jueves, 17 de noviembre de 2016

OPINIONES 17/11/2016

Crisis y renovación política - Sinesio López
Una historia circular - Diego Macera
Esperanzas color cobre - Mirko Lauer
Pesadilla global - Agustín Haya de la Torre
Real politik de PPK (1) - Condicionantes críticas de la presidencia 2016-2021.
Trump: los monstruos vuelven - Alberto Adrianzén
Mala gente - Luis Davelouis
Justice Advisor - Huáscar Ezcurra
El petróleo, entre aplausos y abucheos - Eduardo Montes de Oca
___________________


Crisis y renovación política

Sinesio López

Las renuncias y expulsiones que vienen sucediendo en los agrupamientos políticos de diversos signos es un síntoma del malestar que las habita. Tanto en los viejos partidos (Apra, Patria Roja) que sobreviven aún, pero muy disminuidos, como en las agrupaciones partidarias nuevas (Tierra y Libertad-Frente Amplio, PPK, Fuerza Popular) con mayor gravitación electoral se producen contradicciones y tensiones internas que culminan en renuncias y expulsiones.

Las contradicciones y tensiones son de diverso tipo: ideológicas, programáticas, de liderazgo, organizativas. Con frecuencia muchas disputas de liderazgo se disfrazan con un ropaje ideológico y programático. Hay que reconocer, sin embargo, que aún existe un debate ideológico real, en particular en Patria Roja y en el Apra. Sospecho que Patria Roja, como partido comunista ortodoxo, no termina de digerir lo que significa, en términos ideológicos, políticos y programáticos, la caída del muro de Berlín y el triunfo del neoliberalismo en el mundo.

El Apra está viviendo algo parecido. Algunos dirigentes y sus seguidores se niegan a asimilar y digerir el neoliberalismo que les impuso García y su estado mayor. Ellos quieren volver a la tradición socialdemócrata que inspiró al Apra en las primeras décadas. El debate programático será siempre un tema abierto, particularmente en el campo de la izquierda. Un tema central es el programa económico. ¿Cuál es el programa económico de la izquierda para el mediano y largo plazo? En el corto plazo la izquierda se mueve en el plano reivindicativo y distributivo tanto en Europa como en AL.

La crisis del 2008-2009 y la desaceleración económica después del 2013 han puesto en cuestión el neoliberalismo como programa económico. Estas crisis revelaron que el “milagro” económico en el Perú y AL no provenía del neoliberalismo sino del boom exportador. La crisis actual de los agrupamientos políticos no es tan apasionada, ni ideologizada, ni destructiva como en el pasado. Las renuncias a Tierra y Libertad y la búsqueda de inscripción del nuevo partido Por un Perú Nuevo se producen para fortalecer el Frente Amplio sin afectar la unidad del bloque parlamentario de la izquierda.

Es posible que la crisis partidaria actual genere un proceso de renovación política de los partidos en el campo de los programas, de los liderazgos y de la organización. Si supera su origen dinástico y las disputas de sucesión dinástica y se organiza como un partido moderno, FP puede constituir un sólido partido popular de derecha. Si Por un Perú Nuevo logra su inscripción, construye un enraizamiento popular sólido y fortalece el FA, este podría convertirse en un poderoso partido de izquierda en el Perú. No se puede descartar la existencia de un partido ultraizquierdista formado a partir de los remanentes de Sendero Luminoso. El centro está abierto a agrupamientos políticos renovados o a nuevos agrupamientos que emergen generalmente en épocas electorales.

La crisis “partidaria” actual puede contribuir a superar la fragmentación política, los problemas de representación y a dar origen a un nuevo sistema de partidos con nuevos formatos organizativos y con nuevos anclajes en la vida social.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/822355-crisis-y-renovacion-politica

___________________


Una historia circular

Diego Macera

Luego de una de las campañas electorales más duras en décadas, el 6 de noviembre de 1888 Benjamin Harrison, candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, derrotó a Grover Cleveland, candidato demócrata y entonces presidente del país.

Los temas en disputa durante la campaña incluyeron debates sobre las pensiones públicas y la etnicidad, pero el asunto más álgido y controversial fue la política arancelaria que debía seguir Estados Unidos. Cleveland era partidario de abrir progresivamente las fronteras al comercio internacional, mientras que Harrison abogaba por restringir las importaciones de azúcar, de productos de hojalata, de lana, entre varios otros.

