De sol a sol te tengo pendiente - Diego Macera
El espurio ataque a la Venezuela Bolivariana - Atilio A. Boron
El fujimorismo va por Palacio (y no esperará al 2021) - Gio Infante
El sometimiento - Sinesio López
Esperanzas - Luis Davelouis
Fujitrampas - Agustín Haya de la Torre
La suegra fujimorista - Patricia del Río
Liberalismo y autopistas - Jaime Richart
Mensaje sin mensaje - César Lévano
¿PPK ya sabe, ahora, con quién se mete? - Augusto Álvarez Rodrich
Del Milímetro al Kilómetro
Gustavo Gorriti
Presidente
Kuczynski: usted se equivocó al hincar la rodilla frente a la mayoría
congresal fujimorista. Al entregarles la cabeza del ministro Saavedra para
lograr una ilusión de estabilidad, lo único que logra –para decirlo con
verdad aunque sin elegancia– es convertir su gobierno en una piñata y su
poder en un salame. Antes que le corten el primer pedazo, en unos pocos días,
debe ver que la etiqueta de dicho embutido dice “Vacancia”. Y ese es, me
temo, el cadalso político al que usted ha empezado a caminar.
Cuando usted
terminó la oda involuntaria a la debilidad que fue su discurso, exhortando a
los fujimoristas a ser comprensivos y no decapitar funcionalmente al ministro
Saavedra; su expresión, buenaza y hasta conmovedora, fue reemplazada por la
de Becerril, quien le respondió con el aire de perdonavidas de quien aprueba
la sumisión antes de asestar la primera bofetada, que fue: “Vamos a
censurarlo [a Saavedra], con la corrupción no se negocia. Vamos a seguir con
la moción de censura”.
Imagínese:
¡Becerril, el dirigente fujimorista, del partido del gobierno más corrupto en
la historia de la República, diciendo que con la corrupción no se negocia!
Cinismo es lo que menos le falta. ¡Y usted le entrega la cabeza de Saavedra a
esa gente!
Sí, claro, podría
nombrar a Daniel Mora como nuevo ministro de Educación (si es que Mora
acepta, sabiendo, en caso de hacerlo, los tiempos que le aguardan) e insistir
así en que “no voy a retroceder ni un milímetro en ninguna de las políticas
educativas que le he encargado al ministro” como dijo en su discurso. Pero si
los fujimoristas van a descabezar (como anunciaron que harán) a su encargado
de “las políticas educativas”, ¿qué le hace pensar que no lo harán retroceder
a usted no solo un milímetro sino un kilómetro si les hace falta?. La única
manera de conservar los milímetros es mantener y aún acrecentar el poder que
la Democracia le confirió en las elecciones. Pero usted lo pierde; y me temo
que junto con el poder se va el respeto.
Cuando usted
ingresó a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, debió tener
claro el escenario que tenía por delante. Gracias a la fraudulenta exclusión
de Julio Guzmán, el fujimorismo pudo aumentar su ventaja y entrar a la
segunda vuelta con la mayoría del Congreso. Eso, de paso, no se debió a la
decisión de los votantes, sino a los retorcidos criterios de cómputo
electoral. Los fujimoristas lograron en primera vuelta el 19% de los votos
del padrón electoral; el 23,6% de la votación total; y el 36,3% de los votos
válidos. En proporción directa, eso debió haber equivalido a 47 congresistas,
que no es una representación escasa, pero sí lejana de los 72 que fueron
elegidos con los sistemas electorales vigentes.
Desde el comienzo
de la campaña de la segunda vuelta, era evidente que si usted ganaba iba a
tener a una mayoría del Congreso en contra. Una mayoría, además, disciplinada
(o bien arreada), cuya líder esperaba vencerlo sin dificultades y que daba
virtualmente por lograda su victoria.
Usted ganó; y
podrá recordar lo difícil y complicado que fue vencer en los últimos días y
gracias a un giro radical en la campaña.
En mi artículo,
“El día siguiente”, escrito un día después de su victoria y publicado el 9 de
junio en Caretas 2440, le dije lo obvio, que no lo iba “a tener nada fácil”.
Porque no solo
tenía un Congreso controlado por la “terminante mayoría” del fujimorismo sino
porque “hasta algunos de los congresistas de su partido empiezan a descubrir
precozmente su lado geisha”… que fue lo que pasó en estos días.
Uno de los
primeros desafíos que tenía que enfrentar, escribí, es “cómo lidiar con una
representación parlamentaria propia, reducida e inestable, con … congresistas
para quienes el transfuguismo light es una forma eficaz de estabilidad
laboral y longevidad política”.
Esos, que como
asesores de campaña lo llevaban, PPK, a una segura derrota al instarlo, en
plena campaña a no “irritar a los fujimoristas sino tenderles puentes puesto
que con ellos tenía que gobernar”, y que se lo dijeron “cuando estaba cinco
puntos abajo y a pocos días de la elección”. Esa misma gente, luego de la
victoria que hicieron todo lo posible por evitar, sostuvo que para garantizar
“la gobernabilidad” debía concertar con los fujimoristas.
