Más
puentes y menos muros: no comparto ni la ideología ni los valores que
representa Donald Trump
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Rafael
Correa
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“El mundo del futuro será un mundo de
bloques, por eso hay que consolidar la Comunidad de Estados Latinoamericanos
y del Caribe (CELAC) y utilizar la OEA —totalmente bajo la hegemonía
norteamericana—, para, como bloque, procesar nuestros conflictos con América
del Norte”.
El pueblo
estadounidense se pronunció en las urnas y eligió a su 45° presidente.
Me cuesta
encontrar puntos de coincidencia con Donald Trump, aunque las críticas a la
globalización son preocupaciones que compartimos. Pat Buchanan decía
—correctamente— que no hay nada más antinorteamericano que el libre comercio.
Y yo lo escribí hace casi una década: la globalización neoliberal durará lo
que duren los beneficios para EEUU.
Esa es una de las
razones del triunfo de Trump: ese EEUU profundo, el de los pequeños
empresarios y trabajadores blue-collar afectados por la globalización y
deslocalización de las empresas, y que no son noticia en los medios de
comunicación, donde aparecen tan solo los intereses del capital trasnacional.
Precisamente uno
de los grandes derrotados en esta contienda han sido esos medios de
comunicación, demostrándose una vez más que la opinión pública, fundamental
para construir democracia, no es la opinión publicada, la cual podría
destruir esa democracia.
Es un voto de
rebeldía contra el “establishment”, contra una clase política que solo se
representa y se habla a sí misma. Cuando se está harto de lo mismo, se vota
por el cambio, sin importar qué cambio.
Nuestro abrazo a
Hillary Clinton, extraordinaria mujer a la que apreciamos sobremanera. Pasé
años muy felices estudiando en EEUU durante el gobierno de Bill.
Se dice que la
democracia estadounidense es la más antigua del mundo, pero inicialmente el
sufragio estaba reservado para hombres ricos y blancos, mientras que los
afroaestadounidenses fueron esclavizados hasta un siglo después, para luego
continuar sometidos a un brutal racismo y segregación durante otro siglo más.
Hoy nos
encontramos ante una paradoja similar en América Latina. Al igual que los
Padres Fundadores de Estados Unidos que predicaban la igualdad pero eran
dueños de esclavos, las élites latinoamericanas que hablan de democracia y
libertad han excluido y marginado a la mayor parte de la población. Contra
eso luchamos los gobiernos progresistas de la región.
América Latina,
como dice el prócer uruguayo José Gervasio Artigas, tiene que marchar con sus
propios pies. Como región independiente debe ser cada vez más autónoma de
quien gobierne o no en otros países.
El mundo del
futuro será un mundo de bloques, por eso hay que consolidar la Comunidad de
Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) y utilizar la OEA —totalmente
bajo la hegemonía norteamericana—, para, como bloque, procesar nuestros
conflictos con América del Norte, especialmente los relacionados con los
derechos humanos, con énfasis en los de los migrantes; la lucha contra el
cambio climático; y lo innecesario de un “policía mundial” que nadie ha
requerido.
“Todos los hombres
son creados iguales, son dotados por su Creador con ciertos derechos
inalienables, entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la
felicidad”. En Ecuador y en toda América Latina, también sostenemos que estas
verdades son evidentes por sí mismas, y hay que hacerlas realidad no solo
para ciertas personas o en algún momento en el futuro, sino ahora y para
todos.
A estas alturas de
mi vida, mis convicciones no van a cambiar en función de la victoria de un
candidato, o por un discurso bonito después de actitudes terribles. No
comparto ni la ideología ni los valores que representa Donald Trump. En lo
personal, jamás tendría como amigo a alguien así, pero somos respetuosos de
las decisiones soberanas de todas las naciones, y por ello le deseamos el
mayor de los éxitos, para el bien del pueblo estadounidense.
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http://www.univision.com/noticias/opinion/mas-puentes-y-menos-muros-no-comparto-ni-la-ideologia-ni-los-valores-que-representa-donald-trump
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Dos
caras del terror
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Jorge
Millones
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Una sociedad
reconciliada y democrática solo la lograremos cuando dejemos descansar a
nuestros fantasmas.
¡Cómo no voy a
entender el dolor de los peruanos frente a los crueles actos del terrorismo!
En esa infame década yo viví el conflicto desde el lado de la familia
policial. Viví en una urbanización policial, mi abuelo fue policía, los
padres y hermanos de mis amigos eran policías, el querido colegio donde
estudié toda mi vida escolar (muchas veces amenazado por llamadas de
coche-bomba) es de policías y siempre tuvimos claro que serían nuestras
familias las que llorarían y pondrían los muertos en este conflicto.
Cada lunes durante
años en la formación después del himno nacional, hacíamos un minuto de
silencio por los padres, hijos o hermanos caídos en zonas de emergencia o en
la puerta de un banco.
El policía era
destacado a “zona roja” dejando por meses a su familia para enfrentar a un
ejército de fanáticos en una guerra irregular, más parecida al conflicto con
el DAESH que a una guerra de guerrillas de los años sesenta.
¡Cómo no me va a
generar arcadas el terrorismo! Si sus primeras víctimas fueron alcaldes y
dirigentes sociales de izquierda en las zonas más humildes del país que
tenían claro que esto había empezado mucho antes del atentado de Tarata
(Miraflores) o el secuestro de algunos empresarios en la capital.
EL TERROR DE LOS
FANTASMAS
En mi nota
anterior, escribí sobre lo poco democrática que ha sido -y sigue siendo- la
derecha en el Perú. A la izquierda también le tocó lo suyo, sin embargo, dije
que esta última estaba dando positivas señales de cambio, mientras cierta
derecha aún hace campañas macartistas para golpear la libertad de expresión,
sobre todo, si ese derecho es ejercido por una colectividad de izquierda como
la revista Ojo Zurdo. Varios artículos y editoriales tocaron el tema de uno y
otro lado.
