viernes, 25 de noviembre de 2016

OPINIONES 25/11|/2016


Esa virtud sospechosa que llaman caridad - Miguel Flores-Montúfar 
Impotencia del Poder Mediático - César Lévano 
Sucursales en la mira - Mirko Lauer 
Congreso corrupto y mediocre - Augusto Álvarez Rodrich
Mordiendo la manzana - Juan de la Puente
Las cosas que sé - Gabriela Wiener
Incendios - Santiago Pedraglio
¡Mi negocio no! (II) - Luis Davelouis
Trump y su plan de infraestructura - Iván Alonso
Los radicales de la Postverdad - Marco Sifuentes
No subestimar el destrabe - Gianfranco Castagnola
La reforma universitaria bajo ataque - Alberto de Belaunde
Mientras las mujeres árabes se convierten en estadísticas sus asesinos caminan libres - Samah Salaime

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“Esa virtud sospechosa que llaman caridad”

Miguel Flores-Montúfar


VIUDA: Nosotros estamos de duelo ahorita, no sé cómo pueden bailar los bomberos…
PRODUCTOR: Están bailando por un deseo… que necesitan los bomberos, y se lo vamos a cumplir.
VIUDA: Pero…
PRODUCTOR: Aparte, discúlpame, pero yo tengo una posición personal: el luto se lleva de diferentes maneras […] no tienes que estar todo el rato deprimido […]
VIUDA: Pero, en este caso, son tres personas que han fallecido…
PRODUCTOR: Pero, por eso, es que… no seas tan extremista.


PRODUCTOR: Tú estás siendo de otra manera, con tu posición muy egoísta con tus hijos, porque se les puede conseguir una beca, pero si no la quieres, no te preocupes. […] El programa igual va a seguir y va a salir al aire.


La actitud del productor es despreciable, por supuesto. Pero sería un error concentrarnos en él y exigir su cabeza para quedarnos tranquilos. Otra vez: sí, es despreciable, asqueroso. Y si la bulla continúa, el canal lo botará o lo moverá de lugar. Y ya. El problema, sin embargo, no habrá pasado.

El problema es que estamos muy acostumbrados a convertir en espectáculo absolutamente todo, la miseria y el dolor incluidos. Eso es algo que han entendido muy bien, y hace mucho tiempo, los que hacen televisión en nuestro país.

Esa conversación de arriba debería recordarnos que esa necesidad de hacer una exhibición grosera de la vida de la gente no acaba con los famosos. La ridiculización de los pobres, consentida y celebrada porque venía con regalo, era bastante común en los clips de Trampolín a la Fama que han llegado hasta nosotros.

En esa misma línea, pero ya sin ninguna vergüenza, siguió Laura Bozzo, a quien no hace falta agregarle descripciones. También está ese programa atroz en que una periodista mete su cabeza en la vida de las personas (pobres siempre, hasta donde sé), rebusca en sus miserias, los persigue con una cámara y trata de solucionar sus problemas. Y Gisela, por supuesto.

No recuerdo ya cuántas veces ha hecho subir a su set a personas enfermas, a veces tendidas en una camilla, y les ha puesto el micrófono en la boca para que hablen (incluso cuando no pueden hacerlo) y ha acomodado la escena para que las cámaras ponchen la herida, la marca, la malformación. Y el momento es acompañado por sus palabras, que no dicen nada pero ella ni cuenta, las dice tan sentida, tan conmovida, como si realmente creyera que está haciendo el bien.

Y ahí está el problema.

No hay bien posible en la humillación. No se puede ser solidario con alguien si primero no se le respeta, si no se respeta su dolor. No hay solidaridad en los bailes por un sueño, las vidas extremas, los cuéntame tu caso. No hay solidaridad en los gestos públicos, visibles, promocionales. No: hay negocio. Y a esa gente le importa un cuerno negociar con tu enfermedad, tu pobreza o tu muerte.

Hace poco, hablando de Cantagallo, contaba Jimena Ledgard:

En el 2007 pasé una semana entre Chincha y Pisco desde el día siguiente del terremoto ayudando en la entrega de donaciones. Recordaré mucho de esos días para siempre, pero hay una cosa de la que con certeza NUNCA me voy a olvidar: que un camión con donaciones de medicinas (que se necesitaban con urgencia pues ya se habían agotado) estuvo tres días cerrado en el depósito en el que trabajábamos porque debíamos esperar a que llegara el gerente de la empresa que lo había donado y se tomara fotos durante la entrega.

En Dirección equivocada, un cuento de Julio Ramón Ribeyro, el narrador comenta que la acción del protagonista no se debe, entre otras cosas, a “esa virtud sospechosa que se llama caridad”. Eso es lo que no queda claro: si ya sabe que detrás de estos programas no hay ninguna intención real de hacer el bien, si ya se sabe que maltratan y hostilizan a las personas a las que, se supone, quieren ayudar, si ya se sabe que los seres humanos se miden en índices de sintonía, ¿por qué lo hacen? Es decir, ¿para quién? Ellos no quieren ayudar, el público no cree que lo quieran, ¿para qué tanto espectáculo, entonces?

A menos que lo que nos guste sea el desfile de las miserias. En uno de sus Dichos de Luder, dice el mismo Ribeyro:

«La gente duerme más tranquila arrullada por la música de una desgracia ajena.»


http://utero.pe/2016/11/24/no-hay-solidaridad-en-los-bailes-por-un-sueno-las-vidas-extremas-los-cuentame-tu-caso-hay-negocio/

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Impotencia del Poder Mediático


César Lévano


El miércoles 9 de noviembre, a medianoche, cuando ya parecía irreversible el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, el analista Ignacio Ramonet colocó en Internet una opinión cuyo primer párrafo decía: “El éxito de Trump (como el ‘Brexit’ en el Reino Unido, o la victoria del ‘no’ en Colombia), significa una estrepitosa derrota de los grandes medios dominantes y de los institutos de sondeo y de las encuestas de opinión”.