La lección, de
haber ganado “una elección que tenía perdida una semana antes con un nuevo
mensaje y una nueva actitud” fue que para darle fuerza a un gobierno
minoritario “necesita brío y audacia antes que doblar el espinazo” a la
mayoría fujimorista.
Era y es
necesario, por supuesto, negociar con ellos, pero “desde una base firme y
decidida”, entendiendo que el resultado electoral no era fruto de una sólida
mayoría fujimorista sino de una mala campaña.
Si, dije entonces,
la mayoría fujimorista persiste en “socavar su gobierno”, la Constitución
vigente le permite “si se censura a dos gabinetes, disolver (en forma
perfectamente legal, a diferencia del 5 de abril) el Congreso y convocar a
nuevas elecciones legislativas”. La sola inminencia de eso haría recular a
los fujimoristas y lidiar razonablemente con el Ejecutivo.
Escribí poco
después, en Caretas 2442, que un Presidente hábil (…) (que) haga clara su
determinación de utilizar todos los medios que la ley le faculta”, tendrá
éxito.
Si, en cambio,
escribí “dobla el espinazo y se calza las rodilleras, no tardará en empezar
la piñateada (…) le harán casi imposible gobernar y poco tiempo después se
escucharán los primeros llamados de vacancia”.
Lo que fue, hace
apenas seis meses, un escenario, describe la realidad de hoy. Despercúdase,
señor presidente, y actúe con iniciativa y energía. La mayoría de la gente lo
apoyará (muchos de su partido también) y podrá gobernar. De otra manera le
reducirán crecientemente el poder y en un lapso más corto que largo, lo
acusarán de lo que ellos han causado, la inutilidad, la inoperancia, votarán
la vacancia y lo sacarán del cargo.
Usted buscó y
luchó por la presidencia y la responsabilidad que implica. Ya que la tiene,
ejérzala ahora.
https://idl-reporteros.pe/columna-de-reporteros-284/
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De sol a sol te tengo pendiente
Diego Macera
A comienzos de los
años 70, Peter Pyhrr era un gerente de mando medio de apenas 30 años en la
compañía de productos electrónicos Texas Instruments. Preocupado por la
creciente inflación y su impacto en el presupuesto de su empresa, el joven
Pyhrr se preguntó: ¿Habrá alguna manera de optimizar el uso de cada dólar?
¿Qué pasaría si empezamos a planear desde cero el presupuesto cada año?
La pregunta y
subsiguiente reflexión de Pyhrr dieron lugar a lo que hoy se conoce como
Presupuesto Base Cero. La idea consiste en romper con la inercia presupuestal
que amarra implícitamente a las compañías a usar el mismo nivel de recursos
para los mismos fines en los mismos departamentos año tras año. Si el año
pasado presupuestamos y gastamos X dólares en viáticos –dicen no pocos
gerentes–, pues para este año asignemos lo mismo y quizá un poco más porque
así siempre lo hemos hecho. El Presupuesto Base Cero, en cambio, obliga a
repensar el destino de cada dólar del presupuesto en función de dónde puede
alcanzar mayor rentabilidad. Dólar por dólar.
La estrategia, sin
embargo, no tiene por qué limitarse al sector privado. Hace apenas dos
semanas el Congreso aprobó la Ley de Presupuesto para el 2017. En este
contexto, no está de más preguntarse: ¿Y qué pasaría si no existiera inercia
burocrática en el sector público que autojustifique el gasto en cada
ministerio e institución estatal? En otras palabras, ¿qué sucedería si
partimos de una hoja en blanco en la que cada sol del presupuesto, uno por
uno, debe ser asignado al sector donde consiga su máxima rentabilidad social?
Un incipiente
ejercicio mental sobre esto puede ser interesante y a la vez revelador. Este
ejercicio nos diría, probablemente, que los primeros soles del nuevo
presupuesto irían a aquellas tareas primordiales que únicamente puede –y
debe– cumplir el Estado. Los bienes públicos por excelencia. En este campo,
la provisión adecuada de seguridad y justicia, o el llamado Estado mínimo,
son quizá lo más importante.
Ahora, por cada
sol que gastemos en seguridad y justicia, la rentabilidad social de cada sol
adicional en esos sectores empieza a disminuir. Si los primeros soles van a
pagarle cuando menos un salario mínimo al primer policía, el último sol de un
presupuesto de 12 dígitos para el sector seguridad quizá ya estaría pagando
la tablet último modelo del comandante policial.
Una vez cumplida
la función seguridad y justicia, la siguiente rentabilidad social más alta en
nuestro ejercicio mental se alcanza probablemente con los servicios públicos
y conectividad, cuya provisión difícilmente pueda financiarse sin el Estado:
agua, energía, caminos. Y conforme el impacto de cada sol gastado en estos va
disminuyendo, se abrirían camino en el presupuesto aquellos bienes y
servicios que sí pueden ser provistos por el mercado, pero que criterios
fundamentales de equidad y de derechos individuales justifican en el gasto
público. A saber, educación y salud de calidad.
