Contradicciones Trump y Republicanos - Germán Alarco Tosoni
La paradoja del Asia-Pacífico - Francisco Belaunde
Los reflectores y el fuego - Nelson Manrique
APEC: Qué globalización queremos - Pedro Francke
Mejorando la ley 30220 - Mirko Lauer
Los amautas del business - Augusto Álvarez Rodrich
Chacón - Rocío Silva Santisteban
¡Es la billetera stupid! - Luis Davelouis
Dificultades de la tecnocracia - Arturo Maldonado
Proteccionismo - Luis Carranza
Larcomar y la conjura de los necios - Pedro Tenorio
Los tiburones comen anchoveta - César Lévano
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Contradicciones Trump y Republicanos
Germán Alarco Tosoni
Llama la atención
cómo muchas evaluaciones que se realizan desde el Perú difieren de las
realizadas a nivel internacional. Aquí domina el optimismo exagerado. No
habría problema alguno para nosotros ya que subirían el precio del oro y del
resto de nuestros metales debido a que en EE.UU. se implantaría un programa
de desarrollo de infraestructura y de producción de armamentos. Tampoco
ocurriría algo grave por el anuncio de una política de deportación masiva de
tres millones de inmigrantes que arrancaría cuando Trump asuma el gobierno.
¿Los peruanos estaremos blindados por la gracia divina?
Las conclusiones
de estos analistas locales no tienen mucho asidero. De partida, si bien la
inversión en infraestructura fue el primer tema mencionado por Trump al
agradecer a los votantes por la victoria, no fue importante en la campaña.
Asimismo, no mereció capítulo o sección alguna dentro de la Plataforma
Republicana aprobada para la campaña presidencial. Este parecía más bien un
anuncio para calmar a los inversionistas y dar un mensaje que agradaría a
todos. Sin embargo, esta declaración no minimiza las severas inconsistencias
que habría entre las propuestas del presidente electo y su partido político.
Tanto Trump como
la plataforma Republicana plantean que se deben reducir los impuestos a los
ingresos (de los trabajadores, sectores medios y ricos) y a las herencias.
Asimismo, la Plataforma Republicana prioriza el tema de la reducción de los
niveles de deuda pública de la economía norteamericana.
Aquí tenemos un
círculo que no se podría cerrar: mayor gasto público con menos ingresos (ya
que hay que reducir el tamaño del Estado) y reducción de los niveles de
deuda.
La otra gran
contradicción se refiere a la política comercial. Mientras el partido
Republicano es aperturista, Trump plantea lo contrario. Ha propuesto
aranceles del 45% para los productos chinos y 35% para los mexicanos para,
según él, promover el regreso de las empresas a EE.UU.
No solo el
presidente electo y su partido tienen visiones contrapuestas, sino que estas
son inconsistentes con la teoría económica estándar que utilizan. Por
ejemplo, expulsar inmigrantes reduce la oferta de trabajo, disminuye los
niveles de empleo y aumenta los salarios reales; lo cual reduciría los
niveles de producción de las empresas en los EE.UU. Luego se elevarían las
tasas de interés y aumentarían los precios. A este efecto se sumaría el
impacto de los aranceles que generaría una pérdida de competitividad para los
productos norteamericanos.
Nuestros alegres
futurólogos también se olvidan de los efectos negativos de estas políticas
sobre China, México y el resto del mundo. Omiten que a la tendencia previa de
estancamiento secular ahora hay que agregar mayor recesión e inestabilidad.
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La paradoja del Asia-Pacífico
Francisco Belaunde
Se suele decir que
el comercio es una herramienta de paz entre las naciones, por encima,
incluso, de la diplomacia. Es cierto al punto que ese aserto es el
fundamento de la creación de la Unión Europea.
No olvidemos, sin
embargo, que la historia nos dice también que puede ser lo contrario, pues
muchos episodios bélicos han sido generados por la voluntad de gobernantes
de favorecer los intereses comerciales de sus respectivos países.
Felizmente, en estos tiempos, se tiende a procesar los apetitos y a resolver
las desavenencias en ese campo, por la vía de la negociación o, en todo caso,
por el camino jurisdiccional, a través de instituciones como la
Organización Mundial del Comercio, y de otras de nivel regional.
No obstante,
respecto de la afirmación inicial, la zona del Asia-Pacífico constituye
actualmente un caso bastante singular, pues en ella se da una cohabitación
de una intensa actividad económico-comercial con fuertes tensiones
geopolíticas que parecen ir in crescendo.
No hablemos de la
situación en torno a Corea del Norte, pues su régimen dinástico la ha
puesto al margen de los intercambios regionales cuando no también
mundiales, sino de lo que viene dándose entre socios comerciales como China,
Japón, Corea del Sur, entre otros, además de Estados Unidos, que se las
ingenió para convertirse también en un país asiático.