El texto, cuyo título era: “Las 7 propuestas de Donald Trump que los grandes medios censuraron… y que explican su victoria”. Aparte del tsunami contra el poder mediático, Ramonet precisaba que el triunfo de Trump significa también que “toda la arquitectura mundial, establecida al final de la Segunda Guerra Mundial, se ve ahora trastocada y se derrumba. Los naipes de la geopolítica se van a barajar de nuevo”.

Durante la campaña, Trump expresó más de una vez: “No estoy compitiendo contra Hillary Clinton; estoy compitiendo contra los corruptos medios de comunicación”.

Viéndolo bien, pudiera ser que el ataque de los grandes medios haya favorecido a Trump. Esto parece insinuar el editorial del semanario parisiense Le Point del 10 de noviembre. “Vivimos”, afirma Franz-Olivier Giesbert, “en un mundo en que basta ser odiado por los medios para ser popular. Trump puede agradecer, entre otros, al New York Times”.

Esto me recuerda un texto de Noam Chomsky en su reciente libro Who runs the world? (¿Quién gobierna el mundo?). Un capítulo esencial se titula: “Un día en la vida de un lector de New York Times”. El escrito desenmascara los métodos de ese diario que muchos intelectuales peruanos, incluso algunos de izquierda, estiman impecable.

En la página 7 del 10 de abril de 2015 se incluye el artículo de Thomas Fuller ‘La Misión de una mujer para librar Laos de millones de bombas que no estallaron’. La dama es Channapha Khamvongsa, estadounidense de origen laosiano, empeñada en limpiar a Laos de los millones de bombas todavía enterradas ahí, herencia de una campaña aérea de Estados Unidos a lo largo de nueve años.

Fue en la época de la guerra contra Vietnam. Laos no era parte del conflicto. El presidente Lyndon Johnson ordenó, en noviembre de 1968, que cesaran los bombardeos en Vietnam y que los aviones se desplazaran a Laos. El subjefe de la Misión en Vietnam declaró ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, en octubre de 1969: “Bueno, teníamos todos esos aviones dando vueltas y no podíamos permitir que permanecieran allí sin hacer nada”.

The New York Times aseguró que los bombardeos se justificaban porque Laos era refugio de vietnamitas y en Laos había comunistas.

Chomsky puntualiza: “El reportero de New York Times tenía una fuente: la propaganda de los Estados Unidos”.


http://diariouno.pe/columna/impotencia-del-poder-mediatico/


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Sucursales en la mira

Mirko Lauer

Hemos entrado a una nueva racha de asaltos a bancos. El ritmo de estas olas delictivas locales está por estudiarse, pero las explicaciones estándar siempre han sido la mayor presencia de efectivo en caja durante ciertas fechas y las periódicas disminuciones en el resguardo policial a las sucursales. Esto ayuda a comprender, pero no explica todo.


Con la creación del destacamento especializado en el tema Águilas Negras (1988), como parte de un acuerdo entre la PNP y Asbanc, las sucursales bancarias empezaron a vivir largos periodos de tranquilidad. Las cosas empezaron a cambiar cuando en el 2011 el gobierno retiró a las Águilas de 900 de las 1,200 sucursales del país.

Hacia el último trimestre de ese año 2011 la SBS informaba que los asaltos habían empezado a subir. Entonces Orlando López, encargado del tema, dijo: “Si hago un recuento de los últimos cinco años; en el 2009 tuvimos ocho asaltos; en el 2010, seis y en el 2011, cinco. Si analizamos los últimos datos sí vemos una mayor frecuencia”.

Para el 2015 los asaltos propiamente a bancos del año habían vuelto a ser ocho, según estadísticas de la propia policía, 42% menos que en el 2014. En el segundo semestre del 2016 los asaltos ya han pasado de 10, casi la mitad de ellos fuera de Lima, algunos de ellos frustrados por la vigilancia, otros no.
Es evidente que las bandas de delincuentes han detectado una oportunidad en la menor vigilancia de los bancos, en las ventajas que dan las nuevas armas de fuego, en la multiplicación de las sucursales bancarias y en la muy razonable pasividad de los funcionarios. La racha no puede durar mucho tiempo, y los cacos están apurados.

Los asaltos a bancos son delitos de alto perfil, como los accidentes aéreos, pero con la bancarización en limitada a 28% de las transacciones (70% en Chile) y creciendo a paso de tortuga, 8% en seis años, los asaltos contra el efectivo que circula fuera de los bancos son mucho más frecuentes. Son más difíciles de atajar y no llegan al horario estelar.

La situación en ambos casos, bancos y la calle, todavía puede empeorar antes de comenzar a mejorar. Repotenciar a las Águilas Negras parece un camino conveniente para esta hora.


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Congreso corrupto y mediocre

Augusto Álvarez Rodrich


El fujimorismo se apresta a usar su fuerza bruta –que no es poca– contra el ministro Jaime Saavedra, un esfuerzo que, sin embargo, les reventará como bumerán pues desnudará la real intención política, así como la severa limitación, de Fuerza Popular.

El fujimorismo ya adelantó, a través de dos de sus preclaros amautas, Héctor Becerril y Cecilia Chacón, que el palitroque con el inaugurarán su temporada de bowling para demoler al gabinete se llama Jaime Saavedra.