Úrsula Letona
¿CORRUPTOS VS
TERRUCOS?
Casi para todo el
fujimorismo y los medios concentrados parece ser una disputa entre “corruptos
y terrucos” y nos piden “igual severidad para ambos”. Acusan a la izquierda
de “albergar terrucos”, aceptando implícitamente que en sus filas hay
defensores de la cleptocracia de los noventa, lavadores de dinero, oscuros
financistas investigados por la DEA, asesinos paramilitares como Colina,
funcionarios y “lobistas” expertos en la “puerta giratoria” y un enorme
degradé de corrupción que llega hasta algunos honorables señores de los más
grandes gremios empresariales.
¿Acaso nos están
proponiendo que no les señalemos sus evidentes vínculos con el crimen
organizado y la corrupción a cambio de que nos dejen tranquilos con el sambenito
de la terrucada? No, señores, aquí no hay un pugilato entre corruptos y
terrucos, porque nada tenemos que ver ni con Sendero Luminoso ni con el MRTA,
ni con cualquier forma política que fomente el odio y vea en la violencia un
mecanismo para resolver conflictos. Sí creemos que deben ser analizadas
racional y desapasionadamente todas las posturas, porque las ideas se
combaten con ideas.
Pero el
fujimorismo y la derecha más conservadora (que a partir del incendio en
Cantagallo mostraron su verdadero rostro racista y excluyente) no han
deslindado jamás con el golpe del 92 ni con el accionar del grupo Colina y
cuando soltaron a esos asesinos no dijeron nada. Es decir, no han deslindado
con el terrorismo de Estado y en el fondo consideran que las violaciones a
los Derechos Humanos “a veces son necesarias”.
La corrupción es
un cáncer en todo el sistema político, no solo en el fujimorismo. Por eso, es
reveladora la propuesta del congresista Becerril de “muerte civil para los
sentenciados por terrorismo”, casi respondiendo a la iniciativa de “muerte
civil para corruptos” ¿Se habrá sentido aludido? Ojalá acepte la propuesta de
la congresista Huilca de incluir en esa iniciativa legislativa al terrorismo
de Estado.
“FAIR PLAY” O
MEJOR NO JUEGUES
El juego político
tiene ciertos límites, el ámbito personal es uno de ellos, la calumnia y la
mentira es otro. Lamentablemente, algunos transgreden eso y lo han convertido
en un “estilo”. Se tiene que entender que ser de izquierda no te convierte
automáticamente en un “terruco”, lo mismo que ser fujimorista no te convierte
en un corrupto, aunque de ese lado todavía reivindiquen la infame década del
fujimorato y sus implicancias.
Precisamente, es
el fujimontesinismo quien instala la idea de izquierda=terrorismo machacada
mediante sus medios de comunicación comprados inaugurando una forma vil de
hacer política y periodismo.
Las fuerzas
democráticas del Perú deberían denunciar esos difamatorios adjetivos y no
usarlos contra el adversario político para liquidarlo ante la opinión
pública. Y aquí tienen una responsabilidad enorme los medios de comunicación,
pues son ellos los que están sirviendo de caja de resonancia a ese tipo de
confrontaciones, son ellos los que ponen los titulares y no existe un
equilibrio entre libertad de información-expresión y libertad de empresa, la
segunda ha subsumido totalmente a la primera.
QUE DESCANSEN
No se trata de un
torneo sobre quién puso más muertos, ni quién sufrió más. Se trata de
reconocer que TODOS perdimos, de reconocer el dolor de TODOS, construyendo
una memoria común, castigando lo que se tenga que castigar, pidiendo perdón y
perdonando, suturar esa etapa y seguir adelante.
No olvidemos que el
odio, la indiferencia, la desigualdad y una histórica postergación social
fueron el magma en el que se forjó la violencia política. Para nada ayudan el
racismo de algunos locutores, las actitudes autoritarias de periodistas que
obedecen más la línea editorial de grandes intereses económicos que a la
propia Verdad. No ayuda criticar el terrorismo de SL o el MRTA y guardar
cómplice silencio con el terrorismo de Estado expresado en la “caravana de la
muerte”, el Comando Rodrigo Franco, el Grupo Colina y los hornos del
Pentagonito y los Cabitos. Y viceversa.
El odio y el
rencor son la peor herencia que le podemos dejar a las generaciones
venideras. Una sociedad reconciliada y democrática solo la lograremos cuando
dejemos descansar a nuestros fantasmas.
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http://diariouno.pe/columna/dos-caras-del-terror/
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Cambistas
que no cambian
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Mirko
Lauer
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La prohibición de los cambistas ambulatorios
en San Isidro va mucho más allá de un tema de dólares y soles. Tiene que ver
con el uso comercial de la vía pública y sus consecuencias por toda la
ciudad. Es la versión 2016 de la erradicación de los ambulantes que
atiborraban el centro de la ciudad cuando llegó el alcalde Alberto Andrade.
El principal
objetivo de la medida es la seguridad: evitar los asaltos y asesinatos a
cambistas, más los atracos a sus clientes en una situación en que el efectivo
circula libre por la calle. La decisión de Surco de calarles chalecos
antibalas solo resuelve una parte del problema, si acaso realmente la
resuelve.
De lo que estamos
hablando también es de gente demasiado ociosa como para entrar a un banco a
cambiar su dinero y luego girarlo a su destino. El argumento de que el
cambista paga más por dólar es poco convincente. Los montos transados en la
calle no pesan en la diferencia, y el servicio prestado tiene claros límites.
