jueves, 15 de diciembre de 2016

OPINIONES 15/12/2016

Del Milímetro al Kilómetro - Gustavo Gorriti
De sol a sol te tengo pendiente - Diego Macera
El espurio ataque a la Venezuela Bolivariana - Atilio A. Boron
El fujimorismo va por Palacio (y no esperará al 2021) - Gio Infante
El sometimiento - Sinesio López
Esperanzas - Luis Davelouis
Fujitrampas - Agustín Haya de la Torre
La suegra fujimorista - Patricia del Río
Liberalismo y autopistas - Jaime Richart
Mensaje sin mensaje - César Lévano
¿PPK ya sabe, ahora, con quién se mete? - Augusto Álvarez Rodrich


Del Milímetro al Kilómetro

Gustavo Gorriti


Presidente Kuczynski: usted se equivocó al hincar la rodilla frente a la mayoría congresal fujimorista. Al entregarles la cabeza del ministro Saavedra para lograr una ilusión de estabilidad, lo único que logra –para decirlo con verdad aunque sin elegancia– es convertir su gobierno en una piñata y su poder en un salame. Antes que le corten el primer pedazo, en unos pocos días, debe ver que la etiqueta de dicho embutido dice “Vacancia”. Y ese es, me temo, el cadalso político al que usted ha empezado a caminar.

Cuando usted terminó la oda involuntaria a la debilidad que fue su discurso, exhortando a los fujimoristas a ser comprensivos y no decapitar funcionalmente al ministro Saavedra; su expresión, buenaza y hasta conmovedora, fue reemplazada por la de Becerril, quien le respondió con el aire de perdonavidas de quien aprueba la sumisión antes de asestar la primera bofetada, que fue: “Vamos a censurarlo [a Saavedra], con la corrupción no se negocia. Vamos a seguir con la moción de censura”.

Imagínese: ¡Becerril, el dirigente fujimorista, del partido del gobierno más corrupto en la historia de la República, diciendo que con la corrupción no se negocia! Cinismo es lo que menos le falta. ¡Y usted le entrega la cabeza de Saavedra a esa gente!

Sí, claro, podría nombrar a Daniel Mora como nuevo ministro de Educación (si es que Mora acepta, sabiendo, en caso de hacerlo, los tiempos que le aguardan) e insistir así en que “no voy a retroceder ni un milímetro en ninguna de las políticas educativas que le he encargado al ministro” como dijo en su discurso. Pero si los fujimoristas van a descabezar (como anunciaron que harán) a su encargado de “las políticas educativas”, ¿qué le hace pensar que no lo harán retroceder a usted no solo un milímetro sino un kilómetro si les hace falta?. La única manera de conservar los milímetros es mantener y aún acrecentar el poder que la Democracia le confirió en las elecciones. Pero usted lo pierde; y me temo que junto con el poder se va el respeto.

Cuando usted ingresó a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, debió tener claro el escenario que tenía por delante. Gracias a la fraudulenta exclusión de Julio Guzmán, el fujimorismo pudo aumentar su ventaja y entrar a la segunda vuelta con la mayoría del Congreso. Eso, de paso, no se debió a la decisión de los votantes, sino a los retorcidos criterios de cómputo electoral. Los fujimoristas lograron en primera vuelta el 19% de los votos del padrón electoral; el 23,6% de la votación total; y el 36,3% de los votos válidos. En proporción directa, eso debió haber equivalido a 47 congresistas, que no es una representación escasa, pero sí lejana de los 72 que fueron elegidos con los sistemas electorales vigentes.

Desde el comienzo de la campaña de la segunda vuelta, era evidente que si usted ganaba iba a tener a una mayoría del Congreso en contra. Una mayoría, además, disciplinada (o bien arreada), cuya líder esperaba vencerlo sin dificultades y que daba virtualmente por lograda su victoria.

Usted ganó; y podrá recordar lo difícil y complicado que fue vencer en los últimos días y gracias a un giro radical en la campaña.

En mi artículo, “El día siguiente”, escrito un día después de su victoria y publicado el 9 de junio en Caretas 2440, le dije lo obvio, que no lo iba “a tener nada fácil”.

Porque no solo tenía un Congreso controlado por la “terminante mayoría” del fujimorismo sino porque “hasta algunos de los congresistas de su partido empiezan a descubrir precozmente su lado geisha”… que fue lo que pasó en estos días.

Uno de los primeros desafíos que tenía que enfrentar, escribí, es “cómo lidiar con una representación parlamentaria propia, reducida e inestable, con … congresistas para quienes el transfuguismo light es una forma eficaz de estabilidad laboral y longevidad política”.

Esos, que como asesores de campaña lo llevaban, PPK, a una segura derrota al instarlo, en plena campaña a no “irritar a los fujimoristas sino tenderles puentes puesto que con ellos tenía que gobernar”, y que se lo dijeron “cuando estaba cinco puntos abajo y a pocos días de la elección”. Esa misma gente, luego de la victoria que hicieron todo lo posible por evitar, sostuvo que para garantizar “la gobernabilidad” debía concertar con los fujimoristas.