Su elección no es casual. Desde que Pedro Pablo Kuczynski anunció, como presidente electo, que quería a Saavedra de ministro de Educación, el lobby contra la ley universitaria se activó, con el fujimorismo en primera fila y el Apra ahí bien aconchabadito.

No lo consiguieron. PPK obvió a ese lobby y Saavedra retuvo el cargo que ya ocupaba en el gobierno previo.

Entonces el lobby pasó al esfuerzo de traerse abajo a la cabeza de la reforma universitaria, y lo sometió a un fuego cruzado intenso para involucrarlo en cuanta cuchipanda pudo, tarea en la que fujimoristas y apristas gozan de reputación bien ganada.

Los interpeladores de turno dicen que la censura no tiene nada que ver con la ley universitaria sino con otros escandaletes –que ellos han promovido– pero es obvio que esa ley –es decir, la agenda del lobby que defienden– es el motivo crucial.

Por supuesto que la ley es mejorable, pero la pregunta, entonces, cae de madura: si ese es –como que es– el objetivo crucial de sus ‘preocupaciones’, ¿por qué no derogan o cambian la ley nomás en el Congreso, un asunto para el que tienen los votos?

La respuesta también cae de madura: porque es rochoso que ellos mismos cambien las reglas del juego para su beneficio. Lo ‘elegante’, como con los sicarios, es que ese trabajito lo hagan otros, como ministros, colegas y coleguitas del más noble y vil de los oficios.

El futuro evidente de Saavedra es la interpelación y censura con la que sus promotores quieren hacer sentir su fuerza bruta para advertirle al gobierno que las cosas son como son.
Es un juego peligroso que podría llevar a quiebres como los que el Apra propició con Fernando Belaunde o José Luis Bustamante y Rivero. Ya se verá hasta dónde quieren llegar.

Hizo bien el presidente PPK al respaldar a su ministro, pero Saavedra ya debiera irse preparando para salir del gabinete recordando que ser censurado por un Congreso corrupto (intereses subalternos del lobby universitario) y mediocre (sin ideas valiosas) es una condecoración que enaltece. Mejor así, todo más claro.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/824827-congreso-corrupto-y-mediocre


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Mordiendo la manzana

Juan de la Puente


La reforma judicial ha sido los últimos 15 años la manzana prohibida del Estado peruano. Toda propuesta legislativa relativa a ella era rápidamente anatemizada como un intento de intervención y el intento más serio, entre 2003-2004, fue la de la Comisión Especial para la Reforma Integral de la Administración de Justicia (CERIAJUS) que partió de una ley aprobada por el Congreso, y que ordenaba elaborar el Plan Nacional de Reforma Integral de la Administración de Justicia, la cual fue congelada por presión de los reformados.

Desde entonces, y hace más de una década no se habla en serio de la reforma de la justicia. Y de paso, la administración de justicia no ha experimentado ningún cambio significativo. En ese lapso se agravó la crisis del Ministerio Público –al punto que el Fiscal de la Nación debió ser destituido– y del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM). En el Poder Judicial las cosas no han pasado a mayores solo porque ha tocado fondo y porque no es posible lo peor. Bajo este cuadro se constata un impulso inicial de cambio en el Ministerio Público y un débil impacto de los códigos Procesal Constitucional (2005) y Procesal Penal (2004).

Por esa razón es importante la convocatoria al Acuerdo Nacional por la Justicia, suscrito hace poco por el Ejecutivo, el CNM, la Fiscalía y el Poder Judicial a instancias de la ministra de Justicia, Marisol Pérez Tello. Surgido modestamente solo como un espacio de coordinación y colaboración para mejorar la calidad de estos servicios al ciudadano y enfrentar con éxito a la corrupción, contiene cinco acuerdos base, seis compromisos urgentes y acciones inmediatas, que son la semilla de cambios mayores.

La riqueza de este acuerdo reside en la ruptura de los límites institucionales que desde hace 15 años impiden cambios en la justicia. Esta voluntad de los poderes y organismos de compartir la crisis es positiva y puede ser el primer paso de una reforma profunda. Por ahora sus objetivos podrían parecer de poco calado, y por eso la falta de interés de los medios y de la academia, pero no lo son. Entre sus iniciativas se cuentan acciones para disminuir la carga procesal, fortalecer la formación de operadores jurídicos, presentar medidas legislativas para mejorar los procesos de justicia y una política de transparencia y buenas prácticas de acceso al ciudadano. Es destacable también que cada institución firmante se comprometa a adoptar prioridades en tres áreas: sistema anticorrupción, servicios de justicia y sistema penitenciario y que el MINJUS opere como una secretaría técnica del acuerdo.

El modelo escogido para gestionar los cambios es prometedor especialmente porque se ubica a medio camino entre dos dinámicas, por un lado la autorreforma de las instituciones, una utopía desarmada por las lógicas internas en cada caso y por la demostrada falta de consenso interno (especialmente en la Corte Suprema), y por el otro la reforma desde fuera, siempre cuestionada como violatoria de la independencia de la función jurisdiccional. La presencia del Ejecutivo y el seguimiento atento de la Defensoría del Pueblo y el Acuerdo Nacional permitirán una mejor gestión del cambio.

Por ahora no hay otra salida a la vista que morder la manzana de ese modo. Este acuerdo naciente establece un escenario desafiante con dos grandes actores: una batería de decenas de proyectos de ley presentados al Congreso que persiguen desde cambios precisos en varios códigos normativos hasta reforma constitucionales, y una coalición de instituciones que pugnan por cambios hacia adentro, que no descartan salidas legislativas.

