martes, 22 de noviembre de 2016

OPINIONES 22/11/2016


Contradicciones Trump y Republicanos - Germán Alarco Tosoni
La paradoja del Asia-Pacífico - Francisco Belaunde
Los reflectores y el fuego - Nelson Manrique
APEC: Qué globalización queremos - Pedro Francke
Mejorando la ley 30220 - Mirko Lauer
Los amautas del business - Augusto Álvarez Rodrich
Chacón - Rocío Silva Santisteban
¡Es la billetera stupid! - Luis Davelouis
Dificultades de la tecnocracia - Arturo Maldonado
Proteccionismo - Luis Carranza
Larcomar y la conjura de los necios - Pedro Tenorio
Los tiburones comen anchoveta - César Lévano
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Contradicciones Trump y Republicanos

Germán Alarco Tosoni


Llama la atención cómo muchas evaluaciones que se realizan desde el Perú difieren de las realizadas a nivel internacional. Aquí domina el optimismo exagerado. No habría problema alguno para nosotros ya que subirían el precio del oro y del resto de nuestros metales debido a que en EE.UU. se implantaría un programa de desarrollo de infraestructura y de producción de armamentos. Tampoco ocurriría algo grave por el anuncio de una política de deportación masiva de tres millones de inmigrantes que arrancaría cuando Trump asuma el gobierno. ¿Los peruanos estaremos blindados por la gracia divina?

Las conclusiones de estos analistas locales no tienen mucho asidero. De partida, si bien la inversión en infraestructura fue el primer tema mencionado por Trump al agradecer a los votantes por la victoria, no fue importante en la campaña. Asimismo, no mereció capítulo o sección alguna dentro de la Plataforma Republicana aprobada para la campaña presidencial. Este parecía más bien un anuncio para calmar a los inversionistas y dar un mensaje que agradaría a todos. Sin embargo, esta declaración no minimiza las severas inconsistencias que habría entre las propuestas del presidente electo y su partido político.

Tanto Trump como la plataforma Republicana plantean que se deben reducir los impuestos a los ingresos (de los trabajadores, sectores medios y ricos) y a las herencias. Asimismo, la Plataforma Republicana prioriza el tema de la reducción de los niveles de deuda pública de la economía norteamericana.

Aquí tenemos un círculo que no se podría cerrar: mayor gasto público con menos ingresos (ya que hay que reducir el tamaño del Estado) y reducción de los niveles de deuda.

La otra gran contradicción se refiere a la política comercial. Mientras el partido Republicano es aperturista, Trump plantea lo contrario. Ha propuesto aranceles del 45% para los productos chinos y 35% para los mexicanos para, según él, promover el regreso de las empresas a EE.UU.

No solo el presidente electo y su partido tienen visiones contrapuestas, sino que estas son inconsistentes con la teoría económica estándar que utilizan. Por ejemplo, expulsar inmigrantes reduce la oferta de trabajo, disminuye los niveles de empleo y aumenta los salarios reales; lo cual reduciría los niveles de producción de las empresas en los EE.UU. Luego se elevarían las tasas de interés y aumentarían los precios. A este efecto se sumaría el impacto de los aranceles que generaría una pérdida de competitividad para los productos norteamericanos.

Nuestros alegres futurólogos también se olvidan de los efectos negativos de estas políticas sobre China, México y el resto del mundo. Omiten que a la tendencia previa de estancamiento secular ahora hay que agregar mayor recesión e inestabilidad.

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La paradoja del Asia-Pacífico

Francisco Belaunde

Se suele decir que el comercio es una he­rramienta de paz entre las naciones, por encima, incluso, de la di­plomacia. Es cierto al punto que ese aserto es el funda­mento de la creación de la Unión Europea.

No olvidemos, sin em­bargo, que la historia nos dice también que puede ser lo contrario, pues mu­chos episodios bélicos han sido generados por la vo­luntad de gobernantes de favorecer los intereses co­merciales de sus respecti­vos países. Felizmente, en estos tiempos, se tiende a procesar los apetitos y a resolver las desavenencias en ese campo, por la vía de la negociación o, en todo caso, por el camino juris­diccional, a través de insti­tuciones como la Organiza­ción Mundial del Comercio, y de otras de nivel regional.

No obstante, respecto de la afirmación inicial, la zona del Asia-Pacífico constituye actualmente un caso bas­tante singular, pues en ella se da una cohabitación de una intensa actividad eco­nómico-comercial con fuer­tes tensiones geopolíticas que parecen ir in crescendo.