La lección, de haber ganado “una elección que tenía perdida una semana antes con un nuevo mensaje y una nueva actitud” fue que para darle fuerza a un gobierno minoritario “necesita brío y audacia antes que doblar el espinazo” a la mayoría fujimorista.

Era y es necesario, por supuesto, negociar con ellos, pero “desde una base firme y decidida”, entendiendo que el resultado electoral no era fruto de una sólida mayoría fujimorista sino de una mala campaña.

Si, dije entonces, la mayoría fujimorista persiste en “socavar su gobierno”, la Constitución vigente le permite “si se censura a dos gabinetes, disolver (en forma perfectamente legal, a diferencia del 5 de abril) el Congreso y convocar a nuevas elecciones legislativas”. La sola inminencia de eso haría recular a los fujimoristas y lidiar razonablemente con el Ejecutivo.

Escribí poco después, en Caretas 2442, que un Presidente hábil (…) (que) haga clara su determinación de utilizar todos los medios que la ley le faculta”, tendrá éxito.

Si, en cambio, escribí “dobla el espinazo y se calza las rodilleras, no tardará en empezar la piñateada (…) le harán casi imposible gobernar y poco tiempo después se escucharán los primeros llamados de vacancia”.

Lo que fue, hace apenas seis meses, un escenario, describe la realidad de hoy. Despercúdase, señor presidente, y actúe con iniciativa y energía. La mayoría de la gente lo apoyará (muchos de su partido también) y podrá gobernar. De otra manera le reducirán crecientemente el poder y en un lapso más corto que largo, lo acusarán de lo que ellos han causado, la inutilidad, la inoperancia, votarán la vacancia y lo sacarán del cargo.

Usted buscó y luchó por la presidencia y la responsabilidad que implica. Ya que la tiene, ejérzala ahora.



https://idl-reporteros.pe/columna-de-reporteros-284/

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De sol a sol te tengo pendiente

Diego Macera


A comienzos de los años 70, Peter Pyhrr era un gerente de mando medio de apenas 30 años en la compañía de productos electrónicos Texas Instruments. Preocupado por la creciente inflación y su impacto en el presupuesto de su empresa, el joven Pyhrr se preguntó: ¿Habrá alguna manera de optimizar el uso de cada dólar? ¿Qué pasaría si empezamos a planear desde cero el presupuesto cada año?

La pregunta y subsiguiente reflexión de Pyhrr dieron lugar a lo que hoy se conoce como Presupuesto Base Cero. La idea consiste en romper con la inercia presupuestal que amarra implícitamente a las compañías a usar el mismo nivel de recursos para los mismos fines en los mismos departamentos año tras año. Si el año pasado presupuestamos y gastamos X dólares en viáticos –dicen no pocos gerentes–, pues para este año asignemos lo mismo y quizá un poco más porque así siempre lo hemos hecho. El Presupuesto Base Cero, en cambio, obliga a repensar el destino de cada dólar del presupuesto en función de dónde puede alcanzar mayor rentabilidad. Dólar por dólar.

La estrategia, sin embargo, no tiene por qué limitarse al sector privado. Hace apenas dos semanas el Congreso aprobó la Ley de Presupuesto para el 2017. En este contexto, no está de más preguntarse: ¿Y qué pasaría si no existiera inercia burocrática en el sector público que autojustifique el gasto en cada ministerio e institución estatal? En otras palabras, ¿qué sucedería si partimos de una hoja en blanco en la que cada sol del presupuesto, uno por uno, debe ser asignado al sector donde consiga su máxima rentabilidad social?

Un incipiente ejercicio mental sobre esto puede ser interesante y a la vez revelador. Este ejercicio nos diría, probablemente, que los primeros soles del nuevo presupuesto irían a aquellas tareas primordiales que únicamente puede –y debe– cumplir el Estado. Los bienes públicos por excelencia. En este campo, la provisión adecuada de seguridad y justicia, o el llamado Estado mínimo, son quizá lo más importante.

Ahora, por cada sol que gastemos en seguridad y justicia, la rentabilidad social de cada sol adicional en esos sectores empieza a disminuir. Si los primeros soles van a pagarle cuando menos un salario mínimo al primer policía, el último sol de un presupuesto de 12 dígitos para el sector seguridad quizá ya estaría pagando la tablet último modelo del comandante policial.

Una vez cumplida la función seguridad y justicia, la siguiente rentabilidad social más alta en nuestro ejercicio mental se alcanza probablemente con los servicios públicos y conectividad, cuya provisión difícilmente pueda financiarse sin el Estado: agua, energía, caminos. Y conforme el impacto de cada sol gastado en estos va disminuyendo, se abrirían camino en el presupuesto aquellos bienes y servicios que sí pueden ser provistos por el mercado, pero que criterios fundamentales de equidad y de derechos individuales justifican en el gasto público. A saber, educación y salud de calidad.

