jueves, 29 de diciembre de 2016

OPINIONES 29/12/2016


Agenda Cipriani-Fujimori - Agustín Haya de la Torre
Estimado PPK (II) - Luis Davelouis
Israel, la resolución 2334 y la última burla de Obama a los palestinos - Nazanín Armanian
No es tanta la novedad - Mirko Lauer
Odebrecht, el dueño - César Lévano
PPK ya no baila tanto - Augusto Álvarez Rodrich
Tomando el control - Fuad Khoury Zarzar
Un chiste de economistas - Diego Macera
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Agenda Cipriani-Fujimori

Agustín Haya de la Torre


Poner de rodillas en su casa a quien derrotó a su candidata preferida, seguramente le generó una oscura satisfacción al cardenal Juan Luis Cipriani. Reconocido como “operador fujimorista” por la prensa internacional (así lo califica un reciente artículo en Nueva Sociedad, revista de la Fundación Friedrich Ebert), aprovechó la resaca de la censura al ministro de Educación, para arrinconar al Presidente.

Acompañado por una intensa campaña en los medios adictos a la cleptocracia, que no le perdonan ni una mueca a Pedro Pablo Kuckzynski, ni siquiera una arenga a sus confundidos partidarios, el arzobispo del Opus Dei trataba obviamente de llevar agua para su molino.

La agenda de la extrema derecha anda particularmente agresiva en temas de sociedad. Desde que el gobierno decidió cumplir con la sentencia judicial que autoriza la distribución del anticonceptivo oral de emergencia, volvieron a la carga. Cipriani no solo no se resigna a convivir de acuerdo a los valores republicanos, sino como sabemos, es un enemigo declarado de los derechos humanos.

Su admiración por la dictadura de Alberto Fujimori la convierte en activa militancia. Aliado con talibanes evangélicos, tiene trazada toda una estrategia de movilización contra el Estado laico y la dignidad de las personas.

En la empresa conjunta, propician campañas contra la igualdad de género, el matrimonio igualitario, la diversidad sexual o el aborto terapéutico. Colocan en el blanco las políticas públicas en salud reproductiva y educación sexual. En ambos casos el Perú no hace más que ponerse al día con políticas internacionales, en las que llevamos atraso precisamente por la intromisión de los fanáticos.

El fujimorismo promueve a fondo dicho libreto oscurantista. Plagado de representantes de la economía delictiva, bendecidos por curas y pastores dogmáticos, pretende desconocer las libertades ciudadanas.

No resulta extraño que la única reunión entre fuerzas políticas, al margen de las instituciones democráticas, sea la propiciada por el promotor eclesiástico de Fuerza Popular.

Felizmente que el gobierno recordó que existe el Acuerdo Nacional. Creado precisamente para reforzar los vacíos políticos dejados por la dictadura en la Carta de 1993. El Acuerdo funcionó con regularidad hasta el 2011, cuando aprobó por unanimidad el Plan Estratégico de Desarrollo Nacional al 2021.

Ollanta Humala, en su acelerado paso del chavismo al liberalismo, lo olvidó. En estos meses, PPK lo resucita para buscar consensos que ojalá no se reduzcan a mínimos intrascendentes.


http://diariouno.pe/columna/agenda-cipriani-fujimori/


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Estimado PPK (II)

Luis Davelouis


Le decía que simpatizo en parte con su mirada hacia la política y sus actores. Que también encuentro terrible y de miserables que un sujeto negocie un voto para poner un caño a condición de que se contrate a su pariente para poner ese caño.

El problema es que en un mundo en el que la obtención de renta se pone por encima de cualquier otra consideración, ser principista sin ser práctico es un gran riesgo. A las ratas, le decía ayer, se les mata o aísla. Uno no normaliza su vida para incorporarlas ni les pone casa, seguro social ni derecho a voto. Y la razón es simple: la rata no puede ser quien no es porque ni siquiera puede imaginar otra cosa.

Odebrecht acaba de reventar y todos estamos pendientes de los detalles y, sobre todo, de los nombres. En gran medida, porque involucra a más gente de la que uno está dispuesto a imaginar, pero también porque es la gran oportunidad de las ratas de demostrar que, en el fondo, todas son ratas. Depende de usted y de su equipo demostrar que no es así: caiga quien caiga, sin importar si uno se llevó 50 millones y otro en cambio solo 10 mil o uno antes y otro después. Todos los corruptos condenados y/o presos, no importa si no cumple condena por prescripción. El mensaje debe ser fuerte y claro: le robas al país y te jodes de por vida.