Así sucesivamente
podríamos ir avanzando con todas las funciones del Estado, sol a sol, desde
la silla del primer juez hasta el coctel del embajador peruano en la
República de Argelia si da la plata. Solamente en la medida en que se cumplan
las funciones básicas, nos moveríamos a las siguientes pendientes. Y si bien
hacer esto en la práctica, con más de S/150 mil millones de soles de
presupuesto, puede resultar sumamente complejo, el espíritu de la idea no es
descabellado e invita a más de una reflexión. Porque las canastas navideñas y
los Juegos Panamericanos no agotan, ni de cerca, los cambios que un
presupuesto así pensado demandaría.
http://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/sol-sol-te-tengo-pendiente-diego-macera-noticia-1953614
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El espurio ataque a la Venezuela Bolivariana
Atilio A. Boron
La iniciativa de
expulsar, o suspender, a Venezuela del Mercosur viola la normativa de esa
institución. No hay nada en el Tratado Constitutivo del Mercosur ni en los
Protocolos de Ushuaia y de Montevideo (Ushuaia II) que contienen la así
llamada “cláusula democrática” que justifique semejante medida.
Tiene razón la
canciller venezolana Delcy Rodríguez cuando denuncia la turbia maniobra de
sus socios sureños como un “golpe de estado” contra la República Bolivariana.
El pretexto
empleado por los gobiernos de Argentina, Brasil y Paraguay es que Caracas
incumplió su compromiso de adecuar su normativa económica a la establecida
por el Mercosur.
De hecho Venezuela
fue modificando gran parte de sus regulaciones económicas, pero el proceso
está aún sin completar. Incidentalmente, lo mismo puede decirse de los demás
socios del Mercosur, ninguno de los cuales ha adoptado en su integralidad las
normas del Tratado de Asunción. Pero lo que puede ser un pecadillo venial en
Argentina, Brasil y Paraguay se convierte en un monstruoso pecado mortal en
el caso de la República Bolivariana.
Este doble
estándar es una marca registrada del imperialismo y sus lacayos locales, como
son los gobiernos de esta infausta Triple Alianza que se arroja con saña en
contra de la patria de Bolívar y Chávez.
No es preciso
esforzarse en demasía para comprobar la debilidad de este argumento,
incompatible inclusive con las normas y las prácticas del derecho
internacional que establecen un marco de flexibilidad y diálogo en los casos
de retrasos en el cumplimiento de los acuerdos.
En el caso de la
Unión Europea los acuerdos de Maastricht establecían que el déficit en el
presupuesto de los estados no podría representar una proporción mayor que el
3% del PIB y que la deuda pública no debería bajo ningún concepto superar el
60 % del PIB.
Si Macri, Temer y
Cartes fueran gobernantes de algún país europeo estarían viéndose en
figurillas para “suspender” a países como Gracia, Italia, Portugal, Bélgica,
Francia, España, Reino Unido por incumplir con ambas normas, y a Alemania,
Holanda y Austria por sobrepasar el límite impuesto al endeudamiento público
[1].
Pero los países de
la Unión Europea, clientes también ellos de la Casa Blanca, mantienen un
criterio de flexibilidad que los talibanes conosureños no poseen y se
desviven por agredir a Venezuela, país cuyas enormes reservas petroleras, las
mayores del mundo, excitan el apetito insaciable del imperio.
Siendo
insostenible el argumento del incumplimiento de la normativa del Mercosur,
los agresores cambiaron de táctica y ahora enarbolan el argumento de la
“cláusula democrática”. ¿Qué dice esta cláusula? La misma fue resultante de
una Reunión del Consejo del Mercado Común (Julio de 1998) ocasión en que los
Presidentes de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, amén los de las
Repúblicas de Bolivia y Chile suscribieron el "Protocolo de Ushuaia
sobre Compromiso Democrático" estableciendo que la vigencia de las
instituciones democráticas era condición indispensable para la existencia y
desarrollo de los procesos de integración, y que toda alteración del orden
democrático constituiría un obstáculo inadmisible para la continuidad de la
integración regional.
En la retorcida
argumentación de Macri, Temer y Cartes resulta que un gobierno que ha
resistido años de guerra económica lanzada sin tapujos por el imperio; que ha
desbaratado interminables tentativas sediciosas explícitamente encaminadas,
con la inocultable colaboración de Washington, a derrumbar a un gobierno al
que no se lo podía derrotar en las urnas; que a comienzos de 2014 ha debido
soportar meses de subversión sediciosa con un costo de 43 muertos, casi un
millar de heridos, infinidad de edificios públicos y privados, vehículos de
transporte público y de uso particular debe ser acusado por violación a los principios
democráticos. La víctima se convierte en victimario.