Así sucesivamente podríamos ir avanzando con todas las funciones del Estado, sol a sol, desde la silla del primer juez hasta el coctel del embajador peruano en la República de Argelia si da la plata. Solamente en la medida en que se cumplan las funciones básicas, nos moveríamos a las siguientes pendientes. Y si bien hacer esto en la práctica, con más de S/150 mil millones de soles de presupuesto, puede resultar sumamente complejo, el espíritu de la idea no es descabellado e invita a más de una reflexión. Porque las canastas navideñas y los Juegos Panamericanos no agotan, ni de cerca, los cambios que un presupuesto así pensado demandaría.



http://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/sol-sol-te-tengo-pendiente-diego-macera-noticia-1953614


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El espurio ataque a la Venezuela Bolivariana

Atilio A. Boron

La iniciativa de expulsar, o suspender, a Venezuela del Mercosur viola la normativa de esa institución. No hay nada en el Tratado Constitutivo del Mercosur ni en los Protocolos de Ushuaia y de Montevideo (Ushuaia II) que contienen la así llamada “cláusula democrática” que justifique semejante medida.

Tiene razón la canciller venezolana Delcy Rodríguez cuando denuncia la turbia maniobra de sus socios sureños como un “golpe de estado” contra la República Bolivariana.

El pretexto empleado por los gobiernos de Argentina, Brasil y Paraguay es que Caracas incumplió su compromiso de adecuar su normativa económica a la establecida por el Mercosur.

De hecho Venezuela fue modificando gran parte de sus regulaciones económicas, pero el proceso está aún sin completar. Incidentalmente, lo mismo puede decirse de los demás socios del Mercosur, ninguno de los cuales ha adoptado en su integralidad las normas del Tratado de Asunción. Pero lo que puede ser un pecadillo venial en Argentina, Brasil y Paraguay se convierte en un monstruoso pecado mortal en el caso de la República Bolivariana.

Este doble estándar es una marca registrada del imperialismo y sus lacayos locales, como son los gobiernos de esta infausta Triple Alianza que se arroja con saña en contra de la patria de Bolívar y Chávez.

No es preciso esforzarse en demasía para comprobar la debilidad de este argumento, incompatible inclusive con las normas y las prácticas del derecho internacional que establecen un marco de flexibilidad y diálogo en los casos de retrasos en el cumplimiento de los acuerdos.

En el caso de la Unión Europea los acuerdos de Maastricht establecían que el déficit en el presupuesto de los estados no podría representar una proporción mayor que el 3% del PIB y que la deuda pública no debería bajo ningún concepto superar el 60 % del PIB.

Si Macri, Temer y Cartes fueran gobernantes de algún país europeo estarían viéndose en figurillas para “suspender” a países como Gracia, Italia, Portugal, Bélgica, Francia, España, Reino Unido por incumplir con ambas normas, y a Alemania, Holanda y Austria por sobrepasar el límite impuesto al endeudamiento público [1].

Pero los países de la Unión Europea, clientes también ellos de la Casa Blanca, mantienen un criterio de flexibilidad que los talibanes conosureños no poseen y se desviven por agredir a Venezuela, país cuyas enormes reservas petroleras, las mayores del mundo, excitan el apetito insaciable del imperio.

Siendo insostenible el argumento del incumplimiento de la normativa del Mercosur, los agresores cambiaron de táctica y ahora enarbolan el argumento de la “cláusula democrática”. ¿Qué dice esta cláusula? La misma fue resultante de una Reunión del Consejo del Mercado Común (Julio de 1998) ocasión en que los Presidentes de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, amén los de las Repúblicas de Bolivia y Chile suscribieron el "Protocolo de Ushuaia sobre Compromiso Democrático" estableciendo que la vigencia de las instituciones democráticas era condición indispensable para la existencia y desarrollo de los procesos de integración, y que toda alteración del orden democrático constituiría un obstáculo inadmisible para la continuidad de la integración regional.

En la retorcida argumentación de Macri, Temer y Cartes resulta que un gobierno que ha resistido años de guerra económica lanzada sin tapujos por el imperio; que ha desbaratado interminables tentativas sediciosas explícitamente encaminadas, con la inocultable colaboración de Washington, a derrumbar a un gobierno al que no se lo podía derrotar en las urnas; que a comienzos de 2014 ha debido soportar meses de subversión sediciosa con un costo de 43 muertos, casi un millar de heridos, infinidad de edificios públicos y privados, vehículos de transporte público y de uso particular debe ser acusado por violación a los principios democráticos. La víctima se convierte en victimario.