No hablemos de la situa­ción en torno a Corea del Norte, pues su régimen di­nástico la ha puesto al mar­gen de los intercambios re­gionales cuando no también mundiales, sino de lo que viene dándose entre socios comerciales como China, Japón, Corea del Sur, entre otros, además de Estados Unidos, que se las ingenió para convertirse también en un país asiático.

A diferencia de lo que ha ocurrido en Europa, las gue­rras del siglo pasado toda­vía enturbian los vínculos actuales, impidiendo una verdadera reconciliación, debido particularmente al nacionalismo persistente en Japón que lleva a resis­tirse a pedir disculpas sin re­milgos por las atrocidades cometidas por las fuerzas imperiales contra los chinos y los coreanos en particular.

A lo anterior se suman las reivindicaciones territo­riales cruzadas por diver­sos islotes y espacios marí­timos entre, especialmente, China, Corea, Japón, Viet­nam y Filipinas. La prime­ra, por cierto, haciendo sen­tir su creciente poderío, se ha sentado ostensiblemen­te sobre el derecho inter­nacional, estableciendo ins­talaciones militares en los lugares disputados para crear situaciones de facto irreversibles; incluso, ha ig­norado olímpicamente una decisión de la Corte Inter­nacional de La Haya con­traria a su posición. Estados Unidos, por su parte, tam­bién hace sentir su voz, opo­niendo la libertad de nave­gación a las pretensiones chinas, además de respal­dar a sus aliados.

Por cierto, a ese contex­to obedece el famoso cam­bio de eje de la política norteamericana anuncia­do por la saliente adminis­tración de Barack Obama, para prestarle mayor aten­ción al Asia- Pacífico res­pecto de otros escenarios mundiales.

La cosa ha llegado a nive­les que han hecho pensar en algunos momentos en el po­sible estallido de una gue­rra. Felizmente, la acción de las armas se ha limitado hasta ahora a “pechadas” o gestos simbólicos, como el sobrevuelo de aviones mili­tares y el paso de navíos por las zonas disputadas. Ojalá no se vaya más allá, y, al re­vés, se relajen las tensiones.

Habrá que ver qué suce­de con el próximo inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump. De repente, aplica su discurso aislacionista de campaña y abandona a los aliados tradicionales de su país, dejando así la cancha libre a las ambiciones chi­nas. Ello, sin embargo, pa­rece poco factible, aunque es verdad, como hemos po­dido constatar, que, con el magnate inmobiliario, lo im­probable se puede conver­tir en realidad.


http://exitosanoticias.pe/opinion-francisco-belaunde-la-paradoja-del-asia-pacifico/


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Los reflectores y el fuego

Nelson Manrique

La realización en Lima de la XXVIII Reunión Anual del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) y la XXIV de sus líderes ha acaparado los reflectores. Barack Obama se constituyó en la estrella del evento. No celebró al célebre cebiche pero habló del pollo a la brasa y del pisco sour.

Aunque la agenda de la reunión contemplaba temas como el desarrollo del capital humano, integrar a las Pymes y resguardar la seguridad alimentaria, la preocupación dominante ha sido el fortalecimiento del libre comercio, por lo que el personaje más presente ha sido un ausente: Donald Trump. Su promesa electoral de impulsar una política proteccionista para resguardar los intereses de los Estados Unidos ha presidido la reunión y se ha reflejado en la declaración final, cuyo mensaje central es precisamente “derrotar el proteccionismo”. La cumbre defiende los tratados de libre comercio que Trump recusa, tanto los ya suscritos, como el NAFTA, lo que preocupa especialmente a México, como de los que están pendientes de aprobación, como el TPP, cuya negociación es llevada a cabo en un estricto secreto, a espaldas de los ciudadanos cuyos intereses se van a ver comprometidos en el largo plazo. ¿Todo el margen de opción del cual disponemos se limita a alinearnos con Trump o con Obama? Debiera quedar claro que lo que está en juego no es el libre comercio en sí sino de qué tipo de libre comercio –y en función de los intereses de quién– se trata.

Los TLC que la APEC defiende están diseñados para defender los intereses de las potencias, las grandes empresas multinacionales y contra los intereses de las mayorías. Esto se expresa en cuestiones prácticas como la del acceso a los medicamentos, que se ve bloqueado por la extensión de los plazos de vigencia de las patentes de las corporaciones farmacéuticas, que impide que estos puedan ponerse al alcance de quienes los necesitan, como medicamentos genéricos, de bajo costo. Se ponen así por delante las utilidades de las transnacionales sacrificando la salud de la mayoría de la humanidad. Este ejemplo puede multiplicarse en muchos otros rubros.