En resumen, un
gobierno que se ha defendido de un ataque brutal y lanzado por todos los
flancos, que ha mantenido la institucionalidad democrática, que convocó a
veinte consultas electorales en 18 años; ese gobierno bolivariano es juzgado
por otros dos surgidos de sendos golpes de estado –Brasil y, de modo
mediatizado, Paraguay- y por otro que ha sumido a la Argentina en un
acelerado proceso de involución democrática como violatorio de la “cláusula
democrática” del Mercosur. Presidentes que para deshonor de sus gobiernos y
sus países están incursos en graves episodios de corrupción –Panamá Papers,
Bahama Papers, “Lavajato”, etcétera- y que atropellan la institucionalidad
democrática, censuran a la prensa opositora y encarcelan o asesinan a
dirigentes sociales, gobiernos como esos, repito, sienten que cuentan con la
autoridad moral para juzgar la democraticidad de la República Bolivariana de
Venezuela.
Si no fuera por la
injusticia que esto provoca la pretensión sería simplemente cómica, un acto
barato de comicidad a manos de malos actores que simplemente obedecen órdenes
de la Casa Blanca.
El veredicto de la
historia será implacable ante este plan para destruir al Mercosur y, también
a la UNASUR y la CELAC, objetivo estratégico y no negociable del imperio que,
para recuperar su hegemonía en esta parte del mundo, necesita destruir todos
los esquemas de integración creados en las últimas décadas. No lo lograrán, y
los tristes y malos gobernantes que colaboren en tan infame designio
sufrirán, más pronto de lo que ellos se imaginan, el ejemplar escarmiento de
sus pueblos.
www.atilioboron.com.ar
http://rebelion.org/noticia.php?id=220467
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El fujimorismo va por Palacio (y no esperará al
2021)
Gio Infante
“No voy a
retroceder ni un milímetro” dijo PPK en su mensaje a la nación y, por
primera vez, yo le creo. No porque de un momento al otro vea en él a un
estadista, a un presidente de lujo, sino porque simplemente no tiene hacia
dónde retroceder: está acorralado y me temo que aún no se ha dado cuenta.
No cabe duda de
que hace algunas semanas el tema de fondo era la educación: la defensa de la
Ley Universitaria, de la reforma e incluso del tímido enfoque de igualdad de
género. Pero hace ya buen rato dejó de tratarse de ello. El lunes no salimos
a las calles únicamente porque la educación se respeta, sino porque la
democracia se respeta, o por lo menos debería respetarse tantito. Porque al
fujimorismo hoy le importan tres pepinos la educación, sea mejorarla o
bajársela. Lo que le importa es el poder.
El fujimorismo ya
controla el Congreso gracias a poco más de 4 millones de votos, el 23.63%
para ser exactos. Cifra muy similar al 22.22% de votos nulos, es decir de
gente que no sabía votar o simplemente decidió anular. Y así ha puesto al
Defensor del Pueblo, a los directores del Banco Central de Reserva y no sé a
quiénes más. Ya mismo está reformando la Constitución para hacerse de la
Procuraduría General de la República. ¿Qué sigue? No tengo idea. Pero la
meta es clarísima: Palacio de Gobierno. Y no en 2021, sino antes, mucho
antes.
La censura
fujimorista a Jaime Saavedra no es más que el ensayo para la de Carlos
Basombrio y Patricia García. Por eso desde las calles exigíamos a PPK hacer
de su permanencia cuestión de confianza. No porque quisiéramos la disolución
constitucional del Congreso (que en este escenario tampoco suena tan mal),
sino porque así el gobierno se hubiera fortalecido y frenado a sus enemigos.
Hasta Ollanta Humala tuvo eso claro y cuando le censuraron al gabinete de
Ana Jara, nombró a Pedro Cateriano. Pero para PPK hoy ya es tarde. Mientras
marchábamos, el presidente departía con Gérad Depardieu.
Muchos celebran
que PPK no se enfrente al fujimorismo y llame al diálogo. Yo discrepo.
Liderar un diálogo de concertación nacional sobre los graves problemas del
país es su deber, sin embargo ello no puede implicar ceder un milímetro ante
los enemigos de la democracia. Y el fujimorismo ha demostrado nuevamente que
usará todas las herramientas legales a su disposición para destruir la
democracia, para vaciarla de contenido, para vacar a PPK en el camino.
http://exitosanoticias.pe/opinion-gio-infante-el-fujimorismo-va-por-palacio-y-no-esperara-al-2021/
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El sometimiento
Sinesio López
La censura de
Saavedra cambia drásticamente la situación política. Se pasa del equilibrio
precario de poderes de los 100 primeros días al sometimiento del Ejecutivo al
Congreso. Con la censura de Saavedra no está en juego sólo la reforma
educativa, en particular la reforma universitaria, sino también el equilibrio
de poderes y la democracia. Después de la caída de Saavedra caerán otros
ministros por quítame estas pajas hasta acabar con el gobierno de PPK.
