La
cuestión del terrorismo
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Antonio
Zapata
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Cuando comenzó el levantamiento de Sendero,
todos los grupos políticos fueron sorprendidos. El presidente Belaunde tardó
tres años en llamar al EP a combatirlo y en ese lapso los senderistas se
fortalecieron considerablemente. El APRA tampoco supo cómo reaccionar. Por
ejemplo, un diputado aprista de Ayacucho fue el primero en denunciar al
general Clemente Noel por abusos contra los DDHH. La confusión alcanzó
también a la izquierda, donde algunos vieron con buenos ojos el alzamiento
senderista.
En ese mismo
momento, la izquierda legal estaba procesando una definición clave, porque
estaba dejando caer la tesis de construir el socialismo previa destrucción
del estado burgués. Hasta entonces, la izquierda había participado en
elecciones como una táctica para acumular fuerzas en procura de una
revolución. Recién estaba comenzando a entender que la democracia era una
meta y no una simple etapa. Por ello, hubo cierta vacilación frente a
Sendero.
Ahora bien, pronto
el levantamiento de los seguidores del presidente Gonzalo revelaría su faz
más negativa. Aplicando la táctica de batir el campo, Sendero usó la violencia
más extrema contra autoridades locales para abrir paso a sus comités
populares. Ahí comenzó el choque frontal entre SL y la izquierda ochentera.
De acuerdo a las cifras de la CVR, la IU es el segundo grupo político en
número de víctimas durante la guerra interna, solo detrás del PAP.
Esos muertos
hicieron entender a todo el mundo. Personalmente vi caer buenos amigos y
entregados camaradas, como Roberto Chiara por ejemplo, combativo dirigente
sindical asesinado en la puerta de la fábrica Diamante donde trabajaba hacía
muchos años. También fui amigo de María Elena Moyano y conozco el dolor de
haber enterrado a gente muy cercana caída en atroces actos terroristas. En
esos días he asistido e incluso colaborado en la organización de marchas
contra el terrorismo y no despotrico ahora, cuando ya no hay enemigos armados
a la vista.
Tampoco desconozco
las historias feas del MRTA, ni los secuestros de empresarios ni los
asesinatos de homosexuales en la selva. Pero también entiendo que el MRTA
procuró respetar las leyes de la guerra y que por ello causó un número
bastante menor de víctimas, el 1,5%, en contraste con SL, que provocó el 53%
de los caídos en el conflicto, siempre según cifras de la CVR.
Ambos grupos
estaban equivocados, porque la guerra interna no tenía justificación,
vivíamos el renacimiento de la democracia y había que defenderla, no
combatirla con las armas en la mano. Por ello, sus líderes fueron
sentenciados a largas penas de cárcel que ahora están empezando a terminar.
Una vez que termina la sentencia, el individuo que ha sido condenado recupera
sus derechos y vuelve al mundo ciudadano. Esa noción es parte del Estado de
derecho y no es invento de la izquierda.
Por ello, causa
asombro que ahora se pretenda modificar la sentencia de los acusados por
terrorismo e incluir un concepto extra: que después de cumplir su pena no
puedan opinar. Si fuera parte de su sentencia todos tendrían que aceptarlo.
Pero no es así. Sin embargo, un estridente coro denuncia la supuesta
incoherencia de la izquierda frente a la cuestión del terrorismo porque, en
su segundo número, la revista Ojo Zurdo ha incluido un artículo del ex
dirigente del MRTA Alberto Gálvez. Un absurdo.
En la historia
peruana hay numerosos casos semejantes que involucran a los macartistas de
hoy. Por ejemplo, cuando salió de la cárcel el asesino de los esposos Miró
Quesada, el senador Luis Alberto Sánchez le dio trabajo en su despacho. Otro,
los asesinos del grupo Colina fueron amnistiados por Alberto Fujimori y no
protestó ninguno de los fujimoristas que ahora se rasgan las vestiduras
porque Gálvez ha escrito un artículo. ¿Doble moral? ¿La de quién?
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http://larepublica.pe/impresa/opinion/819743-la-cuestion-del-terrorismo
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La
pobreza y el regalón
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César
Lévano
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No puede con su
genio ni con su plata. Ejerce la costumbre de los gamonales andinos de
mantener la pobreza, pero aliviarla con paños tibios para disimular, para
reclutar fieles. Kenji Fujimori, el hijo del dictador que saqueó las arcas
del país, ha sido descubierto con las computadoras en la masa.
Se ha confirmado
que Kenji tiene tanto dinero que, en vez de preocuparse por que el Congreso
adopte medidas contra el hambre y las carencias del pueblo y contra la
delincuencia, se complació en repartir, la semana última, regalos personales
a un colegio de San José de Baños, Huaral. Obsequió ahí computadoras, un
proyector de cine, útiles escolares y dos televisores. ¿Habló a los maestros
y los estudiantes sobre la amenaza de las bandas criminales que imperan en
esa región?
Antes, a mediados
de setiembre, visitó la provincia
Tinta del Cusco.
En ese lugar donó pizarras, fotocopiadoras, carpetas, computadoras y
televisores. Dado el volumen y lo costoso de esa donación, cabe preguntar:
¿ese cargamento fue pagado con dinero del congresista o provenía de almacenes
del ministerio de Educación?
Hay que reconocer
que el asistencialismo de los dueños del país ha evolucionado. Antes, en las
campañas electorales y el día del voto, repartían pisco y butifarras. Ahora
se remiten a lo electrónico.
Hace casi un
siglo, José Carlos Mariátegui examinó y aprovechó los ensayos de Piero
Gobetti, historiador y filósofo, que había estudiado la questione
meridionale, es decir, la tragedia del sur italiano. Y señalado cómo las
plebes menesterosas del sur campesino eran arrastradas a apoyar a sus amos
mediante dádivas que no alteraban su miseria ni su conciencia. El Amauta
aprendió de esa realidad y de esa experiencia.
Ese drama, que aún
persiste en la Italia contemporánea, señala el papel del asistencialismo,
forma menesterosa del populismo de derecha. Sabido es que Alberto Fujimori,
que llenaba sus cuentas con millones de dólares robados, invertía unos
cuantos soles para regalar bolsas de arroz y frijoles a muchedumbres ávidas.
Más de una vez he
dicho y escrito mi crítica a “El sueño del pongo” de José María Arguedas. El
personaje es el más sumiso de los indios, pero cobra en sueños su venganza.