En resumen, un gobierno que se ha defendido de un ataque brutal y lanzado por todos los flancos, que ha mantenido la institucionalidad democrática, que convocó a veinte consultas electorales en 18 años; ese gobierno bolivariano es juzgado por otros dos surgidos de sendos golpes de estado –Brasil y, de modo mediatizado, Paraguay- y por otro que ha sumido a la Argentina en un acelerado proceso de involución democrática como violatorio de la “cláusula democrática” del Mercosur. Presidentes que para deshonor de sus gobiernos y sus países están incursos en graves episodios de corrupción –Panamá Papers, Bahama Papers, “Lavajato”, etcétera- y que atropellan la institucionalidad democrática, censuran a la prensa opositora y encarcelan o asesinan a dirigentes sociales, gobiernos como esos, repito, sienten que cuentan con la autoridad moral para juzgar la democraticidad de la República Bolivariana de Venezuela.

Si no fuera por la injusticia que esto provoca la pretensión sería simplemente cómica, un acto barato de comicidad a manos de malos actores que simplemente obedecen órdenes de la Casa Blanca.

El veredicto de la historia será implacable ante este plan para destruir al Mercosur y, también a la UNASUR y la CELAC, objetivo estratégico y no negociable del imperio que, para recuperar su hegemonía en esta parte del mundo, necesita destruir todos los esquemas de integración creados en las últimas décadas. No lo lograrán, y los tristes y malos gobernantes que colaboren en tan infame designio sufrirán, más pronto de lo que ellos se imaginan, el ejemplar escarmiento de sus pueblos.


www.atilioboron.com.ar

http://rebelion.org/noticia.php?id=220467


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El fujimorismo va por Palacio (y no esperará al 2021)

Gio Infante


“No voy a retroceder ni un milíme­tro” dijo PPK en su mensaje a la na­ción y, por primera vez, yo le creo. No porque de un momento al otro vea en él a un estadista, a un presidente de lujo, sino porque simplemente no tiene hacia dónde retroceder: está acorralado y me temo que aún no se ha dado cuenta.

No cabe duda de que hace algunas semanas el tema de fondo era la educa­ción: la defensa de la Ley Universitaria, de la reforma e incluso del tímido enfo­que de igualdad de género. Pero hace ya buen rato dejó de tratarse de ello. El lunes no salimos a las calles únicamen­te porque la educación se respeta, sino porque la democracia se respeta, o por lo menos debería respetarse tantito. Por­que al fujimorismo hoy le importan tres pepinos la educación, sea mejorarla o bajársela. Lo que le importa es el poder.

El fujimorismo ya controla el Congre­so gracias a poco más de 4 millones de votos, el 23.63% para ser exactos. Cifra muy similar al 22.22% de votos nulos, es decir de gente que no sabía votar o sim­plemente decidió anular. Y así ha pues­to al Defensor del Pueblo, a los directo­res del Banco Central de Reserva y no sé a quiénes más. Ya mismo está refor­mando la Constitución para hacerse de la Procuraduría General de la Repúbli­ca. ¿Qué sigue? No tengo idea. Pero la meta es clarísima: Palacio de Gobierno. Y no en 2021, sino antes, mucho antes.

La censura fujimorista a Jaime Saa­vedra no es más que el ensayo para la de Carlos Basombrio y Patricia García. Por eso desde las calles exigíamos a PPK hacer de su permanencia cuestión de confianza. No porque quisiéramos la disolución constitucional del Congre­so (que en este escenario tampoco sue­na tan mal), sino porque así el gobierno se hubiera fortalecido y frenado a sus enemigos. Hasta Ollanta Humala tuvo eso claro y cuando le censuraron al ga­binete de Ana Jara, nombró a Pedro Ca­teriano. Pero para PPK hoy ya es tarde. Mientras marchábamos, el presidente departía con Gérad Depardieu.

Muchos celebran que PPK no se en­frente al fujimorismo y llame al diálogo. Yo discrepo. Liderar un diálogo de con­certación nacional sobre los graves pro­blemas del país es su deber, sin embargo ello no puede implicar ceder un milíme­tro ante los enemigos de la democracia. Y el fujimorismo ha demostrado nueva­mente que usará todas las herramientas legales a su disposición para destruir la democracia, para vaciarla de contenido, para vacar a PPK en el camino.

http://exitosanoticias.pe/opinion-gio-infante-el-fujimorismo-va-por-palacio-y-no-esperara-al-2021/

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El sometimiento


Sinesio López


La censura de Saavedra cambia drásticamente la situación política. Se pasa del equilibrio precario de poderes de los 100 primeros días al sometimiento del Ejecutivo al Congreso. Con la censura de Saavedra no está en juego sólo la reforma educativa, en particular la reforma universitaria, sino también el equilibrio de poderes y la democracia. Después de la caída de Saavedra caerán otros ministros por quítame estas pajas hasta acabar con el gobierno de PPK.

