Banco
Central con reservas
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Mirko
Lauer
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Aun si la marcha de hoy no resulta tan
concurrida como sus organizadores quisieran, la multiplicación de las
críticas ha logrado empujar al BCR hacia el centro del escenario político. El
conflicto tiene la forma de un pulseo entre la mayoría del Congreso y una
coalición espontánea moviéndose entre los medios, las redes y las calles.
Los argumentos
contra los tres directores elegidos con votos de Fuerza Popular incluyen la
calidad moral, la idoneidad profesional y el conflicto de intereses. Aunque
ninguno de ellos ha sido sentenciado, dos de ellos traen la carga polémica
que a menudo suele producir el paso por el fujimorismo.
Julio Velarde,
presidente del BCR, ha dado a entender que piensa seguir conduciendo la
política del banco como siempre. Una alusión a su propio peso institucional,
pero también los no fujimoristas son mayoría en el directorio de siete, y en
lo profesional los economistas también, aunque este no es un requisito.
El directorio es
importante en el BCR, pero el peso combinado de la presidencia y las
prestigiosas estructuras técnicas del banco (gerencias y oficinas de
estudios) es decisivo. Un motivo adicional para que no exista el peligro de
algo así como un fujimonetarismo. Quizás hay más fujimoristas en otros puntos
del sistema económico estatal.
De otra parte es
poco probable que los dos fujimoristas más caracterizados logren imponer
puntos de vista capaces de llevar al impasse en el debate de ese directorio.
En el caso de José Chlimper o Elmer Cuba, es altamente improbable que quieran
hacerlo. En este caso, el pugnaz Rafael Rey está aislado en más de un
sentido.
Los economistas
que hoy van a reforzar la marcha conocen bien todo esto. Probablemente su
reclamo es por la manera en que Fuerza Popular ha ido penetrando el aparato
del Estado, e intentando modificar políticas públicas desde el Congreso. Un
impulso con el cual por momentos colabora el propio gobierno.
Hasta el momento
los directores cuestionados no han mostrado la menor intención de renunciar,
y es poco probable que la mayoría que los eligió se lo permita. Pues el
conflicto ya se ha trasladado a un terreno difícil de negociar, el de los
márgenes de la legitimidad del propio fujimorismo parlamentario.
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http://larepublica.pe/impresa/opinion/819410-banco-central-con-reservas
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De
segunda clase (II)
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Luis
Davelouis
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¿Qué hacen allí
esos “shipibos”? ¿A qué han venido? Dicen que los trajo Alejandro Toledo para
su marcha de los Cuatro Suyos y después se olvidó de ellos. Qué conchudo el
cholo ese, los usó para sus fines políticos y los dejó tirados ahí a su
suerte; solo para bajarse al chino. ¿Se les quemaron las casas? ¿O sea que
están hace 16 años allí instalados como sea invadiendo y todo este tiempo han
estado esperando que les regalen casa y les solucionen el problema con
nuestros impuestos? Gente conchuda que llega a la ciudad y cree que todo hay
que darle gratis: agua, luz, casa… ¿no quieren sueldo también? ¿Y de dónde
sale? De los que sí pagamos impuestos, pues, conchudos.
Además, ya estaban
allí instalados con empresitas informales vendiendo sus cosas y todo, que no
digan que eran pordioseros porque es mentira, esa gente tenía televisor y
refrigeradora, no son tan pobres, ¿por qué hay que reubicarlos y encima
regalarles casa? ¿Y encima no quieren mudarse a las carpas que les ha puesto
la municipalidad? Ah, entonces lo que pasa es que no necesitan tanto pues,
porque el que necesita y está urgido no le mira el diente al caballo
regalado, eso demuestra pues que quieren que todo les den.
¿Por qué no se
regresan a su tierra a hacer algo productivo y se dejan de estar viviendo
como limosneros y dando pena en Lima? ¿Acaso yo puedo ir a Pucallpa y
agarrarme terrenos que no son míos? No, entonces, ¿por qué ellos sí pueden? Y
ahora resulta que es culpa del alcalde por hacer un by-pass que sirve para
que yo pueda llegar más rápido de San Isidro hasta donde hago mis
consultorías. No es justo, ¿no? Ellos ni siquiera son de Lima y quieren casa,
parque y todo gratis, no hay derecho, así no es.
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http://peru21.pe/opinion/luis-davelouis-segunda-clase-ii-2261714
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Final
dramático en EE.UU.