Creo que ahí asoma al rostro llorón y solitario del sumiso. Los justos
libran, despiertos, luchas colectivas reclamando derechos.
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http://diariouno.pe/columna/la-pobreza-y-el-regalon/
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Las
transparencias
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Luis
Davelouis
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Difícil no
coincidir con los editoriales de Semana Económica respecto de lo que debe ser
la línea editorial de un medio y su línea informativa, y cómo aquella debe
estar basada en esta última y no al revés. Que un medio de comunicación que
se precie de ser serio –o que aspire a serlo– se debe primero a la verdad que
demuestran los hechos y no a lo que les gustaría que fuera a sus periodistas,
editores o directores o a los amigos o familiares de estos.
Parece sencillo y
quizás lo sería si las personas careciéramos de apegos, fobias, aversiones,
simpatías y repulsiones.
Nunca me cansaré
de repetirlo, porque es muy fácil de perder de vista: todas nuestras
respuestas están –de un modo u otro– coloreadas por nuestras experiencias y
las expectativas que estas crean. Y tan es así que, ante una situación
idéntica, podemos tener reacciones diametralmente opuestas dependiendo de
quién esté involucrado en ellas. Una variante del “para mis amigos todo, para
mis enemigos la ley”.
Por ejemplo, es
muy fácil señalar a Carlos Moreno y decir que PPK es tolerante con la
corrupción porque no lo botó de inmediato y, es más, intentó cabrear el
asunto. Es lícito preguntarse si lo habrían denunciado si es que el audio con
sus negociados no se hubiera hecho público. Pero de ahí a afirmar que PPK es
igual de corrupto que Fujimori, que mantuvo a Montesinos 11 años a su lado
contra viento y marea, es ridículo.
Lo mismo sucede
ahora. La transparencia siempre es una buena idea porque da confianza y, así
como se debe pedir la hoja de vida y los antecedentes penales y judiciales de
TODOS los asesores y funcionarios del Ejecutivo, se debe pedir los de los
asesores de los congresistas. Todos tienen un sueldo del Estado.
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http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-transparencias-2261823
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Perú:
Negociazos, rediseños y desafíos de la geografía política
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Manuel Dammert
Ego Aguirre
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En estos días
iniciales de noviembre 2016, a escasos 4 meses del nuevo gobierno de PPK, se
marcan pugnas cruciales en los grandes agrupamientos del escenario del poder.
Se va ensamblando la compleja nueva convivencia neoliberal entre PPK y FP, al
tiempo que el poder económico privado acrecienta la directa administración
del Estado. Ambos hacen frente a un masivo y ascendente poder de ciudadanía,
que se expresa en el Frente Amplio y otras fuerzas políticas, y en el amplio
movimiento social, que afirman el protagonismo ciudadano popular.
Primero, la
captura del BCR. Este banco tiene un rol clave. El fujimorismo pretende
imponer los tres representantes del Congreso (Rey, Chilmper y Cuba), violando
los requerimientos de conocimiento, experiencia y solvencia moral,
establecidos en la ley orgánica del BCR. El Poder Ejecutivo designa los otros
y tendrá mayoría. Pero la violación de la ley transforma la composición del
Directorio del BCR en un terreno de pugnas y canonjías, entre voceros de
intereses particulares. Esto es gravísimo en una entidad que tiene a su cargo
los millones de dólares ahorrados por el Perú en el Fondo de Estabilización
Fiscal. Esta captura es muy grave ante las anunciadas crisis y modificaciones
en el escenario financiero mundial multipolar.
Segundo, la
captura de cargos estratégicos en la administración pública por
representantes directos de las grandes empresas privadas. El símbolo de este
enroque son “los negociazos” descubiertos que llevaron a la destitución
fulminante del asesor presidencial en salud. Este caso es más que un síntoma:
es la regla con la que se están organizando las principales áreas de la
administración pública. Se encarga la Dirección de Inteligencia(DINI) a un
exfuncionario de seguridad en empresas mineras. El Poder Judicial queda
subordinado a la presión privada y la corrupción.
Tercero, la
acentuada crisis del sistema político y social, ante la que se anuncia una
“reforma” pero para cerrarlo aún más. Para este propósito se diseña hacerlo
más dependiente del dinero privado y de la TV privada, elevar las vallas de
firmas para excluir a nuevas fuerzas políticas, establecer sistemas para su
concentración bipartidista (elección de congresistas en segunda vuelta
presidencial, etc.). Para ello acentúan debilitar la descentralización
(municipal y regional), dispersar los movimientos sociales (sindicatos,
comunidades campesinas y originarias, asentamientos humanos, cooperativas,
etc.), trabar los empoderamientos de las mypes y pequeñas empresas, así como
debilitar los movimientos populares de cultura e identidad.
Las jóvenes y
otros sectores democráticos convocaron una marcha a la Plaza San Martín
contra la nueva repartija del BCR, símbolo de la arremetida lobista. Ayer la
ciudadanía se movilizó para afirmar los derechos democráticos de la patria.
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http://diariouno.pe/columna/peru-negociazos-redisenos-y-desafios-de-la-geografia-politica/
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Diego
Salazar
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Eric
Smith, una cruz y la Casa Blanca
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Eric Smith tiene 34 años, una gorra
descolorida en la cabeza, un anillo de castidad en el anular de la mano
izquierda, una mochila a la espalda y una cruz sobre el hombro. No es una
metáfora, la cruz no es una figura retórica que habla del sufrimiento ni el
martirio de Eric; la cruz existe, tiene una ruedita en la base, mide casi dos
metros y medio de alto, y reposa sobre el hombro izquierdo de Eric.
Hace ocho años,
según cuenta, tuvo un sueño en el que vio a Jesús cargando su cruz, con el
rostro magullado y ensangrentado, acercándose hacia él. “Lo tuve aquí –dice
Eric poniendo la palma de la mano derecha a pocos centímetros de su cara– y
me pidió que lo siguiera”.
Desde entonces,
Eric recorre Estados Unidos con su cruz al hombro –“no a diario, eso sería
una locura”– para hablarle a quien quiera escuchar acerca del amor de Cristo,
de los sacrificios que –según le enseñó a Eric la congregación cristiana a la
que pertenece, en Waco, Texas– realizó el hijo de Dios por la humanidad
entera.
