Fujimori tiene, en su condición de presidenta de Fuerza Popular, un peor balance de popularidad que PPK porque su aprobación es de 38% y su desaprobación de 55%. Algo que refleja su imagen de prepotente.

Y mientras Kuczynski y Keiko Fujimori se siguen peleando, pronto vendrán las revelaciones de las coimas de Lava Jato que serán un huracán que puede arrasar con casi todos los protagonistas de la política peruana.



http://larepublica.pe/impresa/opinion/839550-bajan-bajanpie-derecho


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El amor en los tiempos de cólera

Alfredo Bullard


Lo más asombroso del realismo mágico es que es superado por la realidad. Gabriel García Márquez dijo que muchas veces no podía usar hechos reales en sus novelas porque eran demasiado irreales para ser creíbles.

En el cine, el teatro y la literatura el amor suele desatar cólera. Pero son los amores imposibles, los amores increíbles frente las circunstancias, los que desafían a la ira y la superan, los que se vuelven inmortales: Romeo y Julieta, Rick Blaine e Ilsa Lund en “Casablanca” o Florentino Ariza y Fermina Daza en “El amor en los tiempos del cólera”.

Óscar Ugarteche y Fidel Aroche se casaron en México, de acuerdo a las leyes de ese país. Una jueza acaba de ordenar al Reniec que inscriba su matrimonio. La historia de Óscar y Fidel continuará. Pueden perder en las siguientes instancias (de hecho es probable que suceda). Los han insultado, cuestionado, maltratado. Han desatado cólera.

Pero no importa. Así se escriben las historias de amor. No creo que valgan por tener final feliz, sino por el esfuerzo de llegar a tenerlo. Finalmente, la felicidad no es un estado sino una actitud.

Como se dice en “El amor en los tiempos del cólera”: “Lo más absurdo de la situación de ambos era que nunca parecieron tan felices en público como en aquellos años de infortunio. Pues en realidad fueron los años de sus victorias mayores sobre la hostilidad soterrada de un medio que no se resignaba a admitirlos como eran: distintos y novedosos, y por tanto transgresores del orden tradicional”.

Y es que el amor (el verdadero) no discrimina. Pero sí es discriminado. Uno se enamora de quien se enamora. Que a los demás no les guste es un problema distinto.

El derecho a amar a quien se quiera, como se quiera y donde uno quiera no se ha definido nunca en un solo caso ni por un hecho único. Desde la limitación de los derechos de las mujeres a casarse con quien quisieran, las prohibiciones a los matrimonios interraciales o entre personas de distintas religiones, o el matrimonio entre personas del mismo sexo, el avance del derecho a amar ha sido de a pasos, cortos pero sucesivos. Ha estado lleno de derrotas y de pequeñas victorias, la mayoría de ellas parciales y de alcance limitado.

La intolerancia es un enemigo enorme, constante, hostil, usualmente malvado. Pero no es invencible y, usualmente, es vencido. Lo malo es que toma tiempo. Lo bueno es que esas victorias son las que valen la pena.

El mundo ya se mueve en un sentido. Estamos interrelacionados con ese mundo. El número de países que admiten el matrimonio entre personas del mismo sexo va en aumento, y no va a retroceder. Peruanos irán a casarse a esos lugares y personas casadas en esos lugares vendrán al Perú. Cada vez serán más y nos mostrarán más claramente la inconsistencia de ir contra la corriente: padres o madres de un mismo sexo que no pueden inscribir a sus hijos por sus nombres legales porque un niño no puede llevar los apellidos de dos padres o dos madres, representantes diplomáticos que exigen a cancillería que su cónyuge, de su mismo sexo, reciba los beneficios que corresponden a los cónyuges de los diplomáticos, inscripción de transferencias de bienes por sucesión entre cónyuges del mismo sexo, derecho a decidir sobre el tratamiento de un cónyuge o sobre la donación de sus órganos y sigue una larga lista de etcéteras.

El sistema legal no podrá mantener tanta irracionalidad intolerante para siempre. Tarde o temprano los muros de la intolerancia cederán. No de golpe. Será poco a poco, ladrillo por ladrillo. Serán momentos difíciles para una lucha aún joven. Pero como dice García Márquez en el libro citado, “Aprovecha ahora que eres joven para sufrir todo lo que puedas […] que estas cosas no duran toda la vida”. Finalmente, “El amor se hace más grande y noble en la calamidad”.

Y los encolerizados que atacaron e insultaron serán juzgados por la historia y recordados como merecen ser recordados: “Cuando los encuentre, fíjese bien […], suelen tener arena en el corazón”.


http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/amor-tiempos-colera-alfredo-bullard-noticia-1960441



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"Hermano" Obama, si se podía ¿por qué no lo hacía?