A diferencia de lo
que ha ocurrido en Europa, las guerras del siglo pasado todavía enturbian
los vínculos actuales, impidiendo una verdadera reconciliación, debido particularmente
al nacionalismo persistente en Japón que lleva a resistirse a pedir
disculpas sin remilgos por las atrocidades cometidas por las fuerzas
imperiales contra los chinos y los coreanos en particular.
A lo anterior se
suman las reivindicaciones territoriales cruzadas por diversos islotes y
espacios marítimos entre, especialmente, China, Corea, Japón, Vietnam y
Filipinas. La primera, por cierto, haciendo sentir su creciente poderío, se
ha sentado ostensiblemente sobre el derecho internacional, estableciendo
instalaciones militares en los lugares disputados para crear situaciones de
facto irreversibles; incluso, ha ignorado olímpicamente una decisión de la
Corte Internacional de La Haya contraria a su posición. Estados Unidos, por
su parte, también hace sentir su voz, oponiendo la libertad de navegación
a las pretensiones chinas, además de respaldar a sus aliados.
Por cierto, a ese
contexto obedece el famoso cambio de eje de la política norteamericana
anunciado por la saliente administración de Barack Obama, para prestarle
mayor atención al Asia- Pacífico respecto de otros escenarios mundiales.
La cosa ha llegado
a niveles que han hecho pensar en algunos momentos en el posible estallido
de una guerra. Felizmente, la acción de las armas se ha limitado hasta ahora
a “pechadas” o gestos simbólicos, como el sobrevuelo de aviones militares y
el paso de navíos por las zonas disputadas. Ojalá no se vaya más allá, y, al
revés, se relajen las tensiones.
Habrá que ver qué
sucede con el próximo inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump. De repente,
aplica su discurso aislacionista de campaña y abandona a los aliados
tradicionales de su país, dejando así la cancha libre a las ambiciones
chinas. Ello, sin embargo, parece poco factible, aunque es verdad, como
hemos podido constatar, que, con el magnate inmobiliario, lo improbable se
puede convertir en realidad.
http://exitosanoticias.pe/opinion-francisco-belaunde-la-paradoja-del-asia-pacifico/
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Los reflectores y el fuego
Nelson Manrique
La realización en
Lima de la XXVIII Reunión Anual del Foro de Cooperación Económica
Asia-Pacífico (APEC) y la XXIV de sus líderes ha acaparado los reflectores.
Barack Obama se constituyó en la estrella del evento. No celebró al célebre
cebiche pero habló del pollo a la brasa y del pisco sour.
Aunque la agenda
de la reunión contemplaba temas como el desarrollo del capital humano,
integrar a las Pymes y resguardar la seguridad alimentaria, la preocupación
dominante ha sido el fortalecimiento del libre comercio, por lo que el
personaje más presente ha sido un ausente: Donald Trump. Su promesa electoral
de impulsar una política proteccionista para resguardar los intereses de los
Estados Unidos ha presidido la reunión y se ha reflejado en la declaración
final, cuyo mensaje central es precisamente “derrotar el proteccionismo”. La
cumbre defiende los tratados de libre comercio que Trump recusa, tanto los ya
suscritos, como el NAFTA, lo que preocupa especialmente a México, como de los
que están pendientes de aprobación, como el TPP, cuya negociación es llevada
a cabo en un estricto secreto, a espaldas de los ciudadanos cuyos intereses
se van a ver comprometidos en el largo plazo. ¿Todo el margen de opción del
cual disponemos se limita a alinearnos con Trump o con Obama? Debiera quedar
claro que lo que está en juego no es el libre comercio en sí sino de qué tipo
de libre comercio –y en función de los intereses de quién– se trata.
Los TLC que la
APEC defiende están diseñados para defender los intereses de las potencias,
las grandes empresas multinacionales y contra los intereses de las mayorías.
Esto se expresa en cuestiones prácticas como la del acceso a los
medicamentos, que se ve bloqueado por la extensión de los plazos de vigencia
de las patentes de las corporaciones farmacéuticas, que impide que estos
puedan ponerse al alcance de quienes los necesitan, como medicamentos
genéricos, de bajo costo. Se ponen así por delante las utilidades de las
transnacionales sacrificando la salud de la mayoría de la humanidad. Este ejemplo
puede multiplicarse en muchos otros rubros.