La idea básica es que estos dos impulsos se relacionen para evitar tanto que el acuerdo se localice en el corto plazo y huya de las reformas de fondo como para evitar un tratamiento legislativo desordenado de la administración de justicia, lo que ha sido la nota dominante desde el año 2001.Acuerdo más acuerdo es un imperativo para que esta vez no fracasen los cambios en la justicia.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/824828-mordiendo-la-manzana


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Las cosas que sé

Gabriela Wiener

Leo los poemas de la rapera inglesa Kate Tempest por primera vez en papel. La vi rapeando en el festival de Paraty. Estuvimos ambas sentadas una al lado de la otra, esperando turno para leer, hablando monosílabos. Parecía tímida y amable. Tenía cara de niña skater, sonrosada por el sol. La noche se perfilaba ruidosa. Los recitales poéticos de los brasileños se parecen a los partidos de fútbol en que ganan ellos. Nada de tristeza. La presentadora pedía olas. Cuando leí me dio un poco de vergüenza mi sentimentalidad, la melancolía de mis textos. Me sentí antigua por leer, nadie lo hacía: recitaban, cantaban, rapeaban, predicaban, escupían, estremecían. La rabia era política y poética. En algunos sitios la poesía no tiene nada que ver con las venas y los vasos rotos. Me alegré por eso. Luego le tocó a Kate. Fue como si de repente se echara a llover con rayos y truenos y saliera el sol al mismo tiempo y el arcoíris y los pajaritos y fuera de día y de noche a la vez. Como si esto fuera posible. Su voz contenía todas las furias y también todos los remansos. Ahora la leo en papel, a la antigua, y sigue siendo nuevo: “Si quieres saber lo que vales pregúntale a tus amantes, sobre todo a aquellos que ya no te hablan. No puedes ser buena persona y tratar mal a tus amantes/da igual cuánto dones a causas benéficas. Mejor ser imbécil y darse cuenta/que ser un hijo de puta toda la vida y no saberlo. El dolor de haberla cagado tanto no nos dejará nunca. Nunca infravalores lo agradable que resulta/preparar a alguien una taza de té sin que la haya pedido”. Ni autocompasión, ni pretensión, ni sordera. Poesía de una mujer contra la imbecilidad, contra la cobardía, contra la violencia. “Si te han golpeado bien por ti, si nunca lo han hecho bien por ti”. Pensé que me gustaría tener el corazón lleno de rap en lugar de lleno de elegías.


http://larepublica.pe/impresa/la-contra/824913-las-cosas-que-se

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Incendios

Santiago Pedraglio

La semana pasada le espetó a la capital del país cinco muertes evitables: la del niño de Cantagallo, por las quemaduras que sufrió en el incendio de 400 viviendas de migrantes shipibos en Lima; y las de los cuatro trabajadores que fallecieron en el incendio que se produjo en el centro comercial Larcomar. En ambos casos, aún no se han señalado responsabilidades individuales ni institucionales. Mientras tanto, miles de hectáreas están siendo arrasadas por incendios en la sierra norte. Aquí hace falta un sistema masivo de control de catástrofes, y lamentablemente el Estado peruano no está preparado: para empezar, no hay aviones ni helicópteros acondicionados para controlar este tipo de emergencias. A esto cabe sumarle una seguidilla de asesinatos de alcaldes distritales, también en el norte. El representante del área de seguridad de la Asociación de Municipalidades del Perú (AMPE) y alcalde de Los Olivos ha informado, además, que más de 70 alcaldes distritales “han sido amenazados de muerte por bandas criminales” (La República, 21.11.16).

El asunto es grave: si se revisan las estrategias de expansión de bandas vinculadas a los grandes negocios de la economía ilegal en Colombia o México, se ve que su eje es el copamiento territorial de zonas clave para sus negocios, como áreas de producción, tránsito o comercialización. Acá en el Perú, en las últimas semanas, bandas de este tipo asesinaron a tres alcaldes distritales: al de Paimas (Piura), el 6 de octubre; al de Pión (Chota, Cajamarca), el 14 de noviembre; y al de Yaután (Casma, Áncash), también el 19 de noviembre.

Los decididos esfuerzos del ministro del Interior no bastan para combatir la violencia, sobre todo cuando se extiende territorialmente. Se requiere, según todo lo indica y entre otras medidas urgentes, fortalecer la inteligencia y articular una alianza con las autoridades locales y con la sociedad civil organizada. De lo contrario, como con los incendios, el espacio resultará demasiado grande para cercarlo y controlarlo.




http://peru21.pe/opinion/santiago-pedraglio-incendios-2263279

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¡Mi negocio no! (II)

Luis Davelouis


El negocio educativo es ultra lucrativo. Y si el encargado de supervisarlo es el mismo que lo opera, es más lucrativo aun. ¿A alguien en su sano juicio –y a la luz de las evidencias– se le ocurriría que los proveedores de servicios de telefonía e Internet (como Movistar, Claro o Entel, por ejemplo) estén a cargo de supervisarse a sí mismos y de castigarse y multarse a sí mismos cuando brinden un servicio que no cumpla con los requisitos mínimos ofrecidos por ellos mismos?

Eso es exactamente lo que sucedía con la Asamblea Nacional de Rectores (ANR). Utilizaban la figura legítima de la autonomía universitaria para alcahuetearse entre ellos o hacerse los de la vista gorda frente a flagrantes violaciones y despropósitos que terminaban siempre afectando a los estudiantes. La Ley Universitaria acabó con la ANR y el compadrazgo al reemplazarla con la Sunedu. Se pretendió afirmar que esto vulneraba la autonomía universitaria, pero el Tribunal Constitucional se pronunció y dijo que no vulnera nada.