Norelys Morales



Ya de salida el presidente Barack Obama hace algo de lo que debió hacer y pudo hacer, incluso sin abrir el camino al proceso de normalización de las relaciones con Cuba, puesto que aún no es normal mientras actúe el bloqueo, exista la Base Naval militar de Guántanamo en el corazón de la tierra cubana y, el aparato mediático agresivo contra los cubanos se mantenga con financiamiento millonario y transmisiones ilegales de radio, televisión y páginas web, para mentir, confundir y atacar.

Es que el "hermano" Obama, como bien ironizara Fidel Castro [1], estuvo demasiado ocupado en remontar su propia incapacidad y su ineptitud política para comprender las consecuencias de sus actos y su falta de carácter frente al complejo Industrial-Militar y los innumerables lobbies que siempre han controlado a los presidentes norteamericanos, según el analista Guadi Calvo [2]; con lo que el mundo transita, definitivamente por una tercera guerra mundial sin freno a la vista.

Con Cuba, el Presidente, quiso matar varios pájaros de un tiro en relación con América Latina reconociendo al gobierno cubano y enfrentando negociaciones, pero le salió el tiro por la culata porque no apreció que estaba frente a una revolución de principios, y celosa de su soberanía nacional y una historia y una cultura, que no es un menú miamense ni el insulto de ubicar como símbolo cultural a los Estefan, frente a una colosal Alicia Alonso. Hay que leer su discurso en La Habana aquel marzo del 2016 para aquilatar el re-juego de su smart power, frente a Cuba fracasado. [3]

Ahora, de ese algo que pudo hacer antes y no hizo, es sencillamente eliminar una política injustificadamente discriminatoria a favor de emigrantes cubanos, que como reconoce la declaración presidencial, "estamos tratando a los emigrantes cubanos de la misma manera que tratamos a los migrantes de otros países".

Hasta ayer 12 de enero de 2017, la política de ''pies secos-pies mojados'' que aplicaron con el fin de agredir al gobierno cubano, fue permitir a cualquier cubano que lleguara a Estados Unidos convertirse en residente legal, a cuenta de decir que era un "perseguido político". Asimismo, la decisión pone 'fin al Programa de Libertad Condicional Médica Cubana', conocido como Parole, que incentivaba la deserción de profesionales de la salud formados íntegramente en la Isla. Todo para alimentar la propaganda burda y justificar la supuesta violación de los derechos humanos en Cuba, un tips del que no se aparta la ultraderecha y, que lamentablemente continúa en tiempos de posverdad.

Conforme a la elegante y eficaz diplomacia cubana, Josefina Vidal, directora general para Estados Unidos de la cancillería, reiteró el compromiso de Cuba de garantizar la migración regular, segura y ordenada de los ciudadanos de la Isla, así como su derecho a viajar y a emigrar.Con el acuerdo fue eliminado un grave problema para la seguridad de ambos países y la de nuestros ciudadanos.

Ese trato preferencial creaba serios problemas para la seguridad de Cuba, de Estados Unidos y de nuestros ciudadanos, que se veían expuestos al tráfico de personas, fraude migratorio y a la violencia.

Vidal argumentó que con el convenio a los cubanos se les iguala en términos migratorios con el resto de los ciudadanos del mundo, y estarán sujetos asimismo a las leyes estadounidenses.Para la negociadora, eliminar de esas prácticas, así como de la vigente Ley de Ajuste Cubano, es un reclamo que Cuba por muchos años hizo a Estados Unidos.

Es obvia la consideración de que este es un paso significativo en las relaciones bilaterales y que responde al interés nacional de los dos países.

¿Cuántos pasos más se pudieron dar en la dirección correcta? No se sabe, pero lo indudable es que sí se podía trabajar más y sin hipocresías por una relación normal y civilizada, a pesar de las enormes diferencias entre Cuba y Estados Unidos. De todas las prerrogativas presidenciales que disponía Obama solo usó tres.[4]

Goodbye, "hermano" Obama, disfrute sus millones de vendedor de armas y artífice de guerras, cobre bien sus conferencias y ojalá, que algún auditorio le escuche verdades sobre Cuba, que aunque usted las pase por alto, queda la lección de que la dignidad no fue negociada, sin lágrimas ni victimizaciones, a pesar del daño que Estados Unidos ha ocasionado a los nacionales cubanos y a los estadounidenses.


http://rebelion.org/noticia.php?id=221632


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PRONÓSTICOS PARA EL 2017


Mirko Lauer


La aprobación de Pedro Pablo Kuczynski, Keiko Fujimori y Luz Salgado en las encuestas seguirá cayendo en paralelo, y a lo largo de 12 meses nadie podrá recoger esos puntos perdidos. En algún momento veremos una campaña de relanzamiento de Fujimori, probablemente con poco efecto.