¿Este es el único
libre comercio posible? En un reciente artículo, Humberto Campodónico llama
la atención sobre la existencia de un modelo alternativo, el de la
Organización Mundial de Comercio (OMC), donde mecanismos como la cláusula de
la nación más favorecida impulsa una apertura comercial en función de los
intereses más amplios que los de las multinacionales. La OMC está empantanada
debido en parte a que sus decisiones tienen que tomarse por consenso, pero
también porque hay muy poderosos intereses corporativos que prefieren los
tratados bilaterales y multilaterales. Campodónico señala que a las grandes
potencias no les agrada el creciente peso de los países emergentes, y su
mayor conciencia de que sus intereses son diferentes de los de los países
industrializados (H. Campodónico, “APEC, libre comercio y OMC”,
http://bit.ly/2g9Nnia). Reconociendo que hay varias dificultades, el
reflotamiento de la OMC podría representar para los países como el nuestro una
alternativa mejor para defender nuestros intereses.
Mientras tanto, en
el Perú tres estampas que tienen como común protagonista al fuego nos
recuerdan qué país somos. La primera es la muerte de Luis Miguel, el niño
shipibo que sufrió quemaduras en todo el cuerpo en el incendio del
asentamiento Cantagallo, debido a que la administración Castañeda bloqueó
desde el municipio de Lima su instalación en el complejo habitacional que se
les había asignado. En segundo lugar, la muerte de cuatro trabajadores en el
incendio de Larcomar, atribuible a que ni siquiera se habían instalado
aspersores en los cines, porque se derogaron normas de seguridad para
“destrabar la inversión”. En tercer lugar, los incendios que en este mismo
momento están consumiendo miles de hectáreas de pastos y bosques de
protección en la Sierra Norte, siendo Lambayeque, Piura, Áncash y Cajamarca
(donde se reportan dos vidas perdidas) las regiones más afectadas. Están
comprometidas la Reserva del Ilucá, el Refugio de Vida Silvestre Laquipampa y
Querocoto. Los afectados, siempre, son los más pobres. Es urgente definir
políticas para enfrentar las consecuencias del cambio climático.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/823890-los-reflectores-y-el-fuego
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APEC: Qué globalización queremos
Pedro Francke
La reacción de PPK
y de la cumbre APEC tras el triunfo de Trump se resume en una consigna: hay
que defender el “libre comercio”.
Me cuento entre
quienes piensan que hay que salirle al frente a Trump y sus propuestas
racistas. Pero hay que discutir qué tipo de globalización y qué tipo de
relaciones económicas queremos.
Por ejemplo, en
los acuerdos económicos internacionales: ¿debe seguir dejándose totalmente de
lado la suerte de quienes migran de un país a otro? ¿Hay que enfrentarse a
Trump por el libre comercio mientras no pestañeamos frente a los millones de
personas que quiere deportar a la mala?
¿Por qué debemos
optar por una globalización en la que los bienes pueden trasladarse
fácilmente de un país a otro pero la gente no, sobre todo cuando sabemos que
en esas migraciones millones de trabajadores de países subdesarrollados se
juegan la vida? ¿Por qué no debemos recordarle a Trump que su madre y sus
abuelos paternos fueron migrantes?
Los llamados
“Tratados de Libre Comercio”, por otro lado, han incluido una serie de
elementos que no tienen nada que ver con el libre comercio pero sí con
intereses directos de las grandes trasnacionales.
La llamada
“protección de la propiedad intelectual” en estos tratados, por ejemplo, que
permite que las farmacéuticas cobren mucho más por las medicinas, impide
explícitamente que se pueda importar medicinas similares más baratas de otros
lugares: por defender a las transnacionales monopolistas ponen límites al
“libre comercio”. Pero de eso se olvidan tanto PPK como Trump.
El TPP buscaba que
en Internet hubiera mucho más control sobre la circulación de contenidos,
audios y videos, de tal manera que en vez de facilitar la conexión entre
personas y países, se restringía.
Lo contrario a lo
que vino a proponer Mark Zuckerberg, el fundador y dueño de Facebook en la
APEC. Querían poner mucha más fuerza en el combate a la llamada “piratería”,
que en general no es sino la gente compartiendo ideas de manera gratuita y no
como negocio.
Con la propuesta
de Zuckerberg podemos tener más conectividad y localidades conectadas, pero
con el TPP habría al mismo tiempo censura de los intercambios para que las
transnacionales puedan cobrarnos más por las creaciones y conocimientos del
mundo.
La APEC no ha
alcanzado a reconocer que la situación internacional es otra, que el TPP ya
está muerto y que sería totalmente ilógico que Trump promueva un “TLC del
Asia-Pacífico” como han propuesto. Las condiciones mundiales ya cambiaron.
Es una oportunidad
para rediscutir adónde queremos llevar al mundo, defendiendo el planeta y su
gente, para que haya nuevas relaciones mundiales donde tengan prioridad el
medio ambiente y los derechos humanos y no los intereses de las grandes
corporaciones.