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César
Lévano
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Hoy se define en los Estados Unidos no solo
quién será presidente, sino también el rumbo de una superpotencia en
decadencia pero que sigue pesando en los destinos del mundo. Lo curioso es
que en las elecciones de ese país no se elige directamente al primer
mandatario. No gana el que tiene más votos, sino el que más votos tiene en el
Colegio Electoral, donde los estados tienen diversas cuotas. Para ganar la
presidencia se necesitan 270 asientos en el Colegio.
Otro aspecto
insólito del sufragio estadounidense es que las elecciones son en día
laboral, lo cual dificulta la concurrencia de obreros y otros trabajadores.
Eso gravita en el hecho que con frecuencia vota menos de la mitad de los
inscritos.
Decisiva en esta
jornada va a ser la participación de los latinos. Como se sabe, Donald Trump,
el candidato republicano, ofendió a los millones de inmigrantes mexicanos
acusándolos de ser violadores y narcotraficantes, y prometiendo construir en
la larga frontera con México un muro de concreto que impida el ingreso de
drogas y de indocumentados.
Muchas mujeres
repudian a Trump desde que se difundió un video del 2005 en el cual se
jactaba de poder tocar impunemente a las mujeres en sus partes íntimas
gracias a que es millonario y famoso.
Trump tiene, sin
embargo, amplio apoyo en el sector menos educado y entre los racistas.
Hillary Clinton,
la candidata demócrata, logra en su favor al sector culto de universitarios,
sindicatos, afroamericanos, judíos y personas de origen asiático. Un problema
que la perjudica es que la gente la ve como integrante de una élite de
políticos asociados al poder, las altas finanzas y el conservadurismo
internacional.
Una encuesta
Gallup de junio de este año indicó que apenas 32 por ciento de los ciudadanos
tienen confianza en las 14 instituciones mayores del país, incluidos el
Congreso, la Corte Suprema, los bancos, los partidos. El 73 por ciento, en
cambio, confiaba en el ejército. Lo cual podría convencer a un fascista que
en los Estados Unidos ha sonado la hora de la espada, como pronosticaron para
América Latina, en los años 20 del siglo pasado, los poetas Leopoldo Lugones
y José Santos Chocano.
Las elecciones de
hoy confirmarán sin duda que el Tío Sam reina en un país confundido y
dividido.
La analista Peggy
Noonan publicó el 11 de febrero de este año en The Wall Street Journal que en
ese país de instituciones paralizadas, tensiones racistas, donde los pobres y
las clases medias rechazan a las élites, se puede estar incubando una versión
soft (blanda) de la Revolución francesa.
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http://diariouno.pe/columna/final-dramatico-en-ee-uu/unde-lossio-duraria-un-ano-709686/
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Presupuesto
2017: eliminar el artículo 6°
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Enrique
Fernández-Maldonado Mujica
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¿Se puede hablar de una “negociación
colectiva democrática” sin cláusulas económicas, esto es, que no incluya
acuerdos salariales sino solo “laborales”? La teoría y el derecho laboral
indicarían que no. Sin embargo, en el Perú post Fujimori este oxímoron es
posible y se da inconstitucionalmente en el Estado peruano.
El tema viene del
2013, cuando el Ejecutivo incluyó un artículo (el sexto) y una disposición
complementaria final (la 58ª) en la Ley de Presupuesto para el Sector Público
(N° 29951). Estos dispositivos legales prohibían, en términos generales: 1)
incrementos remunerativos y reajustes a asignaciones o bonificaciones
otorgadas unilateralmente por cada pliego o el Estado; 2) incrementos
salariales producto de una negociación colectiva; o 3) que resultasen de un
laudo arbitral. El argumento fue el mantenimiento del equilibrio
presupuestal. Desde entonces, los servidores públicos (que mayoritariamente
reciben remuneraciones paupérrimas) solo pueden negociar condiciones de
trabajo. ¿Aumento de ingresos? Nones.
Como era de
esperarse, sindicatos públicos interpusieron demandas ante el Tribunal
Constitucional, que resolvió el 2015 la inconstitucionalidad del artículo 6°
(interpelando su carácter temporal y contrario a los convenios OIT N° 87 y
98). Asimismo, declaró la vacatio sententiae exhortando al Congreso a legislar
en la materia, estableciendo como plazo máximo la primera legislatura
ordinaria (2016-2017).
No obstante esta
sentencia, el MEF de Thorne insiste en mantener las restricciones en el
proyecto de ley N° 173-2016-PE. Con lo cual traslada la pelota a la cancha,
primero, de la Comisión de Presupuesto –presidida por la congresista
fujimorista Cecilia Chacón–, quien elaborará el dictamen considerando –o no–
lo resuelto por el TC (el Frente Amplio ya presentó un pedido formal para
eliminarlo). Y luego será el Pleno (con mayoría fujimorista) la instancia que
aprobará la Ley de Presupuesto, ratificando –o no– los artículos
cuestionados. Noviembre es clave en este proceso.