○ A la luz de lo anterior, tal vez veremos un par de pre-campañas madrugadoras de los candidatos fuertes en el 2016, pero separados por el JNE, César Acuña y Julio Guzmán. Sobre todo para probar las aguas. Habrá un primer intento de arreglar las cosas entre Acción Popular y Alfredo Barnechea.

○ Antes de julio PPK hará algunos cambios en el gabinete, incluido un par de enroques. Los intentos de desbloquear aquellos proyectos cuya paralización es emblemática (Conga, Tía María) no van a funcionar, y el tema del gasoducto se va a complicar más allá de toda comprensión.

○ En el segundo semestre Fuerza Popular intentará por lo menos una nueva interpelación con censura de ministro, sobre todo para evitar el contagio del gobierno. Por esa misma época lanzará una temprana ofensiva en el tema de las elecciones regional-municipales, con campañas en regiones seleccionadas.

○ Las cosas en la izquierda electoral no se van a resolver. El proyecto de Verónika Mendoza de reunir firmas seguirá empantanado. Marco Arana seguirá preso entre el Congreso, donde no da mucho fuego, y los conflictos, a los que ya no se atreve a entrar de lleno.

○ El Apra vivirá un desprendimiento menor, esta vez en torno a la demora del congreso partidario, a las denuncias en el caso Odebrecht, y a la política frente a las elecciones regional-municipales del 2018, incluida la candidatura a la Municipalidad de Lima.

○ Se agudizará considerablemente el conflicto entre la Comisión Odebrecht del Congreso y la Fiscalía, sobre todo si la información desde Brasil sigue llegando con cuentagotas, y va creciendo el pozo político prometido. Mientras no haya acusaciones concretas, la ventaja es del Congreso.

○ El MEF pronostica 4.8% de crecimiento económico, PPK ha dicho que 4.5%, y el FMI 4.1%. Estas cifras serán puestas a prueba en el pulseo entre la mejora de los precios del cobre (los pronósticos más optimistas llegan a US$2.81 la libra) y los efectos negativos del escándalo Odebrecht.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/839547-pronosticos-para-el-2017


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Obama hasta el fin


Raúl Tola


Barak Obama se despidió de su país en un discurso multitudinario ofrecido en Chicago, diez días entes de la asunción de Donald J. Trump como su sucesor. Había tanta expectativa por escucharlo por última vez que algunas entradas llegaron a revenderse en 2.500 dólares.

El primer afroamericano en alcanzar la presidencia de su país ofreció un discurso sentido y emocionante. Lo aprovechó para hacer un recuento y una defensa de su obra, y para advertir sobre las dificultades que vendrán, y que –aunque no lo mencionó por su nombre– están encarnadas por su sucesor. Como tantas veces, volvió a demostrar su capacidad de argumentación, sus cualidades como orador y su empatía con las masas.

Han pasado ocho años desde que Obama ganó a John McCain la carrera por suceder a George W. Bush. Heredaba un país comprometido por la escalada bélica que siguió a los ataques terroristas del once de setiembre de 2001, y gravemente herido por el pánico financiero de 2008. No quiero ni imaginar lo que debe suponer dirigir un país tan vasto, complejo y con tantos intereses enfrentados como los Estados Unidos. Hace años, en un perfil para Vanity Fair, dijo: «Nada de lo que llega a mi mesa es perfectamente soluble. Uno debe manejarse en base a probabilidades: cualquier elección que tome tiene un 30 o 40% de posibilidades de salir mal».

Como lo remarcó en su discurso, su gobierno tiene logros que presentar. Estados Unidos lleva 75 meses de crecimiento consecutivo del trabajo, con 15,8 millones de empleos creados desde que asumió el cargo. Creó un seguro cuya cobertura alcanza a 20 millones de personas de las clases medias y bajas, el famoso «Obamacare». Por fin su país se comprometió (aunque con reservas) en la lucha contra el calentamiento global, ratificando el acuerdo del clima en París. Aprobó el matrimonio igualitario, e intentó mantener vivo el discurso integrador que lo catapultó en 2004: «No existe una América blanca, una América negra, una América latina y una América asiática; existen los Estados Unidos de América».