¿Este es el único libre comercio posible? En un reciente artículo, Humberto Campodónico llama la atención sobre la existencia de un modelo alternativo, el de la Organización Mundial de Comercio (OMC), donde mecanismos como la cláusula de la nación más favorecida impulsa una apertura comercial en función de los intereses más amplios que los de las multinacionales. La OMC está empantanada debido en parte a que sus decisiones tienen que tomarse por consenso, pero también porque hay muy poderosos intereses corporativos que prefieren los tratados bilaterales y multilaterales. Campodónico señala que a las grandes potencias no les agrada el creciente peso de los países emergentes, y su mayor conciencia de que sus intereses son diferentes de los de los países industrializados (H. Campodónico, “APEC, libre comercio y OMC”, http://bit.ly/2g9Nnia). Reconociendo que hay varias dificultades, el reflotamiento de la OMC podría representar para los países como el nuestro una alternativa mejor para defender nuestros intereses.

Mientras tanto, en el Perú tres estampas que tienen como común protagonista al fuego nos recuerdan qué país somos. La primera es la muerte de Luis Miguel, el niño shipibo que sufrió quemaduras en todo el cuerpo en el incendio del asentamiento Cantagallo, debido a que la administración Castañeda bloqueó desde el municipio de Lima su instalación en el complejo habitacional que se les había asignado. En segundo lugar, la muerte de cuatro trabajadores en el incendio de Larcomar, atribuible a que ni siquiera se habían instalado aspersores en los cines, porque se derogaron normas de seguridad para “destrabar la inversión”. En tercer lugar, los incendios que en este mismo momento están consumiendo miles de hectáreas de pastos y bosques de protección en la Sierra Norte, siendo Lambayeque, Piura, Áncash y Cajamarca (donde se reportan dos vidas perdidas) las regiones más afectadas. Están comprometidas la Reserva del Ilucá, el Refugio de Vida Silvestre Laquipampa y Querocoto. Los afectados, siempre, son los más pobres. Es urgente definir políticas para enfrentar las consecuencias del cambio climático.



http://larepublica.pe/impresa/opinion/823890-los-reflectores-y-el-fuego



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APEC: Qué globalización queremos

Pedro Francke

La reacción de PPK y de la cumbre APEC tras el triunfo de Trump se resume en una consigna: hay que defender el “libre comercio”.

Me cuento entre quienes piensan que hay que salirle al frente a Trump y sus propuestas racistas. Pero hay que discutir qué tipo de globalización y qué tipo de relaciones económicas queremos.

Por ejemplo, en los acuerdos económicos internacionales: ¿debe seguir dejándose totalmente de lado la suerte de quienes migran de un país a otro? ¿Hay que enfrentarse a Trump por el libre comercio mientras no pestañeamos frente a los millones de personas que quiere deportar a la mala?

¿Por qué debemos optar por una globalización en la que los bienes pueden trasladarse fácilmente de un país a otro pero la gente no, sobre todo cuando sabemos que en esas migraciones millones de trabajadores de países subdesarrollados se juegan la vida? ¿Por qué no debemos recordarle a Trump que su madre y sus abuelos paternos fueron migrantes?

Los llamados “Tratados de Libre Comercio”, por otro lado, han incluido una serie de elementos que no tienen nada que ver con el libre comercio pero sí con intereses directos de las grandes trasnacionales.

La llamada “protección de la propiedad intelectual” en estos tratados, por ejemplo, que permite que las farmacéuticas cobren mucho más por las medicinas, impide explícitamente que se pueda importar medicinas similares más baratas de otros lugares: por defender a las transnacionales monopolistas ponen límites al “libre comercio”. Pero de eso se olvidan tanto PPK como Trump.

El TPP buscaba que en Internet hubiera mucho más control sobre la circulación de contenidos, audios y videos, de tal manera que en vez de facilitar la conexión entre personas y países, se restringía.

Lo contrario a lo que vino a proponer Mark Zuckerberg, el fundador y dueño de Facebook en la APEC. Querían poner mucha más fuerza en el combate a la llamada “piratería”, que en general no es sino la gente compartiendo ideas de manera gratuita y no como negocio.

Con la propuesta de Zuckerberg podemos tener más conectividad y localidades conectadas, pero con el TPP habría al mismo tiempo censura de los intercambios para que las transnacionales puedan cobrarnos más por las creaciones y conocimientos del mundo.

La APEC no ha alcanzado a reconocer que la situación internacional es otra, que el TPP ya está muerto y que sería totalmente ilógico que Trump promueva un “TLC del Asia-Pacífico” como han propuesto. Las condiciones mundiales ya cambiaron.