Paralelamente, las
centrales sindicales estatales vienen trabajado –de manera conjunta– un
proyecto de ley para regular la negociación colectiva en el sector público.
Esta iniciativa deberá considerar los diferentes niveles de gobierno (en un
modelo mixto que centraliza y descentralizada según el caso), atendiendo las
diversas fuentes de financiamiento (Tesoro o ingresos propios).
Además de
institucionalizar un derecho laboral fundamental, como es la negociación de
incrementos salariales, este proceso enfrenta un reto mayor: redefinir el
complejo modelo de relaciones colectivas en el Estado. Para comenzar, dejando
atrás el unilateralismo (cuasi autoritario) que ha caracterizado nuestro
sistema de relaciones laborales en la administración pública (Balbín, 2005).
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http://diariouno.pe/columna/presupuesto-2017-eliminar-el-articulo-6/
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Exigimos
transparencia
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Pedro
Francke
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Hace diez días el Congreso dominado por el
fujimorismo eligió “de sorpresa” a tres directores del BCR. No permitió que
hubiera debate en el Congreso. Impidió que la ciudadanía se enterara antes y
diera sus opiniones. No publicó las hojas de vida y presentaciones de los
candidatos. Hasta ahora no tenemos ni idea de qué propuestas tiene Rafael Rey
sobre la política monetaria y la gestión del BCR, asunto sobre el cual él
mismo ha confesado que recién se pondrá a estudiar. Total falta de
transparencia.
No es la primera
vez. Para la elección del Defensor del Pueblo, tampoco la mayoría fujimorista
quiso que los candidatos se presentaran en público y sustenten sus planes de
trabajo. Era lógico que así se hiciera; de la misma forma como en una campaña
electoral quienes quieren ser presidentes o alcaldes deben decirle a la
ciudadanía lo que piensan hacer, lo mismo debe aplicarse a quienes quieren
dirigir estos organismos autónomos. Pero en el fujimorismo predomina la
repartija y la cuchipanda,el “si tú me apoyas yo rasco tu espalda”, “hoy por
ti mañana por mí”.
La falta de
transparencia llega a límites extremos con el alcalde Castañeda. Gracias a un
periodista de investigación nos enteramos que la modificación al contrato que
firmó con la constructora OAS dejaba a los shipibos de Cantagallo sin terreno
a donde mudarse. Pero eso lo tuvieron totalmente oculto, tanto es así que
meses después de firmado ese nuevo pacto, la teniente alcaldesa Patricia
Juárez, la mano derecha de Castañeda, les seguía prometiendo a los shipibos
que se mudarían a ese terreno cuya venta habían ya comprometido. No solo eso,
todo lo relativo al bypass de 28 de Julio ha sido hecho a escondidas, sin que
nadie haya visto los planos, permisos y presupuestos respectivos. El único
bien enterado era su corruptor favoritos, el dueño de OAS Leo Pinheiro, con
quien coordinaban mediante wassap, logrando que muevan su publicidad durante
la campaña electoral. No sabemos cuánto nos ha costado esa gracia a todos los
limeños.
Para tapar sus
trapacerías, hacen maña y media. En campaña, Chlimper entregó un audio
editado y trafeado con el objetivo de limpiar a Joaquín Ramírez, el
secretario general del partido de Keiko Fujimori investigado por
narcotráfico. Ahora, Castañeda paga avisos para buscarle cinco pies al gato y
echarle la culpa de las consecuencias desastrosas de sus arreglos ocultos a
Marisa Glave. Mientrastanto el Congreso fujimorista le pone alfombra roja al
“mudo” y se rehúsa a investigarlo, y PPK se enreda defendiendo a economistas
involucrados en corrupción.
Estos días lo que
está en cuestión es la transparencia y la honestidad. Bien por los
estudiantes, jóvenes y ciudadanos que salen en defensa de esos valores hoy a
las 6 pm desde la Plaza San Martín.
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http://diariouno.pe/columna/exigimos-transparencia/
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Dongo le
dio a borondongo
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Augusto
Álvarez Rodrich
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Mal negocio político el que ha emprendido el
presidente Pedro Pablo Kuczynski al entablar un fuego cruzado con su
predecesor Ollanta Humala, pues tiene poco por ganar en esa batalla y sí, en
cambio, algo por perder.
Una recomendación
tradicional del que llega a un puesto es echarle la culpa de todo al
antecesor. Pero esa arma no funciona bien en la política peruana, salvo que
el gobierno previo sea como el primero de Alan García o el de Alberto
Fujimori.