¿Cuál es el
privilegio de los cambistas? Un vendedor de fruta o verdura en las veredas de
la calle de Miguel Dasso sería mal visto, y retirado sin mayores protestas,
aunque unos pocos lo hacen con autorización. Cuesta pensar que la ventaja
competitiva del cambista ambulatorio es que le ahorra estacionarse al
cliente.
La invitación a
formalizarse, puesto que de eso también se trata, ha sido mal recibida, con
el argumento de que los locales son caros. Pero hay sitios donde hay
alquileres bastante más baratos, incluso en San Isidro. Si hay comodidad para
cuadrar y seguridad para mover dinero, los clientes seguirán a los cambistas
donde vayan.
Centavos más o
centavos menos los bancos y casas de cambio prestan un servicio razonable.
Están menos expuestos a los marcas de estos tiempos, pueden extender un
certificado de la transacción para quienes los necesiten, manejan billetes
más confiables. Es cierto que demoran algo más, pero ese es un inconveniente
menor.
Para los cambistas
esta es la oportunidad de convertir una actividad a salto de mata en un
negocio más seguro, con posibilidades de acumular más allá de las
transacciones mismas. El público debería colaborar con esta iniciativa
modernizadora de la municipalidad de San Isidro.
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http://larepublica.pe/sociedad/821034-cambistas-que-no-cambian
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EE.UU.
en las Américas
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Martín
Tanaka
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En términos generales, se suele pensar que a
pesar de la cercanía geográfica, las distancias entre los Estados Unidos de
Norteamérica y los países “al sur del río grande” son enormes, lo que nos
haría cualitativamente diferentes. Por ser septentrional, desarrollado,
angloparlante y protestante, Estados Unidos estaría más cerca de Europa que
de México, centro y sudamérica, por así decirlo.
Sin embargo, se
suele pasar por alto que todos estamos en las américas, que todos tuvimos
población y culturas precolombinas muy importantes; que fuimos colonizados
por europeos, que desplazaron y subordinaron a la población indígena; que en
Norteamérica la colonización española fue muy importante (Florida, Nuevo
México, California, Texas); que todas las colonias importamos mano de obra de
origen africano (y otras) en condiciones de esclavitud; que la gran mayoría
de la población vivía de la explotación agrícola. Según Adam Przeworski y
Carolina Curvale, el producto per cápita de los Estados Unidos y de los
países latinoamericanos no era muy diferente hasta las primeras décadas del
siglo XIX; las diferencias empiezan a darse muy rápidamente desde la segunda
mitad de ese siglo, en tanto en los Estados Unidos el desarrollo industrial y
la libertad de la mano de obra empiezan a ser el motor de la economía;
mientras que América Latina se configura como exportador de materias primas,
y se asientan órdenes oligárquicas, basadas en la gran hacienda y el
latifundio, y en la preservación de formas premodernas de explotación de los
trabajadores. Los Estados Unidos se habrían seguido pareciendo mucho más a
América Latina si el desenlace de su guerra civil hubiera sido otro.
Recordemos que mientras Ramón Castilla abolió la esclavitud en nuestro país
en 1854, en los Estados Unidos la cruenta guerra civil de 1861 pretendía
mantenerla.
Desde la segunda
mitad del siglo XIX entonces, las diferencias se hacen muy grandes, y en
efecto, marcan diferencias sustanciales. Sin embargo, nuevamente, si miramos
a los Estados Unidos en el contexto de la OCDE, este país es sistemáticamente
uno de los que muestra más desigualdad, el que tiene más pobreza, y uno de
los que tiene menor nivel de gasto social. En realidad, si bien EE.UU. está
lejos de Latinoamérica, lo está también del promedio de países de la OCDE.
Así, no deberíamos
pensar que las diferencias entre Estados Unidos y América Latina son tan
grandes que hacen inviables las comparaciones. Las encuestas de opinión del
Latin American Public Opinion Project (LAPOP) tienen información de casi
todos los países de las américas, y ellas nos permiten tener una mirada
hemisférica. Si bien en muchas cosas Canadá y los Estados Unidos se ven muy
diferentes al conjunto (por ejemplo, en cuanto a la eficacia del funcionamiento institucional), en otras
Estados Unidos se ve como un país latinoamericano más: en cuanto a la
confianza en los partidos políticos, Estados Unidos está muy debajo de
Uruguay y Costa Rica, y debajo incluso de Argentina, México y Chile (datos de
2014). Cuando se pregunta si se piensa que la corrupción está generalizada en
el país, Estados Unidos aparece a mitad de tabla, un poco mejor que Paraguay
y Guatemala, pero peor que Bolivia y Haití. Y cuando se pregunta si se piensa
que el gobierno combate la corrupción, la respuesta es escéptica, por debajo
de Bolivia y Guatemala, apenas mejor que Paraguay o México.
En este contexto,
no debería sorprender tanto lo que algunos han llamado la “latinoamericanización”
de los Estados Unidos, la vigencia del populismo, el descontento contra el
establishment político
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http://larepublica.pe/mundo/821037-eeuu-en-las-americas
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Trump,
neuroplasticidad y política
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Guillermo
Giacosa
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El autor no comparte la idea de muchos, de
que la opción entre Donald Trump o Hillary Clinton, es una opción entre
democracia o despotismo.
Descubrimientos
relativamente recientes demuestran que la neuroplasticidad del cerebro humano
hace de éste un órgano, que a diferencia del hígado o los riñones, está en
permanente transformación.
La incorporación
de un nuevo conocimiento o de una nueva información conduce a lo que
podríamos llamar un reacomodamiento neuronal. Es decir nunca somos los mismos
más allá de nuestra apariencia exterior y de lo que nosotros podamos creer de
nosotros mismos.