Es una oportunidad para rediscutir adónde queremos llevar al mundo, defendiendo el planeta y su gente, para que haya nuevas relaciones mundiales donde tengan prioridad el medio ambiente y los derechos humanos y no los intereses de las grandes corporaciones.



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Mejorando la ley 30220

Mirko Lauer


El ciclo de consultas que viene realizando el Ministerio de Educación en torno a la Ley Universitaria está permitiendo conocer qué es lo que quieren en esta etapa los principales actores del proceso universitario. La cosa se puede resumir en pedidos de cambios a la ley, sobre todo mayor flexibilidad y mayores recursos.
Los docentes quieren una mayor remuneración para los mínimos requisitos establecidos por la ley (maestría o doctorado), alargar la edad límite para el ejercicio de la docencia y la recuperación de los beneficios sociales por luto, sepelio, y 25 y 30 años, entre otros.

Estos pedidos, a los que confluyen lo académico y lo sindical, han sido reivindicados en reuniones con la ANUP (universidades públicas), la cual además ha solicitado que la actual prohibición de docentes en cargos administrativos sea implementada de manera progresiva.

Las universidades privadas han pedido replantear mecanismos ligados al Consejo Directivo de la Sunedu para lograr estabilidad en el cargo del superintendente, similar a lo que se observa en otros organismos reguladores. Pero manteniendo la autonomía de Sunedu respecto del Ejecutivo y su independencia respecto de los organismos regulados.

Las consultas también han recogido comentarios de distintos representantes estudiantiles, quienes plantean cambios hacia una mayor apertura y promoción de la representación estudiantil en universidades públicas y privadas, a la cual hoy consideran limitada por la ley.
Luego hay reclamos académicos puntuales, como en estos ejemplos:

• Adecuar las exigencias de la educación a distancia a las tendencias internacionales.

• Reformar el diseño curricular basado en semestres a uno basado en ciclos académicos, de modo que se permitan ciclos de verano (cosa que no es clara en la actual redacción de la ley).

• Enfocar las exigencias de la ley sobre el porcentaje de docentes a tiempo completo a establecer claramente que este porcentaje sobre el total de horas docentes y no al total de individuos.

• Replantear el requerimiento que los jefes de práctica sean titulados.

• Establecer un número mínimo (y no un número fijo) de créditos de estudios generales.

Los diálogos se vienen produciendo sobre la base de que la Ley Universitaria es modificable, pero no desmantelable por parte de quienes vienen haciendo la educación un grosero negocio, y a menudo una descarada estafa.

http://larepublica.pe/impresa/opinion/823888-mejorando-la-ley-30220


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Los amautas del business

Augusto Álvarez Rodrich


Ojalá no prospere el esfuerzo para traerse abajo la reforma universitaria, aunque lo más probable es que el lobby para beneficiar a intereses particulares en este negocio se acabe imponiendo a costa de la posibilidad de mejorar la calidad de la enseñanza superior.

La ley universitaria que se promulgó durante el gobierno anterior, cuando Jaime Saavedra era ministro de Educación, constituyó una iniciativa valiosa para, en principio, recuperar el papel perdido del Estado como promotor y regulador de la enseñanza universitaria en el Perú.

Dicho papel es, como siempre ha ocurrido en la educación escolar, relevante porque es obvio que el Estado debe tener un papel en el establecimiento de los lineamientos orientados a mejorar la calidad de la universidad peruana.

Esa actuación se diluyó hasta perderse en las últimas décadas, en coincidencia con la explosión de la oferta educativa de un amplio número de universidades privadas y públicas de calidad muy desigual y, en algunos casos, deplorable, al punto de convertirse en una estafa escandalosa para los sueños de progreso de muchos jóvenes peruanos.

La nueva ley universitaria buscó el restablecimiento del papel del Estado en la actividad usando como vehículo operativo a la Superintendencia Nacional de Educación Universitaria (Sunedu) y estableciendo requisitos y estándares para las universidades.

Ello generó el rechazo de algunas de las universidades que sintieron que se estaba afectando su actividad comercial, motivando una serie de críticas agrupadas en torno a la idea –falsa– de que la nueva ley y Sunedu mellan la autonomía universitaria.

No son todas porque varias universidades –23 públicas y 53 privadas– ya han presentado ante la Sunedu una solicitud de licenciamiento institucional que es el procedimiento que les garantizará las condiciones básicas de calidad para su funcionamiento en beneficio de sus alumnos.

Pero no todas las universidades piensan igual. Hay un grupo que, desde el comienzo, se dio cuenta de que estas normas para mejorar la calidad podían mellar su negocio.