Un ejemplo
reciente de que no funciona es el costo que le significó a Humala pasarse su
lustro peleando con Alan García. Al final, los dos quedaron políticamente muy
dañados.
El mismo riesgo
corre hoy PPK si enfoca su estrategia política a pelearse con Humala. La
empezó presionado por el fujimorismo cuando este le notificó que el
otorgamiento de la confianza al gabinete Zavala pasaba por escuchar,
previamente, una crítica fuerte al gobierno nacionalista.
Eso hizo, en
efecto, el gabinete, y el juego le gustó al punto de profundizar la crítica
contra el gobierno de Humala aunque, debe advertirse, con más entusiasmo que
acierto, pues pisó algunas cáscaras de plátano.
Por ejemplo, con
los patrulleros para la policía, que primero fueron vilipendiados por la
gestión actual del Ministerio del Interior, pero la semana pasada el propio
titular del sector, Carlos Basombrío, anunció que ya están circulando por las
calles.
Algo parecido ha
sucedido con esta discusión sobre el tamaño del déficit fiscal. El actual
ministro Alfredo Thorne criticó a la gestión previa por un hueco que sería de
cerca de 4% del PBI, y el premier se sumó al cuestionamiento, pero su
antecesor Alonso Segura salió a responderle: “Me sorprende que Zavala dé
cifras que no son ciertas”, pues la administración previa lo dejó en 3.2.
Y así van las
cosas. O peor. Manuel Pulgar Vidal dice que el nuevo gobierno “está jugando a
cazar pokemones en el parque”; Juan Sheput que los problemas actuales son “la
consecuencia de ministros mediocres que se dedicaron a servirle el café a
Nadine”; el ex ministro José Gallardo que “el actual gobierno está
desinformado, sin visión”; la vicepresidenta Mercedes Aráoz que “hicieron un
pésimo gobierno”; y el ex presidente Humala que “no ha escuchado nada” de la
gestión de PPK.
No es muy claro
qué pueda ganar el gobierno en esta batalla, pero sí podría perder algo por
el surgimiento de un nuevo bloque opositor que, con el conocimiento de la
gestión reciente, se dedique cotidianamente a hacer notar sus errores en los
medios.
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http://larepublica.pe/impresa/opinion/819414-dongo-le-dio-borondongo
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Un
incendio
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Nelson
Manrique
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El incendio desatado en la madrugada del
viernes en Cantagallo, en el Rímac, que destruyó más de 400 viviendas y que
ha dejado a cientos de familias shipibo-conibo en la calle, saca a la luz lo
mejor y lo peor de nuestra sociedad.
Por una parte, es
alentadora la movilización espontánea de miles de ciudadanos que llegaron a
los puntos de acopio apresuradamente instalados para canalizar el apoyo
material a los damnificados. No es la primera vez que este tipo de
solidaridad debe suplir el apoyo que debiera brindar el Estado, y sobre todo
la municipalidad de Lima, la gran responsable del desastre.
Por la parte
negativa, está la reacción racista azuzada por gente como el periodista
Phillip Butters, cuyas declaraciones en su programa en Radio Capital bien
merecen un comentario: “Por muy shipibo-conibo que seas, tú no naciste en
Lima ¿no es cierto? Tú has venido de otro lado acá. ¿A qué? Es como que vayan
limeños allá a Ucayali. Yo no me puedo ir con un grupo de amigos y agarrarme,
pues, un local en Ucayali o en Pucallpa”.
Butters parece
olvidar que la Lima contemporánea es producto de la movilización de millones
de migrantes provenientes del campo, de la sierra y la selva, que fue
especialmente intensa en la segunda mitad del siglo pasado y que cambió el
rostro de la vieja ciudad colonial, construyendo la Lima que hoy vivimos. Es
un hecho macizo que la gran mayoría de los pobladores de Lima son migrantes,
o sus descendientes (me incluyo, y sería bueno que Butters revise su árbol
genealógico). También en su momento estos fueron objeto de discriminación,
prejuicios y agresiones como los que menudean estos días en las redes
sociales. Así, la demanda de solidaridad con los shipibo-conibo es recibida
por expresiones como la siguiente, subida a Facebook: “Es la conchudez en
grado extremo la gente de la selva es ociosa en gran mayoría y peor si es
hombre”.