No siempre, a
menos que sean traumáticos o excesivamente impactantes, tenemos conciencia de
las sutiles transformaciones que se van produciendo en nuestro interior.
En los tiempos
actuales en los que las neuronas son bombardeadas continuamente con informaciones
de todo tipo en los que intereses particulares buscan influenciar sobre
nuestro comportamiento y en los que hay piedra libre para mentir, agredir y
difamar (siempre y cuando estés de parte del orden establecido), los cambios
que se producen en nuestro cerebro distan mucho en cantidad con los que se
producían en nuestros antepasados más remotos y con los que se producían
antes de la invención de la imprenta y el crecimiento en cantidad y
tecnología de los medios de comunicación.
No sé si el término
mutantes es el correcto, pero sí se puede afirmar que somos seres en continua
mutación. Los niños actuales y sus increíbles habilidades tecnológicas son
una prueba incontestable de ello.
Reconocer los
grandes cambios como los referidos a los niños es sencillo. Reconocer las
transformaciones en los adultos resulta más complicado y es por ello que las
encuestadoras se equivocan y los analistas de la realidad podemos patinar con
frecuencia.
Y es lógico que
así sea pues la realidad difiere de una sociedad a otra y, por sobre todo, de
un grado de desarrollo a otro. Difiere también según sea el sector social al
que pertenezcas y según el medio y las creencias que acunaron tu infancia.
Todos cambian, lo
que no sabemos es si hay una orientación prefijada que oriente dicho cambio
según tu genética y tu epigenética (todo lo que te ha rodeado y te rodea en
tu vida cotidiana).
Dicho esto, la
gran pregunta a formularse en las circunstancias actuales, es: ¿Qué factores
determinan en el año 2016 que una población elija, a contracorriente de la
opinión de los grandes medios de comunicación y contradiciendo los vaticinios
de las encuestadoras, a un candidato cuyas características personales son más
chocantes que atractivas?
Y en este punto
deberíamos regresar a la neuroplasticidad. Es decir a los sutiles cambios que
día a día se producen en nuestro cerebro. ¿Habrán hecho esos cambios que vean
a Donald Trump como alguien interesado en mejorar su nivel de vida (muy
venido a menos en los últimos tiempos)?, ¿tendrá algo que ver el éxito
personal de Trump en su quehacer empresarial? o simplemente, imaginarán, que
Hillary Clinton, la mujer halcón, que ya tiene un libro sobre su vida que la
califica como “la reina del caos” y que según el cineasta Oliver Stone era la
candidata “más peligrosa” es más de lo mismo?
¿O será más
profundo y habrán finalmente comenzado a comprender como declaró
recientemente la ex presidente argentina Cristina F. de Kirchner que “ Ganó
alguien que emergió de la crisis de representación política desatada a partir
de la aplicación de las políticas económicas neoliberales del Consenso de
Washington”,A lo que se podría agregar la sensación cada vez más profunda, de
que el Congreso de los EE.UU. no los representa pues es un congreso
corporativo que solo representa los intereses de las grandes empresas?
¿O Se tratará de
una acumulación de frustraciones que, presiento, esa sociedad ya no puede
resolver y que podría estar adelantando un futuro estallido social de
proporciones? Para mi votar a Donald Trump no fue una equivocación, fue y es
una advertencia.Su rival era poco atractiva y con un belicoso pasado que,
políticamente, es más peligroso para el mundo en general, que el de Trump
que, por el momento, es una incógnita. Preocupante, pero incógnita al fin.
Todo es posible,
como también es posible que haya una infinidad de razones que desconocemos.
Lo que no logro comprender es cómo alguien que profese creencias democráticas
pueda opinar que en esta instancia histórica de los Estados Unidos, la opción
entre Donald Trump o Hillary Clinton, es una opción entre democracia o
despotismo.
Ambos representa
lo mismo y lo que ambos representan no es saludable para el resto de la
humanidad. Pensar lo que se viene desde la ínfima óptica de cada país, es una
triste prueba que aún no hemos asumido nuestra condición de especie que
tendrá, a la larga, nos guste o no, un mismo destino.
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http://diariouno.pe/columna/trump-neuroplasticidad-y-politica/
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Otro
drama para los Shipibo-conibo en Lima
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Rodrigo
Montoya Rojas
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Un feroz incendio destruyó las viviendas y
pequeños talleres textiles y de artesanía de los shipibo-conibo, así como de
otrosvecinos migrantes, principalmente andinos, situados en Cantagallo, muy
cerca de la Plaza de Armas de Lima.
Estamos ya
habituados a ver casi todos los días muchos incendios en la capital de reino,
ciudad en honor de los “Reyes magos”. Nos resultan familiares los esfuerzos
de los bomberos por llegar a tiempo, no encontrar el agua que necesitan, y
combatir contra las lenguas de fuego con la energía enorme que les da su
ejemplar espíritu de solidaridad.
Son conmovedoras
las imágenes y fotos de las llamas que destruyen todo lo que encuentran a su
paso, mucho más cuando vimos niños completamente desvalidos para entender lo
que ocurría y ver cómo se destruían los objetos de su vida diaria,
particularmente sus juguetes y se sentían más desamparados cuando veían los
rostros de sus padres y hermanos, llenos de dolor y lágrimas.
Este incendio de
Cantagallo fue particularpor la tragedia quese ensañó con la comunidad
Shipibo-conibo, uno de los pueblos indígenas de la Amazonía central del país.
Su presencia y drama en Lima -más de dos mil personas que perdieron sus 436
viviendas- destapó y despertó lo mejor y peor de nuestra sociedad,
principalmente lo peor de la política municipal limeña.
Desde hace tiempo,
son parte del paisaje multiétnico limeño las mujeres -mayores y jóvenes-
vestidas con sus preciosas faldas largas enteramente dibujadas con juegos de
líneas, vendiendo sus artesanías en calles y playas.