Y, entonces, esas universidades se dedicaron a petardear la reforma, primero mediante conceptos y, luego, al ver que estos no tenían efecto, financiando candidaturas presidenciales y parlamentarias.

Eso estamos viendo. Un tremendo lobby para traerse abajo una reforma que, aunque ayudará a la mejora de la calidad de la educación universitaria, puede perjudicar el bolsillo de algunos amautas del business.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/823892-los-amautas-del-business


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Chacón

Rocío Silva Santisteban

Una falacia que se repite permanentemente es que tal o cual persona no tiene cultura. Hace una semana, las redes sociales reventaban sobre el tema ante el maltrato que la congresista Chacón le dio al ministro Saavedra. Debo decirles que la presidenta de la Comisión de Presupuesto del Congreso tiene cultura. Por supuesto que la tiene. Una cultura fortalecida por años de prácticas y teoría. Tiene una cultura autoritaria.

Se trata de una cultura que se difunde, por aspersión, desde el fujimorismo. Rosa María Palacios la ha nombrado con todas sus letras este domingo. Estamos hablando de una cultura patriarcal, subrepticia, sinuosa, cooptadora, monologante. Con una ley diurna (Keiko) y una ley nocturna y oscura (Pierre Figari). Con modales finos (Harvard) y achorada (la ultima inauguración). Frontal, directa y belicosa (Becerril) y con redes jurídicas y empresariales sofisticadas (Letona). Con estrategias y modales democráticos (Salgado) y encriptada pero altamente amenazante (Vieira). Una manera de hacer política cuya cara reversa es el tutelaje.

En efecto; si existe un autoritario es que al otro lado del hilo hay un ciudadano dispuesto a no ejercer su ciudadanía y a ser tutelado. Siempre es más fácil que otro se encargue, aunque haya que vender el alma al diablo. La democracia más autopublicitada del mundo, Estados Unidos, pues ha vendido el cuerpo, el alma y el futuro del planeta a un diablo dorado que se encarga de hacernos creer que no existe y que es simplemente el géiser social del resentimiento blanco. Tanto es así que hasta los ultrarradicales locales nos quieren hacer creer que es mejor Trump, que se agudizarán las contradicciones entre el imperio y su periferia y que se desenmascararán el águila y su espuela. No, no es mejor, Trump es el autoritarismo pornográfico con el dedo nervioso en el botón de la muerte.

El caso de la cultura autoritaria fujimorista es que ha calado en el pueblo peruano debido a su discurso: una serie de medias verdades amasadas al fragor del miedo al terrorismo, al caos y a la ineptitud de muchos gobiernos y endulzadas con neoliberalismo emprendedurista que le hace creer al pobre que es culpable de su pobreza por débil o por tener pocas agallas cuando en realidad estamos frente a poblaciones vulnerables por una estructura socioeconómica tremendamente injusta. Una cultura achorada que escupe su resentimiento y repite, con soberbia e ignorancia, una serie de mentiras como alimento de las masas y manipula con rap, televisión y circo.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/823891-chacon


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¡Es la billetera stupid!

Luis Davelouis

De acuerdo a Human Rights Watch, China sigue siendo un Estado autoritario. Gobernado por el Partido Comunista Chino –el único que hay– desde hace 60 años, el Estado recorta y viola sistemáticamente los derechos humanos incluyendo la libertad de expresión, de asociación, de reunión y de religión.

Luego de algunas modestas concesiones a la causa de los DD.HH., altos líderes del partido rechazaron públicamente su universalidad llamándolos “infiltración extranjera” y sancionando a aquellos que los promovieran. Como en los regímenes autoritarios, el gobierno, el Estado y el partido son indiferenciables, la voz y la voluntad de este último no tiene contrapeso institucional alguno (HRW). Como hoy en Venezuela.

Es por eso que las prácticas del gobierno chino contrastan tanto con el discurso del “respeto al imperio de la ley” que utiliza el presidente de ese país, Xi Jinping: entre julio y setiembre de este año unos 280 abogados y activistas de DD.HH. fueron detenidos e interrogados y 40 permanecen arrestados, la mayoría incomunicados y en lugares secretos sin acceso a abogados, familia, etc. (HRW). Mucho peor que Leopoldo López.

De acuerdo a Amnistía Internacional, la campaña de demolición de iglesias y derribo de cruces iniciada en 2014 en la provincia de Zhejiang se intensificó en 2015. Más de 1,200 cruces fueron eliminadas y el abogado asesor de estos colectivos arrestado. Quienes practican el Falun Gong son perseguidos, encarcelados y torturados.