No hay ni el menor
asomo de empatía en Butters ni en el autor de este post infame. Ninguna
expresión de solidaridad con las víctimas de un incendio en el cual
centenares de familias lo han perdido todo, que ha dejado a un niño con el
50% de su cuerpo quemado. Esta desgracia, que en otros seres humanos moviliza
instintivamente ese reflejo de solidaridad que nos permitió sobrevivir como
especie, no les dice nada. La desgracia de estas familias constituye
simplemente un pretexto para que expresen prejuicios, xenofobia y racismo en
su grado de elaboración más primitivo. Aparentemente Butters parece ignorar
que Ucayali y Pucallpa, y todos los poblados amazónicos contemporáneos, son
producto de la invasión de cientos de miles de colonos provenientes de la
costa y la sierra, que despojaron de sus tierras a los pobladores
originarios, entre los que se encuentran, por supuesto, los shipibo-conibo
que él detesta. Si sigue esta pista probablemente podrá entender mejor por
qué la gente abandona sus lugares de origen y migra hacia la capital.
El corresponsal de
Facebook, por su parte, elabora esos estereotipos totalizadores que
descalifican a otros seres humanos como grupo, con un par de fórmulas fáciles
como proclamar que “la gente de la selva es ociosa en gran mayoría y peor si
es hombre”. Más allá de lo elemental de semejante elaboración intelectual,
parece increíble que alguien que maneja así el idioma pueda sentirse con
derecho para descalificar a alguien. Detrás de este tipo de argumentos existe
la no tan oculta convicción de que los pobladores amazónicos originarios no
merecen tener los derechos que la Constitución reconoce a todos los
ciudadanos peruanos. Son indígenas, y además amazónicos. ¿Cómo pueden
pretender que los traten como a verdaderos peruanos? Esto es lo que nos dice
el siguiente post: “Habilitaron carpas para damnificados de Cantagallo pero
no quieren ir. ¿No están desesperados? ¿O quieren que los reubiquen en
Miraflores?”.
Las trapacerías de
Luis Castañeda Lossio, el gran responsable de esta tragedia, al liquidar el
proyecto que la anterior administración municipal tenía en marcha, de común
acuerdo con los shipibo-conibo, para darles viviendas dignas, son encubiertas
por el Congreso. Ya Becerril anunció que el fujimorismo se opone a investigar
el incendio y el escándalo de la OAS. Algunos medios de comunicación, como
Panamericana y su programa dominical estrella, no dicen una palabra del
escándalo, y tratan el incendio de Cantagallo como una nota urbana más. Canal
N tuvo la feliz idea de preguntar a sus espectadores la misma noche del
incendio si creían que la administración Villarán había engañado a los
shipibos.
Es la hora de la
calle.
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http://larepublica.pe/impresa/opinion/819413-un-incendio
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Rodolfo
Stavenhagen ha muerto
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Rocío
Silva Santisteban
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Comiendo una pizza en la avenida Rivadavia,
Buenos Aires, mientras reía sin parar de los chistes de los otros
contertulios, Rodolfo Stavenhagen no parecía el intelectual severo que yo
imaginé leyendo su famoso texto “Siete tesis equivocadas sobre América
Latina”. En esos días de 2014 invitados por el intelectual argentino Ricardo
Forster coincidimos en el encuentro “Pensar América Latina” y compartimos la
mesa de cierre del mismo. Stavenhagen era un hombre menudo, sencillo, con el
morral atravesándole el pecho como cualquier joven estudiante universitario,
pelado y distinguido, con una mirada extraña y furtiva, realmente durante
muchos años cuando leía sus textos tuve una tesis totalmente equivocada sobre
este gran intelectual latinoamericano.
El 5 de noviembre
ha fallecido en su México querido este sociólogo de origen alemán que llegó
al DF huyendo de la demencia nazi en 1940 en plena guerra. Stavenhagen ha
sido marcado excepcionalmente por esos recuerdos: “Yo vi caer las bombas, fue
mi primera conciencia sobre la guerra. Felizmente pudimos salir, a pesar de
las bombas, el barco zarpó [de Amberes] por instrucciones superiores… Nos
salvó la vida salir la noche en que los alemanes invadieron. Y en cuatro días
acabó la guerra, ocuparon Holanda. Algunos parientes no salieron, mis abuelos
paternos se quedaron, murieron en un campo de concentración”. Sin duda este
origen lo marcó en sus investigaciones y sus compromisos éticos.
Personalmente le
dedico este pequeño homenaje desde el sur porque considero que Stavenhagen es
el paradigma de intelectuales que necesitamos más en Nuestra América. No solo
reflexionó sobre la situación de los desprotegidos, de los pobres entre los
pobres, no solo dictó clases y dirigió numerosas investigaciones desde el
prestigioso Colegio de México sino también fue un activista de los derechos
de los pueblos indígenas, y además su gran defensor como relator de Pueblos
Indígenas de la ONU. Un hombre humilde, alejado de los fuegos fatuos de la
soberbia, felizmente el año pasado en el Congreso de LASA (Latin American
Studies Association) en Nueva York se le pudo rendir un homenaje merecido.