El llamado arancel McKinley, de 1890, fue el resultado de la victoria de Harrison sobre Cleveland. Este elevó los derechos de importación promedio en casi 50% con el objetivo de proteger a la industria local de competencia foránea. Como consecuencia de esta política comercial, los empresarios estadounidenses de diversos productos protegidos cosecharon ganancias, pero estas vinieron a costa de bienes mucho más caros y de menor calidad para los consumidores.

Adicionalmente, los nuevos aranceles dieron justificación a los grupos proteccionistas en el Imperio Británico para castigar a las exportaciones norteamericanas. La decepción ciudadana con los magros resultados de estas políticas económicas explica que, en 1892, el presidente Harrison perdiera la reelección frente a su antiguo adversario, el ex presidente y nuevamente candidato Grover Cleveland.

Las semejanzas del presidente Harrison con el presidente electo Donald Trump no son pocas. Ambos republicanos fueron candidatos improbables durante las elecciones primarias de su partido, y los dos fueron elegidos a pesar de haber perdido el voto popular. Pero quizá una de las características que más los acerca sea su escepticismo frente a los beneficios del comercio exterior.

El señor Trump prometió aranceles “defensivos” de 45% para productos hechos en China, retirarse del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), renegociar o anular el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, por sus siglas en inglés) y reservarse el derecho a colocar aranceles arbitrarios de entre 15% y 45% para cualquier país al que denomine “manipulador de divisas”. Y yendo aun más allá que su predecesor Harrison, el magnate inmobiliario ha amenazado con sanciones a las empresas estadounidenses que establezcan operaciones fuera del país.

Esta política comercial –aparte de paradójica por venir de uno de los países que más ha impulsado el libre comercio en el mundo– es preocupante para las naciones y empresas extranjeras que dependen del intercambio de bienes con Estados Unidos, sobre todo México y China. Sobre esto se ha hablado mucho.
Sobre lo que no se ha hablado suficiente es que estas políticas proteccionistas, como sucedió en el siglo XIX, terminan por perjudicar a los ciudadanos de la misma nación que cerró sus fronteras, en especial a los más pobres que dependen de productos importados más baratos.

Según recuerda “The Economist”, cuando Estados Unidos subió los aranceles a las llantas hechas en China en el 2009, el costo adicional para los consumidores norteamericanos fue de más de US$1.000 millones, o el equivalente a US$900.000 por cada uno de los 1.200 empleos en el sector que fueron “salvados” de la competencia extranjera. Otros estudios concluyen que –a lo largo de 40 países– en promedio los consumidores más ricos perderían el 28% de su poder adquisitivo si se cerrase el comercio internacional, mientras que los más pobres perderían el 63%.

Hoy los restos de Benjamin Harrison descansan en el apacible cementerio de Crown Hill en Indianápolis. Apenas a unas cuadras de ahí, subiendo por la avenida Michigan, se erige orgullosa una sede de Walmart, el principal importador de bienes baratos de Estados Unidos y uno de los símbolos de cómo el comercio internacional libre ha funcionado para beneficio de los consumidores que menos tienen.

___________________


Esperanzas color cobre

Mirko Lauer

Para los convencidos de que Donald Trump puede ser beneficioso para el Perú, su triunfo coincidió con un aumento de casi 20% en el precio del cobre, a US$2.60 la libra, aumento record desde 1979. Los gurús coinciden en atribuirlo a sus promesas electorales de gastar más en infraestructura. Pero hay más factores en el salto.

La London Metals Exchange Week, en la semana previa a las elecciones de EEUU, hizo notar que hay poca oferta de cobre, y que del lado de la demanda China no va a tener un aterrizaje económico brusco, sino uno suave. Aquí la victoria de Trump no hizo sino añadirse a una perspectiva optimista sobre el futuro del metal.

Pero también hay escépticos. El informe de la Comisión Chilena del Cobre, COCHILCO, de la semana pasada dice que el aumento “no está sustentado en los fundamentos del mercado, por lo que lo más probable es que sea una situación transitoria”. Sin embargo allí se reconoce que los inventarios vienen cayendo levemente.

Los cuadros históricos desde el año 1900 muestran que la demanda del cobre es particularmente susceptible a los acontecimientos mundiales. Las catástrofes reducen la demanda, pero suelen venir seguidas de un rebote hacia volúmenes históricamente inéditos. El año 2010 fue uno de esos momentos de alta demanda.