Así que hoy, 8 de
noviembre de 2016, Eric lleva a cuestas su cruz en las inmediaciones de la
Casa Blanca, para que “el Señor ilumine a todos en esta gran nación”. Eric ha
visto al país tan dividido durante la campaña, a todos con tanto miedo, que
sintió que su presencia era necesaria en la capital americana. “La gente
tiene miedo, en ambos bandos, los que apoyan a uno y otro candidato, pero debemos
recordar que Jesús está con nosotros, que su presencia nos ilumina”, explica.
Su plan es
circundar la Casa Blanca con la cruz al hombro durante estos días claves.
Empezó el 7 de noviembre, y planea estar aquí hasta el 9, cuando ya se sepa
quién ocupará la mansión que mandó a construir George Washington a finales
del siglo XVIII. “No se trata de quién ocupe la Casa Blanca, no se trata de
quién gane, yo creo que ambos candidatos tienen valores sólidos, pero han
hecho y dicho cosas que han puesto en guardia y asustado a mucha gente. Y yo
solo quiero ayudar a tranquilizarlos, quiero traer algo de paz”, dice Eric.
Cuando le pregunto
si ha votado, responde con una sonrisa aún más amplia; dice que sí, pero que
no me va a decir por qué candidato. “No quiero que se mezclen las cosas. Si
dijera por quién voté, podría malinterpretarse mi mensaje. Y mi mensaje es
que este país es de todos, sin miedo, sin divisiones, gobierne quien
gobierne, porque todos somos hijos de dios”. Amén.
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http://peru21.pe/opinion/diego-salazar-eric-smith-cruz-y-casa-blanca-2261843
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¿Por qué
no hay más Keiko?
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Mirko
Lauer
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Luz Salgado ha salido a justificar el
bajísimo perfil de Keiko Fujimori en estos tiempos. Los argumentos: KF
prefiere no quitarle protagonismo a Pedro Pablo Kuczynski, la coordinación de
la bancada se hace mejor en la sombra, si aparece más será más criticada,
incluso chancada. Hay más argumentos, pero estos son los más vistosos.
Sin embargo
circulan versiones menos políticas, todas resumibles en que el decaimiento
del ánimo producido por la derrota está demorando en disiparse. Esto estaría
dentro de lo natural, aunque tres meses con ese malestar parece un plazo algo
largo. No descartemos que esté decaída y a la vez dedicada a las
coordinaciones partidarias.
Uno de los
argumentos de Salgado contiene un problema adicional. KF suelta en plaza no
solo quitaría protagonismo a PPK, sino también a la presidenta del Congreso.
Así, la defensa de Salgado también podría estar buscando convencer a la
propia KF de que lo que más le conviene es quedarse quieta un tiempo más.
Pero Salgado no
está haciendo el trabajo de KF sino su propio trabajo, que no es fácil.
Además de presidir el Congreso, tiene que ayudar a mantener el precario
equilibrio de poderes actual, y ciertamente allanar su camino hacia la
reelección en julio próximo. Aunque por el momento no parezca, hay rivales
entre bambalinas.
Volviendo a KF, en
general ser ex candidato de un partido derrotado no es una ubicación cómoda,
al menos de cara al público. Los seguidores que sí fueron elegidos pasan a
integrar un organigrama institucional, y el ex candidato no debe aparecer
decidiendo por encima de él. Menos sobre un tablero político tan tenso como
el actual.
Además una KF de
alto perfil puede empezar a vivir el permanente riesgo de que el debate
interno se exteriorice, de que las aspiraciones (que incluso ya son
madrugadoras giras) electorales del hermano Kenji cuajen en un grupo
activista. En este sentido un objetivo de su silencio parece ser demorar las
cosas, en todo sentido.
Kenji Fujimori no
da la impresión de ser un candidato viable para el 2021 o cualquier otro año.
Pero sí puede funcionar como una carta de negociación para el llamado sector
albertista, incluso desde las próximas elecciones regionales. Pero es difícil
ver a los hermanos compitiendo en la feria de las banderolas.
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http://larepublica.pe/impresa/opinion/819741-por-que-no-hay-mas-keiko
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Y el
resto es silencio...
Sobre el
largo silencio sísmico de Keiko Fujimori.
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Augusto
Álvarez Rodrich
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Se equivoca el político que cree que solo
debe hablar en público cuando tiene asegurado el aplauso, pues comunicarse
con la ciudadanía, en las buenas y en las malas, con una regularidad que cada
quien sabrá determinar, debe ser un componente indispensable de su actividad.
Pero eso es lo que
la presidenta del Congreso, Luz Salgado, ha dicho, precisamente, para
justificar el silencio sísmico en el que se encuentra la presidenta de su
partido desde que, en junio pasado, perdió la elección en el tramo final
cuando la mayoría –empezando por ella– creía que ya tenía la presidencia en
el bolsillo.
“Aparece de vez en
cuando y está bien porque, si sale, la van a criticar por cada palabra que
diga. No hay nadie que esté esperando algo bueno, sino algo para chancarla”,
dijo Salgado sobre Keiko Fujimori.
Y agregó, el lunes
en RPP, que si ella “empieza a declarar constantemente, dirán que le roba
protagonismo al actual gobierno”.
En realidad,
parece una exageración lo dicho por Salgado pues, si la mitad del país votó
por Fujimori hace unos pocos meses, debe haber bastante gente interesada en
oírla y no, precisamente, para chancarla, pero sí es correcta su apreciación
de que un líder de la oposición, como sin duda es Keiko Fujimori, no puede
estar “constantemente” en la vitrina. Ella debe dosificar sus apariciones.
Hay otras teorías
más interesantes que la de Luz Salgado para explicar este silencio y Fernando
Vivas planteó algunas el domingo en El Comercio, desde el silencio sísmico
para acumular energía para movimientos futuros; la depresión post elección; o
que no tiene nada que decir. O las tres anteriores, añadiría este columnista.
Si le conviene o
no a Keiko Fujimori este silencio lo dirá el tiempo, aunque parece un error
dejar las explicaciones abiertas para la especulación y para cualquier
interpretación.
Mejor habría sido
dar una entrevista para explicar cómo se conducirá en este lustro, y la
manera como ejercerá su papel de lideresa de la oposición. Claro, es obvio
que quien la entreviste también tendría que preguntarle por otras cositas
como, por ejemplo, Joaquín Ramírez y los factores que determinaron su segundo
fracaso electoral consecutivo.