El conflicto político típico de un gobierno dividido (en el que el Ejecutivo está en manos de un partido y el Congreso está en manos de otro partido) en un presidencialismo parlamentarizado (en el que el Presidente es jefe de Estado y jefe de gobierno pero está sometido a excesivos controles parlamentarios) ha sido resuelto, por ahora, en favor del Congreso y del fujimorismo. Estados Unidos con su presidencialismo puro ha tenido (pre-Bush) 50 años de gobierno dividido y ha sabido llevar la fiesta en paz.

Mantener el equilibrio precario hubiera exigido que PPK planteara el voto de confianza al actual gabinete y que lo sacrificara (quizás solo a Zavala) para blindar al que viene, sabiendo que FP no se va a suicidar negándole por segunda vez el voto de confianza. ¿Qué pasó? Aparte del débil liderazgo de PPK, explican su sometimiento a la inexistencia de un partido que lo sostenga, la pusilanimidad (con notables excepciones), el reducido número y la inorganicidad de su bancada parlamentaria, la composición predominantemente tecnocrática del gabinete y la fuerte presión de los poderes fácticos (CONFIEP y medios concentrados).

En una situación parecida (1963-1968), Belaunde, luego de haber tenido la iniciativa política en los 100 primeros días, pudo mantener el equilibrio precario hasta el momento del golpe de Velazco (1968) gracias a su liderazgo y a su habilidad política, al partido (AP) más o menos fuerte que lo respaldaba y a la coalición de AP con el Partido Demócrata Cristiano (PDC).

En 1990 el Perú tuvo también un gobierno dividido con Fujimori en el Ejecutivo y con AP, el PPC y los liberales de Vargas Llosa en el Congreso y un equilibrio precario entre ambos poderes. Luego de una campaña de hostigamiento y desprestigio, Fujimori acabó con ellos el 5 de abril de 1992, la fecha del autogolpe. ¿Está en el ADN del fujimorismo el autoritarismo, el rechazo al equilibrio de poderes y a la democracia? ¿Hasta cuándo va a durar el sometimiento del Ejecutivo al Congreso? ¿Qué viene luego?

Ahora el fujimorismo opera desde el Congreso, pero el objetivo parece ser el mismo: el golpe del Congreso a PPK. El modelo parece ser Brasil en donde una banda de asaltantes, corruptos como el fujimorismo, dio un golpe blanco a Dilma Rousseff manteniendo las formalidades constitucionales. Felizmente no todo es color de rosa para las pretensiones autoritarias del fujimorismo. El antifujimorismo en la calle es un actor poderoso que puede frenarlo y derrotarlo. Está también el FA que puede ser una fuerza política decisiva si mantiene la unidad, se posiciona bien en la coyuntura y acompaña en la calle. El riego es que la calle en algún momento grite: ¡que se vayan todos!


http://larepublica.pe/impresa/opinion/830682-el-sometimiento


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Esperanzas

Luis Davelouis




Como esperábamos algunos, el presidente Kuczynski decidió no hacer cuestión de confianza por la moción de censura presentada por la bancada fujimorista contra el ministro de Educación, Jaime Saavedra.

Es claro que la capacidad del gobierno de operar políticamente deja mucho que desear. En estas condiciones, presentar la cuestión de confianza y no poder sostenerla porque el Congreso de mayoría fujimorista la rechaza (“no, señor, debió presentarla el día de la interpelación; se pasó el tren”) hubiera sido peor.

Si, como fue anunciado por el congresista Becerril, el fujimorismo decide censurar a Saavedra de todos modos, PPK espera que sobre ellos caiga una suerte de sanción social por su irresponsabilidad. Y quizás en otras circunstancias eso podría funcionar. Mas, si uno se guía por lo que declaran los congresistas fujimoristas y por su actuación del día de la interpelación, es evidente que no se van a dar por enterados, que no les interesa. PPK está perdiendo el tiempo.

Saludar el gesto del presidente es hipócrita si al mismo tiempo no se señala que esos que tiene al frente no tienen ninguna intención de calmarse ni de poner al país primero. Negociar toma que al menos dos muestren la voluntad de sentarse a poner algo valioso sobre la mesa que puedan perder. El fujimorismo no va a poner nada sobre la mesa porque no cederá nada; nunca lo ha hecho y nunca lo hará. Sabemos cómo les iba a quienes se le oponían en la década de los 90. Y antes de eso, la última vez que algo o alguien se interpuso en su camino, el fujimorismo plantó un tanque en la puerta del Congreso y arrestó a los presidentes de las dos cámaras legislativas.

No somos autoritarios”, “no somos irresponsables”, dice Becerril y, si no fuera trágico, uno se reiría.


http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-esperanzas-2265003

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Fujitrampas

Agustín Haya de la Torre



Durante la vigencia de las tres últimas constituciones, en varias ocasiones el vencedor de las presidenciales no consiguió ganar las parlamentarias. En las coyunturas anteriores, los efectos resultaron muy distintos, por ello que no es posible sacar una regla general, aunque quizá sí lecciones valederas.