¿Cuán transitorio, o incluso fugaz, será este aumento en el precio del cobre? Para el Perú este es un asunto clave, puesto que allí se juega el peso de un producto que hoy representa más o menos 60% del ingreso minero. US$2.60 o un poco menos por un buen tiempo permitiría aflojar la austeridad en que está empeñado el MEF.

Desde comienzos del 2015 la producción peruana de cobre viene subiendo con la apertura de un par de nuevas minas grandes, pero los pobres precios del producto más los problemas con las comunidades circundantes han ido frenando la llegada de nuevos proyectos. No hay perspectivas de un aumento de la capacidad de concentración en el país.

La posibilidad de una nueva bonanza minera impulsada por mejores precios hoy suena a un exceso de optimismo, pero el hipo cúprico de estos días de alguna manera sugiere que esa posibilidad no está agotada.

http://larepublica.pe/impresa/opinion/822352-esperanzas-color-cobre


___________________


Pesadilla global

Agustín Haya de la Torre

Pese a perder por más de 600 mil votos, Donald Trump, ganó la presidencia gracias al sistema de elección indirecta, al obtener la mayoría de compromisarios del Colegio Electoral. En la última semana remontó una diferencia de 3 o 4 puntos en las encuestas, gracias a una extraña maniobra del FBI, que reabrió una acusación por el supuesto uso ilegal de un servidor privado, por parte de una asistente de la secretaria de Estado Hillary Clinton.

Ello permitió al agresivo magnate volver a la carga, Un día antes del martes electoral, la descartó, por lo que Michael Moore anuncia una investigación.

El daño ya estaba hecho. En la lid, el Partido Demócrata perdió la fidelidad de la histórica zona industrial, en estados como Pensilvania, Michigan o Wisconsin. Por muy poco, pero lo suficiente para que le arrebaten 46 decisivos delegados .

Trabajadores de mediana edad en tales regiones, reubicados en los servicios o simplemente desocupados, ven con desasosiego los efectos de la globalización. Fábricas emblemáticas como la General Motors, más otras decenas de miles, trasladadas a México o China, evidencian las consecuencias de la búsqueda de mano de obra barata en el extranjero.

George Lakoff añade un sesgo psicoanalítico, al referirse a la influencia del padre autoritario, típico en las familias obreras poco educadas, acostumbradas a los esquemas fijos y repetitivos.

El Nobel de Economía Angus Deaton, apunta en un estudio la alta tasa de mortalidad y morbilidad por suicidios, drogas o alcoholismo, en dicho grupo etario. El fenómeno se repite en los antiguos cordones industriales de Europa, donde las firmas “deslocalizan” sus plantas en dirección al Asia. El proletariado que alguna vez votó comunista, en un salto dialéctico que Hegel envidiaría, vota hoy día por la extrema derecha. nacionalista.

Trump no tuvo que hacer gran esfuerzo para descubrir la crisis, en aumento desde el ingreso del gigante asiático a la OMC. Su ventaja deviene de que como empresario de la construcción, no fabrica bienes Sí le interesa reducir al mínimo sus costos laborales, evadiendo impuestos, aunque actúa con suficiente pragmatismo como para percibir que debe cargarle al sistema.

El presidente electo ya embarcó en su gobierno a representantes de la derecha radical, como el racista y antisemita Stephen Bannon. Como estratega en jefe, le encargará las campañas contra la igualdad de género, la diversidad sexual, el aborto, los migrantes o las minorías religiosas.

Apenas anunciada su victoria, decenas de miles salieron a las calles. La Trump Tower, donde vive en Nueva York, parece una fortaleza. La protesta contra alguien que promete suprimir los derechos de los demás, resulta un elemental mecanismo de defensa propia.

Su negacionismo del cambio climático o el creacionismo militante de su vicepresidente, auguran, además del proteccionismo, tiempos de retroceso para la democracia, la ciencia o la cultura, que pueden golpear a todo el mundo.

http://diariouno.pe/columna/pesadilla-global/


___________________


Real politik de PPK (1)
Condicionantes críticas de la presidencia 2016-2021.