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Mejorando la ley 30220
Mirko Lauer
El ciclo de
consultas que viene realizando el Ministerio de Educación en torno a la Ley
Universitaria está permitiendo conocer qué es lo que quieren en esta etapa
los principales actores del proceso universitario. La cosa se puede resumir
en pedidos de cambios a la ley, sobre todo mayor flexibilidad y mayores
recursos.
Los docentes
quieren una mayor remuneración para los mínimos requisitos establecidos por
la ley (maestría o doctorado), alargar la edad límite para el ejercicio de la
docencia y la recuperación de los beneficios sociales por luto, sepelio, y 25
y 30 años, entre otros.
Estos pedidos, a
los que confluyen lo académico y lo sindical, han sido reivindicados en
reuniones con la ANUP (universidades públicas), la cual además ha solicitado
que la actual prohibición de docentes en cargos administrativos sea
implementada de manera progresiva.
Las universidades
privadas han pedido replantear mecanismos ligados al Consejo Directivo de la
Sunedu para lograr estabilidad en el cargo del superintendente, similar a lo
que se observa en otros organismos reguladores. Pero manteniendo la autonomía
de Sunedu respecto del Ejecutivo y su independencia respecto de los
organismos regulados.
Las consultas
también han recogido comentarios de distintos representantes estudiantiles,
quienes plantean cambios hacia una mayor apertura y promoción de la
representación estudiantil en universidades públicas y privadas, a la cual
hoy consideran limitada por la ley.
Luego hay reclamos
académicos puntuales, como en estos ejemplos:
• Adecuar las
exigencias de la educación a distancia a las tendencias internacionales.
• Reformar el
diseño curricular basado en semestres a uno basado en ciclos académicos, de
modo que se permitan ciclos de verano (cosa que no es clara en la actual
redacción de la ley).
• Enfocar las
exigencias de la ley sobre el porcentaje de docentes a tiempo completo a
establecer claramente que este porcentaje sobre el total de horas docentes y
no al total de individuos.
• Replantear el
requerimiento que los jefes de práctica sean titulados.
• Establecer un
número mínimo (y no un número fijo) de créditos de estudios generales.
Los diálogos se
vienen produciendo sobre la base de que la Ley Universitaria es modificable,
pero no desmantelable por parte de quienes vienen haciendo la educación un
grosero negocio, y a menudo una descarada estafa.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/823888-mejorando-la-ley-30220
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Los amautas del business
Augusto Álvarez Rodrich
Ojalá no prospere
el esfuerzo para traerse abajo la reforma universitaria, aunque lo más
probable es que el lobby para beneficiar a intereses particulares en este
negocio se acabe imponiendo a costa de la posibilidad de mejorar la calidad
de la enseñanza superior.
La ley
universitaria que se promulgó durante el gobierno anterior, cuando Jaime
Saavedra era ministro de Educación, constituyó una iniciativa valiosa para,
en principio, recuperar el papel perdido del Estado como promotor y regulador
de la enseñanza universitaria en el Perú.
Dicho papel es,
como siempre ha ocurrido en la educación escolar, relevante porque es obvio
que el Estado debe tener un papel en el establecimiento de los lineamientos
orientados a mejorar la calidad de la universidad peruana.
Esa actuación se
diluyó hasta perderse en las últimas décadas, en coincidencia con la
explosión de la oferta educativa de un amplio número de universidades
privadas y públicas de calidad muy desigual y, en algunos casos, deplorable,
al punto de convertirse en una estafa escandalosa para los sueños de progreso
de muchos jóvenes peruanos.
La nueva ley
universitaria buscó el restablecimiento del papel del Estado en la actividad
usando como vehículo operativo a la Superintendencia Nacional de Educación
Universitaria (Sunedu) y estableciendo requisitos y estándares para las
universidades.
Ello generó el
rechazo de algunas de las universidades que sintieron que se estaba afectando
su actividad comercial, motivando una serie de críticas agrupadas en torno a
la idea –falsa– de que la nueva ley y Sunedu mellan la autonomía
universitaria.
No son todas
porque varias universidades –23 públicas y 53 privadas– ya han presentado
ante la Sunedu una solicitud de licenciamiento institucional que es el
procedimiento que les garantizará las condiciones básicas de calidad para su
funcionamiento en beneficio de sus alumnos.
Pero no todas las
universidades piensan igual. Hay un grupo que, desde el comienzo, se dio
cuenta de que estas normas para mejorar la calidad podían mellar su negocio.
Y, entonces, esas
universidades se dedicaron a petardear la reforma, primero mediante conceptos
y, luego, al ver que estos no tenían efecto, financiando candidaturas
presidenciales y parlamentarias.
