El diálogo después de la censura - Santiago Pedraglio
Lava Jato made in Perú - Juan de la Puente
Leo manos y la boca - César Lévano
Mar de fondo - Luis Davelouis
Mejórese, Salgado - Mirko Lauer
Pavo de Navidad - Marco Sifuentes
San Marcos ¿nido de despidos? - Lucía Alvites
Trabajar menos, ganar más - Juan Francisco Martín Seco
Trump: inmigrantes y producción - Germán Alarco Tosoni
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El diálogo después de la censura
Santiago Pedraglio
El presupuesto de
los diálogos promovidos por el presidente Pedro Pablo Kuczynski es que quiere
acercarse a Fuerza Popular; más en particular, a su lideresa Keiko Fujimori,
para establecer con ella un vínculo personal.
Este deseo
partiría de un hecho objetivo: Fuerza Popular tiene el control absoluto del
Congreso, y para impulsar cualquier iniciativa medianamente importante, el
presidente requiere su apoyo. Por su experiencia laboral y vital, parece
confiar especialmente, además, en la fuerza de los contactos personales y en
el establecimiento de vínculos de confianza con sus interlocutores. Por eso,
después de su primer contacto, el presidente subrayó pragmática e
implícitamente que se debe olvidar el pasado. Imposible no pensar en una
alusión a la censura de su ministro de Educación.
Es más: también
declaró a todos los medios que el contacto con su principal opositora había
sido útil, franco y constructivo; y que –como se ha dicho– se habían
“centrado en los temas del presente y futuro”. Por último, dijo que el Perú
requiere llegar al bicentenario –el futuro, nuevamente– con “prosperidad y
modernidad”. Queda claro que no se trataba de discutir una agenda, sino de
alentar el acercamiento entre ambos líderes.
La ronda de
diálogos estrictamente políticos se inició y terminó con el primero. Todos
los demás tuvieron algo de decorado, de puesta en escena para justificar el
primero, el único y verdadero. Es de esperar que salga algo diferente de la
reunión del Acuerdo Nacional convocada para el próximo martes.
La apuesta del
presidente es comprensible, pero precaria. La idea de un pacto de
gobernabilidad no tiene un asidero realista. La propia Fujimori fue muy
prudente sobre el grado de coincidencia entre ambos: su principal promesa fue
respetar el Estado de derecho, lo que equivale a decir que no provocará la
vacancia presidencial.
Lo quiera o no
PPK, su gobierno tendrá que aprender a caminar entre acuerdos y
discrepancias, en ambientes ora calmos ora alterados, acusando recibo de
sonrisas y resistiendo gestos amenazantes
http://peru21.pe/opinion/santiago-pedraglio-dialogo-despues-censura-2265744
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Lava Jato made in Perú
Juan de la Puente
He aquí tres notas
cortas sobre el caso Lava Jato que empieza a tomar fisonomía nacional, una
alerta sobre los límites de la denuncia en un país que carece de una
movilización contra la corrupción y experimenta una sequía de sentencias en
los procesos recientes.
Un proceso
anticorrupción inédito. Lo que se apresta a revelar y a juzgar en el Perú es
un inédito proceso contra la corrupción que se lleva a cabo en un país que
carece de un movimiento anticorrupción. Este dato es relevante porque marca
al proceso mismo y le confiere un toque de recepción fría. El Perú no tiene
–y no lo tendrá en la magnitud requerida– a las masas reclamando en las
calles contra los políticos corruptos, como se ha podido apreciar en
Guatemala, Honduras y Brasil. El proceso será muy parecido al que se
experimentó en el juzgamiento de la corrupción del gobierno de Fujimori, es
decir con mucha indignación y algunos resultados judiciales, sin un correlato
de cambio político institucional. Nadie puede asegurar en este momento que
Lava Jato parirá una nueva era, salvo que alguna fuerza realmente nueva se
levante desde el fuego de las revelaciones.
Este caso se
asienta sobre sonados fracasos en la lucha contra la corrupción. El mismo
proceso de los casos ocurridos en la década de los noventa no ha culminado y
a ellos se agregan otros más recientes que no generan la movilización firme
de la sociedad. Es cierto que las encuestas reflejan que la corrupción ya es
el segundo punto de la agenda del futuro, y en algunas el primero, aunque en
un contexto de vacío ciudadano y sin participación más allá de la
indignación.