Augusto Álvarez Rodrich

Cada día que pasa se confirma la hipótesis de arranque del gobierno de Pedro Pablo Kuczynski de que el éxito en el lustro de su presidencia se decidirá, antes que en el terreno económico, en la política.

Dado que su gobierno es políticamente débil y debe enfrentarse a una oposición que por primera vez en mucho tiempo controla el Congreso de manera aplastante, pero con la cual tiene una alta afinidad en el campo económico, todo el desencuentro se resolverá –o no– en la arena política.

Por ello, ese es el espacio de atención prioritaria en el gobierno, y ello define el real politik de PPK.

El real politik, o política de la realidad, es la política definida en función de intereses prácticos y acciones específicas, al margen de una teoría, ideología o filosofía general de actuación.

Que es como, más o menos, se mueve PPK, lo cual tiene la desventaja de proyectar una imagen de una persona que se contradice con frecuencia, de un día para otro.

La presidencia de PPK será, en ese sentido, un período guiado por hacer solo lo que sea posible políticamente hacer, sin salirse de ese espacio.

Por ejemplo, el tema del agua potable es un asunto prioritario en la agenda de PPK pues un objetivo es ampliar la cobertura del servicio a la mayor cantidad de peruanos. Si al presidente le preguntaran cómo empezar, seguramente él pensaría en la conveniencia de privatizar las empresas de agua potable y saneamiento, de todo el país, incluyendo Sedapal. Pero como él sabe que eso es políticamente inviable, antes de pasarse discutiendo sobre algo que no se conseguirá, o que lo desgastará mucho, prefiere tratar de hacer lo mejor posible con lo que tiene.

Así las cosas, es la política lo decisivo. ¿Qué es crucial en ese terreno para PPK?

Primero, su relación con la opinión pública, pues a un presidente impopular lo atropella cualquiera, y hay varios con ganas de hacerlo. Una aprobación por encima del 50% le permite moverse con comodidad. Por debajo de 20%, en cambio, puede estar entrando en el espacio de riesgo, donde cada error cuenta pues lo puede lanzar por el tobogán de la agonía.

Segundo, la cohesión de su equipo. Pocas cosas le hacen un daño grande a una presidencia como la imagen de una gran trompeadera a su alrededor, pues eso acaba mostrando al jefe de Estado como alguien débil, sin capacidad del liderazgo elemental para poner orden en el bote, con el riesgo de que este se voltee. (Continúa mañana)

http://larepublica.pe/impresa/opinion/822356-real-politik-de-ppk-1

___________________

Trump: los monstruos vuelven
Alberto Adrianzén

A Margaret Thatcher en una entrevista cuando se le preguntó cuáles fueron sus principales logros dijo que el primero fue Tony Blair y que el segundo el Partido Laborista. Con ello hacía mención al cambio ideológico por el que pasó ese partido luego de la época thatcherista.

El cambio fue profundo: en las elecciones de 1945 cuando los laboristas le ganaron las elecciones a Winston Churchill, Clement Attlee, su líder, hablaba de le necesidad de construir el socialismo, mientras que Churchill repartía entre sus electores una versión resumida del libro de Von Hayek “Camino a la Servidumbre”. En los años noventa, Blair, líder del laborismo, se sentía más cerca de Von Hayek que de la vieja socialdemocracia, como también del consenso keynesiano que esa misma socialdemocracia había adoptado años atrás. Expresión de estos cambios fue la llamada Tercera Vía que Ludulfo Paramio calificó como una ideología confusa, que en pocos años mostró su fracaso al desmontar el Estado de Bienestar y su incapacidad para frenar los movimientos ultraderechistas.

Una nueva época comenzaba, el llamado “Fin de la Historia”, es decir, la vieja lucha entre liberalismo y socialismo finalmente había concluido con el triunfo del primero. La caída del Muro de Berlín, la implosión de la Unión Soviética y la crisis de los pesados Estados en América Latina ratificaban este triunfo. El comunismo pasó a ser sinónimo de totalitarismo. Recuerdo una charla en 1991, en Lima, de un asesor para América Latina del Comité Central del PCUS, que dijo: “Algún día Hitler será recordado como un dictador de la época stalinista”.

El liberalismo, el capitalismo y la globalización marchaban, como se dice, a “todo trapo”. La China, otrora enemigo jurado de la antigua URSS y del “revisionismo”, abrazaba una suerte de “stalinismo de mercado”.