No retroceda. Y si lo hace pensando que ello servirá aunque sea para sacar los cuatro proyectos por los que quiere ser recordado, piense que solo se convertirá en un cómplice de todos a los que les da igual la justicia, la ética y el Perú republicano que Ud. prometió. La mejor manera de ser intrascendente es no hacer olas y, en épocas como estas, la intrascendencia es complicidad.


http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-estimado-ppk-ii-2266335


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Israel, la resolución 2334 y la última burla de Obama a los palestinos

Nazanín Armanian


Mientras un rabino israelí prohibía la visita al árbol de Navidad por ser “una afrenta a la identidad judía”, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobaba una resolución exigiendo a Israel el fin de los asentamientos en Cisjordania y Jerusalén, y la destrucción de las viviendas palestinas. EEUU, por vez primera, dejó de vetar una condena a Israel y se abstuvo. La iniciativa fue presentada por Egipto, aunque había sido gestada por la Casa Blanca, como refleja la prensa hebrea del mes pasado.
Si con ello, Barak Obama pretendía en la recta final de su presidencia colocarse en el lado correcto de la historia, y también salvar a Israel de sí mismo, fracasó en ambos objetivos. Esta resolución que se niega a tomar medidas para forzar a Israel a cumplirla, no hace ninguna referencia al cruel bloqueo a Gaza, ni trata el derecho de retorno de los refugiados, se convertirá en otro papel mojado.

Al principio de su mandato, Barak Obama mostró algo de simpatía hacia la causa palestina: eligió a Egipto, no a Israel, como el destino de su primer viaje al extranjero, donde reconoció “la intolerable situación del pueblo palestino”. También intentó desligar la agenda política de EEUU para Oriente Próximo a los planes de Tel Aviv, pero ante los gritos de Netanyahu de “Aquí mando yo”, al final se rindió, convirtiéndose en el presidente de EEUU que más apoyo diplomático, económico y militar ha prestado al régimen israelí: vetó dos resoluciones en 2011 y 2013 que condenaban los asentamientos ilegales de Israel y se negó a reconocer el Estado palestino. Luego, sin rubor, respaldó la brutal agresión de Israel a Gaza en 2014 y firmó un paquete de ayuda militar a este país por el valor de 40.000 millones de dólares (sacados del bolsillo de los norteamericanos), mientras presionaba a los palestinos que debían “portarse bien” tragando bombas, como condición previa de iniciar el proceso de paz. La cuestión palestina es otro de los grandes fracasos de Obama en su política exterior.

Lo que une a Trump con Netanyahu

El provocador Donald Trump, que ha prometido “reducir la asistencia de EEUU a Naciones Unidas” como castigo por esta resolución, comparte con Netanyahu la ideología racista: Uno habla de la “supremacía blanca” (¡blanca estadounidense!) sobre el mundo y el otro la de los judíos sobre los pueblos de Oriente Próximo. Entre las tareas de los 100 primeros días en el cargo del presidente Trump está el traslado de la embajada de EEUU de Tel Aviv a Jerusalén. La gravedad de dicho plan es tal que Obama acaba de renovar por otros seis meses la renuncia presidencial a mover la sede diplomática de Tel Aviv. Lo mismo hicieron Bush y Clinton. Sin duda, las discrepancias en el seno del poder en Washington sobre el papel de Israel en la zona es una de las principales barreras para la solución de la cuestión palestina.

Una relación asimétrica donde un pequeño país ha vivido la superpotencia, sin siquiera darle las gracias o mostrarle respeto al menos en público. Israel está más interesado en la tierra, el agua y el petróleo de los vecinos que en la paz, y avanzará en sus planes de crear el “Gran Israel”, ahora que la “cuestión palestina” no es prioridad para la ONU o para alguna potencia, y eso a pesar de que sus aliados temen las imprudencias de los mandatarios hebreos.