El juicio a la
democracia. El sistema no está jaqueado por Lava Jato como sí lo está en
Brasil, aunque en nuestro caso significa un severo juicio a la democracia
reciente. Este es el primer escándalo de macrocorrupción en los 15 años de
democracia y a la que no se encuentra asociado el fujimorismo sino lo que se
suponía eran los partidos y gobiernos antítesis. Si hubiese un espacio
distinto al que ocupará el expediente judicial y el morbo político, esta
sería una oportunidad de oro para poner en el banquillo de los acusados
también el discurso facilista de obras más obras desde el poder, el desprecio
por el control y la asociación prensa-corrupción (sí, esa que solo descubre
corruptos y no corruptores).
Creo que es el
momento para extirpar el “roba pero hace obra”, la frase emblemática de una
narrativa social intrínsecamente corrupta que, extrañamente, una parte de la
academia ha disculpado con el argumento del pueblo desinformado. No sé si
para alcanzar este objetivo las elites se atreverán a cuestionar el espíritu
nacional como lo hicieron en su momento los representantes más lúcidos de la
Generación del Centenario.
Un país no
preparado. Por lo mismo, creo que el sistema político peruano no se encuentra
preparado para digerir con eficacia la catarata de información que se
producirá en relación a este caso. Son pistas interesantes el hecho de que
una fantasmal negativa –que no tiene nombre propio– haya impedido en julio de
este año que el Congreso debata el Informe Pari sobre Lava Jato, considerando
que era, por ejemplo, la gran oportunidad de juzgar al gobierno de Humala, en
clara minoría parlamentaria; y los retrasos de la justicia en las
investigaciones de grandes casos de corrupción de los últimos 10 años en los
que no se tienen sentencias. Me pregunto si el sistema de justicia estará en
condiciones de llevar adelante sin dilaciones y con certidumbre este
megaproceso.
Este punto es
crucial y deriva a la prensa una enorme responsabilidad. Los recientes
procesos han demostrado la vitalidad de nuestro periodismo de investigación,
pero una lamentable pérdida de capacidades de medios y de periodistas para
abocarse a los expedientes judiciales. Es paradójico que un país con una
política judicializada no tenga la cantidad suficiente de periodistas
judiciales, de modo que la prensa puede ser engañada en relación a pruebas,
dictámenes, plazos procesales y sentencias. En este caso, el juicio mediático
no servirá de nada.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/833068-lava-jato-made-peru
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Leo manos y la boca
César Lévano
Alguien, Lenin,
creo, dijo que a los políticos hay que mirarles las manos, no la boca. Los
peruanos tenemos una prueba a favor de esa idea: Alberto Fujimori gritando:
¡Soy inocente!
En la esfera
mundial es conocido el caso de Al Capone, traficante de aguardiente en la
época de la ley seca en los Estados Unidos, explotador de la prostitución,
las drogas y el juego ilegal, organizador del sindicato del crimen para
eliminar rivales, pero que siempre se fingió honesto. Al Capone poseía sus
negocios con nombres falsos, y no había registros de sus millonarias
ganancias. Solo en 1927, gracias a una nueva legislación, la justicia pudo
acusarlo por evasión de impuestos.
Mauricio Mulder,
congresista del Apra, acaba de salir en defensa de Alan García, al declarar,
frente a la acusación de la justicia estadounidense de que cobró soborno a la
constructora brasileña Odebrecht, que él pondría las manos al fuego por
García.
¿En qué
investigación se basa Mulder? Ha expresado:
“Yo no pongo las
manos al fuego por [Alejandro] Toledo. Por Alan García, sí, porque yo soy
testigo de cómo él, de una manera absolutamente clara, meridiana, machacona,
insistente, siempre señalaba la vigilancia con el tema de la corrupción”.
O sea que a Mulder
le ha bastado en que García hable contra la corrupción para demostrar su
inocencia.
Esto me trae a la
memoria una frase del escritor José Diez Canseco “Cuando alguien proclama en
una reunión: ‘Yo soy honrado’, lo primero que hago es abrir mi billetera para
ver si está completa”.