En el año 2008, sin embargo, este optimismo sufrió su primera derrota. La “burbuja económica” que había creado el capitalismo finalmente estalló. Mostrando que la codicia y todas estas “nuevas” propuestas de abrir y desregular la economía, así como de achicar el Estado, habían fracasado.

Con la elección de Donald Trump en las elecciones en EE.UU., pero también con el crecimiento de la ultraderecha en Europa, ha estallado la “burbuja política” que esta globalización creó en todos estos años.

El triunfo de Trump representa el fracaso de un falso progresismo que alienta la desigualdad social y una elite globalizada que poco o nada les interesa la gente. También el de una política económica que al desregular y abrir la economía, achicar el Estado y desindustrializar el país, genera un mayor desempleo y un aumento de la pobreza; asimismo, de los grandes medios de comunicación. Es el triunfo de los movimientos racistas como el despreciable Ku Kluk Klan (KKK) y de grupos xenófobos que han regresado a las viejas tesis de la “supremacía de la raza blanca”; de los fundamentalistas religiosos (evangélicos, católicos y cristianos) que odian la “ideología de género”. Igualmente de hombres y mujeres comunes, desempleados que cada día que pasa son más pobres y sin mucho futuro. Que no les gustan los ricos (estoy hablando del famoso 1%) y tampoco una democracia convertida hoy en una plutocracia donde las grandes corporaciones son las que mandan. Estas últimas elecciones en EE.UU. han sido las más costosas de toda la historia electoral en ese país. Se ha gastado más de 3,500 millones de dólares.

La ultraderecha avanza en el mundo como se observa, además de EE.UU., en Inglaterra, Francia, Italia, Holanda, Austria y en otros países. El 3 de diciembre se repetirán las elecciones presidenciales en Austria. Si gana Norbert Hofer, candidato del Partido de la Libertad, se convertirá en el primer jefe de Estado ultraderechista en Europa desde la II Guerra Mundial. Por eso no me extraña que en estos días la Unión Europea (El País: 16/11/16) cambie de política y nos anuncie el “fin de la austeridad” que ha sido una de las razones de este crecimiento reaccionario.

En este contexto es bueno recordar las palabras de Antonio Gramsci: “El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en este claroscuro aparecen los monstruos”. Hoy esos monstruos están ahí, al acecho. Listos a imponer una suerte de fascismo en pleno siglo XXI.


http://larepublica.pe/impresa/opinion/822354-trump-los-monstruos-vuelven


___________________



Mala gente

Luis Davelouis

Ha ocurrido una desgracia. Hasta el cierre de esta columna, había cuatro personas fallecidas en el incendio del cine UVK en Larcomar. Las circunstancias en las que este se produjo son aún inciertas y los tres comunicados oficiales (dos de Larcomar y uno de UVK) no explican ni dicen mucho. Alguno peca de insensible porque no menciona a los fallecidos ni expresa condolencia alguna; por favor, los muertos se murieron en su local.

¿Alguien se imagina que no volverá a ver a su hijo con vida cuando le dice “mamá, me voy al cine” a las 10 de la mañana? ¿Nadie se pudo poner en esos zapatos? Qué brutos y qué poca cosa. Pero quizás no debería sorprendernos cuando vemos cuál es la mayor preocupación de muchas personas tras la tragedia: saber si les van a devolver las entradas o su importe, dado que UVK, comprensiblemente, ha cancelado las funciones hasta nuevo aviso. La devolución corresponde, pero reclamar por el valor de tu entrada al cine en medio de una tragedia así dice mucho y muy mal de demasiada gente. En la misma línea, algunos periodistas, opinólogos y políticos han metido su cuchara y, en medio de la desgracia ajena, se han portado como buitres sugiriendo ataques terroristas o señalando autoridades para hacer ráting o para jalar agua para su posición política. Un verdadero asco.