En 1963, tiempo de vetos militares que ensombrecían la débil democracia, Fernando Belaunde Terry derrotó a Víctor Raúl Haya de la Torre por un margen no muy amplio. El país salía de una junta militar, dirigida ex profeso a evitar el triunfo aprista. El encono surgido entre los dos principales candidatos, que incluía el abierto llamado a los cuarteles por parte de Acción Popular, llevó a una alianza entre las dos fuerzas perdedoras, el aprismo y la Unión Nacional Odriísta.

Alianza traumática que destiñó las banderas reformistas del PAP, al oscurecerlas coaligándose con una oligarquía decadente, que los persiguió sin piedad de 1948 a 1956.

La Coalición Apra-UNO actuó como una demoledora ante cualquier iniciativa belaundista, censurando a decenas de ministros. Alimentó una grave crisis política que devino en el golpe de Velasco Alvarado, que dio lugar a la dictadura militar más larga de la historia peruana. No hubo forma de salir de la crisis sin un nuevo momento constituyente. Con Alberto Fujimori en 1990, sucedió que resolvió su minoría parlamentaria por su rechazo al diálogo, con un golpe militar a su favor.

La minoría aprista del 2006 pasó desapercibida. Todo el tiempo dejó una sensación distinta. Ganó en segunda vuelta pero el 24% que obtuvo en la primera, le permitió alcanzar apenas 36 congresistas de los 120 de entonces. Aunque enfrentó una dura oposición en la calle del naciente humalismo, entonces etnocacerista y chavista, se dividió al día siguiente que entró al Parlamento. De los 45 que eligió, la mitad, alineados con la UPP, pasaron a sostener al gobierno en una alianza no escrita.

La Célula Aprista optó por acuerdos puntuales, obteniendo en muchos casos apoyos ocasionales de Unidad Nacional y los escasos 13 fujimoristas, además de otros grupos menores, Siempre dejó la impresión de controlar el Congreso, pese a que le faltaban 25 votos para conseguirlo.

Hoy en día, PPK arrastra varios problemas, Triunfó sin partido, con apenas 18 curules de 130. Si fuesen cuadros políticos, quizá obtendrían mayor impacto, pero salvo dos o tres, no lo son. Se enfrentan a la mayoría absoluta de 73 representantes del condenado Fujimori, que suplen su calidad con disciplina.

Los PPK tampoco pintan como los cuatro apristas que se multiplicaron oponiéndose al gobierno anterior, ahora lamentablemente extraviados en el furgón de cola de Fuerza Popular.

Al Presidente solo le queda optar entre someterse a la mayoría, convirtiéndose en rehén del preso, o aumentar su fuerza en el Congreso con otra elección. Para ello debe conquistar primero el corazón del pueblo, demostrando que está dispuesto a ejecutar su “revolución social”.


http://diariouno.pe/columna/fujitrampas/

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La suegra fujimorista

Patricia del Río


No creo que exista ninguna posibilidad de que el ministro Jaime Saavedra se salve hoy de una censura injusta. De ser así, por primera vez en nuestra historia, se censurará un ministro querido por la población, con más de 40% de aprobación, por el que salieron a marchar miles de peruanos a las calles.

El martes todos escuchamos al presidente Kuczynski, dejando en claro que si la censura procede, el fujimorismo tendrá que cargar con el costo de su decisión; y que su gobierno no se dejará poner contra las cuerdas. Según la bancada naranja, ellos no son obstruccionistas, han otorgado facultades al Ejecutivo, han apoyado las iniciativas legislativas del ppkausismo y no tienen ningún interés de petardear este gobierno. Señalan que los cuestionamientos a Saavedra forman parte de un genuino interés por la lucha contra la corrupción y que no se trata del primer ministro en caer de una larga lista que tienen preparada.

¿Les debería creer el presidente? Si vemos el comportamiento de la mayoría fujimorista, efectivamente, han colaborado. Sin embargo, detrás de ese apoyo, que por cierto no les cuesta mucho porque son medidas que coinciden con sus propias propuestas, hay un discurso de base que resulta muy peligroso: el fujimorismo se está comportando (y aquí vamos a usar un estereotipo con el que no comulgamos, pero nos resulta útil) como la típica suegra que quiere “ayudar” a su nuera. Le da consejos, le enseña, con mucho amor y dedicación cómo debe tratar a su hijo, le pasa la receta de su plato favorito (pero no le cuenta el secreto) y luego, cuando va de visita a la casa, todo lo critica, todo le parece mal, todo lo boicotea. Ojo, la suegra inteligente que no quiere perder el cariño de su hijo, jamás atacará a la joven esposa de manera evidente o agresiva. Le dirá cosas como: “pobre, te has esforzado pero todavía no te sale bien” o “el problema es que no te organizas, tu casa es un caos”, o “mmm el estofado no te sale como debería, mejor lo hago yo”, y así.