En las cárceles,
de las que he sido asiduo inquilino por razones políticas, era frecuente una
explicación. A la pregunta: ¿por qué estás preso tú? Algunos respondían: “Por
una falsa calumnia”.
Con el método de
Mulder, todo acusado podría ser declarado inocente. Es una receta que parece
broma, pero no da risa. No olvidemos que García, cuando fue presidente de la
República, afirmó que había favorecido a narcos con reducción de penas,
previa consulta, caso por caso, con Dios. ¿Se le podía creer?
En lugar de una
defensa sin base, hubiera sido bueno que Mulder aconsejara a su guía y
compañero que presente pruebas de su inocencia y honradez en múltiples
negocios. Uno de estos ha escapado de la quiebra gracias a una compra que
asume millones de pérdida de la empresa.
http://diariouno.pe/columna/leo-manos-y-la-boca/
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Mar de fondo
Luis Davelouis
Odebrecht, la
megaconstructora brasileña involucrada hasta las sienes en el caso Lava Jato,
trabaja en el Perú desde 1979. Quizás una de sus más grandes innovaciones en
manejo de ventas y de clientes haya sido la creación de un gigantesco aparato
específica y expresamente diseñado para gestionar la logística de las coimas
que pagaba a miles de funcionarios públicos y autoridades en decenas de
países en varios continentes.
En el Perú
también. Las concesiones para obras de infraestructura en las que participó
Odebrecht en el Perú suman varios miles de millones de dólares ejecutados a
lo largo de más de 20 años. Muchos con enormes e inexplicables sobrecostos. A
la fecha, y gracias a la confesión del dueño de la constructora, sabemos que
todo eso le costó a Odebrecht al menos 30 millones de dólares.
Sabemos, por las
fechas mencionadas, que involucra a los gobiernos de Alejandro Toledo, Alan
García y Ollanta Humala.
Lo más probable es
que los nombres de los funcionarios que recibieron esos sobornos –seguramente
muchísimo más de 30 millones de dólares– ya estén en algún documento, así
como las rutas y los nombres de empresas y testaferros envueltos. Al menos la
parte bancarizada es perfectamente rastreable. Y todos los nombres van a
aparecer. Todos.
Por los años es
fácil identificar las obras y los montos. Y también quiénes estaban a cargo
de esas obras por parte del Estado por esas fechas. No le será difícil a la
UIF encontrar el rastro si se pone a trabajar en serio.
Lo triste es que
esto nos enfrenta con una verdad que nadie parece querer admitir: la lógica
del lucro y de la acumulación únicamente nos conducen a un destino. Odebrecht
solo llegó antes.
http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-mar-fondo-2265746
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Mejórese, Salgado
Mirko Lauer
La
descompensación, aún no definida, de Luz Salgado, ha sido un lamentable
episodio personal. ¿Pero tiene el percance de salud origen o significación
políticos? No necesariamente. Pero a la vez ha coincidido con el asunto de
las computadoras encargadas por el Congreso, la estela de la censura a Jaime
Saavedra, y la cumbre PPK-FP, tres escenarios que pueden generar tensiones.
Salgado tomó lo de
las computadoras a pecho, al grado de anunciar su renuncia si se llegaba a
descubrir responsabilidad dolosa de algún funcionario del Congreso. Fueron
palabras mayores y un intenso acto de fe, que no le estaba siendo reclamado.
La idea probablemente era cortar por lo sano, algo que en parte acaba de
suceder.
La Contraloría
General advirtió un riesgo en la negociación, y la compra ha sido suspendida.
Aun así, habrá sanciones para quienes resulten responsables de los presuntos
actos irregulares. Aun con la compra anulada, todo esto es una mancha en la
apacible gestión de Salgado, y acerca las cosas a su promesa.
La mención de un
riesgo, la anulación de la compra y que la investigación siga adelante
sugieren que de haberse concretado la compra hubiera causado problemas más
serios. La anulación no va a impedir que aparezcan nombres, de los dos lados
del contrato. Aunque S/ 5 millones le parezcan piltrafa al Contralor, sí dan
como para que la cosa siga.