Esta derrota diplomática de Israel no significa ninguna victoria para Palestina. La caída de la Unión Soviética primero y la destrucción de Irak, Libia, Siria y la soga al cuello de Irán que representa el acuerdo nuclear, han cambiado el equilibrio de fuerzas en la región en perjuicio del pueblo palestino. El proceso de paz está muerto y en estos momentos ya no sirven los mecanismos tradicionales de ejercer una presión tangible sobre Israel para que cumpla con la legalidad internacional. Difíciles tiempos para los palestinos que exigen nuevas e ingeniosas formulas de conseguir sus derechos.




http://blogs.publico.es/puntoyseguido/3668/israel-la-resolucion-2334-y-la-ultima-burla-de-obama-a-los-palestinos/


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No es tanta la novedad


Mirko Lauer



Aunque a Pedro Pablo Kuczynski le gusta decir que llegó a la presidencia por una serie de milagros, en verdad triunfó a partir de una fórmula conocida, con variantes, desde 1945 o 1963: enfrentar al Apra y sus socios desde una alianza derecha-izquierda. Que es lo más parecido que tenemos a un bipartidismo.

Tan conocida la fórmula, que incluso la megabancada de Fuerza Popular es la versión siglo XXI de la mayoría parlamentaria Apra-Uno de 1963 que le dificultó la vida a Fernando Belaunde, y contribuyó al golpe militar de 1968. Ganar y luego gobernar en minoría ha sido un predicamento frecuente de las presidencias en el Perú.

En cierto modo PPK traía la fórmula en la sangre, pues fue funcionario de tres gobiernos que llegaron con alianzas similares. Aun así, no se puede hablar de una estrategia planeada. La confluencia con la izquierda electoral prácticamente le fue impuesta por el camino, y duró el tiempo que demoraron en aparecer los resultados oficiales.

José Luis Bustamante no pudo entenderse con la mayoría parlamentaria y fue golpeado en 1948. FBT tuvo el mismo problema y fue golpeado en 1968. Lo mismo sucedió con Alberto Fujimori, lo cual llevó al autogolpe de 1992. Otros presidentes en minoría encontraron la manera y pudieron terminar su periodo.

En teoría la actual no es una era de interrupciones del orden constitucional. El debate hoy es si zafarse del corsé de una mayoría parlamentaria por la vía constitucional es materialmente posible, conveniente, o contraproducente. El otro lado de esta discusión, que es la que terminará definiendo a PPK, sobre los entendimientos obligatorios.

Donde PPK se desvía de la fórmula que lo llevó a la presidencia es en su desinterés por los grupos que no son la mayoría opositora, con los que ha tenido diálogos poco relevantes. Formalmente ninguno de ellos, ni todos juntos, puede hoy modificar la aritmética del Congreso, y muchos son impulsadores de un antifujimorismo incómodo en Palacio.

En otras palabras, la experiencia del pasado siglo todavía tiene cosas que decir en este siglo, pero eso no le está sirviendo mucho a PPK. El objetivo de hacer un buen gobierno viene en segundo lugar. El primero es hacer un gobierno viable en el plazo que lleva al 2021, y eso se llama alianzas, alianza, alianzas. No importa cuál sea el escenario que se presente.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/834685-no-es-tanta-la-novedad



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Odebrecht, el dueño

César Lévano


Lo que el escándalo Odebrecht revela en estos días no es solo el pago de coimas para estafar al Perú, sino también la arquitectura podrida de un Estado y un sistema. Que tres presidentes de la República aparezcan involucrados revela que Palacio es la correa de transmisión de un crimen que implica abdicación de la soberanía nacional, y traición y engaño a los ciudadanos.

La congresista ahora independiente Yeni Vilcatoma ha condensado esa catástrofe, al recordar una discusión que tuvo en 2014 con Daniel Figallo, entonces ministro de Justicia de Ollanta Humala. La pugna ocurrió porque Vilcatoma, que era procuradora anticorrupción adjunta, pedía que Odebrecht informara sobre el nombramiento del exfuncionario del gobierno regional de Ancash Paul Varas Velarde, acusado de corrupción.

Vilcatoma recuerda que en la áspera discusión Figallo se exaltó en su defensa de la empresa brasileña, y llegó a decir: “Odebrecht pone y saca presidentes, Odebrecht es dueño del Perú, Odebrecht es dueño de Latinoamérica”.