Pero más allá de
la conveniencia particular, todo líder político tiene la obligación de
establecer canales de comunicación con sus seguidores y, en general, con la
ciudadanía.
Miren nomás al
alcalde Luis Castañeda, quien cree que lo único que vale son sus obras y que
‘el resto es silencio’, algo que le sirve para pasar piola pero que no es muy
democrático.
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http://larepublica.pe/impresa/opinion/819745-y-el-restoes-silencio
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Del
racismo a la indiferencia
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Sigrid
Bazán
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Esta semana salieron varios personajes, cada
uno compitiendo por lanzar el peor comentario con respecto al terrible
incendio en Cantagallo: desde falsedades hasta insultos racistas. Uno de
ellos ha sido Phillip Butters, quien dio a entender en su programa radial que
la comunidad de shipibos no tiene nada que hacer en Lima y que, por no ser
limeños, nada tienen que exigir.
Como hija de
familia cajamarquina, de parte de madre y de padre, y como limeña, no puedo
más que expresar todo mi repudio frente a comentarios como esos. Esta es la
lógica con la que varios ven a nuestro país, “cada quien donde le toca”. Si
vas a la capital, cargas con un estigma propio y, claramente, no eres tratado
de la misma manera.
Pero no nos
olvidemos de que la máxima expresión de sinvergüencería ha venido de parte de
la misma Municipalidad de Lima.
Para empezar, todo
el dinero destinado a la reubicación de esta comunidad a través de un
fidecomiso fue utilizado para el bypass de Castañeda. Lo principal, es decir,
la plata, ya fue destinado a otros asuntos. De hecho, el regidor Hernán Núñez
comentaba que, para poder usar este fidecomiso, la actual gestión tuvo que
ponerle el nombre del proyecto “Río Verde” al bypass, para así poder
realizarlo con los mismos fondos.
En segundo lugar,
como ya varios sabrán gracias a la investigación de Daniel Yovera, la
Municipalidad de Castañeda ordenó, a través de una adenda, la venta del
terreno que había sido destinado para la reubicación de los shipibos. No hay
plata, no hay terreno, no hubo ni hay intención alguna de hacer algo con una
comunidad que vive más de diez años en el total abandono, sin agua ni desagüe
y en condiciones precarias.
Sobre esto,
Patricia Juárez ha dicho que sabían de la adenda pero que no saben quién la
puso. Es decir, reconoce que la Municipalidad ha mentido en todas las
reuniones después de firmado ese contrato: reuniones con la Defensoría del
Pueblo (mintiéndoles), reuniones con los mismos shipibos (mintiéndoles). Conversando
con todos ellos sobre la reubicación en Campoy, cuando dicho terreno ya
estaba comprometido a venderse.
Hay muchas cosas
que viene diciendo la Municipalidad para “defenderse”. Varias de ellas contra
Susana Villarán y contra el proyecto de reubicación. Pero no hace falta estar
del lado de Villarán para criticar a Castañeda. Lo que la gestión actual debe
hacer es responder por todas sus mentiras e irregularidades. Aclarar por qué
es que hay gente ahora mismo en Martinete que no es de la Comunidad Shipiba y
que, aparentemente, no serían ni siquiera damnificados. No hay un padrón
claro y toca seguir exigiendo a nuestras autoridades ser transparentes (¡no
más mentiras!) y cumplir las funciones para las que fueron electas.
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http://larepublica.pe/impresa/opinion/819744-del-racismo-la-indiferencia
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Ronny 4
- Justicia 0
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Carla
García
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El agresor de Lady Guillén, quien
previamente ostentaba también el título de agresor de Fanny Alache y de
Silvia Castro, no solo no ha recibido la pena de cárcel que debía
corresponderle de acuerdo a la gravedad y persistencia de las agresiones
hacia mujeres, sino que fue liberado y consiguió una nueva víctima.
Esta no es una
noticia del espectáculo sino una noticia de actualidad nacional. Habla de
cómo la ley protege al victimario y lo habilita para que esté libre de
encontrar otra mujer vulnerable a quien dañar. Eso es violencia
institucional. Nos enfrenta también al prejuicio de leer u oír “ellas se lo
buscaron”.
La guerra aunque
avisada, siempre mata gente. En este caso mata (o hiere de por vida) a
mujeres que han sido educadas en una sociedad llena de violencia simbólica
machista, en la cual solo eres mujer completa cuando tienes un hombre al
lado, sin importar si te raja a golpes de cuando en cuando.
Resulta fácil
juzgar conductas activadas por una tara que corre generación tras generación,
que cuando debe ser rectificada y confrontada como dañina para que el resto
de mujeres abran los ojos, no lo es.
Cuando la ley
puede penalizar una conducta potencialmente asesina y contagiosa, no lo hace.
Como recordatorio vemos a Ronny García todos los días en la televisión,
facturando libre con la desgracia de sus ex parejas. Informándonos en su
presencia mediática que en este país toma más de cuatro mujeres rotas por un
único salvaje, que un juez actúe.
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http://larepublica.pe/impresa/la-contra/819824-ronny-4-justicia-0
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Yellowgate
shipibo-conibo
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Gustavo
Guerra
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Luis Castañeda Lossio tenía imagen de buen
gerente. Ganó las elecciones para su tercer mandato en una Lima que quería
que se culminen las reformas iniciadas en el gobierno de Fuerza Social,
pero con un mejor timonel. Por ello, la aprobación de dichas reformas en las
encuestas es tan grande como la aprobación del burgomaestre limeño. Sin
embargo, un conjunto de errores están desnudando la baja capacidad de
gobierno del municipio amarillo. Es interesante la creciente ola de
indignación que está generando su intento de vender el terreno de Campoy
dado a conocer por una investigación elaborada por Daniel Yovera.
Y es que no sólo
genera mucha repulsa que se haya interferido políticamente negociando
indebidamente la suspensión del proyecto Vía Parque Rímac durante la gestión
de Fuerza Social, sino que la negociación “en la sombra” se haya realizado
con el presidente de OAS, encarcelado por soborno. Es muy extraño que un
alcalde, que debe ser el mejor amigo de la ciudad, les quite a los
ciudadanos del Rímac los recursos para iniciar la ejecución de un parque
necesario para luego tratar de imponer una obra que los vecinos de 28 de
Julio rechazan. Pero la noche le cayó al partido amarillo tras el incendio de
las viviendas, mueble y ropa de la comunidad shipibo-coniba de Cantagallo.