Nadie espera que
las computadoras precipiten una renuncia en las alturas. Pero sí pueden ser
argumento para un rival en el pulseo por la presidencia del Congreso dentro
de seis meses. Un reemplazo de Salgado sería una lástima para la bancada de
FP, pues la congresista ha demostrado ser una figura a la medida del cargo y
del momento.
De otra parte, es
posible que el proceso contra Saavedra haya significado fuertes pugnas
internas para FP en torno a conveniencias, precedencias, procedimientos y
modales. Hasta un determinado momento Salgado se mantuvo por encima de la
pelea. Pero a la postre las computadoras del Minedu alumbraron a las
computadoras del Congreso.
Es de esperar que
la calma de las fiestas de fin de año devuelvan a Salgado repuesta a su
cargo, y que los médicos finalmente informen qué sucedió.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/833064-mejorese-salgado
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Pavo de Navidad
Marco Sifuentes
La ministra de
Educación no tiene ni una semana en el cargo pero ya ha enfrentado marchas en
su contra. Cientos de manifestantes “contra la ideología de género” se
presentaron delante del ministerio y le exigieron que cambie las políticas de
su antecesor. A la vanguardia de esta retaguardia se encontraban siete
congresistas, cinco de ellos fujimoristas.
Esto ocurrió dos
días después de que el presidente Pedro Pablo Kuczynski se juntara con la
lideresa del partido de esos congresistas. La reunión se dio, supuestamente,
para calmar su fiera oposición, que terminó con la cabeza del anterior
ministro de la misma cartera.
Por cierto, el
anfitrión de esa reunión fue uno de los organizadores de las marchas “por la
familia” o algo así, que fueron la base de las actuales protestas ante la
nueva ministra. Su órgano oficioso de comunicaciones, ACI Prensa, ha
celebrado y cubierto extensamente esta manifestación. Protestas iguales se
registraron delante de las sedes del ministerio en un puñado de otras
ciudades del país. ¿Navidad? ¿Quién está pensando en eso? Estos creyentes, al
menos, no.
El anfitrión de la
cumbre es mucho más cercano a la señora Fujimori que al presidente. Tanto así
que públicamente le había reclamado a PPK por haber nombrado ministras
“respondonas” (no hubo calificativo para los ministros hombres).
No solo eso. Para
la gente que votó en contra del fujimorismo, no se vio como una reunión de
líderes políticos, sino como una emboscada de dos contra uno (en Palacio fue
una sorpresa la fotografía de los tres arrodillados; el acuerdo había sido
que solo se tomarían la foto oficial).
¿Por qué PPK pensó
que esto era buena idea? No se iba a ganar a los fujimoristas (las marchas
contra la nueva ministra seguirán; los ‘fujitrolls’ siguen en campaña de
demolición de todo aquel que colabore siquiera tangencialmente con el aparato
estatal) y solo podía perder al antifujimorismo (el movimiento político
ganador de las últimas dos elecciones). Arrodillarse, literalmente, ante uno
de los poderes fácticos del país es, quizás, un punto de quiebre en lo que va
de su mandato.
Como dijimos la semana
pasada, a PPK solo le queda pactar o ir a la confrontación. No ha pactado y
eso se nota en que la agresividad fujimorista no ha disminuido en absoluto.
Pero con la arrodillada acaba de perder el capital político que acumuló, casi
de chiripa, en la segunda vuelta. Ya no podrá ir a la confrontación, a menos
que se le presente una coyuntura extraordinaria, como lo fue la campaña
contra Saavedra, que aglomere de nuevo al antifujimorismo.
Dicen que PPK
estaba esperando que las aguas se calmen cuando llegara esta Navidad. Parece
difícil. Quizás ahora esté esperando la próxima Navidad. Si lo dejan llegar.
http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/pavo-navidad-marco-sifuentes-noticia-1955415
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San Marcos ¿nido de despidos?
Lucía Alvites
El poeta Juan
Gonzalo Rose, uno de los que más me ha marcado y a quien vuelvo siempre,
decía que San Marcos era “nido de inquietudes, plaza de victorias”. Bien lo
sabía él, estudiante sanmarquino de una generación que vivió la universidad
como espacio público de reflexión y debate constante, donde se jugaba el
presente y futuro del país. San Marcos era, sin lugar a dudas, en la época de
Juan Gonzalo, una cantera de líderes políticos alineados en la búsqueda de
justicia y dignidad en el Perú.