¿Quién diría que en un Congreso antichavista / anticomunista / anticaviar / antiaborto / anti-todo-lo-que-no-conoce, solo los chavistas / comunistas / caviares / pro aborto del FA le harían ascos al comunista más grande del mundo?

Creo que ya podemos empezar a decir aprofujirojetes.


http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-billetera-stupid-2262967



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Dificultades de la tecnocracia

Arturo Maldonado


A falta de partidos y cuadros políticos, los candidatos presidenciales suelen formar un grupo relativamente pequeño de allegados durante las campañas. Se favorece el amiguismo, la lealtad y hasta los recursos económicos que tienen los colaboradores más cercanos. Este ‘petit comité’ suele ser suficiente para enfrentar los avatares y ataques durante la campaña.

Después de la campaña, el candidato que resulta ganador enfrenta un reto: la necesidad de ampliar el círculo de colaboradores más allá del grupo de fieles que lo acompañó en la carrera. En esta transición, el círculo original recoge recomendaciones y sugerencias, tratando de ampliar la red de confianza, primero a las personas cercanas del equipo original y luego a los de confianza de estos últimos, en una suerte de estrategia de reclutamiento de bola de nieve.

Algunos especialistas calculan que un candidato que gana la presidencia necesitaría alrededor de 3.000 personas preparadas para ocupar cargos públicos de confianza. Por ejemplo, Julio Guzmán durante la campaña indicaba que tenía 500 profesionales listos para ocupar puestos claves en la burocracia estatal. La necesidad de profesionales es grande y el pool de candidatos es restringido. Entre aquellos comprometidos con otros candidatos, aquellos que ocuparon cargos en el gobierno anterior y aquellos que de ninguna manera aceptarían un cargo en el Estado (por motivos económicos o por evitar problemas legales), las opciones se estrechan.

Debido a la elección de Pedro Pablo Kuc-zynski, un tecnócrata de alto vuelo, se podía pensar que este tránsito desde el equipo de fieles de campaña al equipo amplio de gobierno tecnocrático sería cómodo. El presidente electo tenía las características para convocar a los mejores técnicos del país y formar el llamado “gabinete de lujo”. Lo cierto es que en estos primeros meses el Ejecutivo ha conseguido buenos cuadros técnicos, pero no alcanza para ocupar los puestos claves del aparato estatal. Es sintomático que además se les hayan colado casos de dudosa reputación. Hasta el momento ha habido algo más de 700 nombramientos publicados en “El Peruano”, lejos aún de lo necesario para gobernar con los suyos.

A esta situación se le suma el hecho de que el partido de gobierno es frágil y que tiene al frente a una bancada fujimorista desproporcionada. Los fujimoristas tienen algunos cuadros y allegados que están colocando en puestos claves. Por el lado del gobierno, algunos funcionarios recién nombrados han tenido que renunciar, como el viceministro de Agricultura.

Si esto le pasa a un presidente asociado con lo mejor de la tecnocracia y al cual le sería menos complicado captar cuadros, entonces podríamos estar observando un límite real en el tipo de gestión tecnocrática: no alcanzan los profesionales disponibles a ocupar todos los puestos claves y de confianza, o los que existen no quieren pasar al sector público.

Esto le plantea un reto al Ejecutivo, el de gobernar con una tecnocracia no siempre alineada con los objetivos del gobierno, sino comprometida en mayor medida con sus hojas de cálculo. Esto genera además el problema que estos puestos caigan en manos equivocadas, de adversarios o corruptos.

Una respuesta ante la escasez de profesionales sería fomentar el entrenamiento de nuevos valores tecnocráticos. Eso está bien, porque los tecnócratas son necesarios, pero no es suficiente. Se necesita también tener técnicos con manejo político, profesionales enfocados en el cómo llevar a cabo las políticas y propuestas técnicas, más que en la formulación de las mismas. Expertos que tomen en cuenta que existen actores políticos con intereses y con los cuales se tiene que negociar en Lima y en las regiones, y una cultura marcada por el populismo, el autoritarismo y el descrédito de la política.


http://elcomercio.pe/opinion/mirada-de-fondo/dificultades-tecnocracia-arturo-maldonado-noticia-1948205



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Proteccionismo

Luis Carranza



En la reciente cumbre APEC, los principales líderes se han manifestado en contra de caer en políticas proteccionistas, pues estas limitan el comercio internacional y por tanto afectan el crecimiento mundial de largo plazo.