Siempre se busca responsables entre las autoridades que dieron los permisos y rara vez se señala al infractor, como si el afán de lucro lo hiciera inimputable: “Si no me vigilan, yo voy a ver cómo le saco hasta el último sol a mi inversión”. Ah, su inversión, claro. Si coimeó al inspector, es culpa de la municipalidad. Si engañó a Indeci, es culpa de Indeci. Y es que las empresas no van presas, ni cuando matan por negligencia.
¿Qué clase de personas somos?


http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-mala-gente-2262552

___________________

Justice Advisor

Huáscar Ezcurra

“La luz del sol es el mejor de los desinfectantes”, escribió el juez de la Corte Suprema de Estados Unidos Louis Brandeis refiriéndose a la necesidad de mayor transparencia como antídoto frente a la corrupción. ¿Es posible desinfectar el sistema de administración de justicia? Estoy convencido de que sí. Solo requerimos “luz”, como diría Brandeis. Con ello, el mercado hará el resto del trabajo.

Si requerimos un taxi contamos con un app que nos brinda información sobre la calidad del servicio del posible conductor según la experiencia que, con el mismo conductor, tuvieron miles de consumidores, que lo han rankeado con una calificación que va de una a cinco estrellas. Igualmente, si planeamos viajar y buscamos un hotel, disponemos de otro app para encontrar el mejor hotel posible según un ránking que registra las experiencias de millones de consumidores.

En cambio, cuando buscamos el servicio de administración de justicia pues, por ejemplo, plantearemos una demanda de daños y perjuicios por incumplimiento de contrato, no disponemos de información sobre el récord de servicio del juez respectivo. Simplemente cerramos los ojos (nos tapamos la nariz) y caemos ante el juez que el sistema determine.

¿Acaso confiamos en los jueces al punto de no querer saber sobre su trayectoria? De ninguna manera. El sistema está infectado por la corrupción y la ineficiencia, pero simplemente no hay opción. El Estado tiene el monopolio de la justicia y los ciudadanos estamos sometidos.

Así como la calidad de la información es fundamental para que los mercados de bienes y servicios funcionen en beneficio del consumidor, la información sobre la trayectoria de los jueces es esencial para que la justicia funcione en beneficio de los ciudadanos. La justicia es un servicio, y nosotros sus consumidores.

Soy un convencido que mayor y mejor información sobre la trayectoria específica de cada juez mejoraría la calidad del servicio (a pesar de que no exista competencia). Bastaría una ley que disponga que un juez será promocionado o, en su caso, pasado al retiro, considerando cómo quedó calificado en su ránking de servicio. ¿Imaginan qué pasaría con los jueces si tuviéramos la posibilidad de calificar sus servicios cada vez que termina un proceso?

En la era digital es posible, a bajo costo, tener información sobre el servicio de administración de justicia disponible. Imaginen una aplicación (llamémosla Justice Advisor) que permita que cada persona que vive la experiencia de un juicio pueda calificar luego con entre una y cinco estrellas el servicio recibido. Para dicha calificación se consideraría, por ejemplo, el tiempo que duró el proceso, el manejo de la audiencia de pruebas o de informes orales, el trato recibido, así como la calidad de la decisión. Como con Uber, o Trip Advisor, la aplicación es muy simple. Termina el juicio o arbitraje, ingreso a la aplicación y marco entre una o cinco estrellas calificando a la autoridad que decidió.

Los jueces cambiarían su conducta radicalmente en beneficio de los ciudadanos, pues cada ciudadano tendría el poder de calificar el servicio que recibe. Habría ‘accountability’ y por ello estudiarían la evidencia del caso; se mantendrían despiertos y atentos durante las audiencias; estarían sinceramente interesados en entender la posición y evidencia de cada parte; se cuidarían de escribir muy claro y preciso cada decisión que emiten; y las sustentarían con cuidado.

Si realmente se busca acabar con los corruptos, parafraseando al juez Brandeis, la luz del sol es el desinfectante que necesitamos.

http://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/justice-advisor-huascar-ezcurra-noticia-1947088

___________________

El petróleo, entre aplausos y abucheos
Eduardo Montes de Oca


Al parecer llevan razón los analistas que apuestan a que, a la larga, los precios del petróleo no se mantendrán en el hondón en que se han encontrado de un tiempo a esta parte. En el instante en que pergeñamos estas líneas, la noticia hace aplaudir a unos cuantos y sume en el reconcomio a otros tantos.
La OPEP acuerda congelar la producción entre 32.5 y 33 millones de barriles diarios (mbd), lo que, en opinión de un conocedor, fortalece el compromiso del grupo por promover la estabilidad y el equilibrio del mercado.