El proyecto del congresista aprista Velázquez Quesquén busca que todo vuelva a ser como antes. “¿Acaso Harvard necesita una Sunedu para alcanzar la excelencia?”, se preguntó. En un país con universidades que funcionan en garajes, chifas y corralones, que venden títulos sin respaldo, que utilizan el dinero de las exoneraciones a las que tienen derechos nadie sabe en qué, con una universidad (UIGV) sin ningún reconocimiento nacional o internacional que le paga 2 millones de soles mensuales a su rector, ¿tiene sentido que el Estado no supervise que no estafen a los chicos con lo que les venden? Por cierto, el rector de Harvard gana la cuarta parte que el rector de la UIGV. ¿Acaso la Policía necesita ir armada en Londres?, habría que preguntarle a él.




http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-mi-negocio-no-ii-2263270

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Trump y su plan de infraestructura

Iván Alonso

La reacción instantánea de los mercados financieros a la elección de Donald Trump como próximo presidente de los Estados Unidos fue de sorpresa, pero al final del día ya se habían recuperado. Desde entonces los principales índices de la bolsa norteamericana han subido un 3%; la bolsa de Japón, otro tanto; las bolsas europeas, un poco menos. Lo mismo ha pasado con los metales, especialmente el cobre, que ha subido casi 20%, y con el petróleo.

El motivo de tanta euforia (o, en todo caso, uno de ellos) es el plan de infraestructura de Trump. Más que un plan, es una “visión”: miles de puentes reparados; miles de nuevas redes de agua; miles de empleos en la industria de la construcción, en la manufactura de acero y en otros sectores. “Una oportunidad de oro”, dice su página web, “para acelerar el crecimiento económico.”
Trump apunta a cubrir las necesidades de infraestructura para los próximos diez años, que la National Association of Manufacturers estima en un billón de dólares. Todo con inversión privada… y una ayudita de su amigo. Aquí es donde uno comienza a pensar que el plan no es necesariamente bueno para los Estados Unidos.

La idea es la siguiente. Las empresas que inviertan en infraestructura recibirán un crédito tributario equivalente al 82% de su inversión, de acuerdo con un análisis publicado por el inversionista Wilbur Ross y el profesor Peter Navarro de la Universidad de California, Irvine, ambos asesores de la campaña de Trump. El crédito tributario servirá para moderar las expectativas de rentabilidad de los inversionistas, haciendo viables proyectos que, de otro modo, no se ejecutarían. El gobierno recuperará el crédito tributario con los impuestos a las utilidades de los contratistas y a las remuneraciones de los trabajadores empleados en la construcción. Ambos puntos descansan en un razonamiento económico equivocado.

El crédito tributario ciertamente reduce la expectativa de rentabilidad del inversionista, pero la reduce única y exclusivamente porque la mayor parte de la plata que invierte no es suya, sino del gobierno. El inversionista no se hace problema si el gobierno le devuelve el 82% de su inversión mediante una reducción de impuestos para sus otros negocios. Y en tanto no es plata suya, no necesita que el proyecto le deje suficientes ganancias para remunerarla. Pero al gobierno sí debería interesarle, porque la plata que indirectamente le facilita al inversionista podría utilizarse para otras cosas que el público norteamericano quizás juzgaría tan o más valiosas que, digamos, un puente en Alaska.

De otro lado, la posibilidad (mas no la certeza) de que el crédito tributario sea recuperado con los impuestos futuros no implica, como erróneamente sostiene Trump, que su plan no tenga un impacto en la recaudación y el déficit fiscal. La razón es muy simple: si el proyecto se ejecutara sin crédito fiscal, el gobierno igual cobraría esos impuestos. Siempre se puede decir que sin el crédito fiscal el proyecto no se ejecutaría y el gobierno nunca recaudaría esos impuestos; pero esa lógica (o falta de) es igualmente aplicable a la infraestructura como a cualquier otra clase de inversión.

Por lo que hasta ahora sabemos, el plan de infraestructura de Trump no garantiza que se construya la infraestructura que los Estados Unidos más necesitan y su costo fiscal será enorme.

http://elcomercio.pe/opinion/mirada-de-fondo/trump-y-su-plan-infraestructura-ivan-alonso-noticia-1948840

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Los radicales de la Postverdad

Marco Sifuentes

A todos nos ha pasado. Compartimos algo en redes sociales y, de pronto, alguien, discretamente o no, nos avisa que esa noticia o meme o información no es real. ¿Qué hacemos? Yo diría que en la mayoría de los casos lo dejamos pasar, lo ignoramos y lo dejamos así. Sinceramente, nos da lo mismo que sea cierto.

Usualmente, se trata de algo inofensivo: un meme chistoso, una imagen ‘photoshopeada’ o la prueba de que los animalitos tienen tantos sentimientos como los humanos.

Pero a veces es una “denuncia”: la corrupción de una figura pública, la insensibilidad de los medios, la prepotencia de un vecino. A veces es un meme, pero a veces, superserio todo, es un enlace a alguna web noticiosa. Da lo mismo si la acusación es infundada o sencillamente falsa: si coincide con tu visión de la realidad, entonces tiene que ser real.

Hay muchos factores que colaboran con este tipo de radicalizaciones pero uno en particular –gracias a las elecciones estadounidenses– ha saltado a la palestra en estos días: Facebook.

La explicación es muy sencilla. La mayoría evita los enfrentamientos en Facebook (y si estás pensando en que ese no es tu caso ni el de mucha gente que conoces, excelente, ya conoces los límites de una de tus burbujas). Esto quiere decir que interactúas menos con la gente que no piensa como tú y viceversa. La consecuencia es que el algoritmo de Facebook sabe qué usuarios son tus preferidos y, por tanto, prioriza el contenido que ellos publican. Esto, a su vez, genera más ‘engagement’ con la plataforma y, por tanto, pasas más tiempo en ella.