El conflicto
político típico de un gobierno dividido (en el que el Ejecutivo está en manos
de un partido y el Congreso está en manos de otro partido) en un
presidencialismo parlamentarizado (en el que el Presidente es jefe de Estado
y jefe de gobierno pero está sometido a excesivos controles parlamentarios)
ha sido resuelto, por ahora, en favor del Congreso y del fujimorismo. Estados
Unidos con su presidencialismo puro ha tenido (pre-Bush) 50 años de gobierno
dividido y ha sabido llevar la fiesta en paz.
Mantener el
equilibrio precario hubiera exigido que PPK planteara el voto de confianza al
actual gabinete y que lo sacrificara (quizás solo a Zavala) para blindar al
que viene, sabiendo que FP no se va a suicidar negándole por segunda vez el
voto de confianza. ¿Qué pasó? Aparte del débil liderazgo de PPK, explican su
sometimiento a la inexistencia de un partido que lo sostenga, la
pusilanimidad (con notables excepciones), el reducido número y la
inorganicidad de su bancada parlamentaria, la composición predominantemente
tecnocrática del gabinete y la fuerte presión de los poderes fácticos
(CONFIEP y medios concentrados).
En una situación
parecida (1963-1968), Belaunde, luego de haber tenido la iniciativa política
en los 100 primeros días, pudo mantener el equilibrio precario hasta el
momento del golpe de Velazco (1968) gracias a su liderazgo y a su habilidad
política, al partido (AP) más o menos fuerte que lo respaldaba y a la
coalición de AP con el Partido Demócrata Cristiano (PDC).
En 1990 el Perú
tuvo también un gobierno dividido con Fujimori en el Ejecutivo y con AP, el
PPC y los liberales de Vargas Llosa en el Congreso y un equilibrio precario
entre ambos poderes. Luego de una campaña de hostigamiento y desprestigio,
Fujimori acabó con ellos el 5 de abril de 1992, la fecha del autogolpe. ¿Está
en el ADN del fujimorismo el autoritarismo, el rechazo al equilibrio de
poderes y a la democracia? ¿Hasta cuándo va a durar el sometimiento del
Ejecutivo al Congreso? ¿Qué viene luego?
Ahora el
fujimorismo opera desde el Congreso, pero el objetivo parece ser el mismo: el
golpe del Congreso a PPK. El modelo parece ser Brasil en donde una banda de
asaltantes, corruptos como el fujimorismo, dio un golpe blanco a Dilma
Rousseff manteniendo las formalidades constitucionales. Felizmente no todo es
color de rosa para las pretensiones autoritarias del fujimorismo. El
antifujimorismo en la calle es un actor poderoso que puede frenarlo y
derrotarlo. Está también el FA que puede ser una fuerza política decisiva si
mantiene la unidad, se posiciona bien en la coyuntura y acompaña en la calle.
El riego es que la calle en algún momento grite: ¡que se vayan todos!
http://larepublica.pe/impresa/opinion/830682-el-sometimiento
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Esperanzas
Luis Davelouis
Como esperábamos
algunos, el presidente Kuczynski decidió no hacer cuestión de confianza por
la moción de censura presentada por la bancada fujimorista contra el ministro
de Educación, Jaime Saavedra.
Es claro que la
capacidad del gobierno de operar políticamente deja mucho que desear. En
estas condiciones, presentar la cuestión de confianza y no poder sostenerla
porque el Congreso de mayoría fujimorista la rechaza (“no, señor, debió
presentarla el día de la interpelación; se pasó el tren”) hubiera sido peor.
Si, como fue
anunciado por el congresista Becerril, el fujimorismo decide censurar a
Saavedra de todos modos, PPK espera que sobre ellos caiga una suerte de
sanción social por su irresponsabilidad. Y quizás en otras circunstancias eso
podría funcionar. Mas, si uno se guía por lo que declaran los congresistas
fujimoristas y por su actuación del día de la interpelación, es evidente que
no se van a dar por enterados, que no les interesa. PPK está perdiendo el
tiempo.
Saludar el gesto
del presidente es hipócrita si al mismo tiempo no se señala que esos que
tiene al frente no tienen ninguna intención de calmarse ni de poner al país
primero. Negociar toma que al menos dos muestren la voluntad de sentarse a
poner algo valioso sobre la mesa que puedan perder. El fujimorismo no va a
poner nada sobre la mesa porque no cederá nada; nunca lo ha hecho y nunca lo
hará. Sabemos cómo les iba a quienes se le oponían en la década de los 90. Y
antes de eso, la última vez que algo o alguien se interpuso en su camino, el fujimorismo
plantó un tanque en la puerta del Congreso y arrestó a los presidentes de las
dos cámaras legislativas.
No somos
autoritarios”, “no somos irresponsables”, dice Becerril y, si no fuera
trágico, uno se reiría.
http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-esperanzas-2265003
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Fujitrampas
Agustín Haya de la Torre
Durante la
vigencia de las tres últimas constituciones, en varias ocasiones el vencedor
de las presidenciales no consiguió ganar las parlamentarias. En las
coyunturas anteriores, los efectos resultaron muy distintos, por ello que no
es posible sacar una regla general, aunque quizá sí lecciones valederas.