Esperanzado, Eulogio del Pino, ministro del ramo en Venezuela, destacaba a TeleSur que la decisión, tomada durante la reunión extraordinaria realizada a finales de septiembre en Argelia, y que antecedió a la Cumbre Mundial de la Energía, en octubre, en Estambul, y a otro encuentro fijado para noviembre, en Viena, ha llegado precedida de diversas citas con vistas a evaluar acciones conjuntas tendentes a recobrar la impronta del trasiego, e impulsar una cotización justa del producto.

Citamos a Del Pino porque, como hace notar la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), la república bolivariana ha sido uno de los principales promotores del diálogo y el consenso dentro del seno de la entidad aglutinadora para concertar la coincidencia en no incrementar la extracción y la exportación, y en elevar paulatinamente el valor del oro negro a un promedio que oscile entre los 40 y 60 dólares por tonel, que permite cubrir las inversiones requeridas por el sector en aras de garantizar el suministro oportuno a todas las naciones.

Entre otros asuntos, el directivo explicaba que el pacto de Argelia “contribuirá a drenar el exceso de los inventarios de crudo, que hoy en día supera el promedio de los últimos cinco años y que ha producido esa altísima volatilidad de los precios”. Y acotaba que se piensa convocar a la misma acción a los países no integrantes de la OPEP, como Rusia, que tácitamente se daba por aludida, aquiescente, en palabras del titular de Energía, Alexander Nóvak, conforme al cual el hecho devendría provechoso al gigante euroasiático, por lo que llamaba a una generalización de la iniciativa.

Y el asunto se las trae, de veras. No en vano el conocido escritor Luis Britto confesaba que, durante mucho, asumió que cuando las multinacionales restablecieran la producción del devastado Irak inundarían el orbe para hacer caer los precios y quebrar a la organización internacional del sector. Apostillaba el también analista político que a este diluvio se suman otros torrentes:

“Estados Unidos desarrolla frenéticamente su producción local y los hidrocarburos de esquistos, hasta figurar hoy como primer productor mundial. Arabia Saudita viola las cuotas de la OPEP para pagar compras de armamentos, equilibrar su castigado presupuesto y aliviar sus exhaustas reservas financieras. Se retiran las sanciones contra Irán, y éste lanza al mercado cuantiosas reservas.

“El Daesh vende a precio de gallina flaca el aceite de los pozos saqueados en Libia, Irak y Siria. Así cayó vertiginosamente el barril venezolano de $100 en 2005 a $43 en 2015, y sigue en su picada, y no por culpa de un mandatario o partido vernáculo, sino de la oscilante economía capitalista”.

Empero, las causas de la situación no terminan ahí. No solo aumenta la oferta, sino que, a la par, disminuye la demanda. “Con la crisis mundial, desde 2009 decrece el consumo de la energía. China, que adquiría más de cinco millones de barriles diarios y era gran cliente de Rusia y Venezuela, desacelera su economía. Los planes de privatización de Pemex quedan en suspenso. La inversión en hidrocarburos se estanca o retrocede. Sería el momento para que las transnacionales inundaran el mundo de petróleo barato para arruinar a las empresas nacionalizadas, quebrar a sus Estados y comprarlas a precio de gallina flaca”.

Ahora bien, la baja tiene límites precisos: el costo de producción, por cierto mayor para las naciones desarrolladas, que ven a tradicionales vendedores con una ganancia presente, si bien no tan alta, más abundosa. Según Britto, ello explica en parte las actuales dificultades económicas de Venezuela y de otros sitios del planeta, y añade que la transitoria reducción del consumo acarrea constreñimiento en las inversiones en la producción de combustible fósil, y esta traerá a corto plazo una escasez que disparará de nuevo los precios.

Mas ¿hasta cuándo? Quizás no en balde otro perito, Michael T. Klare, se muestra pesimista y, tras considerar que, aun a 33 dólares el tonel, la oferta continúa sobrepujando a la demanda planetaria, plantea que solo tres acontecimientos “podrían alterar [destacadamente] el actual contexto [de compra y venta] para el petróleo: una guerra en Oriente Medio que eliminara a uno o más de los principales abastecedores de combustibles; que Arabia Saudí decidiera reducir su producción para aumentar los precios; que se produjera un repentino aumento de la demanda mundial”.

Además, el hidrocarburo está empezando a perder parte de su atractivo: un elevado número de consumidores de los países industriales tradicionales está mostrando su preferencia por los coches híbridos o eléctricos, y por los medios de transporte alternativos.