Los Andes primero
y la Amazonía después, han sido y seguirán siendo por mucho tiempo más,
grandes exportadores de migrantes principalmente a Lima donde se espera
encontrar un trabajo cualquiera, y aprender muchos de los mil oficios que los
pobres necesitan para vivir o peor, para sobrevivir.
Las razones son
muchas para dejar el suelo donde nacimos: la pobreza es la más fuerte, pero
no es la única; la necesidad de seguir estudiando los últimos años de
primaria, los cinco de secundaria, algunos de los centros superiores
tecnológicos y universidades, y, excepcionalmente, todos los años de una
universidad; también el deseo de seguir a un amor, de reencontrarlo, o el de
huir para olvidar; habría que incluir también en este recuento, el doloroso
viaje de una joven madre soltera que no vuelve a casa para evitar el desprecio
de sus padres o para encontrar al padre de su hijo que incumplió su promesa
de volver. En este listado, la última novedad ha sido huir del fuego cruzado
de la guerra y convertirse en desplazados.
Al ocupar el
terreno baldío de Cantagallo y lograr después que el municipio del Rímac los
declarase posesionarios, las familias shipibo-conibo siguieron el modelo de
apropiación de la tierra, territorio y suelo urbano traído por Pizarro y
Almagro, hace casi 500 años, por encargo directo de los reyes de España,
beneficiarios del milagro de haber recibido el regalo de la mitad del mundo
por encargo de su Dios y la voluntad del papa Alejandro VI, aquel
sinvergüenza que compró su papado y tuvo 7 hijos reconocidos.
La otra mitad del
mundo fue para Portugal según el nefasto Tratado de Tordesillas, en 1494. Por
ese camino, la Iglesia católica se convirtió en Perú en la más grande dueña
de tierras y los pueblos indígenas de la Amazonía perdieron su territorio
(bosques, ríos y cochas). Ahora siguen batallando para recuperarlo por lo
menos parcialmente. Los pueblos indígenas organizados han conseguido hasta el
momento más de 20 millones de hectáreas.
Diez días después
del incendio -cuyo origen no es conocido y pareciera que no se quiere
conocer- los shipibo-conibo son víctimas una vez más de las mentiras y juegos
sucios del impresentable y mudo alcalde de Lima Luis Castañeda.
Susana Villarán,
ex alcaldesa de Lima, propuso el proyecto Río Verde para recuperar las
orillas del Río Rímac que es hasta hoy una especie de cloaca-vergüenza de
Lima y del país, luego del envenenamiento de sus aguas por las empresas
mineras, y luego de que los vecinos de Lima convirtieron sus playas y cauce
en un basurero serpenteante hasta su desembocadura en el mar. Susana Villarán
había logrado un acuerdo con los shipibo.conibo para trasladarlos a Campoy,
donde ya había un terreno comprado para ellos. El sueño de un río verde, con
parques y senderos -de los buenos- en cada una de sus orillas, fue tirado al
tacho de basura por Luis Castañeda y sus cómplices,
Antes que Susana
Villarán dejase la alcaldía, Castañeda cambió de caballo a mitad del río,
olvidó el proyecto Río verde y lo reemplazó por una ruta amarilla, cargada de
cemento en un bypas Arenales-Arquipa-28 de Julio, que nadie pidió y que está
a medias. Ya habría gastado 36 millones de dólares pero no presenta cifras ni
balance alguno.
Inmediatamente
después del incendio, la verdad se abrió paso. Hoy, los shipibo-conibo,
burlados en su más dramático momento, no confían en Castañeda, y prefieren
quedarse sobre los escombros de Cantagallo para no perder la posesión. Tienen
toda la razón del mundo.
Vi en la facultad
de Ciencias Sociales de San Marcos, un cartel que dice “Todos somos
Cantagallo”, que tiene el mismo espíritu de la pancarta “Todos somos
indígenas” que vimos en la gran marcha de solidaridad con los hermanos de
Bagua en Lima (2009) y con la banderola “Cristo también es indígena” que los
grupos de base de la Iglesia católica agitaron en Iquitos solidarizándose
igualmente con nuestros hermanos de Bagua.
Hace uno días
tocaron el timbre de mi casa unos jóvenes scouts pidiendo “ropa en buen
estado para los hermanos shipibo”. Estos rostros diversos de la solidaridad
pesan más que la miseria del municipio de Castañeda y el coro de odio y racismo
que brota de los múltiples desagües de las redes y de esos impresentables
periodistas de derecha que desde su ignorancia de la historia proponen que
los shipibos dejen Lima y vuelvan a la selva.
Tarde o temprano
ese Castañeda tendrá que responder. Entre tanto, está muy bien que los
shipìbo defiendan la posesión del suelo que ocupan y no salgan hasta que se
les proponga una alternativa aceptada por ellos y refrendada en documentos
públicos.
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http://diariouno.pe/columna/otro-drama-para-los-shipibo-conibo-en-lima/
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El
regreso de Keiko Fujimori
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Rosa
María Palacios
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Antes de aparecer
en la inauguración de su local partidario en el Paseo Colón, el pasado
miércoles, no se había visto a Keiko Fujimori en meses. Su última aparición
pública ocurrió el 28 de julio pasado. No fue presencial, dado que no estaba
en el Perú. Pero dejó grabado un mensaje al país para competir con el del
Presidente que ese día juramentaba. El mensaje político fue, en resumen,
“vamos a cumplir nuestro plan de gobierno a través del Legislativo”. Es decir, no se realiza el plan de gobierno
del partido ganador, sino el del partido perdedor en la presidencia, pero con
aplastante presencia en el Congreso. No cayó bien el mensaje que la mostraba,
aún, tan resentida por la derrota. Su aprobación está, hoy, mucho más abajo
del porcentaje de votos que consiguió.