Como relator de
Pueblos Indígenas, Stavenhagen estuvo en Bagua luego de la masacre de
policías e indígenas de 2009 y publicó bajo el auspicio de la FIDH un
importante reporte. Cincuenta años antes, como parte de una de las famosas
tesis del texto mencionado, negó que “La existencia de zonas rurales
atrasadas, tradicionales y arcaicas [sea] un obstáculo para la formación del
mercado interno y para el desarrollo del capitalismo nacional y progresista”.
Es decir, cincuenta años antes de la tesis de Alan García descalificando a
los indígenas y nativos como la rémora del desarrollo peruano, ya Stavenhagen
había negado con argumentos sólidos esa posibilidad. En esos días del baguazo
comentó lo siguiente: “Ese discurso [de Alan García] que busca descalificar a
los indígenas causa desasosiego, rabia y frustración. Es un discurso
polarizante. Es un lenguaje que no debería tener lugar cuando se buscan
soluciones a problemas económicos, sociales y políticos”.
Bisbald, Rodolfo
Stavenhagen. En serio que lo vamos a extrañar.
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http://larepublica.pe/impresa/opinion/819412-rodolfo-stavenhagen-ha-muerto
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Dos
historias de la nueva América
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Diego
Salazar
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Pedro Guardado
nació en Washington D.C. hace 34 años, hijo de padres salvadoreños que en
1980 huyeron de la guerra civil que había empezado en su país un año antes.
Pedro nació y creció en la capital norteamericana, junto a sus dos hermanas,
Wendy y Flora. El señor Guardado, que había sido militar en El Salvador,
consiguió trabajo en una imprenta, mientras la señora Guardado trabajaba
limpiando casas para que sus hijos tuvieran la educación y seguridad que su
país de origen era incapaz de ofrecerles. “Dos trabajadores no altamente cualificados,
pero sí muy dedicados y orgullosos”, en palabras de Pedro.
Khusrav Mahkamov
tiene 22 años y, luego de graduarse en mayo del college, quiere continuar sus
estudios en la Escuela de Negocios. Aún no decide en cuál. Llegó a Estados
Unidos hace poco más de una década procedente de Kirguistán junto a sus
padres.
Khusrav, su madre
y su hermano menor, nacido en Estados Unidos, se asentaron en una localidad
de Illinois, a las afueras de Chicago. Su padre, luego de divorciarse,
terminó volviendo a su país de origen. Su madre trabaja como consultora
financiera y, según cuenta Khusrav, se ocupa de todo lo que uno podría
imaginarse que una madre se ocupa en casa.
Pedro se alistó en
la Marina en 2010 como técnico en medicina (hospital corpsman). Luego de su
entrenamiento en Fort Sam en Houston, estuvo destacado con el ejército en
Japón y, en dos ocasiones, en Iraq.
Khusrav, un buen
estudiante durante toda su vida académica, asistió a la Universidad de Beloit
en Wisconsin, donde se graduó con una licenciatura en Economía Política
Internacional. En Beloit, además, formó parte del equipo de natación de la
escuela y trabajó como instructor de nado y salvavidas.
Pedro, ahora,
luego de servir al U.S. Navy por seis años y tres meses, quiere ser médico y
ha postulado a la universidad. Mientras espera por los resultados de su
aplicación, trabaja con la organización Smile Train, que recauda fondos a
nivel mundial para operar a niños hijos de familias con pocos recursos que
sufren de labio leporino.
Me encuentro con
él y Khusrav –ambos intentando reclutar transeúntes para su causa–
literalmente a medio camino de la Casa Blanca y Donald Trump. O mejor dicho,
del hotel que tiene el candidato republicano en District of Columbia. A
nuestra derecha se levanta imponente la mansión que ocupó por primera vez en
noviembre de 1800 el segundo presidente de este país, John Adams. A nuestra
izquierda, el hotel de un hombre que ha dejado claro, mitin tras mitin, que
personas como Pedro y Khusrav no son verdaderos americanos, que este país no
se construyó para ellos.
Khusrav, un
residente permanente que aún no adquiere la nacionalidad, no podrá votar este
8 de noviembre. “En las próximas seguro que ya podré”, me dice con algo de
pesar. Pedro, que nació aquí, votó hace ya unos días. No es, me dice, una
persona particularmente interesada en política, pero “esta vez es
importante”. Imaginan por quién ha votado, ¿no?