Eso estamos
viendo. Un tremendo lobby para traerse abajo una reforma que, aunque ayudará
a la mejora de la calidad de la educación universitaria, puede perjudicar el
bolsillo de algunos amautas del business.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/823892-los-amautas-del-business
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Chacón
Rocío Silva Santisteban
Una falacia que se
repite permanentemente es que tal o cual persona no tiene cultura. Hace una
semana, las redes sociales reventaban sobre el tema ante el maltrato que la
congresista Chacón le dio al ministro Saavedra. Debo decirles que la presidenta
de la Comisión de Presupuesto del Congreso tiene cultura. Por supuesto que la
tiene. Una cultura fortalecida por años de prácticas y teoría. Tiene una
cultura autoritaria.
Se trata de una
cultura que se difunde, por aspersión, desde el fujimorismo. Rosa María
Palacios la ha nombrado con todas sus letras este domingo. Estamos hablando
de una cultura patriarcal, subrepticia, sinuosa, cooptadora, monologante. Con
una ley diurna (Keiko) y una ley nocturna y oscura (Pierre Figari). Con
modales finos (Harvard) y achorada (la ultima inauguración). Frontal, directa
y belicosa (Becerril) y con redes jurídicas y empresariales sofisticadas
(Letona). Con estrategias y modales democráticos (Salgado) y encriptada pero
altamente amenazante (Vieira). Una manera de hacer política cuya cara reversa
es el tutelaje.
En efecto; si
existe un autoritario es que al otro lado del hilo hay un ciudadano dispuesto
a no ejercer su ciudadanía y a ser tutelado. Siempre es más fácil que otro se
encargue, aunque haya que vender el alma al diablo. La democracia más
autopublicitada del mundo, Estados Unidos, pues ha vendido el cuerpo, el alma
y el futuro del planeta a un diablo dorado que se encarga de hacernos creer
que no existe y que es simplemente el géiser social del resentimiento blanco.
Tanto es así que hasta los ultrarradicales locales nos quieren hacer creer
que es mejor Trump, que se agudizarán las contradicciones entre el imperio y
su periferia y que se desenmascararán el águila y su espuela. No, no es
mejor, Trump es el autoritarismo pornográfico con el dedo nervioso en el
botón de la muerte.
El caso de la
cultura autoritaria fujimorista es que ha calado en el pueblo peruano debido
a su discurso: una serie de medias verdades amasadas al fragor del miedo al
terrorismo, al caos y a la ineptitud de muchos gobiernos y endulzadas con
neoliberalismo emprendedurista que le hace creer al pobre que es culpable de
su pobreza por débil o por tener pocas agallas cuando en realidad estamos
frente a poblaciones vulnerables por una estructura socioeconómica
tremendamente injusta. Una cultura achorada que escupe su resentimiento y
repite, con soberbia e ignorancia, una serie de mentiras como alimento de las
masas y manipula con rap, televisión y circo.
http://larepublica.pe/impresa/opinion/823891-chacon
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¡Es la billetera stupid!
Luis Davelouis
De acuerdo a Human
Rights Watch, China sigue siendo un Estado autoritario. Gobernado por el
Partido Comunista Chino –el único que hay– desde hace 60 años, el Estado
recorta y viola sistemáticamente los derechos humanos incluyendo la libertad
de expresión, de asociación, de reunión y de religión.
Luego de algunas
modestas concesiones a la causa de los DD.HH., altos líderes del partido
rechazaron públicamente su universalidad llamándolos “infiltración
extranjera” y sancionando a aquellos que los promovieran. Como en los
regímenes autoritarios, el gobierno, el Estado y el partido son
indiferenciables, la voz y la voluntad de este último no tiene contrapeso
institucional alguno (HRW). Como hoy en Venezuela.
Es por eso que las
prácticas del gobierno chino contrastan tanto con el discurso del “respeto al
imperio de la ley” que utiliza el presidente de ese país, Xi Jinping: entre
julio y setiembre de este año unos 280 abogados y activistas de DD.HH. fueron
detenidos e interrogados y 40 permanecen arrestados, la mayoría incomunicados
y en lugares secretos sin acceso a abogados, familia, etc. (HRW). Mucho peor
que Leopoldo López.
De acuerdo a
Amnistía Internacional, la campaña de demolición de iglesias y derribo de
cruces iniciada en 2014 en la provincia de Zhejiang se intensificó en 2015.
Más de 1,200 cruces fueron eliminadas y el abogado asesor de estos colectivos
arrestado. Quienes practican el Falun Gong son perseguidos, encarcelados y
torturados.