Luego vino el
silencio propio, pero apuntalado en el barullo ajeno. Según sus congresistas,
se reúne con ellos todas las semanas y ella, sin ser congresista, preside la
bancada, en un arreglo institucional atípico.
Ellos, en teoría, han hecho el trabajo sucio al hablar por ella.
Pero pongan
atención a esta cronología de hechos. El lunes pasado, preguntada Luz Salgado
sobre la desaparición de Keiko Fujimori, respondió: “Si sale más, la van a
criticar por cada palabra que diga. No hay nadie que esté esperando que diga
algo bueno si no algo para chancarla. Entonces, lógica y políticamente, tiene
que cuidarse”. Ese mismo día, Kenji
Fujimori es portada del diario Correo haciendo trabajo político intenso fuera
de Lima. El reportaje incluye el reparto de diferentes bienes a comunidades
del Cusco, así como sus lecciones de quechua. El jueves, Keiko Fujimori tenía
que acudir a la Fiscalía de Lavado de Activos a dar su testimonio por los
fondos de su campaña política.
Lo que me dicen
esos tres hechos juntos es que el balconazo del miércoles pasado no estaba en
la agenda política del fujimorismo el lunes. Las palabras de respaldo al
silencio de Fujimori de Luz Salgado hubieran sido otras si hubiera sabido que
su lideresa aparecería 48 horas después. Lo segundo es que tanto la conducta
de Kenji Fujimori, como la cita en la fiscalía tenían que ser opacadas.
La primera
aparición pública de una candidata vencida, que controla el Congreso, no
puede ser ante un fiscal. El daño mediático puede ser grande y contribuir,
una vez más, a bajar la popularidad de Keiko Fujimori. Pero, tal vez, lo más
grave para ella es la conducta política de su hermano. Recordemos la guerra
de tuits sobre quién sería el candidato del fujimorismo el 2021 y el hecho
público de que no fuera a votar por su hermana. ¿La pelea terminó? ¿Qué hace
Kenji regalando televisores y otros bienes sensibles en remotas comunidades
lejos de Lima, la región que representa?
El poder no admite
vacío. Si Keiko desaparece, Kenji se va a multiplicar. Y eso, ella no lo puede
tolerar. No si entre sus planes está volver a postular el 2021 a la
Presidencia. Sin embargo, hay un
problema mayor. Si ella manifiesta un retiro táctico de la política y le cede
el mando a cualquier otro, la bancada se fragmentará muy rápido. La unidad de
las bancadas fujimoristas, en los dos parlamentos anteriores, se debió a que
sus integrantes buscaban la reelección en un vehículo ganador. Y ella lo
era. Si ya no lo será, el escenario
cambia.
Muchos han
comentado que la Keiko Fujimori que apareció en el balcón parecía en campaña.
No se equivocan. Está en campaña y no le va a ceder un centímetro de poder a
su hermano menor. La bronca está adentro y me extraña lo poco que se ha
destacado. La actitud desafiante, no propositiva y hasta perdona vidas contra
el Presidente Kuczynski es propia de un urgente discurso de plaza que no
podía postergar un día más a pesar de su desagrado por hacerlo. No estaba
feliz y se notaba tanto que hasta el genial Carlín le hizo una caricatura
sobre esa obvia molestia pública.
Pero en algo fue
pitonisa Luz Salgado. Las palabras de Keiko Fujimori sirvieron para
chancarla. Ella sola se lo buscó al decir que la depresión era para
perdedores. Grave también que el Secretario General del partido –hoy muy
cuestionado director del BCR– lance tuits dirigidos al propietario de RPP
para que pongan al aire el discurso de Fujimori. Estos hechos los
desfavorecen, otra vez. La actitud autoritaria e insensible nunca ha ganado
una elección. Como se decía del
regreso de Los Borbones: “no han olvidado nada, no han aprendido nada”.
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http://larepublica.pe/politica/821035-el-regreso-de-keiko-fujimori
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Señales
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Enrique
Fernández-Maldonado Mujica
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Todavía es pronto para catalogar a este
gobierno de antilaboral. Fujimori, García y Humala lo fueron, y en menor
medida Toledo. A este último se le puede acusar de no aprovechar la
transición para aprobar, por ejemplo, la Ley General del Trabajo; pero algo
se movió (levantó algunas observaciones de la OIT a la legislación laboral de
los años noventa).Kuczynski está a punto de serlo. Las recientes
declaraciones de su Ministro de Trabajo en algunos medios, y las recientes
medidas administrativas, apuntan en ese sentido.
Comencemos por lo
ya aprobado. El Decreto Legislativo N° 1246 publicado esta semana contiene
tres disposiciones complementarias que “aligeran” el control del MTPE sobre
los contratos de trabajo. Con esto, las empresas estarán exceptuadas de
informar a la autoridad laboral sobre la naturaleza de los empleos que
genera, sean estos contratos formativos, de extranjeros o temporales. No son
grandes reformas, pero abren preocupaciones razonables.
Luego están las
entrevistas del ministro Grados Carraro en RPP, Gestión y La República
(trabajodigno.pe). En estas anuncia como próximas medidas la promoción de
empleos parciales (cuya implementación será un “acuerdo” entre el empleador y
el trabajador); cambios en la normatividad sobre Seguridad y Salud
Ocupacional (eliminando su obligatoriedad); así como en el arbitraje
potestativo (debilitando su carácter persuasivo para alentar la negociación
colectiva). Habla también de reducir la “tramitología” para impulsar el
empleo juvenil; y se muestra a favor de “revisar” la escala de multas de la
SUNAFIL, lo que le restaría capacidad punitiva a la institución inspectiva.