Ciertamente, en la crisis financiera del 2008 una de las principales preocupaciones de los líderes mundiales fue evitar usar medidas proteccionistas que podrían surgir como respuesta inmediata ante el aumento del desempleo. Esta coordinación en los foros mundiales se hizo teniendo como antecedente histórico la crisis de 1929, cuya intensidad y persistencia fue potenciada por la guerra de aumento de aranceles desatada entre las principales economías del mundo.

Existen tres reflexiones que se pueden hacer al respecto. La primera es que el proteccionismo afecta negativamente el crecimiento porque anula la principal fuerza detrás del aumento de la productividad: la competencia. Si existen barreras o impedimos que nuestras empresas compitan, o mantenemos nuestros mercados cerrados, el resultado será que no hay incentivos para mejorar procesos, reducir costos o innovar en productos; por lo tanto, la productividad se estanca y con el tiempo declina. Las grandes diferencias de productos per cápita entre los países pobres y los países ricos no ocurren porque tienen más capital, sino porque son más productivos.

Ahora bien, el mecanismo para generar la competencia es el comercio internacional, pero la causa fundamental del crecimiento de la riqueza de las naciones es el aumento de la productividad.

Esta mayor competencia hace que los costos medios de los productos se reduzcan y así se mantengan precios más bajos, pero este proceso puede generar deslocalización de empleo y algunas industrias dejan de ser competitivas en determinados países. Ese desempleo será absorbido por otras industrias. Se trata de un proceso que puede ser costoso y serán necesarios programas de reentrenamiento laboral para que la mano de obra desempleada pueda ser absorbida más fácilmente por los sectores con mayores niveles de competitividad internacional.

La segunda reflexión tiene que ver con quién pierde más con el proteccionismo. Y aquí la respuesta es muy simple: los países más pobres. Los países que son ricos y tienen niveles de PBI per cápita altos tienden a tener menores tasas de crecimiento, mientras que los países pobres tienen la posibilidad –aplicando políticas adecuadas– de mantener tasas de crecimiento altas durante largos períodos. Pero si cerramos los mercados, esas posibilidades se diluyen o desaparecen.

Adicionalmente, aquellos países con mercados internos más pequeños pierden mucho más que aquellos con grandes mercados, porque las economías de escala que pueden obtener dentro de sus fronteras tenderán a ser mucho más eficientes que las industrias en países pequeños, como es el caso del Perú. Asimismo, habría que considerar que teniendo comercio interindustrial (por ejemplo, vendemos cobre y compramos autos) tendremos un mayor costo de la reducción de comercio versus países que tienen comercio intraindustrial (que exportan autos, pero también importan autos), que a través de cambios en precios relativos mínimos lograrán el ajuste entre la oferta y la demanda.

La tercera reflexión tiene que ver con el atractivo político del proteccionismo. La principal razón de esto es que un discurso proteccionista tiene elementos de ganancia tangibles y visibles para grupos de interés o segmentos de la población muy concretos. El argumento fundamental es el de proteger las fuentes de trabajo.

De otro lado, los beneficios que trae la libertad de comercio son indirectos y se manifiestan en el largo plazo a través de un mecanismo invisible: la competencia. Aquí la lógica política que favorece al proteccionismo funciona igual que con cualquier política populista.

¿Cuál debería ser la respuesta de las economías desarrolladas si ven que el empleo se está generando en las economías emergentes y no en sus economías? La respuesta política realista ante la pérdida de puestos de trabajo debido al comercio internacional no es cerrar las fronteras, sino intentar recuperar competitividad. Pero hacer eso requiere ajustes que pueden ser costosos y no tienen solución en el corto plazo. El deterioro de las infraestructuras, el exceso de cargas laborales, la composición fiscal inadecuada (muchos impuestos mal gastados) toma tiempo en revertir.

Lamentablemente las soluciones simples son las peores, pero las más tentadoras. Como implementar controles de precio cuando hay inflación.


http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/proteccionismo-luis-carranza-noticia-1948201

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Larcomar y la conjura de los necios

Pedro Tenorio

Lo que hoy ocurre en el Perú no por simple es menos ridículo: podemos organizar impecablemente una cumbre de líderes mundiales, pero no somos capaces de garantizar la seguridad más elemental en cines y discotecas. Ese es el país que se considera camino al desarrollo y merecedor de todos los elogios, pero donde sus autoridades –sobre todo políticas– están lejos de cumplir sus funciones básicas. Y hace rato que venimos tocando fondo.