De otro lado, a medida que crece en toda la Tierra la preocupación por el cambio climático, cada vez más jóvenes urbanos están optando por una vida sin autos y se mueven en bicicleta o con el transporte público. Asimismo, el empleo de energías renovables –solar, eólica e hidráulica– está en despegue y se disparará aún más rápidamente en este siglo.

Por eso resulta necesario diversificar la economía de los territorios agraciados por natura con el oro negro que han pasado por un shock político como consecuencia de la citada caída. Por ejemplo: “Cuando los precios eran altos, el presidente Hugo Chávez utilizó dinero proveniente de Petróleos de Venezuela S.A., la petrolera estatal, para construir viviendas y distribuir otros beneficios entre los pobres y los trabajadores venezolanos”. También ofreció combustible más barato “a países amigos como Cuba, Nicaragua y Bolivia. Después de la muerte de Chávez, en marzo de 2013, su elegido sucesor, Nicolás Maduro, trató de prolongar esta política, pero el petróleo no colaboró y, lógicamente, el apoyo público para él mismo y el PSUV empezó a flaquear. El pasado 6 de diciembre [2015], la oposición de centro-derecha consiguió una victoria electoral y la mayoría de los escaños de la Asamblea Nacional; ahora intenta desmantelar la ‘Revolución Bolivariana’ de Chávez, aunque los seguidores de Maduro han prometido una firme resistencia a cualquier acción en ese sentido”.

Tal asevera Klare, para seguidamente aclarar que, por supuesto, algún día los precios volverán a subir. Considerando la forma en que los inversores están cancelando en todo el mundo proyectos en el rubro, resulta inevitable.

Sin embargo, “aun así, en un planeta que se halla en camino de una revolución verde en relación con la energía no hay ninguna seguridad de que alguna vez se recuperen los niveles superiores a los cien dólares, que en otros tiempos se daban por sentado. Pase lo que pase con el petróleo y los países que lo producen, el orden político del planeta –que una vez descansaba sobre un precio elevado del crudo– está condenado. Mientras esto puede significar penurias para algunos, especialmente los ciudadanos de los países dependientes de la exportación de petróleo como Rusia y Venezuela, es posible que [afortunadamente] ayude a allanar el camino de la transición a un mundo movido por las energías renovables”.

Empero, insistamos, a la postre. En la actualidad, como señala Alejandro Nadal, columnista de La Jornada, el derrumbe debería ser una buena noticia para el globo. Después de todo, los bajos precios del recurso benefician a los consumidores directos: verbigracia, el sector del transporte y la industria petroquímica. Y ese impacto positivo debería traducirse en una inyección de adrenalina que traería consigo progreso y generación de empleo. Entonces, ¿por qué en lo “irrisorio” de lo que hay que pagar se ve una mala nueva para el mundo en general?, se pregunta el asimismo destacado economista.

“Es cierto que la caída en los precios del crudo debiera tener un efecto positivo sobre los precios de todo tipo de bienes. El petróleo es un insumo crítico que directa o indirectamente entra en la producción de casi todas las mercancías que se producen hoy en día. Pero eso no quiere decir que automáticamente se traduzca el efecto del colapso en el precio de este insumo en reducciones en los precios de los productos finales. Todo eso depende de la importancia del crudo en la estructura de costos de cada producto y, desde luego, de la estructura de mercado en cada rama de la producción”.

En sí, añade el especialista, el desplome es percibido más como una mala señal sobre lo que advendrá en la economía universal. El desbarranco acelerado en el último año ha coincidido con reducciones brutales en los índices de cotizaciones bursátiles de las principales plazas financieras. Y aquí se observa algo inédito, subraya:

“Arabia Saudí no pudo escoger un momento más desfavorable para iniciar su guerra de precios con el fin de preservar su [dominante] franja de mercado. En medio de una recesión global, el descenso en los precios del crudo se tiene que intensificar debido a la reducción en la demanda. Por eso hoy en día la caída en el precio del petróleo es una señal de lo mal que se está comportando la economía mundial”.

Así que, aunque atinaran quienes apostaron que el crudo saldría del hondón actual, a todas luces habrá que prepararse para un panorama futuro sin el denso rastro del oro negro.

Pero enhorabuena, ¿no?


___________________







No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Seguidores

Archivo del blog