La CGTP ha
protestado con justa razón. Como señalan en comunicado público (10/11/16),
estas declaraciones se hicieron luego de la reunión que sostuvieron con las
centrales sindicales el 4 de noviembre, donde no fueron informadas. La
indignación se entiende a la luz de los compromisos asumidos por el candidato
PPK en la última campaña, siendo el principal no flexibilizar más la
legislación laboral.
Sería obtuso
pensar que este gobierno aplicará políticas pro-sindicatos o
pro-trabajadores. Pero como ha señalado TrabajoDigno.pe, la apuesta por más
desregulación resulta riesgosa considerando el embalse de expectativas y
demandas sociales contenidas, luego de una década y media de crecimiento con
desigualdad social.
Mientras, en el
Congreso la mayoría fujimorista en la Comisión de Trabajo dificulta la
aprobación de una ley que beneficiaría a 11,800 trabajadores CAS de EsSalud,
que pasarían al régimen del Dec. Leg. 728 (con estabilidad laboral). Ello a
pesar de ser coautores del dictamen en cuestión. Otra señal de lo que puede
ser el debate y las políticas laborales en este periodo.
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implicancias
económicas del nuevo gobierno norteamericano
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Alan
Fairlie
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Trump ha señalado
que no firmará el TPP. Propicia una coherencia regulatoria, que favorece
cadenas globales de valor impulsada por sus transnacionales.
El presidente
electo fue conciliador en su primer mensaje post-campaña. No sabemos cuánto
implementará de lo ofrecido,pero las inmediatas movilizaciones en su contra
son una señal que no le será fácil cumplir su programa original.
En el plano
económico anunció un gigantesco programa de inversiones en infraestructura
que recoge la propuesta de su rival, hay temor de su influencia en la
política monetaria, el proteccionismo, la revisión de acuerdos comerciales,
la eliminación del programa de salud, una agresiva política antiinmigrante.
No hay certeza sobre su política tributaria, ni salarial.
¿Cómo afecta a la
región? Hay dos canales de transmisión principales. En el sector real, si se
produce o no una reactivación de la economía norteamericana y qué pasa con el
comercio. En el plano monetario, lo que ocurra con la tasa de interés
afectará los flujos de capital a países emergentes como el nuestro. Lo que
haga con los migrantes afectará las remesas a nuestros países, que en muchos
casos es primera fuente de divisas. Hay varios escenarios posibles
Una política
agresiva de inversión pública estimulará la reactivación. Fue ambiguo con el
tema salarial, pero si hay algún tipo de mejora, también contribuirá. Dijo
que lo dejaría a los gobiernos federales, y hay que recordar que ha ganado
sobre todo en ciudades con menos de un millón de habitantes.
Una política
comercial proteccionista también aumentaría la producción doméstica, por lo
menos en el corto plazo. Si no suben la tasa de interés, la política
monetaria podría contribuir en el mismo sentido. Tiene que nombrar el
ejecutivo nuevos directores, y ha cuestionado duramente a la presidenta de la
Reserva Federal.
Reducciones
impositivas esperan que aumenten la inversión privada, y se busca gravar
simultáneamente al capital especulativo, con lo que se mejoraría la inversión
productiva y la asignación de recursos.
Si mantiene la
reactivación en el sector real, pero sube la tasa de interés y deporta
masivamente inmigrantes ilegales, continuará la salida de capitales de
América Latina, y habría una drástica disminución de las remesas.
Una cierta
recuperación, potencialmente aumentaría nuestras exportaciones, pero depende
qué haga en el plano comercial. Por el momento ha dicho que subiría aranceles
a México y especialmente a China, y que revisaría el NAFTA. No ha dicho nada
sobre TLCs con países como el Perú.
Otro tema es el
TPP, ha señalado que no lo firmará. En realidad propicia una coherencia
regulatoria que favorece cadenas globales de valor impulsada por sus
transnacionales. Pero lo que quiere es que se produzca en EEUU. Si solo
revisa o se retira del NAFTA, ya tiene una red de TLCs bilaterales que han
asegurado sus intereses ofensivos en disciplinas (servicios, inversiones,
propiedad intelectual, compras públicas, solución de controversias). Aunque
le daría cancha libre a China para impulsar el RCEP, liderando la zona de
libre comercio en APEC.
Si EEUU no firma
el TPP, no hay TPP. ¿Cuál es el plan B en el Perú? ¿Tenemos alguno? El
fortalecimiento de la integración sudamericana y latinoamericana y la profundización
de los lazos con los BRICS y la construcción de un mundo multipolar, aparecen
nuevamente como opciones.
En todo caso, el
Perú como anfitrión de la cumbre de APEC que se inicia, tiene la posibilidad
de poner estos temas en debate. Pero debemos estar preparados para diferentes
escenarios que en la economía plantea el nuevo gobierno de EEUU.
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Los dos
son peores
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César
Léano
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Horas antes de las elecciones
estadounidenses, el gran pensador europeo Slavoi Zizek recordó una frase de
José Stalin cuando, a fines de los años 20 del siglo pasado, le preguntaron
cuál es peor: ¿la desviación de derecho o la desviación de izquierda? Su
respuesta fue sarcástica: “Las dos son peores”.
En su lúcido
texto, el filósofo, que es un especialista en Hegel y recomienda a la
izquierda mundial retornar a Hegel, plantea: ¿cuál victoria es mejor para el
destino del proyecto emancipatorio radical, el de Clinton o el de Trump?
Zizek precisa que
la salida no era votar por Trump, y que quizá lo mejor sería no votar, pero
precisa que Hillary Clinton encarnaba un arcoíris que incluye a partidarios
de la guerra en Irak.