Ha pasado más de
medio siglo y la Decana de América se ha transformado, dejando en cierta
medida de ser ese espacio privilegiado de debate político influyente que era
antes, diversificando los sectores sociales que la componen, colándosele la
dinámica de mercado neoliberal pero, también, dando nacimiento a nuevos
actores que expresa la realidad actual del país y que son el hilo de
continuidad de ese espíritu crítico. Uno de ellos ha sido el Sindicato de
Trabajadores de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos – SITRAUSM que
congrega a todas las trabajadoras y trabajadores que están bajo la modalidad
de CAS y que antes eran SNP (Servicio No Personales).
El SITRAUSM se
creó en el 2007 para representar a la mayoría de trabajadores sanmarquinos
que eran contratados como SNP y que hoy son CAS. Personalmente, me tocó en mi
último año de carrera ver sus esfuerzos para construir un sindicato que la
ley, violando el derecho de miles de trabajadores SNP, prohibía pues no
podían sindicalizarse quienes estaban bajo este tipo de contrato. Sin
embargo, ellos lograron crear su sindicato, devolver la confianza y la
mística hacia el gremio y fueron reconocidos, por medio de inagotables
jornadas de lucha, como un actor en la universidad.
Hoy, su defensa
por el derecho al trabajo y la igualdad laboral nuevamente se ve mellada bajo
una amenaza de no renovación de sus contratos que significa un despido
masivo.
El actual rector
Orestes Cachay, solo ha roto su silencio para decir que los contratos tienen
un inicio y final y si ya no se les contrata así es la ley, obviando la
cantidad de años que tienen estos trabajadores en San Marcos y mostrando una
indolencia absoluta. Además, haciendo abuso de su poder se escuda en
acusaciones hacia los trabajadores que no puede probar y que manchan la honra
de muchas personas que con responsabilidad garantizan el funcionamiento de
nuestra universidad.
No podemos callar
lo que pasa en San Marcos con sus funcionarios, denunciemos y difundamos lo
que está pasando. Nuestra universidad con lo que significa históricamente
para el país no se puede convertir impunemente en un nido de despidos,
parafraseando al gran Rose. San Marcos y sus trabajadores merecen respeto y
eso quiere decir que puedan ejercer plenamente su derecho al trabajo en
condiciones de igualdad. Defendamos a los trabajadores sanmarquinos porque
así estaremos defendiendo esa San Marcos que se jugaba todo por la justicia y
la dignidad en nuestro país.
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Trabajar menos, ganar más
Juan Francisco Martín Seco
Entre las
múltiples leyendas acerca del origen del ajedrez se cuenta aquella que
atribuye su creación al brahmán Sessa Ibn Daher como
respuesta al encargo de un rajá indio. El rajá quedó tan encantado con el
invento que prometió conceder al brahmán como recompensa lo que le pidiese.
Al principio la demanda parecía muy modesta, tan solo que colocase un grano en
el primer cuadrado del tablero, dos en el segundo, cuatro en el tercero, ocho
en el cuarto y así sucesivamente en las restantes casillas. Cuál no sería la
sorpresa del rajá y de los que le rodeaban al comprobar que le resultaba
imposible cumplir su promesa porque la cantidad de grano a entregar era de
18.446.073.709.551.615, suma que no estaba a su alcance conceder.
La leyenda, desde
luego, es de dudosa veracidad, pero tiene la virtud de poner el acento en el
cambio profundo que experimenta cualquier cantidad por pequeña que sea cuando
se la somete a un proceso acumulativo de un número suficiente de términos.
Somos poco conscientes de las transformaciones sociales y económicas que
acaecen a medio y a largo plazo debidas a los incrementos de la productividad,
aun cuando las tasas anuales promedios sean relativamente reducidas (1; 1,5;
2%). Ciertamente estos incrementos son fruto del desarrollo de la técnica, de
la ordenación del trabajo e incluso de las condiciones sociales e
institucionales, y diferentes, por tanto, en las distintas épocas y
sociedades.