El resultado final es que, de todo el contenido que Facebook aloja, se te ofrece lo que confirma tu propia percepción de la realidad. Después de todo, nadie entra a las redes sociales para que sus convicciones sean desafiadas.

Facebook, por supuesto, no es el único desencadenante de nuestro mundo ‘posverdad’, una sociedad en la que todo lo que apela a la emoción y las creencias personales es mucho más influyente en la opinión pública que los datos objetivos.

La gente mira ‘realities’ sabiendo perfectamente que no tienen nada de ‘real’. Eso importa poco. Pero un entorno mediático en el que los periodistas no hacemos ni siquiera el menor intento de ‘fact-checking’ en nuestros medios (y, menos aún, en nuestras redes: nunca falta el colega que comparte con mucha gravedad una noticia falsa o, peor aún, evidentemente satírica).

Estados Unidos acaba de descubrir la ‘posverdad’ (‘post-truth politics’), gracias a la impunidad con la que Trump y sus seguidores actuaron en estos meses. Aquí, desde los 90, la tenemos incorporada como una característica más de ciertos sectores (o momentos, como las elecciones) de nuestra sociedad. Pero las redes han exacerbado esta característica. ¿Hay salida? Por el momento, solo analizar nuestras propias actitudes y pedirle más responsabilidad a los medios. Y esperar que no llegue nuestro Trump.



http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/radicales-posverdad-marco-sifuentes-noticia-1948847

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No subestimar el destrabe

Gianfranco Castagnola


El primer paquete simplificador anunciado por este gobierno fue muy bien recibido por la opinión pública. Pero, con el transcurrir de los días, se han generado dos tipos de críticas. Una primera procede de algunos analistas políticos, que señalan un supuesto sobredimensionamiento de la importancia para la economía y la sociedad de estas iniciativas versus otros problemas más profundos y relevantes que enfrenta el Perú. Una segunda, motivada por el trágico incendio en los cines UVK en Larcomar, apunta a una aparentemente excesiva desregulación que resultaría peligrosa para la sociedad. Ambas críticas son infundadas y no deberían ser causa de un retroceso del gobierno en sus esfuerzos por la desregulación y la simplificación administrativa.

Empecemos por la primera. Es innegable que el Perú, a pesar de los avances logrados en los últimos 25 años en materia económica y en el bienestar de su población, enfrenta retos formidables para aspirar algún día a ser un país del Primer Mundo. Estos se presentan en el propio campo económico, en el social y en el institucional. Y los tres están muy relacionados. Por ejemplo, según el Foro Económico Mundial, uno de los factores que más afecta nuestra competitividad es nuestra deficiente institucionalidad, que incluye el sistema de justicia, el aparato burocrático, la corrupción y la inseguridad ciudadana. Economía y desarrollo institucional no son excluyentes. Al contrario, la economía necesita el buen desempeño de estas instituciones, y estas necesitan del crecimiento económico para poder financiarse.

Las trabas a los proyectos de inversión y los excesivos y onerosos trámites que se exigen a ciudadanos y empresas son precisamente consecuencia de la disfuncionalidad de nuestro Estado (la limitada o nula coordinación entre distintas instancias gubernamentales, el temor de los funcionarios a tomar decisiones ante acciones de control arbitrarias, la debilidad técnica, y otros muchos problemas que deben ser enfrentados con reformas sustantivas). Sin embargo, con las medidas de destrabe y simplificación no solo se alivia la vida de los ciudadanos y empresas, sino que se da la señal correcta a los altos funcionarios para que apliquen en la práctica diaria medidas y principios que implican una reforma institucional. Por ejemplo, la obligación de cumplir con el principio de presunción de veracidad –y su correlato, el control posterior– en casos específicos como los establecidos en el paquete simplificador marca el inicio de necesarias coordinaciones entre entidades públicas y transformaciones internas.

Atacar la tramitología, además, contribuye a reducir la gran brecha de desconfianza que existe entre los ciudadanos y el Estado. ¿Cómo puede reaccionar un ciudadano que ha sido asaltado y acude a la comisaría a sentar la denuncia respectiva, y allí le exigen que vaya al Banco de la Nación para pagar una tasa, cuando probablemente no tenga un sol en el bolsillo? ¿Qué puede sentir un pensionista cuando periódicamente tiene que ir a una comisaría o notaría para demostrar que está vivo, cuando el propio Estado tiene esa información en el Reniec?

Finalmente, la política de simplificación ataca un problema que se ha ido agravando con los años: el llamado “recurseo” del sector público. En teoría, el Estado debe vivir de la recaudación de impuestos y del cobro de tasas por servicios y trámites, a valores que debieran reflejar su costo real. Lamentablemente, en los últimos años han proliferado mecanismos perversos de financiamiento de entidades públicas que se inventan trámites absurdos con el fin de incrementar sus ingresos. Por ejemplo, el Ministerio de Trabajo extraía anualmente S/40 millones de empresas vía el cobro de tasas por presentación de copia de contratos laborales. Una obligación inútil, además, pues la Sunafil, cuando inspeccionaba a las empresas, les pedía nuevamente copia de los contratos.