En las redes sociales circula una revelación, que le añade sal a la herida. En correspondencia del otrora embajador de Brasil en Lima, André Mattoso, el diplomático informaba que las empresas brasileñas Odebrecht, Andrade Gutiérrez, Camargo Correa, Queiroz Galvao y otras pedían 800 millones de dólares para construir los tramos II, I y IV de la carretera Interoceánica; pero el gobierno ofrecía 700 millones de dólares.

Los empresarios cariocas emplearon un recurso que los capitalistas alemanes inventaron a fines del siglo XIX. La concertación de precios, el cartel. Para presionar, se abstuvieron en conjunto. El gobierno de Alejandro Toledo cedió al chantaje y otorgó las obras de los citados tramos por mil millones de dólares. ¡Más de lo que pedían las empresas!

¿Fue una reacción del corazón de Toledo, ebrio de generosidad, o hubo, por debajo de la mesa, el viaje de ese dinero que llega solo a Palacio.

El excongresista Juan Pari, del bloque Dignidad y Democracia, que investigaba el caso Lava Jato en el Perú, ha señalado un antecedente del caso. Cuando presentó, en su condición de presidente de la comisión, un informe, congresistas humalistas y toledistas, junto con Mauricio Mulder, bloquearon el documento. Dado ese caso de parcialidad, Mulder debiera abstenerse en el proceso actual.

Tres presidentes aceitados para saquear el dinero público. ¡Y después nos hablan de democracia representativa!



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PPK ya no baila tanto


Augusto Álvarez Rodrich


Pedro Pablo Kuczynski no termina bien el 2016, lo cual contrasta con el optimismo del inicio de su presidencia hace justo cinco meses.

Esto no tiene que ver, principalmente, con la pérdida de aprobación en la opinión pública que PPK sufrió en ese lapso, algo que, sin embargo, no es deleznable ni irrelevante.

A la popularidad de PPK le pasó lo que a todos los presidentes: de la euforia inicial pasó a la desilusión gradual. Alan García II, Ollanta Humala y PPK terminaron su quinto mes, el de su primera navidad en Palacio, con 50%, 47% y 48%, respectivamente, según Ipsos. Alejandro Toledo acabó en 30%, pero por la crisis ‘Zaraí’.

Una presidencia poco popular siempre es obstáculo para gobernar –en el sentido de concretar políticas públicas en vez de solo durar–, pero en el caso de PPK el riesgo es mayor pues un descenso marcado puede producir una inestabilidad grande.

En 48%, como hoy, no hay problema, pero con una oposición con sangre en el ojo y chaira en la mano, como la fujimorista, debajo de 20% colocaría a PPK en the twilight zone.

Pero el problema principal de la presidencia de PPK en el momento actual no es de popularidad sino de debilitamiento por pérdida de liderazgo luego del zarandeo que le han pegado desde que el fujimorismo salió a atacar con todo para bajarse, sin más argumento que la necesidad de que el gobierno sepa quiénes son, al mejor ministro del gobierno.

La respuesta política de PPK fue cambiante y dubitativa, trastabillando entre usar o no el mecanismo de la cuestión de confianza, y en estas situaciones ocurre como cuando tienes un arma: si la desenfundas es para disparar, no para amenazar. Distinto hubiera sido si, en cualquier camino, el presidente hubiera tenido claro qué iba a hacer desde el inicio.

Y la pérdida de liderazgo de PPK se agravó por la forma en que se realizó su cita con Keiko Fujimori, en donde los tres participantes hicieron lo posible para que quedara claro que ella es la que corta el jamón en el país.

A lo anterior se suma el despelote en la bancada PpK, dando la sensación de que su gobierno se empieza a parecer al final de Ollanta Humala.

¿Está todo perdido? Claro que no. Si algo demostró PPK en la campaña es que, como el Ave Fénix, cuando todo parecía perdido, resurgía de sus cenizas. La oportunidad es la primera semana de enero cuando se presenten los decretos legislativos, pero lo crucial será recuperar liderazgo, rumbo, cohesión, solidez, la alegría del inicio y hasta, de repente, tirarse por ahí de, vez en cuando, un bailecito para recordar los buenos tiempos.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/834688-ppk-ya-no-baila-tanto

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Tomando el control

Fuad Khoury Zarzar



Los últimos acontecimientos vinculados a graves escándalos de corrupción a nivel nacional (compras públicas) e internacional (el caso Odebrecht y la corrupción destinada a distorsionar los concursos públicos para las grandes obras de infraestructura) han puesto nuevamente en agenda la importancia que tiene el control para la adecuada implementación de políticas públicas en nuestro país. El sistema de control nos permite establecer los mecanismos que aseguren el cumplimiento de los objetivos de política y el adecuado desarrollo de cada uno de los procesos a cargo de las entidades del Estado. De acuerdo con nuestro diseño constitucional, la Contraloría General de la República es la entidad rectora del sistema nacional de control y tiene la responsabilidad de supervisar la legalidad de la actuación de todas las instituciones públicas.