En 1963, tiempo de
vetos militares que ensombrecían la débil democracia, Fernando Belaunde Terry
derrotó a Víctor Raúl Haya de la Torre por un margen no muy amplio. El país
salía de una junta militar, dirigida ex profeso a evitar el triunfo aprista.
El encono surgido entre los dos principales candidatos, que incluía el
abierto llamado a los cuarteles por parte de Acción Popular, llevó a una
alianza entre las dos fuerzas perdedoras, el aprismo y la Unión Nacional
Odriísta.
Alianza traumática
que destiñó las banderas reformistas del PAP, al oscurecerlas coaligándose
con una oligarquía decadente, que los persiguió sin piedad de 1948 a 1956.
La Coalición
Apra-UNO actuó como una demoledora ante cualquier iniciativa belaundista,
censurando a decenas de ministros. Alimentó una grave crisis política que
devino en el golpe de Velasco Alvarado, que dio lugar a la dictadura militar
más larga de la historia peruana. No hubo forma de salir de la crisis sin un
nuevo momento constituyente. Con Alberto Fujimori en 1990, sucedió que
resolvió su minoría parlamentaria por su rechazo al diálogo, con un golpe
militar a su favor.
La minoría aprista
del 2006 pasó desapercibida. Todo el tiempo dejó una sensación distinta. Ganó
en segunda vuelta pero el 24% que obtuvo en la primera, le permitió alcanzar
apenas 36 congresistas de los 120 de entonces. Aunque enfrentó una dura
oposición en la calle del naciente humalismo, entonces etnocacerista y
chavista, se dividió al día siguiente que entró al Parlamento. De los 45 que
eligió, la mitad, alineados con la UPP, pasaron a sostener al gobierno en una
alianza no escrita.
La Célula Aprista
optó por acuerdos puntuales, obteniendo en muchos casos apoyos ocasionales de
Unidad Nacional y los escasos 13 fujimoristas, además de otros grupos menores,
Siempre dejó la impresión de controlar el Congreso, pese a que le faltaban 25
votos para conseguirlo.
Hoy en día, PPK
arrastra varios problemas, Triunfó sin partido, con apenas 18 curules de 130.
Si fuesen cuadros políticos, quizá obtendrían mayor impacto, pero salvo dos o
tres, no lo son. Se enfrentan a la mayoría absoluta de 73 representantes del
condenado Fujimori, que suplen su calidad con disciplina.
Los PPK tampoco
pintan como los cuatro apristas que se multiplicaron oponiéndose al gobierno
anterior, ahora lamentablemente extraviados en el furgón de cola de Fuerza
Popular.
Al Presidente solo
le queda optar entre someterse a la mayoría, convirtiéndose en rehén del
preso, o aumentar su fuerza en el Congreso con otra elección. Para ello debe
conquistar primero el corazón del pueblo, demostrando que está dispuesto a
ejecutar su “revolución social”.
http://diariouno.pe/columna/fujitrampas/
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La suegra fujimorista
Patricia del Río
No creo que exista
ninguna posibilidad de que el ministro Jaime Saavedra se salve hoy de una
censura injusta. De ser así, por primera vez en nuestra historia, se
censurará un ministro querido por la población, con más de 40% de aprobación,
por el que salieron a marchar miles de peruanos a las calles.
El martes todos
escuchamos al presidente Kuczynski, dejando en claro que si la censura
procede, el fujimorismo tendrá que cargar con el costo de su decisión; y que
su gobierno no se dejará poner contra las cuerdas. Según la bancada naranja,
ellos no son obstruccionistas, han otorgado facultades al Ejecutivo, han
apoyado las iniciativas legislativas del ppkausismo y no tienen ningún
interés de petardear este gobierno. Señalan que los cuestionamientos a
Saavedra forman parte de un genuino interés por la lucha contra la corrupción
y que no se trata del primer ministro en caer de una larga lista que tienen
preparada.
¿Les debería creer
el presidente? Si vemos el comportamiento de la mayoría fujimorista,
efectivamente, han colaborado. Sin embargo, detrás de ese apoyo, que por
cierto no les cuesta mucho porque son medidas que coinciden con sus propias
propuestas, hay un discurso de base que resulta muy peligroso: el fujimorismo
se está comportando (y aquí vamos a usar un estereotipo con el que no
comulgamos, pero nos resulta útil) como la típica suegra que quiere “ayudar”
a su nuera. Le da consejos, le enseña, con mucho amor y dedicación cómo debe
tratar a su hijo, le pasa la receta de su plato favorito (pero no le cuenta
el secreto) y luego, cuando va de visita a la casa, todo lo critica, todo le
parece mal, todo lo boicotea. Ojo, la suegra inteligente que no quiere perder
el cariño de su hijo, jamás atacará a la joven esposa de manera evidente o
agresiva. Le dirá cosas como: “pobre, te has esforzado pero todavía no te
sale bien” o “el problema es que no te organizas, tu casa es un caos”, o “mmm
el estofado no te sale como debería, mejor lo hago yo”, y así.