Uno de los
aspectos más interesantes del libro de Thomas Piketty, "El capital en el
siglo XXI" -pero también quizás uno de los que menos se han resaltado-
es el esfuerzo que realiza para obtener series históricas de determinadas
magnitudes remontándose de manera estimable en el tiempo. Entre las variables
que estudia se encuentra la elevación de la renta per cápita como resultado
del incremento de la productividad, análisis del que se deducen importantes conclusiones.
El PIB por
habitante apenas creció hasta 1700, con lo que tampoco se modificó
sustancialmente el nivel económico y el género de vida de las sociedades. La
realidad económica comienza a modificarse de forma notable a partir de la
Revolución Industrial. En la Europa occidental la renta per cápita pasó de
100 euros mensuales en 1700 a más de 2.500 euros en 2012, con un crecimiento
anual promedio del 1%. Por supuesto, la evolución no ha sido homogénea a lo
largo de todo este tiempo. En el siglo XVIII el crecimiento fue tan solo del
0,2% anual, elevándose al 1,1% en el siglo XIX y al 1,9% en el siglo XX. El
poder adquisitivo promedio en Europa se incrementó escasamente entre 1700 y
1820, sin embargo se multiplicó por dos entre 1820 y 1913, y por seis entre
1913 y 2010.
Las cifras
señaladas en el párrafo anterior son inferiores en realidad a los aumentos en
todos estos años de la productividad (producción por hora trabajada), ya que
los trabajadores a la vez que conseguían retribuciones mayores se mostraban
dispuestos a sacrificar una parte de ellas a condición de trabajar menos
horas (jornadas más cortas, más festivos, fines de semana más largos y
mayores vacaciones). Es decir, compraban ocio, cambiaban dinero por poder
disponer de más tiempo libre.
Centrándonos en la
segunda mitad del siglo XX, en Europa la producción por habitante creció
anualmente como media el 3,4% en el periodo 1950-1980, mientras que entre
1980 y 2012 lo hizo a una tasa promedio de 1,8%. Hay quien interpreta,
comenzando por el mismo Piketty, que esta desaceleración obedece a la
incapacidad de la economía para mantener el incremento de la productividad a
una tasa elevada, de modo que con el tiempo esta termina ralentizándose. No
parece que haya nada en la Historia que rubrique tal pretensión. Más bien los
incrementos de la renta per cápita han sido por término medio cada vez más
elevados, lo cual parece lógico si se observa que la velocidad a la que se
producen los cambios científicos y tecnológicos es en cada época mayor que en
la anterior.
El periodo
1980-2013 es, muy posiblemente, una excepción que tiene su causa no tanto en
las condiciones científicas y tecnológicas, sino en el modelo de organización
económica, basado en la globalización y en la deflación competitiva. No es el
objetivo del presente artículo ahondar sobre este tema, aun cuando puede ser
interesante hacerlo en el futuro. Ahora se trata más bien de tomar conciencia
de que a lo largo del tiempo, con tasas más o menos elevadas, la
productividad se incrementa y en consecuencia la producción por habitante
también. A una tasa de crecimiento del 1,5% la renta per cápita casi se
duplica en 40 años, y en ese mismo periodo si el incremento promedio es más
modesto, el 1%, esta última variable crece un 50%. En cualquier caso la
conclusión es que los incrementos de productividad elevan sustancialmente el
nivel de vida de las sociedades y de sus habitantes. Podemos afirmar que por
término medio somos cada vez más ricos, por lo que se viene abajo el famoso
discurso de la austeridad y ese intento de convencernos de que ahora no es
posible lo que ayer sí lo era.
El quid de la
cuestión se sitúa en el término promedio, ya que no asegura que todos vayan a
beneficiarse del incremento en la misma cuantía: lo lógico sería que si en un
determinado periodo la renta media ha crecido el 50%, todas las rentas,
incluyendo los ingresos del Estado, se elevasen en ese mismo porcentaje. No
ha sido así. En los 35 últimos años el excedente empresarial se ha
incrementado bastante más que la media, en detrimento de las rentas del
trabajo. El mejor modo de comprobarlo es constatar la evolución de los costes
laborales unitarios en términos reales (salarios reales divididos por la
productividad) que desde el año 1980 se han reducido en 15 puntos en la Europa
de los 15, y en 19 en España. Esta magnitud disminuye cuando los salarios
reales crecen menos que la productividad, es decir, la distribución de la
renta se modifica a favor de los ingresos empresariales y de capital.