Es importante, sin embargo, que la población y otras instituciones conozcan bien cuál es el ámbito de acción de la contraloría y cómo debe actuar; a fin de evitar expectativas erróneas. Muchas veces se demanda que la contraloría “les ponga el guante a los corruptos” sin distinguir la naturaleza del acto corrupto o el tipo de proceso en el que este se comete. Esto ha generado una presión política que puede ser contraproducente para el actuar de la contraloría, que debe ser totalmente técnico y muy ponderado.

La contraloría puede intervenir de tres formas: previamente, simultáneamente y de manera posterior. El control previo está previsto para operaciones en las que se comprometa la capacidad crediticia del Estado, para la autorización de adicionales de obra y supervisión de obra, así como para operaciones de secreto militar o de orden interno. El control simultáneo se realiza mientras se ejecutan los procesos y permite advertir sobre los riesgos que podrían comprometer el cumplimiento de los resultados. Finalmente, el control posterior se ejerce a través de auditorías y busca verificar que los servidores públicos hayan actuado conforme a las leyes.

De acuerdo con las normas vigentes, la intervención de la contraloría debe ajustarse a ciertos principios y formas de actuación. Por ejemplo, no puede intervenir en los procesos de gestión de las entidades auditadas y debe respetar el criterio de los funcionarios allí donde la ley les da discrecionalidad.

En el control previo y simultáneo, la contraloría determina si existen riesgos en la actuación de los funcionarios, con la finalidad de que estos puedan adoptar las medidas correctivas necesarias. Dada su naturaleza, esta intervención no busca identificar responsabilidades en los funcionarios. Por el contrario, los alerta para que hagan bien su trabajo.

Ante la comunicación de riesgos, la entidad pública puede disponer –o no– las medidas que se consideren apropiadas para evitar o mitigar sus efectos. La contraloría tiene la responsabilidad de hacer seguimiento a los resultados para verificar si se evitó un perjuicio para el Estado. De no ser así, se activa el control posterior y se identifican las responsabilidades.

Es importante tomar en cuenta que, en el marco del ejercicio del control simultáneo, a quien alertamos de los posibles riesgos o irregularidades es a la entidad, que tiene la posibilidad de rectificarlos en el proceso de gestión. El control debe regirse por el principio de prudencia y evitar calificar los hechos advertidos.

Es recién en el control posterior cuando se verifica que los procesos a cargo de los funcionarios se hayan ejecutado conforme al marco normativo vigente. Si se encuentran desviaciones o faltas a la normativa, la contraloría podrá identificar responsabilidades en los funcionarios y, así, impulsará la imposición de sanciones, tanto en la vía administrativa (a través de sus órganos sancionadores y del Tribunal Superior de Responsabilidades Administrativas), como en sede jurisdiccional (civiles o penales).

En caso corresponda, el informe que emite la contraloría es derivado al Ministerio Público, que tiene la función de investigar y elevar el caso al Poder Judicial para que imponga sanciones. Es importante, por lo tanto, tener claro que se trata de un sistema en el que hay tres actores: la contraloría, el Ministerio Público y el Poder Judicial. Si uno de ellos falla, falla toda la cadena. Y como todos sabemos, si esta cadena no funciona, se afianza un sistema donde la impunidad sigue imperando.

Un aspecto clave es que los auditores a cargo de investigar los casos o determinar riesgos cuenten con el conocimiento técnico y la experiencia suficiente para emitir una opinión sobre la actuación de los funcionarios. Esto es más relevante aún cuando se trata del control simultáneo, dado que se debe emitir rápida y oportunamente una opinión sobre la existencia de hechos que podrían poner en riesgo el resultado de los procesos a cargo de las entidades públicas, sin invadir el espacio de discrecionalidad que la ley otorga a los funcionarios.