Castañeda logró
escapar sin mayores costos del escándalo de Comunicore y de la conexión Lava
Jato-Bypass de 28 de julio, pero parece que el yellowgate shipibo-conibo será
la marca que refleje la insensibilidad absoluta del alcalde con una comunidad
de los pueblos amazónicos que se asentó en Lima, tras las marchas de los 4
suyos. Setenta horas tuvieron que pasar para que el alcalde visite a los
afectados de Cantagallo. Una demora tan indicativa como que sólo se quede en
las sesiones del Consejo de Regidores de Lima, menos de 3 minutos,
desairando constantemente a los representantes elegidos de la ciudad. Me
alegra enormemente la solidaridad producida por personas de todos los
niveles socioeconómicos con la comunidad shipibo-coniba de Cantagallo. Hay
esperanza. El partido amarillo debe trasladarlos a Campoy. Lo pide toda la
ciudad.
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http://exitosanoticias.pe/opinion-gustavo-guerra-yellowgate-shipibo-conibo/
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La
competencia, las fusiones y la OCDE
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Enzo
Defilippi
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El tema del control de fusiones ha entrado
nuevamente al debate público, esta vez con el argumento adicional de que su
implementación es un requisito para acceder a la OCDE.
Esto no es
correcto. Implementar este mecanismo no forma parte del Programa País ni de
ningún otro compromiso asumido por el Perú, por lo que no resulta exigible.
De hecho, nuestro país ya es miembro del Comité de Competencia de la OCDE sin
que ello haya sido considerado como requisito. Tampoco es una condición que se
haya exigido a otros países.
Esto no quiere
decir que tengamos poco por mejorar en materia de libre competencia. Para
empezar, es necesario modificar el diseño institucional del sistema, el cual
no garantiza un tratamiento imparcial de la evidencia. Hoy, un mismo órgano
(la Secretaría Técnica) actúa como fiscal y secretario de los jueces (la
Comisión de Libre Competencia), lo que implica que los mismos funcionarios
que recomiendan acusar son quienes ponderan los descargos de los acusados
contra sus propios argumentos. Como resultado, es usual que donde la
Secretaría Técnica ponga el ojo la comisión ponga la bala.
El segundo reto es
fortalecer el sustento técnico de las decisiones del Indecopi. En el caso que
involucró al Jockey Plaza y a dos cadenas de hamburguesas, por ejemplo, la
comisión consideró que un acuerdo de exclusividad impedía la competencia a
pesar de que ello solo hubiese sido posible si este centro comercial fuese un
monopolio; un supuesto que la simple observación obliga a desechar. En otro
caso, donde no existían pruebas de un acuerdo de precios, se concluyó que la
colusión era la única hipótesis que explicaba la evidencia del caso a pesar
de que los involucrados vendieron al mínimo precio posible (como se esperaría
bajo competencia) durante el período en el que habrían estado coludidos. Y la
lista continúa.
Un tercer reto es
reducir la excesiva duración de los procesos. La denuncia que dio origen al
Caso Jockey Plaza, que recién culminó en setiembre pasado, data del 2007. Las
investigaciones del caso de las farmacias, cuya primera instancia concluyó
hace pocos días, se iniciaron en el 2009, y no se espera que la segunda
culmine antes del 2019. Otros casos tienen calendarios similares.
Sobre implementar
un mecanismo de control de fusiones, opino que no es conveniente. Por un
lado, porque no hay evidencia de que mejore el bienestar de los consumidores
a pesar de que se aplica desde 1914 en Estados Unidos. Y desde entonces,
hemos aprendido que mientras las barreras a la entrada sean bajas, es poco
probable que una fusión sea perjudicial (ya que aumentar precios incentiva la
entrada de competidores). Por otro, porque la ciencia económica no cuenta con
el instrumental para determinar objetivamente si una fusión beneficia o
perjudica a la sociedad, lo que hace a estos análisis eminentemente
subjetivos (todo depende de los supuestos utilizados). En un país de
instituciones débiles como el Perú, la subjetividad incentiva el lobby y la
manipulación estatal de las decisiones empresariales; paradójicamente, los
enemigos más acérrimos de la libre y sana competencia.
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http://elcomercio.pe/opinion/mirada-de-fondo/competencia-fusiones-y-ocde-enzo-defilippi-noticia-1945113
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Las
acciones ilegales de Israel
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Omar
Chehade
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Hace unos días, la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (Unesco) emitió una resolución que fue respaldada por la mayoría de
países miembros. El documento condena al Estado de Israel por transgredir el
derecho internacional y vulnerar permanentemente los derechos humanos de la
población palestina, pidiéndole a dicho país ocupante que deje los
territorios palestinos, y que ponga fin a las “persistentes excavaciones y
obras en Jerusalén Oriental, en particular en la ciudad vieja y sus
alrededores, y que prohíba todas esas obras, de conformidad con las
obligaciones que le corresponden en virtud de lo dispuesto en las
convenciones y resoluciones”.
En el punto 13 de
la resolución de marras, y como no podía ser de otra manera, ante el
atropello constante de la fuerza ilegítima ocupante (Israel), la Unesco
lamenta el daño causado por las fuerzas israelíes, especialmente desde el 23
de agosto del 2015, en las puertas y ventanas históricas de la mezquita de Al
Aqsa/Al Haram al Sharif, reafirmando la obligación de Israel de respetar la
integridad, la autenticidad y el patrimonio cultural de la mezquita.
Sin embargo,
algunos defensores del país opresor, en su afán de malinformar a la opinión
pública internacional, trataron de ridiculizar a la Unesco y su resolución
tildándola de “disparate” y de que existía en ella una larga lista de
“supuestos” actos israelíes en contra de los palestinos.
Es bien sabido que
pesan sobre Israel una serie de condenas históricas de diversos organismos
internacionales, no solo por no cumplir con las decenas de resoluciones de
las Naciones Unidas, sino por crímenes contra la humanidad, en los que se
cuentan miles de víctimas civiles, en particular la muerte y las lesiones de
civiles palestinos, incluidos niños, así como ataques y destrucciones de
escuelas y hospitales como consecuencia de los bombardeos indiscriminados del
ejército de Israel. En tal sentido, hablar como se ha esgrimido de
“supuestos” actos israelíes contra los palestinos resulta de muy mal gusto y
arbitrariamente sesgado.