¿Alguien se
atrevería a decir que la suegra es una obstruccionista? Por supuesto que no.
La suegra, como el fujimorismo, hará todo por hacer quedar a la nuera como
una tonta frente al marido. Descalificará sus acciones, siempre con una
sonrisa y de vez en cuando alentará a los niños para que desordenen y que
todo parezca un caos. Ella será siempre la perfecta experimentada y la nuera
lucirá como la bobalicona a la que le sale todo mal. Así que a cuidarse, la
estrategia está echada y si PPK no reacciona, el manejo de la casa se le
puede salir de las manos.
http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/suegra-fujimorista-patricia-rio-noticia-1953627
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Liberalismo y autopistas
Jaime Richart
Es posible que
tenga fundamento la ideología liberal. De hecho, los que la detestamos pero
somos capaces siempre de encontrar alguna base para las teorías sobre los
sistemas políticos de todos los tiempos, somos comprensivos y no
descartamos que el liberalismo económico no pueda tener también alguna
virtud (a diferencia de ellos, los que defienden el liberalismo económico,
que en cuanto oyen comunismo sacan a relucir a Stalin y el muro de Berlín,
sin aportar ninguna raz ón concreta en contra del socialismo real más allá
de la reacción explosiva de las sociedades donde los abusos de los poderosos
llegaron hasta el paroxismo).
Así es que si el
liberalismo puede tener alguna justificación, su manejo en general es
terriblemente abusivo por parte de quienes lo profesan, lo enseñan y lo
practican, en unos países menos y en otros más, como España. Haciendo del
sistema y de ellos mismos además un compendio de cinismo insoportable. Pues
quienes lo profesan, lo enseñan y lo practican presencian el mismo
espectáculo que nosotros y sin embargo no les parece razón suficiente para
proscribirlo: abusos escandalosos escudados en la ideología y
contradicciones exasperantes y constantes de ésta que afloran cuando
aquellos, triunfantes, están en el poder, no les lleva a reconocer que el
liberalismo por sí mismo acaba siendo siempre un gigantesco pozo de
injusticia social, desde luego en España. Pues en el liberalismo están aquí,
tanto el partido político que lo profesa sin tapujos, como la
socialdemocracia y sus tibios gobiernos que, sin enarbolarlo
aparatosamente, lo consienten y a menudo lo apoyan en beneficio final de
todos o parte de sus miembros, sobre todo cuando han salido de ellos...
Por eso somos
honestos y decimos que bien está la iniciativa privada, la libre
concurrencia, el mérito y la excelencia como motores de la prosperidad y de
la economía. Pero la pedagogia sobre la iniciativa privada que da fundamento
al liberalismo, incluye las pérdidas, la quiebra y la ruina. Es decir, el
fracaso. (Y todo ello podría explicar también el por qué de la excitación
vital que en una sociedad el liberalismo introyecta a la sociedad, a
diferencia de la apatía que la falta de competencia puede originar en otras
sociedades de socialismo real en sus primeras fases).
Quiero decir con
todo lo anterior que crujen los pilares del liberalismo y del sistema en
España por muchos motivos, pues está muy claro que los liberales son
principales enemigos del sistema que defienden. Pues no hacen más que ponerlo
en evidencia y llevar los abusos a unos extremos escandalosos. Y ahora la
última fechoría escandalosa es que la o las sociedades mercantiles de 8
autopistas en quiebra no pagan las consecuencias de su pésimo cálculo cuando
sus consejos de administración decidieron, y por tanto se arriesgaron , a
explotarlas ahora comprobado que sin éxito. Ellos y sus accionistas
sencillamente se han arruinado. Sin embargo el Estado español, campeón del
liberalismo económico -que somos a fin de cuentas los 47 millones de
españoles- se apresta a rescatar a esas empresas y a pagar los platos rotos
de sus malas cabezas, resarciendo a dichos accionistas con millones de
euros (sin haber movido en cambio un dedo para aliviar la situación penosa
de miles de preferentistas). Una situación pública más que tensa a la
sociedad española en conjunto, dominada por necios relativamente ilustrados
y por malhechores de todas clases. Pues no hay asunto que no esté contaminado
por el despojo, por el latrocinio, por el cinismo o por la mentecatez de los
gobernantes y por los sinsentidos del odioso Mercado...
http://rebelion.org/noticia.php?id=220453
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Mensaje sin mensaje
César Lévano
El martes, el
presidente Pedro Pablo Kuczynski pronunció un mensaje sin mensaje. Fue un
discurso conciliador frente al fujimorismo que parece no aplacar a la fiera.
El irreflexivo congresista de Fuerza Popular Héctor Becerril se ha burlado ya
del llamado a la reflexión que PPK lanzó a la oposición cerril.