¿Quién diría que
en un Congreso antichavista / anticomunista / anticaviar / antiaborto / anti-todo-lo-que-no-conoce,
solo los chavistas / comunistas / caviares / pro aborto del FA le harían
ascos al comunista más grande del mundo?
Creo que ya
podemos empezar a decir aprofujirojetes.
http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-billetera-stupid-2262967
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Dificultades de la tecnocracia
Arturo Maldonado
A falta de
partidos y cuadros políticos, los candidatos presidenciales suelen formar un
grupo relativamente pequeño de allegados durante las campañas. Se favorece el
amiguismo, la lealtad y hasta los recursos económicos que tienen los
colaboradores más cercanos. Este ‘petit comité’ suele ser suficiente para enfrentar
los avatares y ataques durante la campaña.
Después de la
campaña, el candidato que resulta ganador enfrenta un reto: la necesidad de
ampliar el círculo de colaboradores más allá del grupo de fieles que lo
acompañó en la carrera. En esta transición, el círculo original recoge
recomendaciones y sugerencias, tratando de ampliar la red de confianza,
primero a las personas cercanas del equipo original y luego a los de
confianza de estos últimos, en una suerte de estrategia de reclutamiento de
bola de nieve.
Algunos
especialistas calculan que un candidato que gana la presidencia necesitaría
alrededor de 3.000 personas preparadas para ocupar cargos públicos de
confianza. Por ejemplo, Julio Guzmán durante la campaña indicaba que tenía
500 profesionales listos para ocupar puestos claves en la burocracia estatal.
La necesidad de profesionales es grande y el pool de candidatos es
restringido. Entre aquellos comprometidos con otros candidatos, aquellos que
ocuparon cargos en el gobierno anterior y aquellos que de ninguna manera
aceptarían un cargo en el Estado (por motivos económicos o por evitar
problemas legales), las opciones se estrechan.
Debido a la
elección de Pedro Pablo Kuc-zynski, un tecnócrata de alto vuelo, se podía
pensar que este tránsito desde el equipo de fieles de campaña al equipo
amplio de gobierno tecnocrático sería cómodo. El presidente electo tenía las
características para convocar a los mejores técnicos del país y formar el
llamado “gabinete de lujo”. Lo cierto es que en estos primeros meses el
Ejecutivo ha conseguido buenos cuadros técnicos, pero no alcanza para ocupar
los puestos claves del aparato estatal. Es sintomático que además se les
hayan colado casos de dudosa reputación. Hasta el momento ha habido algo más
de 700 nombramientos publicados en “El Peruano”, lejos aún de lo necesario
para gobernar con los suyos.
A esta situación
se le suma el hecho de que el partido de gobierno es frágil y que tiene al
frente a una bancada fujimorista desproporcionada. Los fujimoristas tienen
algunos cuadros y allegados que están colocando en puestos claves. Por el
lado del gobierno, algunos funcionarios recién nombrados han tenido que
renunciar, como el viceministro de Agricultura.
Si esto le pasa a
un presidente asociado con lo mejor de la tecnocracia y al cual le sería
menos complicado captar cuadros, entonces podríamos estar observando un
límite real en el tipo de gestión tecnocrática: no alcanzan los profesionales
disponibles a ocupar todos los puestos claves y de confianza, o los que
existen no quieren pasar al sector público.
Esto le plantea un
reto al Ejecutivo, el de gobernar con una tecnocracia no siempre alineada con
los objetivos del gobierno, sino comprometida en mayor medida con sus hojas
de cálculo. Esto genera además el problema que estos puestos caigan en manos
equivocadas, de adversarios o corruptos.
Una respuesta ante
la escasez de profesionales sería fomentar el entrenamiento de nuevos valores
tecnocráticos. Eso está bien, porque los tecnócratas son necesarios, pero no
es suficiente. Se necesita también tener técnicos con manejo político,
profesionales enfocados en el cómo llevar a cabo las políticas y propuestas técnicas,
más que en la formulación de las mismas. Expertos que tomen en cuenta que
existen actores políticos con intereses y con los cuales se tiene que
negociar en Lima y en las regiones, y una cultura marcada por el populismo,
el autoritarismo y el descrédito de la política.
http://elcomercio.pe/opinion/mirada-de-fondo/dificultades-tecnocracia-arturo-maldonado-noticia-1948205
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Proteccionismo
Luis Carranza
En la reciente
cumbre APEC, los principales líderes se han manifestado en contra de caer en
políticas proteccionistas, pues estas limitan el comercio internacional y por
tanto afectan el crecimiento mundial de largo plazo.