Por otro lado, los
críticos de la Unesco han señalado que la resolución (a la que califican de
“locura política”) en esencia niega los vínculos del judaísmo y el
cristianismo con los lugares sagrados de Jerusalén, poniendo en duda sus
lazos con cualquier religión que no sea el islam. Nada más falso que lo
aseverado en este acápite, pues en ningún extremo de la resolución se señala
la inexistencia de vínculos históricos del cristianismo y el judaísmo con los
lugares más sagrados de Jerusalén.
Por el contrario,
en el punto tercero de la resolución se señala: “Afirmando la importancia de
la ciudad vieja de Jerusalén y sus murallas para las tres religiones
monoteístas”. Y para que no queden dudas, en el numeral 36 se expresa
taxativamente: “Comparte la convicción afirmada por la comunidad
internacional de que los dos sitios tienen importancia religiosa para el
judaísmo, el cristianismo y el islam”.
Con la clara
intención de desinformar al mundo, los sofistas defensores de la potencia
opresora en su afán de victimizarla trataron de buscar aliados en los
sectores cristianos, confundiéndolos para luego alarmarlos y así seguir
buscando la impunidad de Israel. Pero como la verdad siempre se abre paso,
poco a poco han ido perdiendo peso sus estrategias, pues el mundo civilizado
siempre preferirá el reino de la paz y la justicia a través de la defensa del
Estado de derecho, abogando de manera irrestricta por los derechos humanos y
anteponiendo a la persona como fin supremo.
Finalmente, ante
la negativa de la potencia ocupante, la resolución de la Unesco hace muy bien
en preocuparse de llevar a cabo la misión de monitoreo reactivo a la ciudad
vieja de Jerusalén y sus murallas, que al igual que Belén tiene un régimen
especial, pues ningún país, ni Estados Unidos (su principal aliado), la
reconoce como capital de Israel.
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http://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/acciones-ilegales-israel-omar-chehade-noticia-1945104
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¿Dónde
estás tú?
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Gonzalo
Portocarrero
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El concepto de “construcción social” define
el pensamiento contemporáneo. Desde su impronta se revisó, criticó y
transformó a muchas de las instituciones que eran asumidas como “naturales” y
eternas, inmodificables. Así, por ejemplo, la esclavitud fue redefinida. De
ser considerada un vínculo justificado por Dios y la desigualdad natural
entre razas, pasó a ser valorada como una práctica infame que debería ser
abolida, pues era una “construcción social” a través de la cual los poderosos
y desalmados se apoderaban de los cuerpos –e intentaban lo mismo con las
mentes– de la gente más vulnerable, en especial la población africana.
Otro tanto ocurre
con la institución patriarcal que jerarquizó los sexos, colocando al hombre
en un lugar de privilegio en función de su fuerza física y lo “estratégico”
de sus capacidades en contraste con una supuesta simpleza femenina. El
movimiento feminista ha “desnaturalizado” la jerarquía de los sexos, haciendo
visible que la valoración negativa de la diferencia femenina corresponde a un
deseo injustificable por validar la explotación y el abuso de las mujeres.
La perspectiva de
la “construcción social” se fundamenta en el desarrollo del racionalismo y su
afán por seguir preguntando, sin dejarse intimidar por los defensores de la
arbitrariedad y sus apelaciones a supuestos mandatos divinos o leyes
naturales. A partir del siglo XVIII, se bosquejó un horizonte optimista:
gracias a la ciencia, el espíritu humano podría conducir al establecimiento
de una sociedad justa, progresiva y solidaria. El otro pilar de esta
perspectiva viene del romanticismo, especialmente de Rousseau, de la idea de
que no existe una naturaleza humana, por lo que el principal límite para la
felicidad es la capacidad de imaginarla.
Pero ahora las
cosas están cambiando. La multiplicación del mal en el mundo hace inevitable
constatar que la criatura humana está internamente desequilibrada. La acción
no depende solo de lo voluntario sino también de motivaciones inconscientes
que apenas conocemos. El mal nos fascina y arrastra de manera que la clásica
imagen hobbesiana de “el hombre es el lobo del hombre” ha recobrado una
actualidad que se percibe en el pesimismo de la época y en las fantasías
pos-apocalípticas que se escenifican en las pantallas. Me refiero
especialmente a las películas de zombis que representan una metáfora extrema
pero significativa de la realidad del mundo de hoy.
La situación se
agrava en los países más secularizados, donde la religión ya no es el relato
que pone orden en el mundo y sentido en la vida. En este sufrido desconcierto
se pierde de vista que el sacrificio, la culpa y el amor pueden seguir
fundamentando vínculos que hacen significativa y luminosa la existencia
humana. No se trata de entender el sacrificio a lo mártir, como una
postergación automática del propio deseo, a cambio –quizá– de sentirse
moralmente superior. Pero sí de una disposición a evaluar y, eventualmente,
priorizar la necesidad del otro. Mucho de eso hacemos todos los días. Pero la
ideología de la época nos manda a ponernos, siempre, por delante. En cuanto a
la culpa hay que evitarla pues termina siendo autodestructiva. El déspota
feliz es una figura falsa, aunque hoy atractiva, pues hacer el mal revierte
en odio hacia sí mismo que difícilmente puede ser contenido por los intentos
de autoengaño. Es el caso del feminicida que dice “la maté porque me estaba
dejando y yo no puedo vivir sin ella porque la amo demasiado”. Una mentira en
la que él no cree pues el amor supone el respeto, no ver al otro como
propiedad. De ahí que el criminal suela confesar su culpa y aceptar su
castigo.
Y el amor es,
desde luego, el germen de la plenitud alcanzable por la criatura humana. No
un amor romántico, idealizado, de esos que rápido se quiebran. El amor se
funda en una comunicación abierta que renueva el entusiasmo del encuentro con
el otro. Amar nos hace sentir bien pues gozamos de un espacio de ayuda mutua.
La sinceridad reflexiva nos puede acercar y hacernos crecer juntos.
A la enorme fuerza
del odio, que nos lleva a la amargura, solo podemos tratar de contraponer la
aspiración a perdonar y amar. Aunque, finalmente, se trata de una decisión
personal; de allí el título de este artículo. Pero no hay otra forma de
impedir el regreso del salvajismo que hoy hace estragos por todas partes.