PPK parece
practicar el “amor serrano” con quienes quieren derribarlo: más me pegas, más
te quiero.
La marcha de los
jóvenes el lunes no le ha dicho nada al presidente. Fue aquella una nueva
manifestación de masas, de quienes en la campaña electoral le arrancaron
promesas democráticas y le dieron su apoyo.
El desengaño
juvenil y popular respecto a PPK se parece cada vez más a la desilusión que
sufrieron esos sectores bajo el régimen de Ollanta Humala. Este jueves, día
en que se decide el voto de censura contra el ministro de Educación, Jaime
Saavedra, se sabrá con mayor claridad si la táctica del paso atrás y la
conciliación sirven para algo.
En el fondo del
escenario está un gran actor en marcha: el movimiento de jóvenes, obreros,
campesinos, intelectuales que, en la medida que se unan, organicen y luchen
pueden aportar una salida a los impases de la política. En esta edición
incluimos una entrevista al dirigente juvenil Gabriel Salazar.
Acierta el joven
al precisar: “Todas las agrupaciones políticas deben saber que la calle no
solo es antifujimorista, sino que también cada vez más viene siendo conciente
de que este modelo desigual necesita cambios y reformas, pues termina
aplastando y explotando a los trabajadores, universitarios, jóvenes, mujeres,
pueblos indígenas, campesinos, y poblaciones vulnerables en general. Es
necesario atender esto”.
El concepto que
surge, a la luz de la realidad y la experiencia, es que los sectores sanos de
la sociedad no se enredan en las escaramuzas de los dueños del poder.
Vislumbran poco a poco que en la coyuntura se producen duelos escandalosos
por causas nimias, que las luchas mayores exigen un proceso de conciencia, y
una estrategia y una táctica.
Para que esa toma
de conciencia se consolide y madure hace falta ante todo, insistimos, la
unidad de las fuerzas progresistas. Esa unidad para exigir cambios e
imponerlos requiere también cambios en las fuerzas del progreso social. Se
requiere, entre otras cosas, abandono del caudillismo, el sectarismo, la
improvisación, emprender el estudio de la teoría y la historia de la lucha
por la dignidad de todos, de todas.
http://diariouno.pe/columna/mensaje-sin-mensaje/
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¿PPK ya sabe, ahora, con quién se mete?
Augusto Álvarez Rodrich
Solo el futuro
dirá si Pedro Pablo Kuczynski acertó o –como cree esta columna– erró al
descartar el comodín constitucional de poner la censura al quizá hasta hoy
ministro Jaime Saavedra como cuestión de confianza ante al embate del
fujimorismo y su penoso furgón de cola el Apra.
El presidente dijo
en su mensaje que, “después de meditarlo mucho, hemos decidido no plantear la
cuestión de confianza (para) evitar un escenario de mayor enfrentamiento (…)
esperamos que ese tono desmedido del pasado no marque una tendencia de
conducta futura”.
A favor de esta
decisión debe destacarse que PPK se proyecta, con su mensaje, como un
presidente convocante y con vocación de diálogo, a diferencia de un
fujimorismo matón y prepotente que encontrará, por ello, un costo ante la
opinión pública.
Pues resulta
imposible obviar la carencia de argumentos del fujimorismo para censurar a
Saavedra, siendo risible el intento de calificarlo de corrupto por parte de
enjuagadores de cuchipandas como Héctor Becerril, además del escándalo que
significa ver a congresistas decidiendo en el escaño sobre sus propios
negocios.
De otro lado, en
contra de la decisión de PPK de descartar la cuestión de confianza para crear
las condiciones para una negociación más equilibrada entre el gobierno y el
fujimorismo está la alta posibilidad de que, alentada por la pataleta sinfín
de Keiko Fujimori, Fuerza Popular vuelva pronto al ataque al gabinete, hasta
escalar a la amenaza al propio jefe de Estado al plantear su vacancia.
Quizá cuando el
fujimorismo venga en breve por su próxima víctima del gabinete, el presidente
podría sentirse más alentado de usar la cuestión de confianza, pero ello
requerirá reunir la fuerza que lo ayude a poner en práctica un plan que lo
permita.
Ello incluye
varios aspectos que el presidente PPK carece ahora: un plan político al menos
elemental; una bancada parlamentaria disciplinada en vez del menjunje
inorgánico que hoy (no) lo acompaña; operadores políticos leales y capaces;
una estrategia de construcción de una buena relación con la opinión pública;
y, principalmente, las ganas de armarse de valor para dar la pelea política
ante embates matones como el que se ha visto en el caso de Saavedra.
Es decir, en
resumen, lo que la presidencia de PPK necesita, con urgencia, es empezar a
hacer política.
De lo contrario,
el fujimorismo lo va a seguir zarandeando hasta ponerlo de rodillas o contra
las cuerdas para exigirle que saque a Alberto Fujimori, por la puerta grande,
de la Diroes.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/830681-ppk-ya-sabe-ahora-con-quien-se-mete
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