La segunda crítica era esperable en una administración pública tradicionalmente orientada a pretender solucionar los problemas con papeleo y formalismos en lugar de enfrentarlos con criterio y buena gestión. Un ejemplo es la respuesta que tuvo el Ministerio de Transportes y Comunicaciones a fines del gobierno anterior cuando, ante los frecuentes accidentes de tránsito, no tuvo mejor idea que aumentar los requisitos para la obtención y renovación de licencias de conducir con cursos de primeros auxilios y mecánica –dicho sea de paso, sorprende que el nuevo gobierno aún no derogue esta disparatada reglamentación–. Ahora, la burocracia resistente al cambio quiere hacernos creer que el incendio en Larcomar se explica porque las inspecciones de seguridad ya no se renuevan cada dos años, sino que se expiden de manera indefinida, olvidando que las municipalidades conservan la obligación de realizar inspecciones periódicas. Hoy tenemos un sistema de inspecciones de seguridad tan confuso y poco transparente que favorece la arbitrariedad y la corrupción. El sistema regula lo que no debe y deja suelto lo importante. Haría bien el gobierno en declararlo en reorganización total.

En su esfuerzo desregulador y simplificador, el gobierno va a enfrentar incomprensión de su real importancia, fuerzas resistentes al cambio e intereses mercantilistas. Esperemos que persevere y que no retroceda ante sus ataques. Este esfuerzo por sí solo no nos va a convertir en Noruega, pero claramente va en la dirección correcta.
http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/no-subestimar-destrabe-gianfranco-castagnola-noticia-1948837



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La reforma universitaria bajo ataque

Alberto de Belaunde


Para nadie es un secreto que existen muchas universidades privadas en nuestro país que son una estafa. Duran­te años se han aprovechado de la falta de regulación para lucrar a costa de nuestros jóvenes, quienes reciben una pobre educación que no garantiza un empleo digno. Esta situación está empezando a cambiar gracias a la Ley Universitaria y al liderazgo de la Sunedu. Pese a que la reforma universitaria cuenta con más del 80% de aprobación de los jóvenes universitarios, actualmente se encuentra bajo ataque en tres frentes.

Primer frente: el ministro de Educación. Jaime Saavedra es un ministro exitoso. Así lo reco­nocen las encuestas que lo colocan como uno de los ministros más populares, y sectores bastante diversos de la opinión pública. Saavedra ha hecho una gran inversión en infraestructura, tiene claras las metas de calidad educativa, ha mejorado la cobertura de educación básica, etc. Su“pecado”: apoyar de manera decidida la reforma universitaria. En teoría, la interpelación que le han presentado es por las denuncias periodísticas del pasado domingo. ¿La verdad? Solo 4 de las 18 preguntas del pliego interpelatorio son sobre ese tema.

Segundo frente: el Concytec. Como señalamos en este mismo espacio semanas atrás, existe una campaña de desprestigio a la correcta presidenta del Concytec. En paralelo, hay un proyecto de ley que busca que sea el Congreso el que designe la presidencia de dicha institución, propuesta completamente atípica pues el Legislativo estaría designando a un funcionario que depende de la PCM. La pieza que falta en este rompecabezas: la presidencia del Concytec tiene un sitio en la Sunedu.

Tercer frente: la ley. Se está discutiendo en la Comisión de Educación un proyecto de “contrarreforma universi­taria”. Este proyecto es un re­troceso hacia el antiguo mo­delo de la Asamblea Nacional de Rectores, donde los recto­res eran juez y parte, para evitar cualquier tipo de supervisión y eliminar los procesos de licenciamiento en marcha.

El ataque avanza de manera agresiva en los tres frentes. No hay tiempo que perder, debemos defender en el Congreso, en los medios de comunicación y en las plazas el derecho de nuestros jóvenes a un mejor futuro.


http://exitosanoticias.pe/opinion-alberto-de-belaunde-la-reforma-universitaria-bajo-ataque/



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Mientras las mujeres árabes se convierten en estadísticas sus asesinos caminan libres

Samah Salaime


 Sana al-Zana fue asesinada y enterrada en el desierto a finales del año pasado. Los medios de comunicación no informaron del asesinato, la policía hizo poco o nada y el asesino aún anda suelto.
Recientemente he descubierto que nosotras, las mujeres árabes, somos un colectivo hábil: resulta que en el Israel de 2016 una mujer árabe puede poner fin a su vida, enterrarse a sí misma en medio del desierto, deshacerse de las pruebas, regresar a su familia como un cuerpo sin vida y ser enterrada una vez más sin que nadie levante sospechas sobre la causa de la muerte. Mientras ocurre todo esto también es capaz de garantizar que todo el mundo vuelva a su vida normal: la policía, la oficina del fiscal, el instituto forense, la familia, el pueblo.

Esta historia comenzó el verano pasado cuando publiqué una entrada en Facebook sobre el asesinato de Amana Yasin, embarazada en el momento en que fue apuñalada hasta la muerte y quinta mujer árabe asesinada en 2016. Mientras guardaba luto por su muerte junto con otros usuarios de Facebook ocurrió algo sorprendente. Una mujer a la que no conozco me envió el siguiente mensaje: "Usted se equivoca, Samah. Mi vecina fue asesinada hace varios meses y no está incluida en las estadísticas".

La vecina anónima me dijo que una joven beduina, al-Zana al-Sana, del pueblo de Lakiya, en el desierto de Negev, desapareció durante un período de tiempo. Se anunció en el pueblo que al-Zana murió y fue enterrada de manera modesta. Sin embargo todo el mundo sabía que fue asesinada por su familia. La gente vino a la tienda del duelo, sabía que fue asesinada ysin embargo nadie hablaba de ello. La historia no se reiteró en los medios de comunicación y de hecho la muerte de al-Zana no se convirtió en una estadística.