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http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/donde-estas-tu-gonzalo-portocarrero-noticia-1945098
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El lado
oscuro de la conciencia judía: la fabricación del antisemitismo
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Lillian
Rosengarten
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Dedico este artículo a Hajo Meyer
(1924-2014) antisionista, activista político, sobreviviente de Auschwitz y
héroe en la lucha por la libertad de Palestina. Sus palabras me han
informando y sus acciones consuelan mi pesar.
"Un
antisemita solía ser una persona a la que no le gustaban los judíos. No soy
antijudío. Soy antisionista".
“El sionismo no tiene nada que ver con el
judaísmo".
El sionismo siempre ha equiparado cualquier
crítica con el antisemitismo, deslegitimación o algo peor. Sirve de
propaganda para mantener la ilusión de los judíos como "víctimas".
Los ultranacionalistas que creen en su superioridad moral crean terror
político con el fin de silenciar y negar.
Quién podría imaginar
en 1945 tras la derrota de la Alemania nazi que habría, unos pocos años más
adelante, una extraña escalada, una extensión tóxica del antisemitismo
inflamada en parte por un país con dos caras. Una cara dice que es "la
única democracia en Oriente Medio" mientras la otra cara se involucra en
una agenda que abarca una ocupación genocida que se extiende a lo largo de
tres generaciones de niños palestinos nacidos en cautiverio. Esta es la cara
del sionismo con su sueño de un Estado judío para los judíos solamente, con
"los palestinos no permitidos". Hay un alter ego donde la verdad se
oculta tras todo tipo de negaciones. Una dolorosa verdad que muchos aún no
pueden aceptar: la realidad que salta a la vista. Es la agenda del sionismo
israelí que inflige los horrores de la privación de derechos y el genocidio
de toda una población de palestinos no deseados, odiados y considerados
"inferiores".
Es imposible para
este judío alemán evitar una comparación entre la falta de voluntad de los
sionistas israelíes para abrazar a la humanidad de los palestinos como seres
humanos como ellos mismos con los aspectos de la búsqueda nazi de una
Alemania racialmente pura.
¿Quién habría
imaginado tras el final de la Segunda Guerra Mundial que una vez más la
manipulación emocional similar al terrorismo interno podría crear con éxito
una nueva cultura de miedo e histeria dirigida a los judíos? Lo que se
aprovecha es la histeria profundamente arraigada que permanece inactiva
dentro de la conciencia judía. Es aquí donde los temores de aniquilación y la
victimización se agazapan prestos a ser encendidos. La intención sionista es
reunir a los judíos de todo el mundo para apoyar y vivir en el "Estado
judío", utilizando este poderoso mensaje como adoctrinamiento. Hemos
oído manifestar: un Estado judío es el único lugar del mundo donde los judíos
pueden estar a salvo y no ser más víctimas.
No puedo estar
presente allí como judío. Como refugiado me identifico con los palestinos
desplazados sin hogar, refugiados obligados a huir de sus tierras y hogares
destruidos para ser ocupados y rodeados de prisiones, muros, puestos de
control militar armados y asentamientos ilegales. Debido a que en 1948 el
sionismo fue fundado sobre una ideología racista de superioridad del
"pueblo elegido", debo plantear algunas preguntas obvias.
Habiendo sido los
propios judíos víctimas, ¿eso da derecho moral a ocupar y privar de derechos
a otro pueblo? ¿Por qué no han aprendido nada? Más urgidos por el momento,
¿cómo es que el antisemitismo se utiliza para defender la agenda sionista?
Existen profundas implicaciones psicológicas para ser exploradas, estudiadas
y escritas y ser discutidas abiertamente con el fin de llevar la luz a un
abismo moral insoportable.
Nosotros, los que
somos antisionistas y no antijudíos y/o somos nosotros mismos judíos, debemos
resistir los peligrosos intentos para desacreditar a la oposición mediante la
promoción de un "falso" antisemitismo para intentar borrar la
realidad de la violencia racista sin fin contra Palestina y los palestinos.
Esta forma de terrorismo doméstico utiliza no sólo la culpa del Holocausto,
sino que miente con el fin de justificar y/o mantener una ocupación ilegal y
brutal. Creo que discutir si existe o no el antisemitismo es una cuestión
espuria y que nos hace perder nuestro enfoque. El aumento del antisemitismo
es real. Hay una parte que me molesta más profundamente y es el uso que se
hace para oscurecer la verdad sobre un régimen desquiciado y violento que ha
creado la Nakba palestina. Eso no es pretender que no existe un verdadero
antisemitismo que se está extendiendo por medio de la islamofobia. Tal vez el
propio sionismo es antisemita porque discrimina a los semitas e incluye a los
judíos mismos. El sionismo no es una religión, sino un movimiento político.
Trabajar por la justicia y el fin de la ocupación no es antisemita.
Quiero hablar de
un incidente que tuvo lugar recientemente en el Bard College con el fin de
ejemplificar mi discusión anterior. "Los que apoyan a Israel s se niegan
a compartir el escenario de Bard con Dima Khalidi y reproducen los
estereotipos acerca de que los judíos huelen mal", publicado aquí el 24
oct de 2016.
Hannah Arendt, de
quien lleva el nombre el Centro de Bard para la investigación intelectual,
declaró que la libertad de expresión está en el centro del discurso político.
Añadió que sólo en la libertad de nuestro hablar sobre el tema de discusión
el mundo hace emerger su objetividad y la visibilidad desde todos los
ángulos.
¿Era consciente el
organizador de "Real Talk", Roger Berkowitz de que estaba
reprimiendo la libertad de expresión y el intercambio intelectual cuando no
pudo ponerse de pie en contra de la descabellada demanda de Kenneth Marcus de
no aparecer junto con Dima Khalidi? ¿Por qué? ¿Alguien que apoya el BDS debe
ser antisemita? Marcus nos ha mostrado una vez más la cara del odio reciclada
una y otra vez por la propaganda y la agenda racista del sionismo.
¿Qué hubiera
llevado al profesor Berkowitz para romper el silencio y manifestar "no,
eso no es aceptable"? ¿Qué le detuvo, el miedo? ¿La respuesta de los
donantes judíos ricos? Me siento ofendido por el vergonzoso comportamiento de
Kenneth Marcus. Esta es la antítesis de todo lo que Arendt creía.