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http://peru21.pe/opinion/diego-salazar-dos-historias-nueva-america-2261730
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Defensa
del consumidor
|
Arturo
Maldonado
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En estas semanas, los consumidores hemos
tenido noticias desalentadoras en varios frentes. Una de ellas ha sido el
caso de la concertación de precios de medicamentos y de productos de cuidado
nutricional de un grupo de cadenas de farmacias (Inkafarma, Arcángel, Fasa,
Mifarma y Nortfarma). En este caso, luego de un lento proceso de ocho años,
Indecopi ha sancionado a estas empresas.
Otro caso de malas
prácticas empresariales es el de las cadenas de supermercados (Plaza Vea,
Tottus, Wong y Metro) que publicaban un precio en góndola pero terminaban
cobrando otro precio más alto en caja. En este caso, Indecopi también ha
abierto un procedimiento sancionador (por infracción a las normas de
protección al consumidor). Veremos qué tiempo toma llegar a una sanción
efectiva, si es que se llegara a una.
Ante estos hechos,
ha habido iniciativas desde los consumidores, mayormente en redes sociales,
para sancionar a estas empresas. En primer lugar, este tipo de campañas busca
avergonzar a las marcas implicadas en estas malas prácticas. En teoría,
existe una relación de confianza entre un consumidor y una empresa, expresada
en la fidelidad que un cliente tiene a una marca determinada. Entonces, si un
consumidor pierde la confianza en la empresa, la marca se devaluará y sería
probable que la empresa pierda clientes y ventas.
En segundo lugar,
estas campañas buscan generar un impacto comercial directo en estos negocios.
Las campañas piden específicamente que los consumidores no compremos en estos
locales. A través de las redes sociales se busca coordinar con los
consumidores para provocar un efecto en las ventas de estas empresas.
Este tipo de
estrategias, sin embargo, no suele tener el efecto esperado. Si bien es
cierto que los consumidores se forman una mala imagen de estas empresas y es
probable que busquen otras opciones, estas acciones se harían en el corto
plazo. En el mediano plazo, cuando las aguas del escándalo hayan amainado, lo
más probable es que los consumidores busquen regresar a sus hábitos.
Los hábitos buscan
soluciones eficientes a problemas cotidianos. En ese sentido, si un
supermercado de este grupo timador tiene una ubicación cercana a mi casa, por
flojera o costumbre terminaré regresando. Ante una emergencia o la necesidad
rápida de aliviar un dolor, una farmacia que esté a la vuelta de la esquina
será la opción preferencial, así la empresa haya concertado precios en el
pasado.
Este tipo de
iniciativas no son efectivas porque se necesita la coordinación de un gran número
de consumidores sin ningún mecanismo de verificación del cumplimiento,
dejando la puerta abierta a la defección individual, lo que lleva al fracaso
colectivo de la iniciativa.
Una solución a
estos problemas de coordinación es la regulación, la supervisión y la sanción
desde el Estado. En estos casos, Indecopi ha tomado cartas en el asunto, pero
se extraña una mayor celeridad en los procesos sancionadores. Para que sea
más efectivo, se requiere darle a Indecopi más músculo para que pueda actuar
diligentemente. Una verdadera justicia es la que llega a tiempo y no con casi
una década de retraso.
Existen mecanismos
alternativos como las acciones desde asociaciones civiles. En otras
latitudes, por ejemplo, fue una institución de este tipo la que destapó el
escándalo de las emisiones de los vehículos de la marca Volkswagen. En el
Perú, se extraña un accionar más frontal de las asociaciones de consumidores
y usuarios ante estos casos.
En general, las
instituciones estatales y civiles encargadas de vigilar y sancionar a las
empresas que operan en el mercado son una defensa ante la reducida capacidad
individual de los consumidores. Es decir, cuando un mecanismo imprescindible
de mercado, como la competencia, es violado, la defensa pasa por fortalecer
los mecanismos del Estado y de la sociedad civil.
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http://elcomercio.pe/opinion/rincon-del-autor/defensa-consumidor-arturo-maldonado-noticia-1944923
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Discurso
sobre el método
|
Óscar
Butteler
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El hecho de que Susana Villarán haya sido la
más deficiente alcaldesa de Lima no convierte a Lucho Castañeda en el mejor
alcalde; aunque su entorno solidario lo diga para eludir las sospechas sobre
las negociaciones con OAS y la pésima actuación que tuvo en el incendio de
Cantagallo.