Por último, un elemento importante a resaltar es el carácter autónomo y técnico que debe imperar en el ejercicio del control gubernamental. Se requiere mucha objetividad en la conducción de los procesos de control, así como tener cuidado de no adelantar opinión, más aun cuando los casos graves y muy graves siguen su curso en procesos de investigación que pueden tardar varios meses. En pocas palabras, la contraloría debe “hablar” primordialmente a través de sus informes de control, con evidencia clara y contundente.

http://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/tomando-control-fuad-khoury-zarzar-noticia-1956772


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Un chiste de economistas

Diego Macera


El chiste dice que hay dos clases de economistas: aquellos que no saben hacer predicciones y aquellos que no saben que no saben hacer predicciones. Lo que esto quiere decir es que los economistas, en general, no somos muy buenos para los pronósticos económicos –ni tampoco para los chistes–.

Sin embargo, como en cualquier cierre de año, los pronósticos económicos sobre el año siguiente abundan. El FMI y el Banco Mundial predicen que la economía global crecería en 3,4% y 2,8% durante el 2017, respectivamente. Los pronósticos locales apuntan a una economía peruana que se expandiría 4,3% durante el próximo año y 4,2% el siguiente.

¿Qué tan acertadas suelen ser estas proyecciones? Para vergüenza de mi gremio, no mucho. Un buen número de economistas no pudo prever las tres últimas crisis económicas de Estados Unidos, ¡incluso meses después de que estas hubieran comenzado! En noviembre del 2007, a menos de un año de la caída de Lehman Brothers, el consenso de economistas daba probabilidades de 1 en 500 de que la economía de Estados Unidos se contrajese en más de 2% para el 2008. Lo hizo en 3,3%.

Pero las rajaduras en nuestras bolas de cristal no se limitan a la previsión de crisis. Estudios que contrastan las proyecciones económicas para Estados Unidos desde 1968 con las cifras reales de crecimiento encuentran que el resultado final estuvo fuera del rango de confianza de 90% casi la mitad de los años. Si usted piensa que es imposible tanta mala suerte en tantos años, tiene razón.

A nivel nacional las cosas no son mucho mejores. En los últimos diez años, la Encuesta de Expectativas del BCR a analistas económicos sobre la tasa de crecimiento del PBI en los siguientes 12 meses estuvo alejada del resultado final, en promedio, 2,1 puntos porcentuales cada año. Por su parte, las expectativas a dos años fallaron en 2,6 puntos porcentuales.

Para poner esto en perspectiva: si todos esos años –en vez de usar sofisticados análisis y regresiones– hubiésemos proyectado que el PBI peruano simplemente crecería a 6% (aproximadamente la tasa potencial del período), el error hubiera sido de 1,96 puntos porcentuales en promedio cada año. Es decir, en general, nos hubiera ido mejor asumiendo que el PBI siempre crecerá a 6% en vez de hacer complejas proyecciones en base a si el futuro Plan Quinquenal de China hará que el precio del cobre suba o a si se viene una buena temporada para la anchoveta.

La verdad es que la economía de un continente, de un país o incluso de una ciudad son extremadamente difíciles de simplificar en un modelo, e incluso más difíciles de proyectar. Con miles o millones de personas, empresas y gobiernos tomando decisiones a cada hora, adaptando sus expectativas e interactuando entre sí, el espacio para la incertidumbre es enorme.

¿Quiere todo esto decir que debemos descartar cualquier intento de proyección económica? ¿Que estamos abandonados, en el mejor de los casos, a la absoluta ignorancia y, en el peor, al completo azar? Por supuesto que no. Hay patrones estables, inercia y también escenarios más viables que otros. Con alta probabilidad, por ejemplo, el crecimiento del Perú seguirá siendo mayor que el de Venezuela o Ecuador durante el 2017.

Lo que sí quiere decir todo esto es que, con demasiada frecuencia, los economistas transmitimos proyecciones que dan la sensación de ser más robustas de lo que en realidad son. Y que, a su vez, con muy poca frecuencia retrocedemos a verificar el tamaño del espacio entre la flecha y el blanco. Quizá si hiciésemos esto último más seguido encontraríamos que muchas de nuestras proyecciones han sido, a lo sumo, un mal chiste.

http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/chiste-economistas-diego-macera-noticia-1956774


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