Usando solo su nombre, sin una fecha o alguna otra pista, empecé a buscar la documentación de un caso similar en el sur. Simplemente no había mención a al-Zana en ningún lugar. Le conté la historia a Haggai Matar, de +972 y pedí su ayuda para hablar con la policía y el fiscal del Estado. La historia sonaba completamente loca: ¿cómo es que nadie supiera decirme lo que realmente ocurrió?
Después de hablar con la policía descubrí que al-Zana, efectivamente, había desaparecido en diciembre pasado. La policía buscaba a su hermano y le detuvo después de que se enterara de que la había amenazado. Poco después de su detención los miembros de la familia de al-Zana encontraron su cuerpo parcialmente enterrado en el desierto, no lejos de un empalme central del Negev. Su cuerpo fue entregado a la familia después de la autopsia, que extrañamente no reveló nada para promover una investigación sobre la causa de la muerte. El instituto de medicina forense fue incapaz de "esclarecer la causa de la muerte".

En otras palabras, el instituto no pudo siquiera determinar si al-Zana había sido asesinada. Debido a que es poco probable que una joven pueda morir de causas naturales y luego enterrarse en la arena, tuve la sospecha de que la vecina tenía razón. El hermano de al-Zana fue liberado poco después de la autopsia y el caso se cerró hace cinco meses. La investigación policial continúa, aunque sin ningún resultado.

¿Cuál es la gran cosa, después de todo?

Nos dirigimos al portavoz de la policía en un intento de descubrir cómo era posible que una mujer sea asesinada y nadie diga nada en los medios de comunicación o cómo pasan los meses y nadie es acusado. Nos preguntamos si existe una diferencia en la forma en que la policía trata los asesinatos de mujeres judías y árabes. Fue difícil para nosotros creer que el asesinato de una mujer judía se encontrara con el mismo silencio.

La primera parte de la respuesta del portavoz incluyó una breve conferencia sobre la igualdad entre los cuerpos: el comisario del Estado debe tratar igual todos los cuerpos, independientemente de su nacionalidad, religión, raza o sexo. El resto de la declaración es el siguiente:

En diciembre de 2015 recibimos un informe sobre una persona desaparecida, después de lo cual la policía lo consideró un caso,llevó a cabo las acciones necesarias para este tipo de sucesos y realizó las búsquedas e investigaciones del caso. Durante la investigación tuvimos testimonios de su hija, que durante su cuarto testimonio dijo que la persona desaparecida había sido atacada anteriormente por su hermano. Una búsqueda en el registro de la policía reveló que había llegado previamente al hospital con contusiones en su cuerpo. Los agentes de policía que llegaron a interrogarla se encontraron con la negativa absoluta a cooperar, ella se negó a hablar o a contarnos quién le había hecho estas contusiones y en qué circunstancias, a pesar de los intentos de la policía de hacerla hablar. Por lo tanto, sin las pruebas necesarias para identificar al atacante, se cerró el caso.

Después de su desaparición, y siguiendo el testimonio de la hija, el hermano de al-Zana fue detenido e interrogado. Unos días después se encontró el cuerpo de la mujer se envió para someterlo a autopsia. Después de que la causa de la muerte no pudo determinarse y tras consultar con el abogado del Estado, el hermano fue puesto en libertad.

La Policía de Israel lamenta las trágicas consecuencias de este caso y se sigue investigando el asunto tanto de manera abierta como encubierta.

Ahora, queridos lectores, permítanme traducir la declaración como yo la veo:

Sí, pesada. Hace un año, en el momento álgido de las tensiones que surgieron como resultado de la violencia nacionalista, algo ocurrió en algún pueblo lejano en el Negev, donde otra mujer árabe desapareció. Vaya cosa. Hemos interrogado a la familia y la hija nos dijo, después de cuatro interrogatorios, que su tío es un maltratador. Sólo entonces nos tomamos la molestia de revisar los registros y descubrimos que hacía tiempo fuimos convocados al hospital debido a que la fallecida había sido golpeada. Pero no fuimos capaces de tomar su testimonio. La computadora dice que lo intentamos seriamente pero no está claro si la familia estaba alrededor y a quién interrogamos o si las autoridades de bienestar social o algún otro organismo oficial intervinieron para ayudarla. No tenemos ni idea de nada de esto, pero lo que está claro es que hemos actuado de manera apropiada.

Una vez que entendimos que la fallecida había sido previamente hospitalizada debido a la violencia grave, muy probablemente de su hermano,y después había desaparecido, llegamos a la conclusión de que de alguna manera el hermano estuvo relacionado y se le detuvo. Entretanto, después de la detención, se encontró el cuerpo de al-Zana. Las autoridades legales no entendieron qué había pasado con ella, por lo que pensamos que no tenía sentido la detención de su hermano. Después de todo está muerta. Que descanse en paz, ¿ahora vas a dejar de molestarnos?

Y eso es todo, queridos lectores. La policía israelí, el sistema legal, el sistema de salud, el sistema de bienestar y el sistema educativo les invitan a expresar su pesar por el asesinato de mujeres. Unámonos y lloremos por nuestra impotencia ante los hombres violentos que carecen tanto de educación como de moral.

Yo también lamento la muerte de al-Zana. Pero también junto con otros miles de mujeres y hombres árabes y judíos de todo el país me niego a callar por más tiempo. Vamos a seguir manifestándonos, gritando y luchando por nuestro derecho a vivir. Pero no sólo a vivir, sino a trabajar diariamente para corregir esta horrible situación.

Traducido del inglés  por J. M.



http://972mag.com/as-arab-women-become-statistics-their-killers-walk-free/123282/

http://rebelion.org/noticia.php?id=219582
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