La forma de
gobernar Lima podemos llamarla “Método Castañeda”, que consiste en
arrejuntar obras viales como puentes, pasos a desnivel y pavimentaciones
para “hacer obra” y dar la ilusión de un gran trabajo, que se difunde con un
eficiente aparato de redes y prensa que incluso llega a tener a destacados
periodistas como “asesores de comunicación” pagados por el municipio limeño
y que curiosamente defienden al alcalde en sus artículos. Pero estas obras
terminan haciendo más caótico el tránsito, porque no forman parte de un plan
de la ciudad, sino de un capricho por construir.
El Método también
incluye evitar los temas candentes (que restan popularidad) como el de la
seguridad ciudadana, que preocupa a los limeños, por eso no hemos escuchado
de su parte ningún planteamiento y, lo que es peor, nunca coordina con la
Policía, el Poder Judicial o los ministerios, pues siempre está ausente de
las reuniones del Comité Regional de Seguridad Ciudadana, que él mismo debe
presidir.
El Método también
alimenta mitos urbanos como el de la aprobación de la gestión del alcalde,
que algunas encuestadoras situan entre 55% y 66%. Sin embargo, según el
barómetro de CPI, hay 6 alcaldes distritales con una aprobación mayor al 70%,
es decir, hay alcaldes que lo superan.
Pero además, esta
aprobación de Castañeda no se expresa de la misma manera cuando, en otra
encuesta de CPI (hecha para un consorcio privado), un 70% de limeños
responden que Castañeda ha hecho poco o nada por sus distritos, solo un 26%
votaria por él y un 60% quiere una cara nueva como alcalde de Lima. Si a
esto sumamos lo de la última semana, tendremos un alcalde más próximo a
jubilarse que a reelegirse, pues se puede vender ilusiones a todos por un
tiempo, pero no a todos todo el tiempo.
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http://exitosanoticias.pe/opinion-oscar-butteler-discurso-sobre-el-metodo/
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La Sub
Comisión de Acusaciones Constitucionales del Congreso
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Francisco
Belaunde
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Es un elemento muy importante en la lucha
contra la corrupción. Como se sabe, las altas autoridades del Estado, como
el presidente de la República, los ministros, los fiscales y jueces
supremos, y los miembros del Tribunal Constitucional y del Consejo Nacional
de la Magistratura, entre otros, gozan de la figura del antejuicio, es
decir, no pueden ser procesados por delitos cometidos en el ejercicio de
sus funciones sin la venia del Congreso y, específicamente, de la Sub
Comisión de Acusaciones Constitucionales. En consecuencia, la actuación de
este grupo, conformado por 15 parlamentarios, tendría que estar sujeta a un
estricto escrutinio por parte de la prensa y de la opinión pública.
Lo anterior viene
a cuento debido a la controversia generada por la designación, por la
ministra de Justicia, Marisol Pérez Tello, del exmiembro del Tribunal
Constitucional, Gerardo Eto Cruz, como integrante de una comisión especial
que evaluará posibles reformas al Código Procesal Constitucional. Eto Cruz
fue denunciado por un colaborador eficaz del proceso seguido contra el
exalcalde de Chiclayo Roberto Torres de haber recibido una coima de 80 mil
dólares. En virtud de ello, el fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, pidió al
Congreso anterior, hace casi un año, el levantamiento de su inmunidad para
que pudiera responder ante la justicia. Sin embargo, el pedido fue rechazado,
al considerarse, según lo señalado por la ahora ministra e integrante en ese
entonces de la Sub Comisión, que la declaración de una sola persona no era
un elemento de prueba suficiente.
La pregunta que
cabe hacerse es si, en todo caso, no corresponde precisamente a las
autoridades judiciales determinar la culpabilidad o no de un denunciado, y
en consecuencia, lo pertinente era dejar que el exmagistrado fuera
incluido en el proceso. Ello, más aún, teniendo en cuenta, que para el
momento del pedido de Pablo Sánchez, Eto Cruz ya había dejado el Tribunal
Constitucional, y, por lo tanto, no se perturbaría el funcionamiento de este
organismo. El asunto es ciertamente discutible y deja un mal sabor de boca
que se acentúa si se tienen en mente las polémicas generadas por algunas
decisiones del letrado cuando despachaba en la Casa de Pilatos y que dieron
lugar a suspicacias en su momento.
Por cierto, sería
interesante saber qué ha pasado con otros casos, como el del exfiscal de la
Nación Carlos Ramos.
En general, la Sub
Comisión debería notificar previamente a la opinión pública, a través de
los medios, cada vez que se reúne y qué expedientes va a tratar, así como,
posteriormente, las resoluciones adoptadas. No hay que tenerle miedo a los
reflectores. En materia de lucha contra la corrupción, son indispensables.
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http://exitosanoticias.pe/opinion-francisco-belaunde-la-sub-comision-de-acusaciones-constitucionales-del-congreso-francisco/
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