¿Alguien se atrevería a decir que la suegra es una obstruccionista? Por supuesto que no. La suegra, como el fujimorismo, hará todo por hacer quedar a la nuera como una tonta frente al marido. Descalificará sus acciones, siempre con una sonrisa y de vez en cuando alentará a los niños para que desordenen y que todo parezca un caos. Ella será siempre la perfecta experimentada y la nuera lucirá como la bobalicona a la que le sale todo mal. Así que a cuidarse, la estrategia está echada y si PPK no reacciona, el manejo de la casa se le puede salir de las manos.

http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/suegra-fujimorista-patricia-rio-noticia-1953627


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Liberalismo y autopistas

Jaime Richart


Es posible que tenga fundamento la ideología liberal. De hecho, los que la detestamos pero somos capaces siempre de en­contrar al­guna base para las teorías sobre los sistemas políti­cos de todos los tiempos, somos comprensivos y no descarta­mos que el libera­lismo económico no pueda tener también al­guna virtud (a diferen­cia de ellos, los que defienden el libera­lismo económico, que en cuanto oyen comunismo sacan a relu­cir a Stalin y el muro de Berlín, sin aportar ninguna raz ón con­creta en contra del socia­lismo real más allá de la reacción explo­siva de las sociedades donde los abusos de los poderosos llegaron hasta el paroxismo).

Así es que si el liberalismo puede tener alguna justificación, su ma­nejo en general es terriblemente abusivo por parte de quie­nes lo profesan, lo enseñan y lo practican, en unos países me­nos y en otros más, como España. Haciendo del sistema y de ellos mismos además un compendio de cinismo insoportable. Pues quienes lo pro­fesan, lo enseñan y lo practican presencian el mismo espectá­culo que nosotros y sin embargo no les parece razón suficiente para proscribirlo: abusos escandalosos escuda­dos en la ideología y contradicciones exasperantes y constantes de ésta que afloran cuando aquellos, triunfantes, están en el po­der, no les lleva a reco­nocer que el liberalismo por sí mismo acaba siendo siempre un gi­gantesco pozo de injusticia social, desde luego en España. Pues en el liberalismo están aquí, tanto el partido político que lo profesa sin tapujos, como la socialde­mocracia y sus tibios gobiernos que, sin enarbolarlo aparatosa­mente, lo consienten y a menudo lo apo­yan en beneficio final de todos o parte de sus miembros, sobre todo cuando han salido de ellos...

Por eso somos honestos y decimos que bien está la iniciativa pri­vada, la libre concurrencia, el mérito y la excelencia como moto­res de la prosperidad y de la economía. Pero la pedagogia sobre la iniciativa privada que da fundamento al liberalismo, in­cluye las pérdidas, la quiebra y la ruina. Es decir, el fracaso. (Y todo ello podría explicar también el por qué de la excitación vital que en una sociedad el liberalismo introyecta a la socie­dad, a diferencia de la apatía que la falta de competencia puede originar en otras so­ciedades de socialismo real en sus primeras fases).

Quiero decir con todo lo anterior que crujen los pilares del libe­ra­lismo y del sistema en España por muchos motivos, pues está muy claro que los liberales son principales enemigos del sistema que defienden. Pues no hacen más que ponerlo en evi­dencia y lle­var los abusos a unos extremos escandalosos. Y ahora la última fe­choría escandalosa es que la o las sociedades mercantiles de 8 autopistas en quiebra no pagan las consecuen­cias de su pésimo cálculo cuando sus consejos de administra­ción decidieron, y por tanto se arriesgaron , a explotarlas ahora comprobado que sin éxito. Ellos y sus accionistas sencilla­mente se han arruinado. Sin embargo el Estado español, cam­peón del liberalismo económico -que somos a fin de cuentas los 47 millones de españoles- se apresta a rescatar a esas empre­sas y a pagar los platos rotos de sus malas cabezas, resar­ciendo a dichos accionistas con millones de eu­ros (sin haber mo­vido en cambio un dedo para aliviar la situa­ción penosa de miles de preferentistas). Una situación pública más que tensa a la sociedad española en conjunto, dominada por ne­cios relativa­mente ilustrados y por malhechores de todas clases. Pues no hay asunto que no esté contaminado por el despojo, por el latrocinio, por el cinismo o por la mentecatez de los gober­nantes y por los sinsentidos del odioso Mercado...



http://rebelion.org/noticia.php?id=220453



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Mensaje sin mensaje

César Lévano



El martes, el presidente Pedro Pablo Kuczynski pronunció un mensaje sin mensaje. Fue un discurso conciliador frente al fujimorismo que parece no aplacar a la fiera. El irreflexivo congresista de Fuerza Popular Héctor Becerril se ha burlado ya del llamado a la reflexión que PPK lanzó a la oposición cerril.