No todas las decisiones que tomó en estos últimos años fueron acertadas. La política externa norteamericana tuvo errores manifiestos, como la apurada invasión a Libia o la falta de decisión en Siria. Las cifras de la expansión laboral son impresionantes, pero pueden empalidecer cuando se analiza la calidad de los trabajos generados. A pesar de todos los esfuerzos, no se logró un avance significativo en el control de armas –todos los intentos fueron bloqueados por la mayoría republicana–, y en el horizonte no se vislumbra un final para el espeluznante espectáculo de las matanzas en aeropuertos, universidades, colegios o bares. Como él mismo reconoció, su país se enfrenta a la competencia de países con mano de obra barata, a la caída de la productividad y a los altos niveles de desigualdad.

Con sus luces y sombras, Obama se hará extrañar. Durante ocho años, el 44 presidente de los Estados Unidos transmitió una imagen de sensatez y humanidad, que suele estar ausente entre los grandes líderes del mundo, ordenando el desbarajuste heredado de Bush. Con todos sus errores, yo echaré de menos sus respuestas inteligentes, su sentido del humor, su tolerancia y sus ganas de hacer docencia desde el cargo. Cuando Trump lo reemplace, con su nacionalismo de panfleto, su matonería de stripclub, sus conflictos de interés y sus mentiras de niño mimado –todas presentes durante su primera conferencia de prensa como presidente electo–, las virtudes de Obama se verán todavía con más nitidez. Bueno, al lado de Trump, hasta Bush parecerá un estadista. Pero esa es otra historia.



http://larepublica.pe/impresa/opinion/839549-obama-hasta-el-fin



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Sobre “vándalos” e “infiltrados”

Carlos Meléndez


¿Cuándo un ciudadano se convierte en “vándalo”? ¿Cuando se cubre el rostro y “ataca a la policía” con piedras? ¿Cuál es el umbral que separa la protesta justa de un ciudadano defendiendo sus derechos al libre tránsito, de un acto cuasiterrorista que atenta contra el libre tránsito de los demás? Las recientes movilizaciones sociales por el rechazo a los puestos de peaje establecidos en el distrito de Puente Piedra dejan en evidencia prejuicios y estigmas que distancian socialmente a los limeños. La prensa –lamentablemente– refleja la profundización de estos desencuentros.

La protesta en Puente Piedra no sorprende; ya la Defensoría del Pueblo había alertado del malestar. No obstante, la grave carencia de un sistema de procesamiento de demandas sociales refuerza el “método del ninguneo”, provocando el escalamiento del conflicto. Revise usted cualquier estallido social contemporáneo –‘baguazo’, ‘moqueguazo’, Conga, etc.– y encontrará una constante: el desprecio estatal como condicionante de la respuesta violenta.

El justo reclamo –¿a quién se le ocurre poner un peaje dentro de zonas residenciales, con el agravante de que son de bajos ingresos?– es deslegitimado socialmente. Esta protesta se empaqueta periodísticamente como un hecho de violencia anómica, radicalizado por “azuzadores senderistas”. El estereotipo que se proyecta mediáticamente es el de “vándalos” e “infiltrados senderistas”, lo que provoca una ola reaccionaria que reproduce los reflejos “mano dura”. Así, las autoridades estatales legitiman la represión y la opinión pública celebra eufórica la estigmatización de los movilizados como “terrucos”. Más represión no es orden, sino ignorancia y desprecio sociales camuflados de “medidas de seguridad”.

Cuando una protesta social alcanza picos de violencia es porque no ha encontrado forma institucional viable para mediar su demanda. La insatisfacción es el imán que atrae a operadores radicales, quienes cumplen la función de llamar la atención de manera desbordada (luego del fracaso de las autoridades políticas respectivas). Dicha violencia es una estrategia de movilización, una suerte de megáfono hacia el espacio público; no es innata en marginales –como se estereotipa–. Los distintos actores sociales tienen distintas maneras de proyectar públicamente sus requerimientos. Si nos quedamos en el plano estrictamente limeño, podemos decir que los vecinos de San Isidro y Miraflores tienen al alcance de la mano los noticiarios televisivos para quejarse sobre la eliminación de puestos de estacionamiento públicos. Los de Puente Piedra –luego de varios intentos–, recurrieron a la violencia. La protesta es, pues, el lobby de los pobres.

El polvo en los zapatos de un limeño es el criterio para distinguir a un “poblador” de un vecino. Este uso discriminatorio de etiquetas reproduce, inadvertidamente, la distancia social y, por lo tanto, la violencia que denuncian con menosprecio. No se trata de ponernos en los zapatos del “otro”, sino de comprender que somos un “nosotros” con problemas cotidianos similares (estacionamientos públicos y eliminación de peajes). No estamos ante un problema exclusivamente de planificación urbana, sino de convivencia social.

http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/sobre-vandalos-infiltrados-carlos-melendez-noticia-1960445



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