Ciertamente, en la
crisis financiera del 2008 una de las principales preocupaciones de los
líderes mundiales fue evitar usar medidas proteccionistas que podrían surgir
como respuesta inmediata ante el aumento del desempleo. Esta coordinación en
los foros mundiales se hizo teniendo como antecedente histórico la crisis de
1929, cuya intensidad y persistencia fue potenciada por la guerra de aumento
de aranceles desatada entre las principales economías del mundo.
Existen tres
reflexiones que se pueden hacer al respecto. La primera es que el
proteccionismo afecta negativamente el crecimiento porque anula la principal
fuerza detrás del aumento de la productividad: la competencia. Si existen
barreras o impedimos que nuestras empresas compitan, o mantenemos nuestros
mercados cerrados, el resultado será que no hay incentivos para mejorar
procesos, reducir costos o innovar en productos; por lo tanto, la
productividad se estanca y con el tiempo declina. Las grandes diferencias de
productos per cápita entre los países pobres y los países ricos no ocurren
porque tienen más capital, sino porque son más productivos.
Ahora bien, el
mecanismo para generar la competencia es el comercio internacional, pero la
causa fundamental del crecimiento de la riqueza de las naciones es el aumento
de la productividad.
Esta mayor
competencia hace que los costos medios de los productos se reduzcan y así se
mantengan precios más bajos, pero este proceso puede generar deslocalización
de empleo y algunas industrias dejan de ser competitivas en determinados
países. Ese desempleo será absorbido por otras industrias. Se trata de un
proceso que puede ser costoso y serán necesarios programas de reentrenamiento
laboral para que la mano de obra desempleada pueda ser absorbida más
fácilmente por los sectores con mayores niveles de competitividad
internacional.
La segunda
reflexión tiene que ver con quién pierde más con el proteccionismo. Y aquí la
respuesta es muy simple: los países más pobres. Los países que son ricos y
tienen niveles de PBI per cápita altos tienden a tener menores tasas de
crecimiento, mientras que los países pobres tienen la posibilidad –aplicando
políticas adecuadas– de mantener tasas de crecimiento altas durante largos
períodos. Pero si cerramos los mercados, esas posibilidades se diluyen o
desaparecen.
Adicionalmente,
aquellos países con mercados internos más pequeños pierden mucho más que
aquellos con grandes mercados, porque las economías de escala que pueden
obtener dentro de sus fronteras tenderán a ser mucho más eficientes que las
industrias en países pequeños, como es el caso del Perú. Asimismo, habría que
considerar que teniendo comercio interindustrial (por ejemplo, vendemos cobre
y compramos autos) tendremos un mayor costo de la reducción de comercio
versus países que tienen comercio intraindustrial (que exportan autos, pero
también importan autos), que a través de cambios en precios relativos mínimos
lograrán el ajuste entre la oferta y la demanda.
La tercera
reflexión tiene que ver con el atractivo político del proteccionismo. La
principal razón de esto es que un discurso proteccionista tiene elementos de
ganancia tangibles y visibles para grupos de interés o segmentos de la
población muy concretos. El argumento fundamental es el de proteger las
fuentes de trabajo.
De otro lado, los
beneficios que trae la libertad de comercio son indirectos y se manifiestan
en el largo plazo a través de un mecanismo invisible: la competencia. Aquí la
lógica política que favorece al proteccionismo funciona igual que con
cualquier política populista.
¿Cuál debería ser
la respuesta de las economías desarrolladas si ven que el empleo se está
generando en las economías emergentes y no en sus economías? La respuesta
política realista ante la pérdida de puestos de trabajo debido al comercio
internacional no es cerrar las fronteras, sino intentar recuperar
competitividad. Pero hacer eso requiere ajustes que pueden ser costosos y no
tienen solución en el corto plazo. El deterioro de las infraestructuras, el
exceso de cargas laborales, la composición fiscal inadecuada (muchos
impuestos mal gastados) toma tiempo en revertir.
Lamentablemente
las soluciones simples son las peores, pero las más tentadoras. Como
implementar controles de precio cuando hay inflación.
http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/proteccionismo-luis-carranza-noticia-1948201
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Larcomar y la conjura de los necios
Pedro Tenorio
Lo que hoy ocurre
en el Perú no por simple es menos ridículo: podemos organizar impecablemente
una cumbre de líderes mundiales, pero no somos capaces de garantizar la
seguridad más elemental en cines y discotecas. Ese es el país que se
considera camino al desarrollo y merecedor de todos los elogios, pero donde
sus autoridades –sobre todo políticas– están lejos de cumplir sus funciones
básicas. Y hace rato que venimos tocando fondo.