PPK parece practicar el “amor serrano” con quienes quieren derribarlo: más me pegas, más te quiero.

La marcha de los jóvenes el lunes no le ha dicho nada al presidente. Fue aquella una nueva manifestación de masas, de quienes en la campaña electoral le arrancaron promesas democráticas y le dieron su apoyo.

El desengaño juvenil y popular respecto a PPK se parece cada vez más a la desilusión que sufrieron esos sectores bajo el régimen de Ollanta Humala. Este jueves, día en que se decide el voto de censura contra el ministro de Educación, Jaime Saavedra, se sabrá con mayor claridad si la táctica del paso atrás y la conciliación sirven para algo.

En el fondo del escenario está un gran actor en marcha: el movimiento de jóvenes, obreros, campesinos, intelectuales que, en la medida que se unan, organicen y luchen pueden aportar una salida a los impases de la política. En esta edición incluimos una entrevista al dirigente juvenil Gabriel Salazar.

Acierta el joven al precisar: “Todas las agrupaciones políticas deben saber que la calle no solo es antifujimorista, sino que también cada vez más viene siendo conciente de que este modelo desigual necesita cambios y reformas, pues termina aplastando y explotando a los trabajadores, universitarios, jóvenes, mujeres, pueblos indígenas, campesinos, y poblaciones vulnerables en general. Es necesario atender esto”.

El concepto que surge, a la luz de la realidad y la experiencia, es que los sectores sanos de la sociedad no se enredan en las escaramuzas de los dueños del poder. Vislumbran poco a poco que en la coyuntura se producen duelos escandalosos por causas nimias, que las luchas mayores exigen un proceso de conciencia, y una estrategia y una táctica.

Para que esa toma de conciencia se consolide y madure hace falta ante todo, insistimos, la unidad de las fuerzas progresistas. Esa unidad para exigir cambios e imponerlos requiere también cambios en las fuerzas del progreso social. Se requiere, entre otras cosas, abandono del caudillismo, el sectarismo, la improvisación, emprender el estudio de la teoría y la historia de la lucha por la dignidad de todos, de todas.


http://diariouno.pe/columna/mensaje-sin-mensaje/



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¿PPK ya sabe, ahora, con quién se mete?

Augusto Álvarez Rodrich



Solo el futuro dirá si Pedro Pablo Kuczynski acertó o –como cree esta columna– erró al descartar el comodín constitucional de poner la censura al quizá hasta hoy ministro Jaime Saavedra como cuestión de confianza ante al embate del fujimorismo y su penoso furgón de cola el Apra.

El presidente dijo en su mensaje que, “después de meditarlo mucho, hemos decidido no plantear la cuestión de confianza (para) evitar un escenario de mayor enfrentamiento (…) esperamos que ese tono desmedido del pasado no marque una tendencia de conducta futura”.

A favor de esta decisión debe destacarse que PPK se proyecta, con su mensaje, como un presidente convocante y con vocación de diálogo, a diferencia de un fujimorismo matón y prepotente que encontrará, por ello, un costo ante la opinión pública.

Pues resulta imposible obviar la carencia de argumentos del fujimorismo para censurar a Saavedra, siendo risible el intento de calificarlo de corrupto por parte de enjuagadores de cuchipandas como Héctor Becerril, además del escándalo que significa ver a congresistas decidiendo en el escaño sobre sus propios negocios.

De otro lado, en contra de la decisión de PPK de descartar la cuestión de confianza para crear las condiciones para una negociación más equilibrada entre el gobierno y el fujimorismo está la alta posibilidad de que, alentada por la pataleta sinfín de Keiko Fujimori, Fuerza Popular vuelva pronto al ataque al gabinete, hasta escalar a la amenaza al propio jefe de Estado al plantear su vacancia.

Quizá cuando el fujimorismo venga en breve por su próxima víctima del gabinete, el presidente podría sentirse más alentado de usar la cuestión de confianza, pero ello requerirá reunir la fuerza que lo ayude a poner en práctica un plan que lo permita.

Ello incluye varios aspectos que el presidente PPK carece ahora: un plan político al menos elemental; una bancada parlamentaria disciplinada en vez del menjunje inorgánico que hoy (no) lo acompaña; operadores políticos leales y capaces; una estrategia de construcción de una buena relación con la opinión pública; y, principalmente, las ganas de armarse de valor para dar la pelea política ante embates matones como el que se ha visto en el caso de Saavedra.

Es decir, en resumen, lo que la presidencia de PPK necesita, con urgencia, es empezar a hacer política.

De lo contrario, el fujimorismo lo va a seguir zarandeando hasta ponerlo de rodillas o contra las cuerdas para exigirle que saque a Alberto Fujimori, por la puerta grande, de la Diroes.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/830681-ppk-ya-sabe-ahora-con-quien-se-mete





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