Es irónico y
extravagante que Marcus haya fundado hace varios años el Centro de Brandeis
Louis para los Derechos Humanos conforme a la ley para combatir el
antisemitismo. Declara que es un defensor de la libertad de expresión. Sus
afirmaciones acerca de que el movimiento no violento y de gran alcance BDS
con gritos de antisemitismo para aplastarlo y destruirlo son falsas y
peligrosas. Con la intención de inflamar compara el BDS (en palabras de
Marcus “preexterminio") con los boicots nazis a las tiendas judías en la
década de 1930, una comparación verdaderamente ridícula utilizada para
expandir el miedo. Kenneth Marcus muestra el verdadero rostro y la fealdad
del sionismo y en este caso su total desprecio y distorsión de Dima Khalidi,
una mujer palestina-estadounidense, abogada y activista por los derechos
humanos de los palestinos. Marcus tuvo éxito en detener toda discusión con
gritos de antisemitismo lanzados imprudentemente una vez más.
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http://mondoweiss.net/2016/10/consciousness-manufactured-semitism/
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Triunfo
de Trump: el ‘momento Polanyi’
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MANOLO
MONEREO
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De nuevo se han vuelto a equivocar. Esta vez
masiva y sistemáticamente. Es una muestra más de la incapacidad de liberales
y social-liberales para entender lo que está pasando. Aquí se juntan todos
una vez más. Es la acusación enésima de populismo, de extrema derecha y de sedicentes
llamamientos a la unidad de todos frente a un rechazo social que crece y se
multiplica. En momentos como este, nada hay peor que un progresismo bien
pensante incapaz de conectar globalización capitalista con políticas
neoliberales y pérdida de poder y condiciones de vida de las mayorías
sociales.
Lo vienen
repitiendo desde hace meses: son los sectores atrasados del campo y de la
ciudad los que se oponen al progreso, frenan el futuro e ignoran las leyes
irrefutables de la economía del mercado, de la competitividad y el libre
comercio. De nuevo tienen que enfrentarse a lo evidente, que esta
globalización tiene ganadores y perdedores, que en el sacrosanto occidente
euro-norteamericano, las mayorías sociales están perdiendo derechos laborales
y sindicales, que las desigualdades se incrementan salvajemente, que los
jóvenes tienen bloqueado el futuro y que la democracia ha sido capturada por
la plutocracia capitalista. La izquierda liberal, la socialdemocracia
dominante es parte del problema y la gente lo sabe. No hay que irse muy
lejos: en el PSOE de hoy no cabe ni Pedro Sánchez.
Ahora viene el
rasgarse las vestiduras, el repetir el mantra de siempre y descalificar sin
más a Donald Trump. Para muchos de nosotros, el resultado electoral
norteamericano no ha sido una sorpresa. Primero, porque Hillary Clinton
representaba lo peor de la política norteamericana, es decir, la
subordinación a los poderes económicos e intervencionismo militar en todas
partes y a gran escala; en segundo lugar, como han venido diciendo autores
nada radicales como Rodrik, Stiglitz y hasta el mismo Krugman, lo que está en
crisis es la globalización capitalista en su conjunto. Por eso, muchos
llevamos años hablando del “momento Polanyi”, es decir, de la reacción de la
sociedad y el Estado frente al creciente control de un mercado
“autorregulado” dirigido por los oligopolios transnacionales capitalistas.
Muchos no sabrán
quien era Karl Polanyi, un hombre nacido en 1886 y muerto en 1964.
Recientemente, la editorial Virus ha reeditado La gran transformación, su
libro fundamental, en la venerable traducción de Julia Varela y Fernando
Álvarez-Uría. Polanyi se formó en la mejor cultura austro-húngara en su
momento de mayor esplendor y decadencia; fundador de la antropología
económica, estudió con mucha profundidad las relaciones entre la economía, la
sociedad y el Estado. La tesis fundamental de su libro –espero que se me
perdone el esquematismo– es que lo nuevo que aportaba el capitalismo, lo que
él llamaba la “utopía liberal”, era la tendencia irresistible de éste a la
mercantilización total de las relaciones sociales; el mercado autorregulado
era el medio y el objetivo para subordinar a la sociedad y al Estado a la
lógica de la acumulación capitalista. La clave que hacía esto factible era convertir
en mercancías (pseudomercancías) tres cosas que realmente no lo eran: la
fuerza de trabajo, la naturaleza y el dinero.
La “hipótesis
Polanyi” es que hay un movimiento cíclico, lo que llamaríamos un ciclo
antropológico-social, caracterizado por la implementación de políticas
radicales promercado y la reacción de la sociedad ante ellas y, sobre todo, a
sus enormes sufrimientos sociales. Habría un ciclo A de ejecución y un ciclo
B de respuesta. La globalización capitalista vive ya en este ciclo. Ha habido
una primera etapa de globalización triunfante, de liberalización progresista
y de una coalición cosmopolita de clases en favor de ella. Desde la crisis
del 2007 estamos viviendo una fase B, es decir, una insurrección global
plebeya, nacional popular –de nuevo perdóneseme el esquematismo– contra una
globalización percibida ya como depredadora, alienante y crecientemente
incompatible con los derechos sociales, con la democracia y, más allá, con la
dignidad humana.
La “hipótesis
Polanyi” siempre entendió que el socialismo como movimiento histórico fue, en
muchos sentidos, la respuesta de la sociedad al mercado autorregulado
capitalista, pero entendió que el fascismo era también una respuesta de esa
misma sociedad. En el fondo, algo que vemos cada día, la exigencia de la
sociedad, de los hombres y mujeres concretos, de protección frente a los
poderosos, frente a la oligarquía, frente a un mercado que nos somete a su
lógica implacable. El Estado social fue un intento de síntesis entre un
capitalismo regulado y embridado estatalmente y unas aspiraciones sociales
que exigían pleno empleo, seguridad y derechos sociales y sindicales. Esa
etapa terminó con la globalización neoliberal y llevamos casi treinta años
soportando sus consecuencias.
Resumiendo, lo que
está en crisis es la globalización capitalista y, como siempre, esto tiene,
al menos, dos salidas: hacia el autoritarismo oligárquico o hacia la
democratización social. En medio, no hay ya nada, solo las lamentaciones de
unas viejas izquierdas sindicales y políticas que se hicieron neoliberales y
que ya no son capaces de entender la sociedad y, mucho menos, de
transformarla. El asunto no ha hecho otra cosa que empezar.
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