Hay un segundo
factor a considerar: históricamente los trabajadores se han apropiado del
aumento de productividad a través de un aumento de retribuciones, pero
también mediante una reducción de las horas trabajadas: disminución de
jornada, más fiestas, fines de semana más largos, mayores vacaciones, incluso
por un adelanto de la edad de jubilación. Tampoco esto ha ocurrido en los
últimos 35 últimos años, durante los cuales en muchos casos las horas de
trabajo más bien se han incrementado.
El aumento de la producción
por hora trabajada debería permitir que todos los trabajadores cobrasen más y
trabajasen menos. Lo contrario de lo que afirmaba un malogrado presidente de
la patronal. Que trabajasen menos, bien en cada jornada bien a lo largo de
toda la vida, con una jubilación digna. Pero todo esto es posible tan solo si
la renta se distribuye adecuadamente y nadie se apropia en exclusiva del
incremento de la productividad. Cuando se produce lo contrario y va a
engordar únicamente a las rentas de capital y empresariales, los trabajadores
por término medio trabajan más cobran menos y disfrutan de peores y más
reducidas prestaciones públicas.
/2016/12/08/trabajar-menos-ganar-mas/
http://rebelion.org/noticia.php?id=220787
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Trump: inmigrantes y producción
Germán Alarco Tosoni
La expulsión de
inmigrantes ilegales ha sido una constante en los EE.UU. Asimismo, tanto las
barreras físicas como los recursos invertidos en la guardia fronteriza han
aumentado a través del tiempo. Sin embargo, los énfasis han variado
dependiendo del Ejecutivo, la reacción del Congreso y el Senado. En general,
los gobiernos demócratas recientes a la par que reforzaban las fronteras
proponían mecanismos que permitían la regularización de ciertos segmentos de
la población; pero también eran bloqueados por la mayoría Republicana. Trump
ha ratificado que expulsará rápidamente 3 millones de inmigrantes ilegales.
Esta política tendría severos impactos negativos al interior de los EE.UU. y en
el mundo.
Mientras que los
capitales internacionales fluyen con toda libertad, no ocurre lo mismo con
los movimientos de las personas. Hay factores de expulsión de los países de
origen y de atracción en los de destino. A veces se explica por una necesidad
imperiosa y en otros casos por la búsqueda de mejores oportunidades. No es un
fenómeno reciente, ya que las mayores oleadas se dieron desde mediados del
siglo XIX, fines de ese siglo e inicios del XX y a partir de los años
ochenta. Para la teoría económica estándar estos flujos son positivos ya que
aumentan la oferta de trabajo, reducen los salarios reales, elevan los
niveles de empleo y la producción. Las remesas de los inmigrantes son
positivas para sus países de origen.
La visión de Trump
es simplona. Los inmigrantes realizan trabajos en actividades y con niveles
de ingresos que no aceptan otros grupos locales. En el caso del sector
agropecuario su presencia es clave al permitir que la producción americana
exista y sea competitiva. En la mayoría de los casos no podría ser sustituida
por tecnología; la ausencia de inmigrantes reduciría los niveles de
producción e impactaría negativamente en el poder de compra estadounidense.
Los inmigrantes también participan en muchos sectores de baja productividad
donde la sustitución por mano de obra de mayores costos afectaría su
viabilidad. Asimismo, habría que analizar si sería posible sustituir toda la
mano de obra inmigrante ilegal en los servicios ya que esto implicaría que
sean llevadas a cabo por norteamericanos reduciendo la oferta de trabajo en
otras actividades productivas.
Una política de
expulsión masiva de inmigrantes ilegales no solo afectaría a los países de
origen de los inmigrantes, encarecería los costos de las empresas y
disminuiría la competitividad. Al pretender sustituir empleo más económico
por otro más caro reduciría oportunidades de producción y empleo. Bajarían
los ingresos, la demanda y la calidad de vida. No solo se generarían efectos
sociales negativos sino que sería un bumerán que dañaría a los
norteamericanos.
http://diariouno.pe/columna/trump-inmigrantes-y-produccion/
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