Expresó Zizek que
la victoria de Clinton sería “oscurecida por la perspectiva de una nueva
guerra mundial (ella es definitivamente una partidaria de la guerra fría), el
status quo en el cual gradual pero inevitablemente nos deslizaríamos hacia
catástrofes ecológicas, económicas, humanitarias y otras”.
Las osadas ideas
de Zizek han suscitado críticas coléricas en sectores de la izquierda
mundial, que prefiere entretenerse en estériles debates académicos y no
acudir a las fuerzas de los oprimidos y explotados.
Llama la atención
que Noam Chomsky, el gran intelectual y activista estadounidense, coincide,
en su libro Who rules the world? (¿Quién gobierna el mundo?), publicado en
mayo de este año (Metropolitan Books), coincide en esencia con el diagnóstico
y el pronóstico de Zizek. Expresa él:
“Ambos partidos se
han movido a la derecha durante el periodo neoliberal de la generación
pasada. Los demócratas de la corriente principal son ahora muy parecidos a lo
que se solía llamar ‘Republicanos moderados’. Mientras tanto, los
republicanos se han deslizado fuera del espectro, convirtiéndose en lo que el
respetado analista conservador Thomas Mann llama ‘insurgencia radical’ y
virtualmente abandonado la política parlamentaria normal. Con el
desplazamiento hacia la derecha, la dedicación del Partido republicano a la
riqueza y el privilegio ha llegado a ser tan extrema que su verdadera política
no podría atraer votos, de modo que tiene que buscar una nueva base popular,
movilizada sobre distintas bases: Cristianos evangélicos esperando el segundo
advenimiento, nativistas que temen que “ellos” nos estén arrebatando el país,
gente que padece y que confunde clamorosamente las causas de ese
padecimiento, y otros como ellos que pueden ser presa fácil de demagogos y
pueden convertirse prestamente en insurgencia radical.”
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http://diariouno.pe/columna/los-dos-son-peores/
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Confesión
de parte
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Eduardo
González Viaña
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El autor, en su cumpleaños, nos confiesa
todo aquello que, a estas alturas de la vida, “me ha hecho sentir que la he
vivido bien y que aceptaría quedarme otros 75 años”.
El día de mi
cumpleaños, quiero contar una historia de mi vida.
A partir de mi
primera comunión, fue mi madre quien todas las semanas preparaba un papel con
la lista de mis pecados para que yo se los leyera al sacerdote.
Esa costumbre se
prolongó hasta el comienzo de mi adolescencia en que comencé a escribirlos yo
para hacer las historias más interesantes.
No tengo ya a mi
madre, y la mía es ahora una concepción más amplia de mi religión. Por eso,
he preparado una pequeña reseña de mi vida para ser leída el día de mi
cumpleaños.
Confesaré primero
que cuando tenía 7 años, mi maestra del jardín de la infancia habló con mi
madre -con mucha franqueza y severidad- acerca de mi destino.
—No creo que
Eduardito llegue a leer ni escribir- le dijo. —Fíjese que apenas llega a la
letra “che” o “de” de la cartilla, y de allí no pasa.- Y al ver la cara
desconsolada de doña Mercedes, añadió: —Pero no se preocupe, puede mandarlo
al fundo de su padre, y allí hará dinero, o hacerlo que se enrole en el
ejército. No ve usted cómo el General Odría ha llegado a ser presidente…
No recuerdo si,
tiempo después, llegué a dominar la lectura, pero de lo que sí estoy seguro
es que, a partir de entonces, comencé a tratar de aprender a escribir, y en
esa tarea me voy a pasar toda la vida.
Debo confesar que,
en la escuela, nunca estudié con seriedad la gramática. Por fortuna, mi
profesor de castellano era un sabio. Se dio cuenta del asunto y me dijo que
no tenía por qué aprenderme las definiciones de sustantivos, adjetivos o
verbos, que le bastaba con que yo escribiera pequeñas historias en las que esas
categorías se expresaran, y añadió que de esa manera, no solo aprobaría el
curso sino que sería escritor.
Confesaré además
que a los trece años de edad –después de haber imaginado que llegaría a ser
actor de cine, director de orquesta y dictador del Perú, soñé con ser
astronauta y, con otros dos cómplices, prometimos ser los primeros hombres en
llegar a la Luna.
El que más se ha
acercado es mi gran amigo, Cayo Cabrejos, quien es general de la aviación…
(Aunque tampoco puedo estar muy seguro de eso porque cuando su madre le dijo
a la mía que el entonces joven piloto estaba más cerca del satélite, la mía
replicó: No lo creo porque Eduardito ha estado siempre en la Luna.)
No quiero seguir
hablando de mis frustraciones infantiles. Les confesaré más bien todo aquello
que, a estas alturas de mi vida, me ha hecho sentir que la he vivido bien y
que aceptaría quedarme otros 75 años. No soy ambicioso. Me contento con ser
feliz.
Y para saber que
estoy en forma, en febrero de este año, logré ser designado para representar
a mi universidad como nadador en una prueba de pentatlón en la que competía
junto a estudiantes y profesores jóvenes. Y lo hice bien.
He sido
periodista, profesor, abogado, juez por algunos meses y, por fin, escritor
todos los días desde las 4 y media de la mañana. Trabajo así porque creo que
quien escribe unas cuantas carillas a diario tiene que ser muy malo para que
en 365 días no le salga una buena novela.
Y debo confesar
que mi trabajo, en uno y otro lado del mundo, ha sido siempre indesligable de
mi completa adhesión a la causa de los que padecen y de los que pelean por
amor a la justicia. Y entre todos los bienes terrenales, la grandeza moral es
lo que más me importa.
Quiero ser siempre
un hombre decente. Ya está en los bordes del universo la estrella que vendrá
a llevarme, pero cuando a mi voz la apague la muerte, mi corazón ha de seguir
hablando.
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