La tragedia en Larcomar nos explota en la cara: no aprendimos nada de Utopía, no aprendimos nada de Mesa Redonda. Es decir, no aprendimos ni ricos ni pobres. Y quienes tienen a su cargo nuestra seguridad pública solo atinan a mirarse entre sí esperando a que la noticia pase, que estalle algún nuevo escándalo que nos haga mirar hacia otro lado. “El Perú parece un país bananero”, se repite en las últimas horas. ¡Mentira! En una república bananera todo está muy bien organizado. Todo fluye, al menos, para producir plátanos. Aquí ni eso.

Necio es quien persiste en sus propios errores. Y necios fuimos todos al permitir que el centro comercial más visitado del país funcionara durante casi dos décadas sin las más elementales medidas de seguridad. Los bomberos así lo confirman, no solo los voceros de los cines UVK (donde fallecieron cuatro trabajadores) al reconocer que no contaban con aspersores de agua porque la ley que así lo exigía “no era aplicable” a ellos. Curiosa y criminal interpretación de las normas. Íbamos al cine en un ‘Chosicano’ y ni lo sospechábamos.

Como tampoco actuamos en estos días de calles ocupadas por comerciantes y ferias navideñas que cierran a su alrededor todas las vías de escape posibles ante una emergencia, azuzados por autoridades que les cobran cupos para permitirles operar. Un gran negociado y trampa mortal que se repite año tras año sin que nadie haga nada. “Ya lloraremos los muertos, por ahora pague con sencillo”, parece ser el eslogan de alcaldes, regidores y hasta sus familiares, como se reveló es el caso del burgomaestre de La Victoria y las andanzas de uno de sus hijos en esa bomba de tiempo llamada emporio comercial de Gamarra.

La cumbre APEC es la evidencia de que para ceñirnos al protocolo y conseguir un ‘selfie’ con Obama o Zuckerberg somos campeones, pero no para hacer cumplir la ley. Es al gobierno a quien le toca tomar la iniciativa y liderar un cambio. Toda autoridad se cruzará de brazos mientras las acciones no provengan del más alto nivel. ¿Cuál es el camino a seguir? ¿No debería ir alguien preso ante tanta negligencia? El primer ministro Fernando Zavala tiene la palabra.


http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/larcomar-y-conjura-necios-pedro-tenorio-noticia-1948198


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Los tiburones comen anchoveta

César Lévano

Hace cuatro días, Lorenzo Macedoni Vásquez, secretario general del Sindicato de Pescadores de Chimbote y anexos, denunció que los pesqueros industriales están depredando la riqueza ictiológica del mar peruano al pescar anchoveta recién nacida y juvenil.

De inmediato, el Ministerio de la Producción ha salido a desmentir esa denuncia, pero lo ha hecho solo en parte. Afirmó que la captura de anchoveta de tallas menores solo llega a 13.26 por ciento del total. Así lo ha indicado Bruno Giuffra, titular del Sector Pesca en el ministerio.

El 30 de agosto de este año, recordé mi comentario, el 2 de mayo del 2012, sobre la renuncia de la viceministra de Pesquería, la bióloga Patricia Majluf, quien en carta al ministro José Urquizo explicó que ella había querido trabajar por ‘el ordenamiento de un sector que por años se ha caracterizado por el desorden, la corrupción y la alta influencia de intereses particulares en la toma de decisiones que corresponden únicamente al Estado’.

El problema es grave porque ya ahora hay especies, como la merluza, amenazadas de extinción.

“En entrevista con El Comercio, la renunciante recuerda que en una presentación dijo que había entre 20 y 40 por ciento de pesca no declarada de anchoveta, y esto provocó un escándalo.

“Dijo también la exviceministra: ‘de todas las infracciones que se cometen en el mar peruano, menos de diez por ciento llega a sancionarse, y de ese diez por ciento ninguna paga’.

Hay muchas cosas y muchos años que huelen a pescado, a pescado podrido, en este sector del Estado. En la carta de la bióloga se expresaba que en la pesca “todos los sistemas de control están tercerizados y pagados por la industria”. Es decir, el gato despensero. En otras palabras, no se puede confiar en los datos de las autoridades tal como estas son designadas actualmente.

Hace años, en 1990, cuando Mario Vargas Llosa lanzó su candidatura a la presidencia de la república, aseguró que el estatismo del general Juan Velasco había arruinado a la pesca peruana. Fue durante la presentación de su libro Contra viento y marea, y de su candidatura. Yo, invitado por Mario al panel de comentaristas, le refuté con una exposición de la Sociedad Nacional de Pesquería. La ruina del sector se había producido antes de Velasco, por culpa del exceso de pesca de anchoveta perpetrado por gigantes de la pesca como Luis Banchero.


http://diariouno.pe/columna/los-tiburones-comen-anchoveta/

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