La tragedia en
Larcomar nos explota en la cara: no aprendimos nada de Utopía, no aprendimos
nada de Mesa Redonda. Es decir, no aprendimos ni ricos ni pobres. Y quienes
tienen a su cargo nuestra seguridad pública solo atinan a mirarse entre sí
esperando a que la noticia pase, que estalle algún nuevo escándalo que nos
haga mirar hacia otro lado. “El Perú parece un país bananero”, se repite en
las últimas horas. ¡Mentira! En una república bananera todo está muy bien
organizado. Todo fluye, al menos, para producir plátanos. Aquí ni eso.
Necio es quien
persiste en sus propios errores. Y necios fuimos todos al permitir que el
centro comercial más visitado del país funcionara durante casi dos décadas
sin las más elementales medidas de seguridad. Los bomberos así lo confirman,
no solo los voceros de los cines UVK (donde fallecieron cuatro trabajadores)
al reconocer que no contaban con aspersores de agua porque la ley que así lo
exigía “no era aplicable” a ellos. Curiosa y criminal interpretación de las
normas. Íbamos al cine en un ‘Chosicano’ y ni lo sospechábamos.
Como tampoco
actuamos en estos días de calles ocupadas por comerciantes y ferias navideñas
que cierran a su alrededor todas las vías de escape posibles ante una
emergencia, azuzados por autoridades que les cobran cupos para permitirles
operar. Un gran negociado y trampa mortal que se repite año tras año sin que
nadie haga nada. “Ya lloraremos los muertos, por ahora pague con sencillo”,
parece ser el eslogan de alcaldes, regidores y hasta sus familiares, como se
reveló es el caso del burgomaestre de La Victoria y las andanzas de uno de
sus hijos en esa bomba de tiempo llamada emporio comercial de Gamarra.
La cumbre APEC es
la evidencia de que para ceñirnos al protocolo y conseguir un ‘selfie’ con
Obama o Zuckerberg somos campeones, pero no para hacer cumplir la ley. Es al
gobierno a quien le toca tomar la iniciativa y liderar un cambio. Toda
autoridad se cruzará de brazos mientras las acciones no provengan del más
alto nivel. ¿Cuál es el camino a seguir? ¿No debería ir alguien preso ante
tanta negligencia? El primer ministro Fernando Zavala tiene la palabra.
http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/larcomar-y-conjura-necios-pedro-tenorio-noticia-1948198
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Los tiburones comen anchoveta
César Lévano
Hace cuatro días,
Lorenzo Macedoni Vásquez, secretario general del Sindicato de Pescadores de
Chimbote y anexos, denunció que los pesqueros industriales están depredando
la riqueza ictiológica del mar peruano al pescar anchoveta recién nacida y
juvenil.
De inmediato, el
Ministerio de la Producción ha salido a desmentir esa denuncia, pero lo ha
hecho solo en parte. Afirmó que la captura de anchoveta de tallas menores
solo llega a 13.26 por ciento del total. Así lo ha indicado Bruno Giuffra,
titular del Sector Pesca en el ministerio.
El 30 de agosto de
este año, recordé mi comentario, el 2 de mayo del 2012, sobre la renuncia de
la viceministra de Pesquería, la bióloga Patricia Majluf, quien en carta al
ministro José Urquizo explicó que ella había querido trabajar por ‘el
ordenamiento de un sector que por años se ha caracterizado por el desorden,
la corrupción y la alta influencia de intereses particulares en la toma de
decisiones que corresponden únicamente al Estado’.
El problema es
grave porque ya ahora hay especies, como la merluza, amenazadas de extinción.
“En entrevista con
El Comercio, la renunciante recuerda que en una presentación dijo que había
entre 20 y 40 por ciento de pesca no declarada de anchoveta, y esto provocó
un escándalo.
“Dijo también la
exviceministra: ‘de todas las infracciones que se cometen en el mar peruano,
menos de diez por ciento llega a sancionarse, y de ese diez por ciento
ninguna paga’.
Hay muchas cosas y
muchos años que huelen a pescado, a pescado podrido, en este sector del
Estado. En la carta de la bióloga se expresaba que en la pesca “todos los
sistemas de control están tercerizados y pagados por la industria”. Es decir,
el gato despensero. En otras palabras, no se puede confiar en los datos de
las autoridades tal como estas son designadas actualmente.
Hace años, en
1990, cuando Mario Vargas Llosa lanzó su candidatura a la presidencia de la
república, aseguró que el estatismo del general Juan Velasco había arruinado
a la pesca peruana. Fue durante la presentación de su libro Contra viento y
marea, y de su candidatura. Yo, invitado por Mario al panel de comentaristas,
le refuté con una exposición de la Sociedad Nacional de Pesquería. La ruina
del sector se había producido antes de Velasco, por culpa del exceso de pesca
de anchoveta perpetrado por gigantes de la pesca como Luis Banchero.
http://diariouno.pe/columna/los-tiburones-comen-anchoveta/
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